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TRATAMIENTO DE BULBOS DE LILIS.

Tras los procesos de multiplicación y engorde, y aunque el bulbo haya


alcanzado un calibre adecuado para ser plantado, no se procederá a la
plantación hasta que este haya sufrido un periodo de reposo a bajas
temperaturas; parece haber constancia de la presencia de ciertos inhibidores
de la brotación, que se encuentran situados en las escamas internas del bulbo.

Las bajas temperaturas disminuyen el nivel de los inhibidores, permitiendo su


tratamiento la inducción a la brotación. Las condiciones térmicas para cubrir el
periodo de vernalización son de 0,5 a 2 ºC, y como máximo 4 ºC, durante un
periodo de tiempo entre 6 y 10 semanas; el bulbo, en este plazo de tiempo,
permanecerá en un ambiente húmedo, con humedades relativas entre el 80 y
el 95 %, para no provocar una perdida de peso.

Cuando se varía este periodo de vernalización, por ejemplo acortando su


duración, repercute en una disminución del número de botones florales por
vara; si además de acortar la duración se superan los niveles térmicos fijados,
se produce un acortamiento de la longitud del tallo, disminución del número de
botones florales por vara, alargamiento del ciclo de cultivo, etc.

Hay teorías que apuntan que el efecto vernalizante no parece irreversible


pudiendo ser modificado profundamente y ser completamente anulado por las
condiciones fotoperiódicas que se producen durante el periodo de cultivo del
bulbo o por las condiciones térmicas de conservación, sucesivas al periodo de
refrigeración (Weiler y Langhans, 1972).

Así, la respuesta ofrecida por un cultivo de L. regale tras someterlo a distintos


períodos de vernalización a 4°C, durante 0, 1, 3 Y 6 semanas, y realizar su
cultivo en condiciones mediterráneas con plantación invernal, empleando un
calibre 14/16, y con temperaturas altas y una intensa radiación propia del
periodo primaveral, fue debida al calibre del bulbo y a las condiciones
ambientales, y no a la influencia de la vernalización (Amico, 1986).

Pero el hecho de existir en el mercado, en cualquier momento del año, material


vegetal dispuesto para iniciar una plantación de Lilium, esta fundamentado en
el logro obtenido por sus productores, del conocimiento de tratamientos
térmicos que permitan, tras la puesta a punto de los bulbos, el conservarlos sin
riesgo de influir en sus características morfológicas ni en la calidad de la
producción.

Como las temperaturas de vernalización de 2 a 4 °C no evitan que pasando el


periodo necesario, se inicie la brotación, y habiéndose comprobado que
temperaturas inferiores a ellas no afectan la estructura ni la composición del
bulbo, se procede a llegar a unos niveles en los cuales la actividad fisiológica
del bulbo se detenga. A temperatura de 1 °C la brotación ya se detiene, pero se
ha comprobado, sobre todo si el periodo de almacenamiento se prevé que sea
dilatado, que entre -0,5 y 2 °C están los rangos adecuados; estos gradientes
nos permiten conservar el bulbo en perfectas condiciones entre 9 y 13 meses.
Hay algunas variedades que muestran cierta sensibilidad a la temperatura de
congelación y al tiempo de congelado, como por ejemplo Enchantment, el cual
puede helarse y quedar afectado; el bulbo así dañado por el frío presenta el
brote mas oscuro pero no evoluciona, mientras que el bulbo parece
aparentemente sano.

Lógicamente si el floricultor adquiere bulbos de esta procedencia, y el


transporte desde el país productor al de implantación del cultivo no se realiza
en un vehículo isotermo, se encontrara con la sorpresa de tener todos los
bulbos brotados al responder estos inmediatamente a otras condiciones
ambientales, por lo que se deberá de plantar inmediatamente.

BIBLIOGRAFIA.

AMICO, U. 1986.Influenza della vernalizacione di bulbi di calibre diverso sulla


fioritura del Lilium regale E. H. Wilson. Colture Protette, no 11, pp. 17-23.

WEILER, T. AND LANGHANS. R. 1972 Effect of storage for flowering and


growth of Lilium longiflorum Thunb. Ace. J Amer. Soc. Hort. Sci., 97(2), pp. 173-
175.

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