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Para que los bulbos de lirio alcancen su máximo potencial de floración, deben someterse a un periodo de reposo a bajas temperaturas entre 0,5 y 4°C durante 6-10 semanas. Esto reduce los inhibidores de la brotación en el bulbo y permite que broten cuando se plantan. Si este periodo de vernalización se acorta o las temperaturas son demasiado altas, habrá menos flores y tallos más cortos. Algunas variedades como Enchantment son más sensibles al frío intenso. Los productores us
Para que los bulbos de lirio alcancen su máximo potencial de floración, deben someterse a un periodo de reposo a bajas temperaturas entre 0,5 y 4°C durante 6-10 semanas. Esto reduce los inhibidores de la brotación en el bulbo y permite que broten cuando se plantan. Si este periodo de vernalización se acorta o las temperaturas son demasiado altas, habrá menos flores y tallos más cortos. Algunas variedades como Enchantment son más sensibles al frío intenso. Los productores us
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Para que los bulbos de lirio alcancen su máximo potencial de floración, deben someterse a un periodo de reposo a bajas temperaturas entre 0,5 y 4°C durante 6-10 semanas. Esto reduce los inhibidores de la brotación en el bulbo y permite que broten cuando se plantan. Si este periodo de vernalización se acorta o las temperaturas son demasiado altas, habrá menos flores y tallos más cortos. Algunas variedades como Enchantment son más sensibles al frío intenso. Los productores us
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Tras los procesos de multiplicación y engorde, y aunque el bulbo haya
alcanzado un calibre adecuado para ser plantado, no se procederá a la plantación hasta que este haya sufrido un periodo de reposo a bajas temperaturas; parece haber constancia de la presencia de ciertos inhibidores de la brotación, que se encuentran situados en las escamas internas del bulbo.
Las bajas temperaturas disminuyen el nivel de los inhibidores, permitiendo su
tratamiento la inducción a la brotación. Las condiciones térmicas para cubrir el periodo de vernalización son de 0,5 a 2 ºC, y como máximo 4 ºC, durante un periodo de tiempo entre 6 y 10 semanas; el bulbo, en este plazo de tiempo, permanecerá en un ambiente húmedo, con humedades relativas entre el 80 y el 95 %, para no provocar una perdida de peso.
Cuando se varía este periodo de vernalización, por ejemplo acortando su
duración, repercute en una disminución del número de botones florales por vara; si además de acortar la duración se superan los niveles térmicos fijados, se produce un acortamiento de la longitud del tallo, disminución del número de botones florales por vara, alargamiento del ciclo de cultivo, etc.
Hay teorías que apuntan que el efecto vernalizante no parece irreversible
pudiendo ser modificado profundamente y ser completamente anulado por las condiciones fotoperiódicas que se producen durante el periodo de cultivo del bulbo o por las condiciones térmicas de conservación, sucesivas al periodo de refrigeración (Weiler y Langhans, 1972).
Así, la respuesta ofrecida por un cultivo de L. regale tras someterlo a distintos
períodos de vernalización a 4°C, durante 0, 1, 3 Y 6 semanas, y realizar su cultivo en condiciones mediterráneas con plantación invernal, empleando un calibre 14/16, y con temperaturas altas y una intensa radiación propia del periodo primaveral, fue debida al calibre del bulbo y a las condiciones ambientales, y no a la influencia de la vernalización (Amico, 1986).
Pero el hecho de existir en el mercado, en cualquier momento del año, material
vegetal dispuesto para iniciar una plantación de Lilium, esta fundamentado en el logro obtenido por sus productores, del conocimiento de tratamientos térmicos que permitan, tras la puesta a punto de los bulbos, el conservarlos sin riesgo de influir en sus características morfológicas ni en la calidad de la producción.
Como las temperaturas de vernalización de 2 a 4 °C no evitan que pasando el
periodo necesario, se inicie la brotación, y habiéndose comprobado que temperaturas inferiores a ellas no afectan la estructura ni la composición del bulbo, se procede a llegar a unos niveles en los cuales la actividad fisiológica del bulbo se detenga. A temperatura de 1 °C la brotación ya se detiene, pero se ha comprobado, sobre todo si el periodo de almacenamiento se prevé que sea dilatado, que entre -0,5 y 2 °C están los rangos adecuados; estos gradientes nos permiten conservar el bulbo en perfectas condiciones entre 9 y 13 meses. Hay algunas variedades que muestran cierta sensibilidad a la temperatura de congelación y al tiempo de congelado, como por ejemplo Enchantment, el cual puede helarse y quedar afectado; el bulbo así dañado por el frío presenta el brote mas oscuro pero no evoluciona, mientras que el bulbo parece aparentemente sano.
Lógicamente si el floricultor adquiere bulbos de esta procedencia, y el
transporte desde el país productor al de implantación del cultivo no se realiza en un vehículo isotermo, se encontrara con la sorpresa de tener todos los bulbos brotados al responder estos inmediatamente a otras condiciones ambientales, por lo que se deberá de plantar inmediatamente.
BIBLIOGRAFIA.
AMICO, U. 1986.Influenza della vernalizacione di bulbi di calibre diverso sulla
fioritura del Lilium regale E. H. Wilson. Colture Protette, no 11, pp. 17-23.
WEILER, T. AND LANGHANS. R. 1972 Effect of storage for flowering and
growth of Lilium longiflorum Thunb. Ace. J Amer. Soc. Hort. Sci., 97(2), pp. 173- 175.