DIACONOS

Conocer o participar de alguna celebración presidida por un diácono

permanente era, hasta hace poco, una verdadera ‘rareza’, un acto excepcional;
sin embargo, según las cifras de la Congregación para el Clero de la Santa
Sede, el que un ministro casado sea quien celebre el Bautismo o el rito
matrimonial de algún familiar o que presida las exequias de algún amigo o
pariente es cada vez más probable.

En 1969, en el mundo había apenas 200 diáconos permanentes y hacia 2006,

34 mil 520. El crecimiento de estos servidores de Dios ha sido constante
durante toda la mitad del siglo XX y la primera década de este siglo; empero,
la cantidad de sacerdotes en el mundo ha sufrido grandes variaciones como en
1989 cuando hubo un ‘déficit’ sacerdotal de 3 mil 378 consagrados por lo que
varios especialistas consideran a los diáconos permanentes como un miembro
vital para la Iglesia del futuro “principalmente por ser hombres de formación
civil y, en muchas ocasiones, casados; esto es: no renuncian a una vida
matrimonial y familiar, al tiempo que cuentan con estudios civiles y un empleo
que los involucra en distintos ambientes laborales, sociales, culturales…”.

Según datos del Encuentro Nacional del Diaconado 2009, sólo 38 diócesis han
aceptado la figura del diácono permanente. En México, se contabilizaron 765
ministros pero, tan sólo en la ciudad capital, el pasado sábado 5 de junio se
integraron 16 nuevos diáconos permanentes.

San Cristóbal de las Casas es la diócesis con más diáconos permanentes con
340; le sigue, la Arquidiócesis de México con 141.

Sin embargo, Provincias Eclesiásticas enteras no cuentan con un solo de estos

consagrados: Morelia y las cinco diócesis que la integran, así como León y las
cuatro diócesis que la circunscriben.