Sei sulla pagina 1di 2

COREOGRAFÍA.

La coreografía se debe ver como un aparato, que capta


la danza sólo como la distribución de sus significaciones y movilizaciones, sus gestos
y efectos, en campos de la luz y campos de palabras que son estrictamente
codificados (Lepecki, 2007).

La coreografía es la ciencia que representa el movimiento en la danza. Todo es


coreografía, voluntaria o involuntariamente, nuestro cuerpo, nuestros miembros,
nuestro espíritu, discurren y premeditan un rastro, un camino, un fin. Una meta, un
destino, al fin al cabo, una huella (Ruiz, 2001).

Es el resultado final de la ordenación de las acciones motoras en frases y del


proceso de composición de las mismas realizada por el coreógrafo (García, 1997).

COREOLOGÍA.

La Coreología, disciplina propuesta en 1955 por Rudolf Benesh (matemático inglés


nacido en Londres en 1916), tiene como propuesta el análisis, el estudio estético y
científico, y el registro kinetográfico (notación especializada) de las posibilidades de
movimiento del cuerpo en el espacio y el tiempo. Pero habría que mencionar
particularmente al gran iniciador de esta reflexión sobre el movimiento del cuerpo,
Rudolf Von Laban, creador y teórico austrohúngaro que desarrolló su trabajo en
Inglaterra e influenció a muchas escuelas de danza en la Europa de comienzos del
siglo XX. La Coreología es una disciplina del ámbito dancístico bien descrita y
posicionada por ciertos sectores, quizás los más estructurados formalmente en sus
plataformas estilísticas, de la danza escénica europea y norteamericana de origen
anglosajón del siglo XX. Por ellos, ha sido fortalecida como metodología para el
análisis y desarrollo de la producción artística del movimiento, orientando
particularmente su quehacer a influenciar la consolidación de las escuelas más
reconocidas de la Danza Moderna, la Danza Contemporánea y sus controvertidos
descendientes (Cisneros, 2009).

Es la ciencia de los patrones de movimiento, forma parte de la estudio de las


personas. En un sentido más amplio a cualquier movimiento característico y
expresivo, utilitario o artístico; estrictamente se analizan las formas reguladas de
movimiento conocido como la danza, la más antigua de las artes (Kurath, 1956).

La coreología acota un único espacio, el espacio interno y externo que el propio y


ajeno cinetismo del cuerpo y la mente ejercen, internados en el marco de nuestra
propia acción. Acota el impulso que nuestro cuerpo crea (Ruiz, 2001).

CORÉUTICA.

El espacio es formado por nuestra figura sumergida en él. El espacio existe por
nuestras formas, es existido por nuestra anatomía. Somos “la medida de todas las
cosas”. Percibimos lo lejano, la inmensidad, la pequeñez desde nuestras particulares
magnitudes, desde nuestros miembros que se mueven de determinadas maneras. El
espacio es modelado por nuestro cuerpo que cambia, se adapta, se alarga, se
encoge: se mueve en todas las direcciones. En todas las trayectorias posibles a
nuestra condición humana -nuestras posibilidades de movernos no son todas, aunque
si, infinitas-. Nos movemos de acuerdo a las palancas, engranajes, etc. que contiene
nuestro cuerpo, y estos mecanismos van dejando estelas en el aire, ciertas estelas.
La forma del espacio es el espejo, el reflejo, el negativo, de la forma de nuestra
presencia (Monsegur, 2008).

“No existe espacio real”, decía Laban, es nuestro propio cuerpo ejercitando sobre él el
que da sentido, principio y fin a éste, el que lo acota, el que lo convierte en finito, e incluso
en su propia antítesis, el que crea las fuerzas, las intensidades, las abstractas grafías, las
estelas, el que como si de un útil de dibujo se tratase va estructurando un diálogo propio,
exclusivo y verdaderamente complejo de representación: la coreútica (Ruiz, 2001).

Rudolf von Laban define a la coréutica como el estudio del movimiento del cuerpo en el
espacio, en base a estructuras y proyecciones geométricas, que son originadas al
comprender como la armonía cinética evoluciona en el espacio en formas y trayectorias,
dando origen así a un sistema de ordenamiento y de configuración de la espacialidad de
carácter supremo. Laban plantea que el movimiento en sí es una herramienta de
recuperación y comprensión del espacio armónico que nuestros cuerpos constituyen,
además de la relación de éste con el entorno.

La coréutica, desde la perspectiva del bailarín, se transforma en un mecanismo que


permite, a través de la danza, llevar al cuerpo a la conexión eficaz y armónica con el
espacio, estableciéndose con ella una relación de dominio técnico, que radica en la
comprensión de la composición de cualquier acción cinética y en la manera de plasmarla
en el espacio. Este entendimiento espacial conducirá además a la precisión del bailarín
respecto a definiciones formales y a su propia proyección creativa (Olea, 2009).

La Coréutica se puede definir como el estudio del movimiento del cuerpo en el espacio, en
base a estructuras y proyecciones geométricas y a la relación cuerpo-espacio-entorno. El
movimiento se convierte en una herramienta de comprensión del espacio, y el propio
cuerpo se constituye al mismo tiempo como un espacio armónico. Con estas ideas, nos
planteamos como ejercicio el uso del cuerpo para expresar las leyes geométricas y
sensoriales de cada Elemento, como una partícula de Tierra, Agua, Fuego y Aire en el
espacio (Barceló, 2009).

Potrebbero piacerti anche