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Alexander Sutherland Neill (17 de octubre de 1883 – 23 de septiembre de 1973 -- 90

años) fue un educador progresista escocés, artífice y fundador de la escuela no-directiva


Summerhill, siendo sobre todo conocido como entusiasta defensor de la educación en
libertad. Nació en Forfar, hijo de un maestro de primaria. Estudió en la Universidad de
Edimburgo y obtuvo su licenciatura en 1912. En 1914 trabajó como maestro dentro del
sistema público, pero su descontento respecto a la pedagogía propia de la escuela
convencional le fue disgustando progresivamente, hasta llevarlo a fundar en Inglaterra la
escuela Summerhill en 1927, aun en funcionamiento.

La escuela Summerhill es un internado situado en el sur de Inglaterra en el que conviven


chicos y chicas de los cinco a los dieciséis años. Tras muchos avatares ha sobrevivido hasta
ahora con una fama que llegó a su cumbre en los años 60 y 70 del siglo XX. Legalmente,
funciona como escuela privada en la que los niños pueden escolarizarse, pero en muchas
ocasiones sus peculiaridades la han expuesto al cierre tras las inspecciones que lleva a cabo
el Estado. Precisamente, hace tres años tuvieron su peor momento, pero continúa abierta.

Neil creía que es más importante el desarrollo adecuado de las emociones que el adelanto
intelectual. Un niño emocionalmente sano puede sacar recursos fácilmente en el futuro para
lo que quiera hacer, incluso ponerse a la altura, en conocimientos y recursos intelectuales,
de los niños de la escuela convencional. Aunque desde luego, se oponía a toda forma de
competitividad fomentada en los niños. Lo fundamental es el equilibrio emocional, como
factor clave para que los niños se hagan personas felices, último objetivo de la educación
para Neill como se ha dicho.

También, como freudiano, Neill se oponía con fuerza a la represión sexual y la imposición
de valores puritanos estrictos propios de la educación de la primera mitad del siglo XX.
Para él, denostar el sexo y la sexualidad era denostar la vida, en una forma de deseo más o
menos consciente de muerte.

Es muy importante matizar lo que Neill entiende por libertad. El hecho de que los niños
dispongan de un amplio margen de autonomía y libertad no implica que en la escuela reine
el libertinaje. La verdadera libertad es la que no supone un abuso de los derechos ajenos.
Va asociada al respeto y la responsabilidad. El niño libre se autocontrola, sin que esto
suponga represión de ningún tipo, ya que lo hace por la estima en que tiene a los demás
debido a un tipo de relaciones con ellos sin miedos ni odio. En esto se basa el aprendizaje
de la libertad. Respeto y libertad están íntimamente ligados, y se aprenden, básicamente,
conviviendo. Es decir, un niño que toca el tambor a las tres de la mañana y despierta a sus
padres no está ejerciendo su libertad, sino abusando, colocándose en cuanto a derechos por
encima de los mismos. La convivencia ideal, según la entiende Neill, es una horizontalidad
en las relaciones entre niños y adultos en la que ninguno posea todos los derechos y anule
los del otro. El autoritarismo tradicional en la educación oprimía a los niños, en cuanto no
respetaba sus peculiaridades y forma de ser. Pero la solución no es un libertinaje en el que
la tortilla se dé la vuelta, sin dejar de ser la misma tortilla (sociedad autoritaria). Esto es
algo que Neill repite a menudo y que produjo enormes malentendidos en muchos padres
que quisieron aplicar sus teorías en los años sesenta y setenta del siglo XX.

La pedagogía de Neill ha sido tan criticada como querida por muchos. Sus controvertidos
principios y el funcionamiento de la escuela que fundara han recibido halagos y críticas de
todo tipo. En especial, se ha cuestionado el entorno de aislamiento en que se educa, lejos de
una sociedad cuyas reglas son bien diferentes. No obstante, Neill siempre defendió que los
niños se adaptarían a cualquier entorno al salir.

Summerhill es una escuela inglesa fundada en 1921 por Alexander Sutherland Neill. Es
una de las pioneras dentro del movimiento de las Escuelas democráticas. Atiende a niños de
educación primaria y secundaria. Actualmente la directora es la hija de A.S. Neill, Zoë
Neill Readhead.

Escuela de Summerhill

Una escuela democrática se caracteriza por dos principios básicos: la posibilidad de que los
alumnos escojan si quieren asistir a clase y la dinámica de las asambleas, donde todos
participan, para decidir las normas de la escuela.

También hay un libro que escribió Neill sobre esta escuela, titulado como ella, Summerhill,
donde se explica detalladamente el funcionamiento de el centro docente. Posteriormente se
reeditó con un nuevo nombre, "el nuevo Summerhill". Esta versión es más veraz que la
anterior, que por presiones externas a Neill se vio modificada por poseer algunos puntos
políticamente incorrectos en la sociedad de la época

Summerhill se destaca por defender que los niños aprenden mejor libres de los
instrumentos de coerción y represión usados por la mayoría de las escuelas. Todas sus aulas
son opcionales, los alumnos pueden escoger las que desean frecuentar y las que no desean.
Neill fundó la escuela con el convencimiento de que "un niño debe vivir su propia vida - no
una vida que sus padres quieran que viva, no una vida decidida por un educador que supone
saber lo que es mejor para el niño".

En “Summerhill” se desarrolla una educación basada en los siguientes principios


pedagógicos que Neill defendió en sus obras:

Firme convicción en la bondad natural de los seres humanos.

La felicidad como máxima aspiración de la educación

El amor y el respeto como bases de la convivencia

La importancia de la corporalidad y la sexualidad.

A partir de estos principios que se relacionan con el pensamiento de Rousseau y Wilhelm


Reich, la escuela funciona con unas características especiales que la diferencian de las
escuelas convencionales. Entre ellas destacan:

Ausencia de exámenes y calificaciones.

Asistencia no obligatoria a las clases.

La asamblea como órgano de gestión.

Ausencia de reprimendas y sermones.

Trato igualitario entre niños y adultos.

La educación de Summerhill entra dentro de la pedagogía antiautoritaria, o pedagogía no


directiva o pedagogía libertaria. Con matices, se ha desarrollado en distintos lugares del
mundo donde existen escuelas similares a Summerhill. Para Neill, la educación en libertad
es posible porque el niño responde positivamente al amor y la libertad. El origen de los
problemas de muchos niños (y adultos) lo sitúa en la influencia ejercida por una sociedad
enferma que reproduce sus propios miedos y su violencia. Al contrario, el entorno sano que
representa la escuela fundada por Neill es la mejor terapia para curar los problemas de los
niños y, tal vez, de toda la sociedad.

Por lo tanto, en su pedagogía no se marca de manera estricta un camino o modelo concreto


a los niños. Es necesario procurar que se autodeterminen sin coacción ni miedos y que
escojan la forma de vida que los haga más felices. El adulto debe evitar proyectar en los
pequeños sus anhelos y frustraciones para conseguir este objetivo.

Aunque se ofrecen clases y talleres de todo tipo, Summerhill es sobre todo una comunidad
antes que una escuela. El auténtico aprendizaje se da en la convivencia de chicos y chicas,
el autogobierno y el ejercicio de la responsabilidad. Gracias a una interacción respetuosa
con los demás, los chicos aprenden a vivir en sociedad.
Además, destaca la importancia dada al juego y las actividades artísticas y creativas, como
el teatro o la danza. Frente a esto los libros pasan a un segundo lugar en la educación, y hay
materias que desaparecerían por completo, como la religión.

El ámbito donde la horizontalidad implica un gobierno común y compartido de la escuela


es, lógicamente, la asamblea. Ésta es el órgano de gobierno en Summerhill, con potestad
para decidir todo, menos la contratación y sueldo de los maestros. En ella adultos y niños
intervienen y votan con total igualdad para resolver conflictos o decidir leyes. Su
funcionamiento está también reglamentado y existen varios cargos sin poder y rotatorios
para escribir las actas de las reuniones o moderar los debates, por ejemplo. Se reúne una
vez por semana de manera ordinario y en las ocasiones extraordinarias que lo requieran.
Además, existe un tribunal y un defensor del pueblo. Como afirma Neill, la asamblea es la
verdadera lección que aprenden los niños.

En 1917 Neill conoce Little Commonwealth, una escuela-reformatorio dirigida por Homer
Lane, psicoanalista estadounidense. Lo que más le llama la atención fue que los propios
jóvenes internos, presos por cometer delitos, gestionaban el espacio. Otro psicoanalista que
tuvo fuerte influencia sobre Summerhill fue Wilhelm Reich, amigo personal y también
analista suyo. Se nota la presencia de sus ideas en especial en la defensa de una educación
colectiva en sustitución de la educación burguesa y estratificada.

Reich elaboró algunos escritos sobre educación, donde discute cuáles serían las formas de
educar adecuadas y no adecuadas, teniendo en cuenta la felicidad de las personas. Para él,
una educación que frustre o que satisfaga excesivamente está abocada al fracaso. Frustrar
en exceso significa educar una persona apocada, conformista, incapaz de satisfacer sus
propias voluntades, por otro lado satisfacer de más significa crear una persona inadaptada,
incapaz de convivir socialmente.

La educación tradicional defiende y estimula la represión de los instintos y de las


voluntades de la infancia. Neill piensa, influido por el psicoanálisis que esta represión es la
responsable de muchas de las neurosis que se manifiestan en la persona, tanto en la niñez
como en la vida adulta.

Neill establece que la principal meta de una escuela debe ser auxiliar a sus alumnos para
que estos sean capaces de encontrar la felicidad propia y es por eso que propone un modelo
muy diferente al de las escuelas tradicionales, que según él sólo consiguen promover una
atmósfera de miedo. Para que una persona sea feliz necesita primero ser libre para escoger
su propio camino. Es por eso que renuncia a cualquier tipo de autoridad moral o jerárquica
y jerarquía.

En Summerhill, ningún adulto tiene más derechos que un niño, todos tienen los mismos
derechos. Todos deben ser libres, entendiendo la libertad como una construcción colectiva.
La libertad no acaba cuando comienza la del otro, como defendían los iluministas, la
libertad precisa que todos sean libres para existir.

La pedagogía tradicional supone que los niños tienen una tendencia natural al egoísmo,
siendo necesaria una interferencia autoritaria por parte de la familia y la escuela, para
desarrollar el altruismo. Summerhill parte del mismo supuesto pero no llega a las mismas
consecuencias: el niño es egoísta pero ese egoísmo no es malo en sí mismo. El egoísmo
infantil es una etapa del desarrollo del niño (tesis acorde con las investigaciones del
psicólogo suizo Jean Piaget) que si se desarrolla naturalmente desemboca en el altruismo;
existe un momento en el que el niño necesita de los demás y entonces su propio egoísmo le
abre a la comunidad. Inculcar a los niños principios altruistas antes de que sean capaces de
asimilarlos sólo produce individuos miedosos e hipócritas. O sea, la educación tradicional
yerra en esa interferencia autoritaria, sin percibir que es justamente ese tipo de interferencia
la que alimenta aquello que identifica como problema. Según Neill es solamente a través
del miedo como se puede intentar forzar el interés de alguien.

En esa escuela todas las reglas de convivencia y soluciones a los problemas que surgen en
el día a día son resueltas en una asamblea que ocurre semanalmente, donde cada persona
sea alumno, profesor o funcionario, tiene derecho a hablar y votar, manteniéndose el
principio de que todos los votos valen lo mismo. Las normas de la escuela son construidas
entre todos, todos se sienten parte del colectivo y se empeñan en mejorarlo. Un buen
ejemplo de eso son los castigos defendidos por la Asamblea. En una ocasión, un niño, que
no tenía dinero para tener su propia bicicleta, cogió una de otro niño para dar una vuelta y
acabó estrellándola. el castigo por coger los pedales de la bici de otro niño, que
supuestamente no la cojía, fue acatar una multa, que consistía en no poder salir el fin de
semana de paseo con esta, no obstante, al ser muy duro, todos los jóvenes se concienzaron
y lo ayudaron a comprar unos pedales nuevos, así pudo irse con ellos.

La escuela privada vitanda de Summerhill fue un tiempo Meca de los esperanzados


defensores

de la educación anti-autoritaria, donde podían comprobarse experimentalmente los


resultados

de la educación en libertad que debía formar la personalidad no reprimida de los hijos de la

generación espontánea del 68. Fue símbolo y bandera. Hoy es historia absorbida por las

instituciones, como lo son el movimiento que la enarboló y la mayoría de sus protagonistas.

La herencia de Summerhill o la educación en libertad.

Hoy es historia absorbida, pero queda el mito


C.MARTIN DE LA CALLE. Junto a la aldea de Leiston, en el condado de

Suffolk, a unos 150 kilómetros de Londres, se fundó en 1921 la escuela pirvada de

Summerhill. Su creador, Alexander Sutherland Neil, con larga experiencia activa en

escuelas tradicionales, quiso iniciar un tipo de educación nueva, libre, no coercitiva,

centrada en los intereses inmediatos del niño, al que cedía el verdadero protagonismo

de su proceso de formación.

Neil, cuyas ideas enlazan con Rousseau y Pestalozzi a quien según confesión

propia, no leyó nunca, con Freíd, Reich y Homer Lane a quien cita continuamente, fue

exponiendo los principios en que fundamentaba su acción educativa y los resultados

de sus experiencias en obras sucesivas, como The problem child (1926), The problem

parente (1932), The problem family (1948), The free child (1953), Freedom Not

License! (1966), y otras que apenas si alcanzaron difusión fuera de círculos muy

restringidos, hasta que los estudiantes revolucionarios alemanes y norteamericanos el

decenio de 1960 vieron en ellas la expresión concreta y la base enmendable de lo que

podía ser una educación para un hombre nuevo.

Summergill no era, en realidad, más que un fenómeno aislado, una escuela en

la que unos sesenta hijos de familias privilegiadas de distintos países podían hacer

su santa voluntad y tener a su servicio a ocho profesores, un centro de elite en el que

no era necesario tener en cuenta el principio de realidad social; pero los resultados

conseguidos durante cincuenta años y los claros principios pedagógicos en que se

basaba la actividad educativa sedujeron a una generación que rechazaba la

pedagogía tradicional y se sentía víctima del principio de autoridad manifiesta, coactiva

y, en el mejor de los casos, de una manipulación psíquica que llevaba a someterse

alegremente a una autoridad anónima, y que acabaría por convertir a todos en eternos

lactantes del consumo material, intelectual y político. La última obra de Neil, Teoría y
práctica de la educación anti-autoritaria alcanzó a escala mundial una difusión

francamente sorprendente. Solamente en Alemania se vendieron más de un millón de

ejemplares entre los años 1970 y 1975.

República de niños

Hace catorce años que murió Alexander Suterhland Neil, pero en Summerhill

apenas si hay algo que no lo recuerde: dibujos, retratos en los pasillos y en las

clases... La escuela es dirigida hoy pos su hija Zoe, y en su despacho puede verse un

busto de bronce de Neil en ornato de doctor honoris causa ( lo fue por varias

Universidades)

Zoe Redhead, de cuarenta y un años, casada con un rico agricultor británico,

abandonó Summerhill con menos de dieciocho años para librarse de un complejo de

padre que Neil auguraba acabaría por llevarla al psiquiatra. Me han contado que fui my

poco feliz durante mi infancia dice. Pero hace año y medio no resistió la tentación de

hacerse cargo de la herencia pedagógica de su padre y volvió a Summerhill para

enfrentarse con el mito. En la mesa de su despacho puede leerse un cartel que dice:

He leído tanto sobre lo que perjudican el alcohol, fumar o el exceso de comida y de

sexo que he decidido dejar de leer. Quiere seguir la tradición paterna, y tolera que los

niños fumen o beban ocasionalmente, según acuerdo de la asamblea de alumnos y

profesores; pero recurre a toda clase de trucos para evitarlo. Todos sus hijos están es

Summerhillm hasta el más pequeño, de medio año, que lleva el nombre completo de

su abuelo.

Algunos de sus colaboradores critican la forma en que dirige Zoe la escuela.

Los padrea pagan, es ese su único derecho. Los docentes trabajan, ese es su único

derecho dice uno de ellos. La dirección decide. La democratización rige sólo el trato de

los niños entre sí y en el comportamiento de los docentes para con ellos. Todas las
cuestiones administrativas y financieras son resueltas unilateralmente por Zoe, que

admite o echa a profesores y a alumnos sin consultar siquiera.

Los alumnos de Summerhill pagan 2500 libras al año, bastante menos que lo

habitual en otras muchas escuelas privadas del Reino Unido. Proceden de varios

países, pero no son ya mayoría los europeos. El grupo más numeroso, por su

nacionalidad, son los japoneses: más de una tercera parte del total, seguidos por los

norteamericanos. No hay ningún alumno de Leiston y son minoría los de otras

regiones del Reino Unido. Las obras de Neil fueron traducidas recientemente al

japonés, y parece que eso ha influido en la decisión de numerosos padres japoneses

de ahorrar a sus hijos las presiones de la sociedad del rendimiento por excelencia.

Acuerdo mayoritarios.

Algo hay que no ha cambiado. El horario de clases sigue siendo obligatorio

solamente para los profesores. A nadie le gustaría ser profesor de Latón o de

Matemáticas en Summerhill. La profesora responsable suele encontrarse sola mucho

tiempo después de haber sonado la campanilla de entrada. Los chicos aprenden lo

que quieren, cuando quieren y como quieren. Pero las clases de Informática o el taller

de carpintería suelen estar ocupadas al máximo durante el horario de clase. Se cuida

en cierto modo la leyenda de que alumnos que acudieron de muy pequeños a

Summerhill y la abandonaron al final de su adolescencia no asistieron ni a una sola

clase. Es tan larga la vida...dice Zoe, como un eco. ¿Por qué tiene que pasar todo en

seguida y tan pronto?

Las decisiones básicas para la vida cotidiana en Summerhill se adoptan por

acuerdo mayoritario de la asamblea de alumnos y profesores. Los conflictos y

problemas de relación los resuelve un tribunal colectivo, a cuyas sentencias tiene que

someterse incluso la directora. Los culpables pueden defenderse, pero tienen que
acatar aunque rechisten la decisión o la multa que se les imponga (si la dirección no

tiene nada en contra). Summerhill, aunque permisiva en vocabulario, en

comportamientos de aprendizaje, en formas externas y en teorías, va pareciéndose

cada día ,ás a otras escuelas privadas británicas para elites. Es natural. El

pensamiento de su creador está en los libros, y los portaestandartes de la generación

que creyó ver en sus principio el fundamento para la educación en libertad del hombre

nuevo, hace tiempo que vocean en los Parlamentos, ocupan despachos en las plantas

nobles o se han convertido en maestros convencionales.

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