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Introducción
Son muchos los factores que han contribuido a desta car el papel de las estrategias de
aprendizaje en los últimos años. Entre los más directamente relacionados con ellas
están los siguientes: el descenso del rendimiento en todos los niveles de enseñanza y
especialmente en la Universidad, el descenso de la población estudiantil y la
consiguiente flexibilización de los sistemas de acceso a los estudios universitarios, la
falta de entrenamiento de las habilidades de aprendizaje en los estudios de
enseñanza primaria y secundaria, y la comprobación de diferentes estrategias entre
estudiantes con alto y bajo rendimiento, o entre expertos y principiantes, en distintas
áreas. También han influido, aunque de manera indirecta, algunos otros como la
constatación de la creciente complejidad de la sociedad moderna junto al descenso
de rendimiento en muchas de las áreas de los currículos escolares, y el apoyo popular
a los planteamientos democráticos de la educación para todos (Beltrán, 1993ª).
Sin embargo, éstas y otras muchas razones hubieran sido incapaces de alentar un
movimiento como el que comentamos, si no se hubiera aliado con él un gran
esfuerzo científico cuyos exponentes más representativos son los recientes estudios
sobre la inteligencia, el nuevo concepto de aprendizaje y las experiencias educativas
en ambientes naturales. Todos ellos han contribuido a descubrir en las estrategias de
aprendizaje el constructo que la Pedagogía venía buscando para dar consistencia
científica al trabajo en la práctica educativa. A esto se añade la consideración de que
las estrategias no son si no las grandes habilidades de la inteligencia al servicio del
aprendizaje (Gardner, 1995; Stenberg, 1993).
Las estrategias son la especie de reglas que permiten tomar las decisiones adecuadas
en cualquier momento dentro de un proceso determinado. Definidas de ésta forma
tan general, las estrategias pertenecen a ésa clase de conocimiento llamado
procedimental (conocimiento cómo), que hace referencia a cómo se hacen las cosas
(por ejemplo, cómo hacer un resumen), frente a otra clase de conocimiento, llamado
Declarativo (conocimiento qué), que hace referencia a lo que las cosas son (qué es un
resumen).
Nos estamos refiriendo, por tanto, a las actividades u operaciones mentales que el
estudiante puede llevar a cabo para facilitar y mejorar su tarea, cualquiera que sea el
ámbito o contenido del aprendizaje. Las estrategias de aprendizaje, así entendidas,
no son otra cosa que las operaciones de pensamiento enfrentadas a la tarea del
aprendizaje. Podemos imaginarlas como las grandes herramientas del pensamiento
puestas en marcha por el estudiante cuando éste tiene que comprender un texto,
adquirir conocimientos o resolver problemas. Ahora bien, como el aprendizaje es, en
realidad, la huella del pensamiento, se podría afirmar, que la calidad del aprendizaje
pasa no tanto por la calidad de las actividades del profesor cuanto por la calidad de
las acciones del estudiante. Y es que si el estudiante, cualquiera que sea la calidad de
la instrucción, se limita a repetir o reproducir los conocimientos, el aprendizaje será
meramente repetitivo. Y si el estudiante selecciona, organiza y elabora los
conocimientos (es decir, utiliza estrategias), el aprendizaje deja de ser repetitivo para
ser constructivo y significativo.
Por otra parte, las estrategias no se pueden reducir a meras técnicas de estudio,
como algunos, con poca fortuna, han intentado. Las estrategias, tiene un carácter
propósito, intencional; implican, por tanto, y de forma inherente, un plan de acción,
frente a la técnica, que es marcadamente mecánica y rutinaria. Si el estudiante
desea comprender un mensaje a partir de un os datos informativos puede utilizar una
estrategia de selección que le ayude a separar lo relevante de lo irrelevante, y para
ello puede servirse de una técnica como el subrayado; o puede utilizar una estrategia
de organización que ponga orden en los dato s, y para ello puede servirse de una
técnica como el mapa conceptual, o utilizar una estrategia de organización que ponga
orden en los datos, y para ello puede servirse de una técnica como el mapa
conceptual, o utilizar una estrategia de elaboración que le permita comparar el
conocimiento nuevo con el conocimiento previo, y para ello puede servirse de una
técnica tan eficaz como la interrogación. En los tres casos se trata de un mismo
proceso de aprendizaje, la compresión significativa, que puede alcanzar se por medio
de estrategias diferentes: selección, organización o elaboración, cada una de las
cuales puede utilizar, a su vez, técnicas también diferentes (subrayado, mapa
conceptual, interrogación͙). Las estrategias están, pues, al servicio de las estra tegias
(Beltrán, 1996).
Las estrategias, decíamos, son como las grandes herramientas del pensamiento que
potencian y extienden su acción allá donde actúa. De la mima manera que las
herramientas físicas potencian de forma incalculable la acción física del hombre, las
herramientas mentales potencias la acción del pensamiento hasta límites increíbles,
de ahí el nombre que algunos especialistas han dado a las estrategias llamándolas
inteligencia ampliada.
CLASES DE ESTRATEGIAS.
Para simplificar al máximo podríamos cruzar los dos criterios y establecer una
clasificación que divide las estrategias en 4 grupos: de apoyo, de procesamiento, de
personalización y meta cognitivas (véase el cuadro siguiente).
CLASES DE ESTRATEGIAS
Selección.
Organización.
Elaboración.
3.-ESTRATEGIAS DE PERSONALIZACIÓN.
Estrategias de recuperación.
Planificación.
Autorregulación.
Evaluación.
ESTRATEGIAS DE APOYO.
Las estrategias de apoyo están al servicio de la sensibilización del estudiante hacia las
tareas de aprendizaje. Y la sensibilización hacia el aprendizaje tiene 3 ámbitos: la
motivación, las actitudes y el afecto.
MOTIVACIÓN.
Con relación a la motivación conviene señalar que es una de las grandes condiciones
del aprendizaje significativo. Ausubel (1976) ha afirmado que una de las dos grandes
condiciones del aprendizaje significativo es la voluntad del estudiante de aprender
significativamente. Las estrategias motivacionales posibles son muchas. Una primera
estrategia es de la motivación intrínseca relacionada con el manejo de constructos
como los de la curiosidad epistémica, control de tarea, confianza y desafío. La línea
de intervención educativa no va por tanto por la acción motivadora del profesor
cuando por la aplicación de estrategias de acción motivadora por parte del
estudiante, mejorando su nivel de control, dosificando sus dosis de desafío,
aumentando su confianza o poniendo a prueba su curiosidad mental. (Véase el
cuadro siguiente).
? Provocar el desafío.
? Desarrollar la confianza.
? Activar la curiosidad.
? Promover el autocontrol.
ACTITUDES.
AFECTO.
ESTRATEGIAS DE PROCESAMIENTO.
Hay una serie de fuentes que permiten formular juicios sobre la relevancia de unas u
otras partes del texto, incluyendo el enunciado de los objetivos, las sugerencias de
los profesores o los criterios propios del estudiante.
? Obtener el sentido global del tema. Hojeada.
? Establecer un criterio de relevancia (significatividad) y explorar el texto
siguiendo el criterio. Subrayado.
? Ajustar cada parte del texto a los criterios establecidos. Extraer l a idea
principal.
? Unir las ideas principales extraídas. Resumen.
? Retener las ideas seleccionadas. Ayudas mnemotécnicas.