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UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS DE

HIDALGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

Filosofía del Derecho


ANTOLOGÍA

MTRA. GABRIELA PONCE BÁEZ

MORELIA, MICHOACÁN, SEPTIEMBRE 2010.


Filosofía del Derecho

Antología

o Unidades temáticas

o Textos

Facultad de Derecho y Ciencias Sociales

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo


ÍNDICE

Pág.

Presentación (4)

Objetivo General del Curso (5)

Unidades Temáticas (6)

Unidad 1 (11)

Unidad 2 (30)

Unidad 3 (42)

Unidad 4 (50)

Unidad 5 (59)

Fuentes consultadas (61)


PRESENTACIÓN

Las sociedades actuales se encuentran ante problemas de diversa índole que están

poniendo en crisis a las estructuras establecidas y a las tradicionales maneras de

entender al mundo y las relaciones humanas.

El Derecho no se encuentra ajeno a esta tendencia, por lo que la Filosofía del

Derecho emerge con gran fuerza en el naciente Siglo XXI, como una rama jurídica

que pretende ofrecer soluciones completas a este tipo de problemas, mismos que

tienen que ver con el multiculturalismo, el pluralismo jurídico, la genética, la

información, la ecología, la globalización, la economía, la democracia, el regreso a

las culturas, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, entre otros.

Por ello, en este curso de Filosofía del Derecho pretendemos que el alumno

cuente con herramientas generales, teóricas y metodológicas para entender y

reflexionar de manera crítica, acerca de los diversos tópicos que interesan

actualmente al Derecho, más allá del simple legalismo y positivismo imperante en

nuestra tradición jurídica, con el objeto de que se pueda profundizar en el análisis de

los problemas a los que como juristas tendrán que enfrentarse en el corto plazo,

desde las diversas áreas en las que se involucren. Teniendo siempre como vértice, el

concepto de justicia y del derecho justo.

Morelia, Michoacán, México, septiembre 2010.

Gabriela Ponce Báez.

4
OBJETIVO GENERAL DEL CURSO

El curso de Filosofía del Derecho para el sistema abierto de la Facultad de Derecho y

Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, tiene

como objetivo general:

Analizar mediante el conocimiento de la Filosofía del Derecho, los problemas

fundamentales del Derecho, a través de las diversas corrientes de pensamiento, así

como de encontrar posibles soluciones a problemas prácticos, no solamente desde

la legislación, sino sobre todo, a través de la justicia.

5
UNIDADES TEMÁTICAS

UNIDAD 1. Introducción a la Filosofía del Derecho

1.1 Explicación de las nociones de Filosofía, Ciencia, Filosofía del Derecho y


Ciencia Jurídica.

1.2 Las ramas de la Filosofía y su aplicación en la Filosofía del Derecho:


Metafísica, Ontología, Lógica, Ética, Metodología, Teoría del Conocimiento, Filosofía
Analítica, Semiología, Axiología, Teleología, Antropología Filosófica, etcétera.

1.3 Los temas clásicos de la Filosofía del Derecho.


1.3.1 La noción y la posible definición del Derecho
1.3.2 Las categorías jurídicas o conceptos fundamentales
1.3.3 Los valores y los fines jurídicos
1.3.4 El problema de la aplicación del Derecho y de la Política Jurídica

1.4 La Filosofía del Derecho, la Teoría del Estado y la Ciencia Política. Sus
relaciones entre sí y ante los problemas de la globalización en la nueva
conceptualización del Estado Moderno y su posible desaparición o transformación
ante la formación de bloques económicos. Derecho y Orden Mundial.

1.5 Las nuevas temáticas de la Filosofía del Derecho. El impacto de la


informática jurídica y de los avances científicos y político-económicos en la
concepción del Derecho (globalización, genoma humano, la clonación,
criopreservación y la criogenia, etcétera).

1.6 Discusión entre el nivel de las teorías jurídicas y la propia Filosofía del
Derecho.
1.6.1 La sistemática técnica jurídica
1.6.2 La ciencia del Derecho comparado
1.6.3 Las teorías del Derecho
1.6.4 La Filosofía del Derecho

UNIDAD 2. Principales Corrientes de la Filosofía del Derecho y de la Ciencia


Jurídica.

2.1 Iusnaturalismo

2.2 Positivismo Jurídico

2.3 Corrientes contemporáneas de la Filosofía del Derecho


2.5.1 Realismo Jurídico

6
2.5.2 Teorías críticas del Derecho

UNIDAD 3. La posible definición del Derecho

3.1 El problema de asumir una única postura sin tomar en cuenta las críticas propias
a cada corriente, o bien, un tridimensionalismo o integralismo.

3.2 Análisis de los elementos de una definición del Derecho.

3.3 Explicación y fundamento de una posible definición o concepción del Derecho.

UNIDAD 4. La estimativa jurídica

4.1 Ética y Derecho y Teleología, como partes de la Filosofía.

4.2 El hombre, la cultura y los valores.

4.3 La problemática inherente a los valores.

4.4 El Derecho como manifestación cultural.

4.5 La Estimativa jurídica y la proyección de los valores en el mundo de lo jurídico.

4.6 La posible clasificación de los valores jurídicos: bien común, justicia y seguridad
jurídica.

4.7 Otros valores que se desprenden de la consecución de los anteriores.

4.8 El libre albedrío y la responsabilidad jurídica.

4.9 La fundamentación de los derechos humanos.

4.10 Los derechos humanos y su papel en el orden mundial

UNIDAD 5. Jurisprudencia técnica o sistemática técnica jurídica.

5.1 El gran problema de la Ciencia Jurídica como una ciencia de aspectos humanos, a
saber: la falta de exactitud, predicción y precisión en la solución de los problemas
jurídicos.

5.2 Revisión filosófica de los problemas de la sistemática técnica o jurisprudencia


técnica y de las operaciones lógicas o de otra índole para poderlos resolver.

7
5.3 La dogmática jurídica: valoración sobre sus consecuencias jurídicas.

8
UNIDAD 1.
INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DEL DERECHO

OBJETIVO:

UBICAR A LA FILOSOFÍA DEL DERECHO AL INTERIOR DE LA


FILOSOFÍA, ASÍ COMO EL ESTABLECIMIENTO DE SUS RELACIONES
CON LA CIENCIA JURÍDICA.

DISTINGUIR ENTRE EL CONOCIMIENTO FILOSÓFICO Y EL


CONOCIMIENTO CIENTÍFICO, ASIMISMO, PRECISAR LOS ALCANCES Y
LÍMITES DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO.

9
UNIDAD 1.
INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DEL DERECHO

Contenido:

UNIDAD 1. Introducción a la Filosofía del Derecho

1.1 Explicación de las nociones de Filosofía, Ciencia, Filosofía del Derecho y


Ciencia Jurídica.

1.2 Las ramas de la Filosofía y su aplicación en la Filosofía del Derecho:


Metafísica, Ontología, Lógica, Ética, Metodología, Teoría del Conocimiento, Filosofía
Analítica, Semiología, Axiología, Teleología, Antropología Filosófica, etcétera.

1.3 Los temas clásicos de la Filosofía del Derecho.


1.3.1 La noción y la posible definición del Derecho
1.3.2 Las categorías jurídicas o conceptos fundamentales
1.3.3 Los valores y los fines jurídicos
1.3.4 El problema de la aplicación del Derecho y de la Política Jurídica

1.4 La Filosofía del Derecho, la Teoría del Estado y la Ciencia Política. Sus
relaciones entre sí y ante los problemas de la globalización en la nueva
conceptualización del Estado Moderno y su posible desaparición o transformación
ante la formación de bloques económicos. Derecho y Orden Mundial.

1.5 Las nuevas temáticas de la Filosofía del Derecho. El impacto de la


informática jurídica y de los avances científicos y político-económicos en la
concepción del Derecho (globalización, genoma humano, la clonación,
criopreservación y la criogenia, etcétera).

1.6 Discusión entre el nivel de las teorías jurídicas y la propia Filosofía del
Derecho.
1.6.1 La sistemática técnica jurídica
1.6.2 La ciencia del Derecho comparado
1.6.3 Las teorías del Derecho
1.6.4 La Filosofía del Derecho

10
UNIDAD 1.
INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DEL DERECHO

Para esta unidad introductoria, revisaremos diversos textos que desde variadas

perspectivas, tratarán de responder a los cuestionamientos acerca de la

cientificidad de la filosofía. Es decir, los conceptos de ciencia y filosofía serán

revisados de manera general para de esta manera poder llegar a una posible

definición de la Filosofía del Derecho.

Asimismo, analizaremos el contenido temático de la filosofía del Derecho

que tradicionalmente se ha estudiado, así como las vertientes más actuales de

la misma disciplina, lo que nos ayudará a entender su complejidad.

1.1 Explicación de las nociones de Filosofía, Ciencia, Filosofía del Derecho y Ciencia

Jurídica.

En este sentido, es de mucha utilidad el texto “¿la Filosofía como ideología o

como ciencia?”, de Leopoldo Zea, que se encuentran en su libro: La Filosofía

americana como filosofía sin más, editado por Siglo XXI editores, en el año de

1989. En esta obra, el autor resalta la importancia del quehacer filosófico en

América Latina, al afirmar que: “Hay que intentar hacer pura y simplemente

filosofía, que lo americano se dará por añadidura. Bastará que sean

americanos los que filosofen para que la filosofía sea americana a pesar del

intento de despersonalización de los mismos”.1

1
p. 44.

11
Como bien se sabe, este autor es el autor de lo latinoamericano por

excelencia, por lo que ha tratado de rescatar la importancia del pensamiento

original. Americano sí, pero enriqueciéndose del pensamiento original: “Al

intentar resolver los problemas del hombre, cualquiera que sea su situación en

el espacio, o en el tiempo, tendremos que partir necesariamente de nosotros

mismos… tendremos que partir de nuestras circunstancias, de nuestros límites,

de nuestro ser americanos”.2

En relación con la ciencia, Leopoldo Zea hace una profunda crítica al

señalar que: “El extremismo en que se olvide el origen mismo de toda filosofía,

esto es, al hombre, al individuo que la hace posible con todas sus pretensiones

limitaciones. La filosofía enfrentada, entre otras cosas que le ofrece realidad

contemporánea, a la técnica. Esto es, a la manipulación de la naturaleza para

hacer de ella un instrumento al servicio del hombre. Una técnica que pretende

ser cada vez más precisa; de una precisión de la cual ha dependido y hecho

posible el dominio casi fantástico que el hombre parece alcanzar sobre la

naturaleza. Capacidad de dominio que ha hecho de la ciencia lo que la filosofía

fuera en la Edad Media de la teología, sierva de la técnica. Servidumbre que se

quiere extender a la misma filosofía al limitar la función de la misma a la simple

lógica”.3

Sin embargo, no pueden dejarse fuera el elemento de ideología que

tiene toda filosofía, así como también es ética: una ideología y una ética que se

preguntan por ese retraso de las relaciones humanas en comparación con sus

altos logros científicos y técnicos, dice Zea.

2
Ibidem, p. 45.
3
Ibidem, p. 46.

12
El propósito del autor en este texto, es resaltar la importancia que la

filosofía tiene para la sociedad y sobre todo, para la liberación del ser humano,

en sus términos: “una filosofía que nos haga concientes de nuestra situación

como hombres entre hombres, como pueblos entre pueblos. Una filosofía que

nos muestre cómo esa ciencia rigurosa, esa lógica precisa, esa técnica

originada en ella, puede también estar a nuestro servicio; puede, también

ofrecernos el confort, el modo de vida, que ya se hace posible en otros

pueblos”.4

Esta perspectiva se confronta con el texto de Víctor Manuel Rojas

Amandi que también se analiza en esta unidad. El autor considera que hay una

separación entre ciencia y filosofía, debido a que “la práctica científica

contemporánea se ha inquietado por el qué verificar y muy poco por el cómo

verificar. Esto quiere decir que para el científico lo primordial es captar

conceptualmente el material empírico que corresponde a su campo de estudio,

que asimila en una estructura teórica-racional aprendida en su formación

científica y de la cual nunca o rara vez toma conciencia en cuanto a su carácter

problemático”.5

Es decir, que la separación entre la filosofía y la ciencia se refleja en la

ruptura que se está consumando de la teoría del conocimiento o epistemología

en relación con la filosofía tradicional.

Ahora bien, en cuanto al carácter científico de la filosofía el autor señala

que “la filosofía busca ser científica en el aspecto formal del pensamiento, en la

actividad de éste que conoce el objeto. Con ello no pierde nada filosófico, pues

4
Ibidem, p. 47.
5
Rojas Amandi, Víctor Manuel, Filosofía del Derecho, 2ª edición, Oxford,
México, 2000, p. 40.

13
la ciencia y la filosofía coinciden precisamente en que utilizan el entendimiento

racional del mundo para conocer su objeto de estudio. La ciencia y la filosofía

seguirán ubicándose en diversos niveles de pensamiento, aunque la actividad

intelectual a la que recurren es exactamente la misma”.6

En este mismo bloque de lecturas, hacemos referencia al libro de Benito

de Castro Cid: Manual de Teoría del Derecho, mismo que retomaremos

constantemente a lo largo de este curso y que se plantea las diversas

posibilidades acerca del surgimiento de la Filosofía del Derecho.

En este sentido, el autor expresa que tuvo un surgimiento desde un

sentido subjetivo, un sentido objetivo y un sentido académico.

En el caso del surgimiento de la filosofía del derecho desde el sentido

subjetivo, el autor menciona que: “brotó en el seno de las creencias y mitos que

las sociedades primitivas venían cultivando como clave de interpretación de las

regularidades o leyes que regían su vida”.7 Esto quiere decir que “el tipo de

conocimiento designado con el nombre de filosofía del Derecho ha existido

(con uno u otro nombre y con un menor o mayor nivel de especificidad y rigor)

desde el momento mismo en que el hombre comenzó a someter a la reflexión

filosófica su propia existencia y la existencia de todos los demás seres

(naturales o culturales) que se constituían su inevitable circunstancia vital”.8

En lo que respecta al surgimiento de la filosofía del derecho en su

sentido objetivo, Castro Cid establece que se presentó como construcción

teórica desde el momento en que la interpretación mitológica de la vida social

dio paso a las explicaciones lógicas.


6
Ibidem, p, 44.
7
Castro Cid, Benito de, Manual de Teoría del Derecho, Universitas, Madrid,
2004, p. 388.
8
Ibidem, pp. 388 y 389.

14
En cuanto a su sentido académico, se debe destacar que la enseñanza

de las disquisiciones y estudios filosóficos ha estado presente “ya en la

formación académica de los juristas y prohombres públicos, no sólo desde el

nacimiento de las universidades medievales, sino también muchos siglos antes,

como se desprende de los datos que conocemos en relación con la actividad

de la Academia platónica y los escritos del propio Platón y de Aristóteles”.9

1.2 Las ramas de la Filosofía y su aplicación en la Filosofía del Derecho: Metafísica,


Ontología, Lógica, Ética, Metodología, Teoría del Conocimiento, Filosofía Analítica,
Semiología, Axiología, Teleología, Antropología Filosófica, etcétera.

1.3 Los temas clásicos de la Filosofía del Derecho.


1.3.1 La noción y la posible definición del Derecho
1.3.2 Las categorías jurídicas o conceptos fundamentales
1.3.3 Los valores y los fines jurídicos
1.3.4 El problema de la aplicación del Derecho y de la Política Jurídica

Rafael Márquez Piñero empieza a delinear aquellos aspectos que conformarán

el contenido temático de la Filosofía del Derecho, pero aún sin definirla

propiamente, lo que nos permitirá generar un concepto mucho más pensado y

reflexivo en sesiones posteriores.

En esta línea, el autor señala que el principal y fundamental tema para la

Filosofía del Derecho es el concepto del Derecho. Haciendo referencia a

García Maynez señala: “los temas esenciales de la filosofía del derecho son

dos: el primero, la determinación del concepto del derecho; el segundo, el

referente a los valores que el orden jurídico positivo debe realizar”.10

9
Ibidem, p. 390.
10
Márquez Piñero, Rafael, Filosofía del Derecho, Trillas, México, 2005, p.
23.

15
Nos parece interesante rescatar las ideas de Gregorio Robles en torno a

este mismo tema. Él afirma que la Filosofía del Derecho puede entenderse

desde un sentido amplio y un sentido estricto.

En sentido amplio, la concibe como “toda forma de aproximación

intelectual al fenómeno jurídico, cuyo cometido sea la comprensión totalizadora

u omnicomprensiva del mismo”.11 Entonces hubo filosofía desde el momento en

que los hombres quisieron sustituir el mito por la razón.

Por el contrario, y como el mismo autor lo señala, estaremos ante la

filosofía del Derecho en sentido estricto, cuando se atiende “a una perspectiva

histórica que contemple el proceso de las epistemologías dominantes, hay que

señalar como momento cultural definitivamente delimitador de nuestro

problema el fenómeno del positivismo. Habría así una filosofía jurídica antes

del positivismo y otra filosofía jurídica posterior al positivismo… puesto que la

designación “Filosofía del Derecho” no aparece sino hasta finales del siglo XVIII

y comienzos del XIX”.12

De manera similar a como lo hace Márquez Piñero, Robles señala como

temas fundamentales de la Filosofía del Derecho, los siguientes:

1. El problema del conocimiento.

2. El problema del ser.

3. El problema del valor.

4. El problema de la existencia.

11
Robles, Gregorio, Introducción a la Teoría del Derecho, Debate, Madrid,
1998, p. 21.
12
Ibidem, p. 22.

16
En lo que se refiere al primero de los problemas planteados, se puede

señalar que es suscitado por la duda acerca de la certeza y de la fiabilidad de

la mente humana.

En cuanto al segundo de los problemas, relativo al ser, Robles considera

que es despertado por la admiración, que, como dijeran ya los giregos,

constituye el punto de partida de todo filosofar.

El problema del valor, por su parte, “corresponde a un sentimiento que

pone al hombre en contacto con el futuro… El valor es lo que está más allá,

pero no espacialmente, sino en la temporalidad. Toda esperanza es creencia

en el más allá, y por eso, toda sustancia es sustancialmente religiosa”.13

Por otra parte, el problema de la existencia, hace referencia, de acuerdo

con el autor, a “el sentido último de nuestra vida personal, la imposibilidad de

escapar al ‘aquí y ahora’, a la realidad natural que nos rodea…”.14

Estos problemas se traducen en las siguientes ramas o partes de la

Filosofía del Derecho:

a) Teoría del conocimiento jurídico

b) La Ontología jurídica

c) La Axiología jurídica

d) Filosofía existencial del Derecho

¿A qué se avocarán cada una de estas ramas? Lo podemos plantear, de

acuerdo con Robles, en los siguientes términos:

a) Teoría del conocimiento jurídico: “se plantea el problema de si es

posible el conocimiento jurídico y cuáles son las manifestaciones de éste”. 15

13
Ibidem, p. 25.
14
Idem.
15
Ibidem, p. 28.

17
Por razones históricas, a este problema también lo identificamos como el

problema de la teoría de la ciencia jurídica, que a su vez se plantea el problema

de si “lo que los juristas han hecho, y hacen, en su quehacer diario, esto es,

como intérpretes, constituye una verdadera ciencia”.16

b) La Ontología jurídica: tiene como misión principal “llegar a un

concepto unitario y global del Derecho que abarque definiciones y

descripciones parciales… supone, la existencia de un qué, de un objeto, que,

relacionado con el sujeto de conocimiento, es susceptible de investigación”.17

En resumen, el problema primordial que se plantea la Ontología jurídica

es el del concepto del Derecho, al cual nos avocaremos en una unidad

posterior de este curso.

c) La Axiología jurídica: tendrá como finalidad la investigación de los

valores jurídicos. Esta rama estará directamente relacionada con la teoría de la

justicia.

d) La Filosofía existencial del Derecho: “es la parte de la Filosofía que

intenta conectar el fenómeno jurídico con la vida humana. La antropología

filosófica se constituye en centro de la reflexión desde el cual el otear el

horizonte problemático del Derecho”.18

16
Idem.
17
Ibidem, p. 29.
18
Ibidem, p. 30.

18
1.4 La Filosofía del Derecho, la Teoría del Estado y la Ciencia Política. Sus relaciones

entre sí y ante los problemas de la globalización en la nueva conceptualización del

Estado Moderno y su posible desaparición o transformación ante la formación de

bloques económicos. Derecho y Orden Mundial.

En los últimos años, la Filosofía del Derecho cada vez ha cobrado una mayor

relación con la teoría del Estado y la Ciencia Política, en virtud de los temas y

problemáticas que comparten. Tanto, que incluso llegan a confundirse. Máxime

en la actualidad, donde nuevos problemas se presentan con motivo de la

globalización, el estado moderno y el nuevo orden mundial.

Frente a este panorama, el texto de Francisco Javier Caballero Harriet

“Cultura, Ciudadanía y Derecho para otra mundialización”, ilustra muy bien

todas estas problemáticas, por lo que consideramos imprescindible sus análisis

y discusión en el presente curso de Filosofía del Derecho.

El autor parte de la conceptualización de la globalización neoliberal

como detonante de varios de los problemas que hemos enunciado

anteriormente. Crítica los prejuicios acerca de conceptos acuñados desde el

liberalismo, para recaer en la idea del nuevo universalismo, sobre el que señala

que: la promesa de “lo universal” jamás se cumplió. Ahora, la misión de

occidente –parafraseando a Jean Baudillard- es: “someter, por todos los

medios, a las múltiples culturas a la ley feroz de la equivalencia… La creación

de un sistema mundial es el resultado de unos celos inmensos: los que siente

una cultura indiferente y de baja definición de las culturas de alta definición –

los que se sienten los sistemas desencantados, desintensificados de las

19
culturas de alta intensidad -, los que sienten las sociedades desacralizadas de

las culturas o las formas sacrificiales”.19

Frente a esta situación, Caballero plantea diversas soluciones, tales

como por ejemplo, el regreso a las culturas, al cual concibe como “un

enfrentamiento, casi antropológico, entre una pretendida cultura universal

indiferenciada y la alteridad irreductible. Es en definitiva, la respuesta del

hombre a la decepción que ha supuesto la promesa de la liberación y

emancipación espiritual y material de la Reforma no materializada a lo largo de

la civilización capitalista”.20

Otras propuestas del autor hacen referencia a la nueva ciudadanía que

debe imperar en la sociedad, sobre la que apunta: “el asentamiento de la

sociedad-mercado liberal, con su complemento el Estado de Control, constituye

la negación de la ciudadanía ‘porque se niega a ver que un telos abstracto

propiciado por la ley de la historia sofoca, al mismo tiempo, la libertad y el

mismo sentido de la Ley, reduciendo así a los hombres al estatus de máquinas

con fines preestablecidos’”.21

Propone entonces que se vuelva a la naturaleza de la que habló

Rousseau, lo que supone “la vuelta a la interioridad, a lo íntimo para que, allí, el

individuo se reencuentre consigo mismo, con su propia esencia y, a partir de

ahí, pueda nacer Emilio-Sofía como fruto de la pedagogía integral exenta de

intereses o ideologías, para ser el sujeto de la sociedad político-democrática

del Contrato Social. En este mismo sentido, ‘volvamos a la cultura’ es la

propuesta actualizada del ‘volvamos a la naturaleza’ rousseauniano. Se trata


19
Caballero Harriet, Francisco Javier, Cultura, Ciudadanía y Derecho para otra
mundialización, España, p. 6.
20
Idem.
21
Ibidem, p. 9.

20
de nuevo, del reencuentro, en cada cultura, con la identidad perdida por efecto

de la erosión que sobre el individuo está produciendo el mercado”.22

Pero la parte más interesante del texto que se analiza, es la referente a

la propuesta del autor en torno a “el otro Derecho”, es decir, una propuesta de

nueva sociedad partiendo del hombre-mujer como sujeto cultural, como sujeto

político y como sujeto universal, haciendo un listado de los hechos y conceptos

que debe conocer el hombre-mujer como ser identitario; los procedimientos que

debe saber y habilidades que debe conseguir; los valores y actitudes que debe

adoptar; los hechos y conceptos que debe conocer el hombre-mujer como

persona o sujeto universal; los procedimientos y habilidades que debe saber y

conseguir como tal; y finalmente, relaciona los hechos, conceptos que debe

conocer, procedimientos y habilidades que debe saber y conseguir, así como

los valores y actitudes que debe adoptar el hombre-mujer como ser ciudadano.

Como se desprende de esta lectura, la Filosofía no está, ni debe estarlo,

desligada de la Ciencia Política y de la Teoría del Estado, ya que se

encuentran íntimamente unidas por la profunda esencia interior que comparten.

Ya lo ha destacado así el importante politólogo Giovanni Sartori, quién

ha dicho que en el caso de la Ciencia Política, la Filosofía tiene una aplicación

práctica, al señalar: “si un determinado tipo de conocimiento no se preocupa de

“ver” la realidad fenoménica, ¿cómo pretender que pueda valer para ésta?... Mi

tesis es que los problemas de la acción remiten a un conocimiento dirigido a los

fines de la acción; esto es, a un ‘conocimiento para aplicar’, que justamente

22
Ibidem, p. 12.

21
estudia los problemas en clave de resolución práctica, estudia los medios aptos

para conseguir los fines”.23

Y como ejemplo de deducción de la política a partir de la filosofía, Sartori

habla de Marx, cuando se entra al estudio de un caso paradigmático que para

este apartado de nuestra antología es de suma utilidad: el Estado, y lo hace en

los siguientes términos que citamos directamente del autor:

“Si le quitamos a Marx su sustento implícito de la filosofía hegeliana,

tratando el problema a un nivel empírico, su teoría del Estado aparece basada

en dos axiomas totalmente gratuitos: 1) que se puede prescindir del Estado,

pues éste es innecesario y superfluo; 2) que la dictadura del proletariado está

destinada a una vida efímera y provisoria. Marx parte del concepto hegeliano

del ‘Estado ético’. Pero para Marx, lo universal político-ético se convierte en la

‘sociedad’; la culminación del ethos ya no es, pues, el Estado, sino la sociedad

misma.

Establecido esto, Marx razona de este modo: desde que la sociedad es

el verdadero ‘universal’, se deduce que el Estado no es necesario, que es una

‘superestructura’ ficticia instaurada por una autoalineación, y que por tanto el

Estado debe desaparecer. La sociedad del futuro será una sociedad sin Estado

y el proletariado se adueñará del Estado para destruirlo.

Ahora bien, está claro que toda esta demostración se basa en un

presupuesto implícito: que Marx acepta la definición del Estado dada por Hegel.

¿Cuál es el Estado que no tiene razón de ser, si es exacta la demostración

marxista? Es el Estado como ‘sustancia ética’… en su transfiguración

hegeliana. Según Marx, este Estado no tiene razón de ser porque Marx
23
Sartori, Giovanni, La Política, Fondo de Cultura Económica, 3ª edición,
México, 2002, pp. 47 y 48.

22
trasvasa el ethos del Estado a la sociedad, esto es, vacía al Estado ético de su

ficticia ‘eticidad’…

…Es claro que el problema empírico del Estado no tiene nada que ver

con el problema de su ‘sustancialidad ética’, que es el problema de atribuirle al

Estado un ‘significado de valor’; es en cambio el problema del control, la

limitación y la subdivisión del poder…

…A fin de que el Estado desaparezca, se busca un Estado todavía más

fuerte, capaz de hacerlo desaparecer. Por lo tanto, un Estado para asesinar al

Estado… En términos de acción, Marx incita a construir un Estado que escapa

totalmente a la fórmula cognoscitiva expuesta por el propio Marx”.24

Así podemos ver que el texto de Caballero podría encuadrarse en el

mismo caso que la teoría de Marx. Estarían estas posturas haciendo filosofía

política, y más aún, una filosofía que invita a la acción.

Siguiendo en este tenor, Sartori destaca algunas bases importantes

respecto a la filosofía política en sentido positivo (¿qué es?) y en sentido

negativo (¿qué no es?) que vale la pena mencionar:

“Primera razón: para saber cuándo utilizarla… La filosofía política es un

componente fundamental del discurso político, dado que es la fragua donde se

elabora la legitimación, o inversamente, la invalidación de la polis…

Segunda razón: para saber conocerla, aun cuando esté muy bien

mimetizada dentro de otras disciplinas…

Tercera razón: saber qué ‘no es’ la filosofía, resulta indispensable para

no filosofar cuando no es el caso hacerlo, esto es, cuando tenemos en mente

objetivos prácticos y nos interesa un conocimiento de aplicación”.25


24
Ibidem, pp. 48 y 49.
25
Ibidem, pp. 50 y 51.

23
La Filosofía en el campo de la Ciencia Política es indispensable por las

razones que arguye Sartori, siendo una de sus principales preocupaciones, la

idea y el concepto de Estado, que tan bien trata de reestructurar Caballero

Harriet al plantear los escenarios a los cuales la idea tradicional del Estado se

enfrenta en la actualidad.

1.5 Las nuevas temáticas de la Filosofía del Derecho. El impacto de la informática


jurídica y de los avances científicos y político-económicos en la concepción del
Derecho (globalización, genoma humano, la clonación, criopreservación y la
criogenia, etcétera).

A la par de lo que señala Caballero Harriet en su lectura, así para este tema

sobre nuevas temáticas y reflexiones de la Filosofía del Derecho, recurrimos

aun autor que en la misma línea, analiza de forma crítica las nuevas tendencias

y preocupaciones para esta disciplina, desde la realidad de América Latina.

Nos referimos a Norman José Solórzano Alfaro, quien en su artículo

“Algunos retos de la filosofía jurídica en América Latina”, aborda cuestiones tan

trascendentales en la actualidad como por ejemplo, el pluralismo jurídico, la

interculturalidad, la equidad de género, la ecología, entre otros muchos.

En este texto, el autor parte de dos conceptos fundamentales, la

igualdad y la diferencia, producto de la modernidad y el tipo de derecho que ha

resultado de la misma. Es decir, “en virtud del predominio de esa racionalidad

técnico-instrumental, el derecho occidental moderno aparece afecto a una

reducción de tipo normativista y legalista, que recorta taxativamente el espectro

de las fuentes, reduce el ámbito y alcances de la experiencia jurídica,

empobreciendo gravemente la cultura jurídica, particularmente por un déficit de

24
saber social… instituye y coloca al Estado como árbitro absoluto de la legalidad

vigente y otorga el protagonismo a legisladores y jueces”.26

Vemos entonces que el autor refiere que el legalismo imperante en el

Derecho latinoamericano limita considerablemente la experiencia acerca de lo

jurídico y ha propiciado, en el fondo, las desigualdades sociales existentes.

Continua señalando el autor: “el derecho moderno resultante del

‘iluminismo político’ que perseguía aquél ideal igualitario, tiene su máxima

expresión en el principio de legalidad y su correlativo principio de

jurisdiccionalidad, ejes vertebradotes del Estado de derecho. Pero en la medida

que toda esta empresa ha quedado aprisionada ‘en la lógica de postulados

empíricos, no fue capaz de realizar la emancipación y la liberación del hombre’

sino que ha generado múltiples efectos indirectos”.27

Entre ellos señala los siguientes: a) la invisibilización de otros actores

sociales (sindicatos, asambleas, movimientos sociales, corporaciones,

comunas, grupos sociales de toda índole, etc.), y su exclusión como sujetos

operadores del derecho, pues quedan reducidos a meros destinatarios previos

de una legalidad dictada y ejercida por “otros” lejanos de sus universos de vida

y experiencia. b) Una obsecuente impunidad con la invisibilización del “pacto

sexual” que subyace y antecede al ‘pacto social’, con el consiguiente

desconocimiento, entre otros aspectos, del papel y valor de la maternidad como

generadora de diversos valores… y afirma la sumisión de las mujeres (y los

valores) a patrones de lo masculino construido afín de las exigencias de la ley

del contrato en cuanto ley del padre. c) La producción de un sistema de


26
Solórzano Alfaro, Norman Juan, “Algunos retos de la filosofía jurídica en
América Latina”, en Revista Crítica Jurídica, No. 22, Jul.-Dic. 2003, IIJ-UNAM,
México, 2003, p. 159.
27
Idem.

25
exclusiones para los pueblos y sus culturas diversas a la predominante en las

sociedades de capital, escondida bajo el ropaje de una declarada igualdad

racial que genera, como efecto indirecto, la desigualdad social y el

etnocentrismo”.28

Ante estos problemas que representan el fracaso del sistema jurídico

imperante, se están generando ya respuestas y alternativas que tienen que ver

directamente con la alteridad y la emancipación en el campo del Derecho,

mismas que tienen injerencia directa sobre el campo de la familia, en las

relaciones de producción, en el ámbito de la ciudadanía y las relaciones que se

generan a nivel mundial.

En el ámbito de la filosofía, señala el autor, esto se traduce en la

“desoccidentalización conceptual”; esto es, que la filosofía se despoja de la

concepción occidental, dando paso a nuevas reflexiones más desde lo local,

pero un contexto mundial o internacional. Estas nuevas reflexiones o

problemas se centran en aspectos tales como los siguientes:

a) El pluralismo jurídico, “a través de la crítica del monismo del

centralismo estatal, que en un contexto de exclusión social, dominado por el

conflicto de clases y grupos, por relaciones de fuerza y presión, sufrimientos e

injusticias, ‘justifica abandonar la hegemonía tradicional del monismo estatal y

dislocarse hacia múltiples frentes de producción normativa generadas por los

movimientos populares y prácticas sociales liberadoras’”.29

b) La interculturalidad, “se trata de rehacer el mapa de nuestra filosofía

como un mapa que ha sido dibujado… por una pluralidad de sujetos que

hablan su propia lengua. Cumpliendo esta tarea la ‘filosofía latinoamericana’…


28
Ibidem, pp. 159 y 160.
29
Ibidem, p. 161.

26
se proyectará como una filosofía de contextura polifónica en la que las diversas

voces de nuestro trenzado cultural no son ‘reducidas’, sino que encuentran en

ella el especio libre y abierto necesario para expresarse como tales y… para

comunicarse sus diferencias”.30

c) La visión de género, “mediante el desenmascaramiento de las

argucias del patriarcado”.31

d) El desarrollo erario, “al poner en cuestión el adultocentrismo que

desconoce como personas a niñas, niños y adolescentes”.32

e) La ecología, “por la inauguración de una visión holística sobre las

condiciones de vida”33 diversas al estilo de vida capitalista.

Algunos otros problemas que se analizan por esta nueva filosofía, tienen

que ver con la crítica a los principios de legalidad y de jurisdiccionalidad; la

relación entre derecho y democracia; y más aún, los problemas acerca de la

crítica de la justicia; los problemas de una constitución global en tiempos de un

pretendido neo-imperialismo global; así como el mandato protectivo hacia los

“más débiles”, frente a los poderes totales e imperiales.

UNIDAD 2.
PRINCIPALES CORRIENTES DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO Y
DE LA CIENCIA JURÍDICA

30
Ibidem, p. 162.
31
Idem.
32
Idem.
33
Idem.

27
OBJETIVO:

EXPLICAR LAS CARACTERÍSTICAS DISTINTIVAS DE CADA UNA DE LAS


CORRIENTES QUE TRATAN SOBRE EL DERECHO Y LAS CRÍTICAS MÁS
RECONOCIDAS QUE SE HAN HECHO A CADA UNA DE ELLAS.

28
UNIDAD 2.
PRINCIPALES CORRIENTES DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO Y
DE LA CIENCIA JURÍDICA

Contenido:

UNIDAD 2. Principales Corrientes de la Filosofía del Derecho y de la Ciencia


Jurídica.

2.1 Iusnaturalismo

2.2 Positivismo Jurídico

2.3 Corrientes contemporáneas de la Filosofía del Derecho


2.51 Estructuralismo
2.5.2 Realismo Jurídico
2.5.3 Teorías críticas del Derecho

29
UNIDAD 2.
PRINCIPALES CORRIENTES DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO Y
DE LA CIENCIA JURÍDICA

Aunque en la tercera unidad abordaremos el problema acerca del concepto de

derecho, con el objeto de ilustrar de una mejor manera las principales

corrientes de la Filosofía del Derecho y de la Ciencia Jurídica, revisáremos lo

que estas corrientes han estudiado acerca del Derecho, lo que nos permitirá

además de acercarnos al tema de la siguiente unidad, comprender mucho

mejor cómo se manifiestan estas posturas al momento de conceptuar al

Derecho.

Para ello, nos dedicaremos al análisis del artículo publicado por Imer

Flores, titulado: “la concepción del Derecho en las corrientes de la filosofía

jurídica”, en donde de manera muy clara establece ideas importantes acerca de

este tema fundamental.

El autor comienza su trabajo señalando que la palabra Derecho “tiene

varias representaciones que hacen equívoco cualquier intento por definirlo. Por

esta razón, se afirma que el término `derecho' no solamente no posee un

sentido unívoco sino que su alcance es anfibológico; es decir, se puede

camuflar en tantas acepciones como circunstancias. Esta complejidad y

multiplicidad de concepciones del derecho incluyen: 1) Ciencia o disciplina

científica; 2) Facultad, potestad o prerrogativa del individuo; 3) Resultado de las

fuentes formales; 4) Ideal de justicia; 5) Sistema de normas e instituciones; y 6)

30
Producto social o cultural”;34 y explica brevemente cada uno de estos aspectos;

sin embargo, no entraremos al detalle de esta cuestión para ir directamente al

tema que nos ocupa.

En cuanto a las corrientes filosóficas existentes y que se han abocado al

estudio del concepto del Derecho, el autor inicia con el iusnaturalismo,

tendencia que entenderemos en los siguientes términos: “El derecho es la

suma de potestades y prerrogativas inherentes o consustanciales al ser

humano. Por tanto, el derecho como objeto de estudio se reduce al derecho

natural o justo que fundamenta el contenido del derecho; es decir, al derecho

intrínsecamente justo, cuya validez es objetiva o material.

La validez del derecho deriva de la esencia del hombre. Por tanto, el

derecho debe ser consustancial a la vida humana, y reconocer los criterios

éticos y virtuosos que deben coincidir con la naturaleza del hombre. La

corriente del iusnaturalismo se divide en dos grandes grupos: el teológico y el

laico o racional”.35

Sobre el iusnaturalismo teológico, el autor se remite a García Maynez,

señalando que el pensamiento iusnaturalista “adquirió un matiz teológico a

partir de Sócrates y Sófocles. Lo justo y natural no tiene fundamento en el

poder ni deriva de la voluntad del legislador, no se basa en las peculiaridades o

atributos de la especie humana sino en el arbitrio divino. Frente al derecho

escrito, creado por los hombres, aparecen las leyes de los dioses. Las leyes

humanas son perecederas y cambiantes con validez relativa mientras que las
34
Flores, Imer B., “La concepción del Derecho en las corrientes de la filosofía
jurídica”, en Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Núm. 90, Nueva Serie
año XXX, Sep.-Dic., IIJ-UNAM, México, 1997, disponible en:
http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/90/art/art6.htm,
consultado el 20 de agosto de 2010.
35
Idem.

31
leyes divinas son eternas e inmutables por lo que tienen validez absoluta.

Asimismo, para Platón y Aristóteles el derecho se basa en la idea de justicia y

equidad”.36

Continúa narrando el autor que: “para San Agustín, el derecho se

presenta como la ley eterna de la razón divina. Es decir, la lex aeterna es la

razón divina o voluntad de Dios que manda conservar el orden natural y

prohíbe perturbarlo o que dirige todo lo creado hacia sus propios fines. Al lado

de la ley eterna se encuentra la ley natural que es la ley eterna inscrita en el

corazón y la conciencia de los hombres…”.37

Mientras tanto, para Santo Tomás de Aquino, la “ley no es otra cosa que

el dictamen de la razón práctica del príncipe que gobierna una comunidad o

sociedad perfecta. Dios es el creador del Universo, éste es gobernado por la

razón divina que dirige toda acción y todo movimiento; sus concepciones son

eternas y, por tanto, rigen los destinos de todo el mundo. La ley eterna es la

razón divina que gobierna todo lo que existe mientras que la ley natural es la

participación de la ley eterna en la criatura racional. De esta manera, las leyes

humanas para poder ser consideradas como verdaderas leyes nunca deberían

contrariar a la ley de Dios”.38

Por lo que atañe al iusnaturalismo laico o racional, Flores destaca que

éste surgió gracias a Hugo Grocio, una vez que se encargó de separar los

conceptos de ciencia, teología y religión, de manera que una nueva etapa se

inauguró con la idea de que el Derecho surge de la razón o del instinto social

del hombre.

36
Idem.
37
Idem.
38
Idem.

32
Desde esta perspectiva entonces, “el derecho no es otra cosa que un

producto que resulta del apetito social o de sociedad que tienen los hombres

para vivir en grupos organizados, donde impere una fuerza común bajo el

imperio del derecho natural y de la razón. Este derecho natural es dictado por

la recta razón de los hombres, que indica que cualquier acción debe

corresponder a la misma naturaleza racional del hombre porque el derecho se

reduce a su contenido intrínsecamente justo o natural”.39

La escuela del derecho natural comprende dentro de sus principales

exponentes a autores muy diversos como Thomas Hobbes, John Locke,

Baruch Spinoza, Samuel Pufendorf, Christian Thomasius, Gottfried Wilhelm

Leibnitz, Christian Wolf, Jean Jacques Rousseau, e Immanuel Kant, entre

otros. Sin lugar a dudas, no obstante a algunas diferencias accidentales, existe

una gran simetría sustancial entre ellos porque se basan en un sistema

conceptual semejante para explicar qué es el derecho.

Imer concluye este pequeño apartado aclarando que en el

iusnaturalismo, “el derecho deriva de la naturaleza humana no por ser hijo de

Dios sino por su calidad racional y social. Sin embargo, ambas posturas

reducen el derecho a un contenido intrínsecamente justo o natural, ya que para

los iusnaturalistas -tanto teológicos como laicos o racionales- el derecho es un

valor justo o natural”.40

La segunda corriente que el autor identifica es el iusformalismo, que

encontraremos más comúnmente con el concepto de positivimo, sobre el cual

apunta:

39
Idem.
40
Idem.

33
“En la ‘Ley de los tres estados’ Auguste Comte describió e identificó tres

etapas en la evolución del pensamiento humano. A la primera etapa se le

conoce como "estado teológico"; a la segunda como "estado metafísico"; y, a la

tercera y última como "estado positivo". Sin duda, el derecho ha pasado por

estas etapas. En un principio y con gran énfasis durante la Edad Media, el

derecho fue identificado por el iusnaturalismo teológico con la voluntad de Dios

o con la revelación divina. Desde el renacimiento hasta mediados del siglo

decimonónico, el derecho fue explicado por el iusnaturalismo laico o racional

como algo de acuerdo con la naturaleza del hombre como ser racional.

Comte rechazó tanto las especulaciones e imaginaciones teológicas

como las construcciones y razonamientos metafísicos; y planteó la necesidad

de pasar a la era positiva, en la que la ciencia dependería de la observación

empírica y de la conexión de hechos mediante la experiencia, como los únicos

métodos válidos para un ejercicio verdaderamente científico. Sin embargo,

paradójicamente, su pensamiento es criticado y descrito como metafísico

porque sus aseveraciones son tanto categóricas como dogmáticas. De hecho,

cabe recordar que las teorías evolucionistas del derecho de Savigny, Hegel y

Marx son consideradas como metafísicas, toda vez que proceden de

presunciones más allá de la observación inmediata.

El inmenso éxito que tuvieron las ciencias naturales en la primera mitad

del siglo diecinueve prepararon la base para que el positivismo propusiera la

aplicación de los métodos de las ciencias naturales en las sociales. Asimismo,

durante las primeras décadas del siglo veinte, el positivismo tomó una nueva y

radical forma como positivismo lógico a partir de los trabajos de Moritz Schlick y

Rudolf Carnap, del Círculo de Viena. Al término positivismo se le anexó el

34
calificativo lógico, al extender los descubrimientos de la lógica moderna,

especialmente de la lógica simbólica en su trabajo analítico. Por tanto, dentro

del positivismo, la tarea de la ciencia consiste en analizar el fenómeno mientras

que la filosofía se debe ocupar de la clasificación lógica de las ideas.

De este modo, el positivismo invadió todas las ciencias sociales -e

incluso a la filosofía- por supuesto que la ciencia jurídica no fue la excepción”. 41

Uno de sus máximos representantes ha sido Hans Kelsen, con quien se inicio

una etapa nueva “al separar tajantemente a la ciencia del derecho de

elementos ideológicos tanto teológicos como metafísicos, como son el

concepto de justicia y la idea de derecho natural. En su Teoría pura del

derecho, construye una ciencia jurídica mediante la aplicación de un método

puro, que consiste en hacer a un lado todo lo ajeno al derecho. Afirma que ‘el

objeto de la ciencia del derecho lo constituyen las normas jurídicas’".42

Esto quiere decir que Kelsen restringe el campo del derecho

exclusivamente a los preceptos jurídicos provenientes de la voluntad soberana

del Estado; o sea, a las normas que integran el sistema jurídico vigente. Para

decirlo más claramente, a la legislación.

“La concepción iusformalista del derecho presenta grandes aciertos,

como es el caso de señalar que los excesos y arbitrariedades de algunos

regímenes totalitarios, por más atroces que parezcan, son o fueron derecho,

como es el caso de la Alemania nazi y la persecución de judíos. Las

abominables aberraciones que se cometieron no tenían un contenido justo ni

natural a la esencia del hombre, pero era un derecho vigente o formalmente

41
Idem.
42
Idem.

35
válido. Por más que uno quiera olvidarlas y negarles su carácter jurídico, esto

fue legalmente reconocido como derecho porque derivó de la voluntad de los

hombres, quienes las declararon como obligatorias y vinculatorias”.43

En cuanto al realismo jurídico, éste se ha venido desarrollando en los

últimos años como una alternativa tanto al iusnaturalismo como al positivismo,

buscando mejores respuesta a los diferentes problemas planteados. En este

sentido, para el iusrealismo, “el derecho no es otra cosa que una experiencia

de realidades relativa a la conducta humana y al cumplimiento efectivo de las

normas jurídicas en los fenómenos sociales”.44 Para el iusrealismo, “el derecho

como objeto de estudio no son las normas ni los valores sino los hechos. Es

cierto que las normas jurídicas son trascendentales para conocer el derecho,

pero su importancia no radica en sí mismas por ser normas formales ni en su

contenido justo, sino en las actitudes y conductas humanas que derivan de

dichas normas y valores”.45

Vemos entonces que el iusrealismo tiene gran cercanía con la

sociología, en la que se apoya para llevar a cabo el estudio de los objetos. “El

iusrealismo reduce a la ciencia del derecho a una ciencia social empírica, pero

acepta que es una ciencia normativa no por estar compuesta de normas

vigentes sino porque los hechos sociales se refieren forzosamente a esas

normas; es decir, todas las proposiciones normativas acerca del derecho se

refieren en última instancia a los fenómenos sociales que le dan sustento.

Asimismo, cabe señalar que para esta escuela la ciencia del derecho forma

43
Idem.
44
Idem.
45
Idem.

36
parte de una rama más amplia del conocimiento que la comprende -ciencias

sociales- sin sostener que se le pueda confundir con ella, porque el derecho no

hace referencia a los meros hechos sociales, ya que siempre deben tomar en

cuenta su carácter normativo”.46

Como una corriente importante dentro del iusrealismo, encontramos al

realismo norteamericano, que se ha destacado con diversos autores tales

como: John Locke, David Hume, William James, John Dewey y Oliver Wendell

Colmes, entre otros, que sostienen pretenden principalmente, ligar al derecho

con la vida humana.

Benjamín Cardozo resaltó la necesidad de que “los jueces estén alertas

a las realidades sociales, al fundamentar que es indispensable un análisis

comprensivo del proceso judicial, que requiere un conocimiento íntimo de los

factores que forman e influencian al derecho, porque el proceso judicial incluye

tanto la creación como el descubrimiento de las reglas mismas”.47

La faceta más característica del realismo norteamericano consiste en

que “sus representantes tratan de minimizar el elemento normativo y

prescriptivo del derecho y maximizan el elemento empírico y descriptivo del

mismo. Así, el derecho se convierte en un conjunto de hechos, en lugar de

normas. Lo que les preocupa a los realistas se reduce a saber lo que los jueces

hacen en realidad al resolver las disputas que se presentan ante ellos. No

obstante, las decisiones de los tribunales son inciertas e impredecibles;

asimismo, las reglas y precedentes sobre los que se fundan son la expresión

46
Idem.
47
Idem.

37
de los valores morales y de las políticas públicas existentes en una sociedad

determinada”.48

Otra de las sub-corrientes del iusrealismo, es llamado realismo jurídico

escandinavo, que tiene como características principales: “un acercamiento

metodológico mucho más especulativo hacia los problemas jurídicos, y le

presta menos atención a las peculiaridades de las decisiones judiciales. No

obstante, comparten lo esencial, al adoptar una actitud empirista hacia la vida

humana y, por ende, hacia el derecho”.49

“Para los realistas escandinavos -incluso más radicales que sus

contrapartes norteamericanos- la naturaleza del derecho se identifica con un

conjunto de hechos en lugar de un conjunto de normas o comandos: El

derecho no es otra cosa que los hechos sociales. Dentro de los hechos

sociales destaca que el derecho sea una gran maquinaria con el propósito de

proteger a la sociedad. De hecho, el ejercicio de la fuerza es vista como parte

integral del concepto de derecho. Por esta razón, el derecho se define -para

Olivecrona- como reglas acerca del uso de la fuerza; y -para Ross- como un

instrumento del poder. De esta manera, Ross afirma que "el derecho consiste

en reglas concernientes al ejercicio de la fuerza". Asimismo, admiten que la

mayoría de la gente obedece al derecho como hábito y sin la necesidad de

recurrir a la fuerza física. No obstante, consideran que la amenaza de coerción

es un importante factor psicológico que asegura dicho cumplimiento”.50

“Los realistas -con la intención de eliminar por completo los juicios de

valor del campo de la ciencia jurídica- emprendieron un ataque muy severo a lo

48
Idem.
49
Idem.
50
Idem.

38
que denominan el "método de la justicia". De manera similar a los positivistas

lógicos, sostienen que los juicios de valor en el derecho son únicamente juicios

que corresponden a la forma verbal del mismo; por tanto, la discusión sobre el

contenido de los principios de justicia es meramente ilusoria. La justicia es

parte del derecho sólo cuando el orden jurídico o social es eficaz o realmente

aplicado, cumplido u observado por la sociedad. De este modo, Ross concluye

que toda filosofía de los valores no es otra cosa que ideología pura que sirve

para justificar algún interés particular dentro de la sociedad. Todos los juicios

de valor sobre lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo están fundados en

sentimientos emotivos e irracionales; por lo cual, la justicia es invocada para

cualquier causa, sin que exista un argumento o criterio real para determinar

que algo es justo o injusto”.51

Como señala el autor, es muy difícil establecer cuál de estas tres

corrientes pudiera ser la correcta, ya que las tres contienen elementos de

interés y de importancia para explicar el derecho. “Lo verdaderamente

trascendental es percibir no sólo la existencia de varias corrientes sino también

las diversas metodologías utilizadas. Cada una de estas escuelas analizan al

derecho desde una óptica que apunta a una perspectiva diferente del mismo

fenómeno. Al iusnaturalismo le interesan los "valores", al iusformalismo las

"normas", y al iusrealismo los "hechos". En este sentido, resulta inobjetable que

cada una de estas perspectivas tiene sus aciertos y sus errores al considerar

distintos aspectos del mismo fenómeno”.52

51
Idem.
52
Idem.

39
UNIDAD 3.
LA POSIBLE DEFINICIÓN DEL DERECHO

OBJETIVO:

COMPARAR LAS DIVERSAS METODOLOGÍAS PARA DEFINIR EL DERECHO


Y TOMANDO EN CUENTA LAS CRÍTICAS, ESTABLECER LOS ELEMENTOS
NECESARIOS Y SUFICIENTES PARA DEFINIRLO.

40
UNIDAD 3.
LA POSIBLE DEFINICIÓN DEL DERECHO

Contenido:

UNIDAD 3. La posible definición del Derecho

3.1 El problema de asumir una única postura sin tomar en cuenta las críticas propias
a cada corriente, o bien, un tridimensionalismo o integralismo.

3.2 Análisis de los elementos de una definición del Derecho.

3.3 Explicación y fundamento de una posible definición o concepción del Derecho.

41
UNIDAD 3.
LA POSIBLE DEFINICIÓN DEL DERECHO

Ya desde la unidad anterior hemos venido esbozando algunos criterios para

entender y conceptuar al derecho, mismos que nos serán de utilidad para

entender de mejor manera la presente unidad. En ella, trataremos de exponer

las diversas acepciones del derecho, con el objeto de confrontar las diversas

ideas y estar en condiciones de formular un propio concepto acerca del mismo.

Todas las personas tenemos una idea acerca del derecho, por más

sencilla que ésta pueda ser, sin embargo, es necesario tratar de llegar a un

conocimiento, lo más acertado posible, acerca de lo qué es lo jurídico y por

tanto, el derecho. Este concepto de Derecho que buscamos, como afirma

Recasens Siches, ha de ser universal, “dentro del que quepan todas las

manifestaciones de lo jurídico. El concepto universal del derecho debe abarcar

dentro de sí todos los Derechos que en el mundo han sido, todos los que son y

todos los que puedan ser”.53

Para lo anterior, recurriremos a un texto que por su sencillez didáctica,

nos auxiliará y apoyará el artículo revisado en la unidad precedente. Se trata

del libro de Enrique Cáceres Nieto titulado: Lenguaje y derecho. Las normas

como sistema de enunciados, editado por la Cámara de Diputados y el Instituto

de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. En particular, los capítulos relativos

53
Recasens Siches, Luis, Tratado General de Filosofía del Derecho, Porrúa,
México, 1999, p. 51.

42
al Derecho en su sentido objetivo, el Derecho en su sentido subjetivo y el

Derecho en sentido de ciencia jurídica.

Entremos pues al análisis de dicha obra. En cuanto al Derecho en

sentido de Derecho Objetivo, el autor señala que en primer término, debe

considerarse al Derecho como un sistema normativo; es decir, que derecho “se

refiere a un sistema de proposiciones que se organizan en múltiples textos con

significado unitario y que corresponden a los mundos o esquemas que son

presupuestos para que cierto tipo de acciones e interacciones puedan ocurrir

en el mundo real”.54

Como ejemplos de lo anterior, el autor maneja al Código Penal, al

Código Civil, a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, entre

otros; “por la que se crea una norma general semejante a la producida por los

legisladores. Otros textos son constitutivos de normas particulares, como es el

caso de los contratos celebrados entre los particulares o las sentencias

dictadas por los tribunales”.55

En estas circunstancias el autor indica que este sistema sólo será válido

para el interior de un texto legal. Precisamente en relación con el concepto de

sistema, Cáceres comenta se está ante un sistema normativo en las siguientes

circunstancias:

1. Existe un sistema de normas de conducta que permiten, prohíben,

obligan o establecen como “un tener que” ciertas acciones.

54
Cáceres Nieto, Enrique, Lenguaje y derecho. Las normas jurídicas como
sistema de enunciados, Cámara de Diputados-IIJ-UNAM, México, 2000, p. 36.
55
Idem.

43
2. Entre las normas de conducta del sistema, existen algunas que

facultan a ciertos sujetos normativos para la creación, modificación o supresión

de las normas generales del sistema.

3. Entre las normas de conducta del sistema, existen algunas que

facultan a determinados sujetos normativos a resolver controversias jurídicas,

mediante la aplicación de las normas generadas por los sujetos normativos

aludidos en el punto anterior y a activar la fuerza estatal para aplicar las

sanciones previstas en el sistema.

Lo anterior quiere decir que “si un sistema jurídico existe o no,

entendiendo el término ‘derecho’ en el sentido de conducta social

correspondiente a lo denotado por ‘derecho’ en el sentido de sistema

normativo, requiere la determinación de qué entenderíamos por un mínimo de

eficacia y afrontar problemas derivados de la medición de los mismos en la

realidad social considerando la totalidad del sistema normativo”.56

En cuanto al derecho en sentido subjetivo, en ocasiones el

término “derecho” no se usa para aludir a un sistema jurídico, sino también

para referir cierta situación en la que se encuentra un sujeto específico. Esto

quiere decir, que como primera característica de los derechos subjetivos,

jurídicamente hablando, “podemos predicar de alguien (sujeto normativo) que

tiene un derecho (subjetivo) si y sólo si una norma de un sistema jurídico

(derecho objetivo) se lo concede.

En virtud de que para poder entender a cabalidad el concepto de

derecho en su sentido objetivo es pertinente conocer, aunque sea a

56
Ibidem, p 50.

44
generalidad, los conceptos jurídicos fundamentales, procederemos de forma

breve, a señalarlos y definirlos.

En primer término, tenemos el concepto de sanción, que como lo señala

el autor, “constituye un acto de fuerza por el que el Estado castiga a un sujeto

que ha realizado una conducta prevista como ilícita en una norma jurídica”.57

Sin embargo, como el propio autor resalta, no siempre la sanción tiene

una relación exclusiva con el derecho penal y como la sanción es un “concepto

jurídico y no sicológico, el hecho de que el sujeto efectivamente sufra o no con

su imposición, o el grado en que lo haga es irrelevante para decir que se le ha

sancionado”.58

Por otra parte, por acto antijurídico, vamos a entender a “la conducta que

al ser realizada por el sujeto normativo hace que deba ser sancionado de

conformidad con lo establecido por una norma jurídica. También se le conoce

como conducta prohibida”.59

En cuanto al concepto de obligación, podemos decir que “una conducta

es obligatoria cuando es la conducta opuesta a la conducta prohibida o hecho

ilícito”.60

Por persona jurídica, vamos a entender a “todo centro de imputación de

derechos y obligaciones normativamente determinado”, y se hace una

distinción entre persona física y persona moral, conceptos que ya se han

manejado y son perfectamente comprensibles en este momento.

En lo que atañe a la responsabilidad, en el derecho, como afirma

Cáceres, “una persona puede ser responsable y por tanto ser sujeto de una
57
Ibidem, p. 62.
58
Idem.
59
Ibidem, p. 63.
60
Idem.

45
consecuencia normativa aunque no haya realizado directamente la conducta

cuya realización desencadena la consecuencia. Por ejemplo, la responsabilidad

de los padres por las conductas realizadas por sus hijos o la de su fiador como

consecuencia de la insolvencia del sujeto cuya deuda tuvo a bien garantizar”.61

Otro concepto jurídico fundamental es el de capacidad y competencia,

que se refiere a que las “normas jurídicas establecen una relación necesaria

entre las conductas normativas y los sujetos normativos que habrán de

realizarlas”.62 El autor maneja el ejemplo de que la persona que tiene

capacidad y competencia para dictar una sentencia es exclusivamente el juez;

si alguien tiene capacidad y competencia para perseguir los delitos lo será el

Ministerio Público y nadie más.

Esto quiere decir que los términos “capacidad” y “competencia”, hacen

referencia a “la conexión existente entre un sujeto normativo y el resto de los

elementos normativos”.63

Resalta el autor que entonces, el término de Derecho en su sentido

objetivo, puede tener diversas acepciones que dependerán del sentido en que

se utilice; por ejemplo, si se utiliza como contrario de prohibición; como

autorización; como correlato de una obligación; y como sentido de acción

procesal.

En el primero de los casos, hará referencia a que “alguien tiene derecho

a realizar cierta conducta significa simplemente que no existe ninguna otra

norma que se lo prohíba”.64 Mientras tanto, en el segundo de los casos,

“significa que (el sujeto) ha sido expresamente autorizado para llevar a cabo
61
Ibidem, p. 65.
62
Ibidem, p. 66
63
Ibidem, p. 67.
64
Ibidem, p. 68.

46
una conducta que de no haber sido por ese facultamiento expreso, no podría

realizar”.65

En la tercera de las acepciones, es decir, el derecho como correlato de

una obligación, quiere decir que “a veces decir que un sujeto tiene derecho

significa que existe otra norma jurídica por la que se impone a otro sujeto la

obligación de realizar determinada conducta a cuya realización precisamente

es a la que primero tiene derecho”.66

Por su parte, el derecho en sentido de acción procesal se define como

“el primer acto por el que se activa un procedimiento jurídico”. 67 Por ejemplo,

cuando se presenta una demanda se correlaciona con el derecho de acción.

Finalmente, para seguir teniendo un concepto lo más amplio posible

acerca del derecho, lo definiremos en cuanto Ciencia Jurídica. Este sentido

denota “al conjunto de conocimientos ‘teóricos’ propios de la profesión, que son

los determinantes de nuestra forma de interpretar los textos jurídicos, de

argumentar y contraargumentar, fundamentar sentencias, etcétera, y se

encuentran en al base de la imagen esotérica de nuestra actividad”.68

Como podemos observar, encontrar una definición acerca del derecho

es bastante complejo, por lo que debemos tomar en consideración en qué

contexto y para qué utilizaremos dicho concepto, con el objeto de no llegar a

conclusiones cerradas que limiten nuestro conocimiento acerca del mismo.

65
Idem.
66
Ibidem, p. 69.
67
Idem.
68
Ibidem, p. 72.

47
UNIDAD 4.
LA ESTIMATIVA JURÍDICA

OBJETIVO:

DETERMINAR EL PAPEL DE LOS VALORES EN LA VIDA DEL HOMBRE Y


DE LA CULTURA Y EXPLICAR LA PROBLEMÁTICA INHERENTE A LOS
VALORES EN EL MUNDO DE LO JURÍDICO.

48
UNIDAD 4.
LA ESTIMATIVA JURÍDICA

Contenido:

UNIDAD 4. La estimativa jurídica

4.1 Ética y Derecho y Teleología, como partes de la Filosofía.

4.2 El hombre, la cultura y los valores.

4.3 La problemática inherente a los valores.

4.4 El Derecho como manifestación cultural.

4.5 La Estimativa jurídica y la proyección de los valores en el mundo de lo jurídico.

4.6 La posible clasificación de los valores jurídicos: bien común, justicia y seguridad
jurídica.

4.7 Otros valores que se desprenden de la consecución de los anteriores.

4.8 El libre albedrío y la responsabilidad jurídica.

4.9 La fundamentación de los derechos humanos.

4.10 Los derechos humanos y su papel en el orden mundial

49
UNIDAD 4.
LA ESTIMATIVA JURÍDICA

Para el desarrollo de esta unidad, nos apoyaremos en el texto de Benito de

Castro Cid, al que ya hemos hecho referencia en unidades anteriores, quien en

uno de los capítulos de su obra de Manual de Teoría del Derecho, se dedica a

discutir cuál es la importancia de los valores en el campo del derecho y a

dilucidar cuestiones tales como si existe una relación universalmente aceptada,

si existe una jerarquía y si se puede llegar a prescindir de ellos.

Entrando en materia, de Castro considera que los valores pueden ser

definidos desde diversos ángulos, según su posición desde la que partamos.

Para ello, dice que primero es necesario plantear su diferencia con respecto a

los hechos y la norma, lo que hace en los siguientes términos: “Los hechos son

meros acontecimientos y los juicios de hecho son puras descripciones de esos

acontecimientos. El juicio de valor consiste en una reflexión valorativa del

acontecimiento. Por otra parte, los juicios de valor coinciden con las normas; en

que ambos son enunciados que no pretenden dar información, sino dirigir la

acción. Sin embargo, la norma además establece una forma determinada de

conducta”.69

Sigue diciendo el autor que para entender y definir a los valores, debe

atenderse a su fundamentación, misma que puede darse desde diversas

tendencias, como las siguientes:

69
Castro Cid, Benito de, Op. Cit., p. 341.

50
a) Objetivismo axiológico, que concibe a los valores como esencias

puras, objetivas y con validez absoluta que son independientes de la

experiencia de la realidad. Al contrario de la esencia de las cosas, éstas son,

los valores no son, sino que valen.

b) El subjetivismo axiológico, reduce los valores al campo de los deseos

o intereses de los individuos. Así, algo es valioso en la medida en que los

sujetos lo valoran, no dependiendo de lo valorado en sí mismo.

c) El intersubjetivismo axiológico, que concibe los valores como unas

categorías comunicables. Se parte de la posibilidad de establecer las

condiciones oportunas para llegar a un consenso abierto y revisable acerca de

los valores a aplicar fundados en las necesidades humanas.

Los valores jurídicos fundamentan a los fines que él mismo pretende

llevar a cabo. Luego entonces, la primera función de los valores jurídicos es: la

fundamentación de los fines del Derechos y de la obligación de cumplirlos.

Pero además, sirven como elementos críticos para valorar cualquier normativa

jurídica existente.

Los valores sirven para constituir ese llamado Derecho ideal o del deber

ser. Es el paradigma hacia el que se tiende.

Sin embargo, resulta problemático tratar de determinar cuáles podrían

ser considerados los principales valores en la actualidad, ya que existe una

total dependencia histórica de los mismos. Sin embargo, tratando de

esquematizar, el autor propone la siguiente clasificación:

1) Valor jurídico fundamental. En este caso, la Justicia es considerada

como el valor jurídico por excelencia y que el Derecho debe buscar o hacer

51
realidad y llevarlo a las relaciones sociales. De él se derivan el resto de los

valores jurídicos.70

2) Valores jurídicos colectivos. Como su nombre indica, son aquellos que

contemplan intereses del grupo social, entre los que encontramos:

a) La Paz social. “Es una aspiración de cualquier grupo conseguir que las

relaciones dentro del mismo se lleven a cabo de un modo pacífico… Este valor

sólo puede ser fruto de la Justicia, en caso contrario no sería más que la

implantación de la injusticia”.71

b) El bien común. “Se alcanza cuando los miembros de una sociedad gozan de

la posibilidad de acceder a los medios que son necesarios para satisfacer sus

necesidades y para el desarrollo y perfeccionamiento de su personalidad. La

Justicia aparece también aquí como una condición necesaria para el bien

común”.72

c) La seguridad jurídica. De acuerdo con diversos autores, más que un valor,

es una de las notas o caracteres esenciales del Derecho. Sus elementos

básicos son:

- La generalidad: que las normas sean aplicables a la gran mayoría de

los ciudadanos y de los casos.

- La publicidad: que se publiquen en medios que favorezcan el

conocimiento por parte de los miembros de la sociedad.

- La claridad: que sean inteligibles para todos.

- La estabilidad: que se mantengan en vigor durante un tiempo

razonable.

70
Ibidem, p. 345.
71
Idem.
72
Idem.

52
- La irretroactividad: que no se apliquen a casos y situaciones anteriores

a la entrada en vigor de la norma.

- La plenitud: que no se dejen casos o situaciones sin tener cobertura

legal.

3) Valores jurídicos individuales. “son los que afectan a los intereses de

los individuos y se han convertido en los ejes en torno a los que se ha centrado

la reivindicación de los derechos humanos”.73

a) La dignidad personal: se manifiesta en la autoconciencia y “consiste en una

cierta preeminencia ontológica que se manifiesta en una preeminencia moral,

ya que el hombre es un ser capaz de tener conciencia de su propio modo de

ser dentro del mundo”.74 Sin embargo, es muy difícil determinar en qué consiste

este valor y cuál es su contenido.

b) La libertad personal: de acuerdo con Pérez Luño, ésta implica especificar: de

qué se es libre; para qué actividades se es libre; respecto de quién se es libre.

“Se le ha llegado a percibir más que como un principio, como una cualidad del

ser humano. El hombre al tener una naturaleza inconclusa y abierta, adquiere

la posibilidad de autodeterminar su proyecto existencial. Algunos autores en la

actualidad, más que de libertad hablan de autonomía personal, condición de la

moralidad de los sujetos que se constituye en valor y que exige el

reconocimiento de la libre decisión individual sobre los propios intereses

siempre que no afecte a terceros, o exige respecto a la posibilidad de adopción

por los sujetos de decisiones racionales no constreñidas”.75

73
Ibidem, p. 346.
74
Ibidem, pp. 346 y 347.
75
Ibidem, p. 347.

53
c) La igualdad personal: hace referencia a que “basados en la dignidad, se

puede declarar que todos los seres humanos son básicamente iguales y así

deben ser tratados en cuanto miembros de la sociedad”.76 Se reconoce una

dimensión formal que hace referencia a la igualdad ante la ley, que se

manifiesta en los siguientes postulados:

- Generalidad: se contempla la igualdad básica de todos a través del

postulado: las normas jurídicas deben ser idénticas para todos.

- Equiparación: se contempla la irrelevancia de determinadas

diferencias: trato igual de circunstancias o situaciones que son

diferentes.

- Diferenciación: se atiende a diferencias esenciales: situaciones o

circunstancias aparentemente semejantes deben ser tratadas de manera

diferente.

Por su parte, la igualdad material “supone el equilibrio de bienes y

situaciones económicas y sociales. En aplicación de este criterio material se

exige la igualdad de los individuos en el acceso a los bienes y servicios de la

sociedad.

Ahora bien, como ya adelantamos, se ha considerado que la Justicia es

el valor jurídico principal, por lo que brevemente la abordaremos en las líneas

que siguen:

El autor con el que trabajamos comenta que es difícil delimitar la Justicia

y sobre todo, establecer una definición, por lo que se remite a las concepciones

clásicas que se han formulado a través de la historia, principalmente las de

Platón y Aristóteles, que han permeado en las doctrinas actuales.

76
Idem.

54
Acorde con los aportes de Platón, las posturas acerca de la Justicia son:

a) Postura positivista: engloba “las posiciones de los que defienden que

la Justicia es la voluntad del más fuerte. Pero esa voluntad aparece expresada

en las leyes”.77

b) Postura formal: “ve a la Justicia como la actitud de dar a cada uno lo

que le corresponde. Ulpiano logra una definición más completa al decir que: es

la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo”.78

c) Postura material: de acuerdo con Platón sería “la plenitud y armonía

de las virtudes en los individuos y en la sociedad, es el bien supremo y sólo se

puede llegar a su conocimiento a través de la contemplación”.79

Por otra parte, Aristóteles identifica a la Justicia general, que “coincide

con la virtud de la Justicia… Es el concepto ético de Justicia”.80 Mientras que

también identifica a la Justicia particular, que a diferencia de la anterior, tiene

como objetivo a la igualdad. De esta esquematización se desprende esta

clasificación de la Justicia:

a) Justicia distributiva o proporcional: es considerada como “el criterio para

repartir o distribuir los honores o bienes en que han de participar los

ciudadanos en proporción a los méritos que ostenten”.81

b) Justicia correctiva o sinalagmática: que “no toma en consideración los

méritos de las personas sino el simple valor de las cosas. Se busca la estricta

igualdad… esta se divide a su vez en conmutativa y judicial”.82

77
Ibidem, p. 352.
78
Idem.
79
Idem.
80
Idem.
81
Ibidem, p. 353.
82
Idem.

55
- conmutativa: “existe cuando es la voluntad de las partes la que marca

la igualdad. Requiere que exista igualdad entre lo que se da y lo que se

recibe”.83

- judicial: “aparece cuando es el juez el que impone la igualdad. Es

aplicable a las violaciones de las normas o acuerdos. Exige la paridad

entre el daño ocasionado y la reparación del mismo”.84

83
Idem.
84
Idem.

56
UNIDAD 5.
JURISPRUDENCIA TÉCNICA O SISTEMÁTICA TÉCNICA
JURÍDICA

OBJETIVO:

REFLEXIONAR SOBRE LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS JURÍDICOS Y


LA TÉCNICA JURÍDICA APLICABLE A LOS MISMOS.

57
UNIDAD 5.
JURISPRUDENCIA TÉCNICA O SISTEMÁTICA TÉCNICA
JURÍDICA

Contenido:

UNIDAD 5. Jurisprudencia técnica o sistemática técnica jurídica.

5.1 El gran problema de la Ciencia Jurídica como una ciencia de aspectos humanos, a
saber: la falta de exactitud, predicción y precisión en la solución de los problemas
jurídicos.

5.2 Revisión filosófica de los problemas de la sistemática técnica o jurisprudencia


técnica y de las operaciones lógicas o de otra índole para poderlos resolver.

5.3 La dogmática jurídica: valoración sobre sus consecuencias jurídicas.

58
UNIDAD 5.
JURISPRUDENCIA TÉCNICA O SISTEMÁTICA TÉCNICA
JURÍDICA

García Maynez ha definido a la jurisprudencia técnica, de una manera bastante

clara, con las palabras que siguen: “la jurisprudencia técnica… tiene por

objeto… la exposición ordenada y coherente de los preceptos jurídicos que se

hallan en vigor en una época y un lugar determinados, y el estudio de los

problemas relativos a su interpretación y aplicación”.85

Siguiendo con este autor, la Jurisprudencia técnica constaría de una

primera parte, a quien denomina “sistemática jurídica”, que consiste, en

“exponer de manera ordenada y coherente, las disposiciones consuetudinarias,

jurisprudenciales y legales, que integran cada sistema jurídico”.86

Una segunda parte de la Jurisprudencia técnica sería la “técnica

jurídica”, definida por el mismo autor, como “el arte de la interpretación y

aplicación de los preceptos del derecho vigente”.87 Teniendo como problemas

principales de estudio: la interpretación, la integración, la vigencia, la

retroactividad y los conflictos de leyes.

Por lo que toca a la sistemática jurídica, la podemos definir o

caracterizar, como la encargada de “ordenar y clasificar conjuntos normativos y

agruparlos en instituciones o ‘…núcleo de preceptos que reglamentan

85
García Maynez, Eduardo, citado por Jesús Aquilino Fernández Suárez, La
Filosofía jurídica de Eduardo García Maynez, Universidad de Oviedo, España,
1991, p. 181.
86
Ibidem, p. 182.
87
Idem.

59
relaciones de igual naturaleza’, o bien, como apunta al respecto Mario

Alzamora, ‘el contenido de esta parte de la ciencia del derecho está constituida

por la investigación de carácter de las normas, de sus relaciones con otras y de

su ordenamiento e integración dentro de un sistema total o parcial”.88

En cuanto a la técnica jurídica, ésta trata de los “métodos o sistemas

para la aplicación práctica de los conocimientos jurídicos. Esto sucede de dos

formas: a) en cuanto se refiere a la creación de proposiciones jurídicas, y b) por

lo que hace a la aplicación del derecho objetivo a casos concretos”.89 Esto de

acuerdo con lo que ha señalado Rojas Amandi, a quien ya hemos consultado

en unidades previas.

La técnica jurídica se integra entonces “por un conjunto de métodos en

virtud de los cuales es posible traducir los conocimientos jurídicos, ya sea a

proposiciones normativas válidas o la realización de las consecuencias

jurídicas previstas por el derecho objetivo para determinada situación. Mediante

la técnica jurídica es posible alcanzar los propósitos que persigue el derecho”.90

88
Ávila Ortiz, Raúl, El derecho cultural en México: una propuesta académica
para el proyecto político de la modernidad, Miguel Ángel Porrúa-UNAM,
México, 2000, p. 46.
89
Rojas Amandi, Víctor Manuel, Op. Cit., p. 346.
90
Idem.

60
Fuentes de consulta

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