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ADAPTACION DE ANTIGONA

Por LEOPOLDO MARECHAL en ARGENTINA


INDICE

Introducción………………………………………………………………………..2
Antígona Vélez de Marechal
Contexto histórico………………………………………………………………….3
Vínculos entre la Antígona de Leopoldo Marechal y la Historia Argentina……….3
El mito griego: permanencia y relatividad en la Antígona Vélez de Marechal……4
Análisis de la obra…………………………………………………………………..5
Antígona de Sófocles
Contexto histórico…………………………………………………………………..7
Linajes de la tragedia griega………………………………………………………...7
Análisis de la obra…………………………………………………………………..8
Conclusión……………………………………………………………………….....10
Bibliografía…………………………………………………………………………11

INTRODUCCION

Hablar del mito de Antígona parece fácil y no en vano ha sido tratado y


analizado por diversos autores, tanto en el campo de la literatura como en el de las
ciencias sociales (mitología, historia, filosofía, lingüística y estudios helenísticos).
Pero al adentrarse en el tema emergen las innumerables dificultades
porque, como en todo mito, no se dispone sino de versiones sin que ninguna de ellas
pueda pretender ser la última palabra para su comprensión, convirtiéndose en la versión
definitiva. Se suele pensar, en forma un poco simplista, que la más antigua de estas
versiones debe ser la que mejor se explica, lo que conlleva a una imposible búsqueda de
los orígenes, de la génesis mítica. Contra ello ha reaccionado la antropología
estructuralista, mostrando que lo que importa es el análisis de la estructura de los mitos
en sí mismos.
Lo que pretendo investigar en esta puesta no es solo la búsqueda del
origen de la versión mitológica de Antígona, si no plasmar las comparaciones y los
orígenes de dos versiones, analizando la mayoría de sus aspectos, y profundizando en el
contexto histórico de los dramaturgos, en el cual fueron escritas estas obras, la del tan
admirado Sófocles, con Antígona Vélez de Leopoldo Marechal, guiando esta
investigación con trabajos hechos en clase, a través de guías para el análisis de una obra
teatral y con análisis y criterio propio.
Decidí averiguar el contexto histórico de ambos dramaturgos, para así
poder conocer la razón que aventuró a Leopoldo Marechal a llevar a cabo su
argentinización de la obra de Sófocles, a través del mismo podemos establecer las
razones que lo indujeron y al mismo tiempo conocer cuales fueron sus pensamientos e
inclinaciones, tanto políticas, culturales, sociales y religiosas que lo motivaron en esa
época.

ANTIGONA VELEZ DE LEOPOLDO MARECHAL

Marechal fue un poeta, novelista y dramaturgo argentino integrante de


la pléyade de escritores que comenzaron a publicar en la década del veinte, y que en su
madurez gravitaron también, en el campo política -intelectual del movimiento
justicialista, cuyo líder fue el general Juan Domingo Perón.

CONTEXTO HISTORICO

Buenos Aires, Leopoldo Marechal cosechaba un enorme éxito de


público y crítica con la obra Antígona Vélez. Meses antes se había visto en la
obligación de exhumar los restos de una heroína que había enterrado dos años antes: la
pérdida del único manuscrito por la actriz que habría de representarla y la intervención
de Eva Perón, conducían a Marechal a re-escribir su obra. La pieza teatral, Antígona
Vélez, era una personalísima revisión del mito sofocleo puesta al servicio de una causa
a la que el escritor argentino estaba entregado en vida y obra: el justicialismo.
Su adhesión al peronismo se agudizó la tarde en que escuchó a las masas
de trabajadores reclamando la libertad del coronel Juan Domingo Perón, camino de la
Plaza de Mayo, liderados por Eva Duarte. Era el 17 de octubre de 1945. Perón,
vicepresidente de la nación hasta el momento de su ingreso en prisión, conseguía así,
gracias a la presión ejercida por las masas conducidas por su esposa, ser puesto en
libertad. En 1946 ganaba los comicios, y bajo el lema del justicialismo propugnando
una justicia social para todos, luchó contra la dependencia política y económica del país
usando las armas de la autarquía y la nacionalización (nacionalizó los ferrocarriles de
capital mayoritariamente británico y la empresa telefónica de capital básicamente
norteamericano). Las consecuencias de estas y otras acciones de índole semejante
desembocarían en 1955 con el derrocamiento de Perón: las escasas inversiones
extranjeras, la merma del caudal de divisas y una mala cosecha de trigo ponían a
Argentina al borde de la quiebra y la suspensión de pagos.

VINCULOS ENTRE LA ANTIGONA DE LEOPOLDO MARECHAL Y LA


HISTORIA ARGENTINA

HOMBRE 1º (a Don Facundo).– Señor, estos dos novios que ahora duermen aquí no le
darán nietos.
DON FACUNDO.– ¡Me los darán!
HOMBRE 1º .– ¿Cuáles?
DON FACUNDO.– Todos los hombres y mujeres, que algún día, cosecharán en esta
pampa el fruto de tanta sangre.

Este discurso final de don Facundo Galván tiene una clara


correspondencia con los principios de la Asociación de Mayo, que, como recogiera
Sarmiento en su Facundo, y en nombre de la sangre y de las lágrimas inútilmente
derramadas en nuestra guerra civil (la misma sangre y las mismas lágrimas que Facundo
Galván nos recuerda constantemente en la obra), creyendo en el progreso de la
humanidad y en el porvenir, deseaban consagrar sus esfuerzos a la libertad y felicidad
de su patria y a la regeneración de la sociedad argentina. Resulta paradójico que,
perseguidos como fueron los Asociacionistas por Rosas y sus hombres, Marechal se
vengue poniendo por boca de otro Facundo el lema de estos.

“Los hombres viven de acuerdo con lo que razonan; nosotras vivimos de


acuerdo con lo que sentimos; el amor nos domina el corazón y todo lo vemos en la vida
con los ojos del amor... Los hombres con más facilidad pueden destruir, haciendo la
guerra. Ellos no saben lo que cuesta un hombre, nosotras, sí.” (Leopoldo Marechal.
Antígona Vélez, 1951) Este podría ser parte del discurso de Antígona Vélez, y no nos
equivocaríamos al tratar de ubicarlo en el texto teatral. Así lo confirma don Facundo al
afirmar: “¡Que las mujeres lloren! Nosotros ponemos la sangre” (Leopoldo Marechal.
Antígona Vélez, 1951). Pero el discurso no es de Antígona, sino de Eva Perón,
pronunciado en el mismo año 1951. No en vano, el historiador Fermín Chávez que la
conoció y frecuentó durante los años ’50 junto a tantos otros intelectuales argentinos
gustaba de llamarla: la Antígona de Los Toldos, su lugar de nacimiento, que no Tebas.

EL MITO GRIEGO: PERMANENCIA Y RELATIVIDAD EN “ANTIGONA


VELEZ”, DE MARECHAL

El autor trasunta en Antigona Vélez la gravitación del campo intelectual


de su tiempo histórico y el sentido de un nacionalismo criollista que caracterizo a
algunos de los hombres de la generación martinfierristas, la cual incluyo a varios
intelectuales, quienes pese a sus diferencias convergían en la reflexión vinculada a la
problemática de la identidad nacional.
En Antigona se hallaran refuncionalizados los elementos del mito
clásico y también otros, ajenos al paratexto fundante; elementos que contribuyen a la
instauración del mito en el nivel referencial del campo político social de las luchas
locales y por analogía, lo relacionan con las contiendas del siglo de Pericles.
De este modo los personajes de Antigona Velez refrendan el paratexto
de Sófocles. En el plano de la estructura profunda se cumplen los caracteres del mito
clásico, pues hay una actancia que cumple la función de Destinador (que serian las
categorías sacralizadas que decretan los totens y tabúes del Sujeto); una actancia que
presenta el Objeto del deseo del Sujeto (enterrar al hermano, en nombre de leyes divinas
y familiares), y hay un Destinatario (Polinices/ Ignacio Vélez y Antigona); un Oponente
o actancia opositora (Creon/ Facundo Galván y sus leyes, dictadas en nombre del
estado); y un Sujeto (o actancia propulsora de la acción dramática, esto es, Antigona).
Así mismo en la estructura de superficie o intriga, o historia que se
cuenta, se observan algunas modificaciones en la línea del relato, como la supresión del
personaje de Tiresias, o el reemplazo de sistemas signitos visuales, o el cambio de la
poesía por la prosa, o el empleo del tono coloquial y el idiolecto, o la sustitución de
algún personaje por su equivalente funcional, como el cuadro 4º, en el momento del
coloquio entre los enamorados Lisandro y Antigona Vélez, situación que aparta el texto
de Marechal de las convenciones del uso lingüístico en la tragedia griega.
En el orden macro textual, en cambio se mantiene la intertextualidad. En
efecto, ambas tragedias comienzan con in media res.
Antígona de Sófocles, toma solo el final del mito, tal como hace la
historia de Marechal en cuyo paso de transculturación se reconocerá, en primer lugar la
intertextualidad en el plano del relato.
En Antígona Vélez se da el quebramiento de la ley primera (Nada en
demasía), tanto por la protagonista como por Facundo Galván, lo cual, siguiendo la
línea narrativa del mito, produce el enfrentamiento entre ambos.

ANALISIS DE LA OBRA

Leopoldo Marechal en su escritura pone de manifiesto el planteo del


acercamiento a Dios a través de la Belleza, la lucha entre lo terrenal y lo celestial. La
búsqueda de la identidad de la patria. Estos son los grandes temas de su novela, de su
poesía, de su Antígona, junto a esas motivaciones especulares de sus inquietudes
metafísicas, es inseparable en Marechal el interés por las técnicas experimentales.
Revisa el mito de Antígona y transforma en parte no sólo el trágico
desenlace sino el espacio natural en que se desarrolla. El tiempo, obviamente, tampoco
es el mismo. Es más, podríamos asegurar con certeza que se desarrolla en el siglo XIX y
que es anterior a la conquista del desierto, esto es, antes de 1879, por las continuas
referencias que Antígona Vélez hace a la batalla de la costa del Salado donde su padre
perdió la vida.
En lo que respecta al espacio, ya no es Tebas la que asiste impasible al
trágico espectáculo: nos encontramos rodeados de pampas, en la estancia “La Postrera”,
en lo alto de una loma, de estilo colonial, de gruesas y bastas columnas. El nombre es
simbólico por partida doble, no sólo ya por lo que respecta a su nombre y que nos hace
presagiar la tragedia, sino por la anécdota que ahora adelantamos. En repetidas
ocasiones se nos menciona en la obra que Luís Vélez, padre de Antígona, murió
luchando contra los pampas en la costa del río Salado, y probablemente Marechal no
desconociera la historia de una famosa estancia llamada igualmente “La Postrera”,
situada en Buenos Aires junto al río Salado, donde en 1872 tuvo lugar un famoso
crimen pasional.
En la obra no hay división de escenas, pero éstas en cierto modo están
determinadas por las acotaciones. Como toda escenificación de un mito, Antígona Vélez
conserva características comunes a las estructuras míticas; la dimensión temporal está
dicotomizada en un antes versus.
También la obra mantiene, como en los mitos, otra categorización: lo
individual versus lo colectivo, que siempre permite destacar un héroe, quien,
apartándose de la comunidad, aparece como un agente, gracias al cual, se produce la
inversión de la situación: Antígona versus Don Facundo y el resto de los habitantes de
La Postrera.
Es notorio como los componentes estructurales del relato mítico se
mantienen en las formas teatrales; pero, además, la obra está construida de acuerdo con
los parámetros clásicos: hay unidad de lugar y de tiempo.
En cuanto a la unidad de acción la obra expone un conflicto central,
condensador, pero hay también una instancia casi paralela en el plano de los valores,
que no se puede calificar como secundaria: la revelación y afianzamiento del amor entre
Antígona y Lisandro. El tiempo sigue, como en la tragedia ática, un orden cronológico;
sin embargo, en el cuadro IV, Antígona y Lisandro retroceden en su pasado y el tiempo
es más una duración significativa que lógica. En la escritura de Antígona Vélez, la
pasión del lenguaje de la novelística de Marechal se ha desplazado hacia una armonía
clásica cuyo sustento es el mismo clima espiritual de su poesía. Es conveniente recordar
que para el autor el teatro se inscribe, aristotélicamente, en la poesía. Pero,
acertadamente, la obra está escrita en prosa, sencilla y sobria, cuyo aliento es, sin
embargo, poético, no solamente por los recursos externos (metáforas, comparaciones,
repeticiones) sino por el ritmo y el tono. Esto la hace, a la vez, accesible y
auténticamente trágica.
Un problema muy bien resuelto es el del habla de los personajes. Criollos
de fines del siglo pasado, el uso de un lenguaje de fidelidad transcriptiva, lexical y
fonéticamente, hubiera introducido un elemento arcaizante y distanciador. Tal como es,
resulta entrañablemente criollo en sus giros sintácticos y expresivos. “Ande queriendo”,
“anda sabiendo”, construcciones con gerundio de intención durativa, son un ejemplo
característico. “Fantástico”, usado para calificar a Ignacio Vélez, tiene las
connotaciones de imaginativo, jactancioso y aventurero, que conserva todavía en
algunas zonas lingüísticas argentinas.
Por lo general, en la tragedia griega, las evocaciones que permitían
conocer los acontecimientos anteriores a la acción misma, estaban en boca del coro o de
personajes circunstanciales. También es así en la obra de Marechal, ya que empieza,
según el deseo aristotélico, “in media res”, en medio de los hechos, y los sucesos
anteriores a la acción misma son evocados por personajes del coro, salvo en el caso
señalado. Esto sucede porque el reconocimiento del mutuo amor, la anagnórisis trágica,
se alcanza por una experiencia cognoscitiva a través de la evocación y debe ser
realizada por los mismos protagonista.
Para Antígona hay dos momentos de revelación: el primero se da durante
la noche: la vida se transforma en destino y esta densa comunicación con lo inexorable,
acrecienta su voluntad de heroísmo, amparada antes solamente en el impulso piadoso y
humano. La segunda experiencia sucede en pleno día: ya no es el encuentro con la
muerte, sino con la vida. La pareja recuerda un momento revelador: ocurrió cuando
Lisandro domó su primer potro, en una ceremonia de iniciación. Esta segunda
revelación permite a Antígona la esperanza de una transformación de la fatalidad en
posibilidades vitales.

ANTIGONA DE SOFOCLES

Poeta trágico griego, en el 468 adC. se dio a conocer como autor trágico
al vencer a Esquilo en el concurso teatral que se celebraba anualmente en Atenas
durante las fiestas dionisíacas, cuyo dominador en los años precedentes había sido
Esquilo. Comenzó así una carrera literaria sin parangón: Sófocles llegó a escribir hasta
123 tragedias para los festivales, en los que se adjudicó, se estima, 24 victorias, frente a
las 13 que había logrado Esquilo.

CONTEXTO HISTORICO

En cuanto a la vida política que se vivía en la capital ateniense


Sófocles no mostró especial interés, a pesar de que aparece junto a su amigo Pericles
como estratego en la campaña contra Samos allá por las lejanas fechas 441-440, al poco
de haber estrenado su Antígona (se cree que fue estrena en el año 442). Incluso dos años
antes fue elegido helenotamía, es decir, una especie de inspector de los tesoros
aportados por la Liga de ciudades griegas bajo la soberanía de Atenas.
Los atenienses de aquella época ya habían descubierto y aceptado
que existen grandes dilemas sin solución y en eso consistía el carácter trágico que
imprimían a sus obras. Sus dioses no presentaban un ideal de justicia universal, antes
bien, se comportaban como se comporta la vida misma, con caprichos, arbitrariedades,
prepotencias, favoritismos y, por supuesto, con situaciones sin solución como la que se
le presenta a la protagonista de ANTIGONA: obedecer la ley dada por Creonte o
enterrar a su hermano Polinices.
Los antiguos dramaturgos atenienses tomaban los temas para sus
tragedias de sus propios mitos, donde las situaciones trágicas eran muchas.
Probablemente, los mitos tuvieron su origen en viejas leyendas y estas, a su vez,
surgieron de hechos reales, que, por lo remoto del suceso habían ido variando de
generación en generación por la imaginación popular, hasta convertirse en una maraña
de nombres y situaciones que constituían, en el siglo V a.C., la religión oficial de
Atenas.
Así, el mito de Antigona no es sino parte de lo que se conoce como
el "ciclo tebano", donde se cuenta que la maldición que sufre la heroína, integra la
cadena de desdichas que sufre su familia por la ofensa que Labdaco, su bisabuelo,
cometió contra los dioses.

LINAJES DE LA TRAGEDIA GRIEGA

Los autores trágicos terminaron por elegir un grupo determinado de


héroes; el mismo Aristóteles lo dice:
En un principio hacían las fabulas tomadas al azar de la tradición
mitológica;
después se compusieron las tragedias mas hermosas alrededor de un
pequeño
grupo de familias a quienes tocó padecer o realizar cosas enormes.
( Aristóteles.
Poética, p. 55)

De este pequeño grupo de familias a que se refiere Aristóteles se han


conservado obras que tratan especialmente de dos de ellas: los Atridas y los Labdácidas.
La primera, formada por los descendientes de Atreo, tienen una culpa de las mismas
raíces de la estirpe y todos los sucesores deben expiarla. En la segunda, la culpa aparece
predeterminada por los oráculos, lo que da a sus descendientes mayor posibilidad de
opción. Antigona pertenece al linaje de los Labdácidas.

“Antigona. Una poética y una filosofía de la lectura.” (George Steiner,


Antígonas, p.86 ), fue opinión difundida en el mundo de la cultura occidental que la
Antigona de Sófocles era la obra cercana a la perfección que cualquier otra producida
por el espíritu humano.
Esta tragedia siempre atrajo porque formuló como ninguna la oposición
entre individuo y estado, las relaciones conflictivas esbozadas en el discurso autocrático
de Creonte y el discurso de infracción de Antigona.
Se ha argüido también que lo atrayente en la obra es el cumplimiento de
un rol femenino importante en muchas culturas: enterrar, llorar, preservar el cuerpo y la
memoria de los muertos. Así, la heroína trágica pasaría a ser un modelo de feminidad.
Más que atacar a la tiranía y defender el orden democrático, el drama de
Sófocles plantea unos valores éticos y religiosos bastante arraigados cuya exigencia de
cumplimiento es igual para todos los hombres. El violentar estas normas es causa de las
desgracias que el tirano sufre en carne propia. Obviamente la obra tiene también su
sentido catártico: Creonte habrá de sufrir en sus allegados (su hijo y su esposa), el
castigo por su obstinación.

ANALISIS DE LA OBRA

Las obras del género trágico están compuestas de tres tragedias (que
constituyen una trilogía), más una sátira final (conformando, en conjunto, una
tetralogía).
Su estructura era la siguiente: daba comienzo a la obra con el prólogo
de un actor que precede a la párodos, esto es, la entrada del coro cantando en solemne
procesión. Se pone en evidencia la estructura dialógica de la tragedia en la alternancia
de intervenciones entre el coro y los actores, y también entre los actores y el público,
que en ocasiones es interpelado por ellos; también son importantes los prolongados
silencios que se imponen en el escenario. Durante sus intervenciones, el coro entona los
stásimos, cantos cuya expresión y solemnidad son marcadamente religiosas, que se
acompañan de una danza denominada emméleia; estas entradas del coro (que suelen ser
de dos a cinco), se van alternando con los "episodios" que protagonizan los actores.
El fin de la obra lo marca el éxodo o último canto que el coro ejecuta
antes de salir del teatro, que suele incluir un comentario abstracto de la situación
posterior al drama representado.
En la fábula que se plantea en Antígona no descansa bajo un sostén
puramente sensacionalista e histórico, sino más bien, en la confrontación de la razón de
la Verdad y la razón de la Política en su máxima expresión.
El dramaturgo ha preferido un tema relacionado de forma indirecta con
la política. Una oposición entre dos personas, hombre y mujer, tío y sobrina, en un
encuentro entre dos maneras de atenerse a las leyes divinas o humanas; un choque de las
viejas normas religiosas y familiares con la innovadora razón del Estado representada
por un tipo de gobernante autocrático y poseído de sí mismo, alejado de la sensatez y
buen juicio que se le debía suponer. El individuo se afirma frente a este déspota con otro
modo de enfocar la vida y las relaciones entre humanos; el hijo se yergue frente al padre
en ese conflicto generacional del que mil ecos atruenan hoy en nuestra sociedad; todo en
efecto muy actual hasta el punto de que ningún drama antiguo se ha erigido como éste
en estandarte de tantas doctrinas a lo largo de un siglo
En Sófocles la tragedia cumplía una función que incluía lo moral. El
destino de la estirpe cadmes debía producir en aquel publico del siglo de Pericles,
sentimientos de compasión y temor por la acumulación de circunstancias adversas sobre
personajes que había atraído la mirada de los dioses y debían pagar caro por sus errores
y excesos, tal como le sucedía a la piadosa Antigona y al propio Creon por quebrar la
sofrocine, esto es, la conducta prudente y moderada, y caer en la demasía.
O sea que el mito llevado al teatro por Sófocles incluía un nivel
gnoseológico que alteraba, a la vez que brindaba goce estético a los receptores. Los
familiarizaba, además, con aquella regla de oro de la doxa de la Grecia tradicional que
haría coincidir las leyes de la polis con las leyes de la religión olímpica: Nada en
demasía.

CONCLUSION

Son muchos conflictos sociales y morales los que propone la


lectura de Antígona, sin embargo el diálogo de la protagonista con Creonte es la cumbre
máxima a la que llega Sófocles en su intento de demostrar que el hombre por sí solo es
más intenso que aquel que es moralista. No se trata de un mero reflejo del sentimiento
del desacato, sino conmover mediante la agonía del ser humano por esencia, a un
espectador pasivo y ciego ante las súplicas de miles de Antígonas que han dejado este
mundo, desde los tiempos de Sófocles hasta nuestros días
Antígona desencadena un sinfín de debates que hasta el día de
hoy no pierden su vigencia y actualidad. Este gran poema, da respuestas a una serie de
interrogantes que en su época no habían sido formuladas, e incluso me atrevo a decir,
seguirá dando respuestas a conflictos que aún nosotros no podemos prever. Es en este
sentido donde encuentro plenamente su carácter de clásico y no en su condición
circunstancial de haber sido escrita en la antigüedad.
Todos los mitos y sus variantes, que se han tejido a partir de
determinadas realidades histórico-socio-culturales, tienen incalculable valor, tanto si
son antiguos como modernos y de ninguna manera se trata de buscar una supuesta
autenticidad en ellos. A través de esos mitos, con los que buscamos siempre explicarnos
los orígenes, se estructuran los imaginarios sociales de cada cultura, que constituyen su
sostén.

BIBLIOGRAFIA

MARECHAL, Leopoldo. Antígona Vélez. Argentina, Colihue, 1999.


STEINER, George, Antígonas. España. Gedisa, 1987.
ARLT, Mirta, De Esquilo a Gambaro. Argentina, Galerna 1997.
HERNANDEZ BAÑON, Antonio Miguel. Revista Electrónica de estudios Filológicos.
Universidad de Murcia. (Diciembre de 2004). [ 23/08/06 ]. Disponible en:
http://www.um.es/tonosdigital/znum8/Resenas/3-libro_antigona.htm
WALES, Jimmy. Wikipedia la enciclopedia libre. Alabama. (15/01/2001). [03/08/06].
Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Leopoldo_Marechal

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