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Onomástica de Nuestra Señora de la Esperanza (18 de Diciembre)

A lo largo y ancho del mundo constatamos


cómo el título de La Esperanza acompaña
a numerosas advocaciones de la Virgen. Y
no podía ser de otra manera. En la Salve
Regina, que con el Padre Nuestro y el Ave
María forma el tríptico de las primeras
oraciones del cristiano, se proclama a
María como nuestra más sólida esperanza:

Dios te salve, Reina y Madre de


Misericordia,
vida, dulzura y Esperanza nuestra,
Dios te salve.

No es cosa de ahora, ni es cosa


únicamente del cristianismo, que uno de los
títulos de veneración de la abogada por
excelencia de la humanidad ante la
divinidad, sea la esperanza. Ya entre los griegos la Esperanza (venerada bajo
el nombre de ElpiV - Elpís) era una divinidad alegórica que pasó a los romanos
con el nombre de Spes. Era hermana del Sueño (UpnoV -Hipnos), divinidad
también alegórica que deja en suspenso nuestras penas. Cuando Epimeteo
abrió la Caja de Pandora, que según una tradición contenía todos los males, y
según otra más verosímil, todos los bienes que, como tenían alas, salieron
volando. Y al cerrar de nuevo la caja, ya sólo quedaba dentro de ella un bien: la
Esperanza. Por eso bien dice el refrán que "La esperanza es lo último que se
pierde".

También en el cristianismo la esperanza es una de las tres virtudes supremas


(junto con la fe y la caridad) de manera que su ausencia produce por sí misma
la condenación irremisible.

La Esperanza, o simplemente Esperanza, y casi siempre refiriéndose a esta


advocación de la Virgen, es un nombre geográfico muy extendido por todo el
mundo latinoamericano. Recordemos, por su importancia histórica en la ruta de
los descubridores, el Cabo de Buena Esperanza.

El Martirologio recoge también la referencia a una Santa Esperanza, cuyo


martirio se sitúa en Roma en tiempos de Nerón, cuando más arreciaba la
persecución de los cristianos. Su fiesta se celebra el 1 de agosto.

Es éste un nombre bello por sí mismo, lleno de atractivo, coronado, por si fuera
poco, por una constelación de mitos, leyendas y tradiciones que le dan plena
vigencia.
En Albox, la primera imagen bajo esta advocación se incorpora al Paso Blanco
en los años 70, siendo esta donada por el Paso Negro de Huércal-Overa (cuyo
presidente era por aquellos años Don Antero Enciso). Procesionó por última
vez en la Semana Santa de 2005, ya que el 25 de Marzo de 2006, fue
bendecida una nueva imagen, obra de Ramón Cuenca Santo.

http://pasoblancodealbox.blogspot.com/

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