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Presentaci6n Cantos REYN0so Univeridad de Buenos Aires E] sungimiento de In antropologia posmodems es, en sentido estricto, un proceso de transformacién experimentado por una de las tantas corrientes in- fernas de la disciplina, la Hamada antropologéa interpretativa. Tras una fase ti- bia de “antropologia simbélica” on las décadas de 1960 y 1970, y luego de un falso arranque bajo las banderas de la fenomenologia (demasiaclo escolésticas, trascendentales y solemnes para los tiempos que corren), los interpretativos hallaron en un posmodernismo que algunos reputardn predigerido y fragmen- tario su marco de referencia més afin. A despecho de la natutalidad con la que Jos posmodemos asumen su propia transicién en el relevo de las moda, la po- lémica que sc ha desarrollado en torna del movimiento es una de las iés ten- ‘tas y delicadas de Ia historia disciplinar; no hay més que asomarse a las revistas antropolégicas recientes: sucede casi como si todo ofro tema hubjera sido postergado en espera de su resolucién. Digd&moslo enseguida con otros matices y adoptando otro dngulo de mira. Después de algunos afios en que no se pudo hablar a ciencia cierta de ningén paradigma dominant, la antropologia mundial he sido garada por fo que pare- cerfa ser una nueva moda intelectual que responde a las premisas del posmo- dernismo. Desplogaremos més adelante la carncterizacién de los aspectos mis puramente antropolégicos de este movimiento, es dec i de Ia antropologia posmodema. Primero corresponde caracterizat el posmoder- rismo en sentido araplio, como movimiento intelectual genérico, en el cual se inspira —en teorfa—~ In antropologia que lleva su nombre. Hay que hacer, eso sf, una salvedad, pues algunas facelas de la euestién hhan sido fatigadas en exceso y las notas que siguen no quisieran ser redundan- tes. La aventura del poamodeniamo se puede contar siguiendo innumerables irayectorias, variadamente vélidas; la forma que aqui elegimos apunta a resal- tar ciertas Iineas (las que conciemen a las ciencias sociales) en detrimento de ‘tras (las que tienen que ver, por ejemplo, con Ta literatura, Ia filosoffay el ar- te), que acostumbran ser mucho mis conocidas. Examinemos ahora el posmo- derismo en general subrayando los aspectos que se refieren @ nuestra Aisciplina especffica, echando sobre él una mirada antropolégica: y hacia el fondo del articulo intentaremos mostrar de qué manera los ideales del posmo- demismo como filosofia de una época se han reformulade en términos de una concepeién de le antropologia, de su objeto y de sus practicantes. El contexto: la sociedad postindusteial De lo que no cabe ni sombra de duda es de que ol término “posmoder- rnismo” (igual que “postestructuralista”) se origina en los Estados Unidos; en ‘sus inicios, parece haberse acusiado a propésito de cierto giro paradigmético ‘ecurtido en el seno de las tendencias internas de la arquitectura, en la que se ‘comenzé a poner en tela de juicio el conceplo de vanguardia. Peré la idea de ‘una condicién “posmodems” tiene una gestacién compleja: arbitrariamente comenzaremos por los postulados de Bell, aunque dejando constar que (dado que lo que se analiza es un movimiento de convergencia) el punto de partida el advenimiento inminente de la sociedad postindustrial. Esta modalidad s0- cietaria involucrarfa primordialmente no tanto un cambio en la infracstructura, sino una metamorfsis de fondo en toda Ia estructura social. Los procesos que permiten diagnosticar esta transformacién, segtin Bell, se encuentran mis avanzados en los Estados Unidos que en cualquier otro pats. EL ibro de Bell no es el primero en llamar la alencién sobre el particu- Jar, pero sf lo es en alearzar amplia difusién. Como siempre, han surgido que- rellas por la precedencia: Bell asegura que él introdujo el concepto de sociedad postindustrial ya en 1962, lo que a la escala de esta especie de neo- sociclogia os fecha temprana; posteriormente descubrié que un socialista in- alés (Arthur Penty) ya habfa utilizado Ia palabra en 1917 para referirse a una sociedad artesanal del futuro, descentralizada y que ennobleefa el trabajo, con- traria al “estado de ocio” que anunciahan olros futuristas. Bell admite que ‘otros nombres Ie hubieran cabido igual: “sociedad def conocimiento”, “socie- dad de a informacién” © “sociedad profesional”. Pero en aquel entonces, cuando acuié el término, se encontraba bajo le influencia de Ralf Dakrendorf, quien habia hablado de la “sociedad poscapitalista”. La sugerencia de que al- {gp tan dominante como la industria 0 el capitalismo estuvieran en retirada era Peculiarmente desafiante © invilaba al desciframiento de signoss y en esa fas- jén consistié el éxito de un prefijo que no haria m4s que extenderse des- de entonces. EL argumento global estructurado por Bell es ‘mentacién sea espaciosa: cl mézimo detalle en fos segmentos, plicidad en el conjunto. Dice Bell que la sociedad occidental esté en camino de un gran cambio histérico en el que las relaciones sociales (que s¢ asenta- cién) se desgastan répidamente. Las fuentes del cataclismo son cientf- Fiens y tecnolgiea, peo también cultural. La cultura ha obtenid autono- iia en la sociedad de Occidente. En parte os por ello que no esté para mada

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