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Introducción 5
Módulo1 7
Actividad: 8
Módulo 2 14
Actividad: 15
Módulo 3 18
Actividad: 19
Anexos 23
Lecturas de Apoyo 24
b) Unidades Didácticas 26
Bibliografía 34
Actuaciones concretas 40
Bibliografia 41
Referencia 49
Informática y Aprendizaje 51
Software Educativo: 65
Cuentos 66
Fichas de Escritura 68
Sitios Web: 69
Aspectos Funcionales: 80
Referencias: 84
Recursos digitales 89
Bibliografía 92
Lunes 19 de noviembre
Martes 20 de noviembre
Miércoles 21 de noviembre
Consideramos clave tener presente que el rol de la formación en este sector apunta al desarrollo
progresivo y consciente de las competencias lingüísticas de los alumnos para que respondan mejor a
sus necesidades comunicativas.
De acuerdo a lo anterior, cobra vital importancia para el desarrollo de las competencias lingüísticas en
los alumnos la interacción (que permite aprender funciones, significados y convenciones del lenguaje) y
el contexto (desarrollar actividades dentro de experiencias comunicativas auténticas, con propósitos
claros para los niños).
¿Qué roles puede tener la tecnología informática (mediados principalmente por programas de software
educativo y el procesador de textos) en el desarrollo de estas funciones? ¿Cómo organizar a los
alumnos en el trabajo con recursos didácticos tecnológicos para lograr un buen aprovechamiento de
los mismos y dentro del tiempo que corresponde a las horas lectivas? ¿Qué ventajas, beneficios,
dificultades o desafíos implica el uso de recursos didácticos tecnológicos en el contexto curricular?
Éstas y otras son algunas de las interrogantes para las cuales intentaremos esbozar respuestas por
medio de un trabajo en conjunto, tanto de carácter práctico como de reflexión crítica sobre nuestra
práctica docente.
• En el tercer módulo ofreceremos un espacio para desarrollar competencias asociadas al uso del
procesador de texto como medio de apoyo al trabajo curricular en el sector de lenguaje y
comunicación que permitan visualizar algunas de las potencialidades de esta aplicación como
herramienta educativa.
Instructivo
Introducción
En la medida que los niños necesitan expresar nuevos y más complejos significados, adquieren nuevas
formas de lenguaje, modificándolas según sus propósitos y los contextos donde ocurra la
comunicación, por ello el quehacer del profesor o profesora deberá contemplar un conjunto de
principios tales como la significatividad de los textos, la estructuración de situaciones comunicativas
con sentido para los niños, la valoración de la diversidad cultural y lingüística, que incorpore tradiciones
orales y elementos que conforman el mundo natural y cultural de ellos como factor de enriquecimiento
personal y social.
Ahora bien, si las nuevas tecnologías informáticas se han transformado en el soporte para innovar en
el campo educacional desde hace varios años, no debemos olvidar que la parte más importante del
proceso educativo es la capacidad profesional de los docentes y su conocimiento metodológico acerca
de cómo diseñar actividades para sus alumnos en relación con los planes de estudio, beneficiándose
con la incorporación de la tecnología.
Toda actividad que se realice en el aula, debe ser una respuesta a la pregunta: ¿Cómo enseñar? Esto
se refiere a la necesidad de llevar a cabo una planificación de las actividades de enseñanza y
aprendizaje que permita alcanzar los objetivos definidos.
2. En este módulo se trabajará con el SW Educativo: “El Príncipe Feliz”, el cual está instalado en
cada uno de los computadores de la sala. Reúnanse en torno a un computador y realicen una
breve presentación (quién soy, de dónde vengo, por qué he asistido a este taller, entre otros) y
organicen el trabajo grupal asignando roles, tales como: coordinador, secretario, controlador de
tiempo, consultor (10 minutos).
3. Abran el SW y exploren sus secciones, descubriendo su forma de uso y funciones principales (10
minutos).
4. La acción que deben realizar como grupo es diseñar una actividad de aula para el sector de
Lenguaje y Comunicación (NB1 o NB2), en consideración a las competencias que se podrían
desarrollar utilizando uno de los ambientes del SW “El Príncipe Feliz”, por ejemplo: Taller de
Cuentos, El Príncipe Feliz (cuento), Oscar Wilde.
5. Después de que hayan socializado qué diseñar y cómo hacerlo, abran el archivo Pauta Diseño de
Actividad que se encuentra en forma digital en la carpeta “Taller Lenguaje” del computador, y
completen esta pauta de acuerdo a lo planificado al interior del grupo (30 minutos).
7. Para finalizar la actividad se compartirán los resultados a través de una “puesta en común”. El
énfasis de la discusión final estará dado por “las fortalezas y dificultades encontradas en la tarea
de diseñar una actividad de aula utilizando un software educativo” (15 minutos).
Evaluación
• Puesta en común al cierre de la actividad.
Nivel Educativo:
Nº Alumnos:
Duración de la actividad:
V- Desarrollo de la actividad
Enunciado de la descripción de las acciones y etapas: fase de introducción, sugerencias metodológicas
(cómo se realizará e incorporará el recurso tecnológico), fase de conclusión o cierre y actividades
complementarias.
VII- Evaluación
(Enunciado de cómo se realizará la evaluación, en cuanto a criterios e instrumentos a utilizar)
Instructivo
Introducción
El sector de Lenguaje y Comunicación está orientado a incrementar la capacidad de comunicación,
expresión e interacción de los alumnos con el mundo.
Dentro de los aprendizajes que debe facilitar este sector se encuentran aquellos relativos a la
comprensión y apreciación de los efectos comunicativos de los medios digitales, y el trato con las
nuevas formas de comunicación introducidas por la cultura de carácter electrónica-visual.
Objetivo
• Desarrollar la habilidad de realizar presentaciones con la herramienta Desfile de Imágenes del
Software Educativo: “Kid Pix Studio Deluxe”, a modo de incorporar esta actividad en las propias
prácticas pedagógicas.
2. En primer lugar, ubíquense frente a un computador. Abran el SW Kid Pix Studio Deluxe, el cual ya
se encuentra instalado en dicho computador.
3. Exploren el SW, descubran sus formas de uso y funciones principales. Comenten al interior del
grupo lo que van observando y cuáles son sus experiencias frente al uso de este SW, si es que las
hubiese (10 minutos).
4. Ahora vayan a la sección Desfile de Imágenes, donde realizarán las acciones básicas del taller.
Para apoyar el trabajo revisen el documento PASOS FUNDAMENTALES PARA REALIZAR UN
DESFILE DE IMÁGENES (5 minutos).
5. Además cada grupo recibirá una FICHA DE PROYECTO DE UNA ACTIVIDAD, donde se destaca
cuál es la línea de acción que deben desarrollar. Lean con atención las indicaciones allí
presentadas y compartan ideas y opiniones sobre el trabajo que realizarán (10 minutos).
6. Se hará entrega de una HOJA DE PLANIFICACIÓN, allí el grupo diseñará en papel qué van a
presentar y cómo lo harán. En forma organizada y respetando los roles asignados inicien esta
planificación (20 minutos).
7. Después de que hayan diseñado en la Hoja de Planificación, utilizando el SW Kid Pix Studio
Deluxe construyan en forma digital con las herramientas Desfile de Imágenes su actividad (30
minutos).
9. Para finalizar la actividad se compartirán los resultados a través de una “puesta en común”. Será
un instante de reflexión para dar a conocer y escuchar sugerencias y debatir sobre “Cuáles son las
potencialidades que reconocemos al usar el SW Kid Pix Studio Deluxe” (15 minutos).
Evaluación
• Puesta en común al cierre de la actividad.
Instructivo
Introducción
Una de las aplicaciones más comúnmente disponibles en las escuelas es el procesador de texto. Más
allá de verlo como un medio que nos permite obtener buenos materiales impresos, éste puede ser
considerado como una herramienta flexible y abierta con la cual los niños y niñas pueden aprender a
pensar acerca de la estructura y el propósito del lenguaje. Si lo comparamos con una máquina de
escribir, el procesador de texto nos permite una fácil corrección de errores antes de que la tinta esté
impresa en el papel. También permite agregar, quitar o mover palabras, frases y bloques completos de
texto si es que se cambia de idea después de haber leído lo que se ha escrito.
Podría afirmarse que el procesador de texto se parece más a una radiograbadora que a una máquina
de escribir porque comparten las facilidades de realizar rápidamente búsquedas hacia adelante o hacia
atrás, editar con facilidad, cortar y pegar.
2. En primer lugar, ubíquense frente a un computador. Abran el procesador de texto: Word, el cual es
parte del sistema operativo Windows.
3. Exploren el SW, descubran sus formas de uso y funciones principales. Comenten al interior del
grupo lo que van observando y cuáles son sus experiencias frente al uso de este SW, si es que las
hubiese (10 minutos).
4. Cada grupo tendrá que elegir una de las actividades presentadas a continuación (5 minutos):
4. “Afiche para el Aula” • Crear un afiche que entregue información práctica a los alumnos y
alumnas al interior del aula: salud, deporte, literatura, etc.
6. Guarden en un diskette los productos finales y para mayor seguridad también en la carpeta “Taller
de Lenguaje”, identificando el nombre del grupo (5 minutos).
7. Reúnanse con otros grupos que realizaron la misma actividad de ustedes, compartan el significado
atribuido al trabajo (10 minutos).
8. Para finalizar la actividad se compartirán los resultados a través de una “puesta en común”. Será
un instante para fomentar la conversación sobre “Las competencias que se logran con el uso del
procesador de texto” (15 minutos).
Evaluación
Puesta en común al cierre de la actividad.
Las buenas prácticas pedagógicas conllevan actividades que apuntan al logro de los objetivos
previstos, utilización de diversos recursos educativos, metodologías activas y colaborativas y un
constante proceso de reflexión de los docentes, para lo cual es necesario un perfeccionamiento
constante y una actitud creativa, innovadora y dinámica frente a los cambios.
Como un aporte del Taller Lenguaje y Comunicación y uso de TIC: Navegando por el Mundo de
las Letras, al desarrollo profesional de profesores y profesoras, se han seleccionado una serie de
lecturas, para reforzar los contenidos tratados.
• "Informática y aprendizaje"
• "Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos del Sector de Lenguaje y Comunicación NB1 y NB2"
2001.
Una actividad es para Doyle (1985) "un patrón de organización del trabajo durante una unidad de
tiempo determinada. Es un período de clase relativamente corto durante el cual los alumnos están
implicados en un tipo particular de acción". Las actividades orientan y organizan la conducta de los
alumnos, recayendo sobre ellas el peso de la gestión de la clase.
Cada proyecto tiene un recorrido distinto y está en función de los intereses, conocimientos previos y
experiencias de trabajo del alumnado. El profesor debe tener muy claros los objetivos de aprendizaje
que se deben conseguir en un ciclo o curso, pero el recorrido que se hará hasta conseguirlos
dependerá del grupo. La función del profesor pasa de ser el transmisor de conocimientos, postura
tradicional, a ser un organizador y controlador de la secuencia didáctica, un facilitador del aprendizaje
de los alumnos.
b) Unidades Didácticas
Se define como Unidad Didáctica una unidad de trabajo relativa a un proceso de enseñanza-
aprendizaje articulado y completo. En ella debe aparecer muy clara la planificación y la organización de
los aprendizajes, y la temporalización de los mismos. Es la interrelación de todos los elementos que
intervienen en este proceso, con una coherencia metodológica interna y por un tiempo determinado.
• Utiliza diversas estrategias metodológicas y diferentes actividades que permiten realizar funciones
y cumplir objetivos.
El tener los materiales que se utilizarán en una clase y qué contenidos se van a trabajar no garantiza
que en el aula todo funcione de la forma más efectiva. La planificación de una clase requiere una
reflexión sobre una serie de factores relacionados con los materiales a utilizar, con la gestión del aula y
con detalles de cómo se pondrá en práctica: para realizar una planificación debe tenerse en cuenta:
• los diferentes pasos que son necesarios como parte de cada actividad o tarea, con el fin de
maximizar su valor comunicativo y pedagógico.
Para cada uno de los pasos en que se dividirán las actividades, se necesita tener en cuenta los
siguientes puntos:
• qué será necesario que haga el profesor en cada paso, para apoyar el trabajo de los alumnos.
Para facilitar la realización de las actividades de enseñanza-aprendizaje se sugiere realizar una pauta
como la que se muestra a continuación, indicando el número de pasos, el tiempo estimado, actividad
de los alumnos, actividad del profesor, agrupamiento, destrezas, recursos (medios y apoyos) y
contenidos.
alumnos apoyos
Las Guías de Aprendizaje son un recurso de apoyo que puesto en las manos de los alumnos, les
permite realizar por sí solos y/o en grupos, un determinado aprendizaje.
Las Guías de Aprendizaje están dirigidas a los alumnos, en ellas se les proponen tareas que los invitan
a asumir responsabilidades individuales, a integrarse en el trabajo con otros alumnos, o a implicar en
su trabajo a su familia y a su comunidad, éstas promueven el desarrollo de diversas habilidades tales
como investigar, describir, reflexionar, valorar, analizar, etc.
Las guías incluyen una serie de preguntas o de conclusiones y razonamientos, que no pretenden tanto
averiguar lo que el alumno ha descubierto, sino proponerle, de otra manera, para su análisis, las
cuestiones o relaciones más importantes que necesita tener en cuenta.
El lenguaje usado en el material debe ser sencillo, comprensible para el alumno. Pero es el lenguaje
estándar, formal, el que el alumno necesita aprender a manejar y valorar, cuando se emplea una
palabra que probablemente el alumno no conozca, se pone, textualmente la palabra, pero se incluye en
el mismo texto un sinónimo de uso habitual del alumno, es decir, se la explica en un contexto. La
facilidad de la comunicación no se opone al enriquecimiento del vocabulario.
Por otra parte y a diferencia de las anteriores una guía didáctica, es un material que será de gran
ayuda al docente que además de orientarle en la confección de su propia programación didáctica le
apoyará en el desarrollo de su práctica docente.
Diseñar actividades, sin relación a los demás elementos de una programación educativa, será un
activismo que entretendrá a los alumnos, pero poco más. Toda actividad que se realice en el aula,
debe ser una respuesta a la pregunta: ¿Cómo enseñar? Esto se refiere a la necesidad de llevar a cabo
una planificación de las actividades de enseñanza y aprendizaje que permita alcanzar los objetivos
marcados.
En términos generales el diseño de actividades debería cumplir determinados criterios básicos tales
como:
• Las actividades deben promover la familiarización del alumno con el entorno: los contenidos están
encaminados a que el alumno se familiarice con su entorno, pues le proporcionan las claves de
interpretación necesarias para lograr una comprensión cada vez mayor de la realidad en la que
viven.
• Las actividades han de permitir que el alumno aprecie su grado inicial de competencia en los
contenidos, objeto de aprendizaje y al mismo tiempo que valore sus necesidades y posibilidades
en orden a la adquisición de los mismos: han de favorecer el replanteamiento de los propios
conocimientos y, como consecuencia, rectificaciones en los mismos que deberán ser razonadas
con el propio alumno.
• Las actividades han de adaptarse al ritmo de realización y aprendizaje propio de cada alumno El
tratamiento de la diversidad en el aula supone dar a cada persona la posibilidad de seguir su
propio ritmo.
• Las actividades que se proponen deben presentar una coherencia interna capaz de ser apreciada
por el propio alumno: Es fundamental que los alumnos y las alumnas comprendan lo que se
pretende con las sucesivas tareas que van a ir realizando, lo que les permitirá ser más autónomos.
• Las actividades han de permitir el desarrollo de los distintos tipos de contenidos del área de una
manera interrelacionada: tanto los conceptos como los procedimientos y las actitudes deberán
estar presentes en el desarrollo de las actividades.
Actividades de iniciación y motivación: Estas actividades permiten conocer lo que el alumno sabe, de
cómo lo ha aprendido, de lo que desconoce, de lo que quisiera conocer, de los errores que ha podido
crearse, han de servir como estímulo incentivador que le saquen de la pasividad, que le sitúen como
individuo activo interesado y curioso ante los nuevos aprendizajes.
Actividades de desarrollo y aprendizaje: Estas actividades tienen como finalidad una acción encauzada
que promueva en los alumnos y alumnas una intensa actividad creativa e intelectual, que les permita
observar, buscar información, contrastar, confirmar, extraer conclusiones, etc. Estas actividades deben
garantizar la funcionalidad del aprendizaje a través del afianzamiento de destrezas, habilidades,
estrategias, en definitiva, modos de saber hacer y el planteamiento de situaciones en las que el alumno
ponga en juego su autonomía.
Actividades resumen o de síntesis: al finalizar una unidad didáctica, parece conveniente el diseño de
este tipo de actividades, con el fin de que alumnas y alumnos puedan observar, en su realización, el
progreso obtenido respecto al punto de partida.
Actividades de evaluación: Este tipo de actividades deben diseñarse adentro del proceso, se situarán
en el mismo marco de referencia que las actividades de desarrollo y aprendizaje, dotándolas de una
coherencia con ellas que deberá ser apreciada como tal por los estudiantes.
• Las actividades de enseñanza-aprendizaje deben partir del nivel de desarrollo del alumno:
tener en cuenta el nivel del alumno en la elaboración y desarrollo del currículo, exige atender
simultáneamente dos aspectos: su nivel de competencia cognitiva y los conocimientos que ha
construido anteriormente.
• Las actividades de enseñanza-aprendizaje deben promover una intensa actividad por parte
del alumno: una metodología activa que asegure la participación del alumno en los procesos de
enseñanza y aprendizaje.
La organización de las actividades en el aula viene mediatizada por algo más que la forma en que se
agrupan los alumnos para la realización de las mismas. Según Johnson, las actividades de enseñanza-
aprendizaje se pueden estructurar de tres formas diferentes:
1. Individualista: cada alumno se debe centrar en su trabajo y preocuparse por obtener los objetivos de
cada tarea, al margen de lo que hagan sus compañeros y de los resultados que éstos obtengan.
3. Cooperativa: Hay una vinculación tal entre los alumnos, que cada uno de ellos solo puede alcanzar
sus objetivos cuando los restantes alcanzan los suyos. Los elementos que consigue cada elemento del
grupo, son beneficios para los restantes. Se trata de establecer en el aula clase una interacción
cooperativa entre los alumnos.
1. Introducción: las funciones de diagnóstico de la situación de los alumnos, motivación para la tarea de
aprendizaje propuesta, orientación para el tema o problema a estudiar.
2. Desarrollo: del tema, problema o tarea, con funciones de estudio y análisis de los varios contenidos
(o componentes de la tarea), organización de los métodos de tratamiento de los varios aspectos
implicados, evaluación formativa y generalización.
Bibliografía
• M. Mar Rodríguez Romero . Las unidades didácticas y el aprendizaje del profesor
http://www.ciberaula.net/quaderns/Hemeroteca/Signos/Signos3/s3unidad3.html
http://www.maseducativa.com/webs/mena/articulo1/art1pag1.htm
http://prometeo.cica.es/macarmenweb/docencia/materiales/cali2.htm
• Orientaciones Didácticas
http://www.pntic.mec.es/recursos/organizacion/bca/primaria/3213.htm
• Ernesto Schiefelbein . Guías de Aprendizaje para una Escuela deseable. Santiago, Chile
UNESCO/UNICEF, 1993.
Iniciar el diseño de una actividad pedagógica que incorpore el uso TIC no resulta fácil; sin embargo, la
experiencia pedagógica es un buen aliciente para obtener antecedentes que den sustento a esta tarea.
A través de este material se presentan consideraciones generales que orientan el diseño de una
actividad de aula:
III. Objetivos o Contenidos Pedagógicos a los que Apunta la Actividad: El objetivo pedagógico y/o
contenido debe ser el punto de partida para el diseño de una actividad educativa, el foco central y
el aspecto del cual debe dar cuenta una evaluación al final de la actividad.
IV. Desarrollo de la Actividad: A modo de presentar las acciones y etapas de la actividad hay que
realizar una descripción detallada que considere:
c) Fase de conclusión o cierre: Toda actividad pedagógica debiera incluir una fase final en la cual el
profesor pueda realizar una evaluación somera de lo que ha logrado con el trabajo desempeñado
por él y los alumnos, es el momento para favorecer la metacognición, es decir, ayudar a los
alumnos a reflexionar acerca de lo que han pensado o aprendido durante la sesión, retomando
algunas cosas. Resulta muy enriquecedor que sean los propios alumnos quienes verbalicen o
escriban lo que han realizado y el profesor puede realizar una síntesis si es que lo estima
necesario.
V. Recursos : Resulta importante listar todos los materiales y recursos que se necesitarán para el
desarrollo exitoso de la actividad, considerando no sólo los recursos tecnológicos involucrados
(hardware, software, periféricos), sino también materiales concretos que sirvan de apoyo,
impresos, libro de texto, fichas de trabajo, etc.
VI. Evaluación: Definir la forma en que será evaluada la actividad es parte fundamental del diseño de
la misma. Debiera haber claridad en cómo se realizará la evaluación, en cuanto a criterios (por
ejemplo: si es individual o grupal, tipo de ponderación, etc.) e instrumentos a utilizar (pruebas,
cuestionarios, diario de procesos, etc.)
España
"Hace falta imaginación para dar a los niños la oportunidad de interactuar con la lengua
escrita" Emilia Ferreiro
Una de las línea de investigación en Educación Infantil que más se están desarrollando y practicando
en los últimos años es el constructivismo. Desde este enfoque, la enseñanza de la lectoescritura ofrece
un amplísimo campo de actuación para el maestro/a, que se convierte en un auténtico animador del
aprendizaje.
Los estudios realizados, entre otros, por Emilia Ferreiro y Anna Teberosky demuestran que no existe
un momento concreto en el que los niños/as empiecen a leer y escribir, sino que lo hacen incluso antes
e independientemente de que alguien se proponga enseñarles. Las similitudes de este proceso con el
mecanismo que conlleva la adquisición del lenguaje oral son múltiples. En concreto, en ambos
aprendizajes los niños formulan hipótesis que tienen su propia lógica y las reelaboran. Es decir, desde
muy pronto los niños van construyendo sus propios conocimientos sobre la lengua escrita, aunque
éstos no siempre coinciden con los esquemas que tenemos los adultos.
El enfoque constructivista parte de que el niño construye activamente su saber, de modo que aprender
a leer y a escribir no es recibir desde fuera una habilidad ya acabada, sino que se trata de un proceso
de aproximación paulatina a las propiedades y a los usos de la lengua escrita.
El niño construye su propio conocimiento de las cosas a partir de replanteamientos generales a medida
que va teniendo más experiencias. El constructivismo propone fomentar esas experiencias, sumergir a
los niños/as en un contacto directo con el objeto del conocimiento.
Como consecuencia de todo esto, la enseñanza de la lectura y la escritura no se puede limitar a una
instrucción sobre un código determinado, de ahí que desde este enfoque constructivista se rechacen
las cartillas, fichas o libros de texto, en beneficio de lo que se denominan materiales auténticos, objetos
que el niño conoce y maneja en su vida cotidiana: revistas, periódicos, poesías, canciones,
adivinanzas, envases, etiquetas de productos, etc.
En un principio el niño/a no sabe que la escritura transmite un significado. Puede diferenciar las letras y
números de otro tipo de signos, pero no entiende que haya algo detrás. Como consecuencia de que los
textos no sean aún portadores de significado, a la hora de escribir no se diferencia entre escribir y
dibujar.
La labor del maestro en estas circunstancias consiste en proponer situaciones didácticas que hagan a
los niños pensar, coordinar los intercambios entre ellos, además de aportar información. El objetivo, en
definitiva, no se centra en obtener un producto acabado y similar para todos los niños/as, sino el
desarrollo de las capacidades de todos ellos.
En nuestra propuesta la causa que lleva a la lectura no es la mera ejercitación escolar sino la
resolución de un problema concreto. De este modo los propósitos y materiales de lectura serán
variados: leer para averiguar algo preciso (resultado del fútbol o programación de TV, en el periódico;
número postal de un domicilio en la guía postal); para ampliar conocimientos sobre un tema planteado
(artículo de enciclopedia, diccionario, índice de revista especializada); para organizar la distribución de
tareas (lista de niños de la clase); para lograr llevar a cabo una tarea (receta de cocina, instrucciones
de un juego); para disfrutar (comics, canciones, cuentos).
El niño recibe información sobre la función social de la escritura a través de su participación en dichos
actos, y a través de una inmersión constante en esas situaciones llega a comprender los usos sociales
de la escritura. Como señala Emilia Ferreiro, no se trata de mantener a los niños asépticamente
alejados de la lengua escrita . Tampoco se trata de enseñarles el modo de sonorizar las letras. Hace
falta imaginación pedagógica para dar a los niños las más variadas y ricas oportunidades de interactuar
con la lengua escrita. Hace falta formación psicológica para comprender las respuestas y las preguntas
de los niños. Hace falta entender que el aprendizaje de la lengua escrita es mucho más que el
aprendizaje de un código de transcripción: es la construcción de un sistema de representación.
• Teberosky, A. El aprendizaje inicial del lenguaje escrito: la escritura de noticias. En A.A.V.V.: Leer
en la escuela, Madrid, Pirámide.
• Tolchinisky Landesmann, L., Aprendizaje del lenguaje escrito. Procesos evolutivos e implicaciones
didácticas, Barcelona, Atnthropos 1993.
Emilia Ferreiro
Las producciones escritas no se limitan a las marcas escritas que los niños producen, sino que
incluimos todo el proceso de construcción; las intenciones, los comentarios y modificaciones
introducidas durante la escritura misma y la interpretación que el autor (niño) hace una vez terminada
su construcción.
El desarrollo de la alfabetización es mucho más que pronunciar letras y repetirlas una y otra vez, o que
aplicar test de madurez para la lectura con la esperanza de garantizar que la enseñanza comienza con
garantías de éxito.
Cuando los maestros entienden esto, empiezan a pensar de otra manera. Empiezan a descubrir que los
niños son tan inteligentes, activos y creativos en el dominio de la alfabetización como lo son en
matemáticas.
Neus Roca
Es posible enseñar a leer y escribir partiendo del niño y no del método. Actividades en las que el
alumnado pueda usar, reflejar y constrastar sus conocimientos (aunque sean incompletos) resultan muy
útiles.
Tal como se enseña no es tal como se aprende. Las representaciones conceptuales de los alumnos
pueden seguir caminos distintos de los que presenta el docente para enseñar un contenido. El proceso
de aprendizaje de un conocimiento ha de estar presente en todo planteamiento didáctico.
Es importante sentarse junto al niño, conversar libremente con él, comentarle acerca de los cuentos que
conoce, de los personajes... dejando claro que no se pretende la escritura convencional sino la manera
en la cual él considere que se escriben, que lo haga como a él le parezca.
Las tareas tienen como objetivo desarrollar estrategias de producción e interpretación de textos, otras
tareas tienen como fin la reflexión metalingüística, sea sobre el texto, la lengua o el sistema de
escritura.
Mabel Condemarín
El lenguaje que los niños escuchan y leen conforma el lenguaje que usan al hablar y al escribir. El
lenguaje que ellos aprenden no sólo es el “corazón” de su competencia lingüística sino que constituye
la fuente de la cual fluirá su futura expresión y comprensión del mundo.
El desarrollo del lenguaje (oral y escrito) requiere de la interacción con otros usuarios, porque mediante
el intercambio se aprenden sus usos, funciones, significados y convenciones; se enriquece el
conocimiento acerca del lenguaje mismo y se le transforma en una herramienta que permite la
apropiación de otros conocimientos. El desarrollo y uso del lenguaje se alimenta tanto de la lengua oral
como de la lengua escrita y por ende los “otros” usuarios del lenguaje no sólo son los pares y los
adultos que rodean al niño, también los son los autores de los libros que ellos tienen a su alcance.
En las últimas décadas los educadores han aprendido mucho acerca de del rol de la literatura en las
primeras etapas del desarrollo de la literacidad, observando a los niños pequeños que han aprendido a
leer en forma natural. Durkin, 1974, y Torrey, 1979) por ejemplo, han conducido estudios de niños que
aprenden a leer antes de su entrada al colegio. Estos niños eran curiosos y se estimulaban con los
libros y las palabras y sus padres apoyaban su interés proporcionándoles libros, leyéndoles cuentos en
voz alta a la hora de dormir, repitiéndolos todas las veces que ellos lo solicitaban y respondiendo a sus
preguntas sobre el lenguaje escrito. Por otra parte, la investigación reciente (Sweet, 1993) comprueba
que es importante proporcionar diariamente a los niños experiencias positivas que involucren cuentos y
otro tipo de literatura; especialmente cuando ellas no ocurren dentro de los hogares. Las oportunidades
para tales experiencias incluyen lectura y relectura de cuentos, comentarlos críticamente, efectuar
juego de roles, responder a los cuentos tanto en forma oral como a través de la escritura o a través de
arte expresivo (e.g.,dibujo), y compartir libros con los pares .
Desarrollo del lenguaje Cuando los niños escuchan cuentos u otros textos narrativos, contados o
leídos, ellos obtienen aprendizaje tanto de sus estructuras como del vocabulario y la sintaxis propias de
la literacidad. Los niños a menudo despliegan este conocimiento cuando “hablan como libro”, cuando
pretenden o “juegan a leer” sus historias favoritas y cuando inventan sus propios cuentos. Esta última
acción, especialmente, es la que más refleja la influencia de los cuentos infantiles sobre la habilidad de
los niños para construir textos coherentes.
La lectura de libros de cuentos es, además, un efectivo medio para desarrollar la habilidad de los niños
para entender historias. (Teale y Sulzby, 1987). Los lectores construyen significados acerca de los que
ellos escuchan o leen usando sus conocimientos previos. También ellos construyen significados en la
medida que interactúan con pares y adultos comentando las historias. Similarmente, los comentarios
que se suscitan entre los lectores y los auditores como respuesta a un texto compartido, es una parte
importante de la experiencia de la hora del cuento. Así, el comentar los cuentos junto o a continuación
de las lecturas, constituye una estrategia interactiva que ayuda a los niños a construir significado y a
entender las historias que les son leídas.
Desarrollo del pensamiento Cuando los niños tienen experiencias repetidas con cuentos que les son
leídos o contados y comparten experiencias, ideas y opiniones relacionados con las historias, ellos se
comprometen en una tarea altamente exigente desde un punto de vista intelectual y sus respuestas
interpretativas llegan a ser más variadas y complejas.
Moffet (1983) hace notar que los niños usan y se basan en la narrativa para su modo primario de
pensamiento, y Higgins (1981) nos recuerda que el elaborar historias fue uno de los primeros métodos
que los humanos usaron para explicar las experiencias y fenómenos desconcertantes, que no podían
explicar a través de las observaciones naturales del mundo.
El género literario narrativo incluye libros de láminas, cuentos, mitos y folklore, fantasía, ciencia ficción
y ficción realista e histórica. Van Dongen y Westby (1986) destacan que si bien los niños se inician en
el discurso narrativo a partir de sus vidas diarias, como por ejemplo cuando cuentan historias acerca de
sí mismos y de los otros, su entendimiento de la experiencia humana se expande cuando ellos
aprenden narrativas que han persistido a través de generaciones.
Vista como arte, la literatura, constituye una forma privilegiada que, al utilizar el lenguaje de maneras
ricas y creativas, permite que el niño relacione las palabras y las estructuras de las oraciones a
cuadros mentales en su cerebro, energizados por la emoción (Cf.: Sinatra, 1994). Esta estimulación de
la imaginería constituye la base del pensamiento representacional, y por ende del acto creativo, el que
puede expresarse en los niños pequeños, a través de diferentes maneras gestos y lenguaje corporal,
modelado, construcción, dibujo y pintura. La habilidad de la mente para crear cuadros mentales y para
generar pensamiento imaginativo permea tanto el pensamiento como la predicción, recuerdo,
entendimiento, composición y creación (Paivio, 1979).
Torrance (1979) cree que el poder de la creatividad reside en estimular más creatividad y ocurre
cuando la recepción y producción de los niños los dirige a otras formas de expresión. El explica que
mientras más actos creativos experimenta una persona, sean ellos propios o de otros, más se
enriquece la vida de los individuos.
Así, el goce de la literatura puede ser fácilmente integrada con y trasladada a otras formas de arte. A
menudo los niños revelan la riqueza de su imaginación cuando interpretan cuentos a través del arte
visual, la dramatización y la música. Sus dibujos, por ejemplo, reflejan su comprensión del texto, no
sólo,literalmente sino también expresiva y estéticamente.
Sadoski y otros (1988) ha demostrado las fuertes relaciones que existen entre las emociones,
imaginería y comprensión del argumento para la narrativa. Otros educadores de lectura y escritura han
notado que el uso de la imaginería influencia la comprensión de la lectura y la productividad y la calidad
de la escritura (Jampole et al. 1991; Sinatra, 1986). Paivio (1979) sugiere que cuando la imaginería es
estimulada y asociada con la información verbal, se fortalece la comprensión, retención, y producción
del lenguaje verbal. Dado que los sistemas verbales e imaginativos tienen ricas interconexiones
neurales, los aprendices pueden usar palabras para describir cuadros y usar la imaginería para apoyar
la elección de palabras. (Bower, 1972).
• Primero, los niños deben tener facilidad tanto en su lenguaje expresivo como receptivo. Ellos
deben ser capaces de seguir instrucciones verbales y deben tener algún conocimiento de un
cuento que se le está leyendo (Anderson et al. 1985), agrega que los niños deben haber adquirido
un vocabulario básico y un suficiente conocimiento de su ambiente para ser capaces de comentar
lo que ellos ven y conocen.
• Segundo, las destrezas perceptivas visuales de los niños deberían estar suficientemente bien
desarrolladas. Con el fin de leer los niños los niños deben ser capaces de atender y analizar un
conjunto de claves visuales complejas. También ellos necesitan entender que los materiales
impresos conllevan mensajes.
• Los niños necesitan comenzar a entender el concepto de palabra; también requieren saber cómo
se llaman las cosas y que el vocabulario que ellos usan al hablar puede ser representado por una
serie de marcas gráficas llamadas letras que se presentan en distintas agrupaciones sobre la
página. La palabra hablada “perro” por ejemplo, conlleva la noción abstracta de un ser peludo con
cuatro patas. Comprender que las letras escritas p-e-rr-o gatillan en la mente de las personas la
idea de perro, constituye un segundo nivel de abstracción, difícl de captar por ellos.
• Cuarto, los niños deben aprender a controlar los movimientos de sus manos y sus ojos conforme a
la orientación del texto. Ellos deben saber que el orden para leer una página es de izquierda a
derecha y de arriba a abajo; y entender que el recorrido que efectúa la visión (“scan”) a través del
texto no es el mismo que ocurre cuando se mira una ilustración. El control motor necesario para
procesar el texto es vital para el proceso lector.
La literatura facilita el desarrollo de las habilidades descritas por Clay y un productivo medio lo
constituyen las experiencias de lecturas compartidas.
Cuando la maestra modela una lectura utilizando un libro gigante y puntea cada palabra a medida que
la lee, los niños junto con familiarizarse con la literatura, se introducen con naturalidad en las
características específicas de los símbolos gráficos. Ellos al visualizar las palabras escuchadas
observan que se representan por una serie de marcas llamadas letras, que forman distintas
agrupaciones sobre la página. Observan también que al leer existe un orden de izquierda a derecha y
de arriba a abajo, que las ilustraciones apoyan el contenido de los cuentos, que el libro tiene una
portada, título, autores, etc. Es decir, toman conciencia del libro como un objeto único portador de un
contenido atractivo que se actualiza cada vez que se abre y que vuelve a ser leído.
En la medida que la educadora o uno de los padres lee el libro gigante tantas veces como los niños lo
solicitan, ellos rápidamente memorizan los cuentos, “juegan a leer” y anticipan lo que vienen a
continuación. Apenas ella lee unas pocas páginas o incluso unas líneas los niños predicen en voz alta
el contenido. Esta actividad ayuda a los niños a desarrollar aspectos del lenguaje relacionados con la
habilidad de escuchar, con el enriquecimiento del vocabulario y de los conceptos y con el manejo de
diversas estructuras gramaticales.
Los textos que se seleccionan para realizar las lecturas compartidas en libros gigantes pueden incluir
poemas, letras de canciones, rimas, etc. además de cuentos. En relación a la narrativa, es
especialmente recomendable la utilización de lecturas predecibles (Condemarín, 1992) porque el niño
puede “anticipar” las palabras que vienen a continuación gracias a que el texto se basa en su propia
cultura oral, a que utiliza patrones repetitivos y/o acumulativos, o a que presenta ritmos o secuencias.
La utilización de “libros predecibles apoya el valor del uso de la literatura en el aprendizaje de la lectura
y de las otras modalidades del lenguaje
Generalizando la experiencia de las maestras de Nueva Zelanda, las lecturas compartidas se definen
(Sweet, 1993) como una situación de lectura gratificadora en la cual un alumno- o un grupo de ellos- ve
Referencia
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España, 2000
Flexibilidad instruccional.- Mediante las aplicaciones TIC los distintos usuarios de los programas
informáticos y telemáticos pueden llevar un ritmo de aprendizaje distinto, basado en su propio ritmo
personal, avanzando cada uno según sus posibilidades y necesidades. Además, es el alumno el que
decide el camino a seguir en el proceso; avanzándose con ello, hacia una enseñanza más
personalizada y hacia procesos de aprendizaje más constructivos.
Aumento de la motivación.- Diversos estudios muestran que los estudiantes se muestran más
motivados cuando utilizan las TIC, este efecto que aún se produce, puede ser efecto de la novedad,
aunque personalmente opino que el aumento de la motivación está muy relacionado, tanto con el
mayor atractivo de las presentaciones multimedia sobre las tradicionales, como por la mayor
implicación del alumno en su proceso de aprendizaje.
Actividades colaborativas y cooperativas.- El uso adecuado de las TIC, en trabajos de grupo, puede
potenciar las actividades colaborativas y cooperativas entre los alumnos y también la colaboración con
Dependencia tecnológica.- Otro de los riesgos de la aplicación de las TIC, como indica J.M.Sancho
(1995b) es el hecho de que con el uso de los sistemas informáticos en la educación se le de un mayor
valor al “saber como” sobre el “saber que o sobre que”, con el consiguiente problema de la
construcción de significados, del aprendizaje autónomo, de la dotación de sentido, la comprensión y el
aprender a aprender. Sólo un uso adecuado de los medios tecnológicos al servicio de la educación y la
construcción de conocimientos evitará esta dependencia tecnológica. En conclusión, deberíamos
De las Sesiones Plenarias del 26 Congreso de la Unión Internacional de Editores, Octubre de 2000.
Emilia Ferreiro es doctora por la Universidad de Ginebra, donde tuvo el privilegio de ser
alumna y colaboradora de Jean Piaget: Sus investigaciones sobre alfabetización fueron realizadas
principalmente en Argentina, donde nació, y en México, país donde actualmente reside y es
profesora titular del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto
Hubo una época, hace varios siglos, en que escribir y leer eran actividades profesionales. Quienes se
destinaban a ellas aprendían oficio, y a este oficio se dedicaban el resto de sus un días.
En todas las sociedades donde se inventaron algunos de los 4 ó 5 sistemas primigenios (China,
Sumeria, Egipto, Mesoamérica y, muy probablemente, también el valle del Hindus) hubo escribas,
quiénes formaban un grupo de profesionales especializados en un arte particular: grabar en arcilla o en
piedra, pintar en seda, tablillas de bambú, papiro o en muros, esos signos misteriosos, tan ligados al
ejercicio mismo del poder. De hecho, las funciones estaban tan separadas que los que controlaban el
discurso que podía ser escrito no eran quienes escribían, y muchas veces tampoco practicaban la
lectura. Quienes escribían no eran lectores autorizados, y los lectores autorizados no eran escribas.
En esa época no había fracaso escolar. Quienes debían dedicarse a ese oficio se sometían a un
riguroso entrenamiento. Seguramente algunos fracasaban, pero la noción misma de fracaso escolar no
existía (aunque hubiera escuelas de escribas).
No basta con que haya escuelas para que la noción de “fracaso escolar” se constituya. Veamos un
símil con una situación contemporánea: tenemos escuelas de música, y buenos y malos alumnos en
ellas. Si alguien no resulta competente para la música, la sociedad no se conmueve, ni los
psicopedagogos se preocupan por encontrar algún tipo peculiar de “dislexia musical” que podría quizás
ser superada con tal o cual entrenamiento específico. Ser músico es una profesión; y quienes quieren
Todos los problemas de la alfabetización comenzaron cuando se decidió que escribir no era una
profesión sino una obligación y que leer no era marca de sabiduría sino marca de ciudadanía.
Por supuesto, muchas cosas pasaron entre una época y otra, muchas revoluciones sangrientas fueron
necesarias en Europa para constituir las nociones de pueblo soberano y democracia representativa.
Múltiples transmutaciones sufrieron los primeros textos de arcilla o de papiro hasta convertirse en libros
reproducibles, transportables, fácilmente consultables, escritos en las nuevas lenguas desprendidas del
latín imperial y hegemónico.
Los lectores se multiplicaron, los textos escritos se diversificaron, aparecieron nuevos modos de leer y
nuevos modos de escribir. Los verbos “leer” y “escribir” habían dejado de tener una definición
inmutable: no designaban (y tampoco designan hoy día) actividades homogéneas. Leer y escribir son
construcciones sociales. Cada época y cada circunstancia histórica da nuevos sentidos a esos verbos.
Sin embargo, la democratización de la lectura y la lectura se vio acompañada de una incapacidad
radical para hacerla efectiva: creamos una escuela pública obligatoria, precisamente para dar acceso a
los innegables bienes del saber contenido en las bibliotecas, para formar al ciudadano consciente de
sus derechos y sus obligaciones, pero la escuela no ha acabado de apartarse de la antigua tradición:
sigue tratando de enseñar una técnica.
Desde sus orígenes, la enseñanza de estos saberes se planteó como la adquisición de una técnica:
técnica del trazado de las letras, por un lado, y técnica de la correcta oralización del texto, por otra
parte. Sólo después de haber dominado la técnica surgirían, como por arte de magia, la lectura
expresiva (resultado de la comprensión) y la escritura eficaz (resultado de una técnica puesta al
servicio de las intenciones del productor). Sólo que ese paso mágico entre la técnica y el arte fue
franqueado por pocos, muy pocos de los escolarizados en aquellos lugares donde más falta hace la
escuela, precisamente por ausencia de una tradición histórica de “cultura letrada”.
Surge entonces la noción de “fracaso escolar”, que es concebida, en sus inicios, no como fracaso de la
enseñanza sino del aprendizaje, o sea, responsabilidad del alumno. Esos alumnos que fracasan son
designados, según las épocas y las costumbres, como “débiles de espíritu”, “inmaduros” o “disléxicos”.
(En los años 1960 la dislexia fue considerada “la enfermedad del siglo”). Algo patológico traen consigo
esos niños, algo que les impide aprovechar una enseñanza que, como tal, y por la bondad de sus
intenciones, queda más allá de toda sospecha.
Una década después, hacia 1970, los estudios en sociología de la educación desplazaron la
responsabilidad de la incapacidad para aprender hacia el entorno familiar: en lugar de algo intrínseco al
alumno habría un “déficit cultural”. De hecho, una cierta “patología social” (suma de pobreza +
analfabetismo) sería responsable del déficit o handicap inicial. Efectivamente, pobreza y analfabetismo
van juntos. El analfabetismo no se distribuye equitativamente entre los países, sino que se concentra
en entidades geográfico-jurídico-sociales que ya no sabemos cómo nombrar.
Hoy en día no se sabe muy bien como clasificar a los países. Antes había “desarrollados” y
“subdesarrollados”, pero esta última calificación pareció peyorativa y fue reemplazada por un
eufemismo: “países en vías de desarrollo”. Pero ¿cuántas décadas puede un país estar “en vías de
desarrollo sin acabar de desarrollarse?”. De hecho, muchos de los países que antes parecían estar “en
vías de desarrollo” parecen hoy día condenados a estar “en vías de subdesarrollo”. Hubo una época en
que los países se catalogaron en dos regiones: “Primer mundo” y “Tercer mundo”, con un supuesto
“Segundo mundo” que nadie asumió como designación adecuada para sí mismo. Y ahora hemos
regresado a las coordenadas pseudo-geográficas: los ejes “Este” y “Oeste” desaparecieron, mientras
que “Norte” y “Sur” tienen renovada vigencia lo que obliga a innegables dificultades propiamente
geográficas, tales como buscar a Australia en el Norte y a México en el Sur). Yo hablaré de “periferia”
para referirme a este Sur, que también existe…
Total, que no sabemos cómo clasificar a los países, pero sí sabemos qué es la pobreza. Sabemos –y
es inútil que lo ocultemos, porque el World Bank lo sabe y lo dice- que el 80% de la población mundial
vive en zonas de pobreza. Sabemos que ese 80% conjuga todos los indicadores de dificultad para la
alfabetización: pobreza endógena y hereditaria; baja esperanza de vida y altas tasas de mortalidad
infantil; malnutrición; multilingüismo. (Sabemos, por supuesto, que ese 80% también es heterogéneo,
ya que las desigualdades entre los países se expresan igualmente en desigualdades internas tanto o
más pronunciadas).
Los países pobres (ese 80%) no han superado el analfabetismo; los ricos (ese 20%) han descubierto el
iletrismo. ¿En que consiste ese fenómeno que en los años 80 puso en estado de alerta a Francia,
hasta el punto de movilizar al ejército en la “lucha contra el iletrismo”? El iletrismo es el nuevo nombre
El tiempo de escolaridad obligatoria se alarga cada vez más, pero los resultados en el “leer y escribir”
siguen produciendo discursos polémicos. Cada nivel educativo reprocha al precedente que los alumnos
que reciben “no saben leer y escribir”, y no pocas universidades tienen “talleres de lectura y redacción”.
Total, que una escolaridad que va de los 4 años a bien avanzados los 20 (sin hablar de doctorado y
post-doc) tampoco forma lectores en sentido pleno.
Está clara que estar “alfabetizado para seguir en el circuito escolar” no garantiza el estar alfabetizado
para la vida ciudadana. Las mejores encuestas europeas distingues cuidadosamente entre parámetros
tales como: alfabetizado para la calle; alfabetizado para el periódico; alfabetizado para libros
informativos; alfabetizado para la literatura (clásica o contemporánea); etc.
Pero eso es reconocer que la alfabetización escolar y la alfabetización necesaria para la vida
ciudadana, el trabajo progresivamente automatizado y el uso del tiempo libre son cosas
independientes. Y eso es grave. Porque si la escuela no alfabetiza para la vida y el trabajo… ¿para qué
y para quién alfabetiza?
El mundo laboral está cada vez más informatizado, y la escuela (nuestra escuela pública, gratuita y
obligatoria, esa gran utopía democrática del siglo XIX) está, en los países periféricos, cada vez más
empobrecida, desactualizada, y con maestros mal capacitados y peor pagados.
Peor aún: la democracia, esa forma de gobierno a la cual todos apostamos, demanda, requiere, exige
individuos alfabetizados. El ejercicio pleno de la democracia es incompatible con el analfabetismo de
los ciudadanos. La democracia plena es imposible sin niveles de alfabetización por encima del mínima
del deletreo y la firma.
No es posible seguir apostando a la democracia sin hacer los esfuerzos necesarios para aumentar el
número de lectores (lectores plenos, no descifradores).
En las primeras décadas del siglo XX parecía que “entender instrucciones simples y saber firmar” podía
considerarse suficiente. Pero a fines del siglo XX y principios del XXI estos requisitos son insostenibles.
Hoy día los requisitos sociales y laborales son mucho más elevados y exigentes. Los navegantes de
Yo he dicho desde hace varios años en diversos foros, y continúo sosteniendo, que las nuevas
tecnologías ayudarán sobremanera a la educación en su conjunto si contribuyen a enterrar debates
interminables sobre temas perimidos: por ejemplo, “¿hay que comenzar a enseñar con caracteres
ligados o separados?; ¿qué hacemos con los zurdos?; ¿hay que enseñar a leer por palabras o por
sílabas?”. Bienvenida la tecnología que elimina diestros y zurdos: ahora hay que escribir con las dos
manos, sobre un teclado; bienvenida la tecnología que permite separar o juntas los caracteres, a
decisión del productor; bienvenida la tecnología que enfrenta al aprendiz con textos completos desde el
inicio.
Pero la tecnología, de por sí, no va a simplificar las dificultades cognitivas del proceso de alfabetización
(ignoradas también por la mayoría de los métodos pedagógicos), ni es la oposición “método vs.
Tecnología” la que nos permitirá superar las desventuras del analfabetismo.
Antes de regresar al tema ineludible de las nuevas tecnologías quisiera insistir en la ecuación pobreza-
analfabetismo-multilingüismo.
Durante décadas hemos escuchado expresiones tales como “lucha contra el analfabetismo”, lenguaje
militar que caracteriza, además, a quienes son rechazados por el sistema escolar, como “desertores”.
Ese lenguaje militar sugiere un enemigo a vencer, y el desliz desde el abstracto “analfabetismo” hacia
el concreto “individuo analfabeto” como enemigo visible es casi inevitable, sobre todo cuando la imagen
militar es asociada a la imagen médica y se habla de “flagelo social”, “plaga social” y similares (como si
se tratara del paludismo o el cólera). (Todas esas son expresiones reiteradas en documentos oficiales,
nacionales e internacionales, de 1970 hasta nuestros días).
Pero recientemente, y con el mismo espíritu militar y militante, se ha declarado el “Día Internacional
para la Erradicación de la Pobreza”. Yo me pregunto: ¿qué haremos con el multilingüismo? ¿Se les
ocurrirá también que hay que erradicarlo porque hace más difícil y más costosa la alfabetización?
Aquí entran los editores en escena. Ustedes, editores, son los herederos de una poderosa e ilustre
tradición. (Pido disculpas de mi ignorancia a los editores chinos, japoneses e hindúes aquí presentes,
porque sólo me voy a referir a la tradición europea).
La estirpe de los editores tiene notables ejemplos de todo tipo: creadores que no cesaron de dar
nuevas formas a nuestro alfabeto, inventando sin cesar caracteres tipográficos (más legibles, más
elegantes, mejor adaptados a tal o cual tipo de obra); artesanos del más alto rango que hicieron del
libro una obra de arte; familias de editores que transmitieron un excelso saber de padres a hijos
durante más de un siglo; editores que eran también hombres de erudición y traductores (los puntos de
cruce entre la historia de los traductores y la historia de los editores son sumamente instructivos).
Ustedes, editores, tienen en su árbol genealógico a ilustres defensores de la libertad de expresión, y
eso desde los momentos iniciales del ejercicio del oficio, al poner en circulación textos que no
respondían a los requerimientos del poder constituido. Pienso, por ejemplo, en Etienne Dolet, impresor
de Lyon, acusado tres veces de ateísmo y herejía y finalmente quemado en la hoguera, a los 37 años
de edad, place Maubert en París, en 1546. Etienne Dolet era un subversivo para la época porque
introdujo en Francia obras publicadas en Ginebra (vinculadas con la Reforma religiosa), pero era
también un erudito, autor de un diccionario analógico del latín, de un tratado de traducción y otro
relativo a la puntuación y la acentuación. Es discutible si fue quemado vivo, junto con sus obras, por
ser editor o por ser autor-prologuista de esos libros heréticos. Pero también es cierto que fueron
necesarios 343 años para que un monumento en la misma plaza Maubert lo reconociera como
Humanista, defensor de la libertad de pensamiento.
Por más eruditos y humanistas que sean, los EDITORES PRODUCEN OBJETOS INCOMPLETOS
POR NATURALEZA. Un libro es un objeto en busca de un lector, y no puede realizarse como objeto
Por eso es tan singular la tarea de un editor: no solamente debe producir un objeto tan cuidado y
acabado como sea posible, sino tener conciencia de que tal objeto, por más cuidado y acabado que
sea, será siempre incompleto si no encuentra “el otro”/”los otros” que le darán completud. Ese “otro”
(esos “otros”) deben ser lectores.
¿Los editores de las próximas décadas van a concentrarse en producir libros para el 20% de la
población mundial? ¿Van a retomar la antigua tradición de la lectura elitista, contraria a la idea de la
alfabetización necesaria para la democracia? ¿Podemos pedirles (quién puede pedirles) que
contribuyan a la completud de sus productos, o sea de la producción de lectores?
La situación actual es grave, pero es interesante porque estamos en momentos de profundos cambios
en la definición de la materialidad misma del objeto “libro”. Algunos nos anuncian una nueva
democracia vía Internet mientras que otros se anticipan a organizar prematuros funerales al objeto
“libro”, ese que tiene textura y olor, ese “de carne y hueso” con el que aprendimos a convivir durante
siglos.
En este tema, nos alerta Roger Chartier, hay que hacer un esfuerzo para ubicarnos “entre el discurso
utópico y la nostalgia del pasado”. Es fácil, demasiado fácil, hacer el elogio de los nuevos soportes
electrónicos del texto impreso; es fácil (casi banal) aplicar el calificativo “democrático “ a una nueva
tecnología. Veamos un ejemplo emblemático. Durante décadas eminentes investigadores sostuvieron
que el sistema alfabético de escritura estaba ligado a la democracia, por ser el más simple, perfecto,
“scientific and easy to use”. Esa visión se difundió ampliamente. Sin embargo, tres datos bastan para
destruir este mito: en la Grecia clásico que inventó el alfabeto del cual somos tributarios, el número de
adultos varones libres alfabetizados nunca fue superior al 20%, tal como lo muestras minuciosos
análisis de historiadores recientes (W. Harris, 1989). Por otra parte, la fascinación de los lingüistas por
el alfabeto hizo que las lenguas nativas de América y África, cualquiera fuera su estructura, se
escribieran en un sistema alfabético, el cual no trajo consigo una alfabetización universal, mientras que
Japón, con uno de los sistemas más complejos de escritura, resistió a todas las presiones por adoptar
el alfabeto y tiene tasas de “literacy” superiores a las de Europa y USA.
Estamos hablando de futuro, y los niños son parte del futuro. Esos niños (todos los niños) no necesitan
ser motivados para aprender. Aprender es su oficio. Small children learn, they learn all the time.
Todos los objetos (materiales y/o conceptuales) a los cuales los adultos dan importancia, son objeto de
atención por parte de los niños. Si perciben que las letras son importantes para los adultos (sin
importar por qué y para qué son importantes) van a tratar de apropiarse de ellas.
Todas las encuestas coinciden en un hecho muy simple: si el niño ha estado en contacto con lectores
antes de entrar a la escuela, aprenderá más fácilmente a escribir y leer que aquellos niños que no han
tenido contacto con lectores.
¿En qué consiste ese “saber” pre-escolar? Básicamente, en una primera inmersión en la “cultura
letrada”: haber escuchado leer en voz alta, haber visto escribir; haber tenido la oportunidad de producir
marcas intencionales; haber participado en actos sociales donde leer y escribir tiene sentido; haber
podido plantear preguntas y obtener algún tipo de respuesta.
La relación entre las marcas gráficas y el lenguaje es, en sus inicios, una relación mágica que pone en
juego una tríada: un intérprete, un niño y un conjunto de marcas.
El intérprete (que, en sentido estricto habría que llamar “interpretante” por razones imposibles de
desarrollar aquí) informa al niño, al efectuar ese acto aparentemente banal que llamamos “un acto de
lectura”, que esas marcas tienen poderes especiales: con sólo mirarlas se produce lenguaje. ¿Qué hay
en esas marcas para que el ojo incite a la boca a producir lenguaje? Ciertamente, un lenguaje peculiar,
bien diferente de la comunicación cara a cara. El que lee no mira al otro, su destinatario, sino a la
página. El que lee parece hablar para otro allí presente, pero lo que dice no es su propia palabra, sino
la palabra de un “Otro” que puede desdoblarse en muchos “Otros”, salidos de no se sabe dónde,
escondidos también detrás de las marcas. El lector es, de hecho, un actor: presta su voz para que el
La lectura es un gran escenario donde es preciso descubrir quienes son los actores, los “metteurs en
scène” y los autores. (Sin olvidar a los traductores porque, en gran medida, la lectura es presentación
de otra lengua, semejante pero diferente de la lengua cotidiana).
Parte de la magia consiste en que el mismo texto (o sea, las mismas palabras, en el mismo orden)
vuelvan a re-presentarse una y otra vez, delante de las mismas marcas. ¿Qué hay en esas marcas que
permite no solamente elicitar lenguaje, sino provocar el mismo texto oral, una y otra vez? La
fascinación de los niños por la lectura y relectura del mismo cuento tienen que ver con este
descubrimiento fundamental: la escritura fija la lengua, la controla de tal manera que las palabras no se
dispersen, no se desvanezcan ni se sustituyan unas a otras. Las mismas palabras, una y otra vez.
Gran parte del misterio reside en esta posibilidad de repetición, de reiteración, de re-presentación.
Hay niños que ingresan a la lengua escrita a través de la magia (una magia cognitivamente desafiante)
y niños que entran a la lengua escrita a través de un entrenamiento consistente en “habilidades
básicas”. En general, los primeros se convierten en lectores; los otros, en iletrados o en analfabetos
funcionales.
Permítanme presentarles un ejemplo de lo que quiero decir. (Transparencia de dos textos, ambos con
problemas de ortografía y segmentación entre palabras. Uno escribe “lengua escrita”, mientras que el
otro balbucea por escrito (aunque su texto no sea carente de interés). Uno tuvo inmersión en la “cultura
letrada” desde el nacimiento, mientras que otro fue introducido a la escritura como una técnica de
transcripción).
¿Quiénes van a tener la voluntad, el valor y el empeño para romper el círculo vicioso?
En Jomtien, Thailandia, 1990, se establecieron objetivos básicos de educación para todos, para la
década 1990-2000. Por primera vez, el World Bank firmó al lado de los organismos internacionales
(UNESCO, UNICEF). Los diez años se cumplieron y los objetivos son decepcionantes. En abril de este
mismo año, en Dakar, se acaba de reunir un Foro Mundial de la Educación para extender por 15 años
más los objetivos no cumplidos. Y así seguirá siendo, mientras no se revisen las presuposiciones
iniciales, mientras se siga apostando a los métodos (concebidos para formar técnicos especializados) y
se olvide la cultura letrada (derecho de cualquier niño que nace en los tiempos de la inter-conexión).
Mi función como investigadora ha sido mostrar y demostrar que los niños PIENSAN a propósito de la
escritura, y que su pensamiento tiene interés, coherencia, validez y extraordinario potencial educativo.
Hay que escucharlos. Hay que ser capaces de escucharlos desde los primeros balbuceos escritos
(simples garabatos, según algunos, contemporáneos de los primeros dibujos que realizan).
No podemos reducir al niño a un par de ojos que ven, un par de oídos que escuchan, un aparato
fonatorio que emite sonidos y una mano que aprieta con torpeza un lápiz sobre una hoja de papel.
Detrás (o más allá) de los ojos, los oídos, el aparato fonatorio y la mano hay un sujeto que piensa y
trata de incorporar a sus propios saberes este maravilloso medio de representar y recrear la lengua
que es la escritura, todas las escrituras.
Este inicio de milenio es propicio para el cambio porque somos muchos los que tenemos algo nuevo
para ofrecer. Ninguno de nosotros, actuando aisladamente, tiene capacidad para incidir en un
fenómeno que ha resistido a todos los esfuerzos por aislar variables. Pero ahora tenemos: nuevas
tecnologías de circulación de textos; nuevos insights (construidos a partir de minuciosas
investigaciones de historiadores) sobre los modos de apropiación de la escritura por parte de diferentes
actores sociales en diferentes momentos históricos; tenemos lingüistas dispuestos a recuperar la
escritura (ese objeto perdido en un “no man’s land”); tenemos pedagogos fatigados por la inútil disputa
sobre métodos que desconocen al sujeto del aprendizaje; tenemos psicólogos, psicopedagogos y
psicolingüistas con teorías suficiente válidas como para restituir al niño como ser pensante en su
totalidad existencial (aunque haya psicolingüistas que insisten en retrotraer el debate a sus
dimensiones técnicas más retrógadas, utilizando, por supuesto, una nueva terminología como
“phonological awareness”). (Divisiones de este tipo no nos sorprenden, porque son inherentes a todas
las disciplinas: no todos los historiadores piensan que es interesante ocuparse de las prácticas
populares de lectura y escritura; no todos los lingüistas consideran que la escritura es un objeto de
interés para la Lingüística, etc)
Esos niños y niñas curiosos, ávidos por saber y entender están en todas partes, en el Norte y en el Sur,
en el centro y en la periferia. No los infantilicemos. Ellos se plantean, y desde muy temprano, preguntas
con profundo sentido epistemológico: ¿qué es lo que la escritura representa y cómo lo representa?
Reduciéndolos a aprendices de una técnica, menospreciamos su intelecto. Impidiéndoles tomar
Venimos de un “pasado imperfecto”, donde los verbos “leer” y “escribir” han sido definidos de manera
cambiantes –a veces erráticas- pero siempre inefectivas; vamos hacia un futuro complejo (que algunos
encandilados por la técnica definen como un “futuro simple”, exageradamente simple).
Quizás sea posible que las voluntades se junten; que los objetos incompletos producidos por los
editores encuentren a los lectores en potencia (que son también productores de textos tanto como
productores de sentido); que los maestros de primaria recuperen, junto con sus alumnos, la capacidad
de reír, llorar o sorprenderse cuando leen; que nadie tenga miedo a las nuevas tecnologías pero
tampoco espere de ellas efectos mágicos; que nos comprometamos con los futuros lectores para que
la utopía democrática parezca menos inalcanzable.
Los niños –todos los niños- se lo aseguro, están dispuestos a la aventura del aprendizaje inteligente.
Están hartos de ser tratados como infra-dotados o como adultos en miniatura. Son lo que son y tienen
derecho a ser lo que son: seres cambiantes por naturaleza, porque aprender y cambiar es su modo de
ser en el mundo.
Entre el “pasado imperfecto” y el “futuro simple” está el germen de un “presente continuo” que puede
gestar un futuro complejo: o sea, nuevas maneras de dar sentido (democrático y pleno) a los verbos
“leer” y “escribir”. Que así sea, aunque la conjugación no lo permita.
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Francesc Busquets
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Cuentos
Centro de Informática Educativa de la Pontificia Universidad Católica
Programa que incluye los cuentos “El Señor de Señores”, “El viento y el
sol”, “Las medias de los Flamencos”, “Los monos hacen lo que ven”,
“Medio kilo de azúcar” y “Una trenza tan larga”, recursos incluidos en el
CD de "Recursos Educativos 1999" distribuido a los establecimientos
educacionales de la Red Enlaces.
Anaya Multimedia
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Preparando el cumpleaños
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Sitios Web:
Aprendiendo y Jugando con el Lenguaje
http://www.enlaces.cl/webeducativos/aprendiendo/
Colibrí
http://omega.ilce.edu.mx:3000/biblioteca/sites/colibri/htm/menu.htm
http://burbujas.enlaces.cl
http://www.cajamagica.net/
El huevo de Chocolate
http://www.interciudad.com/elhuevodechoc/
http://www.expreso.co.cr/pinocho/
http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/bibliowe/cuentos/morros/sombrilla/viejitas.htm
Sitio que reúne ocho historias sobre siete hermanas, cada una con una
cualidad diferente. El cuento despierta la imaginación de niñas y niños
con un estilo narrativo que se acerca al realismo mágico, reflejando una
esencia latinoamericana.
http://www.iie.ufro.cl/material/p900/
http://www.pequenet.com/
http://www.artelatino.com/chile/maruja/lista.html
Atrayente recurso para deleitar a los niños y niñas con una selección de
maravillosos cuentos ilustrados.
http://www.ugr.es/~sevimeco/documentos/edu_multimedia/taller/
ttp://www.expreso.co.cr/alicia
Página dedicada a Lewis Carroll, escritor inglés que vivió entre los años
1832 y 1890. Incluye su biografía y el texto de uno de sus más
conocidos cuentos
http://www.ika.com/cuentos/
"El sector privilegia el dominio del lenguaje como base fundamental para todo tipo de aprendizaje y
como eje articulador de las acciones destinadas al logro de los objetivos fundamentales transversales y
los correspondientes a los diversos subsectores de aprendizaje. Más en particular, el sector está
orientado a incrementar la capacidad de comunicación, expresión e interacción de los alumnos con el
mundo, y se ocupa no sólo que éstos se comuniquen en forma oral y escrita con coherencia, propiedad
y creatividad, que utilicen con pertinencia, discursos explicativos, argumentativos y otros, sino que sean
también capaces de pensar en forma crítica, razonar lógicamente y desenvolverse adecuadamente en
el mundo actual.
Dentro de los aprendizajes que debe facilitar este sector se encuentran aquellos relativos a la
comprensión y apreciación de los efectos comunicativos de los medios modernos, y el trato con las
nuevas formas de comunicación introducida por la cultura de carácter electrónica visual.
Al llegar a la escuela los niños y niñas han aprendido a hablar y a utilizar la mayoría de las estructuras
de su lengua materna. Usan el lenguaje para obtener lo que desean (función instrumental), para
regular su conducta y la de los otros (función regulativa o normativa); para relacionarse, (función
interactiva) y para darse a conocer (función personal).
Progresivamente, los niños amplían el manejo de las funciones del lenguaje: lo usan para indagar lo
que son las cosas (función heurística) y para contarle cosas a alguien (función informativa); desarrollan
simultáneamente la función imaginativa para crear otros mundos, significándolos y expresándolos
mediante el lenguaje.
Durante este proceso los diferentes componentes del lenguaje son aprendidos simultánea y
naturalmente. En la medida que los niños necesitan expresar nuevos y más complejos significados,
adquieren nuevas formas de lenguaje, modificándolas según sus propósitos y los contextos donde
Los niños que viven en comunidades letradas también llegan a la escuela con algunas habilidades en
el lenguaje escrito. Los niños pequeños conocen signos del tránsito, rótulos, logotipos de bebidas,
helados y otros artículos. Los niños en cuyos hogares se les lee cuentos, toman los libros y los hojean
en la dirección correcta; reconocen que los temas escuchados están representados en las palabras
impresas y no en las ilustraciones; preguntan e imitan leer, entre otras actividades similares.
• Escuchar cuentos y poemas adecuados a la edad que incentivan el interés y el gusto por la
literatura.
• Tradición oral: expresión y recreación de cuentos, rimas, rondas, canciones, poemas, adivinanzas,
trabalenguas, juegos, leyendas
• Inmersión en el mundo del lenguaje escrito: tomar contacto con diversos tipos de textos del
ambiente letrado en la sala de clases, escuchar cuentos contados o leídos por el profesor,
descubrir el entorno letrado del barrio.
• Lectura silenciosa y en voz alta: rótulos, cuentos, cartas, noticias, recetas, invitaciones, afiches,
avisos publicitarios, poemas y otros textos breves, y significativos para los alumnos.
• Dramatizaciones: juego de roles sobre la base de imitación de personajes ficticios o de la vida real;
dramatizaciones de cuentos.
• Comentar, interpretar y evaluar críticamente los textos orales entregados a través de los medios
de comunicación audiovisual.
• Reconocer en el lenguaje las principales formas utilizadas para nombrar, indicar cualidades,
acciones y circunstancias en relación con el significado.
• Comunicación oral: conversaciones, diálogos sobre temas significativos para los niños utilizando
vocabulario variado y clases de construcciones verbales, acordes a la edad y situación
comunicativa.
• Producción de textos escritos de distintos género, carácter o propósito, tales como recados,
saludos, avisos, cartas, poemas, cuentos y otros textos breves y sencillos con extensión y nivel de
complejidad adecuados a la edad y situación común.
• Análisis de textos escritos: reconocimiento de palabras o frases que sirven para nombrar, para
indicar cualidades, cantidades y acciones.
Sumado a esto, la disparidad entre evaluaciones realizadas por expertos en informática educativa y las
realizadas por profesores de aula, dejan en evidencia que no existe una evaluación uniformemente
válida de un producto para todo evaluador, ni siquiera para todo profesor. La apreciación que éste haga
de un producto determinado, dependerá de múltiples factores relacionados con su forma de práctica
docente, entre los cuales podemos mencionar: el grado de madurez del profesor en la incorporación de
la informática, su capacidad innovadora, el tipo de escuela en que se desempeñe, el tipo de práctica
pedagógica que le acomoda, las características particulares y las formas de organización del trabajo de
sus alumnos o los roles que asume en una clase típica.
Aspectos Funcionales:
En primer lugar, considerando las características de los equipos del establecimiento donde el software
podrá ser utilizado, resulta necesario verificar si el software funciona en el sistema operativo de
dichos equipos (Ejemplos de sistemas operativos son: MS/DOS, Windows 3.11, Windows 95 ó
Windows 98).
Verificar que los equipos del establecimiento cumplan con los requerimientos técnicos necesarios
para su funcionamiento. Dentro de estos requerimientos caben:
- Procesador
- Memoria RAM
- Tarjeta de sonido
- Velocidad de CD-Rom.
En segundo lugar, es importante que la instalación del software sea sencilla, rápida y transparente. Es
deseable también que exista una función desinstaladora para cuando se quiera quitar el programa del
computador.
En tercer lugar, el programa debe estar libre de errores de operación, al ser utilizado bajo condiciones
consideradas “normales” y responder en forma apropiada (con mensajes o similares) al ser utilizado en
condiciones de borde que se puedan considerar “anormales”. En ningún caso, debiera producir una
falla de sistema operativo o efectos laterales indeseados. Bajo el concepto correcto de funcionalidad
también cabe la condición de que todas las opciones que el programa ofrece estén funcionando. Otra
- Materias que aborda: Evaluar la calidad de los contenidos, tanto en su profundidad como en su
extensión, secuencia y organización. Evaluar que el lenguaje sea correcto y claro. Descartar
software que contenga errores de tipo ortográfico, vocabulario, deficiente redacción o errores
conceptuales, que induzcan al usuario a confusiones en relación a los contenidos. Evaluar la
agotabilidad del contenido (no necesariamente ésta implica una deficiencia).
- Pertinencia: (Cultural, Curricular, Objetivos educacionales): El software, ¿trata los contenidos y/o
habilidades que responden a las necesidades de enseñanza/aprendizaje de los niveles y áreas del
conocimiento a los que está dirigido? Estos contenidos y habilidades ¿son pertinentes a los
contextos socio-culturales y geográficos de la población destinataria? (Evaluar la cobertura del
contenido en relación con la realidad y necesidades curriculares de quienes utilizarán el
programa).
- Actualización: Los contenidos del programa, ¿están al día en los temas que tratan? Evaluar la
relevancia que adquiere la actualización en relación con las materias en cuestión. Especial
atención merece en el caso de software de tipo enciclopédico o software para ciencia, verificar las
fuentes empleadas para dichos contenidos.
- Adecuación a diversos niveles de dominio: En qué medida el programa permite ser usado con
niveles crecientes de dificultad, de acuerdo a las diferencias de los usuarios, según sus destrezas
o necesidades.
- Versatilidad: El programa ¿está diseñado de manera que pueda ser utilizado en forma reiterada,
incluso por el mismo usuario, y responder a las demandas crecientes de éste?, ¿cuál o cuáles son
los aportes o ayudas que implica para el trabajo en el área específica de conocimiento el uso del
programa?
- Tipos de actividades: El tipo de actividad sugerida o propuesta a partir del software, ¿implica
interactividad con el computador o con sus pares? ¿promueve la transferencia de destrezas y
conocimientos? ¿acentúa el uso de la memoria? ¿tiende hacia la problematización de manera de
generar una reflexión por parte del usuario? ¿posibilita acciones variadas? Evaluar el tipo de
acciones posibilitadas al usuario, tales como: ingresar datos, guardar información, buscar
información, establecer nuevos vínculos entre los nodos de información, ejercitar o reforzar
conocimientos o habilidades adquiridos, crear algo original, imprimir, reorganizar información,
programar y ejecutar secuencias, aprender por descubrimiento, aprender jugando, reconstruir
situaciones o experiencias difíciles de lograr por otros medios, realizar actividades relacionadas
con el software, pero fuera del computador, etc.
- El programa, ¿permite al usuario un cierto nivel de control sobre el mismo? ¿puede controlar la
velocidad y secuencia de presentación? ¿cómo es el grado de complejidad de las tareas
requeridas al usuario?, ¿cuál es el nivel de desafío ofrecido por el software?, ¿qué métodos usa el
programa para proveer a los alumnos de desafío?
- ¿Qué tipo de interacciones y actividades al interior de una sala podrían ser promovidas o
respaldadas por este software? Esta pregunta induce a considerar importantes aspectos, tales
como la relación que existe entre las características del programa y las actividades de clase con y
sin el computador, el clima de la sala de clase asociado al uso del software, el trabajo de alumnos
en grupos y la posible estimulación de discusiones entre pares, los roles que asume el profesor en
la clase al usar el software y las posibilidades que tienen los alumnos de adquirir mayor
responsabilidad por sus propios aprendizajes.
- Es posible explicitar un modelo cognitivo subyacente ¿cómo se relaciona éste con mi propia
filosofía de aprendizaje? O ¿con la filosofía de la escuela?
- Uso de medios: Evaluar el aporte específico de textos, sonidos, imágenes, fotografías, videos o
animaciones.
- Documentación: el programa ¿ofrece algún tipo de documentación complementaria? ¿de qué tipo
y calidad? y ¿qué aporta al uso del programa? (Ej. Instrucciones de instalación, manual de uso,
manual pedagógico, material para el profesor, material para los alumnos, hojas de trabajo, etc.)
- Idioma: Considerar el idioma del software y la relevancia del mismo, en función del usuario al cual
estará destinado y del objetivo de aprendizaje que se espera favorecer con el uso del software.
- Precio: El costo del programa es adecuado en relación con las necesidades curriculares
específicas que puede satisfacer, la calidad del software y las posibilidades del establecimiento de
adquirirlo.
<http://sausalito.valpo.plaza.cl/documentos/manual1/multimedia.html>
<http://www.irabia.org/castellano/Departamentos/DptoTE/exper_nntt/default.htm>
• Guidelines for the Evaluation of Instructional Technology Resources for California Schools–
CLEARINGHOUSE California Instructional Technology. Disponible en:
<http://clearinghouse.k12.ca.us/c/@GGBbmI1Q4PPaE/toc.html>
• HARRIS Sue and PRESTON Christina. Software in Schools. National Foundation for Educational
Research, 1993, 93 p.
<http://www.ciberaula.es/quaderns/html/publicado_85.html>
• REPARAZ, Ch. SOBRINO, A. y SANTIAGO, R. PEMGU Test: Scale for Multimedia Applications.
Educational Quality Evaluation Scale for Multimedia Software (la sigla PEMGU corresponde a un
Proyecto Europeo que significa “Pedagogical Evaluation Methods, Guidelines for Multimedia
Applications”).[en línea ] Disponible en:
<http://www.irabia.org/PEMGU/document/questionnaire.htm>
• SQUIRES D., McDOUGALL A. Cómo elegir y utilizar software educativo: guía para el profesorado.
Madrid, Ediciones Morata, 1997, 173 p.
• WEBER, Wolfgang. Criteria for Testing New Media for Learning [en línea ]: Quality Papers OECD
[fecha de consulta: 25 julio 2000]. Disponible en:
<http://bert.eds.udel.edu/oecd/quality/papers/papersframe.html>
27 de julio de 2000.
2001
Al leer, escribir, hablar y escuchar, funciones básicas del lenguaje, los niños y niñas aprenden a usar el
lenguaje en su calidad y en su cualidad de herramienta de comunicación entre las personas y entre las
culturas. De igual manera, al adquirir y al usar el lenguaje aprenden a orientar el pensamiento, a
regular la conducta personal y la ajena, a dominar las habilidades expresivas y comprensivas que
hacen posible el intercambio comunicativo y construyen un conocimiento compartido del mundo.
De este modo, a través de la lectura y de la escritura, los niños y niñas adquieren aprendizajes, dentro
y fuera de la escuela: expresan sentimientos, fantasías e ideas, se sumergen en mundos de ficción,
acceden al conocimiento del entorno físico y cultural y descubren que saber leer y saber escribir es
algo enormemente útil en los diversos ámbitos no sólo de la vida escolar sino también de su vida
personal y social.
- Expresión oral: apunta a la capacidad del estudiante para elegir el tipo de discurso que
corresponda a la intención comunicativa y a las características del contexto donde ocurre la
interacción.
- Construcción de significado de los textos: se refiere a la interacción de los lectores con las
ideas o mensajes que conllevan los textos, para ello se requiere relacionar los conocimientos y
experiencias previas del lector con la nueva información que le aporta el texto e integrarlo a sus
sistemas cognitivos.
- Conocimiento sobre el lenguaje escrito: se debe comprender que el lenguaje puede ser
expresado a través de la lectura y la escritura de acuerdo con determinadas convenciones y que
respetar esto permite y ayuda a las personas a entenderse mutuamente a través de la
comunicación escrita.
- Apropiación del lenguaje escrito: permite a los usuarios estimular hábitos permanentes de
lectura y escritura, ser usuarios competentes y selectivos del lenguaje.
- Relación con otras áreas del currículo: hablar, leer, escuchar y escribir son actividades que se
infunden en todos los sectores curriculares
Los programas multimedia educativos pueden ser un gran apoyo en el aula para introducir nuevos
aprendizajes, reforzarlos y sistematizarlos. Ofrecen al usuario una multitud de estímulos, un alto nivel
de motivación, un interés atractivo y a la vez unas herramientas altamente potenciadoras para el
desarrollo cognitivo del alumno.
En el aula se puede utilizar computador con los alumnos organizando de diferentes formas el trabajo
en equipo y la interacción entre alumnos con el apoyo del profesor. Algunas de las posibilidades de
trabajo con el computador son:
- Trabajando en grupos, donde el computador es una herramienta para que toda la clase trabaje en
conjunto explorando un programa o creando en equipo.
- Trabajando bajo la dirección del docente en parejas o individualmente, por ejemplo cuando se
quiere utilizar alguna aplicación para promover un desarrollo, reforzar conocimientos o introducir al
niño o niña en algún concepto concreto.
- Trabajando libremente con juegos o programas creativos, con los que el alumnos y alumnas
pueden experimentar, expresarse, crear, tomar decisiones para obtener uno u otro resultado, o
sobre aplicaciones concretas para mejorar o reforzar habilidades, conocimientos o actitudes.
Adquieren también, y en gran medida, una alta comprensión del lenguaje iconográfico y visual, los
iconos del computador les permiten moverse entre programas, documentos, relacionando ideas con
dibujos simbólicos. La comprensión del lenguaje gráfico y sus códigos será una gran preparación para
el proceso de lectura y escritura, y a la vez les acerca a la comprensión de la información en pantalla.
En las tareas creativas de tipo gráfico los trazos quedan limpios, los objetos pintados perfectamente.
Cuando un niño o niña trabaja con un procesador gráfico siempre obtiene un resultado muy bueno,
que puede imprimir y luego guardar, recortar, retocar a mano, esto colabora en aumentar la seguridad
en sí mismo y en sus producciones, por ello también su autoestima.
Casi siempre el alumno trabaja con el computador junto a uno o varios compañeros, crece la
colaboración, se ayudan y se enseñan unos a otros, pronto aprenden que entre dos o tres es más fácil
realizar una actividad. Los valores de convivencia y respeto son desarrollados normalmente cuando
compañeros trabajan juntos, la colaboración, la ayuda, la toma conjunta de decisiones son actitudes
necesarias para trabajar.
Los niños y niñas pequeños investigan, escuchan, ven, oyen, aprenden muy deprisa, reciben una gran
cantidad de estímulos en un afán de búsqueda y curiosidad por hacer, ver, oír, probar, desarrollan
aprendizajes relacionados con actividades no lineales, que les permiten moverse de una a otra idea,
cambiar, volver a intentar, pensar diferente, crear, comunicar, actividades que llegan a ser
herramientas verdaderamente importantes en los procesos de globalización del aprendizaje.
Otro tipo de materiales son los cuentos multimediales interactivos, diseñados pensando en el
entretenimiento, el refuerzo del gusto por la lectura y el aprendizaje de segundas lenguas y pueden ser
utilizados a partir de educación parvularia para acercar a los niños y niñas a la literatura, trabajar el uso
del ratón, la orientación espacial, colores, sonidos onomatopéyicos, etc.
Los programas de diseño gráfico son un apoyo para trabajar aspectos determinados de su relación con
el entorno que les permite reproducir y recrear sus trabajos en el computador. La expresividad y la
creatividad del alumno juegan un papel muy importante, y colaboran en potenciar habilidades
relacionadas con la psicomotricidad fina y la orientación espacial.
Los procesadores de texto, son de gran utilidad para el refuerzo del aprendizaje de la lectoescritura.
Con ellos los alumnos y alumnas pueden escribir y leer.
Las enciclopedias interactivas, pueden aportar al grupo gran cantidad de información, la búsqueda de
información no lineal con ayuda del educador introduce nuevas formas de aprender y nuevos
procedimientos que serán de gran ayuda a los estudiantes en su desarrollo.
Los materiales multimedia, los juegos, son una potente herramienta para el aprendizaje. Con ellos se
puede jugar y aprender de la misma o de diferente forma a como se hace con objetos reales del aula.
Internet es una fuente de recursos para localizar información, que permite compartir conocimientos con
otras personas y participar en foros de debate entre usuarios con los mismos intereses. Existen
variadas herramientas en los sitios web interactivos, donde el alumno puede dibujar y pintar, escribir,
sumar, jugar, construir puzzles. El correo electrónico permite enviar e intercambiar textos, imágenes y
sonidos que los niños pueden compartir con amigos de otras aulas, otros centros, otras ciudades, otros
países.
Las tecnologías de la información y la comunicación juegan un rol importante como material de apoyo
para promover el desarrollo de a las distintas funciones del lenguaje.
A continuación se presenta un listado de las diversas funciones del lenguaje y a modo de ejemplo
algunos recursos digitales, tales como software y sitios web, que pueden ser utilizados en el sector de
Lenguaje y Comunicación de NB1 y NB2
Función Informativa: es usada para comunicar información, dar a conocer hechos o conclusiones de
ellos. Puede ser informes, monografías, relatos históricos, folletos, noticias, reportajes, crónicas,
avisos, biografías, gráficos.
Monografías http://www.kokone.com.mx/tareas/mono/home.html
Biografías: http://www.tareasya.com/ty_biografias.asp
Función instrumental: es usada para obtener lo que se desea, para satisfacer necesidades y deseos.
Para hacer o confeccionar algo. Pueden ser recetas, instrucciones, manuales.
Recetas http://www.nestle.com.co/nestle/recetaslacteos/infantiles.html#
Instrucciones http://www.contenidos.com/entretenimientos/colores/color/objvoladores/objetos.htm
http://www.contenidos.com/entretenimientos/colores/color/lapicero/lapicero.htm
Manuales http://www.contenidos.com/entretenimientos/animacion/parte1.htm
Función relacional o interactiva: es utilizada para establecer y definir relaciones sociales. Pueden
realizarse a través de cartas, invitaciones, felicitaciones, consejos etc.
Consejos http://www.pangea.org/spie/ecologistas/energia/30-consejos.html
Función normativa o regulativa: consiste en utilizar el lenguaje para controlar la conducta de otros o
para lograr que ellos hagan lo que el hablante desea, pueden realizarse a través de cuadros de tareas,
normas, calendarios, reglamentos, programaciones.
Procesador de textos
Función imaginativa: es utilizada para crear un mundo propio para expresar fantasías a través del
juego dramático, la poesía, los cuentos.
Bibliografía
Evaluación auténtica de los aprendizajes Mabel Condemarín, Alejandra Medina Editorial Andrés
Bello Santiago Chile 2000
http://www.ciberaula.net/quaderns/html/barrera.html