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Guadalajara
Centro Universitario de
Ciencias de la Salud
La bioética.
La bioética influye fundamentalmente sobre la relación médico-paciente, en
la que se dejó de lado el aspecto paternalista o imperativo y pasó a
prevalecer la autonomía de decisión del paciente. Siempre y cuando no
afecte a los intereses de un tercero.
Ámbito de trabajo
La relación médico-paciente en emergencia tiene matices propios; no existe
por lo general relación previa entre el facultativo y el enfermo que irrumpe
casi siempre en forma súbita.
Frente a este cuadro de situación, se acumulan las exigencias de
diagnóstico, tratamiento, posibles derivaciones, comunicación a la
autoridad policial, etc. Y además diagnosticar bien y tratar mejor, dadas las
actuales exigencias de impulsar actitudes triunfalistas con respecto a la
salud.
Sin embargo, la conducta del médico se debe evaluar no sólo con las figuras
del código penal (imprudencia, negligencia, impericia), sino también de
acuerdo con el medio , que en muchas oportunidades puede actuar como
condicionante y hacer variar el resultado final de muchas técnicas como
que presuponían una evolución satisfactoria. El acto médico se encuentra
relacionado con las posibilidades de responder con la infraestructura
disponible.
Responsabilidad médica
Jurídicamente la responsabilidad médica se establece desde 2 aspectos: el
penal y el civil.
Penalmente se debe de mostrar la relación directa o nexo de causalidad
entre el accionar médico y el daño.
Civilmente, el resarcimiento es económico, o sea, de obrar con impericia,
negligencia o imprudencia. Existe mayor responsabilidad cuanto mayor es
el grado de especialización del médico.
El acto médico
El marco jurídico que se establece entre médico y paciente permite un
juego de contraprestaciones, en las que el profesional es el dueño del
conocimiento y el paciente su receptor, pero a su vez existe una
contraprestación, teóricamente dineraria, con lo que se cierra el contrato
sin necesidad de otra formalidad y cuyo efecto se produce en el mismo
momento de su celebración. Es así que en el acto médico se establece un
contrato tácito, con reglas amplias de aplicación pero que tiende a asegurar
o por lo menos a derivar en la curación del paciente.
CONCLUSIONES
En la emergencia el médico debe reforzar su vocación al tratar al paciente
como un ser y no como un objeto. El concepto de autonomía provee la base
para requerir el correspondiente consentimiento informado. La relación
médico paciente es una dinámica de interacción. En los casos de extrema
urgencia, el consentimiento queda implícito ante la necesidad de proteger
el mayor bien, que es la vida. El tratamiento inmediato libera al médico del
consentimiento siempre y cuando se realice dentro de las normas y
estándares razonables. Requerir la derivación es importante cuando se
justifica y asentar las novedades en la documentación correspondiente.
BIBLIOGRAFÍA:
Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía del Trauma. TRAUMA,
PRIORIDADES, editorial Médica Panamericana, 2002.
Pag. 611-615