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Pablo Cosso*
1. Introducción
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La categoría es propia del mundo de los actores. Compartimos la definición de Lo Coco-Bellizi y Cuevas
(Op.cit,s/f),: “…El Capitalismo es “el sistema” y el “estado fascista”, los dos términos son
homologables…”. Sin embargo la forma de totalitarismo político específica sobre el Estado, podemos
reemplazarla por su esencia estructural.
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afirmando, a su vez, mediante los datos aquí expuestos que: “…un movimiento supone
una actuación concertada con un cierto grado de permanencia. Pero la concertación no
implica un nivel de organización similar al de las asociaciones formales…” (Pérez
Ledesma; op.cit, 1994:60).
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ciertos actores es discurso y manifestación de protesta, para otros son no solo
discursos, sino prácticas en el poder, de ésta manera el anarquismo se posiciona en el
plano subalterno y la democracia, en el de la hegemonía histórica. La depreciación “a
nivel teórico y popular” sustentada sobre la forma empiricista estigmatizante, como se
ha hecho efectiva con la adjetivación del ‘utopismo anárquico’ frente a la realidad
material del Estado, arremete contra una “objetividad compartida” por un colectivo de
actores sociales, para los cuales, la realidad social podía ser cambiada desde ideales
libertarios en consonancia con un “orden natural” sin estructuras opresivas.
Los fanzines son producciones culturales que surgen de la cosmovisión misma del
movimiento punk. Son producciones de tipo mercantil simple, cuyo fin es la inserción
mínima en el mercado para su reproducción. Por lo general, poseen formatos rústicos
que los diferencian frente a los productos gráficos más conocidos como periódicos,
revistas y libros; sus costos al público son mínimos, sin búsqueda de ganancia por el
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La compañía RCA edita el primer L.P. “oficial” de mercado de Todos Tus Muertos; Radio Tripoli lo hace
con la primera compilación punk “Invasión 88”; Umbral presenta el primer L.P. de la historia del punk en
Argentina perteneciente al grupo Los violadores y Del cielito records genera la edición de la banda anarco-
punk, Sentimiento Incontrolable.
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Algunas de éstas ediciones caseras fueron: Catálogo Incierto (primer editor de Todos Tus Muertos), Ego
Records (con la edición de la banda Soberanía Personal), Resistencia Records/Alcohol y Fotocopias (cuyas
ediciones las podemos definir como precarias pero “muy punks”) y otras “menos caseras”, como el Radio
Trípoli de los primeros tiempos, que editaron a bandas como Massacre Palestina (los hoy conocidos
Masacre) ó Perfectos Idiotas (actuales Karamelo Santo).
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intercambio-venta, en: recitales, puestos de libros usados y ferias especializadas de
fanzines.
Al menos para el período analizado en ésta investigación (1983-1993) su producción
artesanal se presentaba acorde a tipografías simples en base a maquina de escribir,
escritura manual, “colages” fotográficos, etc., reproducidos mediante fotocopiado ó
fotoduplicación; lo que además de observarse como “necesariedad” de utilización de
materiales y tecnologías mínimas para la producción, deben ser interpretados como
formatos diferenciados desde actitudes radicales concientes anti-sistema. Concordamos
pues con Lo Coco-Bellizi-Cuevas (s/f) cuando afirman que: “…Los aspectos más
sobresalientes de los fanzines, como señalara Oscar Steimberg, se encuentran en el
soporte mismo de la publicación, en el diseño gráfico, y en su modo de producción y
circulación, aspectos signados por una clara oposición a las normas de las publicaciones
convencionales. Ellas y la propia ideología antisistema del movimiento punk (basada en
sus orígenes en consignas del anarquismo) funcionan como condiciones de producción
de sus fanzines [...] La lucha contra lo convencional se extiende desde la elección
estética, de contenidos y de forma de venta…” (Lo Coco-Bellizi-Cuevas, s/f).
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Las formas de conciencia5 del movimiento punk, no sólo se nutrían de fuentes
como el anarquismo, sino también respetaban los orígenes socio-musicales del “estallido
punk” de 1977 en Inglaterra (año asignado como “mito de origen”), las “emanaciones
punks” más intelectualizadas surgidas un par de años más tarde6, y las preocupaciones-
actitudes de resistencia del movimiento ecologista y de la “liberación animal”.
Conjuntamente hacían propias otras propuestas de resistencia anti-sistema en la
práctica: las luchas independentistas vasca y palestina, así como las de varios colectivos
sociales oprimidos de carácter global y local: feministas, de las trabajadoras sexuales,
indígenas y anti-apartheid.
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acompañaban a Los Violadores en sus inicios (p.e.: Muerte Civil, Los Laxantes y Los
Baraja.) y por ende, la manifestación incipiente del movimiento arranca en un período
anterior al delimitado. Muchos datos recogidos de páginas web, señalan como año de
origen de la escena punk (al menos en lo que respecta a bandas) a 1978, momento
histórico delimitado por la aparición de la banda punk rock Los Testículos, de la cual
luego surgirían Los Violadores.
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Traducción del original en portugués.
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dead”), podemos agregar finalmente, siguiendo a Franco (1993), que: “… La historia
que puede leerse en ropas y estilos es una historia de mercancías y no una de la
comunidad…” (Op.cit.:26); sin dudas, el punk como movimiento social anti-sistema (una
comunidad de inconformistas) no puede leerse como un hecho social concretado
históricamente como una faceta del fetichismo de la mercancía.
Lo Coco-Bellizi-Cuevas (s/f), han legado uno de los pocos trabajos científicos respecto
de los fanzines del movimiento punk en Argentina. Los autores enmarcan a los punks
productores de fanzines dentro de la categoría de “tribus urbanas”, y lo hacen desde
cierta enunciación que no compartimos: “…Partimos de la idea que estas agrupaciones
juveniles cualquiera sean los símbolos e ideas que sostengan sirven a sus seguidores
como “mapas” para un recorrido urbano, a través del consumo cultural y de los espacios
que se proponen, y mediante ello constituyen su identidad y se reconocen en las
megaciudades modernas que los condenan al anonimato…” (Lo Coco-Bellizi-Cuevas,
s/f).
El ‘consumismo cultural’, junto a los códigos de comunicabilidad urbanos como vínculos
sociales diferenciantes, son ‘marcas’ de significaciones compartidas en el espacio social,
pero no alcanzan para reflejar la estructura de un colectivo de personas, cuyo interés
aglutinante es una construcción política para abordar la realidad social, que se entronca
además en una coyuntura histórica entre discursos cosmovisionales enfrentados. Una
tribu urbana es un grupo de personas que espacialmente se halla “teñido” por el
anonimato al cual son relegados; aún considerando la lucha (que incumbe a cualquier
sentido de diferenciación emergente) por la imposición de su identidad en y desde ese
anonimato; ubicaremos al movimiento punk dentro de un espacio de confrontación
pública, con una identidad ya conformada, considerando asimismo sus capitales
simbólico y social que al menos desde las instituciones punitivas del Estado eran
reconocidos por su valor contra-hegemónico político.
Para que un movimiento social se sostenga en el espacio social, es necesaria: “…la
construcción en positivo de una “identidad colectiva” que sustituya a las desaparecidas
[en el consenso] y haga posible la acción conjunta…” (Pérez Ledesma, 1994:100). En los
acápites siguientes daremos lugar a esa identidad colectiva, a partir de lo que
consideramos las formas de conciencia que compartían los punks.
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Para los fines de nuestra propuesta, el trabajo de Da Silva Forttes y Mansilla Vega, tiene
importancia en el hecho de posicionar a los actores en el plano de la subaltenidad con
sentidos culturales particulares, sin embargo no compartimos en primer lugar su
caracterización de movimiento juvenil como parámetro indispensable de análisis, de la
misma forma que no adherimos a sus objetivaciones de estereotipos, que dejan fuera la
labor conciente y las prácticas de los punks como seres sociales reflexivos, quienes
actúan direccionando el impacto de los clichés ó algún lastre ideológico, cuando son
asumidas sus facetas de intelectuales (como aquí los definimos). Es necesario
considerar a los actores como generadores de instancias de “distanciamiento” ante los
estereotipos (en términos de N. Elías, los aceptamos como posicionados reflexivamente
frente a objetos y sujetos).
Fiel reflejo de ello, es la visión de una integrante de la banda Cadáveres de Niños
(Patricia, a la vez editora del fanzine Resistencia), cuando opina en un reportaje
publicado en el fanzine R.A. Asko (N°1, 1988) acerca del movimiento punk en su
formato estructural, que: “…acá [en Bs. As.] pasó mucho con el punk […] cambió
muchas cosas […] muchas de las cosas que hay ahora surgieron no de un movimiento
sino de una gente que se movía […] pienso que los movimientos son como partidos
políticos; alguien dice que existe un movimiento entonces uno se aferra a pautas ó
reglas ó cualquier cosa que identifique al movimiento. El punk se murió cuando se
convirtió en movimiento, cuando la gente empieza a tomar muletillas de lo que es la
idea […] mientras que empezó siendo el punk una cosa individualista…” (Fanzine R.A.
Asko, 1988).
La postura política localizable entre algunos intelectuales punks acerca de la radicalidad
individualista, tiene su origen en el discurso anarco-individualista de un pensador de
principios del siglo XX, llamado Max Stirner, quien en su libro: “El único y la propiedad”
determina la característica del ser social autogobernado9. A la par de Stirner, caló hondo
entre los actores, el significado del individualismo libertario reflejado por la antes
mencionada banda-comunidad Crass; a los cuales el fanzine Resistencia (Nota sobre el
individualismo anarquista, N°3, 1987) bautiza como “revitalizadores y revolucionarios
del movimiento anarquista”10. Algunos intelectuales punks, se oponían a los formatos de
movimientos (sociales), abrevaban en fuentes como éstas, sin embargo otras funciones
de la resistencia anti-sistema eran desarrolladas colectivamente: así sea, la praxis
autogestionaria ó la movilización pública de protesta.
Los estereotipos que los autores más arriba mencionados delimitan como filtros
para la comprensión del movimiento punk, no son a nuestro entender de carácter
unívoco. La reflexividad frente a los estereotipos es un caudal significante de la
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Extraemos algunos fragmentos textuales, reproducidos en el fanzine Resistencia (N°3, 1987 y N°4,
1988) que dan cuenta de la postura de Stirner: “…Yo no me humillo ya ante ningún poder. Yo renocozco
que cualquier poder no es más que el mío, y que debo abatirlo en cuanto amenace hacerse opuesto ó
superior a mí […] Para emanciparse, el individuo debe pasar por el tamís el bagaje con que lo cargaron
sus progenitores y educadores. Tiene que emprender una tarea de ‘desacrosantificación’ […] no aspiramos
a la vida en común sino a la vida por separado, el pueblo ha muerto ¡viva yo!…”.
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Del mismo fanzine Resistencia (1987), extraemos ésta cita que hace referencia al pensamiento político
de los integrantes de Crass: “…Desde que yo como individuo creo que soy lo suficientemente responsable
entonces creo en eso para toda la humanidad. Creo totalmente en MI OMNIPOTENCIA, y lo mismo creo
para los demás [respecto de los movimientos] mucha gente se une a ellos solo para usar la idea como
una muleta y no toman responsabilidad de sí mismos. Por eso es que los movimientos no funcionan…”.
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conciencia de los actores; de ello da cuenta, la misma intelectual punk de la banda
Cadáveres de Niños, cuando deja un manifiesto revisionista en la editorial de su fanzine
(Resistencia N°3, 1987) acerca de los 10 primeros años de vida del movimiento
originado en Inglaterra. Esto es lo que dice Patricia: “…ya fué la de bailar sobre las
cenizas del punk, haciéndolo blanco de críticas cuando no existe otra actitud que tomar.
Poco importa si murió, está vivo ó lo mataron. La situación reclama una reivindicación
de la lucha, un renovado compromiso, de permanente denuncia y permanente acción
contra las paredes que nos encierran sin importar que nombre tenga, sino, QUIEN VA A
ABRIR LA PUERTA DE TU CELDA CUANDO YA NO QUEDE NADIE MAS DEL LADO DE
AFUERA? eh?…”.
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Los actores del movimiento proponían un “desajuste ideológico” con el orden solidificado
por el sistema, inclusive hacían valer para ello, los derechos constitucionales básicos de
libertad ciudadana, en el contexto de re-emergencia del período democrático. Su
radicalidad política combatía los constructos reproductores del sistema, a sabiendas de
que la lucha, aún sea en el discurso social, debía ser desplegada: “…el sistema tiene
todo preparado, ya sabe que hacer con nosotros, ya sabe como controlarnos, ya sabe
como acabar con nosotros ¿vamos a dejar que lo hagan?, “nos destruímos ó destruímos
al sistema”, Luchar y resistir!!…” (Fanzine Resistencia, N°1, 1984, re-edición de 1989).
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La forma público-discursiva que asumían las producciones culturales de los actores
como colectivo social organizado, dependían de la suerte encontrada ante las posibles
persecuciones de los ‘remanentes autoritarios’ policiales, agentes éstos últimos
encargados de manera autónoma de “alterizar” con el estigma de una supuesta
peligrosidad social al movimiento punk. La persecución político-institucional hallaba
quizás, sus cauces ideológicos en la ‘dilucidación del mensaje’ de la fuerza libertaria que
orientaba la lucha social de los actores ó quizás se aplicaba sin mediar ésta instancia,
orientada simplemente por parámetros de ‘deber ser’ institucional adosados a la
impunidad desplegada desde las prácticas amparadas por el proceso gubernamental-
militar previo.
Las prácticas de ocupación del espacio público bajo los momentos significantes de
protestas, eran pues un “reflejo” de la situación que atravesaban los cuerpos de un
colectivo poco organizado de jóvenes y adultos punks, que sin embargo se unían: “…
para luchar contra los edictos policiales…una gran lucha y campaña de difusión que
muchos “punx” llevaron adelante poniendo la cara y el cuerpo en las distintas
manifestaciones…” (Fanzine Resistencia, 1991:32). Este caso citado ocurre en el año
1985, momento en que se articulan las exigencias de varios colectivos subalternos
frente a los excesos policiales, entre los que destacan los punks y las trabajadoras del
sexo (Op.cit, 1991:32).
Exponemos a continuación un fragmento bastante rico en descripciones acerca de dicho
proceso de lucha: “…cuando fue el momento de las primeras manifestaciones (julio/85),
solo algunos punx idealistas y ella [Ruth M. Kelly, líder de las trabajadoras del sexo]
pintaron en la plaza congreso, en un invierno superlluvioso. Treinta tipos cortando la
calle con un “ridículo”petitorio (pedir la inconstitucionalidad de los edictos: como le
íbamos a pedir algún cambio al centro de corrupción y representación de la legalización
de la miseria colectiva??Pero en fin fue el comienzo). Un par de anarkos, una abogada y
hasta Piltrafa13 (si), y nadie más…” (Op.cit, 1991:32)
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peligrosos, como las citadas maneras de “apelar” ante las intancias penales derivadas
de los edictos policiales (en base al código contravencional). El fanzine nombrado
informaba a sus lectores que, en la notificación de pena: “…Si agregás [la palabra]
APELO (si tenés pensado apelar estáte preparado para una posible golpiza)…”
(Op.cit.1987).
Los edictos policiales desde las representaciones políticas de los actores eran
presentados como: “…un cuerpo de disposiciones legales que transforman hechos
naturales en faltas; así controlan tu derecho de amar, beber, jugar, vestirte, hablar y
moverte libremente (violacion del art.19 de la ‘constitución nacional’) […] La policía
excusa la necesidad de los edictos alegando que de no existir la ciudad se encontraría
plagada de rateros, putas, homosexuales, vagabundos y otros amorales…” (Op.cit.,
1987). En ésta nota queda en claro que el desconocimiento del derecho constitucional y
su homónimo penal-represivo, no es tal entre los intelectuales punk, y por ello la
dirección del mensaje radical del movimiento viene orientada con un sentido ya
construído desde la lucha, conociendo las prácticas y codificaciones jurídicas existentes
sobre las cuales se apoya el bloque hegemónico solidificado en el Estado y la sociedad
civil para concretar constantemente su hegemonía.
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Recordando la protesta anti-policial y sus manifestaciones públicas, Patricia del
fanzine Resistencia y la banda C.D.N., en un reportaje realizado por el periódico Página
12, en 200315, decía: “… La militancia, en aquellos años [del ’85 en adelante], se
concentraba en el enfrentamiento con la policía, y la lucha por la derogación de los
edictos policiales.[…] empezamos con las marchas en el Congreso, pidiendo la
derogación de Averiguación de Antecedentes y 2º H, y después ya la abolición de la
institución…”. En 1991 los edictos policiales fueron derogados, informa Página 12,
cuestión que fué comprendida como una “victoria” frente a la institución, para los
intelectuales punks activistas.
Debemos por último, dar lugar a una instancia de lucha compartida de accion
directa, forma de lucha relacionada a prácticas de sabotaje (interpretadas por los
actores) que fué expresión de un acuerdo internacional punk16 de concretar (junto a
otros grupos de resistencia anti-sistema) un día (el 30/04) bautizado “Stop the city”
(¡paren la ciudad!) ó “día internacional del sabotaje”, como un día de acción concreta
frente al orden social derivado de las prácticas y discursos del sistema. El fanzine “Quien
sirve a la causa del kaos” (nota: “Otras actividades”,1987), nos ofrece una descripción
propagandística y situacional del “Stop the city”: “…el 30/4 se espera repetir con el
mismo éxito ó mayor el STOP THE CITY del año pasado […] algunos compañeros
hicieron una muy buena labor en el norte de la ciudad [de Bs.As.] boleteando
[“rompiendo”] algunos vidros de fábricas, escuelas y laboratorios asesinos,
aerosoleando paredes, cagando [saboteando] circuitos eléctricos y cerraduras, etc…”.
Sin entrar en mayores detalles, podemos decir que los sitios “atacados” funcionaban
para los punks como “locus” de explotación obrera, de reproducción de “soldados” del
sistema (la escuela) y espacios generadores del sufrimiento animal, respectivamente.
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Puede entenderse al acuerdo internacional punk, como otra forma derivada de la influencia del
anarquismo a la manera de la “internacional obrera” de fines del siglo XIX en Europa.
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internamente diversificado de mecanismos de dispersión…” (Op.cit.,1982:191). Los
mecanismos de trivialización/neutralización, siguiendo al autor, son los que han
dispersado las luchas de éstos actores como representativas de dinámicas políticas.17
El movimiento punk, sin embargo da sobradas muestras discursivas y prácticas de
resistencia y conciencia política; de la misma manera que se observa una ‘sostenibilidad’
de dichas formas de protesta pública, al menos temporalmente durante el lapso ‘85-88’.
Creo necesario por último, presentar una vez más la construcción heurística de
movimiento social, ahora desde la comprensión de autores como Calderón y Reyna y
Pérez Ledesma; sugiero realzar junto a los primeros la comprensión de la negación
cuantitativa, en virtud de la cual: “…los movimientos sociales de hoy, aunque
protagonizados por actores “chicos” (negros, rockeros, madres, etc.) en comparación
con los de antes cuyos actores eran “grandes” y hasta podría decirse visibles (obreros,
campesinos), no dejan de tener una marcada propensión política…” (Op.cit.,1995: 389).
Desde la vertiente analítica extraída de Pérez Ledesma, se hace incapié en el aspecto
procesual de la construcción del movimiento. El autor afirma que: “…un movimiento
social […] es un proceso colectivo […] a lo largo de ese proceso se crean los nuevos
códigos culturales y las nuevas alternativas simbólicas que definen la identidad colectiva
de los actores…” (Op.cit.,1994:100-101).
Los acápites siguientes intentan dar cuenta de estos procesos de construcción simbólica
con que los punks “ordenaron” la realidad social desde nuevos códigos discursivos y
prácticos útilizados tanto para el andamiaje identitario como para proyectar (e intentar
reproducir) en su fase de visibilidad pública, el sentido de oposición a las decisiones
políticas hegemóncas y asimismo: “…presentar propuestas alternativas a la sociedad…”
(Melucci, 1985; citado en Pérez Ledesma, op.cit.:107). Sin embargo hay que aclarar y
sin la necesidad de entrar en la discusión epistemológica de comprender a los “nuevos”
ó los “tradicionales” movimientos sociales, que ciertas representaciones políticas y
algunos repertorios de lucha, difusión y expresión pública, son hallables en otros pre-
existentes.
del adversario ideológico y sus prácticas; obviamente legado “bien-recibido” entre los punks.
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década del ’80, al menos), de los movimientos anti-belicistas, anarquistas-libertarios, de
los movimientos de “skuotters” ó mejor conocidos como “ocupas”20 y la lucha feminista
frente al orden patriarcal.
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En Argentina, en el período delimitado cronológicamente (1983-1993) para éste trabajo analítico, no
hubo instancias de ocupación edilicia con las características que ya poseían en Europa las ocupaciones
“skuot” de edificios deshabitados, es decir: como ambiente de prácticas culturales del movimiento punk-
hardcore, en relación a recitales, muestras artísticas, salas de grabación discográficas, etc., y como lugar
de asilo (vivienda). Sin embargo, abundan las notas sobre “skuots”en fanzines locales, incitando a la
ocupación, detallando los modos de hacerlo, etc., ó como reconocimiento de lucha social frente a la
propiedad privada.
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En un fragmento de otra canción, ésta vez de la banda Todos Tus Muertos, conocida
como “El Chupadero” (1991), se hace referencia al “locus” donde se “chupaban” y
asentaban a los detenidos-desaparecidos de la dictadura; o sea los centros clandestinos
de detención consagrados como emblemas de la praxis terrorista del gobierno militar:
“…Amándonos en el chupadero/ sentíamos frío,/ en el chupadero del gobierno usaron
nuestros cuerpos/ para su consagración en la ESMA y en Monte Chingolo…”.
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sienten miedo/y están solos frente a frente/con su verdugo en un lujoso
laboratorio/donde todo es preocupación/por el bienestar universal/donde asesinato y
sadismo son una buena remuneración./Su dolor quedará computado/el sufrimiento
olvidado/porque tienen mil cosas para probar/pero sólo les divierte asesinar…”
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Krotopkin, definía al Estado como la coerción ó violencia organizada.
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“…Crass más que una banda era una comunidad formada por 12 personas que habitaban en un “squat”
(casa ocupada ilegalmente) que hacían música, editaban un periódico, hacían películas y dirigían un sello
discográfico independiente…” (Da silva Forttes y Mansilla Vega, 1999:33)
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Una obra letrítico-musical denominada “Vida monótona”(1987) de la banda
Conmoción Cerebral es un alegato visibilizador de las “ideologías deconstruídas” que
desde su punto básico de enunciación anti-opresivo, el anarquismo legaba al
movimiento punk. Las lineas iniciales de dicha letra “per se” son un alegato frente al
“holismo negativo” del sistema dominador-explotador de las conciencias y prácticas
sociales: “…Dios, patria y hogar me quieren llevar, con sus costumbres y moralidad, lo
que rige en ésta sociedad, la mentira, la mente es ésta…” (Resistencia Rec., 1987). El
legado anarquista se ubica en el repertorio anti-clerical, anti-nacionalidad/nacionalismo
y anti-familiar como institución civil primaria para la inserción en el sistema; todas
formas de un orden político, religioso, jurídico, etc., basados en relaciones de poder
práctico-discursivas autoritarias que el constructo cognoscitivo ‘holista’ del anarquismo
combate.
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“…la función del símbolo político no se agota en comunicar algo, como el mero símbolo discursivo ó
lógico, sino que tal comunicación no es más que el supuesto para promover y sustentar el progreso
integrador; su función no es sólo dar a conocer su significación, sino transformarla en acción…” (Catagno,
A.; Op. cit., 1980:12)
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más himnos, ni banderas/no quiero gritos sangrados: quiero libertad!/No a cabezas
rotas ni más tronos, sólo quiero igualdad!…”
6. Conclusiones
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No pasamos por alto la forma básica de ‘autogestión’ jurídica que asumió el papel de mártires
anarquistas como Simón Radowitzky y Kurt Wilckens considerados ‘vengadores’ de las masacres de sus
compañeros a manos de agentes represivos del Estado como Ramón L. Falcón (jefe coronel-policial) en
una manifestación obrera anarquista en Buenos Aires y el teniente-coronel Varela del ejército argentino
sobre los peones rurales en la patagonia (‘trágica’), quienes en 1909 y 1923 respectivamente fueron
“ejecutados” mortalmente según la forma anarquista de “hacer justicia” en “solidaridad material y
simbólica” con las victimas.
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opresivas. Fueron constatados momentos de acción colectiva, cronológicamente
‘sostenidas’ durante el lapso ‘85-88’, momentos en que se hacen públicas las
manifestaciones de protesta contra el orden social así como sus formas de
comunicabilidad de sentidos contra-hegemónicos en formatos letrísticos-musicales y las
producciones gráficas descriptas (fanzines), a las cuales entendemos en conjunto como
instancias discursivas y prácticas de lucha política.
Asumiendo los lugares de enunciación tanto desde un exterior discursivo (o sea nuestra
propuesta) como desde el punto de vista de los actores, nos topamos con
contradicciones performativas sobre el constructo teórico de movimiento social. Sin
embargo podemos sostener la construcción heurística acercándonos descriptivamente a
los intelectuales punks y los demás actores que acudían a manifestaciones, recitales,
etc., como eslabones de un sujeto colectivo posicionado en el espacio social frente al
bloque hegemónico y sus consecuencias adjuntas de violencia física y consenso
direccionado; activistas (prácticos y discursivos) de una subalternidad que de manera
radical (sin la necesidad de constructos organizacionales “solidificados”, en consonancia
con lineamientos que el anarquismo propone según un formato de espontaneidad),
actuaba tras la búsqueda de efectivización de ciertos derechos humanos (libertarios y
democráticos).
Las manifestaciones anti-policiales, anti-capitalistas, el caso de la marcha anti-papal y la
instancia descripta de “acción directa”; muestran las formas ó repertorios de la acción
colectiva y los objetivos de lucha social que compartían los integrantes del movimiento
punk frente al Estado, sus instituciones represivas y de consenso direccionado, y los
agentes globales de dominación simbólica y económica.
Bibliografía
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Pérez Ledesma, Manuel (1994) “Cuando lleguen los días de la cólera” (Movimientos sociales, teoría e
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Santos, Boaventura de Souza (1982) “El estado, el derecho y la cuestión urbana” (181-196)
[fotocopiado]
Fanzines
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