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com
El enfermo
con convulsiones
G. Carrasco Gómez, Ll. Cabré Pericas
Servicio de Medicina Intensiva. Hospital SCIAS. Barcelona
INTRODUCCIÓN
Los pacientes con convulsiones o crisis no con- Este capítulo pretende aportar nuestra expe-
vulsivas representan alrededor del 2 % de las riencia desde la perspectiva del conocimiento
urgencias hospitalarias y cerca del 8 % de las científico actual. Su objetivo es contribuir a la
urgencias extrahospitalarias (1). Alrededor del optimización de la asistencia que reciben es-
7 % de estas urgencias se presentan como cri- tos pacientes en urgencias tanto extrahospi-
sis recurrentes que requieren medidas de so- talarias como intrahospitalarias. Para ello, está
porte vital e intervención farmacológica ur-
gente (2). La prevalencia y potencial gravedad
de estas urgencias contrasta con el limitado
interés de los investigadores en este campo. 70.000
Sólo el 0,5 % de los estudios publicados en 60.000
medicina crítica y medicina de urgencias, du- 50.000
rante los últimos diez años, hacen referencia 40.000
a esta patología (fig. 1). Además, tal como
30.000
muestra la figura 2, sólo el 14 % de los es-
20.000
tudios publicados son estudios experimenta-
10.000
les bien diseñados atendiendo a los criterios
de la medicina basada en la evidencia pro- 0
60.314 16.445 228
puesta por Sackett (3).
Medicina de urgencias
Medicina crítica
Esta escasez de evidencia científica concluyente
Estados críticos
dificulta que el médico clínico pueda tomar
decisiones exentas de incertidumbre y dé res- Fig. 1. Comparación entre el número de publicaciones
puesta a este tipo de urgencias con una asis- sobre estados convulsivos y otros temas de medicina de
tencia más eficaz. urgencias y medicina crítica. Fuente: Medline (1994-2004).
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120
Fig. 2. Nivel de evidencia científica de los estudios sobre es-
100
tados convulsivos según la escala de Sackett. I: metaanálisis
80
de múltiples estudios controlados, aleatorizados, bien dise-
60 ñados. II: estudios controlados, aleatrorizados, bien diseña-
40 dos. III: estudios no completamente experimentales, bien di-
señados como, por ejemplo, estudios no aleatorizados,
20
controlados, cohortes o estudios casos-controles. IV: estudios
0
6 28 62 103 30 bien diseñados, no experimentales como estudios compara-
Nivel I Nivel IV tivos o descriptivos. V: casos clínicos y opiniones de expertos
Nivel II Nivel V no basadas en datos experimentales. Fuente de datos: Med-
Nivel III line (1994-2004).
estructurado en dos apartados. El primero re- El segundo apartado es práctico y revisa las téc-
sume algunos aspectos sobre definiciones, etio- nicas diagnósticas y terapéuticas disponibles
logía, fisiopatología y clínica de estos procesos. para la atención de este tipo de pacientes.
70
61
60
50
44
40
40
30
22 20
20
8 9
10
5 6 8
0 1 0 0
0
De o a 20 años De 21 a 50 años Más de 50 años
Fig. 3. Etiología, según grupos de edad, de los 224 pacientes asistidos por estado convulsivo en el servicio de urgen-
cias de SCIAS-Hospital de Barcelona entre los años 1994 y 2003.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
DE LOS ESTADOS CONVULSIVOS
Diagnóstico de las crisis de una primera crisis estas pruebas pocas ve-
ces mostrarán anomalías (20). Contrariamente,
El protocolo de diagnóstico de los estados con- los pacientes con alteración del estado men-
vulsivos en urgencias debe considerar dos si- tal, con fiebre o nuevos déficit neurológicos fo-
tuaciones diferenciadas según se trate de una cales requerirán una evaluación más detallada
primera crisis o no (14, 15). con pruebas de laboratorio y de imagen.
Tal como se ha expuesto en el apartado «Clí- Aunque la revisión crítica de los trabajos mé-
nica», el elemento diagnóstico esencial es la dicos sólo recomienda de forma no vincu-
historia clínica confeccionada con un testigo lante practicar pruebas de laboratorio de forma
presencial ya que, a diferencia de otras en- generalizada, resulta prudente adoptar esta
fermedades neurológicas, no existen signos de actitud ante la escasa literatura médica con-
que una persona padece epilepsia. Deben de- cluyente en este campo. Por esta razón, la rea-
terminarse las características de la crisis así lización de algunos exámenes complementa-
como la existencia de factores desencade- rios puede aportar alguna información adicional
nantes, fenómenos motores o mentales. Se re- ya que, en nuestra experiencia, en el 25 %
cogerán de forma detallada la duración y las de los casos las exploraciones permiten esta-
características del episodio. En los pacientes blecer con certeza la etiología de una pri-
con una primera crisis se interrogará sobre mera crisis.
antecedentes familiares o patología predispo-
nente mientras que ante la existencia de cri- — Análisis de laboratorio: el hemograma y la
sis previas será fundamental conocer el tipo y bioquímica sanguínea (glucemia, electróli-
tratamiento realizado (tabla 4). La explora- tos, calcemia, pruebas de función hepá-
ción física descartará signos cutáneos de fa- tica y renal) permitirán establecer el es-
comatosis y el examen neurológico será ex- tado de salud del paciente y contribuirán
haustivo para detectar focalidades neurológicas a excluir la mayoría de causas metabólicas
(status mental, motor y sensitivo). de los ataques. La alteración de la gluce-
mia y la hiponatremia son los hallazgos
La historia clínica y el examen físico determi- patológicos más frecuentes. Solamente se
narán la posibilidad de que existan alteracio- recurrirá a otras pruebas de laboratorio
nes en los exámenes complementarios dado cuando se sospeche una patología especí-
que en pacientes adecuadamente recuperados fica. El test de embarazo en una paciente
Antecedentes familiares Patología perinatal, desarrollo psi- Edad de inicio de las crisis
comotor y escolar
Situación en que acontece la crisis Convulsiones febriles previas Tipo de crisis habitual y frecuencia
Descripción y duración del episo- Factores de riesgo o patología vas- Exploraciones complementarias re-
dio cular alizadas
Posibles factores desencadenan- Clínica neurológica, sistémica o Tratamiento previo y cumplimento
tes (especialmente tóxico-far- metabólica
macológicos)
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90 MISCELÁNEA DE SITUACIONES DE EMERGENCIA. ACTUALIZACIÓN 2005
Existencia
NO Sí
de crisis previas
TC craneal
urgente
Fig. 5. Algoritmo diagnóstico de los estados convulsivos en urgencias. El EEG se realizará en forma diferida salvo en es-
tados no convulsivos o para controlar el tratamiento en status convulsivos refractarios.
cas (de instauración gradual y actividad mo- otro tipo de tratamientos como el abordaje
tora atípica). El diagnóstico diferencial siste- quirúrgico de ciertas epilepsias no controla-
mático permite encontrar otras causas en el
20 % de las epilepsias resistentes al tratamiento
(16). El síncope y las crisis histéricas son los TABLA 5. Diagnóstico diferencial
procesos que más frecuentemente deben di- de las crisis epilépticas
ferenciarse de los estados convulsivos, pero exis- Síncope
ten otras entidades que pueden plantear tam- Seudocrisis psicógenas o crisis histéricas
bién dificultad en el diagnóstico diferencial. La Tetania por hiperventilación
tabla 5 muestra los procesos que deben dife- Accidente isquémico transitorio
renciarse de los estados convulsivos. Migraña clásica
Amnesia global transitoria
Narcolepsia
Tratamiento de las crisis Encefalitis letárgica
Síndrome de Kleine-Levin
La escasez de estudios sobre el tratamiento ur-
Síndrome de Pick
gente de los trastornos convulsivos contrasta
Discinesias paroxísticas
con los importantes avances que en los últi-
Episodios de black out en alcohólicos
mos 15 años han mejorado el conocimiento
Porfiria aguda intermitente
de los mecanismos básicos de las epilepsias,
Coma
facilitando el desarrollo de nuevos fármacos y
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das con fármacos, el uso del estimulador va- Tratamiento inmediato del paciente
gal o la dieta cetógena. Sin embargo, una en fase poscrítica
decena de nuevos fármacos y otras técnicas
no farmacológicas tienen poca aplicación en Si el paciente es atendido durante la fase
el tratamiento urgente de los trastornos con- poscrítica se adoptarán las mismas medidas
vulsivos (25). generales expuestas en el apartado anterior y
se someterá al paciente a monitorización si-
guiendo el esquema citado.
Tratamiento inicial durante la crisis
El primer objetivo del tratamiento es asegurar
Tratamiento farmacológico urgente
las funciones vitales durante la crisis siguiendo
la secuencia del soporte vital básico. Cuando la crisis generalizada se prolongue más
de 2 minutos o recidive está indicado el tra-
La primera maniobra será la de colocar al pa- tamiento farmacológico (27).
ciente en plano horizontal, lateralizando la ca-
beza para drenar saliva o vómito. Se aportará Se administrarán bolos de benzodiazepinas como
apoyo ventilatorio mediante limpieza de la diazepam (0,2-0-3 mg/kg a < 2 mg/min y hasta
cavidad bucofaríngea y administración de oxí- 50 mg) o midazolam (0,010-0,015 mg/ kg
geno, y se protegerá al paciente para evitar hasta 3 mg) o clonazepam (0,02-0,03 mg/kg
autolesiones y mordeduras (protección con a < 1 mg/min hasta 2 mg). Es prioritario no su-
tubo de Mayo). En caso de poder garantizar perar la velocidad de administración ni las do-
la protección de la vía aérea se realizará intu- sis máximas de seguridad para evitar la depre-
bación traqueal; también se dispensará apoyo sión cardiorrespiratoria.
hemodinámico previa inserción de una vía
venosa. Es recomendable la monitorización de Si las crisis duran más de 10 minutos o reci-
la presión arterial, el ECG y la SaO2 por pul- divan se añadirá al tratamiento fenitoína 15
sioximetría. a 20 mg/kg administrados a ritmo inferior a
0,75 mg/kg/min, preferentemente bajo mo-
En el caso de que se trate de una urgencia nitorización ECG (debido a la potencial car-
extrahospitalaria, no se trasladará al paciente diotoxicidad de este agente). La administra-
al hospital hasta que se hayan realizado estas ción de una dosis de carga estándar de 1.000
medidas básicas y se considere al paciente mg (14,3 mg/kg para un adulto de 70 kg)
estabilizado. Suele recomendarse la inmovili- puede ser inadecuada para algunos adultos
zación con collar cervical para evitar fracturas (28). Deberá diluirse en suero fisiológico a con-
o lesiones secundarias durante la moviliza- centraciones entre 5-10 mg/ml para evitar que
ción del paciente. Esta actitud parece razo- precipite.
nable a pesar de que la eficacia de esta me-
dida no ha sido demostrada concluyentemente En el tratamiento de las crisis generalizadas,
en la literatura científica (26). nuevos fármacos alternativos no han demos-
trado mayor eficacia que los citados ante-
Mientras no pueda descartarse hipoglucemia riormente. Así, los ensayos clínicos que han
se administrarán 50 ml de glucosa al 50 %. comparado la eficacia relativa de clobazam-
Está indicada tiamina 100 mg si no puede des- carbamazepina-fenitoína (28), oxcarbazepina-
cartarse la etiología alcohólica, así como 2 mg fenitoína (29), oxcarbazepina-valproato (30),
de naloxona en el caso de que se sospeche oxcarbazepina-carbamazepina (31) y lamotri-
relación con adicción a opiáceos. gina-fenitoína (32) han mostrado una efica-
cia similar en este tipo de crisis (nivel de evi-
El segundo objetivo será identificar factores dencia I). En las crisis parciales no hay evidencia
etiológicos o precipitantes, para lo cual se re- de diferencias significativas de eficacia (nivel
alizarán las maniobras diagnósticas descritas. de evidencia I) entre la carbamazepina y la
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fenitoína (33) ni entre el valproato y la feni- dosis de inducción de 0,01 mg/kg. En el caso
toína (34). de emplear propofol, las dosis de manteni-
miento serán de 2 a 6 mg/kg/hora previa ad-
No se han publicado hasta el momento en- ministración de bolos de 1-3 mg/kg para la
sayos comparativos entre el protocolo habitual inducción. Un reciente metaanálisis ha de-
(benzodiazepina y fenitoína) y el ácido val- mostrado que la manera más efectiva de con-
proico intravenoso, por lo que no se conside- seguir el control del status epiléptico refracta-
rará un fármaco de primera elección para rio es alcanzar un EEG isoeléctrico, no habiendo
esta indicación (35). evidencia de diferencias significativas (nivel
de evidencia I) entre pentobarbital, midazolam
En caso de persistir o recidivar durante más o propofol utilizados para este fin.
de 30 minutos o en el caso de crisis subin-
trantes sin recuperación del nivel de consciencia Las recomendaciones del tratamiento de las
normal entre ellas durante 30 minutos, se con- crisis convulsivas según su duración se mues-
siderará status epiléptico. A pesar de que ésta tran en la tabla 6.
es la definición clásica, en la actualidad algu-
nos autores consideran que un paciente se en-
Tratamiento prolongado
cuentra en status epiléptico si tiene una crisis
de duración superior a 10 minutos (36, 37). Después de una primera crisis existe riesgo
Este criterio más estricto se debe a que esta de recurrencia en el 50 % de los pacientes.
entidad tiene una prevalencia cada vez ma- La tendencia actual es no tratar al paciente
yor, que alcanza a 18,3/100.000 habitantes, que ha tenido una crisis aislada de etiología
y que su mortalidad llega al 23 % (38). idiopática. Por el contrario, se aconseja tratar
al enfermo que ha presentado dos o más cri-
En el status refractario resistente a la primera sis separadas por menos de un año.
opción de tratamiento se procederá a intubar
al paciente para la conexión a respirador y a Existe cierto grado de consenso en pautar tra-
la monitorización del ECG. Se añadirá feno- tamiento tras una sola crisis cuando el pa-
barbital a dosis de 20 mg/kg a 50-75 mg por ciente va a seguir conduciendo o ejecutando
minuto o dosis suplementarias de benzodia- trabajos con riesgo en los 6 meses siguien-
zepinas. Se trasladará al paciente a UCI para tes a la primera crisis. También se acepta acon-
mantener medidas de soporte vital avanzado. sejar tratamiento cuando al paciente le pro-
duce angustia la posibilidad de nuevas crisis
La persistencia de las crisis durante más de 60 o cuando el médico considera que el riesgo
minutos obligará a instaurar coma barbitúrico de recurrencia es muy alto (crisis parciales
con pentobarbital 5-20 mg/kg mediante per- en adultos, crisis secundarias a lesión cere-
fusión continua a 0,2-0,4 mg/kg. Algunos es- bral, etc.).
tudios han sugerido el uso de dosis anestési-
cas de midazolam o propofol como alternativa
Fármacos disponibles
a los barbitúricos (20, 21). Ambos fármacos
para el tratamiento prolongado
presentan como ventaja respecto a los barbi-
túricos una recuperación más rápida, y el mi- Cuando el médico de urgencias considere in-
dazolam posee además menos efectos depre- dicado el tratamiento prolongado al alta o
sores cardiovasculares. Sin embargo, estos bien deba establecerlo para el ingreso en el
agentes alternativos tienen algunas desventa- hospital, deberá tener en cuenta que la ma-
jas como la taquifilaxis inducida por midazo- yoría de fármacos anticonvulsionantes tienen
lam o el controvertido efecto proconvulsio- efectos secundarios. En la tabla 7 se expo-
nante que se ha asociado con propofol. Para nen los principales efectos colaterales de es-
la sedación con midazolam se administrarán tos fármacos, así como sus niveles plasmáti-
de 0,01 a 0,10 mg/kg/hora precedidos de una cos terapéuticos.
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94 MISCELÁNEA DE SITUACIONES DE EMERGENCIA. ACTUALIZACIÓN 2005
Minuto 0 Reconocimiento
Protección vía aérea y prevención autolesiones Monitorización ECG, presión arterial y
pulsioximetría
Apoyo ventilatorio y hemodinámico
Historia clínica
Analítica
Glucosa 50 %, 50 ml
Tiamina 100 mg
Naloxona 2 mg
Minuto 2 Diazepam 0,2-0,3 mg/kg (hasta 50 mg) Midazolam 0,010-0,015 mg/kg (hasta 3 mg)
Clonazepam 0,02-0,03 mg (hasta 2 mg)
Minuto 10 Diazepam, midazolam o clonazepam junto a fenitoína 15 mg/kg a < 0,75 mg/kg/min
Minuto 30 Intubar al paciente y conectar a respirador Fenobarbital 20 mg/kg a 100 mg/min o
diazepam 20 mg o midazolam 0,2 mg en bolo seguido de 0,1-2 mg/kg/hora
Minuto 60 Minuto 60
Coma barbitúrico
Pentobarbital 5-20 mg/kg a 0,2-0,4 mg/kg/hora o midazolam 0,01-0,10 mg/kg/hora
o propofol 2-6 mg/kg/hora
En las crisis parciales y secundariamente ge- vas entre los fármacos, tanto en la eficacia
neralizadas los agentes que han demostrado como en la tolerabilidad (42-44).
similar eficacia son carbamazepina, fenito-
ína y fenobarbital. El valproato puede tam- En el tratamiento prolongado de las crisis to-
bién utilizarse dado que es un agente de nicoclónicas se emplean fenitoína, fenobarbi-
amplio espectro. No hay evidencia de dife- tal, valproato y carbamazepina sin que recientes
rencia significativa de eficacia entre carba- metaanálisis hayan demostrado diferencias
mazepina y fenitoína, ni entre valproato y de eficacia o toxicidad entre ellos (33, 34). Al-
fenitoína. La carbamazepina es más eficaz ternativamente pueden emplearse nuevos agen-
que el al ácido valproico mientras que el fe- tes como fenitoína, oxcarbazepina, lamotrigina
nobarbital tiene una eficacia similar a la de o topiramato, ya que en los ensayos clínicos
la fenitoína pero un significativo mayor nú- para el control de este tipo de crisis la efica-
mero de retiradas por efectos adversos. En cia ha sido similar (29-32).
España los antiepilépticos clásicos (excepto
etosuximida) están registrados para su em- El síndrome de ausencia infantil o juvenil tiene
pleo en la epilepsia parcial en monoterapia como principal tratamiento el valproato. Aun-
o politerapia. De los nuevos antiepilépticos, que la etosuximida es tan eficaz como aquél,
lamotrigina, gabapentina, oxcarbazepina y to- no reduce el riesgo de presentar crisis con-
piramato están aprobados para su uso en mo- vulsivas que, a lo largo de la evolución, se aso-
noterapia y, por lo tanto, pueden conside- cian a los síndromes de ausencias hasta en
rarse de primera línea. La elección del fármaco un 35% de los casos (45). Asimismo, la la-
en un sujeto concreto vendrá dada por el per- motrigina ha demostrado ser eficaz en dos en-
fil potencial de efectos adversos u otras con- sayos en ausencias (46, 47).
sideraciones más que por la eficacia, ya que
recientes metaanálisis para evaluar la efica- Las indicaciones para el tratamiento prolon-
cia y toxicidad relativa de los nuevos antie- gado con estos fármacos según el tipo de cri-
pilépticos han mostrado que no hay suficientes sis se muestran en la figura 6. La elección del
datos para establecer diferencias significati- fármaco anticonvulsivo deberá ser individuali-
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EL ENFERMO CON CONVULSIONES 95
zada en función de la relación entre eficacia y malías en el EEG y necesidad de realizar acti-
tolerancia de cada agente y del tipo de crisis. vidades de riesgo (p. ej., conducir).
CRISIS CRISIS
GENERALIZADAS PARCIALES
FENITOÍNA
CARBAMAZEPINA
ETOSUXIMIDA FENOBARBITAL
CLONAZEPAM FENOBARBITAL
VALPROATO
Fig. 6. Indicaciones de los principales agentes antiepilépticos de uso prolongado según el tipo de crisis. El entramado ra-
yado corresponde a indicación de primera elección mientras que el de puntos se aplica a agentes de segunda elección.
La dieta cetógena está indicada en niños con La cirugía en la epilepsia sólo es una alternativa
epilepsias parciales o generalizadas resistentes al tratamiento médico en aquellos pacientes con
a fármacos. Recientes ensayos aleatorizados epilepsia farmacorresistente En áquellos con epi-
han demostrado que esta dieta es altamente lepsia temporal o extratemporal con lesión aso-
eficaz en el 30-50 % de estos pacientes (49, ciada en la RM la cirugía permite el control de
50). Dado que este tipo de dieta es muy res- las crisis en un 50-80 % de los casos (51). La
trictiva y requiere la ingestión de importantes seguridad que permiten las nuevas técnicas diag-
cantidades de grasas, se considera su empleo nósticas (vídeo-EEG, RM de alta definición y
sólo en pacientes que hayan sido resistentes SPECT cerebral), quirúrgicas y de anestesia han
o hayan presentado importantes efectos ad- confirmado este tratamiento en algunos casos
versos con los fármacos antiepilépticos. de epilepsia refractaria (52).
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