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Disfunción
miocárdica reversible ante
patología crítica no cardiaca
M. Ruiz Bailén, A. M.ª Castillo Rivera

INTRODUCCIÓN
Heyndrickx et al. (1) describieron por vez pri- quémica (1-18). Éste, junto a la hibernación
mera en 1975 el fenómeno de disfunción ven- miocárdica (17), son dos modos reconocidos
tricular izquierda reversible posisquémica tras y aceptados de DMR que afectan a los pa-
observar, sobre un modelo experimental ca- cientes críticamente enfermos por patología
nino, que la función miocárdica permanecía coronaria. No obstante, y además de la mio-
deprimida durante 3 horas al provocar una carditis, miocardiopatías específicas o disfun-
oclusión coronaria de 5 minutos y durante más ciones miocárdicas de etiología reconocida,
de 6 horas tras una de 15 minutos. No obs- existen fenómenos de DMR que aparecen ante
tante, fueron Braunwald y Kloner (2) los pri- patología crítica no coronaria y que pueden
meros autores en publicar en 1982 un ar- alterar el curso clínico de estos pacientes. Shar-
tículo sobre el fenómeno de aturdimiento mio- key et al. (19) describieron una cohorte re-
cárdico, al detectar que, tras un periodo de trospectiva de pacientes con hospitalización
isquemia sin que mediara necrosis, se podía por enfermedad aguda no cardiológica, en au-
producir un fenómeno de disfunción ventri- sencia de patología cardiovascular previa, que
cular autolimitado. El término «aturdimiento presentaron disfunción miocárdica y altera-
miocárdico» se define como la disfunción mio- ciones electrocardiográficas (fundamentalmente
cárdica reversible (DMR) que persiste tras la re- ondas T negativas en precordiales). En dicha
perfusión miocárdica, en ausencia de una le- cohorte, ambos fenómenos fueron totalmente
sión irreversible y tras la restauración normal reversibles antes del alta. Iga et al. (20) des-
o casi normal del flujo coronario (3). Actual- cribieron a 8 pacientes críticamente enfermos,
mente se habla de aturdimiento miocárdico con coronariografías normales, que presenta-
ante múltiples expresiones de la cardiopatía is- ron similares alteraciones electrocardiográficas
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y, además, disfunción miocárdica con altera- bre patologías críticas donde se ha descrito la
ciones de la contractilidad segmentaria (en es- aparición de una DMR. El objetivo de este
pecial de la zona apical), que se resolvieron trabajo es realizar una revisión sobre la DMR
entre 1 y 6 semanas después. Además de es- que afecta a la patología crítica no cardioló-
tas series se han publicado múltiples textos so- gica.

MIOCARDIOPATÍA DE ESTRÉS
La disfunción miocárdica por estrés se puede nal agudo, y en un 17-77 % de los casos, tras
desencadenar por causas diversas. Unas son sufrir un episodio de estrés fisiológico impor-
de tipo emocional, como conflictos con amigos tante. En la literatura médica se describen nu-
o familiares, abusos domésticos, muerte ines- merosos estudios, fundamentalmente de ca-
perada de un ser querido, diagnóstico médico sos o series de casos, donde se explica la
catastrófico, problemas financieros, pérdidas asociación de algún tipo de estrés con hallaz-
importantes de juego, accidentes domésticos, gos clínicos similares al IAM, pero de índole
accidentes de tráfico (21), acoso sexual (22), reversible. La mayoría de estas descripciones
consumo de alcohol en exceso (21, 23), inex- se hacen en series japonesas (23-25, 28, 30,
periencia en el ejercicio físico o ante una exci- 31, 34, 35, 37, 39, 42, 46-48, 50, 53-58, 60,
tación importante (21, 24, 25). Otras son de 61, 63-88), por lo que incluso se ha llegado a
origen físico, como exacerbaciones de enfer- pensar que esta disfunción era típica de Asia,
medades crónicas del tipo asma bronquial (26- aunque cada vez aparecen más casos con es-
29), o artritis reumatoide (28); o por circuns- tas características en pacientes de otras nacio-
tancias estresantes, como cirugía abdominal nalidades (21, 22, 26, 27, 29, 32, 33, 36, 38,
(21, 29-32), cirugía ortopédica (4), accidentes 40, 41, 43-45, 49, 51, 52, 59, 62, 89-106).
cerebrovasculares (13, 21, 29), hemorragia su-
baracnoidea (34-37), lesiones cerebrales agu- Esta disfunción recibe diferentes acepciones; la
das (38, 39), epilepsia (24), feocromocitoma mayoría en relación con la peculiar disfunción
(40-43), alteraciones endocrinas como hiperti- ventricular izquierda que la distingue. Así la po-
roidismo (24, 25) o neoplasia endocrina múlti- demos encontrar con nombres tan variados
ple (46), alteraciones neurológicas del tipo Gui- como: cardiomiopatía ampular (61, 85, 86, 88);
llain-Barré (47), miastenia gravis (48), o esclerosis aturdimiento anteroapical (93); abalonamiento
lateral amiotrófica (49); neumotórax (50), en- apical del ventrículo izquierdo (87); cardio-
fermedades sistémicas como la hemocromato- miopatía del estrés humano (26); aturdimiento
sis (51), pacientes con síndrome de inmuno- miocárdico (64, 107); síndrome de discinesia
deficiencia humana adquirida (52), patología apical transitoria (108); disfunción ventricular
renal en fase de diálisis (53), síndrome neuro- izquierda (101); disfunción ventricular transi-
léptico maligno (54), consumo de fármacos (55), toria (66) o cardiomiopatía de tako-tsubo (63,
tras la implantación de marcapasos (56, 57) o 64) entre otras. En 1990, Sato et al. (63) y en
alteraciones por descarga eléctrica (58), entre 1991 Dote et al. (64) fueron los primeros au-
otras. La incidencia de la miocardiopatía de tores que describieron esta disfunción y le die-
estrés es desconocida y más común de lo que ron el nombre de «síndrome de tako-tsubo».
se cree, pues estos pacientes podrían ser mal El tako-tsubo (76) es un recipiente de cuello
diagnosticados de infarto agudo de miocardio estrecho con base ancha y globulosa que los
(IAM) (21, 24, 59). Para Akashi et al. (60) y para pescadores japoneses usan para la captura de
Kawai et al. (61), la incidencia de esta miocar- pulpos (en japonés tako significa pulpo y tsubo
diopatía está en torno al 1 % de los pacientes significa olla); recibe este nombre por la se-
diagnosticados de IAM. Para Bybee et al. (62), mejanza que tiene la forma de este recipiente
esta disfunción aparece entre el 14 y 38 % de con la imagen sistólica del ventrículo izquierdo.
los pacientes que sufren un episodio emocio- En ocasiones se ha definido como «corazón
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roto» o «corazón partido» (109), e incluso se del segmento ST, aparición de ondas Q, pro-
asocia a lo que popularmente se llama «mo- longación del intervalo PR o del intervalo QTc
rir de tristeza» (110). largo o la aparición de un nuevo bloqueo de
rama derecha o de rama izquierda (24, 59,
En la clínica habitual la manifestación más 60, 62, 71, 100). Son cambios similares a los
frecuente de esta disfunción es el dolor pre- existentes en el infarto agudo de miocardio pero
cordial, aunque también se puede manifestar con coronariografías normales (60).
como disnea o cuadro sincopal y, en ocasio-
nes, incluso es asintomático (60, 62). En la fase La ecocardiografía muestra una acinesia o dis-
aguda se puede presentar en forma de edema cinesia septal, anterior y apical. En este último
agudo de pulmón, shock cardiogénico, insufi- nivel se produce el llamado «abalonamiento
ciencia respiratoria o arritmias diversas del apical ventricular izquierdo». Los segmentos
tipo taquicardia ventricular (24, 60, 78), fibri- basales, por su parte, se encuentran hiper-
lación ventricular (24, 60), fibrilación auricular contráctiles (19, 21, 26, 33, 34, 38, 49, 51,
con respuesta ventricular rápida (24, 60), bra- 53, 58, 65, 66, 75, 102-104, 106) y, en algu-
dicardias (24), QTc largo (100, 102) o bloqueos nas ocasiones, pueden presentar un gradiente
auriculoventriculares (24, 71). A su vez, la zona intraventricular alto (70, 81, 94); para Tsu-
discinética puede, de forma secundaria, ge- chihashi et al. (24) este gradiente en la fase
nerar trombos ventriculares (67, 91, 111, 112), aguda es mayor de 30 mmHg hasta en un 18
los cuales pueden embolizar y provocar acci- % de los casos. La fracción de eyección ven-
dentes cerebrovasculares (111) e infartos re- tricular izquierda (FEVI) está deprimida en grado
nales (112). Más raramente pueden existir com- grave a ligero (19, 26, 51, 67, 68, 71, 82, 102).
plicaciones mecánicas, como la rotura de la Bybee et al. (62) obtienen una FEVI que oscila
pared libre ventricular izquierda (83) o la per- entre el 39 y el 49 %, Wittstein et al. (59) ob-
foración del tabique interventricular (74); tam- tienen una FEVI global entre el 15 y el 30 %,
bién se ha descrito la muerte súbita (60, 113). y Kurisu et al. (28) una FEVI inicial del 49
± 12 %. Estas alteraciones desaparecen, la mo-
Algunos factores de riesgo se asocian a una ma- tilidad queda restablecida (28, 33, 49, 58, 60,
yor predisposición a sufrir esta disfunción, como 62, 64, 65, 77, 78, 104) y la ecocardiografía
hipertensión arterial, hiperlipemia, diabetes me- se normaliza en un periodo de días a meses
llitus y tabaquismo (24, 29, 60). También tie- tras el episodio agudo (28, 67, 68, 78, 82, 102,
nen mayor riesgo los pacientes que presentan 104). Para Bybee et al. (62) queda una FEVI fi-
previamente infartos cerebrales (60), síncopes nal en torno al 60-70 %, para Wittstein et al.
de origen desconocido (60), enfermedad del (59) entre el 55 y 65% y para Kurisu et al. (28),
nodo sinusal (60, 88), fibrilación auricular pa- del 69 ± 12 %. Similares hallazgos suelen
roxística o crónica (45, 60, 61, 88), regurgita- detectarse mediante la resonancia magnética
ción aórtica debida a valva aórtica bicúspide o mediante tomografía computarizada (59).
(112) y cuadros anginosos (61), entre otros.
La angiografía coronaria suele ser totalmente
Electrocardiográficamente existen una serie de normal y no muestra signos obstructivos signi-
cambios que desaparecen a lo largo del tiempo. ficativos (19, 23, 33, 34, 50, 58, 60, 62, 65,
En la fase aguda se suele apreciar una eleva- 75, 80, 84, 104, 106). La ventriculografía con-
ción del segmento ST que tiende a normalizarse firma la discinesia de la región apical, anterior,
en unas horas. A continuación, fundamental- septal y la hipercontractilidad de los segmen-
mente se invierten las ondas T en las deriva- tos basales (24, 50, 52, 57, 60, 81, 84, 94).
ciones precordiales, aunque también se pue- Los espasmos de los vasos coronarios se pue-
den presentar en las derivaciones inferiores y den ver, ocasionalmente, en la angiografía y a
laterales, las cuales pueden persistir durante se- veces pueden ser provocados al administrar ace-
manas o meses (28, 51, 60-62, 66, 77, 79, 104, tilcolina o ergonovina (24, 28, 61, 66). El em-
111). Raramente se manifiesta con descenso pleo de los ultrasonidos intravasculares ha per-
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mitido describir, anecdóticamente, la rotura de desencadenantes. El estrés físico y psíquico pro-


la placa ateroesclerótica. Para Ibáñez et al. (114), voca el aumento de las catecolaminas, que ejer-
la rotura de la placa de ateroma puede coinci- cen su acción en los adrenorreceptores car-
dir con un síndrome coronario agudo que su- diacos; la región distal cardiaca es la zona más
fre una reperfusión temprana de forma es- vulnerable para estas sustancias (120). Su ele-
pontánea; este fenómeno explicaría el aumento vación plasmática sugiere la activación del sis-
de las enzimas de lesión cardiaca y el aturdi- tema adrenal y de la actividad simpática. Aun-
miento ventricular izquierdo acompañante. Las que no se conoce con exactitud la relación
enzimas cardiacas, como la creatincinasa y en existente entre el estímulo simpático y el atur-
especial la fracción MB y la troponina I o T dimiento cardiaco, puede deberse a la isque-
(21, 51, 59, 60, 62), experimentan un aumento mia resultante de los espasmos multifocales di-
proporcional al grado de disfunción, pero en fusos de las arterias coronarias epicárdicas, lo
menor proporción al ocurrido en el síndrome que provoca una vasoconstricción en pacien-
coronario agudo. En el plasma, las cifras ini- tes sin alteraciones coronarias (28, 121). La
ciales de péptido cerebral natriurético (PCN) (59, alteración simpática y los mediadores neuro-
60, 80, 116-118) y catecolaminas (28, 31, 40, lógicos desencadenan espasmos de los vasos
50, 65, 78, 80) pueden aumentar muy por en- epicárdicos y disfunción microvascular por flujo
cima de lo normal, permaneciendo así incluso coronario anormal en arterias sin alteraciones
semanas; con posterioridad disminuyen de forma de tipo obstructivo (122), así como también la
progresiva, a excepción del PCN, que lo hace disminución del flujo coronario de reserva y de-
de forma rápida (59). fectos circulatorios regionales (123). Las cate-
colaminas ejercen de forma directa su acción
La biopsia endomiocárdica revela hallazgos sobre los miocitos, provocando cardiotoxicidad
inespecíficos como tejido adiposo, pequeña por un aumento del calcio que activa el ade-
infiltración linfática intersticial, fibrosis inters- nosinmonofosfato cíclico (AMPc) y éste pro-
ticial ligera, atrofia de fibras miocárdicas, ne- voca la disminución de la viabilidad de las cé-
crosis de las bandas de contracción y un re- lulas cardiacas (124). De igual modo, las
ducido número de células mononucleares. Los catecolaminas favorecen la liberación de radi-
hallazgos histopatológicos, aunque inespecí- cales libres, lo que desencadena alteraciones
ficos, son significativamente distintos de los en los transportadores de sodio y calcio (3);
infiltrados de polimorfonucleares existentes en esto hace que se incremente el flujo del cal-
el IAM (28, 59, 60, 62, 84). cio transmembrana y que la célula cardiaca dis-
funcional se sobrecargue de calcio. Las altera-
En las imágenes obtenidas por gammagrafía ciones segmentarias de contractilidad pueden
cuando se usa el 201Tl se encuentran una se- deberse a la liberación local de catecolaminas.
rie de defectos en la perfusión de la pared Las terminales simpáticas en la base del cora-
anteroseptal. Si se utiliza 123I-metayodoben- zón son menos abundantes que en el ápex; lo
cilguanidina (60, 80, 118, 119), se observa que que condiciona que éste sea más vulnerable
existen grandes defectos tanto en la fase aguda al aumento rápido de niveles altos de cateco-
como en la crónica o de seguimiento a largo laminas y que, por lo tanto, el miocardio api-
plazo. Esto sugiere que la disfunción miocár- cal tenga aumentada la respuesta al estímulo
dica puede deberse a alteraciones en la iner- simpático (24, 28, 51, 59). Igualmente pue-
vación simpática cardiaca y que el aturdimiento den existir diferencias regionales miocárdicas
miocárdico que se produce puede atribuirse del flujo sanguíneo por alteración del gradiente
a alteraciones de la microcirculación (55, 72, de perfusión ápex-base (125), en definitiva, lo
80, 118). que se considera una miocardiopatía cateco-
laminérgica.
La etiología de este síndrome es desconocida.
Ante este desconocimiento se proponen múl- El sexo femenino tiene mayor riesgo de con-
tiples mecanismos para explicar el origen y tribuir a generar esta disfunción, sobre todo,
posiblemente se impliquen varios de ellos como las mujeres posmenopáusicas (21, 23, 24, 28,
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DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE ANTE PATOLOGÍA CRÍTICA NO CARDIACA 79

51, 59, 60) a causa de la predisposición bio- los beta-bloqueantes (88, 94). Además de la
lógica en esta etapa de la vida debido al dé- utilización de inótropos catecolaminérgicos, re-
ficit estrogénico que conlleva. Las hormonas cientemente ha sido utilizado el levosimendán
sexuales femeninas actúan sobre el eje sim- (130) como inótropo positivo y vasodilatador,
pático (126), produciendo reacciones en los va- que puede ser beneficioso por contribuir a me-
sos coronario (127). Paradójicamente, frente al jorar la contractilidad miocárdica.
estrés los hombres liberan más cantidad de
catecolaminas y son más sensibles a la vaso- Las alteraciones de la contractilidad, en ge-
constricción que producen éstas; sin embargo, neral, aparecen transcurrido un periodo que
las mujeres son más vulnerables a los media- oscila entre una semana y unos meses. El elec-
dores simpáticos del aturdimiento (126, 128). trocardiograma (ECG) se normaliza en un pe-
Donath et al. (129) han observado, en experi- riodo de tiempo variable y siempre es poste-
mentos con ratones, que existe un factor an- rior a la normalización de la contractilidad
tiapoptótico específico que, regulado a la baja, ventricular ecocardiográficamente (63, 64). En
acelera la cardiomiopatía por reducción de la la fase aguda del proceso, las muertes que
contractilidad, aumento del tamaño cardiaco ocurren pueden ser debidas a fallo multior-
y fibrosis miocárdica. Pison et al. (99) descri- gánico, shock cardiogénico, fibrilación ventri-
bieron dos casos de abalonamiento apical ven- cular y rotura cardiaca (81, 83). Las recurren-
tricular izquierdo en dos hermanas, apuntán- cias son posibles y se han observado después
dose por ello como posible la etiología genética. de meses, o incluso años (24, 88). A pesar de
todo, el pronóstico suele ser favorable (24, 60).
El tratamiento viene delimitado por la normali-
dad de las arterias coronarias epicárdicas. Suele Se desprende pues, de los estudios publica-
ser similar a otras miocardiopatías, y se aplica se- dos, que en presencia de una situación estre-
gún las necesidades existentes; en caso de in- sante aguda importante se puede producir una
suficiencia respiratoria, el soporte ventilatorio disfunción miocárdica de incidencia descono-
puede ser necesario (104). Si aparecen compli- cida, con clínica, alteraciones electrocardio-
caciones hemodinámicas, como shock cardio- gráficas y ecocardiográficas parecidas a las
génico, edema agudo de pulmón o arritmias, de un IAM, aunque las arterias coronarias
es interesante el empleo de balón de contra- epicárdicas aparezcan normales al evaluarlas
pulsación aórtico (24, 31, 51, 94, 122). La an- mediante coronariografías. Esta disfunción es
ticoagulación para la prevención de trombos api- más frecuente en mujeres, generalmente pos-
cales debidos a la discinesia es controvertido (83, menopáusicas, pero es reversible en un corto
112). Para la fase crónica, y de forma indefinida periodo de tiempo y suele presentar un pro-
para la prevención de las recurrencias, se usan nóstico favorable a largo plazo.

DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA NEUROGÉNICA


La patología neurológica grave puede mani- y trastornos de la conducción interventricular
festar una disfunción miocárdica, también co- o hemibloqueos (131). No obstante, además y
nocida como «aturdimiento miocárdico neu- probablemente ligada a estos cambios electro-
rogénico». Asociadas a las lesiones cerebrales cardiográficos, puede que exista una disfunción
agudas existen alteraciones electrocardiográfi- miocárdica semejante al aturdimiento miocár-
cas inespecíficas, como cambios en las on- dico (161). Esta disfunción se ha descrito en pa-
das P, acortamiento del espacio PR, QTc largo, tologías cerebrovasculares, como hemorragia
inversión o elevación de la onda T, alteracio- subaracnoidea aguda (132-146), infarto cere-
nes del segmento ST (fundamentalmente ele- bral isquémico (147, 148), hematoma subdu-
vación), aparición de ondas Q, ondas U, blo- ral (19), traumatismo craneoencefálico (150,
queo auriculoventricular, bloqueo sinoauricular 151), cuadriplejía (152), metástasis cerebrales
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(153), síndrome de Guillain-Barré (154), mieli- blicados que, en presencia de patología neu-
tis aguda (155), quistes coloides intraventricu- rológica grave, se puede producir una disfun-
lares (156), epilepsia y tras tratamiento con elec- ción miocárdica con una incidencia descono-
troshock (157). En el diagnóstico, los hallazgos cida, que podría estar en torno al 9 %, la
ecocardiográficos y ventriculográficos recuer- cual simula la aparición de un IAM, pero con
dan los hallazgos típicos encontrados en la coronariografías siempre normales, que suele
cardiopatía isquémica. Por lo tanto, el diag- mejorar en la primera semana y que es re-
nóstico diferencial debe hacerse con el síndrome versible habitualmente en los supervivientes
coronario agudo y la miocarditis. Pueden exis- entre el primer y sexto mes. La mortalidad no
tir alteraciones de la contractilidad global, o sólo depende de la patología cerebral aguda
incluso segmentaria, que pueden repercutir en que sufre el paciente, sino que además está
cualquier zona del ventrículo izquierdo; sin condicionada por la disfunción miocárdica. Esta
embargo, los segmentos anteriores, septales y disfunción aumenta tanto la mortalidad como
apicales son los más frecuentemente afectados. la morbilidad debido a las arritmias que se pro-
Se produce disfunción sistólica ventricular iz- ducen (139, 159), la hipotensión arterial, el
quierda, detectándose FEVI que oscilan entre edema pulmonar, la hipoxemia y la forma-
el 10 y el 50 %; también ha sido descrita la ción de trombos intracavitarios ventriculares
disfunción ventricular derecha, pero con menor con riesgo de embolización (135, 145, 158,
frecuencia (137-140, 147, 149, 150, 154, 157). 160). También puede contribuir a la formación
Estas alteraciones de la contractilidad se en- de edema neurogénico, debido a la disfunción
cuentran entre un 8 y 9,4 % de las hemorra- ventricular sistólica, o por problemas secun-
gias subaracnoideas (140). darios asociados a la disfunción cardiaca, como
el desarrollo de insuficiencia mitral grave.
Zaroff et al. encontraron que existe un mayor
predominio en el sexo femenino, los fuma- Todas estas complicaciones pueden potenciar
dores y los hipertensos (135). Las enzimas de las lesiones cerebrales existentes de forma se-
lesión cardiaca, como la creatincinasa y en par- cundaria y agravar, por lo tanto, la situación
ticular la fracción MB (130) y la troponina I o neurológica del paciente (161). Para explicar
T (140, 147, 158), suelen experimentar un la disfunción existen varias hipótesis, puesto
aumento, aunque los valores de troponina I que se desconoce la etiología exacta. Puede
son inferiores que en la cardiopatía isquémica. deberse a una isquemia miocárdica con un
Kono et al. (134) estudiaron la relación entre fenómeno posterior de reperfusión que pro-
los cambios electrocardiográficos y las altera- duciría la liberación de radicales libres y la ac-
ciones segmentarias en pacientes con hemo- tivación de la cascada inflamatoria, como ocu-
rragia subaracnoidea; observaron que la ele- rre en el síndrome de respuesta inflamatoria
vación del segmento ST se asociaba con sistémica (SRIS), acabando finalmente en una
alteraciones en la motilidad de la región api- depresión cardiaca (29, 161-164). Otra causa
cal y que el segmento ST permanecía elevado potencial es la hiperactividad de la corteza
mientras existían alteraciones de la contracti- cerebral, que estimula la liberación de un
lidad segmentaria. Mayer et al. (139) realiza- exceso de catecolaminas, las cuales provo-
ron un ECG y un ecocardiograma a 57 pa- carían vasoespasmo coronario y vasocons-
cientes con hemorragia subaracnoidea y sin tricción de la microcirculación coronaria; pro-
patología cardiaca previa, y encontraron que duciéndose la disminución de la contractilidad
un 8 % presentaba disfunción miocárdica miocárdica. La lesión directa de las catecola-
con alteración segmentaria de la contractili- minas explicaría la mayor localización de la
dad del ventrículo izquierdo y que existía una zona septoapical de receptores catecolami-
relación entre la disfunción y los cambios elec- nérgicos, provocando una miocardiopatía o
trocardiográficos, como la inversión simétrica disfunción catecolaminérgica (139, 165). Otras
de la onda T o la prolongación del intervalo posibles causas son: la disfunción endotelial
QTc. Se desprende de todos los estudios pu- por alteración del metabolismo de la seroto-
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DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE ANTE PATOLOGÍA CRÍTICA NO CARDIACA 81

Otro aspecto a destacar es la aparición de la


DMR tras entrar en muerte cerebral. Aunque
existen estudios que preconizan su reversibili-
dad tras el trasplante (172-174), su produc-
ción podría generar la duda ante la realización
de un trasplante cardiaco, al poder incidir en el
rechazo del injerto, mantenerse la disfunción o
incluso favorecer la infección. Yamani et al. (175)
evaluaron el impacto de 160 receptores de do-
nación cardiaca que habían recibido un tras-
plante de un donante con sangrado intracra-
neal espontáneo frente a 197 receptores de
trasplante de donantes traumatológicos; ob-
servaron que la mortalidad a los 4 años era
Fig. 1. Imagen de ecocardiografía transesofágica. Corres- mayor en los que habían recibido un trasplante
ponde a un varón de 65 años con ictus del territorio de la procedente de donantes con hemorragia in-
arteria cerebral media, que presentó edema neurogénico tracraneal, incluso era un factor independiente
y evolucionó hacia muerte cerebral. Estaba en seguimiento
de predicción de mortalidad en el receptor. La
por hipertensión y se le había realizado una ecocardiogra-
fía previa (hacía 1 semana) que fue totalmente normal. El incidencia de disfunción miocárdica era mayor
paciente presentó elevación del segmento ST en II, III, F, durante la primera semana, así como el au-
V2-V6. La ecocardiografía mostró hipocontractilidad glo- mento de la incidencia de fibrosis miocárdica
bal (FEVI en torno al 25 %), con acinesia de los segmen- intersticial en las primeras 4 semanas y aumento
tos septoapical, anteroapical e inferoapical. Asimismo se
de la vasculopatía en este grupo. Actualmente
objetivó una insuficiencia mitral significativa. Se produjo
una elevación de troponina I en torno a 1,3 µg/dl. se investiga el valor de la ecocardiografía con
dobutamina para evaluar la reversibilidad del
proceso previo al trasplante (176).
nina (166); la liberación de citocinas, que
desencadena un SRIS, como ocurre en la sep- La disfunción miocárdica neurogénica produce
sis grave (167); las alteraciones o déficit en- alteraciones que pueden estar infradiagnosti-
zimático (168); el déficit hormonal (169), y cadas en la práctica clínica habitual. Se puede
la alteración del estado hemodinámico, que sospechar ante patología neurológica grave y
produciría variaciones de la fracción de eyec- cambios electrocardiográficos, pero se necesi-
ción pero que no explicaría las alteraciones tarían técnicas diagnósticas, como la ventricu-
de la contractilidad segmentaria (170). Se po- lografía y, sobre todo, la ecocardiografía. Cuando
dría decir, por lo tanto, que la disfunción mio- se presenta la disfunción, se suele plantear un
cárdica tiene una etiopatogenia probable- tratamiento similar al usado en cualquier dis-
mente de origen multifactorial (171), influida función miocárdica (141, 143, 177, 178), in-
de forma directa por la lesión neurológica y cluyendo agentes vasopresores y balón de con-
mediada por mecanismos neurohormonales trapulsación aórtica. Existen diversos estudios
con posible efecto cardiodepresor y cardio- donde se trata de explorar la utilidad de posi-
tóxico (fig. 1). bles fármacos cardioprotectores (142).

INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA GRAVE


Ha sido comunicada, mediante series de ca- de asma grave, que cursan con cambios elec-
sos, la existencia de DMR en episodios agu- trocardiográficos inespecíficos del segmen-
dos de insuficiencia respiratoria aguda, debi- to ST (180, 181). Estos casos se caracterizan
dos a obstrucción aguda de la vía respiratoria por presentar una FEVI inicial muy deprimida,
alta (179), lesión pulmonar aguda o episodios con hipocinesia global o afectación segmen-
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82 INSUFICIENCIA CARDIACA

taria apical (sin afectación de ventrículo de- al mejorar esta disfunción tras la aplicación
recho), que se recuperan con rapidez, pu- de oxigenación por membrana extracorpó-
diendo cursar con edema agudo de pulmón rea (ECMO) (186). También ha sido detec-
(180) o shock cardiogénico y requerir asis- tada esta disfunción en la lesión pulmonar
tencia mediante balón de contrapulsación aguda o síndrome de distrés respiratorio agudo
intraaórtico hasta la recuperación de la FEVI (187), en especial sobre modelos experimen-
(181). La etiopatogenia de esta complicación tales de lesión pulmonar con ácido clorhídrico
es desconocida, pero se atribuye a isquemia, (188), ácido oleico (189) o de contusión pul-
acidosis, hipotensión e hipoxemia (179). Otros monar (190). Además de la existencia de la
episodios de insuficiencia respiratoria aguda génesis de una DMR sobre una patología crí-
grave donde podrían desarrollarse fenómenos tica respiratoria, y gracias a las técnicas diag-
de DMR son, tanto en modelos humanos como nósticas y de monitorización, en particular
experimentales (182, 183), los episodios de ecocardiográficas, se observan grados dife-
embolismo pulmonar (184) o el síndrome de rentes de disfunción ventricular derecha y dis-
distrés respiratorio neonatal, que requiere tra- función diastólica (191). Asimismo, con la eco-
tamiento con oxigenación extracorpórea (185). cardiografía se podrían evaluar las variaciones
Se ha llegado a detectar una clara relación hemodinámicas de distintos patrones venti-
entre los grados de lesión pulmonar y de DMR latorios (192).

ANAFILAXIA
El shock anafiláctico se suele caracterizar por en la disfunción reversible. El mecanismo de
una caída de la presión arterial sistémica, que producción no es conocido. Mink et al. (196,
se produce sobre todo por una disminución 197) observaron en modelos experimentales
de las resistencias vasculares sistémicas, y un caninos que los eutacoides desempeñan un pa-
descenso de la presión capilar pulmonar en- pel importante en esta patología; los niveles de
clavada, manteniendo el gasto cardiaco, al me- H1 y de H3 están elevados y los receptores de
nos en un inicio, alto o normal. De aquí se po- la ciclooxigenasa, activados. Cuando se admi-
dría desprender la existencia de una normalidad nistran elementos que bloquean estas sustan-
de la función cardiaca tras la anafilaxia. No obs- cias, mejora la disfunción miocárdica. Szebeni
tante, la anafilaxia puede inducir la aparición et al. (198), mediante un modelo porcino ex-
de arritmias, infartos y angina (193). Otra po- perimental, han observado la participación del
sibilidad podría ser que se produjese, durante sistema del complemento, fundamentalmente
el shock anafiláctico, una DMR que pudiera del C5a, y que su inhibición previa mejora la
alterar el pronóstico del paciente. Raper et al. disfunción cardiaca. Otros estudios (199, 200)
(194) presentaron dos casos de anafilaxia com- se decantan por una reacción de hipersensibi-
plicados con depresión miocárdica profunda y lidad tipo I, donde participan sustancias como
reversible. Ambos sufrieron edema pulmonar la histamina, el ácido araquidónico, los mas-
y uno presentó parada cardiorrespiratoria. El tocitos y los basófilos, lo que desencadena en
ECG mostró cambios inespecíficos del segmen- el corazón mecanismos histamino-dependien-
to ST o de la onda T. Ambos requirieron asis- tes, que generan sustancias como el óxido ní-
tencia mediante balón de contrapulsación in- trico y el monóxido de carbono. Por otra parte,
traaórtico (BCIA) durante 72 horas, medida que los mastocitos humanos situados en la zona
resolvió la insuficiencia cardiaca. La FEVI inicial perivascular cerca de los miocitos y en la ín-
del primer caso fue del 15 % a las 10 horas, tima arterial del tejido cardiaco elaboran me-
del 29 % a las 36 horas y normal a los 10 días, diadores vasoactivos y citocinas que provocan
mientras que la FEVI del segundo caso a los la depresión miocárdica. La inhibición de estas
3 días fue del 35 % y a las 2 semanas, del sustancias previene la disfunción. Existen en hu-
67 %. Bain (195) enfatizó la utilidad del BCIA manos estudios descriptivos de casos de dis-
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DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE ANTE PATOLOGÍA CRÍTICA NO CARDIACA 83

función miocárdica reversible por reacción ana- dad de inhibir los mecanismos que lo desen-
filáctica ocurridos a partir de la ingesta ali- cadenan hace que experimentalmente se diri-
mentaria o farmacológica, o con la picadura de jan a la búsqueda de fármacos o sustancias que
insectos (29, 201-203). La evolución natural del frenen la cadena de reacciones que se activa
proceso es ir hacia la reversibilidad, la posibili- (204).

DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA EN LA LESIÓN TRAUMÁTICA


Smail et al. (205) realizaron un estudio pros- al factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) (210,
pectivo de 7 pacientes con traumatismo grave 211) o a una posible isquemia subendocár-
utilizando la ecocardiografía para ver la FEVI dica (212), generalmente como respuesta al
en la fase inicial del traumatismo (las prime- SRIS, aunque hay teorías que lo relacionan con
ras 6 horas, el primer y el segundo día). Los el sexo y, sobre todo, sería el nivel de testos-
pacientes con lesión y con contusión miocár- terona el que más podría estar implicado (214,
dica fueron excluidos. Observaron que en to- 215). Las lesiones por explosión (216) y que-
dos los casos había una depresión inicial de maduras (217-224) también llevan asociadas
la FEVI, con valores de 43 ± 2,4 %, 51 ± 6 % una disfunción miocárdica sistólica y diastó-
y 52 ± 4 % a las 6, 24 y 48 horas, respecti- lica potencialmente reversible sin alteracio-
vamente. No objetivaron arritmias, ni cambios nes vasculares cardiacas, problemas que han
electrocardiográficos y no se elevó la creatin- sido detectados tanto en modelos animales
fosfocinasa (CPK) MB. En la ecocardiografía experimentales (218-220) como en humanos
no había alteraciones de la contractilidad seg- (217). Puede aparecer en las primeras 24 ho-
mentaria. Moomey et al. (206) investigaron ras (220) y afectar a ambos ventrículos (217)
experimentalmente, en 17 cerdos, la función y a la función diastólica (222). La incidencia
miocárdica después de la contusión pulmo- puede aumentar en los pacientes que evolu-
nar provocada por una lesión en el hemitó- cionan a neumonía o sepsis (223, 225). Puede
rax derecho. Observaron que los que tenían ser secundaria a la alteración de los canales
una disfunción miocárdica oculta progresaban del calcio en el retículo endoplásmico mio-
a insuficiencia cardiorrespiratoria, pero sor- cárdico (226) o por la liberación de citocinas,
prendentemente en aquellos animales en los en particular del TNF. Así, en algunos mode-
que no se producía una contusión cardiaca los animales con shock por quemaduras, los
también se generó insuficiencia cardiaca. El inhibidores del TNF previenen estas alteracio-
problema observado en los pacientes afectos nes (227). También están implicados en la
de trauma grave es la exclusión de una con- disfunción miocárdica reversible los radicales
tusión miocárdica, siendo más fácil de sospe- libres, lo que explicaría el incremento de las
char y pudiendo ser sobrestimada, al confun- enzimas de lesión cardiacas como son la CPK
dirse con una disfunción miocárdica asociada y la troponina I (212, 217-221, 227, 229).
al paciente politraumatizado. Esta disfunción Otras posibles causas son las alteraciones de
podría generar además incremento de bio- los canales del calcio (230), aunque proba-
marcadores, los cuales se correlacionan cla- blemente la vía común y la más relacionada
ramente con un aumento de la mortalidad sea la instauración de un SRIS (231). Además
(207). La etiopatogenia de esta disfunción mio- de reconocerse esta disfunción miocárdica, la
cárdica no es bien conocida. Uno de los fac- cual podría variar el pronóstico del paciente,
tores implicados es el shock hemorrágico (208), se están ensayando experimentalmente mo-
que puede generar una disfunción ventricu- dos de profilaxis; parece ser que la flutamida
lar demostrada sobre modelos animales (209). podría mejorar la contractilidad miocárdica
Se atribuye a la alteración en la integridad de que ocurre tras el shock hemorrágico trau-
la membrana celular (210), a la liberación de mático por una vía dependiente de los estró-
citocinas de forma secundaria y en especial genos (232).
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84 INSUFICIENCIA CARDIACA

DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE


EN EL POSOPERATORIO
Sampathkumar et al. (233) encontraron en 7 las posibles responsables de la disfunción mio-
de los 754 pacientes sometidos a trasplante he- cárdica (233, 234). Otra posible etiología es
pático, miocardiopatía dilatada idiopática y re- la isquemia y la anoxia inducidas por el tras-
versible (dilatación de las 4 cavidades) en el plante (238); lo que provoca cierto grado de
periodo postrasplante precoz, en ausencia de insuficiencia cardiaca y hepática por la reper-
sepsis. Con ecocardiografía previa normal y sin fusión de los órganos donados (234). La is-
complicaciones intraoperatorias, los pacientes quemia hepática y la reperfusión pueden in-
empiezan con edema pulmonar a los 5 días ducir una reducción de la contractilidad
del trasplante hepático, presentando una FEVI miocárdica, la cual ha sido demostrada en mo-
media del 20 % (2 pacientes presentaron tras- delos animales (239, 240). Otro elemento
tornos de la contractilidad segmentaria). Re- que podría provocar cardiodepresión es la me-
quirieron terapia de soporte intensivo, con ven- dicación inmunosupresora (241). La disfunción
tilación mecánica (media de 7 días), manteniendo miocárdica reversible se ha descrito en otros
una estancia media de 8 días en la UCI. Un pa- tipos de cirugía. Existen publicaciones de ca-
ciente requirió ventilación mecánica prolongada, sos de disfunción ventricular izquierda en el
al presentar fallo cardiaco persistente. En to- posoperatorio inmediato (242, 243). Nakanishi
dos desapareció la insuficiencia cardiaca, con et al. (244) estudiaron, tras esofagectomías
normalización de la FEVI, salvo en un paciente por carcinoma esofágico, los niveles de cito-
que pasó del 10 hasta el 30 % y finalmente cinas en relación con la disfunción miocár-
falleció por este motivo. A los 15 meses de se-
guimiento no había recurrido la insuficiencia
cardiaca. Nasraway et al. (234) estudiaron la
situación hemodinámica de 113 pacientes pos-
trasplantados de hígado de forma retrospectiva.
Los que morían presentaban una rápida dis-
función miocárdica. Estos pacientes eran más
propensos a la insuficiencia de órganos y mo-
rían antes. Kreen et al. (235) estudiaron a
10 pacientes que fueron trasplantados de hí-
gado y observaron que la función cardiaca es-
taba influidas por el trasplante, pero que ésta
tenía un papel menor en la inestabilidad he-
modinámica, la cual se atribuye a las fluctua-
ciones de volumen. Existen también publica-
ciones de episodios de disfunción miocárdica
después del trasplante de pulmón (236) y tras- Fig. 2. Ecocardiografía de paciente en estudio por cardio-
plante de médula ósea (237). patía hipertensiva, sin trastornos de contractilidad segmen-
taria, ni disfunción ventricular. Fue sometido a cirugía de emer-
gencia por aneurisma de aorta abdominal y tras 12 horas
Los mecanismos de la disfunción miocárdica del posquirúrgico entró en estado de shock e insuficiencia
que tienen lugar tras el trasplante no son co- respiratoria. La ecocardiografía sugiere la existencia de una
nocidos en su totalidad, siendo muchos los miocardiopatía dilatada, con abalonamiento apical. La evo-
propuestos. La manipulación operatoria de la lución del paciente fue satisfactoria. Le fue realizada una
coronariografía a la semana del alta de la UCI, observán-
víscera y los cambios hemodinámicos intrao-
dose una lesión marginal en arteria diagonal que no expli-
peratorios inducen la liberación de endotoxi- caba el cuadro. A los 6 meses de seguimiento la fracción
nas, y éstas, de forma secundaria, provocan de eyección ventricular izquierda (FEVI) y la fracción de
la liberación de las citocinas, que son una de eyección ventricular derecha (FEVD) fueron normales.
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DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE ANTE PATOLOGÍA CRÍTICA NO CARDIACA 85

dica y observaron que la interleucina 6 (IL-6) fundamentalmente de la IL-10 (246), mientras


y la IL-8 estaban significativamente muy ele- que la IL-6 se relaciona con el tipo de cirugía.
vadas, que la fracción de eyección ventricular Se ha llegado a documentar que la lesión car-
derecha estaba descendida en estos enfer- diaca, evaluada mediante el incremento de tro-
mos posquirúrgicos y que esta disfunción te- ponina I, predice los resultados de la repara-
nía una correlación negativa con los niveles de ción del aneurisma aórtico (247). En definitiva,
IL-6. Para Spies et al. (245), la isquemia mio- tras una cirugía invasiva se podría generar una
cárdica aparece en el 27 % de los pacientes disfunción miocárdica, que podría ser causa
sometidos a una intervención quirúrgica no de isquemia, reperfusión o hipoxia y, en es-
cardiaca. Se asocia con un aumento inmediato, pecial, del SRIS, que desencadena la propia
en las primeras 12 horas, de las citocinas, cirugía (248) (fig. 2).

DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA EN LA SEPSIS


En los pacientes con sepsis, la respuesta cardio- tado (267) y contribuir de esta manera a la dis-
vascular se caracteriza por hipotensión, descenso función biventricular (266, 268-271). El grado
de las resistencias vasculares sistémicas y eleva- de disfunción durante la sepsis puede ser va-
ción del índice cardiaco, en definitiva, un shock riable, oscilando de moderado a grave (256,
de tipo distributivo (249). Además se asocia 272, 273) y puede producirse una dilatación
una disfunción miocárdica reversible que puede ventricular izquierda o biventricular (256, 261,
ocurrir en más del 40 % de los casos de sepsis 265). Parker et al. (256, 270, 274) encontraron
(250). Se puede decir que esta disfunción car- que la dilatación biventricular, con un descenso
diovascular se debe a la sepsis y que, en gene- de la fracción de eyección, es muy común en
ral, podría estar infradiagnosticada. Wiggers (251) el shock séptico. La motilidad de la pared puede
fue posiblemente el primer autor que describió estar afectada globalmente o de forma seg-
la depresión miocárdica en el shock. Años des- mentaria (sobre todo los segmentos septales y
pués, Weil et al. (252) observaron en modelos apicales (9, 257, 259, 265). Estos segmentos
experimentales caninos que la administración in- podrían verse afectados con mayor frecuencia
travenosa de endotoxinas provocaba hipoten- ante una mayor liberación de catecolaminas
sión, explicada por una reducción del retorno ve- sobre dicha zona, por ser una zona fronteriza
noso. Con posterioridad, Wilson et al. (253) para la perfusión de las arterias coronarias, por
demostraron que los pacientes con shock sép- un retraso de la recuperación tras una afecta-
tico suelen presentar un estado hiperdinámico. ción global o por una pérdida fácil de elastici-
Esta disfunción puede ocurrir muy precozmente dad del ápex del ventrículo izquierdo después
(255), por lo general aparece entre el primer y de la expansión excesiva; los cambios segmen-
tercer día del inicio del cuadro séptico (254) y tarios podrían acompañarse de alteraciones ines-
en los pacientes supervivientes suele normali- pecíficas electrocardiográficas (29). Además se
zarse entre los primeros 7-10 días (256, 257). ha descrito que dicha disfunción puede gene-
rar insuficiencia mitral, que podría modificar el
La disfunción puede detectarse en pacientes sép- pronóstico final (259). Otros hallazgos intere-
ticos (254, 258, 259) o puede ser inducida de santes en esta complicación son la generación
forma experimental en modelos humanos (260) de gradiente sistólico en el tracto de salida del
y animales (261, 262); suele diagnosticarse pre- ventrículo izquierdo, probablemente en relación
cozmente mediante ecocardiografía (258, 263, con la alteración de los trastornos de contrac-
264), aunque también por catéter de flotación tilidad segmentaria (29).
(251), cineangiografía y termodilución (254, 256,
264). Tanto la disfunción sistólica como la dias- Esta disfunción podría empeorar el pronós-
tólica están descritas (261, 263, 265, 266). El tico. Parker et al. (275), y con posterioridad Su-
ventrículo derecho también se puede ver afec- bla et al. (276), encontraron una disfunción
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86 INSUFICIENCIA CARDIACA

cardiaca biventricular; en los supervivientes, es- Siete de los 12 niños presentaron disfunción,
tas alteraciones eran graves y con retorno a la y 3 de ellos murieron. Sin embargo, ninguno
normalidad de ambos ventrículos; sin embargo, de los niños con función ventricular normal
los cambios menos importantes en la fracción falleció. Otros autores encontraron resultados
de eyección se observaban, de forma paradó- similares (283, 284). De todos estos hallazgos
jica, en las personas que morían. Esto fue ex- se podría inferir que la disfunción miocárdica
plicado mediante un fenómeno de adaptación, conlleva un peor pronóstico. Vincent et al. (278)
en el cual, la dilatación biventricular en reali- y otros estudios existentes (269, 279) encon-
dad tiene una misión protectora. Con esto traron una disfunción ventricular derecha aso-
posiblemente se tenga una fracción de eyec- ciada a mal pronóstico. En estos casos, la eco-
ción disminuida pero capaz de mantener el vo- cardiografía de estrés se puede usar como
lumen de eyección suficiente (254, 257, 277). indicador pronóstico en el shock séptico (256,
Sin embargo, numerosos estudios parecen apo- 257). A pesar de aceptarse la existencia de una
yar la hipótesis de que la generación de esta disfunción ventricular diastólica detectada por
disfunción podría implicar un empeoramiento ecocardiografía, fundamentalmente con pa-
pronóstico (269, 278-284). Jardin et al. (280, trón de alteración de la relajación, queda aún
281) describen, mediante estudios ecocardio- pendiente por analizar su pronóstico y fisio-
gráficos, una hipocontractilidad global en los patología (263, 266) (figs. 3 y 4).
pacientes sépticos tanto supervivientes como
fallecidos, con una dilatación menor propia El aumento de los marcadores bioquímicos
de la afectación ventricular y no por efecto miocárdicos, troponina I (250, 278, 285-287)
compensatorio. Boucek et al. (282) detecta-
ron en la década de 1980 la relación entre la
mortalidad de la sepsis y la disfunción mio-
cárdica encontrada en la ecocardiografía, so-
bre 12 niños con sepsis por meningococemia.

Fig. 4. Paciente de 55 años ingresado en shock séptico


franco por pielonefritis por Escherichia coli. Tras el ingreso
presentó parámetros hemodinámicos, evaluados mediante
monitorización PiCCO, sugerentes de shock cardiogénico.
Fig. 3. Imagen ecocardiográfica, donde se observa un ven- La ecocardiografía mostró un ventrículo izquierdo dilatado
trículo izquierdo ligeramente dilatado, con una fracción de con fracción de eyección ventricular derecha (FEVI) en torno
eyección ventricular izquierda (FEVI) en torno al 20 % (hi- al 20 %. A pesar de existir hipocontractilidad global, se
pocinesia global y discinesia septoapical y acinesia del observó una discinesia de segmentos apicales. Se realizó
segmento 17), junto a una disfunción diastólica evaluada coronariografía que mostró normalidad de las arterias co-
mediante Doppler tisular pulsado. Se corresponde con una ronarias epicárdicas. La ventriculografía mostró hallazgos
paciente ingresada en UCI en disfunción multiorgánica por similares a la ecocardiografía. Se sospechó la existencia de
neumonía comunitaria. El electrocardiograma mostraba una miocardiopatía dilada de base y se planteó la posibi-
aplanamiento difuso del segmento ST en cara anterior. Se lidad de trasplante cardiaco. Presentó una discreta eleva-
detectó un incremento de troponina I en torno a 3 µg/dl. ción de troponina I, aunque sin evidentes cambios elec-
La coronariografía mostró normalidad de las arterias co- trocardiográficos. Tras tratamiento con inótropos el paciente
ronarias epicárdicas. La paciente sobrevivió y la ecocar- mejoró. La FEVI al cabo de un mes fue del 40 %. A los
diografía a los 3 meses fue totalmente normal. 3 meses la ecocardiografía fue totalmente normal.
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DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE ANTE PATOLOGÍA CRÍTICA NO CARDIACA 87

y T (288) se asocia a un mal pronóstico, a un diomiocitos de forma inactiva y que refleja la


aumento de la mortalidad en los pacientes sép- dilatación ventricular inducida por la sepsis.
ticos y a una mayor evolución a fallo multior- El incremento de esta sustancia era 2 veces
gánico (250, 262). El péptido atrial natriuré- mayor que el de PCN y 4 veces más que el de
tico (PAN) (289) y el péptido cerebral natriurético PAN, debido a que la vida media del NT-proPCN
(PCN) (285, 289-293) son sustancias neuro- es larga. Esto lo hace un marcador más sen-
hormonales que se vierten en la circulación sible de cardiomiopatía séptica. Para Roch et
periférica cuando se produce una disfunción al. (291), el NT-proPCN era un rápido factor
cardiovascular. El PAN es secretado por la au- pronóstico de disfunción miocárdica en los pa-
rícula y es una hormona con potentes efectos cientes con sepsis. Hoffmann et al. (295) de-
biológicos como la natriuresis, la vasodilata- terminaron los niveles de NT-proPCN y de NT-
ción, la inhibición del eje renina-angiotensina- proPAN (prohormona del PAN) y observaron
aldosterona y la inhibición del sistema nervioso que ambas eran marcadores que estaban mu-
simpático. El PCN es secretado por los ventrí- cho más elevados en los pacientes con sepsis
culos cardiacos y su función es regular la pre- grave y disfunción miocárdica que no sobre-
sión sanguínea y el volumen de líquido. Witt- vivían frente a los que sí lo conseguían, y
haut et al. (289) observaron que ambos se ven además existía una correlación entre el au-
incrementados en el plasma en pacientes con mento de éstos y el de los niveles de tropo-
insuficiencia cardiaca congestiva, isquemia car- nina I como marcadores de lesión miocárdica.
diaca y en el shock séptico, debido a la dis-
función miocárdica tanto sistólica como dias- La fisiopatología de la disfunción miocárdica
tólica, con un incremento proporcional a la en la sepsis no es bien conocida (296). Exis-
gravedad del trastorno prediciendo un mal pro- ten varias teorías que tratan de explicar el pro-
nóstico y un aumento de la mortalidad. Char- ceso. Por un lado, la sepsis podría asociarse a
pentier et al. (292) observaron de forma si- una depresión global de la perfusión miocár-
milar que los pacientes con PCN elevado y dica como resultado del trastorno isquémico
sepsis grave o shock séptico mostraban eco- del corazón séptico (269). El flujo coronario
cardiográficamente evidencias de disfunción disminuiría debido al aumento de las deman-
miocárdica sistólica presente en un 44 % de das de oxígeno, fundamentalmente en la mi-
la cohorte estudiada y que la mortalidad era crocirculación, lo que provocaría alteraciones
mayor cuanto más mantenido era el incre- de la contractilidad (249, 261). Esto produci-
mento del PCN. En general, los niveles de ría aumento de la troponina como indicador
PAN se elevan más que los de PCN. Este úl- de isquemia miocárdica (288) y también un
timo se eleva de forma inversamente propor- síndrome posreperfusión (297), pudiendo es-
cional al índice cardiaco, debido a que la hi- tar implicado en la evolución de esta lesión,
poperfusión subendocárdica y la redistribución y en particular, por la formación de radicales
del flujo de los vasos epicárdicos en la sepsis libres (272). No obstante, los estudios realiza-
provocan incrementos regionales de dilatación dos no parecen apoyar esta teoría; así, Cun-
de las paredes del corazón y, por lo tanto, un nion et al. (274), con el uso de catéteres de
aumento de contractilidad tanto auricular como termodilución en el seno coronario, realiza-
ventricular. La IL-6 (289, 294) es un péptido ron medidas del flujo coronario y del meta-
cuya producción tiene origen tanto en la au- bolismo en 7 pacientes con shock séptico.
rícula como en el ventrículo, promueve la se- Encontraron que el flujo coronario estaba nor-
creción de PAN por el aumento de presión mal o aumentado. No se hallaron diferencias
auricular y se puede decir que de forma indi- entre el flujo coronario de los que evolucio-
recta contribuye a la disfunción cardiovascu- naron a depresión miocárdica y los que no lo
lar. Existen otros marcadores cardiacos, como hicieron. Dhainaut et al. (298), en un estudio
el descrito por Chua et al. (293), que estu- similar con una gran cohorte, confirmaron el
diaron los niveles de NT-proPCN, prohormona incremento del flujo coronario en los pacien-
del PCN, secretada precozmente por los car- tes sépticos. Poco después, Salomon et al.
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88 INSUFICIENCIA CARDIACA

(299), mediante un modelo experimental ca- timas tienen una función significativa en la
nino, observaron que intracelularmente había moderación de la disfunción miocárdica gra-
niveles de energía libre mantenida. cias a mecanismos no apoptóticos. Por otra
parte, el TNF-α tiene efectos beneficiosos, como
Otro motivo de discusión es el empeoramiento la formación de proteínas para la reparación
de la microcirculación detectada por algunos de tejidos, manteniendo un efecto antioxidante
autores por el infiltrado inflamatorio (300). A protector del estrés oxidativo y que puede ayu-
pesar de la ausencia de isquemia y niveles ade- dar al menos en un inicio a la remodelación
cuados de energía, Levy et al. (301) han des- del ventrículo (272). Entre las citocinas existe
crito la posibilidad de la presencia de hiber- un efecto sinérgico, y destaca el que ocurre
nación miocárdica en la sepsis. En la actualidad entre el TNF-α y la IL-1ß (308, 309). La ad-
no existe una clara evidencia de la existencia ministración de anticuerpos monoclonales anti-
de isquemia en la sepsis, por lo que no puede TNF-α en pacientes con shock séptico produce
atribuirse la disfunción miocárdica que ocurre mejora en la función ventricular izquierda (315).
en la sepsis a la isquemia miocárdica, pudiendo La ampliación de la respuesta inflamatoria en
explicarse el incremento de la troponina por la sepsis ocurre por la estimulación de los
cardiotoxicidad, e incluso ser inducida por la leucocitos polimorfonucleares, monocitos/ma-
administración exógena de catecolaminas (302). crófagos tisulares y células endoteliales, así
Por otro lado, existe la teoría de que la dis- como de las prostaciclinas y el factor activa-
función miocárdica sea provocada por sus- dor de plaquetas, y del óxido nítrico, que son
tancias circulantes. En relación con esta teo- mediadores biológicamente activos que con-
ría, Parrillo et al. (303) relacionaron estas tribuyen a la disfunción (260). El óxido nítrico
sustancias con los efectos de la depresión de en el corazón puede afectar a los canales de
los miocitos debido a la disminución de su con- calcio por la activación de la proteincinasa, que
tractilidad en los pacientes con shock séptico reduce la respuesta de las fibrillas al calcio e
y con el descenso de la FEVI. Una serie de inhibe la función mitocondrial (254, 272, 316).
mediadores exógenos y endógenos se rela- El incremento del factor activador de las pla-
cionan con la patogenia del shock séptico, quetas y de prostaciclinas está asociado con
incluidos la endotoxina, ciertos componentes un aumento de la mortalidad y suele deberse
del complemento, particularmente el C5a y al aumento de la enzima ciclooxigenasa 2 en
el C3a, la histamina, las cininas, las prosta- el endotelio, el endocardio y las células del
glandinas, los leucotrienos, las endomorfinas, músculo liso vascular. Aunque el papel es in-
los eicosanoides, el factor D, los radicales li- cierto; la disfunción se puede ejercer por la
bres y las citocinas (304). Las citocinas (304, alteración de la autorregulación arterial coro-
305) son uno de los elementos proteicos hi- naria, la activación de leucocitos y la función
drosolubles más relacionados con la cardio- endotelial (272). Otra posible explicación fi-
miodepresión, entre las que se encuentran el siopatológica es la citotoxicidad provocada por
TNF-α, IL-1ß, IL-2, IL-4, IL-6, IL-8, IL-10. Tam- sustancias liberadas incluso localmente, como
bién se han relacionado con la disfunción mio- los leucocitos y, en particular, los neutrófilos
cárdica el interferón gamma (IFN-γ) (272, 304) activados por monocitos y macrófagos (286).
y el NF-κB (306). De todas ellas, la más im- La cardiotoxicidad miocárdica presenta varios
portante es el TNF-α (304, 307-309), citocina grados de lesión y necrosis miocelular (288,
proinflamatoria que media la respuesta infla- 317, 318), alteraciones del colágeno (261), así
matoria y regula la función inmune. También como fenómenos de apoptosis y muerte ce-
induce la depresión miocárdica mediante va- lular (319). La patogenia multifactorial está im-
rios mecanismos, incluyendo la modulación de plicada entre sí, siendo posible que todos los
factores secundarios como el óxido nítrico factores que participan en ella estén integra-
(310), los intermediarios de la esfingomielina dos y que finalmente provoquen lesiones ci-
(310), el flujo de calcio (311-313) o la activa- totóxicas y depresión miocárdica reversibles
ción de la vía de las caspasas (314). Estas úl- (320, 321).
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DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE ANTE PATOLOGÍA CRÍTICA NO CARDIACA 89

El tratamiento de la sepsis consiste básicamente experimental con esmolol en ratas a las que
en actuar sobre lo que origina el proceso y en les provocaba un cuadro séptico por perfora-
proporcionar el soporte necesario para man- ción cecal. Observó que la perfusión de este
tener las funciones hemodinámicas funda- fármaco no elevaba los niveles arteriales de
mentales; para ello es útil la administración ácido láctico y que reducía las concentracio-
de fármacos inótropos, como la dobutamina nes de TNF-α. Asimismo mejoraba la utiliza-
(285). Recientemente ha sido explorado el efecto ción de oxígeno por el miocardio y preservaba
del levosimendán (322, 323), que, además de la función cardiaca; en definitiva, el esmolol
ser inotrópico, posee un efecto vasodilatador podría tener un efecto cardioprotector en los
beneficioso para la contractilidad miocárdica corazones sépticos. No obstante, permanece
y un posible efecto antiinflamatorio (322). Su- como asignatura pendiente explorar fármacos
zuki (324) llevó a cabo un estudio controlado cardioprotectores frente a la sepsis.

PANCREATITIS
Aunque clásicamente se ha relatado que la contrar ecocardiográficamente alteraciones de
pancreatitis podría provocar cambios electro- la contractilidad segmentaria (en especial en
cardiográficos sugerentes de cardiopatía is- segmentos septoapicales y septobasales) que
quémica, entre principios de la década de 1970 coinciden con cambios electrocardiográficos
y principios de la de 1980 Lefer et al. (325) y (desnivelaciones del segmento ST, inversión de
Lee et al. (326) encontraron experimental- la onda T) y elevación enzimática (troponina I
mente, sobre preparaciones aisladas de múscu- y T y CPK), que son reversibles en 10 días; en
lo papilar, una disfunción muscular tras la pan- las coronariografías realizadas, las arterias epi-
creatitis. Goldfarb et al. (327) propusieron y cárdicas coronarias son normales (333-343).
demostraron que durante la pancreatitis po- Esta disfunción podría venir explicada por al-
dría generarse una disfunción miocárdica, aun- teraciones metabólicas como una causa su-
que esta afirmación es discutida por otros perponible a la ocurrida en el SRIS o en la
autores (328-330). Con posterioridad se ha sepsis, otras posibilidades serían reflejos va-
detectado una disfunción ventricular sobre pa- gales, vasoespasmos coronarios o mionecro-
cientes con pancreatitis (331), aunque no exista sis como resultado de la salida de enzimas pro-
shock o infección (332), llegando incluso a en- teolíticas (332).

DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA
EN LA PARADA CARDIORRESPIRATORIA

La parada cardiorrespiratoria (PCR) representa prolongación del tiempo de relajación isovo-


un problema de salud; solamente en Estados lumétrica) y disfunción global sistólica. Di-
Unidos se producen unas 350.000 PCR por chos estudios experimentales observan una re-
año. A pesar de la aplicación de maniobras cuperación de la contractilidad cardiaca entre
de reanimación cardiopulmonar (RCP), se ha las primeras 24 y 48 horas.
observado incremento de las presiones de lle-
nado ventricular izquierdo y descenso de la El grado de disfunción ventricular se ha co-
contractilidad evaluada mediante el gradiente rrelacionado con la duración de la PCR (344-
de presión (dp/dt). Con la ventriculografía 347, 350, 352) y el tiempo de RCP (352); la
isotópica, y sobre todo mediante ecocardio- frecuencia de la aparición de arritmias se rela-
grafía transtorácica, se han observado altera- ciona con el grado de disfunción miocárdica y
ciones de la función diastólica (especialmente de la duración del PCR y de la RCP (352). Es-
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90 INSUFICIENCIA CARDIACA

tudios histológicos muestran lesiones macros- el nivel de troponina I. Recientemente nuestro


cópicas, especialmente sobre el ventrículo de- grupo efectuó un estudio (360) con los pa-
recho y en concreto sobre la pared libre ante- cientes que presentaron PCR (excluyendo los
rolateral. Las lesiones son más graves cuanto pacientes con antecedentes de patología car-
más largo es el tiempo de isquemia. Estas le- diovascular), entre marzo de 1998 hasta marzo
siones consisten en necrosis miofibrilar aguda de 2001. Se les realizó ecocardiografía trans-
aislada o difusa, sobre el subendocardio y más torácica y transesofágica, evaluándose la FEVI
raramente sobre el subepicardio (352). y los trastornos de contractilidad segmentaria.
La evaluación se llevó a cabo en las primeras
Con modelos humanos existen muy pocos es- 24-48 horas del ingreso, en la primera semana,
tudios que evalúen esta posible complicación entre la segunda y tercera semana, al mes
de la PCR. Müllner et al. (353) estudiaron la y entre los 3 y 6 meses. También se estudió el
función ventricular de 20 pacientes reanima- ECG inicial y su evolución posterior. Fueron
dos de una PCR y sobre 4 controles. La con- incluidos 29 pacientes, con una media de edad
tractilidad a las 4 horas estaba gravemente de 65 años, y fallecieron 12. La FEVI inicial
deprimida, salvo en 3 pacientes en que fue nor- fue de 0,28 (0,2-0,51), y fue mejorando a lo
mal y en uno aumentada. DeAntonio et al. largo del tiempo exclusivamente en los que so-
(354) describieron a 3 pacientes supervivien- brevivieron. En un principio se observaron tras-
tes de fibrilación ventricular, tras cuya reani- tornos de contractilidad segmentaria en to-
mación se detecta, mediante ecocardiografía, dos los pacientes (fundamentalmente de los
una miocardiopatía dilatada con FEVI del 20- segmentos septales), que se fueron regulari-
30 %. A las 2 semanas la FEVI se normalizó. zando con el tiempo; asimismo, todos pre-
Tenaglia et al. (355) detectaron en pacientes sentaron trastornos electrocardiográficos y eco-
supervivientes de una PCR debida a IAM una cardiográficos, que fueron normalizándose
recuperación de la FEVI del 5 ± 9 % en las posteriormente. El origen de esta disfunción
RCP de menos de 10 minutos y una recupe- miocárdica reversible no está bien explicado y
ración del 4 ± 8 % tras RCP prolongadas, mien- existen varias hipótesis: puede deberse a una
tras que en los IAM que no requirieron RCP isquemia miocárdica global durante la PCR (361)
no hubo diferencias de la FEVI. Hwang et al. o a un incremento de la resistencia vascular co-
(356) observaron aturdimiento miocárdico ini- ronaria (357); otros mecanismos pueden ser
cialmente en 3 pacientes reanimados de 11 los fenómenos de reperfusión, un SRIS con al-
PCR; en 2 se produjo un deterioro progresivo teración de la coagulación (347), la liberación
y 6 no presentaron disfunción. Además, se des- de citocinas como el TNF-α, en particular, la
criben casos esporádicos de aturdimiento mio- IL-1β y la IL-6, el complemento, los neutrófi-
cárdico tras paradas respiratorias (357) o car- los, los peróxidos, las alteraciones del calcio o
diorrespiratorias (181, 193). Este aturdimiento la endotelina 1 (348, 362-364). Así mismo,
miocárdico tiene una función especial en es- las propias maniobras realizadas durante la RCP
tos pacientes, pues podría contribuir y perpe- podrían generar una insuficiencia diastólica
tuar el desarrollo del shock intratable y ser (366), una disfunción sistólica y diastólica (367-
responsable directo de la muerte del paciente; 369) o incluso lesiones más graves (369-371),
puede requerir medidas especiales, como la que se han encontrado dependiendo de la ener-
contrapulsación intraaórtica. Laurent et al. (358) gía y número de descargas eléctricas que se
detectaron, sobre 165 pacientes con PCR, una realicen. A veces estas técnicas pueden llegar
disfunción miocárdica consistente en un bajo a matar a los animales directamente (372). La
índice cardiaco, que era reversible en los su- disfunción miocárdica se ve acrecentada por
pervivientes. Checchia et al. (359) evaluaron un exceso de catecolaminas (en especial ante
mediante ecocardiografía la FEVI en las pri- la lesión cerebral) (365). Otra posibilidad sería
meras 24 horas tras la RCP de niños. Sobre una isquemia miocárdica silente, pero las co-
24 pacientes vieron que dicha FEVI era menor ronariografías y las pruebas de esfuerzo sue-
en los supervivientes y se correlacionaba con len ser normales, lo que hace esta teoría poco
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DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE ANTE PATOLOGÍA CRÍTICA NO CARDIACA 91

viable. La etiopatogenia más aceptable podría de milrinona (377, 378). En cuanto a su posi-
estar en relación con la respuesta inflamatoria ble prevención, existen estudios experimenta-
sistémica y quizás con una miocardiopatía ca- les con los beta-bloqueantes (carvedilol y es-
tecolaminérgica (372, 373). molol, especialmente); en esta línea, Huang et
al. (379) estudiaron un beta-bloqueante no se-
Otro hecho de interés es el control de esta dis- lectivo como el propranolol; Wang et al. (380)
función miocárdica y su posible prevención. En vieron que el levosimendán tras la administra-
su tratamiento se han utilizado fundamental- ción de propranolol estabilizaba las ectopias pos-
mente inótropos y, en menor medida, meca- resucitación y mejoraba la función contráctil
nismos de asistencia ventricular. Zhong et al. del corazón en cerdos. No obstante, también
(375) usaron la epinefrina asociada a la vaso- existen líneas de estudios para la prevención
presina; esta combinación mejora la función car- de esta disfunción miocárdica mediante una dis-
diaca posparada; sin embargo, el fármaco más minución de la sobrecarga intracelular de cal-
empleado y, probablemente el más útil, es la cio, hipotermia o incluso mediante mejora en
dobutamina (376). También ha resultado eficaz el entrenamiento de las maniobras de RCP (381)
la administración tanto de levosimendán como o la instauración de hemofiltración precoz (382).

ENVENENAMIENTO
El envenenamiento es una causa de disfunción muerte (388). La etiopatogenia puede ser me-
miocárdica tanto sistólica como diastólica de ca- diada por toxicidad directa o por alteración mul-
rácter reversible que afecta al ventrículo dere- tifactorial por exceso de liberación de catecola-
cho, al izquierdo o a ambos ventrículos (383, minas, incremento de las necesidades de oxígeno,
384). Presenta alteraciones de la contractilidad isquemia miocárdica, liberación de sustancias
segmentaria, particularmente en el septo (385) cardiomiodepresoras, anafilaxia aguda, SRIS,
y cambios en el ECG, sobre todo del segmento alteraciones del equilibrio ácido-base o altera-
ST, la onda T y el intervalo QT (386, 387). Pue- ciones electrolíticas (388-392). Son muchas las
den ocurrir complicaciones, como el edema pul- sustancias que se pueden ver implicadas (ta-
monar (387), las arritmias (385), el shock y la bla 1) y existen numerosas publicaciones de des-

TABLA 1. Sustancias relacionadas con la disfunción miocárdica

— Antagonistas del calcio — Antidepresivos tricíclicos


— Beta-bloqueantes — Alcohol
— Beta-estimulantes — Sildenafilo
— Catecolaminas — Contrastes no iónicos
— Quimioterapia — Aluminio
— Antiarrítmicos — Paraquat
— Anestésicos locales — Monóxido de carbono
— Toxicidad por salicilato — Ingestión de hidrocarbono
— Litio — Picadura de escorpión
— Hierro — Picadura de araña
— Hiponatremia — Picadura de abeja
— Cocaína — Ipecacuana
— Agonistas opioides — Antimonio
— Agonistas antagonistas opiáceos — Selenio
— Metanfetamina — Níquel
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92 INSUFICIENCIA CARDIACA

cripción de casos en humanos (383-389, 392- mecanismos de asistencia ventricular son de uti-
397). La administración de vasopresores y de lidad en estos casos (398).

IMPLICACIONES CLÍNICAS
DE LA DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE

Aunque la mayoría de los estudios comenta- a lesiones pulmonares agudas, SDRA o incluso
dos previamente son series de casos o estudios a neumonía. Otro problema derivado de la DMR
no controlados, con bajo nivel de evidencia, de son las complicaciones que podría generar, ta-
ellos parece desprenderse que sobre pacientes les como presencia de trombos apicales, con la
críticamente enfermos se podría producir una posibilidad de embolización, aumento de es-
disfunción ventricular, consistente en una dis- tancia media (401), incremento de comorbili-
función ventricular izquierda sistólica (global o dad, génesis o cogénesis del shock, arritmias y
segmentaria), que suele acompañarse de cam- aumento de mortalidad. Su diagnóstico podría
bios electrocardiográficos, pudiendo inducir dis- llevar asociada la necesidad de una atención
función diastólica y disfunción ventricular dere- particular, como evitar problemas anestésicos,
cha, y que suele ser reversible en los pacientes evitar situaciones de estrés, evaluar la respuesta
supervivientes. Esta disfunción miocárdica po- cardiológica, su recuperación, estimación de via-
dría estar interrelacionada con la miocardiopa- bilidad miocárdica y seguimiento posterior, e
tía generada por el estrés, o incluso ser el re- incluso modificar la pauta terapéutica, como an-
flejo de una disfunción orgánica más, la cardiaca. ticoagulación, cardioprotección, o intentar re-
Las causas posibles de esta DMR no están bien clutar el miocardio aturdido e incrementar la
definidas: posiblemente dependa de la patolo- fracción de eyección para intentar evitar el shock
gía causante y tenga un origen multifactorial, cardiogénico, mediante fármacoss vasoactivos
generándose ante la conjunción de fenómenos (402) o mecanismos de asistencia ventricular,
de hipoxia tisular, fenómenos de reperfusión, mientras perdure el aturdimiento miocárdico,
activación de un SRIS, exceso de catecolaminas hecho que podría evitar el fallecimiento del pa-
circulantes, fenómenos de citotoxicidad, car- ciente. Una pregunta que se debe formular se-
diodepresión, e incluso por un sustrato de base ría evaluar el papel de fármacos inotrópicos,
sexual y genético (399). como dobutamina o levosimendán ante la DMR,
aunque no exista situación de shock, fármacos
Aunque se cree que en la mayoría de los casos que podrían mejorar la contractilidad miocár-
esta disfunción miocárdica podría ser bien to- dica. El reconocimiento de la DMR es pues im-
lerada, e incluso no impactar sobre la evolu- portante para decidir mantener el aporte far-
ción y el pronóstico, su producción podría in- macológico, o medidas de soporte mecánico
crementar y ser causa directa de morbilidad y como ventilación mecánica, asistencia ventri-
mortalidad (24). Aunque menos del 50 % de cular, etc., por periodos, hasta que se produzca
los pacientes con disfunción ventricular po- una recuperación del shock o para interpretar
drían estar asintomáticos, sin un diagnóstico la FEVI y los movimientos de alteración de la
exacto, la DMR se podría haber pasado por contractilidad segmentaria y decidir con poste-
alto e inducir una menor reserva miocárdica rioridad una actuación (403), pues, a pesar de
(400). Sería pues concebible que la disfunción poder detectar una FEVI extremadamente baja,
ventricular oculta en el paciente crítico tuviera ésta podría ser totalmente reversible.
importancia en la progresión hacia el fallo car-
diorrespiratorio. El diagnóstico de DMR podría El diagnóstico de esta DMR sería fácilmente
explicar adecuadamente episodios de insufi- realizable a la cabecera del enfermo en la
ciencia respiratoria aguda debida a insuficien- UCI, mediante ecocardiografía, o ser sospe-
cia cardiaca, que podrían haber sido atribuidos chada por el ECG, o por enzimas de lesión
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DISFUNCIÓN MIOCÁRDICA REVERSIBLE ANTE PATOLOGÍA CRÍTICA NO CARDIACA 93

miocárdica (401). En cualquier caso, estima- de inhibidores de la enzima conversora de la


mos que la ecocardiografía es una técnica diag- angiotensina (404); el empleo profiláctico de
nóstica óptima en medicina intensiva, pues, contrapulsación intraaórtica en situaciones
además de poder diagnosticar o descartar una de estrés (404, 405) o quizás, en un futuro,
disfunción miocárdica, puede servir para mo- antioxidantes o inmunoterapia (315). Así pues,
nitorizar parámetros hemodinámicos. Otro as- una vía de investigación de interés, al menos
pecto de interés es la posibilidad de la pre- experimentalmente, es la valoración del grado
vención, para lo cual quizás podrían tener de disfunción miocárdica generada, en distin-
importancia fármacos beta-bloqueantes, como tas variedades de patología crítica, y su posi-
el carvedilol o el esmolol; la administración ble prevención.

CONCLUSIONES
Ante la patología crítica podría generarse una diagnosticada, aunque su presencia podría mo-
DMR, de la que se desconoce con exactitud dificar el pronóstico del paciente y su trata-
su etiología. Esta disfunción suele acompañarse miento. La ecocardiografía realizada de modo
de incremento enzimático o alteraciones elec- rutinario a la cabecera del paciente críticamente
trocardiográficas. Probablemente esté infra- enfermo representa una herramienta eficaz.

Agradecimientos
Quisieramos expresar nuestro agradecimiento al personal de las Unidades de Medicina Inten-
siva de los Servicios de Cuidados Críticos y Urgencias del Hospital del Poniente de Almería y
del Complejo Hospitalario de Jaén por su apoyo en nuestra dedicación a la ecocardiografía y
por realizar el esfuerzo de conseguir equipos de ecocardiografía de alta gama.

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