Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
com
CAPÍTULO 25
Paciente cirrótico
con dolor torácico
pleurítico
CASO CLÍNICO
Varón de 38 años edad que acudió al servicio de urgencias con
malestar general, dolor torácico pleurítico y sensación distérmica en
julio de 2008. Era fumador, bebedor y ex ADVP, aún en tratamiento
con metadona. El paciente ya había ingresado en nuestro servicio
2 años antes por un cuadro de hepatitis aguda alcohólica, sin criterios
de gravedad (Maddrey < 32), asociado a su primera descompensa-
ción hidrópica. En aquel ingreso fue diagnosticado de hepatopatía
crónica de origen alcohólico, con serología positiva para el virus de la
hepatitis C (VHC) (genotipo 1b) y para el antígeno de superficie del de
la hepatitis B (VHB) (aunque sin carga viral detectable). En la endos-
copia oral ya presentaba entonces un gradiente de presión portal de
21 mmHg y varices esofágicas grado III.
En junio de 2008 se constató la presencia de un derrame pleural
derecho en una radiografía de tórax realizada de forma ambulatoria,
por referir el paciente disnea de esfuerzos. El derrame no se acompa-
ñaba de ascitis. Se realizó entonces una toracocentesis diagnóstica
con los siguientes resultados: LDH en líquido pleural (LP) 77 U/l; LDH
en suero (S) 209 U/l; proteínas en LP 1,1 g/dl; proteínas en S 7 g/dl;
Fotocopiar sin autorización es un delito
Sin embargo, tan sólo 1 semana después (21 su colocación. Sin embargo, a las 48 horas de
de julio), el paciente volvió a consulta en nuestro retirarlo, el paciente presentó un nuevo deterioro
servicio de urgencias por disnea, esta vez asocia- de la función renal (Cr 2,47 mg/dl) que no res-
da a dolor torácico, sensación distérmica, náu- pondió a expansión con albúmina, por lo que se
seas y malestar general. Se encontraba afebril, inició tratamiento con vasoconstrictores (terlipre-
sin datos de encefalopatía hepática. En la explo- sina). Aunque el paciente no toleró la terlipresina,
ración física se observó hipoventilación de la base por referir sudoración, malestar general, calor y
pulmonar derecha. No presentaba ascitis ni ede- náuseas, se pudo revertir el síndrome hepato-
mas. Analíticamente destacaba un claro deterioro rrenal (SHR) tipo I con noradrenalina (0,15 µg/
de la función renal con Cr de 3,32 mg/dl (la previa, kg/min). Seis días después de haberse retirado
1 semana antes, era 0,81 mg/dl), acompañado de el antibiótico y la noradrelina (tras la normaliza-
discreto empeoramiento de la función hepática: ción de la función renal) y habiéndose iniciado
bilirrubina 7 mg/dl (previa 5,6), transaminasas en el tratamiento diurético, se produjo de nuevo
límites normales, 60 3 103/µl plaquetas, leve coa- un leve empeoramiento de la función renal. Este
gulopatía (international normalized ratio [INR] 1,6) nuevo deterioro presumiblemente fue secundario
y leucocitosis de 25,3 3 103/µl, con 10,7 3 103/ a depleción de volumen, ya que respondió, en
µl neutrófilos. En la radiografía de tórax realizada menos de 48 horas, al tratamiento con expanso-
se confirmó la presencia de un derrame pleural res. Finalmente, tras 1 mes de ingreso, el paciente
derecho sin evidencia de infiltrados alveolares fue dado de alta, con un mínimo derrame pleural
asociados. Se realizó una toracocentesis diag- derecho (no susceptible de toracocentesis) y una
nóstica con los siguientes resultados: LDH en LP función renal algo deteriorada, aunque estable
1.208 U/l; LDH en S 191 U/l; proteínas en LP 3 g/ (Cr 1,6 mg/dl).
dl y proteínas en S 4,8 g/dl. Estos datos clasifican Tan sólo 1 mes después del alta, el paciente
el líquido como exudado. Además, destacaba la reingresó en el servicio con un segundo episodio
presencia de 16 3 103/µl de PMN, con pH en LP de SHR tipo I, probablemente sobre un SHR tipo
de 7,1 y glucosa en LP de 30 mg/dl. La tinción del II de base, que respondió de nuevo a noradrena-
LP identificó bacilos gramnegativos. lina, aunque recidivando tras su suspensión. El
El paciente fue ingresado con el juicio clínico paciente fue aceptado entonces en programa de
de empiema bacteriano espontáneo (EBE) aso- diálisis, e incluido en la lista de trasplante hepáti-
ciado a insuficiencia renal aguda. Se inició trata- co. Dos meses después de haber ingresado se le
miento antibiótico con cefotaxima (2 g/8 horas) y realizó un trasplante con éxito, recibiendo el alta
9 viales de albúmina (en dosis de 1 g de albúmina hospitalaria tan sólo 10 días después, sin compli-
por kg de peso). Además, debido al bajo pH del caciones inmediatas.
LP, se contactó con cirugía torácica para la colo-
cación de un drenaje de 28 F, obteniéndose un
líquido serohemático.
Al tercer día de tratamiento se comprobó la DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
normalización de la función renal (Cr 1,04 mg/dl).
Se realizó una nueva toracocentesis diagnóstica – Empiema bacteriano espontáneo en pacien-
tras 4 días de tratamiento antibiótico en la que te cirrótico con hidrotórax preexistente.
se comprobó la buena evolución del empiema – Síndrome hepatorrenal tipo I con respuesta
Fotocopiar sin autorización es un delito
Pugh como único factor de riesgo independiente un recuento celular del LP, se ha propuesto la
para el desarrollo de EBE. utilización de tiras reactivas para la esterasa leu-
cocitaria (idénticas a las utilizadas en los análisis
Diagnóstico de orina). Mediante una escala colorimétrica (de
0-4), esta tira cuantifica los PMN en LP. Se ha
Debe sospecharse la presencia de un EBE en demostrado que la obtención de 3 o más puntos
los pacientes cirróticos con hidrotórax y fiebre, en la tira tiene un valor de predicción positivo
dolor pleurítico, encefalopatía hepática o deterio- del 100% y una sensibilidad del 89% para el
ro de la función renal. diagnóstico de EBE en pacientes cirróticos con
Para poder establecer el diagnóstico, es hidrotórax hepático, y sería por tanto indicación
imprescindible un cultivo positivo de LP asocia- de antibioterapia inmediata [35].
do a un recuento de PMN mayor de 250/µl. En En cuanto a las características del LP, según
caso de cultivo negativo, la presencia de más de describieron Xiol et al. [31, 33], parece que duran-
500 en el LP también se considerará diagnóstico te el episodio de EBE aumentan los valores de
de EBE. Es imprescindible, en cualquiera de los LDH significativamente en comparación con los
casos, excluir una infección paraneumónica que del LP previo y posterior a la infección. Estos
pueda justificar el derrame; para ello, se buscará autores no observaron modificación en las cifras
la ausencia de infiltrados pulmonares en los estu- de glucosa y proteínas del LP durante el EBE; no
dios radiológicos. También apoya el diagnóstico analizaron el valor del pH en relación con el epi-
de EBE el antecedente de hidrotórax previo al sodio. Es muy llamativo, que, a pesar de tratarse
episodio de empiema, o las características de de LP infectados, en muchos casos conservaban
trasudado (en el LP) durante la infección [33]. el carácter de trasudado [33, 36]. Así, en la pri-
La coagulopatía del enfermo cirrótico no se mera serie publicada, Xiol et al. sólo observaron
considera contraindicación para realizar la toraco- transformación del LP de trasudado a exudado
centesis. Sin embargo, algunos autores recomien- en el 45% de los EBE [33].
dan corregir el INR cuando esté por encima de 1,6
con plasma fresco congelado, así como transfundir Microbiología
plaquetas por debajo de las 50.000 3 103/µl [4].
Con el objetivo de evaluar las complicaciones de Xiol et al., apenas obtuvieron en su primera
esta técnica en los cirróticos, Castellote et al. [34] serie de pacientes (1990) la mitad de cultivos
publicaron en 2001 una serie de 245 toracocente- positivos de los LP (54%). En concreto, sólo se
sis en 60 pacientes cirróticos, de las que 150 eran aislaron gérmenes en 6 de los 11 pacientes con
diagnósticas y 95 terapéuticas. Obtuvieron un 4% EBE y, de ellos, sólo 4 se asociaron a hemocul-
de complicaciones hemorrágicas leves (aunque tivos positivos [33]. Sin embargo, en su segunda
hay que precisar que no practicaban transfusiones serie (1996) comprobaron que la sensibilidad
de hemoderivados previas a la toracocentesis), de los cultivos se duplicaba si se inoculaba el
ninguna de las cuales precisó transfusión. Así LP en los frascos de hemocultivos en la cabe-
mismo, describieron un 4% de neumotórax, la cera del paciente (77 frente a 33%) [31]. Los
mayoría en toracocentesis evacuadoras, produ- gérmenes más frecuentemente aislados son:
ciéndose tan sólo en el 1,3% de todas las diagnós- Escherichia coli, Streptococcus, Enterococcus,
ticas. Los autores comprobaron que el riesgo de Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas [15, 31,
Fotocopiar sin autorización es un delito
en 1996 [31], y en el 31% en la serie publicada en la inserción de un tubo de tórax (28-36 F) o utili-
2003 por Chen et al. [32]. zando un catéter de pequeño calibre (colocación
guiada por técnicas de imagen) [42-44].
Diagnóstico diferencial: diferencias
con el derrame paraneumónico Tratamiento del EBE
ciones y fibrosis que pueden reducir la expansión 8 años), mortalidad posoperatoria, duración de
pulmonar haciendo necesaria la decorticación, la cirugía, días de ventilación mecánica o días
etc.), no es descabellado pensar en drenar el LP de estancia en unidad de cuidados intensivos.
infectado en los EBE con las mismas indicacio- Además, basándose en las series anteriores
nes que en los paraneumónicos. Sin embargo, de EBE publicadas por estos mismos autores,
las posibles complicaciones derivadas de la encontraron un importante aumento de la super-
inserción de un tubo de tórax en los pacien- vivencia en los pacientes con antecedentes de
tes cirróticos (enfisema subcutáneo, hemotórax, EBE con trasplante frente a los no receptores de
laceraciones de pulmón, bazo, hígado o estóma- trasplante (98 meses frente a 13 meses, respec-
go, edema pulmonar, depleción de electrolitos, tivamente) [28].
infecciones, hemorragias, etc.) han llevado a
algunos autores a contraindicar su inserción en Pronóstico
ellos [4, 15, 45, 46].
Por el contrario, se han publicado casos ais- A pesar de la escasez de datos acerca de
lados en los que se ha utilizado el tubo de tórax esta patología, las tres series publicadas arrojan
en pacientes cirróticos con buenos resultados, resultados similares. Xiol et al. hallaron en el año
bien asociado a pleurodesis como tratamiento 1990 una mortalidad global del 27% [33]. En esta
de hidrotórax recidivante [47], bien asociado a serie de 8 pacientes, es llamativo que todos los
vasoconstrictores en pacientes con hidrotórax y fallecimientos se produjeron en pacientes en los
síndrome hepatorrenal concomitante [25, 27]. Se que se había logrado cultivar algún germen en
han comunicado casos anecdóticos de inserción el LP —hay que tener en cuenta que la mayoría
de tubo de tórax como tratamiento del EBE. Pfam- de estos pacientes eran portadores de un shunt
mattera et al. [24] optaron por el tubo de tórax peritoneo venoso—. En la serie de 16 pacientes
para drenar un EBE sobre un hidrotórax masivo. que estos mismos autores publicaron en 1996
Debido al continuo drenaje a través de éste, que [31], encontraron una mortalidad en torno al 20%
impedía su retirada, una vez resuelta la infección (5 pacientes) durante el tratamiento secundario a
utilizaron octreótido para disminuir el débito del shock séptico, hemorragia variceal o fallo hepáti-
tubo, pudiendo retirarlo sin complicaciones a co. Además, otros 2 pacientes fallecieron durante
término. Hsieh et al. publicaron un caso de EBE el mismo ingreso a pesar de la buena evolución
por neumococo, que se trató con tubo de tórax del EBE. De los pacientes que sobrevivieron al
por tener pH y glucosa bajos en el LP, sin com- ingreso, 4 murieron en los 19 meses posteriores y
plicaciones [48]; incluso se ha comunicado un los otros 5 fueron sometidos a trasplante (demos-
EBE con pH < 7,1 que se trató con inserción de trándose supervivencia al menos 24 meses des-
tubo de tórax y fibrinolíticos por tendencia a la pués). Algo mayor es la mortalidad hospitalaria
loculación [49]. en la serie de Chen et al. [32]: incluyeron a 17 pa-
Mucho menor es la experiencia con otros tipos cientes y la cifra de mortalidad fue del 38%.
de drenaje, como el pig tail, utilizado con éxito en El EBE es una patología con tendencia a la
un EBE por A. veronii por Wang et al. [38]. recidiva. Así se pone de manifiesto al comprobar
En resumen, existe escasa experiencia en el que 3 de los 8 pacientes de la primera serie de Xiol
drenaje del EBE en el cirrótico, no estando claras et al. [33] tuvieron un segundo episodio de EBE,
sus indicaciones.
Fotocopiar sin autorización es un delito
3. Strauss RM, Boyer TD. Hepatic hydrothorax. Semin 21. Gordon FD, Anastopoulos H T, Crenshaw W, et al.
Liver Dis. 1997;17:227-32. The successful treatment of symptomatic, refractory
4. Cardenas A, Kelleher T, Chopra S. Hepatic hydrotho- hepatic hydrothorax with transjugular intrahepatic por-
rax. Aliment Pharmacol Ther. 2004;20:271-9. tosystemic shunt. Hepatology. 1997;25:1366-9.
5. Lazaridis KN, Frank JW, Krowka MJ, Kamath PS. Hepa- 22. Siegerstetter V, Deibert P, Ochs A, Olschewski M,
tic hydrothorax: pathogenesis, diagnosis, and manage- Blum HE, Rössle M. Treatment of refractory hepatic
ment. Am J Med. 1999;107:262-7. hydrothorax with transjugular intrahepatic portosyste-
6. Alagiakrishnan K, Patel PJ. Left-sided hepatic hydro- mic shunt: long-term results in 40 patients. Eur J Gas-
thorax with ascites. Int J Clin Pract. 1999;53:225-6. troenterol Hepatol. 2001;13:529-34.
7. Xiol X, Castellote J, Cortés-Beut R, Delgado M, Guar- 23. LaBerge JM. Transjugular intrahepatic portosystemic
diola J, Sesé E. Utility and complications of thoracocen- shunt role in treating intractable variceal bleeding,
tesis in cirrhotic patients. Am J Med. 2001;111:67-9. ascites, and hepatic hydrothorax. Clin Liver Dis. 2006;10:
8. Rubinstein D, McInnes IE, Dudley FJ. Hepatic hydro- 583-98.
thorax in the absence of clinical ascites: diagnosis and 24. Pfammattera R, Quattropanib C, Reichenb J, Göke,
management. Gastroenterology. 1985;88:188-91. Wagner A Treatment of hepatic hydrothorax and
9. Benet A, Vidal F, Toda R, Siurana R, De Virgala reduction of chest tube output with octreotide. Eur J
CM, Richart C. Diagnosis of hepatic hydrothorax in Gastroenterol Hepatol. 2001;13:977-80.
the absence of ascites by intraperitoneal injection of 25. Dumortier J, Leprêtre J, Scalone O, Boillot O, Scoa-
99m-Tc-Fluor colloid. Postgrad Med J. 1992;68:153. zec JY, Delafosse B, Chayvialle JA. Successful treatment
10. Islam N, Ali S, Kabir H. Hepatic hydrothorax. Br J Dis of hepatic hydrothorax with octreotide. Eur J Gastroen-
Chest. 1965;59:222-7. terol Hepatol. 2000;12:817-20.
11. Dumont AE, Mulholland JH. Flow rate and composi- 26. Kalambokis G, Tsianos EV Treatment of hepatic
tion of thoracic-duct lymph in patients with cirrhosis. N hydrothorax with vasoconstrictor drugs. Scand J Gas-
Engl J Med. 1960:263:471-4. troenterol. 2007;42:534.
12. Johnston RF, Loo RV. Hepatic hydrothorax: studies to 27. Ibrisim D, Cakaloglu Y, Akyuz F, Karadag A, Ozdil S,
determine the source of the fluid and report of thirteen Besisik F, et al. Treatment of hepatic hydrothorax with
cases. Ann Intern Med. 1964;61:385-401. terlipressin in a cirrhotic patient. Scand J Gastroenterol.
13. Light RW, MacGregor I, Luchsinger PC, et al. Pleural 2006;41:862-5.
effusion: the diagnostic separation of transudates and 28. Xiol X, Tremosa G, Castellote J, Gornals J, Lama C,
exudates. Ann Intern Med. 1972;77:507-13. López C, Figueras J. Liver transplantation in patients with
14. Sese E, Xiol X, Castellote J, Rodríguez-Fariñas E, Tre- hepatic hydrothorax. Transplant International. 2005;18:
mosa G. Low complement levels and opsonic activity 672-5.
in hepatic hydrothorax its relationship with spontaneous 29. Márquez Martín E, Rodríguez Portal JA, Rodríguez
bacterial empyema. J Clin Gastroenterol. 2003;36:75-7. Panadero F. Empiema bacteriano espontáneo. Neu-
15. Cárdenas A, Arroyo V. Management of ascites and mosur. 2006;18:225-6.
hepatic hydrothorax. Best Pract Res Clin Gastroenterol. 30. Streifler J, Pitlik S, Dux S, Garty M, Rosenfeld JB. Spon-
2007;21:55-75. taneous bacterial pleuritis in a patient with cirrhosis.
16. Gur C, Ilan Y, Shibolet O. Hepatic hydrothorax, Respiration. 1984;46:382-5.
pathophysiology, diagnosis and treatment, review of 31. Xiol X, Castellví JP, Guardiola J, Sesé E, Castellote
the literature. Liver International. 2004;24:281-4. J, Perelló A, et al. Spontaneus bacterial empyema in
17. Falchuk KR, Jacoby I, Colucci WS, et al. Tetracy- cirrhotic patients: a prospective study. Hepatology.
cline induces pleural symphisis for recurrent hydrotho- 1996;23:719-23.
rax complicating cirrhosis. Gastroenterology. 1977;72: 32. Chen TA, Lo GH, Lai KH. Risk factors for spontaneous
319-21. bacterial empyema in cirrhotic patients with hydrotho-
18. Milanez de Campos JR, Filho LO, De Campos Werebe rax. J Chin Med Assoc. 2003;66:579-86.
Fotocopiar sin autorización es un delito
E, et al. Thoracoscopy and talc poudrage in the mana- 33. Xiol X, Castellote J, Baliellas C, Ariza J, Giménez A,
gement of hepatic hydrothorax. Chest. 2000;118: 13-7. Guardiola J, Casais L. Spontaneus bacterial empyema
19. Boiteau R, Tenaillon A, Law-Koune JD, et al. in cirrhotic patients: analysis of eleven cases. Hepatolo-
Treatment for cirrhotic hydrothorax with CPAP on mask gy. 1990;11:365-70.
and tetracycline pleural sclerosis. Am Rev Resp Dis. 34. Castellote J, Xiol X, Cortés-Beut R, Tremosa G, Rodrí-
1990;141:A770. guez E, Vázquez S. Complications of thoracentesis in
20. Ferrante D, Arguedas MR, Cerfolio RJ, et al. Videoas- cirrhotic patients with pleural effusion. Rev Esp Enferm
sisted thoracoscopic surgery with talc pleurodesis in the Dig. 2001;93:566-75.
management of symptomatic hepatic hydrothorax. 35. Castellote J, López C, Gornals J, Domingo A, Xiol X.
Am J Gastroenterol. 2002;97:3172-5. Use of reagent strips for the rapid diagnosis of sponta-
© EdikaMed S.L. • www.edikamed.com
G. de la Poza Gómez, L.. Crespo Pérez, A. Ledo Rodríguez… 293
neous bacterial empyema. J Clin Gastroenterol. 2005; 43. Colice GL, Curtis A, Deslauriers J, Heffner J, Light R,
39:278-81. Littenberg B, et al. Medical and surgical treatment of
36. Ackerman Z, Reynolds TB. Evaluation of pleural fluid parapneumonic effusions. An evidence-based guideli-
in patients with cirrhosis. J Clin Gastroenterol. 1997;25: ne. Chest. 2000;18:1158-71.
619-22. 44. Light RW. Parapneumonic effusions and empyema.
37. Díaz-Morant, Manteca R, Ortega M, Cabello F, Pérez Proc Am Thorac Soc. 2006;3:75-80.
Santos MJ, Mirámón J. Empiema y peritonitis bacteria- 45. Borchardt J, Smirnov A, Metchnik L, Malnick S. Hydro-
na espontánea del cirrótico por Streptococcus agalac- thorax. Lesson of the week: treating hepatic hydrotho-
tiae. Enferm Infecc Microbiol Clin. 1990;17:104. rax. BMJ. 2003;326;751-2.
38. Wang JT, Fang CT, Hsueh PR, Chang SC, Luh KT. 46. Runyon BA, Greenblatt M, Ming RH. Hepatic hydro-
Spontaneous bacterial empyema caused by Aeromo- thorax is a relative contraindication to chest tube inser-
nas veronii biotype sobria. Diagn Microbiol Infect Dis. tion. Am J Gastroenterol. 1986;81:566-7.
2000;37:271-3. 47. Falchuk KR, Jacoby I, Colucci WS, et al. Tetracycline
39. Smithson Amatna A, Perelló Carbonell R, Miret Masa induces pleural symphisis for recurrent hydrothorax com-
C, Rodríguez Flores E, Bastida Vilac MT, Nolla Salas M. plicating cirrhosis. Gastroenterology. 1977;72:319-21.
Empiema bacteriano espontáneo por Campylobacter 48. Hsieh YH, Chan CC, Wang SS, Chiang JH, Chou DY,
jejuni. Gastroenterol Hepatol. 2005;28:509-10. Chang FY, Lee SD. Recurrent spontaneous bacterial
40. Hamm H, Light RW. Parapneumonic effusion and empyema in cirrhosis: a case report. Zhonghua Yi Xue
empyema. Eur Respir J. 1997;10:1150-6. Za Zhi (Taipei). 1998;61:421-6.
41. LeMense GP, Strange C, Sahn SA. Empyema tho- 49. Laserna Martínez E, Luque Márquez R, Ruiz García
racis: therapeutic management and outcome. Chest. A. Empiema bacteriano espontáneo por Enterococcus
1995;107;1532-7. faecalis en un paciente cirrótico sin ascitis. Arch Bron-
42. Sahn SA. Diagnosis and management of parapneu- coneumol. 2001;37:404.
monic effusions and empyema. Clin Infect Dis. 2007;45:
1480-6.
Fotocopiar sin autorización es un delito
© EdikaMed S.L. • www.edikamed.com