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CAPÍTULO 25

Paciente cirrótico
con dolor torácico
pleurítico

CASO CLÍNICO
Varón de 38 años edad que acudió al servicio de urgencias con
malestar general, dolor torácico pleurítico y sensación distérmica en
julio de 2008. Era fumador, bebedor y ex ADVP, aún en tratamiento
con metadona. El paciente ya había ingresado en nuestro servicio
2 años antes por un cuadro de hepatitis aguda alcohólica, sin criterios
de gravedad (Maddrey < 32), asociado a su primera descompensa-
ción hidrópica. En aquel ingreso fue diagnosticado de hepatopatía
crónica de origen alcohólico, con serología positiva para el virus de la
hepatitis C (VHC) (genotipo 1b) y para el antígeno de superficie del de
la hepatitis B (VHB) (aunque sin carga viral detectable). En la endos-
copia oral ya presentaba entonces un gradiente de presión portal de
21 mmHg y varices esofágicas grado III.
En junio de 2008 se constató la presencia de un derrame pleural
derecho en una radiografía de tórax realizada de forma ambulatoria,
por referir el paciente disnea de esfuerzos. El derrame no se acompa-
ñaba de ascitis. Se realizó entonces una toracocentesis diagnóstica
con los siguientes resultados: LDH en líquido pleural (LP) 77 U/l; LDH
en suero (S) 209 U/l; proteínas en LP 1,1 g/dl; proteínas en S 7 g/dl;
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glucosa en LP 29 mg/dl; albúmina en LP 0,5 g/dl y albúmina en S 2,9


g/dl. Estos resultados permitieron catalogar el derrame pleural como
G. de la Poza Gómez trasudado. Por otra parte, el gradiente de albúmina suero-líquido pleu-
L. Crespo Pérez ral > 1,1 apoyaba la hipótesis de que fuera secundario a HTP. Aunque
en aquel momento se evacuaron 2 litros de LP y se inició tratamiento
A. Ledo Rodríguez
diurético, un mes más tarde, el 14 de julio de 2008, el paciente acudió
C. Teruel
al servicio de urgencias por disnea. Refería dolor pleurítico, aunque se
Sánchez-Vegazo encontraba afebril. Mantenía una función renal conservada y no había
X. A. García Aguilera cambios llamativos en su perfil hepático. Se realizó una nueva toraco-
centesis evacuadora de 2 litros.
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Sin embargo, tan sólo 1 semana después (21 su colocación. Sin embargo, a las 48 horas de
de julio), el paciente volvió a consulta en nuestro retirarlo, el paciente presentó un nuevo deterioro
servicio de urgencias por disnea, esta vez asocia- de la función renal (Cr 2,47 mg/dl) que no res-
da a dolor torácico, sensación distérmica, náu- pondió a expansión con albúmina, por lo que se
seas y malestar general. Se encontraba afebril, inició tratamiento con vasoconstrictores (terlipre-
sin datos de encefalopatía hepática. En la explo- sina). Aunque el paciente no toleró la terlipresina,
ración física se observó hipoventilación de la base por referir sudoración, malestar general, calor y
pulmonar derecha. No presentaba ascitis ni ede- náuseas, se pudo revertir el síndrome hepato-
mas. Analíticamente destacaba un claro deterioro rrenal (SHR) tipo I con noradrenalina (0,15 µg/
de la función renal con Cr de 3,32 mg/dl (la previa, kg/min). Seis días después de haberse retirado
1 semana antes, era 0,81 mg/dl), acompañado de el antibiótico y la noradrelina (tras la normaliza-
discreto empeoramiento de la función hepática: ción de la función renal) y habiéndose iniciado
bilirrubina 7 mg/dl (previa 5,6), transaminasas en el tratamiento diurético, se produjo de nuevo
límites normales, 60 3 103/µl plaquetas, leve coa- un leve empeoramiento de la función renal. Este
gulopatía (international normalized ratio [INR] 1,6) nuevo deterioro presumiblemente fue secundario
y leucocitosis de 25,3 3 103/µl, con 10,7 3 103/ a depleción de volumen, ya que respondió, en
µl neutrófilos. En la radiografía de tórax realizada menos de 48 horas, al tratamiento con expanso-
se confirmó la presencia de un derrame pleural res. Finalmente, tras 1 mes de ingreso, el paciente
derecho sin evidencia de infiltrados alveolares fue dado de alta, con un mínimo derrame pleural
asociados. Se realizó una toracocentesis diag- derecho (no susceptible de toracocentesis) y una
nóstica con los siguientes resultados: LDH en LP función renal algo deteriorada, aunque estable
1.208 U/l; LDH en S 191 U/l; proteínas en LP 3 g/ (Cr 1,6 mg/dl).
dl y proteínas en S 4,8 g/dl. Estos datos clasifican Tan sólo 1 mes después del alta, el paciente
el líquido como exudado. Además, destacaba la reingresó en el servicio con un segundo episodio
presencia de 16 3 103/µl de PMN, con pH en LP de SHR tipo I, probablemente sobre un SHR tipo
de 7,1 y glucosa en LP de 30 mg/dl. La tinción del II de base, que respondió de nuevo a noradrena-
LP identificó bacilos gramnegativos. lina, aunque recidivando tras su suspensión. El
El paciente fue ingresado con el juicio clínico paciente fue aceptado entonces en programa de
de empiema bacteriano espontáneo (EBE) aso- diálisis, e incluido en la lista de trasplante hepáti-
ciado a insuficiencia renal aguda. Se inició trata- co. Dos meses después de haber ingresado se le
miento antibiótico con cefotaxima (2 g/8 horas) y realizó un trasplante con éxito, recibiendo el alta
9 viales de albúmina (en dosis de 1 g de albúmina hospitalaria tan sólo 10 días después, sin compli-
por kg de peso). Además, debido al bajo pH del caciones inmediatas.
LP, se contactó con cirugía torácica para la colo-
cación de un drenaje de 28 F, obteniéndose un
líquido serohemático.
Al tercer día de tratamiento se comprobó la DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
normalización de la función renal (Cr 1,04 mg/dl).
Se realizó una nueva toracocentesis diagnóstica – Empiema bacteriano espontáneo en pacien-
tras 4 días de tratamiento antibiótico en la que te cirrótico con hidrotórax preexistente.
se comprobó la buena evolución del empiema – Síndrome hepatorrenal tipo I con respuesta
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bacteriano espontáneo (pH en LP 7,31; glucosa completa al tratamiento con vasoconstric-


en LP 87 mg/dl, proteínas en LP 2,6 g/dl y PMN tores y recidiva tras su retirada.
1,9 3 103/µl). Tras identificarse Morganella mor-
ganii en el cultivo del líquido pleural sembrado en
urgencias, se modificó la pauta antibiótica según
el antibiograma, sustituyéndose la cefalosporina COMENTARIOS
por meropenem. La buena evolución del paciente
y el escaso drenaje a través del tubo de tórax Empiema bacteriano espontáneo
permitieron la retirada de éste 8 días después de del cirrótico
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G. de la Poza Gómez, L.. Crespo Pérez, A. Ledo Rodríguez… 287

Introducción: hidrotórax hepático que puedan estar implicadas en el desarrollo del


derrame. Asimismo, en casos puntuales, puede
En el año 1976 se publicó el primer caso de ser necesaria la realización de un ecocardiogra-
EBE en un paciente cirrótico. Desde entonces, ma para descartar la presencia de pericarditis o
se denomina así a la infección de un hidrotórax insuficiencia cardiaca. Ocasionalmente, la TC o
preexistente en el paciente cirrótico [1]. la RM consiguen identificar pequeños defectos
Se entiende por hidrotórax el derrame pleural diafragmáticos que, como hemos señalado ante-
(mayor de 500 ml) que se produce en pacientes riormente, son cruciales para la formación final
cirróticos sin patología cardiopulmonar ni pleural del hidrotórax [4].
que lo justifique [2-4]. Se estima que se desarrolla Una vez detectado el derrame, es conve-
entre el 5 y el 10% de los cirróticos. Constituye niente realizar una toracocentesis diagnóstica
una forma de descompensación en hepatopatías (extracción de 40-50 ml de LP). Debe solicitar-
evolucionadas, de igual forma que lo es el desa- se siempre recuento celular, determinación de
rrollo de ascitis, los episodios de encefalopatía albúmina, proteínas, LDH y bilirrubina, así como
hepática o el sangrado por varices esofágicas un estudio microbiológico con tinción de Gram
[4]. El 85% de los hidrotórax se producen en y cultivo. En casos seleccionados, habría que
el hemitórax derecho, el 13% en el izquierdo y, analizar el pH (sospecha de empiema), determi-
aproximadamente, un 2% son bilaterales [5, 6]. nar la adenosindesaminasa (ADA) y la PCR para
No todos los derrames pleurales del cirrótico Mycobacterium (ante una posible tuberculosis),
son hidrotórax: de hecho, hasta un 15% son debi- cuantificar los triglicéridos (posible quilotórax) o
dos a tuberculosis, neoplasias u otras causas [7]. realizar una citología para excluir malignidad. El
La etiopatogenia del hidrotórax hepático no hidrotórax es un trasudado [13] (tabla 1) que se
está aclarada. Parece que el mecanismo etioló- diferencia de otros (como el de la insuficiencia
gico fundamentalmente implicado es el paso de cardiaca) por tener menos proteínas, factores de
líquido ascítico, favorecido por la presión negativa complemento y capacidad de opsonización [14].
intratorácica, a través de defectos subcentimé- Las características del hidrotórax no complicado
tricos preexistentes en el diafragma. Por este se muestran en la tabla 2 [15]. Es llamativo que,
motivo, la mayoría de los enfermos presenta asci- en comparación con el líquido ascítico de los
tis moderada, e incluso en algunos el hidrotórax enfermos cirróticos, el hidrotórax parece presen-
no se acompaña de ascitis. Este mecanismo se tar mayores valores de albúmina y proteínas. Se
ha corroborado mediante estudios de medicina especula que es debido a la mayor capacidad
nuclear con albúmina o sulfuro coloidal marcados que posee la pleura para absorber agua en com-
con 99Tc. Tras ser administradas intraperitoneal- paración con el peritoneo [14].
mente, estas sustancias pueden detectarse en El tratamiento del hidrotórax se fundamenta
las primeras 24 horas en la cavidad torácica [8, 9]. en los mismos pilares básicos que el de la ascitis:
Otros mecanismos que podrían favorecer la for- dieta sin sal y diuréticos. En caso de disnea de
mación del hidrotórax son el aumento de presión mínimos esfuerzos puede ser necesaria la realiza-
en el sistema ácigos y la hipoalbuminemia, muy
frecuentes ambos en el enfermo cirrótico [10, 11].
Asimismo, se ha especulado que el hidrotórax
Tabla 1. Criterios de Light para clasificar
podría ser debido al paso de líquido de la cavidad
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líquido pleural como exudado o trasudado [13]


abdominal al espacio pleural a través de peque-
ños vasos linfáticos transdiafragmáticos [12]. Se considera exudado si cumple uno de los
Los pacientes con hidrotórax suelen consultar siguientes puntos:
por disnea o tos, aunque en casos de derrames
masivos pueden llegar a desarrollar insuficiencia – LDH en LP > 2/3 (67%) del límite superior de
respiratoria grave. Para el diagnóstico, son esen- LDH en S
ciales las pruebas de imagen que demuestren el – LDH en LP/LDH en S > 0,6
derrame pleural, fundamentalmente la radiografía – Proteínas en LP/proteínas en S > 0,5
simple de tórax. La TC de tórax permite excluir
lesiones pulmonares, pleurales o mediastínicas LP: líquido pleural. S: sangre.
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288 Paciente cirrótico con dolor torácico pleurítico

Tabla 2. Características del hidrotórax no De forma anecdótica, se han comunicado


complicado casos de hidrotórax refractario con buena res-
puesta a octreótido [24, 25], octreótido asociado
– LDH en LP/en S < 0,6 con midodrina [26] e incluso a terlipresina [27].
– Proteínas en LP/en S < 0,5 En cualquier caso, probablemente el único
– Proteínas en LP < 2,5 g/dl tratamiento definitivo sea el trasplante hepático.
– Gradiente de albúmina en LP-S > 1,1 Es la mejor opción en términos de supervivencia
– < 500 células/mm3; < 250 PMN/mm3 (alcanza cifras del 82% al año postrasplante), con
– Glucosa en LP similar a glucosa en S una media de 97 meses frente a los 7-13 meses
– pH en LP > 7,4 de supervivencia conseguidos con la DPPI o la
videotoracoscopia [28].
LP: líquido pleural. S: sangre. PMN: polimorfonucleares.
Modificado de Cárdenas et al. [15]. Generalidades y fisiopatología
del empiema bacteriano espontáneo

ción de toracocentesis evacuadora. A diferencia La palabra empiema hace referencia a la pre-


de ésta, no se recomienda evacuar más de 2 l de sencia de pus en una cavidad. Sin embargo, en
la cavidad pleural, ya que existe riesgo de edema la gran mayoría de los casos de EBE, no existe
pulmonar por reexpansión. Dado el escaso volu- pus en la pleura. Por este motivo algunos auto-
men drenado, no se recomienda de rutina la ex- res propusieron que se la denominara «pleuritis
pansión con albúmina pos-toracocentesis [4]. bacteriana espontánea» [29, 30], lo que nunca ha
Cuado el hidrotórax no responde al tratamien- tenido aceptación real en la práctica clínica coti-
to diurético, o precisa de toracocentesis evacua- diana. Por lo tanto, utilizaremos el término clásico
dora cada 2-3 semanas, se habla entonces de «empiema bacteriano espontáneo», a pesar de
hidrotórax refractario. Éste supone un verdadero que probablemente sea un concepto erróneo.
desafío para el clínico, y se han descrito múltiples Se estima que la incidencia de EBE está en
opciones terapéuticas [16]. Se han publicado torno al 13% de los pacientes cirróticos con hidro-
algunos casos tratados mediante pleurodesis con tórax [31, 32]. La infección del hidrotórax parece
tetraciclinas o talco [17, 18], con elevadas cifras producirse por vía hematógena, y es secundaria
de recidiva a corto plazo. Sin embargo, Boiteau et a bacteriemias desencadenadas por transloca-
al. [19] consiguieron mejores resultados al asociar ción bacteriana intestinal. Se ha defendido que
presión positiva continua (CPAP) a la pleurodesis el EBE podría producirse por el paso del líquido
química. También se ha valorado el tratamiento ascítico ya infectado a la cavidad pleural. Pero,
quirúrgico; Ferrante et al. publicaron en 2002 [20] en contra de esta teoría, existen los siguientes
la serie más larga de pacientes cirróticos con datos: aproximadamente el 21% de los pacientes
hidrotórax refractario sometidos a reparación de con hidrotórax no presentan ascitis, el 25% de
los defectos diafragmáticos mediante videotora- los EBE se produce en pacientes sin ascitis, y,
coscopia asociada a pleurodesis. En dicha serie, de manera global, más del 40% de los EBE no
se consiguió la desaparición del derrame en los se asocian a PBE [31, 32]. Por otro lado, se ha
primeros 30 días en 11 de los 15 pacientes inclui- propuesto que los valores bajos de complemento
dos, de los cuales al menos 3 recidivaron antes (C3) en LP (y de forma paralela los de proteínas)
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del segundo mes de seguimiento. constituirían un factor de riesgo para desarrollar


La DPPI parece ser la opción más efectiva EBE. Las bajas cifras de complemento explican
en el tratamiento de esta patología, y se han la menor capacidad defensiva frente a la colo-
publicado cifras del 58 al 71% de erradicación nización bacteriana del hidrotórax hepático, en
del derrame y hasta un 79 a 85% de mejorías comparación con otros tipos de derrame pleural.
[21-23]. Sin embargo, no hay que olvidarse de la Aunque no alcanzaron significación estadística,
disfunción de la DPPI, que es responsable, en la Sesé et al. [14] comprobaron que la mayoría de
serie de Siegerstetter et al. [22], de un 50% de los pacientes con EBE tenían menos de 15 mg/
recidivas al año. Tal vez las prótesis recubiertas dl de C3 y menos de 1,5 g/dl de proteínas en el
consigan mejores resultados en el futuro. LP. Estos autores encontraron el grado de Child-
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Pugh como único factor de riesgo independiente un recuento celular del LP, se ha propuesto la
para el desarrollo de EBE. utilización de tiras reactivas para la esterasa leu-
cocitaria (idénticas a las utilizadas en los análisis
Diagnóstico de orina). Mediante una escala colorimétrica (de
0-4), esta tira cuantifica los PMN en LP. Se ha
Debe sospecharse la presencia de un EBE en demostrado que la obtención de 3 o más puntos
los pacientes cirróticos con hidrotórax y fiebre, en la tira tiene un valor de predicción positivo
dolor pleurítico, encefalopatía hepática o deterio- del 100% y una sensibilidad del 89% para el
ro de la función renal. diagnóstico de EBE en pacientes cirróticos con
Para poder establecer el diagnóstico, es hidrotórax hepático, y sería por tanto indicación
imprescindible un cultivo positivo de LP asocia- de antibioterapia inmediata [35].
do a un recuento de PMN mayor de 250/µl. En En cuanto a las características del LP, según
caso de cultivo negativo, la presencia de más de describieron Xiol et al. [31, 33], parece que duran-
500 en el LP también se considerará diagnóstico te el episodio de EBE aumentan los valores de
de EBE. Es imprescindible, en cualquiera de los LDH significativamente en comparación con los
casos, excluir una infección paraneumónica que del LP previo y posterior a la infección. Estos
pueda justificar el derrame; para ello, se buscará autores no observaron modificación en las cifras
la ausencia de infiltrados pulmonares en los estu- de glucosa y proteínas del LP durante el EBE; no
dios radiológicos. También apoya el diagnóstico analizaron el valor del pH en relación con el epi-
de EBE el antecedente de hidrotórax previo al sodio. Es muy llamativo, que, a pesar de tratarse
episodio de empiema, o las características de de LP infectados, en muchos casos conservaban
trasudado (en el LP) durante la infección [33]. el carácter de trasudado [33, 36]. Así, en la pri-
La coagulopatía del enfermo cirrótico no se mera serie publicada, Xiol et al. sólo observaron
considera contraindicación para realizar la toraco- transformación del LP de trasudado a exudado
centesis. Sin embargo, algunos autores recomien- en el 45% de los EBE [33].
dan corregir el INR cuando esté por encima de 1,6
con plasma fresco congelado, así como transfundir Microbiología
plaquetas por debajo de las 50.000 3 103/µl [4].
Con el objetivo de evaluar las complicaciones de Xiol et al., apenas obtuvieron en su primera
esta técnica en los cirróticos, Castellote et al. [34] serie de pacientes (1990) la mitad de cultivos
publicaron en 2001 una serie de 245 toracocente- positivos de los LP (54%). En concreto, sólo se
sis en 60 pacientes cirróticos, de las que 150 eran aislaron gérmenes en 6 de los 11 pacientes con
diagnósticas y 95 terapéuticas. Obtuvieron un 4% EBE y, de ellos, sólo 4 se asociaron a hemocul-
de complicaciones hemorrágicas leves (aunque tivos positivos [33]. Sin embargo, en su segunda
hay que precisar que no practicaban transfusiones serie (1996) comprobaron que la sensibilidad
de hemoderivados previas a la toracocentesis), de los cultivos se duplicaba si se inoculaba el
ninguna de las cuales precisó transfusión. Así LP en los frascos de hemocultivos en la cabe-
mismo, describieron un 4% de neumotórax, la cera del paciente (77 frente a 33%) [31]. Los
mayoría en toracocentesis evacuadoras, produ- gérmenes más frecuentemente aislados son:
ciéndose tan sólo en el 1,3% de todas las diagnós- Escherichia coli, Streptococcus, Enterococcus,
ticas. Los autores comprobaron que el riesgo de Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas [15, 31,
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neumotórax se incrementaba progresivamente con 33]. Anecdóticamente se han comunicado casos


la realización de sucesivas toracocentesis evacua- aislados de EBE causados por Streptococcus
doras (básicamente en pacientes con hidrotórax agalactiae, Aeromonas veronii y Campylobacter
refractario), calculando que 1 de cada 3 pacientes jejuni [37-39].
presentará un neumotórax a la cuarta toracocente- La rentabilidad de los hemocultivos en esta
sis evacuadora. Basándose en estos datos, reco- entidad es baja, no llegando ni tan siquiera a
miendan control radiográfico postoracocentesis la mitad de los casos en ninguna de las series.
tan sólo en el caso de las evacuadoras. Solamente se aislaron gérmenes en los hemocul-
Con el objetivo de permitir un rápido diagnós- tivos del 36% de los pacientes de la serie de Xiol
tico o para casos en los que no se pueda realizar et al. de 1990 [33], en el 45% en la que publicaron
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en 1996 [31], y en el 31% en la serie publicada en la inserción de un tubo de tórax (28-36 F) o utili-
2003 por Chen et al. [32]. zando un catéter de pequeño calibre (colocación
guiada por técnicas de imagen) [42-44].
Diagnóstico diferencial: diferencias
con el derrame paraneumónico Tratamiento del EBE

Como se ha comentado anteriormente, uno Se basa en el tratamiento antibiótico empírico


de los criterios diagnósticos de EBE es la ausen- (hasta que pueda ajustarse según antibiograma)
cia de infiltrados pulmonares, ya que su presen- con cefalosporinas de tercera generación duran-
cia iría a favor de un derrame paraneumónico te 7-10 días [33]. Aunque en las primeras series
(tabla 3). publicadas los autores realizaban una toracocen-
Entre el 20 y el 40% de las neumonías que tesis de control 7-10 días después del inicio de la
requieren hospitalización se acompañan de derra- antibioterapia [31], en las revisiones más recien-
mes paraneumónicos. Está indicada la toraco- tes sólo se recomienda en caso de mala evo-
centesis diagnóstica siempre que el derrame lución clínica [4, 15]. Tampoco existen estudios
supere 1 cm en la placa lateral de tórax, si está diseñados específicamente para valorar el efecto
loculad,o, o si se acompaña de engrosamiento de la perfusión con albúmina en el EBE de cara
pleural en la TC pulmonar (dato radiológico indi- a evitar la disfunción renal. Sin embargo, algunos
recto de empiema). Según las características del autores proponen, dada la gravedad del EBE y de
líquido, hablaremos de derrame paraneumónico las similitudes de éste con la PBE, administrar la
no complicado (pH > 7,30; glucosa > 60 mg/ misma pauta de albúmina que se utiliza en la PBE
dl y LDH < 700 U/l); complicado (pH < 7,20, [4], es decir, 1,5 g/kg peso el primer día y 1 g/kg
glucosa < 40 mg/dl, LDH > 1.000 U/l) o empie- de peso el tercero.
ma (definido por la presencia de pus) [40, 41]. Probablemente, el tema más controvertido
Esta clasificación es importante, porque tanto el relativo al tratamiento del EBE sea el del drenaje
derrame complicado como el empiema requieren del líquido infectado. ¿Es necesario? ¿Está con-
drenaje, ya que se trata de un líquido fibrinopuru- traindicado? ¿Cómo se debe drenar?
lento con elevada concentración de proteínas, En la serie de 24 EBE, publicada por Xiol et
que puede evolucionar hasta desencadenar una al. en 1996 [31], se establecía como indicación de
fibrosis pleural [42]. En concreto, en la guía clíni- drenaje (mediante tubo de tórax) la presencia de
ca publicada por el American College of Chest pus o un pH por debajo de 7,1 asociado a gluco-
Physicians en el año 2000 [43], se establecen sa < 40 mg/dl en el LP. Sin embargo, a pesar de
las siguientes indicaciones de drenaje: derrame que algunos de los derrames cumplían las con-
pleural que ocupe más de la mitad del hemotórax diciones de pH y glucosa, los autores declararon
o esté loculado, con Gram o cultivo positivo del no haber colocado ningún tubo de tórax.
LP, con un pH < 7,20 o con presencia de pus. El Dada la conocida evolución del derrame
drenaje, en dichas situaciones, podría llevarse a paraneumónico (de no complicado puede pasar
cabo mediante toracocentesis de repetición, con a complicado, desarrollar pus, propiciar locula-
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Tabla 3. Diagnóstico diferencial entre derrame paraneumónico y EBE [33, 40]


Empiema/derrame paraneumónico Empiema bacteriano espontáneo
Sin derrame previo a la infección pulmonar Derrame previo (trasudado)
Infiltrado neumónico Ausencia de infiltrados pulmonares
Siempre exudado (tabla 1) Durante la infección: la mitad serán aún trasudados
Microbiología: bacilos grampositivos Microbiología: bacilos gramnegativos (E. coli,
(Streptococcus, Staphylococcus); bacilos Streptococcus, Enterococcus, K. pneumoniae
gramnegativos (Klebsiella, Haemophilus, y Pseudomonas)
E. coli), anaerobios (bacteroides, etc.)
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ciones y fibrosis que pueden reducir la expansión 8 años), mortalidad posoperatoria, duración de
pulmonar haciendo necesaria la decorticación, la cirugía, días de ventilación mecánica o días
etc.), no es descabellado pensar en drenar el LP de estancia en unidad de cuidados intensivos.
infectado en los EBE con las mismas indicacio- Además, basándose en las series anteriores
nes que en los paraneumónicos. Sin embargo, de EBE publicadas por estos mismos autores,
las posibles complicaciones derivadas de la encontraron un importante aumento de la super-
inserción de un tubo de tórax en los pacien- vivencia en los pacientes con antecedentes de
tes cirróticos (enfisema subcutáneo, hemotórax, EBE con trasplante frente a los no receptores de
laceraciones de pulmón, bazo, hígado o estóma- trasplante (98 meses frente a 13 meses, respec-
go, edema pulmonar, depleción de electrolitos, tivamente) [28].
infecciones, hemorragias, etc.) han llevado a
algunos autores a contraindicar su inserción en Pronóstico
ellos [4, 15, 45, 46].
Por el contrario, se han publicado casos ais- A pesar de la escasez de datos acerca de
lados en los que se ha utilizado el tubo de tórax esta patología, las tres series publicadas arrojan
en pacientes cirróticos con buenos resultados, resultados similares. Xiol et al. hallaron en el año
bien asociado a pleurodesis como tratamiento 1990 una mortalidad global del 27% [33]. En esta
de hidrotórax recidivante [47], bien asociado a serie de 8 pacientes, es llamativo que todos los
vasoconstrictores en pacientes con hidrotórax y fallecimientos se produjeron en pacientes en los
síndrome hepatorrenal concomitante [25, 27]. Se que se había logrado cultivar algún germen en
han comunicado casos anecdóticos de inserción el LP —hay que tener en cuenta que la mayoría
de tubo de tórax como tratamiento del EBE. Pfam- de estos pacientes eran portadores de un shunt
mattera et al. [24] optaron por el tubo de tórax peritoneo venoso—. En la serie de 16 pacientes
para drenar un EBE sobre un hidrotórax masivo. que estos mismos autores publicaron en 1996
Debido al continuo drenaje a través de éste, que [31], encontraron una mortalidad en torno al 20%
impedía su retirada, una vez resuelta la infección (5 pacientes) durante el tratamiento secundario a
utilizaron octreótido para disminuir el débito del shock séptico, hemorragia variceal o fallo hepáti-
tubo, pudiendo retirarlo sin complicaciones a co. Además, otros 2 pacientes fallecieron durante
término. Hsieh et al. publicaron un caso de EBE el mismo ingreso a pesar de la buena evolución
por neumococo, que se trató con tubo de tórax del EBE. De los pacientes que sobrevivieron al
por tener pH y glucosa bajos en el LP, sin com- ingreso, 4 murieron en los 19 meses posteriores y
plicaciones [48]; incluso se ha comunicado un los otros 5 fueron sometidos a trasplante (demos-
EBE con pH < 7,1 que se trató con inserción de trándose supervivencia al menos 24 meses des-
tubo de tórax y fibrinolíticos por tendencia a la pués). Algo mayor es la mortalidad hospitalaria
loculación [49]. en la serie de Chen et al. [32]: incluyeron a 17 pa-
Mucho menor es la experiencia con otros tipos cientes y la cifra de mortalidad fue del 38%.
de drenaje, como el pig tail, utilizado con éxito en El EBE es una patología con tendencia a la
un EBE por A. veronii por Wang et al. [38]. recidiva. Así se pone de manifiesto al comprobar
En resumen, existe escasa experiencia en el que 3 de los 8 pacientes de la primera serie de Xiol
drenaje del EBE en el cirrótico, no estando claras et al. [33] tuvieron un segundo episodio de EBE,
sus indicaciones.
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aunque la tasa de recidiva obtenida en su segun-


Al igual que la PBE, el EBE debería conside- da serie fue algo menor (3/16) [31].
rarse una indicación para trasplante hepático [28].
Xiol et al. evaluaron los resultados de una serie de
pacientes con trasplante en función del antece-
dente de hidrotórax y/o EBE, y no encontraron BIBLIOGRAFÍA
diferencias estadísticamente significativas entre
el grupo de hidrotórax (28 pacientes, 11 de los 1. Flaum MA. Spontaneous bacterial empyema in cirr-
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