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CAPÍTULO 21
Mujer de 73 años
con ictericia,
fiebre intermitente
y pérdida de peso
CASO CLÍNICO
Mujer de 73 años con antecedentes de hipertensión arterial,
diabetes mellitus, dislipemia y síndrome depresivo, por lo que seguía
tratamiento con lisinopril, metformina, glicazida, simvastatina, cita-
lopram y bromazepam. Como antecedente quirúrgico destacaba la
colocación de una prótesis de rodilla por gonartrosis.
La paciente acudió a urgencias por ictericia, coluria, acolia y
prurito de 10 días de evolución. Había presentado fiebre intermitente
acompañada de sensación distérmica en los 2 meses previos, aso-
ciada a malestar general, astenia y pérdida de unos 5 kg de peso
durante este periodo. No contaba dolor abdominal ni otra sintoma-
tología acompañante. No refería cambios recientes en su medicación
habitual.
En la exploración física, la paciente presentaba una presión arte-
rial de 120/70 mmHg y se encontraba afebril. Estaba consciente,
orientada, bien hidratada y bien perfundida. Llamaba la atención una
ictericia mucocutánea. El abdomen era blando, depresible, no doloro-
so a la palpación, los ruidos hidroaéreos estaban conservados y no se
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le practicó una CPRE y en ésta, la colangiografía A pesar del drenaje biliar, la bilirrubina y las
identificó una vía biliar intrahepática de morfo- enzimas de colestasis continuaron en ascenso
logía irregular y con un área de estenosis en la (la cifra de bilirrubina alcanzó una cifra máxima
confluencia de los conductos hepáticos que de 21,51 mg/dl). Debido a los hallazgos de la
podría corresponder a CCA o CEP con estenosis CTPH, el servicio de cirugía general desacon-
dominante a esta zona. Se realizó una citología sejó la intervención quirúrgica y planteó, para
de la estenosis mediante cepillado de la vía biliar intentar conseguir un adecuado drenaje biliar, la
que resultó negativa para malignidad en el aná- colocación de una prótesis biliar metálica autoex-
lisis posterior. Se dilató la rama biliar donde se pandible, lo que finalmente se realizó 1 semana
había inyectado contraste con balón neumático después de la primera CTPH.
de 6 mm y, por último, se introdujo una prótesis La paciente presentó un progresivo empeora-
biliar plástica recta de 8,5 Fr 3 12 cm, situada por miento del estado general con astenia y anorexia
encima de la estenosis, protruyendo por la papila importante, por lo que se contactó con la unidad
mayor al duodeno. de cuidados paliativos, la cual gestionó el trasla-
Después de colocada la prótesis biliar, la do a un centro de enfermos crónicos. La paciente
enferma presentó un empeoramiento clínico pro- recibió el alta hospitalaria 15 días después de
gresivo, con aparición de malestar general, náu- colocada la prótesis biliar, con una mejora pro-
seas y dolor abdominal, asociado también a un gresiva de la bioquímica hepática; la bilirrubina al
empeoramiento de la bioquímica hepática. Por alta era de 12,28 mg/dl.
todo ello, se decidió retirar la prótesis, que pre-
sentaba contenido en su interior y que probable-
mente impedía el correcto drenaje biliar.
La bioquímica hepática empeoró en los días DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
posteriores. Se realizó de nuevo una ecografía
abdominal, que mostró una marcada dilatación Colangiocarcinoma hiliar (tumor de Klats-
de la vía biliar intrahepática. Ante la evolución kin) irresecable. Tratamiento paliativo median-
clínica y los hallazgos en las pruebas de imagen te colocación de prótesis biliar metálica auto-
y, aunque no existía un diagnóstico anatomo- expandible.
patológico, el servicio de cirugía se planteó la
intervención quirúrgica ante la elevada sospe-
cha de CCA. También sugirió una embolización
portal previa a la intervención, por lo que se
consultó con el servicio de radiología interven-
cionista.
Debido a la estabilidad clínica posterior, la
paciente recibió el alta. Tenía la siguiente bioquí-
mica hepática: bilirrubina 11,74 mg/dl, GOT 165
U/l, GPT 109 U/l, GGT 1287 U/l y FA 564 U/l) y
reingresó para la realización de la prueba ante-
riormente referida 60 días después de su visita a
urgencias. La paciente presentaba buen estado
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COMENTARIOS
Introducción (clasificación,
epidemiología, fisiopatología)
mayoría de los casos son esporádicos, se han genes/proteínas encargadas de reparar el ADN,
definido una serie de factores de riesgo asocia- protooncogenes y genes supresores de tumores
dos a una inflamación crónica de las células del [11]. Las citocinas (p. ej., IL-6), los factores de
epitelio biliar y la posterior aparición del CCA [8]. crecimiento y los ácidos biliares se encuentran
Dentro de éstos, se consideran definitivos: la CEP en elevadas concentraciones cuando hay infla-
(el principal factor de riesgo en occidente), las mación y colestasis, contribuyendo a estos cam-
infecciones parasitarias (sobre todo de Opisthor- bios moleculares y promoviendo el crecimiento y
chis viverrini y Clonorchis sinensis, endémicos en supervivencia de estas células alteradas [2].
el este asiático), la hepatolitiasis, las malforma- El diagnóstico del CCA suele realizarse en
ciones biliares (quistes de colédoco, enfermedad estadios avanzados de la enfermedad, cuando
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no es posible el tratamiento con intención cura- tiene ciertas limitaciones: las personas carentes
tiva. Las herramientas diagnósticas incluyen: del antígeno de Lewis (10% de la población) no
marcadores tumorales, pruebas de imagen radio- producen este marcador tumoral y además, el CA
lógicas y endoscópicas y anatomía patológica. 19-9 puede estar elevado en colangitis y otras
Debido al retraso y a la dificultad habituales en el neoplasias gastrointestinales y ginecológicas [2].
diagnóstico de esta enfermedad, su pronóstico En un estudio prospectivo, en pacientes sin CEP,
es malo, asociándose a una elevada mortalidad. Patel et al. [14] observaron una sensibilidad del
Actualmente, la resección quirúrgica y el tras- CA 19-9, para un valor > 100 U/ml, en el diagnós-
plante hepático representan las únicas opciones tico del CCA, del 53%. Levy et al. [15] realizaron
de tratamiento con potencial curativo, habiendo un estudio retrospectivo en pacientes con CEP,
otras modalidades terapéuticas con finalidad encontrando una sensibilidad del 78%, una espe-
paliativa para los tumores avanzados [1, 5, 9]. cificidad del 98% y un valor predictivo positivo
(VPP) del 56% para el diagnóstico de CCA con
Diagnóstico un valor de CA 19-9 superior a 129 U/ml, con-
cluyendo que sólo los casos que correspondían
Clínica a estadios avanzados del tumor eran detectados
por este método. En otro estudio, esta vez pros-
En la mayoría de los casos, el CCA es clíni- pectivo, que incluyó a 230 pacientes con CEP de
camente silente, apareciendo la sintomatología los que 14 fueron diagnosticados de CCA en un
en estadios avanzados de la enfermedad [2], que seguimiento de 6 años, Charatcharoenwitthaya
dependerá, principalmente, de la localización et al. [16] encontraron una sensibilidad del 78%,
del tumor. Los que afectan a la confluencia de una especificidad del 67%, un VPP del 23% y un
ambos conductos hepáticos o al colédoco (CCA VPN del 96% para el diagnóstico de CCA utilizan-
extrahepático) se presentarán, habitualmente, do como punto de corte (que resultó ser el óptimo
con clínica de obstrucción biliar: ictericia indo- en este estudio) un valor de CA 19-9 de 20 U/ml.
lora, coluria, acolia y prurito. La presentación en Aunque un valor de CA 19-9 por sí solo no es
forma de colangitis es infrecuente [5]. La obs- diagnóstico de CCA, cuando aparece asociado
trucción biliar de uno de los lóbulos hepáticos a una imagen colangiográfica sugestiva de CCA
con afectación de la vasculatura ipsolateral dará es muy probable este diagnóstico; así, Blechacz
lugar a atrofia del lóbulo afectado e hipertrofia del y Gores [2], en un algoritmo diagnóstico del CCA
contrario. Este fenómeno constituye el llamado hiliar que expondremos posteriormente, incluyen
«complejo atrofia-hipertrofia» y se manifiesta en un nivel de CA 19-9 por encima de 129 U/ml
el examen físico al palparse un lóbulo hepático como uno de los criterios diagnósticos de este
prominente. El CCA intrahepático se presentará tumor.
con los síntomas típicos de las masas hepáticas:
dolor abdominal, malestar general, sudoración Pruebas de imagen
nocturna y caquexia [2]. Los pacientes con CEP
y CCA suelen presentar un rápido deterioro en su La primera prueba de imagen a realizar cuan-
estado general y un incremento de la colestasis do existe la sospecha de un CCA es una ecogra-
[12]. fía abdominal [5], que será de utilidad para confir-
mar la dilatación de la vía biliar, localizar dónde se
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ción [18]. Por tanto, la ecografía no es una prueba pueden mejorarse con la ayuda de un contraste
diagnóstica específica del CCA. como la ferumoxida [9, 24]. La exactitud de la
El valor de la TC para la evaluación de los colangio RM para valorar el nivel y la morfología
tumores de la vía biliar se ha incrementado con de la obstrucción biliar es comparable con la
los nuevos equipos multidetectores o multicorte. colangiografía realizada durante una CPRE o una
El CCA intrahepático se manifiesta típicamente CPTH, y tiene la ventaja, con respecto a éstas, de
como una lesión hipodensa en forma de masa, ser una técnica no invasiva [5, 19, 25, 26]. En un
de bordes irregulares, realce periférico, dilatación estudio prospectivo que incluyó a 50 pacientes
biliar proximal y captación de contraste en fases con ictericia indolora con sospecha de estenosis
tardías. En el CCA hiliar, el engrosamiento de la biliar, Rösch et al. [27] compararon la colangio-
vía biliar puede observarse utilizando contraste RM con la CPRE, la CTPH, la TC y la USE en la
para diferenciarlo del parénquima hepático adya- evaluación de estos enfermos. La sensibilidad y
cente. En el CCA extrahepático distal aparecerá especificidad para el diagnóstico de malignidad
típicamente dilatación de la vía biliar y distensión fue el siguiente: 85/75% para la CPRE/CTPH, 85/
de la vesícula. Puede aparecer y demostrarse 71% para la colangio-RM, 77/63% para la TC y
con esta prueba de imagen el fenómeno «atrofia- 79/62% para la USE. La especificidad aumentó al
hipertrofia» comentado con anterioridad [19]. La combinar la colangio-RM con la USE. Sin embar-
TC helicoidal con contraste es muy sensible a la go, en un estudio que comparó la colangio-RM
hora de detectar CCA intrahepáticos mayores de con la CPRE en la evaluación de 20 pacientes
1 cm, localizar el lugar de la obstrucción y la pre- con estenosis hiliar, la primera técnica subestimó
sencia de adenopatías [20]. Sin embargo, la rese- la extensión del tumor en el 22% de los casos (si
cabilidad de la lesión sólo puede establecerse en bien el estudio incluyó a pocos pacientes) [28]. En
el 60% de los casos [21]. Pero, como ya se ha cuanto a la evaluación de la afectación vascular
dicho antes, los nuevos equipos multidetectores preoperatoria, un estudio reciente encontró una
pueden mejorar estos resultados. En un estudio sensibilidad, especificidad y exactitud diagnós-
prospectivo que incluyó a 18 pacientes en los tica comparables con la angiografía por sustrac-
que se confirmó el diagnóstico de CCA hiliar ción digital [29]. Estos datos parecen confirmar
por medio de biopsias del tumor o del análisis la elevada exactitud diagnóstica de la RM, com-
histológico de la pieza resecada, Chen et al. [22] parable a las técnicas clásicas de referencia pero
encontraron, utilizando una TC multicorte con sin su agresividad.
estudio angiográfico y colangiográfico, una exac- Existen 2 técnicas que permiten realizar una
titud diagnóstica del 94% para la invasión portal, colangiografía directa: la CPRE y la CTPH. Algu-
del 89% para la invasión de la arteria hepática, nos autores consideran la primera como «patrón
del 100% a la hora de determinar el lugar y el tipo oro» o método de referencia a la hora de evaluar
de obstrucción biliar, y del 91 y 83% en cuanto a las obstrucciones biliares [1]. Ambas son técni-
la valoración de la resecabilidad y la no reseca- cas invasivas, pero tienen la ventaja de permitir
bilidad del tumor, respectivamente. Estos datos la obtención de material para estudio anato-
hacen pensar en un papel más relevante de la TC mopatológico mediante cepillado o biopsia y la
multicorte en el diagnóstico y estadificación de colocación de prótesis que alivien la obstrucción
este tumor del que tenía clásicamente. biliar [8, 9]. La elección de una u otra técnica
La RM es la prueba de imagen óptima cuando dependerá de la experiencia y disponibilidad en
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se sospecha un CCA, aportando, con la ayuda cada centro, del fallo previo de una u otra y de
de la colangiopancreatografía (colangio-RM) y las características anatómicas: el CCA extra-
la angiografía (angio-RM), información precisa hepático distal es valorado de manera óptima
sobre la anatomía biliar y hepática, la extensión mediante CPRE, mientras que, cuando existe
local y a distancia y la invasión vascular [5, 9, una obstrucción completa distal de la vía biliar
23]. El CCA aparecerá hipointenso en T1 e hiper- o, en ocasiones, en los CCA hiliares (puesto
intenso en T2. En la RM dinámica con contraste que puede ser la única forma de colocar una
mostrará un moderado realce periférico en las prótesis), la CTPH será la técnica de elección [5,
fases tardías. La calidad de imagen y la sensi- 9]. En la colangiografía, las estenosis de más de
bilidad de la RM para el diagnóstico del CCA 10 mm, de márgenes irregulares y la transición
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abrupta entre la vía biliar normal y las zonas de actitud terapéutica posterior en el 20% de los
estenosis, son sugestivas de malignidad [30]. En pacientes. Aunque estos datos parecen probar la
la CEP, la aparición de una estenosis dominante seguridad de la PAAF de lesiones hiliares guiada
deberá hacer sospechar la posibilidad de una por USE, la opinión contraria de la mayoría de
transformación maligna y la necesidad de un los autores no permite, de momento, indicar esta
estudio exhaustivo y una vigilancia estrecha para actitud, reservando esta técnica para evaluar la
descartarla [1]. Dentro del algoritmo diagnóstico extensión locorregional del tumor.
del CCA hiliar propuesto por Blechacz y Gores La tomografía por emisión de positrones (PET),
[2] que se comentará más adelante, la CPRE utilizando como trazador la 18-fluorodesoxiglu-
constituye para los autores la prueba diagnóstica cosa (FDG) (las células del CCA pueden acumu-
inicial en la evaluación de este tumor, aunque, en larlo visualizándose como «puntos calientes»)
la práctica clínica habitual, se suele realizar antes puede desempeñar un papel importante en el
una colangio-RM. diagnóstico y estadificación del CCA, sobre todo
La prueba de imagen más sensible para la para detectar metástasis locorregionales y a
evaluación de las adenopatías locorregionales es distancia [9, 19]. En un estudio prospectivo que
la USE, que permite la obtención de tejido para incluyó a 61 pacientes con neoplasias malignas
su posterior análisis anatomopatológico median- biliares confirmadas histológica o citológicamen-
te PAAF (USE-PAAF) y, por lo tanto, una mejor te, Petrowsky et al. [34] compararon la exactitud
estadificación de la enfermedad [2, 9]. En un diagnóstica de la PET/TC (integradas) con la TC
estudio retrospectivo que incluyó a 47 pacientes con contraste. La exactitud diagnóstica con la
con CCA hiliar irresecable, que estaban siendo PET/TC fue del 89% para el CCA intrahepático
valorados para su inclusión en lista de trasplante (14 pacientes) y del 53% para el extrahepáti-
hepático y a los que se realizó una USE previa co (33 pacientes), similar a la de la TC con con-
a la realización de una laparotomía exploradora traste. El 100% de las metástasis a distancia
para completar una correcta estadificación, Glee- fueron detectadas por la PET/TC, mientras que la
son et al. [31] encontraron que la USE identificó la TC detectó sólo el 25% de ellas. La presencia de
presencia de adenopatías en todos los pacientes, metástasis en los ganglios linfáticos regionales
confirmándose su malignidad en el 17% de los fue detectada por la PET/TC sólo en el 12% de
casos mediante USE-PAAF —contraindicando los casos, frente al 24% detectado con la TC. La
el trasplante en estos enfermos—. Los autores PET/TC cambió el enfoque oncológico posterior
determinaron que los criterios endosonográficos en el 17% de los pacientes que, evaluados con
habituales para establecer la naturaleza maligna otras pruebas de imagen, presentaban un CCA
de las adenopatías no eran aplicables en las resecable. La PET/TC no cambió la actitud pos-
adenopatías perihiliares, haciendo necesaria la terior en los pacientes con tumores irresecables.
PAAF. La obtención de material para estudio Los autores concluyen que la PET/TC es espe-
mediante PAAF de las lesiones sospechosas de cialmente valiosa a la hora de detectar metástasis
CCA está contraindicada, para muchos autores, a distancia que no son diagnosticadas por las
en pacientes con tumores potencialmente rese- técnicas de imagen habituales y de seleccionar
cables, debido al riesgo de siembra tumoral [2, una adecuada terapia para los pacientes. En otro
19, 32]. Por el contrario, Fritscher-Ravens et al. estudio reciente, prospectivo, que incluyó a 94 pa-
[33] no encontraron riesgo de siembra peritoneal cientes con CCA considerado resecable por las
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en el seguimiento posterior de 44 pacientes técnicas de imagen habituales, Kim et al. [35] en-
que fueron sometidos a USE-PAAF de lesiones contraron una exactitud para el diagnóstico del
hiliares sugestivas de CCA en los que estudios CCA utilizando la PET/TC del 83%, sin diferen-
anatomopatológicos previos de muestras obte- cias con respecto a la TC y la RM/colangio-RM.
nidas mediante otras técnicas habían resultado La exactitud diagnóstica, tanto para las metásta-
negativos. Los autores, al encontrar una sensi- sis locorregionales como a distancia, fue superior
bilidad del 89%, una especificidad del 100% y con la PET/TC al compararla con la TC. LA PET/
una exactitud diagnóstica del 91% para el diag- TC cambió la actitud terapéutica posterior en el
nóstico de malignidad utilizando la USE-PAAF 16% de los pacientes con un CCA considerado
de estas lesiones, propiciaron un cambio en la resecable. Estos resultados parecen demostrar
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240 Mujer de 73 años con ictericia, fiebre intermitente y pérdida de peso
Sospecha clínica
de CCA hiliar
Ca 19-9
CPRE (muestra)
Masa Negativa
Afectación vascular
Fig. 4. Algoritmo diagnóstico en pacientes con sospecha de CCA hiliar. Adaptado de Blechacz y Gores [2].
RM, técnicas de evaluación inicial en la práctica estadio con diferentes variables —entre las que
habitual. se incluyen la resecabilidad, la probabilidad
Estadificación
Tabla 1. Clasificación TNM del CCA
El CCA intrahepático se clasifica según el sis- intrahepático (AJCC/UICC)
tema TNM de American Joint Commitee on Can-
cer (AJCC)/International Union Against Cancer T1: tumor solitario sin invasión vascular
(UICC). Dependiendo de la T (tamaño del tumor), T2: tumor solitario con invasión vascular o
la N (afectación o no de los ganglios linfáticos múltiples tumores ≤ 5 cm
regionales) y la M (presencia o no de metástasis T3: múltiples tumores > 5 cm o afectación de
a distancia) se dividirá en 4 estadios (tabla 1) la rama porta o suprahepática
[45]. Este sistema de estadificación no es el ideal, T4: invasión de órganos vecinos (no incluida
puesto que está basado en la anatomía patológi- vesícula) o peritoneo visceral
ca y, por lo tanto, requiere de la obtención de teji- N0: sin adenopatías metastásicas locorregio-
do durante la cirugía. Además, un sistema óptimo nales
debería aportar información detallada acerca de N1: adenopatías metastásicas locorregionales
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T1: Confluencia biliar ± extensión unilateral radi- T3: Confluencia biliar + extensión bilateral radi-
cales biliares secundarios cales biliares secundarios o extensión unila-
T2: Confluencia biliar ± extensión unilateral radi- teral radicales biliares secundarios y porta
cales biliares secundarios y porta ipsolateral contralateral o extensión unilateral radicales
± atrofia lóbulo hepático ipsolateral biliares secundarios y atrofia lóbulo hepático
contralateral o afectación porta común
número de laparotomías abiertas innecesarias, bien definidos. Un estudio reciente publicado por
y se basan en estudios como el de Weber et Endo et al. [49], retrospectivo, pero que incluyó a
al. [47], de carácter prospectivo, que incluyó a un elevado número de pacientes (594), resume la
56 pacientes con un CCA hiliar resecable por experiencia en el tratamiento del CCA del Memo-
técnicas de imagen (ecografía, TC, colangio-RM rial Sloan-Kettering Cancer Center entre los años
y colangiografía directa) que fueron sometidos a 1990 y 2006. En este centro se utilizaron una
una laparoscopia de estadificación comproban- serie de criterios de resecabilidad que aplicaron
do, posteriormente, que el 25% de éstos tenían a los 270 casos de CCA intrahepático diagnosti-
tumores irresecables. cados durante ese periodo. De manera general,
En cuanto al CCA hiliar, se han definido una los autores consideraron resecables los tumores
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solitarios confinados al hígado y que podían ser y el grado de diferenciación del tumor fueron fac-
extirpados de manera completa dejando un ade- tores pronósticos independientes. En pacientes
cuado volumen de tejido hepático (mínimo 2 seg- con resección R0 únicamente la presencia o au-
mentos hepáticos contiguos) con una adecuada sencia de metástasis linfáticas se relacionó con
perfusión y drenaje venoso y biliar, aunque los la supervivencia. En el estudio antes presentado
pacientes con enfermedad metastásica limitada de Endo et al. [49], de los 270 pacientes con CCA
a los ganglios linfáticos portohepáticos o con tu- intrahepático, 82 fueron sometidos a resección
mores satélite adyacentes al tumor principal fue- quirúrgica. La supervivencia media fue de 36 me-
ron sometidos también a resección. Fueron des- ses (9 meses para los enfermos con tumores
cartados para la resección los pacientes con irresecables). La recurrencia de la enfermedad
enfermedad metastásica a distancia o que pre- fue observada en el 62% de los pacientes en un
sentaban comorbilidades que contraindicaban tiempo de seguimiento medio de 26 meses. La
la cirugía. resección R0 fue llevada a cabo en el 85% de los
Con respecto al pronóstico, la supervivencia pacientes. La presencia de múltiples tumores, la
a los 5 años después de una resección R0 para el enfermedad metastásica linfática locorregional y
CCA hiliar varía entre el 11 y el 41%, para el extra- el tamaño del tumor fueron factores de predic-
hepático distal entre el 27 y el 37% y para el intra- ción independientes de pobre supervivencia libre
hepático entre el 22 y el 63%, según el autor [2]. de recurrencia. Ni la resección R0, ni la extensión
Jarnagin et al. [46] publicaron los datos de 80 pa- de la resección, ni la diferenciación del tumor se
cientes con CCA hiliar sometidos a resección, el relacionaron con la supervivencia.
78% de los cuales con una hepatectomía par- La realización de un drenaje biliar preopera-
cial concomitante y, en el 78% de los casos, se torio se asocia con un aumento en el riesgo de
realizó una resección R0. La supervivencia a los colangitis y una estancia hospitalaria más prolon-
5 años fue del 27% y, en los casos con resec- gada, aunque la obstrucción biliar persistente se
ción R0, del 37%. La presencia de márgenes asocia con un mayor riesgo de colestasis y fallo
histológicos negativos, la hepatectomía parcial hepático. Debido a la escasez y poca potencia
concomitante y la buena diferenciación del tumor estadística de los estudios realizados en este
se relacionaron con un mejor pronóstico después sentido, el drenaje biliar preoperatorio no se reco-
de la resección. En pacientes que fueron some- mienda de rutina y debe hacerse sólo en pacien-
tidos a resección R0, la hepatectomía parcial tes sépticos y de alto riesgo [5]. Se han evaluado
concomitante fue el único factor de predicción diversas terapias por su potencial beneficio a la
independiente de supervivencia a largo plazo. La hora de aumentar la resecabilidad, entre ellas, la
tasa de complicaciones de la cirugía fue del 64%, embolización portal (EP) asociada a una hepa-
con una mortalidad del 10%. Klempnauer et al. tectomía extendida. La EP tiene como objetivo
[50] obtuvieron similares resultados en cuanto a producir la hipertrofia del lóbulo contralateral
la supervivencia a los 5 años en 151 pacientes y aumentar el volumen de hígado remanente
con CCA hiliar sometidos a resección. En uno después de una hepatectomía extendida [2]. En
de los estudios que incluyen a un mayor número un estudio retrospectivo que incluyó a 79 pa-
de pacientes, DeOliveira et al. [51] analizaron, de cientes sometidos a cirugía por un CCA hiliar,
manera retrospectiva, los resultados de 564 pa- Kawasaki et al. [52] encontraron una mayor pro-
cientes con CCA (44 con CCA intrahepático, babilidad de realizar una resección R0 después
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281 con CCA hiliar y 239 con CCA extrahepático de una EP y la posterior hepatectomía extendida.
distal) de los que 430 fueron sometidos a resec- Un estudio reciente, en 132 pacientes sometidos
ción quirúrgica. La supervivencia media para los a EP y hepatectomía extendida por un CCA, no
pacientes sometidos a resección R0 fue de 80, mostró diferencias en cuanto a la supervivencia a
30 y 25 meses para los enfermos con CCA intra- los 5 años cuando se compararon con otro grupo
hepático, hiliar y distal respectivamente; en estos de pacientes no sometidos a EP [53]. Aunque
casos, la supervivencia a los 5 años fue del 63, 30 existen otros datos en la literatura médica que
y 27%, respectivamente. La mortalidad periope- apoyan la realización de esta técnica, la falta de
ratoria fue del 4%. En el análisis multivariante, la estudios controlados hacen difícil, de momento,
resección R0, la ausencia de metástasis linfáticas recomendar su realización de manera rutinaria [5,
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244 Mujer de 73 años con ictericia, fiebre intermitente y pérdida de peso
48]. Otras terapias adyuvantes o neoadyuvantes mayor de 3 cm en las pruebas de imagen. Los
han sido probadas en pacientes con CCA para pacientes recibieron terapia neoadyuvante según
aumentar la resecabilidad y disminuir la recurren- el siguiente esquema: radioterapia externa repar-
cia después de la resección. Entre ellas destacan tida en 30 sesiones de 150 cGy, a razón de 2 se-
la quimioterapia, la radioterapia, la radioquimio- siones al día durante 3 semanas; quimioterapia
terapia combinada y la terapia fotodinámica. La utilizando fluorouracilo (5-FU) en una dosis diaria
falta de estudios controlados impide, de momen- de 500 mg/m2 durante los 3 primeros días de la
to, recomendar cualquiera de estas terapias en radioterapia; braquiterapia con iridio-192 en una
este contexto [5, 9]. dosis de 2.000-3.000 cGy 2 semanas después;
El pronóstico de la cirugía en los pacientes capecitabina oral a razón de 2.000 mg/m2, 2 de
con CEP no es bueno, debido a lo avanzado de cada 3 días después de la braquiterapia y hasta
la enfermedad hepática en muchos de los casos, el trasplante. Antes de éste, los pacientes fueron
colangitis agudas recurrentes debido a la reali- sometidos a una laparotomía exploradora, con
zación de anastomosis bilioentéricas, al carácter biopsia de cualquier nódulo o ganglio sugestivo
multifocal del tumor y al riesgo incrementado de de malignidad. Sólo los pacientes con resulta-
tener un futuro CCA. Por todo ello, los pacientes dos negativos para malignidad después de este
con CEP deben ser evaluados antes como poten- procedimiento fueron candidatos al trasplante.
ciales candidatos a un trasplante hepático [2]. De los 65 pacientes trasplantados, 4 murieron
en los 6 meses posteriores debido a complica-
Trasplante hepático ciones posoperatorias y 11 (17%) desarrollaron
recurrencia entre 7 y 64 meses después del
Los resultados iniciales del trasplante hepá- trasplante. La media de tiempo para la recurren-
tico en pacientes con CCA extrahepático fueron cia fue de 29 meses, y 8 pacientes murieron a
desalentadores, por lo que no se le consideró una causa de ella. La supervivencia a los 5 años fue
buena alternativa. Sin embargo, recientemente se del 76% y la supervivencia libre de enfermedad
han desarrollado nuevos protocolos que incluyen del 60%. Los predictores de recurrencia fueron:
terapia neoadyuvante con resultados promete- la edad avanzada, un valor de CA 19-9 superior a
dores [9]. 100 U/ml antes del trasplante, la colecistectomía
Heimbach et al. [54] publicaron recientemente previa, la presencia de una masa en las técnicas
los resultados de 65 pacientes con CCA hiliar de imagen, el que existiese un tumor residual en
sometidos a trasplante hepático en la Clínica el hígado explantado mayor de 2 cm, el grado de
Mayo entre 1993 y 2006. Se diseñó un protocolo diferenciación del tumor y la invasión perineural
terapéutico y se definieron una serie de criterios en el explante. Sudan et al. [55], de la Universidad
de inclusión y de exclusión. Se incluyeron a de Nebraska, publicaron en 2002 los datos referi-
pacientes con diagnóstico de CCA hiliar irre- dos a 11 pacientes con CCA sometidos a braqui-
secable o con un CCA en el seno de una CEP. terapia y quimioterapia neoadyuvante antes del
El diagnóstico se basó en la presencia de una trasplante. El 45% de ellos estaban vivos y libres
citología convencional o utilizando técnicas de de enfermedad, con una media de seguimiento
DIA o FISH positiva, una biopsia positiva o un de 7 años y medio.
CA 19-9 mayor de 100 U/ml en el seno de una Mantel et al. [56] compararon a los pacientes
estenosis biliar de aspecto radiológico maligno. trasplantados por CCA hiliar en la Clínica Mayo
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Los criterios de exclusión fueron los siguientes: que habían recibido terapia neoadyuvante con
radioterapia o quimioterapia previas, infección otro grupo de pacientes trasplantados por otra
no controlada, enfermedad maligna en los 5 causa, con el fin de evaluar las complicaciones
años previos, comorbilidades que contraindi- vasculares en ambos grupos. Los autores encon-
caran el trasplante, enfermedad extrahepática traron más complicaciones arteriales y portales
(incluyendo la afectación de los ganglios linfá- tardías en el grupo que recibió neoadyuvancia,
ticos regionales evaluada mediante USE-PAAF siendo esta diferencia estadísticamente signifi-
desde el 2002 en todos los pacientes), biopsia cativa, sin afectar a la supervivencia del órgano
operatoria o intento de resección previa del tumor o a la del paciente. Los autores determinaron
y la presencia de una masa con un diámetro que estas complicaciones se podían controlar
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(6-12%) y morbilidad (17-51%), así como el cos- comparen la colocación de prótesis metálicas
te y tiempo de recuperación, han hecho de las por ambas vías. En general, cuando ambas alter-
alternativas radiológicas y sobre todo endoscó- nativas son accesibles, la ruta endoscópica se
picas (como ya hemos referido antes) las pre- considera como de primera elección en la mayo-
feridas, por su menor morbimortalidad y coste ría de los hospitales, y la vía percutánea sólo se
[63]. Es importante tener en cuenta una serie de lleva a cabo en casos de fallo endoscópico o
variables en este tipo de drenajes: a) localización imposibilidad anatómica [2, 61].
y extensión de la obstrucción biliar; b) tipo de La USE intervencionista podría tener también
prótesis: prótesis plásticas, cuya ventaja princi- su función en el drenaje de la vía biliar. Hay series
pal es la de ser más baratas; prótesis metálicas con un alto porcentaje de éxitos utilizando este
autoexpandibles, que presentan una permeabili- procedimiento cuando la CPRE ha fallado [65]. La
dad más prolongada, menos reintervenciones y complejidad de la técnica y los escasos trabajos
recambios (aunque son mucho más caras que publicados no permiten, de momento, indicarla
las plásticas) y prótesis metálicas autoexpadibles como alternativa inicial, quedando reservada
recubiertas, cuya ventaja teórica (no claramente para los casos de fallo de otras técnicas y en
demostrada) es la mayor permeabilidad y que, centros con experiencia en USE intervencionista.
además, puedan ser retiradas (como desventaja,
tienen un mayor riesgo de migración y de com- Terapia fotodinámica
plicaciones infecciosas e inflamatorias que las no
recubiertas); c) posibilidad de tener que repetir La terapia fotodinámica (TFD) se basa en la
intervenciones; d) drenaje unilateral o bilateral; acumulación de moléculas de fármacos fotosen-
e) presencia de atrofia de algún lóbulo hepático; sibilizantes (normalmente porfirinas) en células
f) expectativa de vida del paciente. No existe un neoplásicas, seguido por la aplicación endoscó-
consenso sobre la necesidad de drenar uno o pica de una luz con una longitud de onda especí-
dos lóbulos hepáticos [61]. Un estudio prospecti- fica que provoca la formación de radicales libres
vo, que incluyó a 157 pacientes con obstrucción de oxígeno en el tejido tumoral, conduciendo a
hiliar por CCA, cáncer de vesícula o metástasis la trombosis vascular y necrosis isquémica [61].
periportales y que comparó el drenaje endos- En un estudio prospectivo que incluyó a 39 pa-
cópico unilateral frente al bilateral, no encontró cientes con un CCA irresecable y que fueron
diferencias entre los 2 grupos en cuanto al éxito sometidos a un drenaje biliar paliativo endoscó-
en el drenaje, la aparición de complicaciones, la pico o percutáneo y posteriormente distribuidos
mortalidad en relación con el procedimiento y de modo aleatorio a recibir TFD, Ortner et al. [66]
la supervivencia [64]. No existe la prótesis ideal encontraron, en el grupo tratado con TFD, una
(fácil de colocar, sin complicaciones, larga per- mayor supervivencia (493 frente a 98 días) ade-
meabilidad, reemplazable, barata). Las prótesis más de mejoría en el drenaje biliar y en la calidad
plásticas requieren recambios cada 2-3 meses de vida. En otro estudio prospectivo que incluyó
debido a la migración, colangitis u obstrucción a 184 pacientes con CCA hiliar irresecable y que
de ellas mismas, pero, serán las preferidas para fueron sometidos a distintas terapias paliativas,
pacientes con expectativa de vida inferior a los el grupo que recibió TFD más prótesis biliar
3-4 meses, debido a su bajo coste. En pacien- mostró una supervivencia más larga, menores
tes con expectativa de vida superior, serán de valores de bilirrubina y mejor índice de Karnofsky
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elección las prótesis metálicas no recubiertas. En que los que fueron tratados exclusivamente con
cuanto a las metálicas recubiertas, podrían ser prótesis —sin diferencias en cuanto a la apari-
de interés cuando el diagnóstico de resecabilidad ción de colangitis en ambos grupos—. Además,
esté pendiente de concretar y se considera la tuvieron una supervivencia similar al grupo trata-
posibilidad de retirarla [61]. do mediante resección incompleta [67]. Existen
Acerca de la CTPH, los estudios aleatorios series de casos en los que se comunican falleci-
que comparan la colocación de prótesis plásticas mientos secundarios a colangitis y hemobilia en
por vía endoscópica y percutánea demuestran relación con la TFD [68]. Ésta estará contraindi-
menores éxitos terapéuticos y más complicacio- cada en pacientes con porfiria, hipersensibilidad
nes en esta última [60]. No existen estudios que a las porfirinas, cirrosis descompensada, fracaso
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