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Hígado
Luis Martí-Bonmatí
Hospital Universitario Dr. Peset. Valencia
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A B
Figura 2. Paciente con absceso bacteriano. A: la lesión presenta necrosis central con pared irregular en la imagen potenciada en T2. B: en la imagen T1 con supresión
grasa, obtenida a los 5 minutos tras la administración de Gd, se evidencia la captación prolongada de la pared con abscesos satélites periféricos y la captación en el parén-
quima adyacente por la inflamación.
precoz en las fases iniciales, manteniéndose el na variable (fig. 5). El contenido de los monovesi-
contraste debido al aumento del espacio intersti- culares es líquido. En los multivesiculares se evi-
cial. Conforme la necrosis progresa, se observa dencian las membranas ondulantes y las paredes
que múltiples focos avasculares coalescen en gran- de las vesículas hijas contrastando con la señal más
des áreas de formas anfractuosas. Con los contras- intensa de la matriz líquida hidatídica (fig. 6). Es
tes intracelulares, los abscesos presentan una cap- importante valorar la morfología e integridad de
tación en las áreas no necróticas dado que están la periquística (en las roturas contenidas el mate-
compuestas de hepatocitos y células de Kupffer. rial hidatídico se sitúa entre el hígado y la peri-
Los abscesos amebianos son lesiones de paredes quística) y la relación con la vía biliar (en la CPRM
gruesas y regulares y una captación periférica puede observarse el radical biliar dilatado incor-
inflamatoria reactiva que les da una apariencia de porado a la periquística y material hidatídico en el
capas (fig. 4). Los microabscesos por Candida sue- interior de la vía biliar de mayor calibre) (fig. 5B).
len tener un anillo hipointenso periférico. Con la cronicidad, el quiste hidatídico pierde
Los granulomas, principalmente tuberculosos, volumen e intensidad de señal, presentando un
se observan como pequeñas lesiones similares a las contenido heterogéneo con tractos hipointensos y
metástasis, presentando áreas hipointensas centrí- periquística muy calcificados.
fugas cuando se van cronificando y calcificando. La esquistosomiasis crónica genera una superfi-
Los quistes hidatídicos presentan una cápsula cie hepática irregular con un patrón en mosaico
periférica (periquística), hipointensa y con capta- originado por las bandas de fibrosis y calcifica-
ción lenta pero mantenida, y una estructura inter- ción, de señal variable en T1 y T2.
A B
Figura 3. Abscesos por colangitis evidenciada como una dilatación de la vía biliar intrahepática en proximidad a las lesiones hipointensas con anillo periférico tras admi-
nistrar Gd (A y B: pacientes diferentes). Esta apariencia es muy similar a la imagen del colangiocarcinoma.
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A B
Figura 4. Absceso amebiano evidenciado como una lesión grande de paredes gruesas y regulares (A: imagen T1). El Gd demuestra la captación de la pared y del parén-
quima hepático inflamado adyacente (B: imagen T1 tras Gd).
A B
Figura 5. Quiste hidatídico con periquística muy hipointensa por calcificación y contenido heterogéneo (A: imagen STIR). B: en la colangiografía por RM se eviden-
cian las vesículas hijas internas y la comunicación con un radical biliar dilatado.
A B
Figura 6. Quiste hidatídico con múltiples membranas colapsadas (A y B: imágenes T2 de diferentes pacientes). B: pueden coexistir quistes de diferentes apariencias.
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A B
Figura 8. A y B: imágenes STIR de pacientes con cirrosis hepática. La hiperintensidad del parénquima y su apariencia en mosaico se relaciona con la actividad necroin-
flamatoria de la hepatopatía.
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A B
Figura 9. Captación de Gd en la cirrosis. La captación del parénquima es superior en la cirrosis, con mayor captación de los septos fibrosos que rodean a los nódulos
de regeneración (A y B) y de las áreas de necrosis confluente (A: cisura interlobar).
A B
Figura 10. La difusión hepática puede verse alterada por anomalías de la estructura y la fibrosis presentes en la cirrosis, especialmente en las formas macronodulares.
En las imágenes isotrópicas existe una diferencia entre la cirrosis inicial (A) y la macronodular más avanzada (B).
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Figura 11. Los contrastes celulares dirigidos al hepatocito demuestran con frecuencia la macrorregeneración y los colapsos de la cirrosis (A: sin contraste; B: tras
MnDPDP).
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Figura 13. Quistes simples. Estas lesiones pueden formar parte de los complejos
de Von Meyemburg (A: múltiples, sin comunicar con la vía biliar, pequeños) y de
la enfermedad de Caroli (B: múltiples, comunican con la vía biliar).
A B
Figura 14. Cistoadenomas. Apariencias típicas son el quiste encapsulado hiperintenso en T1 (A) y el polilobulado con captación en sus septos (B).
A B
Figura 15. Hemangiomas. La captación de Gd típica es periférica, nodular y precoz, con una velocidad de realce variable (A). Dado el componente intravascular de los
SPIO, los hemangiomas son hiperintensos en T1 tras su administración (flecha)(B).
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A B
Figura 16. HNF. Es típica su cicatriz central y la captación precoz, intensa, fugaz y homogénea de Gd (A) con lavado rápido (B).
intensa, progresando centrípetamente. Hasta 1/5, siva y marcada, permaneciendo alterada su intensi-
especialmente si son de pequeño tamaño, pueden dad durante varias horas (e incluso días).
tener una captación precoz, intensa y homogénea Adenoma hepatocelular: es de apariencia variable y
con lavado posterior lento, debido a la presencia usualmente isointenso en T1 con una cápsula
de grandes arterias aferentes con una alta veloci- periférica hipointensa. Con frecuencia es hetero-
dad en el interior de los sinusoides. Estas mismas géneo debido a la presencia de hemorragia intra-
lesiones pueden asociar shunts arterioportales tumoral y metamorfosis grasa intracelular. Su cap-
cuando son de pequeño tamaño. Dado que están tación de Gd es precoz, con un lavado progresivo.
constituidos por lagos vasculares, se vuelven hi- Acumula en menor medida que el hígado los con-
perintensos en secuencias T1 tras administrar con- trastes intracelulares, principalmente los dirigidos
trastes SPIO (fig. 15). Su brillo no se modifica con al hepatocito pero también, aunque poco, los del
los contrastes intracelulares hepatocitarios. SRE.
HNF: está formada por nódulos de hepatocitos Hiperplasia nodular regenerativa: es una respuesta
hiperplásicos con conductillos biliares. Es una nodular secundaria a una disminución del flujo
lesión bien delimitada y homogénea, excepto por portal, con ausencia de fibrosis. Los nódulos son de
una cicatriz central hiperintensa en T2. No presen- características similares al hígado, con bajo contras-
ta cápsula ni edema periférico y tiene una capta- te con el parénquima en todas las secuencias. Se
ción precoz, intensa, fugaz y homogénea del con- asocia a hipertensión portal y atrofia (fig. 17).
traste (fig. 16). La cicatriz central se observa en las Hamartoma mesenquimal: antes de los tres años, se
imágenes tardías por su captación mantenida. La presenta como una lesión quística multiseptada.
lesión capta los contrastes intracelulares, tanto diri- Lipomas y angiomiolipomas: lesiones bien delimi-
gidos al hepatocito como al SRE, de forma progre- tadas que contienen grasa homogénea (lipomas)
A B
Figura 17. Hiperplasia nodular regenerativa. A: múltiples nódulos confluentes con atrofia secundaria del segmento lateral izquierdo. B: en ocasiones son de captación
arterial dado que se producen como una respuesta del hígado a una hipoperfusión portal. Asocian esplenomegalia.
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Figura 18. Lipoma hepático. Lesión grasa homogénea que presenta el artefacto de cancelación de fase (A: imagen T1 en fase; B: imagen T1 en fase opuesta).
A B
Figura 19. Metástasis. Suelen ser múltiples, de pequeño tamaño y con apariencia en diana. La secuencia TSE-STIR (A) es más sensible que las TSE-T2 (B).
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Figura 20. Metástasis de melanoma melanótico. La lesión del segmento 2 es hiperintensa tanto en la imagen T1 fuera de fase (A) como en fase (B), sin artefacto de can-
celación de fase periférico que hubiera indicado un contenido graso.
presentar cápsula (leimiosarcoma). En su descrip- pequeño tamaño suelen ser reactivos) y hemáticas,
ción hay que constatar número, tamaño, localización presencia de hipertensión portal (varices, ascitis) y
y características específicas (hemorragia en las de estado del parénquima hepático (fig. 22).
hipernefroma, fibrosis hipointensa anular en las de CHC fibrolamelar: bien delimitado, sin cápsula,
adenocarcinoma, melanina en melanomas) (fig. 20). de crecimiento expansivo e hipervascular. Pre-
CHC: lesión de crecimiento usualmente expansi- senta calcificaciones intratumorales y una cicatriz
vo. De señal muy variable en T2, suelen ser hipo- radial, hipointensa en T2 (30 %).
isointensos en T1 (los hiperintensos en T1 pueden Colangiocarcinoma intrahepático: tumor solitario y
contener metamorfosis grasa en su interior y están grande, no encapsulado y de márgenes irregula-
bien diferenciados) (fig. 21). Con frecuencia está res. Son frecuentes los nódulos satélites, la inva-
encapsulado y su interior está organizado en mosai- sión venosa portal y la dilatación biliar perifé-
co (50 %). La necrosis es más frecuente cuando se rica, lo que genera atrofia secundaria del pa-
pierde la diferenciación. La captación es precoz, rénquima entre la lesión y la cápsula (50 %)
homogénea e intensa (80 %) con lavado rápido, en (fig. 23). Los escirros, más frecuentes, presentan
ocasiones con shunts arterioportales (fig. 22). Los áreas centrales o anulares hipointensas en T2
tumores bien diferenciados acumulan contrastes con captación prolongada del contraste. Esta
extracelulares dirigidos al hepatocito (de forma fibrosis se encuentra también en el adenocarci-
intensa) y al SRE (en grado discreto y proporcional noma metastático. A la captación anular perifé-
a la diferenciación tumoral). En su estadificación rica precoz hipervascular le sigue un realce cen-
hay que describir el tamaño, grado de diferencia- tral tardío.
ción, localización, nódulos satélites, invasión vascu- Linfoma: el tipo no Hodgkin es una lesión gran-
lar, metástasis locorregionales ganglionares (en las de y bien delimitada, de características similares a
cirrosis hepáticas los ganglios hepatoduodenales de las metástasis. Pueden tener fibrosis central y sue-
A B
Figura 21. Hepatocarcinoma bien diferenciado. La tumoración situada en la interfase entre el segmento 5 y el 4b presenta en las imágenes T1 en fase (A) y fase opues-
ta (B) una cápsula periférica, grasa en su interior y un abombamiento del contorno hepático. Hipertrofia del segmento lateral izquierdo por su cirrosis hepática.
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Figura 22. Hepatocarcinoma. A: captación de Gd precoz en la fase arterial, homogénea e intensa, con un shunt arterioportal periférico. B: en la fase portal precoz
puede observarse la captación mal definida de los tumores indiferenciados de crecimiento infiltrativo con trombosis portal por invasión tumoral (otro paciente).
A B
Figura 23. Colangiocarcinoma. La variedad intrahepática se presenta como una lesión sin cápsula con áreas internas de captación prolongada de Gd por la fibrosis tumo-
ral (A y B: pacientes distintos). En su estadificación es importante definir las metástasis intrahepáticas, la invasión venosa y la dilatación biliar (B).
A B
Figura 24. Linfoma primario. Se presenta con más frecuencia en receptores de trasplantes como una lesión hipovascular (A), aunque también pueden formar masas
múltiples e incluso un patrón difuso (B).
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A B
Figura 25. Esteatosis difusa. El hígado es más intenso en la imagen T1 en fase (A) que en la de fase opuesta (B). Este mismo comportamiento lo presenta el adenoma
adrenal derecho, indicando benignidad.
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A B
Figura 26. Esteatosis focal. Imágenes T1 en fase opuesta. Con frecuencia el depósito graso es segmentario (A) o nodular (B), confluyendo con una apariencia geográ-
fica. Esta asimetría en el depósito se asocia a variaciones en la perfusión portal.
A B
Figura 27. Áreas respetadas de esteatosis. Éstas pueden adoptar apariencias nodulares en áreas con perfusión aberrante (A) o anulares periféricas en lesiones de creci-
miento expansivo (B), o muy vascularizadas. Este anillo respetado perilesional se observa principalmente en las metástasis (B) y en los hemangiomas.
A B
Figura 28. Sobrecarga de hierro. A: en la imagen EG T1 el hígado presenta una discreta hipointensidad regional. B: la hipointensidad por el hierro es muy manifiesta
en la imagen STIR. El bazo es muy hipointenso, indicando una sobrecarga secundaria.
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general, habrá un mayor depósito graso intracelu- cen las moléculas de hierro. En las imágenes
lar en las áreas de mayor aporte vascular portal o potenciadas en T2 la señal del parénquima será
de un aporte vascular aberrante (perivesicular, tanto más baja cuanto mayor sea la concentración
peribiliar, parafalciforme). Pueden observarse de hierro (figs. 28, 29 y 30).
tanto áreas de esteatosis de distribución focal Para la cuantificación se utiliza la relación entre
(nodular o geográfica) en un hígado sano (fig. la señal del hígado y la del músculo paraespinal, ya
26) como áreas respetadas en una esteatosis difu- que en la sobrecarga de hierro la señal del bazo, el
sa (fig. 27). páncreas y los riñones también puede verse altera-
La RM permite el diagnóstico diferencial de la da. Las imágenes EG con TE corto son menos sen-
esteatosis y la esteatohepatitis combinando la sibles pero más específicas que las T2.
información de las técnicas de desplazamiento En la sobrecarga de hierro, la distribución del
químico, sensibles a los triglicéridos intracelula- depósito (qué órganos han perdido intensidad de
res, y las imágenes STIR, sensibles al edema de la señal) es muy relevante para el diagnóstico etioló-
inflamación y la necrosis. gico. Así, además de estar disminuida la señal del
La RM es una prueba muy sensible y eficaz en el parénquima hepático (todas las sobrecargas),
diagnóstico y cuantificación del hierro hepático. puede observarse un aumento del hierro en el bazo
Las técnicas más útiles son las EG basadas en las (hemosiderosis), el páncreas (hemocromatosis) y
potenciaciones T2. Con estas imágenes la pérdida la cortical de los riñones (hemólisis intravascular).
de la señal es directamente proporcional a la hete- En la hemocromatosis primaria y en la anemia side-
rogeneidad del campo magnético local que indu- roacréstica la intensidad del bazo es normal.
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Figura 29. Hemocromatosis segmentaria. A: en las imágenes T1 fuera de fase no se observan alteraciones. B: al alargar el TE y pasar a T1 en fase se constata la pérdida
de señal por el hierro. En este paciente la pérdida es mayor en el lóbulo hepático derecho.
A B
Figura 30. Cirrosis hepática con sobrecarga de hierro. El hígado es menos hipointenso en la imagen T1 fuera de fase (A) que en fase (B). El hecho de que el páncreas
no tenga hierro establece el diagnóstico de cirrosis con sobrecarga de hierro, probablemente alcohólica. Si el páncreas fuera hipointenso, el diagnóstico sería hemo-
cromatosis con cirrosis secundaria. El hígado presenta un hepatocarcinoma bien diferenciado en el lóbulo derecho.
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La distribución hepática del hierro celular En la enfermedad de Wilson se observan los cam-
puede ser inhomogénea por alteraciones del flujo bios característicos de la esteatosis, apareciendo los
portal. La hemocromatosis induce el desarrollo de cambios de inflamación, fibrosis y regeneración de
hepatocarcinomas (fig. 30). la cirrosis a medida que progresa la enfermedad.
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