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LEYENDAS DEL MEXICO PREHISPANICO.

VERSION DE: OSCAR MÁRQUEZ LUNA.

LEYENDA DE LA FUNDACIÓN DE MÉXICO-TENOCHTITLAN.

Cuenta la leyenda que hace muchos años cuando nuestras abuelas y abuelos llegaron de
Aztlan; fueron discriminaos por los habitantes de la cuenca de los grandes lagos. Fue así
que andrajosos y llenos de mugre nuestras abuelas y abuelos fueron ocupados simplemente
como perros de ataque de los señoríos de Azcapotzalco y de Tlacopan.

Después de probarles a estos señoríos que los aztecas eran fuertes y valientes, se les fue
entregada una porción de tierra que nadie más quería en Mixcoac, que era una ciénega llena
de alimañas y mastuerzo. Es así, como vivieron nuestros abuelos buscando que la profecía
de la que tanto hablaba Tenoch se cumpliera. Pero los años pasaban y nada se veía claro en
el futuro de los aztecas. Hasta que un día Copil, un supuesto hijo directo de Coyolxauhqui
exhorto al pueblo a abandonar el sueño de Huitzilopochtli y buscar un lugar donde
establecerse a la fuerza.

La gente comenzó a dividirse, familias enteras se vieron enfrentadas ante este conflicto,
hasta que Tenoch decidió poner un alto y expulso a Copil.
Pero Copil quería un enfrentamiento, pues pretendía convertirse en el líder de los aztecas.
Así que convencido de lo que decía, se separo de los aztecas y se llevo a un gran nuecero de
guerreros a luchar por su causa. Fue así, como llegaron a Malinalco, donde se establecieron
a la fuerza y donde muchos años después se construyera una ciudad en honor a la diosa
lunar.

Comenzaron las negociaciones para ver que rumbo debía seguir la pequeña comunidad
azteca y los jefes de las tribus divididas, Tenoch y Copil llegaron a la conclusión de
enfrentarse con sus mejores hombres en un terreno neutral dentro del territorio del lago.
Optaron por ocupar una pequeña isla como campo de batalla, esta isla es lo que hoy
nosotros conocemos como el Peñón de los Baños. En la actual delegación Venustiano
Carranza.

El día señalado llegó y los hombres llegaron en sus acallis, canoas, armados hasta los
dientes; fue en ese lugar donde se libró una batalla increíble por una causa igual de
increíble. La supremacía del bien o del mal, la eterna lucha entre la luz y la oscuridad. La
dualidad de la que tanto hablaban nuestros abuelos.
El día avanzaba y los guerreros no dejaban de pelear. Pero la batalla se inclinaba hacia el
lado de Copil que era un semidios enfrentado a mortales, cuando la batalla estaba casi
perdida. Tenoch le suplico a Huitzilopochtli que intercediera por ellos.

En ese momento el cielo se abrió y de el bajo la fuerza de Huitzilopochtli que habito de


inmediato el cuerpo de Tenoch. Este, ahora con nuevas habilidades comenzó a masacrar a
sus enemigos, era el mismo dios ocupando el cuerpo de Tenoch para enfrentarse a esos
contrarios que comenzaron a huir aterrados ante el poder de Huitzilopochtli quien
mostrando un poco de su enorme poder golpeo con la macahuitl el suelo y de el brotaron
muchos chorros de agua hirviendo que herían terriblemente a los contrincantes.

Es por eso precisamente que actualmente se le conoce como Peñón de los Baños, pues
existen manantiales en el y cerca de el; de donde mana el agua hirviendo y estas aguas son
medicinales y poseen propiedades mágicas, pues se dice que si alguien se diera un baño de
aquella agua cualquier enfermedad que sufra se curara enseguida.

En fin, Huitzilopochtli-Tenoch dejo hasta el último a Copil, quien como un verdadero


guerrero lucho hasta el final, pero el dios de la guerra no puede perder jamás. Así que un
movimiento increíble Huitzilopochtli-Tenoch tomo el cuerpo de su enemigo, lo decapitó y
después con maestría clavo su cuchillo en el estomago de la victima recostada, introdujo su
mano y extrajo su corazón palpitando aún entre sus manos.

Tenoch miró hacia la puesta de sol y con una fuerza extraordinaria arrojó el corazón hacia
la dirección en que el sol se ponía. El corazón surcó los cielos ágilmente prácticamente
incendiándose y llegó hasta una parte del enorme lago; donde cayó con una velocidad
inconcebible.

En el fondo de aquel lago vivía desde tiempos inmemoriales una enorme rana que se
encontraba dormida desde hacia 400 años. Pues fue puesta ahí por los dioses para controlar
una entrada al inframundo pues la rana estaba justo encima de uno de los ombligos del
mundo. El pobre animal de pronto sintió el impacto del corazón que como una bala se
introdujo en el cuerpo esta.

El cuerpo de la enorme y ancestral rana comenzó a flotar muy despacio, hasta que por fin
después de horas, tocó panza arriba la superficie del lago. Fue en ese instante que otro
milagro acaeció, pues le cuerpo de la rana se transformo al contacto con el aire en una islote
de piedra y el corazón se transformo a su vez en una tuna de la que brotó un enorme nopal.
Tenoch en un sueño recibió la noticia de lo sucedido y al otro día salió a buscar con
muchos de sus hombres el lugar marcado para la fundación de su anhelada ciudad.
Fue así, como descubrieron el extraño islote que había aparecido y que les daba la
oportunidad de una nueva tierra, pues los otros señoríos aún no reclamaban aquella tierra.

Se acercaron con sus lanchas para explorarlo y cuando lo hicieron apareció ante ellos un
águila enorme que se poso en el nopal, cumpliendo la profecía al pie de la letra.
Tenoch estaba muy alegre, pues todos sus esfuerzos se veían recompensados con aquella
buena señal que Huitzilopochtli les mandaba. Pues esto daba fin a la separación de las
familias y a al unidad de los aztecas.

Es por eso que el escudo azteca fue un águila parada sobre un nopal con un símbolo de
fuego y agua en el pico, este símbolo usado por los aztecas como la guerra, encierra
también el misterio de la dualidad, dos fuerzas contrarias viviendo en armonía y
coexistiendo para el bien de todos los que vivimos y andamos bajo el sol que nos da la vida.

Los aztecas construyeron sobre ese misterioso islote sagrado su Templo Mayor, símbolo
dual de la coexistencia de las fuerzas contrarias en el mundo. Justo encima de uno de los
ombligos del mundo, dejando sin lugar a dudas que el destino de los aztecas era ser el
pueblo más poderoso sobre la faz del Cem Anáhuac.

Hoy en día el escudo nacional sigue siendo prácticamente el mismo que el que ocuparon
nuestros ancestros, salvo por el hecho de poseer una serpiente siendo devorada. Este
simbolismo es Europeo dando así un sentido de mestizaje al escudo nacional.

Sean pues las alas del águila, que como rayos de sol caen sobre nosotros dándonos vida, las
que nos guíen y protejan para ser por siempre dignos herederos de nuestros abuelos.

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