Sei sulla pagina 1di 1

LA INCUBADORA DEL MAL

SONO IKE

La incubadora del mal, posada sobre vitropiso en un pequeño cuarto


(no pasa de 5x7), se extendía hasta topar con las paredes sin pintar,
decoradas con imágenes extranjeras. Claman a su autor japonés.
Quietos, los ojos en los posters fueron íconos. La ventana a un alma
muy distinta: A través de los vidrios, antes la cortina blanca y floreada,
solo veíanse casas, iguales a la mía (excepto claro en la susodicha
incubadora).
La criatura, es cierto, probablemente inquietó a sus padres cuando
dijo “quiero ser escritora”… aunque no lo dijo tan directo, y no se lo dijo
a ambos, solo a la mujer. En fin. La seguramente-inquieta madre no le
veía futuro… ¡porque no sabía algo! Que ese desordenado cuarto, no
guardaba ni dinosaurios, ni cocodrilos, es más ni cucarachas, sino
únicamente perversidad.
Me resigno a escribir suavemente, porque sí, potencialmente mala; no
me podrás conocer. ¿Qué caso tiene transmitir una emoción intensa de
miedo por una nueva criminal que jamás te llegará a robar?
La solución, coinciden todos, es mantener las cosas dentro de esa caja
transparente: no guardaremos a la niña por siempre, pero
probablemente los posters, los íconos, el modelo, la inspiración y su
desagradable producto se queden bien bien sellados.
Entonces… ¡ya se! He creado la máquina del tiempo. Porque el futuro
mío puede verse solo si me saliera de este cuarto, con todas mis ideas.
Pero dejaré aquí unas cosas… no seré esa amenaza furtiva.
La cámara detenida en el tiempo trae un tesoro dentro.

Potrebbero piacerti anche