Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
TOLÚ – SUCRE
EL TRABAJO CIENTÍFICO
La actividad científica se puede organizar sistemáticamente en una serie de etapas que nos
permitan explicar un fenómeno o dar solución a un problema. Un intento de aproximación a esta
secuencia sería:
Una característica de la actividad científica es que la teoría obtenida debe ser reproducible y
verificable interna y externamente para confirmar su coherencia con todas las observaciones
resultantes al comprobar la consistencia de la hipótesis con respecto a la situación problema.
“Érase una vez un niño que se perdió en un bosque cercano a su pueblo. Como el tiempo
estaba frío, decidió salir a buscar materiales para hacer una fogata, tal como lo leyó en un
cuento. El pequeño nunca antes lo había hecho, por lo tanto tendría que experimentar. Y así él
fue acarreando diversos elementos al campamento que improvisó. En sus intentos por
encender el fuego, nuestro pequeño investigador fue descubriendo que algunos objetos se
quemaban y otros no encendían de ninguna manera. Para no seguir trabajando en forma inútil,
decidió hacer una lista de los que se quemaban”
Se queman No se queman
“Este sistema de clasificación le fue bastante útil al principio, en su empeño por conseguir
fuentes de calor y así, sólo siguió buscando aquellas que le daban seguridad que se quemaban”
“Cuando las ramas secas, palos y estacas que estaban botadas alrededor empezaron a
escasear, el niño trató de encontrar cierto indicio de regularidad que le orientara a encontrar
nuevos elementos combustibles. Observando los últimos objetos que se estaban quemando,
sus ojos se iluminaron al establecer su primera generalización y se dijo: QUIZÁS LAS COSAS
CON FORMA CILÍNDRICA SE QUEMAN”.
“Mientras descansaba calentándose en la hoguera que volvió a activar estaba contento, pues
todo salió bien, gracias al éxito logrado por su razonamiento; por eso, él había desechado un
radiador de auto, una cadena de bicicleta, un tablón grande, una caja llena con diarios y una
puerta casi completa. Si estos objetos no eran cilíndricos, entonces no se quemarían”.
Probablemente usted esté sonriendo por la ingenuidad del razonamiento del niño y opinar que
la generalización no está bien hecha. ¡Todo lo contrario!; en primer lugar, hasta aquí le ha
2
Desde la preconcepción hasta la postmuerte, somos resultado de procesos químicos
JAIRO ARCINIEGAS VILLARREAL
Lic. Química
funcionado bien, sus predicciones se han cumplido, luego la generalización ha sido fructífera;
en segundo lugar, ella es coherente con todas las observaciones disponibles hasta ese
momento, porque una generalización es confiable dentro de los límites definidos por las
operaciones que condujeron a su formulación. Mientras nos atengamos a los objetos anotados
en la lista, agregando ahora: el bastón, el mango de la pala, y las estacas, es verdad que tienen
formas cilíndricas y además se queman, como comprobó el niño.
“Debido a sus exitosas predicciones, nuestro explorador se sintió más seguro. Al atardecer, dejó
deliberadamente la nueva lista en su campamento. Aplicando su generalización, que había
resistido a la experiencia, no encontró más ramas, pero acumuló un considerable cargamento
con trozos de cañería, dos frascos de vidrio y el eje roto de un auto. En cambio, desechó la caja
con diarios, el tablón y la puerta abandonada, puesto que no eran cilíndricos.”
“Al amanecer del nuevo día, despertó con frío, pues esta vez, sus predicciones basadas en la
combustibilidad de los cuerpos cilíndricos, esta vez resultaron falsas, luego su generalización se
vino al suelo. Ahora sus heladas y temblorosas reflexiones fueron:
“Luego, al revisar su lista corregida, se le ocurrió una nueva regularidad, que encajaba mejor
con las recientes observaciones y sus consecuencias: Quizás, los objetos para quemarse
deben ser de madera, se dijo”.
¿Cuán buena es esta nueva generalización a la luz del desencanto reciente? Se sigue
avanzando; el explorador ahora trajo la puerta y el tablón que había desechado el día anterior –
ya no trajo más piezas de automóviles, ni otros objetos metálicos – sin embargo, volvió a
desechar la caja que contenía los diarios.
No piense Ud. que esta fábula es sólo una simpática caricatura de la investigación científica.
¡Es exactamente el espíritu del pensamiento científico! Note las semejanzas:
Una teoría se mantiene mientras sea consistente con los hechos naturales conocidos,
sistematizan y clarifican el conocimiento, nos permiten resolver diversas situaciones prácticas
que se deducen del ámbito que ellas explican.
La historia de las ciencias nos relata el auge y caída de diferentes teorías científicas, sobre el
origen del universo, el origen de la vida, las causas de las enfermedades y las formas como se
produce el aprendizaje, por mencionar algunos temas. Así, podemos esperar que algún día
varias de las actuales concepciones científicas en educación parecerán tan restringidas como
“los objetos cilíndricos que se queman”.
Si Ud. se desencantó por el incierto progreso del niño, que desechó los diarios en su búsqueda,
si le parece que esta es una historia inconclusa... Eh ahí una nueva semejanza de la actividad
del niño con el quehacer de la ciencia.
3
http://jarvi.es.tl e-mail: clasedequimicaluparo@gmail.com
CATIONES: “ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA LA ENSEÑANZA DE LA QUÍMICA”
He aquí un ejemplo histórico para determinar la forma, como más o menos, se aplican los pasos
del método científico.
En el siglo XVII estaban enfrentadas dos ideas sobre el origen de la vida. Por un lado, la
corriente oficial defendía la generación espontánea y, en contraposición a ésta, un reducido
grupo de jóvenes científicos defendía la teoría de la biogénesis.
Diversos experimentos realizados entre los siglos XVII y XVIII revelaron que los gusanos o las
moscas, por ejemplo, aparecían si había huevos de estos animales. Aun así se siguió pensando
que los microorganismos podían surgir de forma espontánea sobre los llamados caldos
nutritivos.
Francesco Redi, un médico italiano, realizó un experimento en 1668 en el que colocó cuatro
vasos y allí puso respectivamente un pedazo de serpiente, pescado, anguilas y un trozo de
carne de buey. Preparó luego otros cuatro vasos con los mismos materiales y los dejó abiertos,
mientras que los primeros permanecían cerrados herméticamente. Al poco tiempo algunas
moscas fueron atraídas por los alimentos dejados en los vasos abiertos y entraron a comer y a
poner huevos; transcurrido un lapso de tiempo, en esta serie de vasos, comenzaron a aparecer
algunas larvas. Esto no se verificó, en cambio, en los otros vasos bien cerrados, ni siquiera
después de varios meses. Por tal motivo, Redi llegó a la conclusión que las larvas (gusanos) se
originaban de las moscas y no por generación espontánea de la carne en descomposición.
Algunos objetaron a Redi diciendo que en los vasos cerrados había faltado circulación del aire
(el principio activo o vital) y eso había impedido la generación espontánea. Redi realizó un
segundo experimento: esta vez los vasos del experimento no fueron cerrados herméticamente,
sino sólo recubiertos con gasa. El aire (el principio activo), por lo tanto, podía circular.
El resultado fue igual al anterior, por cuanto la gasa, evidentemente, impedía el acceso de
insectos a los vasos y la consiguiente deposición de los huevos, y en consecuencia no se daba
el nacimiento de las larvas.
Con estas simples experiencias, Redi demostró que las larvas de la carne putrefacta se
desarrollaban de huevos de moscas y no por una transformación de la carne, como afirmaban
los partidarios de la abiogénesis.
Los resultados de Redi fortalecieron la biogénesis, teoría que admite el origen de un ser vivo
solamente a partir de otro ser vivo.
Un siglo más tarde, Spallanzani demostró que no existe la generación espontánea de la vida,
abriendo camino a Pasteur. En 1769, tras rechazar la teoría de la generación espontánea,
Spallanzani diseñó experimentos para refutar los realizados por el sacerdote católico inglés
John Turberville Needham, que había calentado y seguidamente sellado caldo de carne en
diversos recipientes; dado que se habían encontrado microorganismos en el caldo tras abrir los
recipientes, Needham creía que esto demostraba que la vida surge de la materia no viviente. No
obstante, prolongando el periodo de calentamiento y sellando con más cuidado los recipientes,
4
Desde la preconcepción hasta la postmuerte, somos resultado de procesos químicos
JAIRO ARCINIEGAS VILLARREAL
Lic. Química
Spallanzani pudo demostrar que dichos caldos no generaban microorganismos mientras los
recipientes estuvieran sellados y esterilizados.
En la segunda mitad del siglo XIX, Luís Pasteur realizó una serie de experimentos que probaron
definitivamente que también los microbios se originaban a partir de otros microorganismos.
Pasteur estudió de forma independiente el mismo fenómeno que Redi. Utilizó dos matraces de
cuello de cisne. Estos matraces tienen los cuellos muy alargados que se van haciendo cada vez
más finos, terminando en una apertura pequeña, y tienen forma de s. En cada uno de ellos
metió cantidades iguales de caldo de carne (o caldo nutritivo) y los hizo hervir para poder
eliminar los posibles microorganismos presentes en el caldo. La forma de s era para que el aire
pudiera entrar y sin embargo que los microorganismos se quedasen en la parte más baja del
tubo.
Pasado un tiempo observó que ninguno de los caldos presentaba seña alguna de la presencia
de algún microorganismo y cortó el tubo de uno solo de los matraces. El matraz abierto tardó
poco en descomponerse, mientras que el cerrado permaneció en su estado inicial. Pasteur
demostró así que los microorganismos tampoco provenían de la generación espontánea.
ACTIVIDADES
Construya una historieta en la que se pueda diferenciar claramente los pasos del método
científico. Señale por separado en qué momento de la historia se aplica cada paso o etapa del
método científico
5
http://jarvi.es.tl e-mail: clasedequimicaluparo@gmail.com