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Formación Profesional: El nuevo reto de la

sociedad del conocimiento


Moderna, útil y más competitiva. Así es la nueva Formación Profesional que se está
perfilando en nuestro país. Unos modelos que no han quedado anclados en el pasado,
sino que se adaptan a las nuevas demandas de la sociedad y un sistema que es, para
muchos, la clave del relanzamiento del mercado laboral en esta época de crisis.

Eva del Amo – Marzo de 2009

Informes, profesionales y Administración parecen haberse puesto de acuerdo en que el


potencial de nuestros trabajadores es el mejor método para salir de la crisis. Y el nuevo
sistema que encara la Formación Profesional de
nuestro país parece girar en torno a esta idea. El
objetivo es crear un sistema de Formación
Profesional que sea verdaderamente útil, tanto
para los jóvenes que se preparan para ingresar en
el mercado laboral como para aquellos otros
trabajadores ya en activo, y profesionales o
desempleados que necesitan actualizar sus
conocimientos o que se les reconozcan sus
habilidades tras haber abandonado sus estudios.

Para dar soluciones eficaces a cada uno de ellos se


está trabajando desde la Administración en la
creación de un nuevo modelo que siga la línea de
la positiva evolución que la Formación Profesional ha ido realizando en los últimos años en
nuestro país. Unos retos que se enmarcan dentro de la llamada “sociedad del conocimiento”.

Aspectos positivos

El mercado laboral avanza, y con él las nuevas posibilidades de formación de los distintos
individuos que componen nuestro país. Personas con necesidades distintas, pero con el mismo
objetivo de ser unos trabajadores competitivos, principalmente en estos tiempos de
incertidumbre de económica que atravesamos. Entre los aspectos más positivos del sistema,
según un estudio sobre Formación Profesional efectuado por La Caixa, está el hecho de que
para acceder a la formación profesional inicial se necesita la obtención previa del Graduado
en Educación Secundaria Obligatoria. O lo que es lo mismo, se asegura un nivel mínimo de
entrada.

Otra de las ventajas, heredadas del desarrollo histórico de la Formación Profesional en


nuestro país en los últimos años, son las prácticas obligatorias en aquellas empresas del
sector por el que el alumno muestra interés. Este intercambio de experiencia y trabajo
mejora la relación entre las compañías y los centros de formación, al tiempo que ayudan al
alumno en su futura incorporación al mercado laboral.

Otro aspecto a destacar es la progresiva incorporación de la mujer a la Formación Profesional


inicial, aunque su presencia todavía se concentra en torno a familias profesionales concretas,
como la sanidad, la administración y la imagen. En el curso 2000‐2001 un 46% de los
estudiantes eran mujeres, unas cifras que ascendieron a un 49% en el 2006‐2007 y a un 51% en
el pasado curso 2007‐2008.

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Por último, hay un elevado número de jóvenes que accede a los ciclos superiores de
formación profesional y muchos continúan su formación hasta la Universidad. En el curso
2004‐2005, el 8,3% de los universitarios españoles provenían de estos ciclos superiores.

Puntos débiles a mejorar

Aunque la Formación Profesional está muy bien valorada tanto por empresas como por
trabajadores y desempleados, existen algunos puntos que es necesario pulir en el ámbito
educativo y social para continuar avanzando. Uno de ellos es el índice de abandono del
sistema educativo, unido a las graves carencias formativas que sufren los empleados
españoles, y el elevado número de personas que trabajan en un puesto por debajo de su
cualificación. La formación específica que reciben los empleados por parte de las empresas
tampoco contribuye a la mejora de la movilidad del trabajador, que ve como sus expectativas
laborales se estancan con el paso de los años.

Enfrentándose a estos graves problemas, la Formación Profesional propone la integración


entre el subsistema de formación inicial y el de formación para la ocupación, algo que todavía
es bastante complicado debido a la dicotomía entre ministerios y comunidades autónomas.
Entre los desafíos del sistema de Formación Profesional a medio plazo está la necesidad de
acreditar las competencias de los trabajadores que no tienen titulación, pero sí una amplia
experiencia profesional o personal. Y todo ello en un contexto globalizado y específicamente
europeo.

Hoja de ruta y reconocimiento de la experiencia

Para lograr una mejor y una mayor oferta, donde la experiencia alcance el puesto que se
merece, la Administración, con la ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes
Cabrera, y el de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ya ha presentado los nuevos
ciclos formativos que se encaminan hacia la excelencia académica.

Esta "hoja de ruta" es fruto de la demanda cada vez más creciente de una nueva Formación
Profesional que pueda hacer al país más competitivo e impulse un crecimiento económico
basado en el conocimiento. La primera medida que se ha impulsado en este sentido ha sido la
evaluación y aprobación de la experiencia laboral para obtener el certificado de
profesionalidad correspondiente. El objetivo es atraer a 200.000 estudiantes más a los grados
medios y compensar así los diez puntos que nos separan de la media europea en número de
titulados.

El reconocimiento de la experiencia, a través del Real Decreto sobre la Acreditación de la


Formación, ha sido una de las medidas mejor valoradas por las amas de casa y aquellas
personas que por cualquier motivo no han podido terminar sus estudios. La nueva Formación
Profesional no da la espalda a sus necesidades y les ofrece la posibilidad de obtener un título
de Formación Profesional y pasar a formar parte del sistema educativo. Los títulos en
dependencia y en educación infantil serán los primeros que se expedirán, al tener ya un nicho
de trabajo definido.

El objetivo, según la ministra Mercedes Cabrera, es "incorporar al sistema de educación a


todos los que en su día abandonaron s formación y también a los que nunca tuvieron la
oportunidad de estar en él". En este sentido, la nueva legislación contempla tres líneas de
actuación sobre las que versarán las nuevas acreditaciones. La primera certifica la
experiencia profesional de los menores de 20 años, la segunda reconoce los créditos de
enseñanza no oficiales, y la tercera compensa la acreditada experiencia en el hogar para
mayores de 25 años.

Así, para impulsar la formación de Grado Medio en España y equipararla a las enseñanzas de
Grado Superior o universitarias, el Gobierno convalidará entre el 8 y el 10% del título de FP a

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cambio de la experiencia que acrediten sus demandantes, quienes se someterán a una prueba
de evaluación de mérito por parte de un grupo de profesionales encargados de expedir la
acreditación. Las Comunidades Autónomas ya se han puesto manos a la obra.

En Andalucía, por ejemplo, los cursos de preparación para las pruebas de acceso a Formación
Profesional son ya una realidad. Más de un centenar de institutos imparten, por primera vez,
los cursos anteriores a la prueba final para todos aquellos alumnos que, habiendo cumplido
los 16 años, deseen estudiar un Grado Medio sin tener el graduado de la ESO (300 horas
lectivas) y para quienes quieren, siendo mayor de 18 años, quieran acceder al Grado Superior
sin haber acabado el bachillerato (450 horas, 270 de ellas dedicadas a la parte común y 180 a
la específica). Este año se van a presentar 1.764 alumnos, de los que 254 aspiran a entrar al
Grado Medio y el resto al Superior. Todos ellos tendrán que haber superado el curso antes del
25 de mayo, para poder presentarse al examen final, el 5 de junio.

Becas y Europa

Por otra parte, y ya a nivel nacional, la Administración intentará que la Red de Centros de
Referencia contemple cada una de las 26 familias de los estudios de Formación Profesional.
Asimismo, se intentará que cada uno de estos centros desarrolle programas de investigación
para atender las necesidades emergentes de nuestra sociedad.

Otro de los aspectos que se intenta aplicar es el contacto permanente de los alumnos con la
realidad del mercado laboral, por lo que la formación se irá adaptando a las necesidades que
vayan surgiendo. En ese sentido, se tiene previsto crear una plataforma virtual para facilitar
la formación a distancia, un aspecto muy demandando principalmente entre los más jóvenes.

Las becas, especialmente dirigidas a los estudiantes de entre 18 y 24 años con graduado de la
ESO, serán también una prioridad, puesto que permitirán la compaginación de estudios con
trabajo y la movilidad de los estudiantes por toda Europa. El número de becas será ampliado
y, a través del Marco Nacional de las Cualificaciones, los títulos que obtengan los estudiantes
españoles tendrán validez internacional, lo que les permitirá trabajar en cualquier país de la
Unión Europea.

La Formación Profesional se adapta a los nuevos tiempos, a las nuevas demandas sociales y a
las necesidades de cada colectivo. La experiencia profesional es un valor cada vez más en
alza y, en tiempos de crisis, uno de los principales activos para retomar el pulso económico
de un país. Los nuevos modelos están en marcha y los cambios legales y necesarios en la
Administración también. Todo parece indicar que, si las medidas son respaldadas por una
masiva aceptación popular, el resultado no se hará esperar.

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Redacción aprendemas.com
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