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[...] los nombres de las quales por orden de ABC son los
siguientes [...]. Imperial, en Escudo de plata una Barra
de oro con Perfiles negros, y en ella una Águila negra
Imperial con corona negra y Lengua roxa [...]. De las
quales, veynte y ocho Casas ay gran memoria en los
Anales de los Cónsules de la nación de Génoua, q[ue]
en la ciudad de Sevilla a avido desde su conquista. Cuya
Casa de Consulado es en el fin de la calle de Génoua de
la misma ciudad, adonde cada año eligían dos Cónsules
de su nasción, a cuyo cargo estaua defender las causas
generales [...]. En tiempo del Rey don Enrique el Tercero
vivía en la ciudad de Sevilla Micer Francisco Imperial
Poeta de los famosos de aquel tiempo, de quien hize
memoria en la historia del gran Tamorlán3.
1
Alborg, J. L., Historia de la Literatura Española. Edad Media y Renacimiento.
Gredos, Madrid, 1975.
2
ibídem, pág. 325.
3
Argote de Molina, Nobleza de Andalucía, Sevilla, 1588, págs. 240v, 244v. Citado
por Colbert I. Nepaulsingh en su edición crítica de El dezir a las syete virtudes y
otros poemas de Francisco Imperial, Espasa – Calpe, Madrid, 1977, que es la
edición que hemos utilizado en este estudio.
6
Especialmente Dorothy Clotelle Clarke, de cuyas opiniones se hizo eco Alan
Deyermond. Según Clarke, el «Dezir» sería obra de un religioso.
7
Nepaulsinhg, ed. cit. págs. 176-178, ofrece una completa lista de
correspondencias entre la obra de Imperial y la Divina Comedia..
8
Más atemperada es la postura de otros críticos, como Giuseppe Sansone: «La
Divina Commedia era utilizzata dallo scritore genovese- sivigliano come un
‘trattado’, un testo di sicuro referimento per la formulazione allegorica, un
repertorio d’indiscussa autorità atto a garantire la licità delle operazione concettuali
[...] Imperial utilizza Dante programmaticamente.» (G. Sansone, «Francisco Imperial
e la penetrazione dell’endecasillabo in Spagna», International Congress of Romance
Linguistics and Philology, Spain, 1965, págs. 1691, 1692. Madrid, 1969). Citado por
Nepaulsingh, Introducción a ed. cit., pag. LXIX.
14
Ed. cit., I, vv. 17-20.
15
cría. Su sujeto es “ natura”.
16
Sardanápalo, rey de Asiria (668-625 a. C). Heródoto nos cuenta un intento por
robar sus fabulosas riquezas mediante la construcción de una galería subterránea
(Historias, 2, 150). También aparece citado en Plutarco, Alexander.
17
Vid.. Grimal P., op. cit. pág.207 y 518 (Tique); Ruiz de Elvira, op. cit. págs. 108 y
475.
18
Nepaulsingh, “Introducción” a la ed. cit.¸ págs. LXXXI-LXXXIV.
19
Boccaccio, Genealogía de los dioses paganos, Editora Nacional, Madrid, 1983,
págs. 394 y 734.
que fue un artificio humano y que se imaginó para que todo el pueblo obedeciera a
Agamenón, a saber que él inmoló a su hija, la cual, arrebatada en medio del
tumulto, para que no pudiera descubrirse el engaño, fue enviada a una lejana
región y conservada bajo la apariencia de sacerdotisa». Boccaccio, Giovanni,
Genealogía de los dioses paganos, ed., cit., págs. 691.692.
25
Para explicar las funciones de Diana como partera, vid. Grimal, ed. cit. pág. 53
(Ártemis) . También Apolodoro, Biblioteca mitológica, (I, 4, 1) lo recoge con su
habitual brevedad: «En cambio, Leto uniéndose a Zeus fue hostigada a través de
toda la tierra por Hera, hasta que llegó a Delos y dio a luz primero a Ártemis y
luego, asistida por ésta, a Apolo». Giovanni Boccaccio, en Genealogía de los dioses
paganos, ed. cit. pág. 249: « Pretenden los antiguos qe fue [Leto] igualmente
amada y seducida por júpiter y que concibió de él una prole gemela, a saber, Apolo
y Diana, cosa que dicen que Juno soportó tan mal que no sólo le prohibía toda la
tierra para depositar la carga de su vientre, sino que también le envió a Pitón,
serpiente de enorme tamaño, para ponerla en fuga y entorpecerla. Esta, al escapar
aterrorizada y no encontrar ningún lugar que la retuviera, acercándose a la isla de
Ortigia fue acogida por ella y en ella misma dio a luz en primer lugar a Diana, que
inmediatamente puso a disposición de su madre el oficio de comadrona cuando su
hermano estaba a punto de nacer y recibió al naciente Apolo, que en seguida mató
con sus flechas a Pitón y empezó a dar respuestas a los que las pedían».
26
Nepaulsingh, “Introducción” a ed. cit., pág. XCIX.
27
“La muy alta corte / del dios damor”: «[...] esas cortes de amor establecidas en
Barcelona por Juan de Aragón (1350-1396) y su mujer Violant de Bar [...] eran
destinadas a recordar aquellas que fueron presididas por la reina Elenor y la
condesa María [...] Estas cortes alcanzaron el colmo de su grandeza durante los
años 1387-1389, cuando el rey Juan se sometía a los consejos de Na de Carrosa de
Vilaragut» (Andreas Capellanus, The Art of Courtly Love, trad. J. J. Parry, N. Y., 1969,
pág. 23). (Nota de Nepaulsingh en pág. 27 de su ed. cit.).
28
“norte”. Nepaulsingh cree ver, más allá de la localización en el firmamento, una
alusión al nordeste de España, Cataluña y tal vez Provenza. Imperial reclamaría así
su papel de introductor de Castilla en las corrientes literarias europeas. Vid. ed. cit.
pág. 27, n.
29
(Vuestros ojos amorosos/ sseñora, me dat por lança [...] Vuestro ayre delicado /
quiero levar por escudo [...] Vuestra nariz afilada / sea flecha muy polida). Etc.
30
Así lo describe Martín de Riquer en su excelente Caballeros andantes españoles,
Espasa – Calpe, Madrid, 1967, pág. 53: «Todo empezó el primero de enero de 1434,
en Medina del Campo, cuando, a primeras horas de la noche y ante el rey de
Castilla don Juan II, su esposa doña María, el príncipe don Enrique, el maestre de
Santiago y condestable de Castilla don Álvaro de Luna y gran número de prelados y
caballeros, se presentaron armados Suero de Quiñones, que llevaba una argolla de
hierro en el cuello; Lope de Estúñiga, [...] y hecha reverencia al rey y tras haberle
besado pies y manos, el faraute Avanguarda leyó la siguiente petición de Suero de
Quiñones: Deseo justo e razonable es que los que en prisiones o fuera de su libre
poder son desear libertad; e como yo, vassallo e natural vuestro, sea en prisión de
una señora de gran tiempo acá, en seña´de la qual todos los jueves traygo a mi
cuello este fierro, según notorio sea en vuestra magnífica corte e reynos, e fuera
dellos, por los farautes que la semejante prisión con mis armas han llevado. Agora,
pues, poderoso señor, en nombre del apóstol Sanctiago, yo he concertado mi
rescate, el cual es trescientas lanças rompidas por el hasta, con fierros de milán, de
mí e destos cavalleros que aquí son en estos arneses (según más complidamente
en estos capítulos se contienen), rompiendo con cada cavallero o gentilhome que
allí verná tres, contando la que fiziera sangre por rompida [...] Esto será en el
derecho camino por donde las más gentes suelen pasar para la ciudad donde su
sancta sepultura está; certificando a todos los cavalleros e gentileshomes
estrangeros que allí se fallaren que allí fallarán arneses e cavallos, e armas e lanças
tales, que qualquier cavallero ose dar con ellas sin temor de las quebrar con
pequeño golpe. E notorio sea que a todas las señoras de honor que, qualquiera que
fuere por aquel lugar por do yo seré, que si no llevare cavallero o gentilhome que
faga armas por ella, que perderá el guante de la mano derecha. Mas lo dicho se
entienda salvando dos cosas: que vuestra magestad real no ha de entrar en estas
pruevas, ni el mágnífico señor condestable don Álvaro de Luna
31
«la noble sseñor e alta troyana». Compárese con IV, 27: «nin de las troyanas la
noble señor», donde se alude claramente a Helena de Troya.
32
Nepaulsingh, ed. cit., pág. 50, n.
XIII [242].-
33
viego en ms. ha sido objeto de diferentes enmiendas. Nepaulsingh no duda en
mantenerlo. Las licencias que Imperial se toma para mantener la rima, que llega al
extremo de inventar palabras, favorecerían esta lectura por viejo. Obsérvese,
además, cómo antes ha rimado muger con maguer. Además, el hecho de que se
trate de una adivinanza, hace más tolerable la licencia.
Respecto a que Amor sea un viejo, recuérdese uno de los Diálogos de los
dioses, de Luciano de Samósata: «EROS.— Si en algo he faltado, oh Zeus,
perdóname; pues no soy más que un niño privado todavía del uso de razón. ZEUS.—
¿Un niño tú, Eros, que eres mucho más viejo que Japeto? Y, por el simple hecho de
que no llevas barba ni tienes canas ¡quieres que se te crea un niño, siendo, como
eres, un viejo taimado?». Luciano, Obras, vol. I, ed. de José Alsina, Alma Mater,
Barcelona, 1962, pág. [24].
34
Nepaulsingh, ed. cit. págs. 63 y 64, n.
39
Nombra a Alejandro por su caballo Bucéfalo.
40
Sir Galahad.
41
Cossío cita estos versos al hablar de los conocimientos mitológicos de los poetas
del Cancionero: «Los poetas del Cancionero de Baena, y de todos los cancioneros
del siglo XV, salvo excepciones que vengo señalando, conocen el Ovidio del Ars
amatoria, o del Remedia amoris, pero citan muy poco el de las Metamorfosis. Como
he notado en Villasandino, los héroes de que se valen para mostrar erudición
clásica proceden de la Crónica Troyana, o de cualquiera de las versiones de tal
materia (el Leomarte, la Crónica polimétrica). Por excepción puede citarse algún
caso en que demustren conocimiento directo de los dioses y ninfas ovidianos. Así
Micer Francisco Imperial ha de decir en el que hizo al nacimiento del Príncipe don
Juan, en 1405: Cual fue Narçiso el muy amoroso / [...] Frente a esta cita mitológica
pueden encontrarse, en el mismo decir, avalancha de citas de la materia de Troya,
y hasta de las nuevas novelas de caballerías, como Tristán, Amadís y Flores y
Blancaflor. Acaso se explique la ausencia de estas menciones mitológicas por la
dificultad de lectura del original de Ovidio, pero en cambio las imitaciones o
recuerdos de los libros de materia amorosa son muy numerosos, y ello hace pensar
que de tales libros existía una tradición que se remontaba en textos asequibles al
Arcipreste de Hita, en tanto para las Metamorfosis el propio marqués de Santillana
necesitaba tener a su hijo, el futuro gran Cardenal, don Pedro González de
Mendoza, como lector y traductor. El propio Imperial, al tratar de lucir sus lecturas,
nos dice bien expresivamente: Muchos poetas leý, / Homero, Virgilio, Dante /
Boecio, Lucam, desy / en Ovidio de Amante. Cossio, J. Mª, Fábulas mitológicas en
España, Espasa-Calpe, Madrid, 1952, págs. 20-21.
Yo leý de Asalón
que fue tanto de fermoso,
de Archiles a Jasón,
de Narziso el amoroso,
e del virgen venturoso47
que acabó las maravillas,
e del que amuró las villas
sólo con su fablar graçioso48.
50
Sobre Polidoro, hijo de Príamo, hay istintas versiones. La que lo hace hijo de
Hécuba, que es la qiue aquí nos interesa, fue forjada por los trágicos y los poetas
alejandrinos y romanos. Su padre lo confió, niño aún, a su yerno Polimnéstor, rey de
Tracia y le entregó grandes tesoros para mantener su rango en caso de que los
troyanos perdieran la guerra. Polimnéstor, por codicia u obligado por los griegos,
mató a Polidoro y arrojó al mar el cadáver, que fue arrastrado hasta la costa
troyana, donde Hécuba reconoció a su hijo y le dio sepultura, con permiso de
Agamenón. Luego se vengaría de Poliméstor arrancándole los ojos. Vid. Grimal, op.
cit. págs. 439-440 y 227-228. También, Boccaccio, op. cit. págs. 393-394..Distinta
versión es la que nos cuenta Virgilio en Eneida, III, 49-56. V
51
Además de a la fenicia Dido, algunos ven en el nombre una variante de Fénice,
que se enamora de Cligés en el romance de Chrétien de Troyes.
52
Nepaulsingh explica así esta alusión: « “La movediza” es el mar, “la luna” es
Circe, hija del Sol, y la persona que Circe dio al mar e hizo mago (“maje”, cf.
“mage” en francés) es Ulises, a quien ella enseñó cómo controlar el Océano para
que aprendiera su destino de Tiresias». Ed. cit. pág. 96, n.
53
Helena, regalo de Venus a Paris.tanto donaje como maje son palabras inventadas
por Imperial.
56
“Parva saepe scintilla contempta magnum excitavit incendium”. (Q. Curcio
Rufo, Historia de Alejandro Magno, VI, 3, 11.
57
op. cit. , pág. 332.
BIBLIOGRAFÍA: