Sei sulla pagina 1di 17

LAS DENOMINACIONES DE ORIGEN.

IMPORTANCIA DE SU
TUTELA Y PROMOCIÓN

Autor: Carlos Vladimir Luna Rodríguez. Abogado por la


Universidad Nacional de Trujillo.

(El presente artículo fue publicado en: Actualidad Jurídica


Tomo 167. Gaceta Jurídica S.A. Lima, octubre de 2007)

I. INTRODUCCIÓN
La propiedad intelectual abarca dentro de su ámbito de tutela una
serie de derechos (bienes muebles según nuestro Código Civil)
disímiles entre sí, pero que contienen un elemento común como es
la protección de los frutos (expresión corpórea) del ingenio y la
creación humana en sus distintas manifestaciones. Se trata de
derechos subjetivos que tutelan los intereses morales (personales)
y patrimoniales de los creadores(1). Así, tenemos por un lado, a los
derechos de autor, conferidos a los creadores de obras literarias y
artísticas; y por el otro, a la propiedad industrial, que tutela las
creaciones relacionadas con la industria y el comercio, como son
los signos distintivos, las invenciones, los dibujos y modelos
industriales y los secretos comerciales.
El presente trabajo centra su estudio en uno de los tipos de signo
distintivo consignados en la doctrina y legislación comparada; nos
referimos a las denominaciones de origen, una de las formas de
propiedad intelectual menos conocidas y difundidas, y cuya
promoción es una herramienta sumamente valiosa para impulsar el
comercio interno y externo –dinamizando la economía- en países en
desarrollo como el nuestro.
Revisaremos, primeramente, algunas construcciones conceptuales
sobre el tema, analizaremos, luego, el tratamiento que la legislación
le da a las denominaciones de origen y determinaremos la
importancia de su tutela, haciendo particular énfasis en el caso de la
denominación de origen Pisco.

(1)
Como sostiene Baylos Corroza, de acuerdo a las doctrinas dualistas del derecho sobre
creaciones intelectuales, “el creador de una obra intelectual posee dos tipos de derechos y no
uno solo: un derecho de carácter personal y moral, que ha de clasificarse entre los derechos
absolutos de naturaleza extra-patrimonial, y un derecho de contenido económico, para el que
es necesario encontrar una caracterización propia dentro de los derechos patrimoniales. (…) El
derecho moral es personal, inalienable; en cierto modo, perpétuo; mientras que el derecho a la
utilidad económica de la obra es patrimonial, transmisible y temporalmente limitado. Tutelan
intereses de diferente categoría: el “derecho moral” protege la paternidad, la reputación del
autor (…); por el contrario, el derecho patrimonial protege el interés del autor de extraer de su
creación el beneficio económico que representa”. (BAYLOS CORROZA, Hermenegildo. Tratado
de Derecho Industrial. Editorial Civitas S.A. Madrid, 1978. Pág. 394)
II. CONCEPTOS PREVIOS: INDICACIÓN GEOGRÁFICA E
INDICACIÓN DE PROCEDENCIA
Antes de revisar la definición de denominación de origen, debemos
analizar el concepto de indicación geográfica, pues la primera
constituye una especie de la segunda, categoría esta última que
también incluye a las indicaciones de procedencia.
1. CONCEPTO DE INDICACIÓN GEOGRÁFICA
Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI),
“Una indicación geográfica es un signo utilizado para productos que
tienen un origen geográfico concreto y poseen cualidades o una
reputación derivadas específicamente de su lugar de origen. Por lo
general, una indicación geográfica consiste en el nombre del lugar
de origen de los productos. Un ejemplo típico son los productos
agrícolas que poseen cualidades derivadas de su lugar de
producción, y están sometidos a factores locales específicos como
el clima y el terreno”(2).
2. DEFINICIÓN DE INDICACIÓN DE PROCEDENCIA
Como ya hemos dicho, la doctrina divide a las indicaciones
geográficas en indicaciones de procedencia y denominaciones de
origen. La Decisión 486 Régimen Común sobre Propiedad Industrial
de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) –vigente desde el 1 de
diciembre del 2000- establece en su artículo 221: “Se entenderá por
indicación de procedencia un nombre, expresión, imagen o signo
que designe o evoque un país, región, localidad o lugar
determinado”.
Agrega el artículo 222 de dicha Decisión: “Una indicación de
procedencia no podrá usarse en el comercio en relación con un
producto o un servicio, cuando fuese falsa o engañosa con respecto
a su origen (…).”
Como vemos, una indicación de procedencia es simplemente un
indicativo del lugar o región de que proviene un determinado
producto, sin importar las características del mismo.
Según De Solá Cañizares, la “indicación de procedencia es el uso
de un nombre geográfico sobre un producto, indicando
simplemente, sin más, el lugar de producción. Es la indicación del
lugar geográfico de residencia del fabricante que acostumbra a
figurar en los productos que llevan marca, etiqueta o envase. Así,
por ejemplo, en la etiqueta de una botella de tinta podemos leer “Jif
S. A. Zurich”. Esta indicación “Zurich” es una indicación de
procedencia. Sólo indica el lugar en que el producto ha sido
fabricado”(3).

(2)
Vid: http://www.wipo.int/about-ip/es/geographical_ind.html
III. LAS DENOMINACIONES DE ORIGEN. CONCEPTO
El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la
Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) define una
denominación de origen como “el nombre o término que se aplica a
productos que deben sus características a factores naturales
(geografía, clima, materia prima, etc.) y humanos (mano de obra,
arte, ingenio, tradición, etc.) propios de un lugar determinado. En tal
sentido, constituye un signo que necesariamente toma el nombre de
dicho lugar región o zona geográfica”(4).
Para De Solá Cañizares, “La denominación de origen consiste en
un nombre geográfico que se usa, de manera leal y constante en el
mercado, para designar un producto fabricado, elaborado,
cosechado o extraído en el lugar geográfico al cual corresponde el
nombre usado como denominación y que reúne determinada
calidad y ciertas características. (…) Origen geográfico que es
precisamente determinante para la calidad y las características del
producto, (…) esto, en razón de las condiciones naturales de
producción, ligadas al medio geográfico físico, como el suelo, el
subsuelo, el clima, la composición o la temperatura del agua, etc.; o
en razón del medio geográfico humano, como ciertos
procedimientos técnicos, ciertas tradiciones en el dibujo, o en la
forma o en los colores”(5).
Por su parte, Garrido De La Grana sostiene: “Las denominaciones
de origen constituyen un signo distintivo adicional, que le añade al
producto un aire de autenticidad y prestigio, pues sólo pueden ser
reconocidas y protegidas, cuando por derecho propio se imponen
en el mercado, con su inconfundible calidad, diferenciación y
notoriedad, fruto de las condiciones naturales existentes en
determinado lugar, región o país y, del trabajo creador del hombre
transmitido de generación en generación”(6).
De las definiciones antes reseñadas podemos deducir los siguientes
rasgos esenciales que identifican a un producto protegido como
denominación de origen: a) El producto es designado con el nombre
del lugar geográfico en el cual se fabrica, elabora, cosecha o extrae
el mismo. Ejemplo: Champagne y Cognac en Francia, Rioja y Jerez
en España, Tequila en México, Oporto en Portugal, Habano en
Cuba y Pisco en el Perú. Contrario sensu, no estaremos ante una
denominación de origen cuando sea el lugar geográfico el que
(3)
DE SOLÁ CAÑIZARES, Felipe. Tratado de Derecho Comercial Comparado. Tomo II.
Montaner y Simón S.A. Barcelona, 1962. Pág. 393
(4)
INDECOPI. Promoviendo las Denominaciones de Origen en el Perú. Lima. Pág. 7
(5)
DE SOLÁ CAÑIZARES, Felipe. Ob. cit. Págs. 391-392
(6)
GARRIDO DE LA GRANA, Adargelio. Las Denominaciones de Origen. En: Los Retos de la
Propiedad Industrial en el Siglo XXI. INDECOPI/OMPI. Lima, noviembre de 1996. Pág. 229
adopte el nombre del producto. Esto, como veremos más adelante,
es lo que ha ocurrido en el caso del “pisco chileno”. b) Las
características del producto se deben exclusivamente a los factores
naturales y humanos del lugar. Factores naturales y humanos que,
obviamente, son irreproducibles en un lugar distinto. Esto es lo que
Arana denomina el “requisito de la doble conexión”, el mismo que,
“consiste en designar simultáneamente un lugar geográfico y un
producto con características especiales que lo diferencien de los
demás y cuyas calidades y características se deban al lugar
geográfico de donde proviene”(7). También Ascarelli destaca que,
“es precisamente la conexión de una determinada procedencia
geográfica del producto con sus características cualitativas la que
reclama una directa protección de la denominación que, por eso, se
llama de origen”(8).
Debemos advertir que, pese a lo hasta aquí señalado, existen
algunos ordenamientos legislativos que emplean los términos
“denominación de origen” e “indicación de procedencia”
indistintamente, es decir, como si se tratase de sinónimos.

IV. MARCO DE PROTECCIÓN JURÍDICA DE LAS


DENOMINACIONES DE ORIGEN
El organismo multinacional de mayor envergadura en cuanto a
protección de derechos intelectuales se refiere, es decir, la OMPI
(Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) administra una
serie de tratados que tutelan las denominaciones de origen, siendo
los principales el Convenio de París para la Protección de la
Propiedad Industrial y el Arreglo de Lisboa relativo a la Protección
de las Denominaciones de Origen y su Registro Internacional.
Como decíamos anteriormente, algunos sistemas legislativos
emplean indistintamente los conceptos de “denominación de origen”
e “indicación de procedencia”. Es el caso del Convenio de París
para la Protección de la Propiedad Industrial, firmado el 20 de
marzo de 1883 y aprobado en nuestro país por Resolución
Legislativa Nº 26375 (del 27 de octubre de 1994), el mismo que al
regular medidas de protección a las indicaciones de procedencia,
parece estarse refiriendo también –de manera simultánea- a las
denominaciones de origen. Este Convenio establece que, en caso
de utilización de una indicación falsa concerniente a la procedencia
de un producto, se reconocerá como parte interesada todo
(7)
ARANA, María Del Carmen. Las Denominaciones de Origen: Una Metodología para su
Reconocimiento. En: Revista de la Competencia y la Propiedad Intelectual. Año 1, Número 1.
Indecopi. Lima, 2005. Pág. 202
(8)
ASCARELLI, Tullio. Teoría de la Concurrencia y de los Bienes Inmateriales. Bosch Casa
Editorial. Barcelona, 1970. Págs. 480-481
productor, fabricante o comerciante dedicado a la producción, la
fabricación o el comercio de ese producto y establecido en la
localidad, región o país falsamente indicado como lugar de
procedencia (artículos 10.1 y 10.2). Debiendo prohibirse, como
actos contrarios a la lealtad comercial, las indicaciones cuyo
empleo, en el ejercicio del comercio, pudieren inducir al público a
error sobre la naturaleza, el modo de fabricación o las
características de los productos (inciso 3 del artículo 10 bis).
El Convenio compromete a los países de la Unión de París
(firmantes del Convenio de París) a asegurar a los nacionales de los
demás países miembros, los recursos legales apropiados para
reprimir eficazmente todos estos actos y a prever medidas que
permitan a los sindicatos y asociaciones de representantes de los
industriales, productores o comerciantes interesados, proceder
judicialmente o ante las autoridades administrativas, para lograr
dicha represión (incisos 1 y 2 del artículo 10 ter).
Por su parte, el Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de las
Denominaciones de Origen y su Registro Internacional, del 31 de
octubre de 1958, se estableció con la finalidad de facilitar la
protección internacional de las denominaciones de origen y es
utilizado por 25 Estados miembros de la Unión de Lisboa. El Perú
se adhirió al Arreglo el 16 de febrero de 2005, entrando en vigencia
el 16 de mayo del mismo año.
Según el Arreglo de Lisboa, las acciones necesarias para asegurar
la protección de las denominaciones de origen podrán ser
ejercitadas, en cada uno de los países de la Unión, según la
legislación nacional: (i) a instancia de la Administración competente
o a petición del Ministerio público; (ii) por cualquier interesado,
persona física o moral, pública o privada (artículo 8). El Arreglo
asegura la tutela de las denominaciones contra toda usurpación o
imitación, incluso si el verdadero origen del producto figura indicado
o si la denominación se emplea en traducción o va acompañada de
expresiones tales como “género”, “tipo”, “manera”, “imitación” o
similares (artículo 3). Al respecto, debemos precisar que, son dos
los esquemas normativos que brindan protección jurídica a los
signos distintivos –como es el caso de las denominaciones de
origen-: por un lado, las normas que tutelan la propiedad intelectual;
y, por el otro, las que reprimen la competencia desleal. Las
primeras, garantizan el derecho que tiene el titular a la exclusividad
de uso del signo; las segundas, además de proteger al productor o
comerciante contra actos reñidos con la lealtad comercial, protegen
también al consumidor de la posibilidad de caer en error sobre la
naturaleza o características de un determinado producto, por
ejemplo, sobre su origen. En el caso de lo dispuesto en el artículo 3
del Arreglo, resulta obvio que, si el verdadero origen del producto
figura indicado, no habrá riesgo de confusión para el consumidor;
pese a ello, el derecho a la exclusividad de uso sigue intacto. Por
tanto, el uso no autorizado del signo será reprimido aunque con
éste no se cause confusión al consumidor.
Otro importante instrumento jurídico de protección lo constituye el
Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad
Intelectual relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC)
de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el cual, sin
embargo –según se desprende de su texto-, alude a la figura de
“indicaciones geográficas” casi como si se tratara de un sinónimo de
“denominaciones de origen”(9). Según este Acuerdo, los países
miembros arbitrarán los medios legales para que las partes
interesadas puedan impedir la utilización de cualquier medio que,
en la designación o presentación de un producto, indique o sugiera
que el producto de que se trate proviene de una región geográfica
distinta del verdadero lugar de origen, de modo que induzca al
público a error en cuanto al origen geográfico del producto (inciso 2
del artículo 22). Se establece también que, todo Miembro, de oficio
o a petición de parte, denegará o invalidará el registro de una marca
de fábrica o de comercio que contenga o consista en una indicación
geográfica respecto de productos no originarios del territorio
indicado (inciso 3 del artículo 22).
Asimismo, el Acuerdo sobre los ADPIC contiene disposiciones
específicas sobre indicaciones geográficas de los vinos y bebidas
espirituosas. Así, se dispone que, cada Miembro establecerá los
medios legales para que las partes interesadas puedan impedir la
utilización de una indicación geográfica que identifique vinos para
productos de ese género que no sean originarios del lugar
designado por la indicación geográfica de que se trate, o que
identifique bebidas espirituosas para productos de ese género que
(9)
Al respecto, Rangel opina: “No deja de llamar la atención que (el Acuerdo sobre los ADPIC)
un instrumento internacional con las pretensiones de universalidad que se ha dicho lo
caracterizan, no incluya entre las instituciones que regula una figura bajo el rubro
denominaciones de origen. En su lugar aparece la expresión indicaciones geográficas que,
lejos de ser utilizada como una expresión genérica que incluye lo mismo denominaciones de
origen que indicaciones de procedencia, sirve para designar una figura parecida –pero no del
todo idéntica- a la denominación de origen como se le define en el Arreglo de Lisboa”.
(RANGEL ORTIZ, Horacio. Las Denominaciones de Origen. En: Los Retos de la Propiedad
Industrial en el Siglo XXI. INDECOPI/OMPI. Lima, noviembre de 1996. Pág. 226). Por su parte,
Astudillo sostiene: “En materia de indicaciones geográficas, el ADPIC se desvió de la división
tradicional de éstas, en denominaciones de origen e indicaciones de procedencia con lo que
introdujo confusión en el tema (…) para el ADPIC las indicaciones geográficas constituyen lo
que hemos analizado como denominaciones de origen”. (ASTUDILLO GÓMEZ, Francisco.
Aproximación al estudio de las indicaciones geográficas. En: Rev. Espacios Vol. 26 (1).
Caracas, 2005. Disponible en: http://www.revistaespacios.com/a05v26n01/05260113.htm)
no sean originarios del lugar designado por la indicación geográfica
en cuestión (inciso 1 del artículo 23).
A nivel de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), y sin perjuicio
de los instrumentos internacionales antes mencionados, tenemos la
Decisión 486 Régimen Común sobre Propiedad Industrial –vigente
desde el 1 de diciembre del 2000 y vinculante para nuestro país, en
virtud del principio de preeminencia del ordenamiento jurídico
comunitario- la cual, entre otras disposiciones, prescribe que, las
oficinas nacionales competentes podrán reconocer las
denominaciones de origen protegidas en otro país miembro, cuando
la solicitud la formulen sus productores, extractores, fabricantes o
artesanos que tengan legítimo interés o las autoridades públicas de
los mismos. Estableciéndose que, para solicitar dicha protección,
las denominaciones de origen deben haber sido declaradas como
tales en sus países de origen (artículo 218). Esta última disposición
ha permitido que los países miembros de la Comunidad Andina
registren y protejan al Pisco como denominación de origen peruana.
Finalmente, la protección de las denominaciones de origen está
consignada expresamente en nuestro ordenamiento jurídico interno,
el que cumple con lo estipulado por los instrumentos internacionales
antes revisados. Así, según el Decreto Legislativo Nº 823 Ley de
Propiedad Industrial, la solicitud de declaración de protección de
una denominación de origen se hará por escrito ante la Oficina
competente (Oficina de Signos Distintivos del Indecopi), debiendo
indicar una serie de datos tales como el nombre de los solicitantes,
la denominación de origen solicitada, el área geográfica de
producción, extracción o elaboración del producto, la descripción
detallada del producto y sus características (artículo 224). En el
caso de una denominación ya declarada, la solicitud para obtener la
autorización de uso deberá contener y estar acompañada de lo
siguiente: nombre del solicitante, la denominación de origen que se
pretende utilizar, certificación del lugar o lugares de explotación,
producción o elaboración del producto, certificación de las
características del producto que se pretende distinguir con la
denominación de origen, incluyendo sus componentes, métodos de
producción o elaboración y factores de vínculo con el área
geográfica protegida y certificación de que se cumple con la Norma
Técnica Peruana(10) (artículo 230).
(10)

Las Normas Técnicas son documentos de aplicación voluntaria, que establecen las
especificaciones de calidad de los productos, procesos y servicios. Las Normas Técnicas se
basan en el resultado de la experiencia y el desarrollo tecnológico. Existen también normas
técnicas sobre terminología, métodos de ensayo, muestreo, envase y rotulado que se
complementan entre sí. Las normas técnicas son el fruto del consenso entre las partes
Adicionalmente, con el fin de promover nuestras denominaciones de
origen a nivel internacional, se prescribe que, el Estado, mediante la
celebración de convenios bilaterales o multilaterales, fomentará el
reconocimiento en el extranjero de las denominaciones de origen
peruanas, otorgando, en reciprocidad, protección a las
denominaciones de origen extranjeras, a través de la inscripción en
una sección especial del Registro de Denominaciones de Origen
(artículo 239).
La normativa interna que reprime las conductas desleales en el
comercio, también ofrece protección a las denominaciones de
origen. En efecto, el Texto Único Ordenado del Decreto Ley Nº
26122 Ley sobre Represión de la Competencia Desleal, aprobado
por Decreto Supremo Nº 039-2000-ITINCI, señala: se reputa desleal
el empleo de falsas indicaciones de procedencia y de falsas
denominaciones de origen, así como el empleo no autorizado de
denominaciones de origen (artículo 10).

V. DENOMINACIONES DE ORIGEN PERUANAS


La Oficina de Signos Distintivos del Indecopi, a la fecha, ha
declarado y registrado tres denominaciones de origen peruanas:
“Pisco”, “Maíz Blanco Gigante Cusco” y “Cerámica de Chulucanas”.
La protección como denominación de origen al Maíz Blanco Gigante
Cusco fue otorgada el 4 de octubre de 2005, convirtiéndose en el
segundo producto peruano, después del Pisco, en recibir tal
protección. Este maíz tiene características peculiares debido a su
ancestral proceso de producción. Sus granos son suaves, de gran
tamaño y tiene un uso múltiple en la alimentación; constituyéndose
en un producto emblemático del Cusco.
En cuanto a la Cerámica de Chulucanas, la tercera denominación
de origen reconocida en nuestro país, la resolución que declara su
protección en tal calidad fue suscrita el 26 de julio de 2006.
Cerámica de Chulucanas es la denominación usada para distinguir
los cerámicos elaborados en el distrito de Chulucanas, provincia de
Morropón, departamento de Piura. Estos cerámicos son el resultado
de la interacción de factores naturales como: arcilla, arena, clima y
hoja de mango; así como de elementos humanos sustentados en
las técnicas tradicionales de las culturas Vicús y Tallán.
Veamos más detenidamente el caso de nuestra denominación de
origen más conocida, el Pisco, cuya protección ha exigido y sigue

interesadas e involucradas en el tema a normalizar. Las Normas Técnicas Peruanas (NTP) son
aprobadas por la Comisión de Reglamentos Técnicos y Comerciales del Indecopi y elaboradas
por los Comités Técnicos de Normalización. (Fuente: Indecopi)
exigiendo un gran esfuerzo por parte de las autoridades nacionales
pertinentes.
1. LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN PISCO Y SU REGISTRO
ANTE LA OMPI
Con fecha 14 de julio de 2005, la OMPI (Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual), organismo especializado de la ONU
(Organización de las Naciones Unidas), con sede en Ginebra,
notificó a los entonces 23 países firmantes del Arreglo de Lisboa
relativo a la Protección de las Denominaciones de Origen y su
Registro Internacional (actualmente son 25 los países integrantes),
la resolución que inscribe al Pisco como denominación de origen
peruana con el certificado de registro internacional Nº 685. Según el
Arreglo de Lisboa, dentro del plazo de un año los países
contratantes que así lo considerasen podrían manifestarse en el
sentido de no poder asegurar la protección de la denominación
contenida en el registro internacional notificado, pero para ello,
deberían sustentar técnicamente los motivos de su negativa. La
protección de la denominación se considerará aceptada en el país
miembro si no hay manifestación alguna del mismo (aceptación
tácita) o si existe una manifestación reconociendo expresamente
que se asegura la protección del producto en calidad de
denominación de origen.
Transcurrido dicho plazo, México, Costa Rica y algunos países
miembros de la Unión Europea (UE) -lo que hace un total de 9
países- se manifestaron en el sentido de no poder asegurar una
protección de exclusividad sobre el Pisco en favor del Perú, por
haber suscrito previamente acuerdos comerciales bilaterales con
Chile en los que se incluían disposiciones relativas a un producto
denominado “pisco chileno”. Los demás miembros del Arreglo de
Lisboa reconocieron al Pisco como denominación de origen
peruana, algunos de manera expresa y otros tácitamente.
Por tanto, en los países antes mencionados podrá comercializarse
el Pisco procedente del Perú, sin perjuicio de que se siga
comercializando el “pisco chileno”. Lo que ha ocurrido es que sólo
en estos 9 países miembros del Arreglo de Lisboa, el Perú todavía
no tiene la exclusividad de uso de la denominación Pisco, como si la
tiene en los 13 países restantes, los mismos que se suman a otros
10 países que ya reconocían con anterioridad al referido producto
como denominación de origen peruana; lo que, obviamente,
constituye un avance importante en las pretensiones peruanas de
reivindicar la titularidad sobre el producto de bandera nacional.
La decisión de algunos miembros del Arreglo de Lisboa de no
asegurar, por el momento, una protección con carácter de
exclusividad sobre la denominación de origen Pisco era
perfectamente previsible, y es que, otorgar la exclusividad de la
denominación al Perú, les hubiera significado incumplir sus
compromisos comerciales con Chile, los mismos que tienen
categoría de Tratados. Por tanto, somos de la opinión que, dicha
decisión no mella ni constituye una derrota dentro de la estrategia
peruana encaminada a reivindicar la denominación.
Sin embargo, debe ponerse en claro también que, a diferencia del
Perú, Chile no ha conseguido que ningún país reconozca
expresamente al “pisco chileno” como denominación de origen y por
ende le haya otorgado la exclusividad de la denominación; pues,
por ejemplo, en el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados
Unidos (TLCCE) se hace referencia al “pisco chileno” no como
denominación de origen, sino como Producto Distintivo, una
categoría que no forma parte del capítulo de Propiedad Intelectual
de dicho TLC, sino del capítulo de Acceso al Mercado.
2. EL PISCO Y LOS REQUISITOS EXIGIDOS POR EL ARREGLO
DE LISBOA
En la definición de denominación de origen contenida en el Arreglo
de Lisboa relativo a la Protección de las Denominaciones de Origen
y su Registro Internacional se expresan claramente los requisitos o
rasgos esenciales que debe presentar un producto para ser
protegido internacionalmente como denominación de origen. Según
dicho Tratado: “Se entiende por denominación de origen, en el
sentido del presente Arreglo, la denominación geográfica de un
país, de una región o de una localidad que sirva para designar un
producto originario del mismo y cuya calidad o características se
deben exclusiva o esencialmente al medio geográfico,
comprendidos los factores naturales y los factores humanos”
(artículo 2.1). El Pisco, como veremos a continuación, cumple a
cabalidad dichos requisitos.
En primer lugar, Pisco es la denominación geográfica que identifica
una provincia peruana y que sirve para designar un producto
originario de la misma. En efecto, como expone el Indecopi, el
fundamento para que el pisco haya sido reconocido como una
denominación de origen es el siguiente:
“La denominación pisco tiene un origen indiscutiblemente peruano,
tal como se ha podido verificar en los estudios realizados por
lexicógrafos, cronistas e historiadores. En efecto, se trata de un
vocablo originario de la lengua quechua, en tanto la denominación
pisko significa “pájaro” en nuestro idioma (Juan de Arona,
seudónimo de Pedro Paz Soldán y Unanue. Diccionario de
Peruanismos, Tomo II, Ediciones Peisa, Lima, 1975, pag. 323).
Precisamente, fueron los incas quienes tomaron dicho nombre para
denominar así al valle en donde se desarrolló la cultura Paracas,
debido a la cantidad y diversidad de aves existentes en la zona. (…)
Con la llegada de los españoles en el siglo XV, el cultivo de la uva
se introdujo en el Perú para la fabricación de vino en diversas
regiones como Cuzco e incluso Lima. Sin embargo, fue en Ica
donde dichos cultivos se expandieron ampliamente gracias a las
condiciones climáticas del lugar. Por esta razón, la industria de
vinos y aguardientes se desarrolló con gran fuerza tanto a nivel
artesanal como industrial.
A comienzos del siglo XVI, pisco pasó a ser el nombre de un
poblado y el de uno de los principales puertos que servían al
comercio regional, en tanto punto de embarque de guano y de los
envíos de cargamento de plata hacia España. Asimismo, gracias a
sus bondades, se convirtió en una bebida muy popular entre los
viajeros de la región, lo que determinó su exportación en grandes
cantidades dentro de las famosas botijas.
El origen peruano de la denominación pisco ha sido ampliamente
reconocido a nivel internacional. Por ejemplo, en su última edición,
el Diccionario de la Lengua Española define pisco como
“aguardiente fabricado originalmente en Pisco, lugar peruano”. Del
mismo modo, la Enciclopedia Británica define la palabra pisco como
“ciudad, Ica, sudoeste del Perú (…). Conocida por su brandy hecho
de uvas moscatel”. (…)”(11).
En segundo lugar, el Pisco es un producto cuya calidad y
características se deben exclusiva y esencialmente al medio
geográfico, comprendidos los factores naturales y los factores
humanos. Al respecto, señala el Ministerio de Relaciones Exteriores
del Perú: “la extracción, recolección y posterior fabricación y
elaboración de esta bebida (el Pisco) se realiza a través de un
proceso productivo exclusivo de la técnica peruana desarrollado y
difundido en las regiones productoras.
Además, (…) la uva utilizada en su elaboración se debe al clima
templado y a la formación tectónica del suelo, propio de la provincia
de Pisco, que se extiende a los valles de los departamentos de
Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y algunos valles del Departamento
de Tacna donde existen condiciones similares. Por otro lado, la
reputación del Pisco también tiene neto origen peruano,
remontándose al siglo XVII y continuando hasta la fecha”(12).

(11)
INDECOPI. Ob. cit. Págs. 9-10
(12)
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. El Pisco: Denominación de Origen
Exclusivamente Peruana.
Asimismo, la Norma Técnica Peruana NTP 211.001:2002 Bebidas
Alcohólicas. Pisco. Requisitos, establece: “Pisco: Es el aguardiente
obtenido exclusivamente por destilación de mostos frescos de
“Uvas Pisqueras” recientemente fermentados, utilizando métodos
que mantengan el principio tradicional de calidad establecido en las
zonas de producción reconocidas”. Agrega la Norma Técnica:
“Variedades de uvas pisqueras: El Pisco debe ser elaborado
exclusivamente utilizando las variedades de uva de la especie Vitis
Vinifera L, denominadas “Uvas Pisqueras” y cultivadas en las zonas
de producción reconocidas. Estas son: Quebranta, Negra Corriente,
Mollar, Italia, Moscatel, Albilla, Torontel, Uvina”(13).
Por otra parte, el Arreglo de Lisboa expresa en su artículo 1.2: “(Los
países de la Unión) Se comprometen a proteger en sus territorios,
según los términos del presente Arreglo, las denominaciones de
origen de los productos de los otros países de la Unión particular,
reconocidas y protegidas como tales en el país de origen y
registradas en la Oficina Internacional de la Propiedad Intelectual
(…)”.
De lo anterior se deduce que otro de los requisitos básicos para que
una denominación de origen sea protegida por los países
integrantes de la OMPI, es que haya sido previamente declarada
como tal por normas internas en el país solicitante. Por ello, debe
quedar claro que no es función de la OMPI otorgar la calidad de
denominación de origen a determinado producto, este organismo
tan solo se limita a registrar las denominaciones ya reconocidas en
los países de origen, a fin de que los demás Miembros de la Unión
de Lisboa evalúen si les otorgan protección en sus territorios.
La protección interna, según el Reglamento del Arreglo, puede
haberse otorgado a través de disposiciones legislativas o
administrativas, o como consecuencia de decisiones judiciales.
El Pisco cumple también con esta exigencia de la Oficina
Internacional de la OMPI. Dicho producto es protegido en nuestro
país como denominación de origen mediante la Resolución
Directoral N° 072087-DIPI, del 12 de diciembre de 1990, la que
formaliza el área geográfica de producción del Pisco, a saber: la
costa de los departamentos de Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y los
valles de Locumba, Sama y Caplina del departamento de Tacna.
Esta resolución fue elevada de rango con el Decreto Supremo Nº
001-91-ICTI/IND, el cual a su vez es ratificado mediante la Ley Nº
26426, del 29 de diciembre de 1994, cuyo artículo primero señala
expresamente que se da fuerza de Ley al citado Decreto Supremo.
(13)
Comisión de Reglamentos Técnicos y Comerciales – INDECOPI. Norma Técnica Peruana
NTP 211.001:2002 Bebidas Alcohólicas. Pisco. Requisitos. 6ª Edición. Lima, 2002-10-25
3. REIVINDICACIÓN DEL PISCO COMO DENOMINACIÓN DE
ORIGEN PERUANA. OBSTÁCULOS A VENCER
El objetivo de consagrar la protección internacional del Pisco como
denominación de origen peruana tiene algunos obstáculos que
superar, como veremos a continuación.
En primer lugar, están los acuerdos bilaterales entre Chile y países
tales como Francia, Portugal, Italia y México, entre otros, en los
cuales, según afirman los chilenos, se habría reconocido la
denominación “pisco chileno”. Por ejemplo, en el Tratado de Libre
Comercio entre Chile y Estados Unidos (TLCCE) se hace alusión a
un producto denominado “pisco chileno” como uno de los Productos
Distintivos (Capítulo de Acceso al Mercado) que presenta Chile en
el acuerdo comercial con los norteamericanos. Al respecto, un
documento de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) sostiene lo
siguiente: “cabe recordar que en el Acuerdo con Chile, se establece
que Estados Unidos reconocerá, entre otros, el Pisco Chileno, el
que será autorizado para ser producido sólo en Chile. Sobre este
particular, debe anotarse que en la Comunidad Andina el producto
“pisco” se encuentra registrado a nivel comunitario como producto
peruano”(14).
Pero, ¿en qué hecho se sustenta la tesis de la existencia de un
“pisco chileno”? Sucede que recién en 1936 -vía Ley Nº 5798- el
Congreso chileno dispuso que: “El pueblo de La Unión del
Departamento de Elqui, se denominará, en lo sucesivo, Pisco
Elqui”. Esta medida se tomó a fin de que el aguardiente producido
en Chile tenga el referente geográfico necesario para calificar como
denominación de origen. Por tanto, el aguardiente chileno “adquirió”
de manera artificial el requisito esencial de una denominación de
origen, como es que el producto lleve el nombre de la zona
geográfica en la que es producido. Sin embargo, como decíamos
anteriormente, para que un producto califique como denominación
de origen, éste debe tomar el nombre del lugar geográfico en el cual
se fabrica, y no al revés.
En segundo lugar, el otro obstáculo lo constituyen ciertas iniciativas
legislativas de parlamentarios peruanos que, por falta de
conocimiento, hacen peligrar la defensa de la denominación, así por
ejemplo, el Proyecto de Ley Nº 6801 Ley que incorpora a todas las
Regiones del Perú en el Reconocimiento Oficial al Pisco como
Denominación de Origen, propone: “Artículo 1°.- Declarar la
Denominación de Origen peruano Pisco a los Productos obtenidos
por la destilación de caldos, resultantes de la fermentación
(14)
COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES. Análisis del Tratado de Libre Comercio
Centroamérica-Estados Unidos. Documentos Informativos. Mayo 2004. Págs. 5-6
exclusiva de la uva madura, obtenida en todas las regiones del
Perú, denominación que podrá ser usada en todo el territorio de la
República”. Como resulta lógico, de haber sido aprobada esta
iniciativa legislativa, el Pisco perdería la protección internacional e
incluso la interna como denominación de origen, pues carecería del
requisito esencial de ser producto de las condiciones naturales y
humanas de una determinada zona geográfica. Como manifiesta
Gutiérrez Reinel, de concretarse la iniciativa surgida en el
Congreso, a través del Proyecto de Ley Nº 6801, de ampliar a todo
el territorio del Perú el área de producción de la denominación de
origen Pisco, “podrían estar desvirtuándose algunos de los
elementos consustanciales al concepto, ya que en un país tan
grande como el Perú no existe una unidad geográfica o climática
que pueda mantener la especificidad que caracteriza a una
denominación de origen distintiva y específica como es el Pisco.
Tampoco todo el territorio del país es apto para la producción de las
uvas pisqueras o, menos aún, comparte el modo de producción
tradicional del Pisco, que es intrínsecamente oriundo de la costa
sur. (…) No existe precedente en el mundo de un producto
vitivinícola que reclame como área de protección de una
denominación de origen todo el territorio de un país, o siquiera una
parte importante de ese territorio; por el contrario, la tendencia
mundial es a reducir cada vez más el área de cobertura de las
denominaciones de origen e, inclusive, a crear áreas más acotadas
dentro de las áreas protegidas existentes. Un ejemplo es la
denominación de origen francesa para vinos Bordeaux, dentro de la
cual se han creado otras más específicas y limitadas
geográficamente, como Saint Emilion, Côtes de Bourg o Margaux,
algunas con menos de 20 Km. Cuadrados”(15).
Adicionalmente, debemos decir que la propuesta –difundida por la
prensa- hecha por autoridades y empresarios chilenos, sobre la
posibilidad que su país “comparta” con el nuestro la denominación
de origen Pisco, es inviable jurídicamente; pues, tal hecho
desfiguraría por completo su carácter de producto protegido vía
propiedad industrial, ya que rompería con el requisito esencial para
recibir tal tutela, cual es el vínculo entre el producto y un medio
geográfico específico.

VI. JURISPRUDENCIA EN MATERIA DE DENOMINACIONES DE


ORIGEN. EXPERIENCIAS A SEGUIR

(15)
GUTIÉRREZ REINEL, Gonzalo. El pisco es peruano, ¿pero de todo el Perú? Boletín Legal
Diario. Gaceta Jurídica. En: http://www.gacetajuridica.com.pe/boletin-nvnet/jul03/boletin16-
07.htm
Existen en el ámbito internacional diversos casos sobre litigios en
materia de denominaciones de origen. Uno, particularmente
interesante es el que expuso el entonces Asesor Legal de la
Empresa Cubana de Tabaco (CUBATABACO), Adargelio Garrido,
en el 1er Congreso Latinoamericano sobre la Protección de la
Propiedad Industrial, llevado a cabo en nuestro país en 1996.
Hablamos de la denominación de origen Habanos.
Según el autor, el nombre geográfico Habana ha sido a través de la
historia, el más apropiado y reconocido internacionalmente para
identificar el origen de los famosos tabacos cubanos. Por su parte,
el término Habano surgió como derivación de Habana.
La especificidad y la calidad del tabaco Habano resultan de la unión
de múltiples factores naturales y humanos, que sólo se encuentran
en Cuba; por ello, las denominaciones de origen Habana y Habanos
sólo pueden ser empleadas para distinguir los cigarros hechos en
Cuba con materia prima 100% cubana.
No obstante, desde principios de siglo, el mercado tabacalero se ha
visto invadido por marcas que ostentaban ilícitamente las referidas
denominaciones de origen cubanas. Por lo cual, la Empresa
Cubana de Tabaco (CUBATABACO), única entidad encargada de la
comercialización internacional de los Habanos, comenzó una
ofensiva legal con el objetivo de proteger la denominación.
En primer lugar, con la entrada en vigor del Arreglo de Lisboa, se
solicitó el registro de 18 denominaciones de origen, entre las que se
encontraba Habana (con su derivada Habanos).
Posteriormente, se inició una acción judicial en Francia el 17 de
febrero de 1981, contra la sociedad belga Neos Handzame por la
venta en dicho país de la marca Cubanitos. Esta marca fue
introducida en el mercado francés en un estuche de madera de 50
cigarros en el que se garantizaba “una mezcla interior 100%
Habana”. La mención Habana (Havane por su traducción al francés)
aparecía 6 veces sobre el estuche, mientras que la inscripción
“Fabricado en Bélgica por Neos Handzame”, se encontraba en
letras extremadamente pequeñas. La demanda de CUBATABACO
se basaba en que el término Havane estaba reservado únicamente
para designar cigarros manufacturados en Cuba con materia prima
exclusivamente cubana. Dos años después de presentada la
demanda, el Tribunal de Primera Instancia dispuso –inter alia-
prohibir el empleo por la sociedad Neos Handzame de las
denominaciones de origen Havane y Habana y Cuba. La Corte de
Apelación confirmó el fallo del Tribunal de Primera Instancia el 4 de
julio de 1985.
Asimismo, CUBATABACO emprendió otras acciones
administrativas y judiciales, en España, Alemania y Bélgica, entre
las que se destaca la iniciada en este último el 20 de septiembre de
1984, contra la Sociedad Anónima Maes, por la marca La Gloria de
Cuba, que incluía además la mención Havana Blended Cigars. Uno
de los argumentos invocados por la empresa cubana fue que la
especificidad y calidad del cigarro cubano resultan de la unión de
varios factores tanto naturales como humanos que sólo existen en
Cuba.
El Tribunal belga de Primera Instancia dispuso que el uso de las
menciones Gloria de Cuba o Havana Blended Cigars constituía una
violación de lo previsto en la Ley belga sobre prácticas del
Comercio. La resolución se fundamentó en que el uso de las
referidas menciones crea evidentemente una confusión en el
consumidor, porque para éste, la acepción más amplia del término
Habana o Habano significa generalmente un cigarro manufacturado
en Cuba con materia prima procedente de ese país. La Corte de
Apelación ratificó el fallo de Primera Instancia, lo cual puso punto
final al proceso.
Existen en el ámbito internacional otros casos paradigmáticos
respecto a la defensa de las denominaciones de origen, como por
ejemplo la sentencia del Tribunal de Apelación de Hamburgo de
1956, la cual prohibió el empleo de la expresión “cognac español” y
la sentencia de la High Court de Londres de 1960 que no permitió el
uso en el mercado inglés de la expresión “champagne español”, hoy
denominado Cava(16).

VII. IMPORTANCIA DE PROTEGER LAS DENOMINACIONES DE


ORIGEN
Ahora bien, ¿cuál es la importancia de tutelar y promover las
denominaciones de origen de un país? Podríamos decir que,
básicamente, son dos los motivos que deben impulsar a las
autoridades pertinentes a asegurar esa protección: por un lado, una
razón de orden jurídico, cual es garantizar la tutela de los derechos
de propiedad industrial contenidos en la denominación, como una
manera de fomentar y estimular el ingenio, la creación, la
producción y el trabajo humanos en los ámbitos de la industria y el
comercio. Por otro lado, existe una razón de carácter económico;
pues, la promoción de una denominación de origen significa un
incentivo al aumento del consumo interno del producto protegido,
pero también constituye una especie de sello de garantía o
certificación de calidad con miras hacia su exportación y colocación
(16)
GARRIDO DE LA GRANA, Adargelio. Ob. cit. Págs. 231-236
en mercados más competitivos que el nuestro. Así lo confirma el
Indecopi, al sostener que, “Las denominaciones de origen
constituyen instrumentos importantes para el desarrollo de una
economía. Tienen por objeto la “promoción colectiva”, garantizando
calidad, procedencia y en muchos casos, tradición e historia de
productos que son fruto del íntimo vínculo entre grupos humanos y
la tierra de donde provienen”(17).
Asimismo, Garrido De la Grana nos refiere que, “La lucha por la
protección de las denominaciones de origen, constituye un objetivo
de primer orden para la defensa de las economías de los países de
los países subdesarrollados, porque impulsan el comercio exterior
de éstos, mediante la promoción y exportación de productos bases
que son fruto de su suelo, clima y arte popular”(18).

VIII. A MANERA DE CONCLUSIÓN


Los derechos de propiedad intelectual de que gozan los titulares de
las denominaciones de origen y la importancia de su protección son
temas que han sido poco difundidos y promovidos en nuestro país,
quizá por esa razón, la tutela de este tipo de derechos ha
enfrentado más de un inconveniente. Como hemos visto, existen
razones no solo jurídicas, sino también económicas que exigen que
esta situación sea revertida; pues, nuestro país cuenta con un gran
potencial en cuanto a productos que merecerían ser declarados y
protegidos como denominaciones de origen, por el hecho de deber
sus particulares características al irrepetible entorno humano y
geográfico. En efecto, Arana destaca que, “El Perú cuenta con una
gran diversidad de productos ancestrales pertenecientes
indisolublemente a zonas geográficas que exigen ser protegidos
como denominaciones de origen (…) el Perú, a pesar de contar con
una gran diversidad ecológica, riqueza histórica y técnicas
ancestrales en la elaboración de ciertos productos, no les ha dado
la correspondiente protección legal”(19).
Como hemos referido anteriormente, existen una serie de
instrumentos jurídicos nacionales y supranacionales que, si se
saben aprovechar adecuadamente las ventajas que ofrecen,
pueden permitir una óptima protección de nuestras denominaciones
de origen.

(17)
INDECOPI. Ob. cit. Pág. 11
(18)
GARRIDO DE LA GRANA, Adargelio. Ob. cit. Pág. 240
(19)
ARANA, María Del Carmen. Ob. cit. Págs. 190-191

Potrebbero piacerti anche