MONOLOGO DE MI PRIMERA VEZ

Contenta y llena de alegría sintiéndome complacida con la vida, de ver

cuanto me regalaba el destino, regresaba sonriente con mis amigos de esas
mágicas fiestas folclóricas de Rincohondo que eran las primeras en mi vida;
la inmensidad del firmamento era testigo fiel de aquella noche mágica llena
de emociones y sensaciones que escondían en su más profundo interior mi
destino.

Fui una chica que sentí ser la mujer más afortunada estaba acompañada por
mi familia y mis amigos, dormí muy tranquila y serena esa noche. En mi
mente quedan esos agradables instantes llenos de música, luz, alboroto,
licor y juegos pirotécnicos que contrataban con la alegría de todos los
asistentes y con la presentación de San Isidro Labrador patrono de los
Rincohonderos que con sus tradicionales panochas encantan y divierten a
propios y extraños. Mi corazón aún palpita por volver a aquel macondiano
lugar.
 EL ATRACO

Agarrada por el día tan exhausto que tuve el 09 de abril, tras la llegada de un
familiar de visita decidí sentarme a tomar la brisa de la tarde en la terraza de
mi residencia, pasadas las 5:00 de la tarde y en un abrir y cerrar de ojos
aparece un muchacho joven quitado de la pena y con signos notables de
nerviosismo me apunta con una pistola en la cara y me despoja de mis
pertenencias el asombro y la rabia encontraron refugio en mi dejándome
muda luego de unos minutos comprendí porque mi mamá me decía tanto
“uno esta vivo y está muerto”.

¿Porqué tomar ese camino?

Luego de unos días sale en primera página la foto de aquel muchacho, fue
abaleado por alguien que decía ser su amigo, las palabras que plasmaron
eran muy conmovedoras: dice la madre “yo pensaba que el hijo que Dios me
presto era un Alirio bueno y que cuando salía a lo que el me decía trabajar,
estudiar, pero el ultimo en enterarse de las cosas malas que nuestros hijos
hacen en la calle somos los de la familia y más si es una madre tan ciega de
amor por mis hijos como yo.