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Edward Hallet Carr no e5 s6lo uno de los mas eminentes historindores de nuestra época, sino también uma de las figuras intelectuales que mayor influencia politica han efercido, sobre todo en el dominio de la politica internacional y en momentos cruciales de Ia historia. ‘Terminada la guerra, Carr se consagré a la redaceién de su obra maestra: Ja monumental A History of Soviet Russia, La serie de conferencias que reproduce el presente libro es una meditacién’sobre el objeto, la finalidad y el método de la historia, considerada en su doble y combinado aspecto de investigacién llevada a cabo por el historiador y de los acontecimientos T H 2. Ln, | 6Quées | lahistoria? | LDH Preapa 2 oi del pasado que investiga. A la pregunta de si & - ~ i ; | puede darse una historia objetiva responde el Po : | autor negativamente, convencido de que la ; { interpretacién es elemento constituyente del = } \ dato hist6rico. Al afirmar el autor que el Qe \ historindor debe ver el pasado con los ojos del 3 presente, abunda en Ja famosa frase de Croce ae segiin Ia cual toda In historia es historia Be contemporanea. \ =. = ' | \ ' fies, | | ae 2 | ‘ Anel dka| Atel rg rx. = Universidad Nacional i) Federico Villarreal ANTROPOLOGIA http://antropologiaunfv.wordpress.com https://www.facebook.com/antroposinergia iQUE ES LA HISTORIA? E. H. Carr QUE ES geildg, La HISTORIA? AD Difusian gratuita, Conferencias “George Macaulay Trevelyan” ! 1 dictadas en la Universidad de Cambridge La fotecapia no mata ‘en enero-marzo de 1961 3 al libra, A el mercada si. 4 yy W 4819 EDITORIAL ARIEL, S. A. BARCELONA Titulo original: What te story? ‘Traduccién de Joaquin Roweno Mauna Disaiio coleccién: Hane Romberg (Editorial Sele Baral, $. A.) Primera édicin ea ‘Colectiéa Ariel: septiembre 1983 Segunda edicidn: octubre 1984 . H. Garr, Londres Derechos eyelusivos de edicidn en castellano reservados para todo el manda 'y propiedad de bs traduccion: ©1983 y 1964s Eiditorial Arid, 8. A. Carcega, 270 - 08008 Barcelona TSBIN: 84344-1001. Depéstto legals B. 33.306 - 1984 Impreso en Espa ‘Ninguss pare de rc publica, Snide of iso del eubier, puede ser predecis aleoceada o tranamiids eo manera sea 0! por wigan medi, Jo ucz décttica, quimice, mecinice, éptico, de grabscibn a de fotocopis, sin permiso previo del editor. «Me maravillo a menudo de que resul- te tan pesada, porque gran parte de ella debe de ser pura invencién» Catherine Morland, hablando de Ia Historia, (Jane AUSTEN, Northanger Abbey, cap. x1V) 1 EL HISTORIADOR Y Los HECHOS {Qué es 1a historia? Para precaverme contra quien encuentre superfiua o falta de sentido la pregunta, voy a partir de textos relacionados respectivamente con Ja primera y Ja segunda encarnaciones de la Camt- bridge Modern History, He aqui a Acton, en su ine forme a los sindicos de Ia Cambridge University Fress acerea dela obra que se habia comprometido a dirigir: Es ésta una oportunidad sin precedente de reunir, en Ia forma més util para los més, el acer- vo de conocimiento que el siglo xix nos estd le- gondo, Mediante «una inteligente divisién del tra- bajo seriamas capaces de hacerlo y de poner al alcance de cualquiera el iltimo documento y las conclusiones mds elaboradas de la investigacién, internacional. No podemos, en esta generacién, formular una historia definitiva; pero sf podemos eliminar la historla convencional, y mostrar a qué punto he- mos legado en el trayecto que va de ésta a aqué- lla, ahora que toda Ia informacién es asequible, y¥ que todo. problema es susceptible de sofucién (1), (1) The Cambridge Mote History: Its Origin, Authorship nad Production (190), pags. 12. ¥ transcurridos casi exactamente sesenta afios, ei profesor Sir George Clark, en su introduccién gene- ral a la segunda Cambridge Modern History, comen- taba aguel convencimienta de Acton y sus colabora- dores de que legarla el dia en que fuese posible pre- sentar una chistoria definitivas, en los siguientes tér- minost Los historiadores de una generacién posterior ho esperan cosa semejante. De su trabajo, esperan que sea superado una y otra vez. Consideran que €l conocimiento del pasado ha llegado a nosotros por mediacién de una o mas’mentes humanas, ha sido «elaborado» por éstas, y que no puede, por tanto, consistir en stomos elementales ¢ imperso- nales que nada puede alterar... La exploracién no parece tener limites y hay investigadores impa- cientes que se refugian en el escepticismo, o cunn- do menos en In doctrina de que, puesto que todo juicio histético implica personas y puntos de vis- ta, todos son igual de validos y no hay verdad histérica

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