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Leila Guerriero, en su libro de crónicas “Frutos extraños. Crónicas reunidas 2001-2008”, hace un trabajo una acerca de la vida de Ale, el dueño del supermercado chino que ella tiene en la esquina de su casa. En estos dos fragmentos lo que intentamos mostrar es la mirada: del otro hacia nosotros y cómo nos imaginan desde afuera. En el relato de Ale, “Acá” será Argentina y “Allá”, China.
Leila Guerriero, en su libro de crónicas “Frutos extraños. Crónicas reunidas 2001-2008”, hace un trabajo una acerca de la vida de Ale, el dueño del supermercado chino que ella tiene en la esquina de su casa. En estos dos fragmentos lo que intentamos mostrar es la mirada: del otro hacia nosotros y cómo nos imaginan desde afuera. En el relato de Ale, “Acá” será Argentina y “Allá”, China.
Leila Guerriero, en su libro de crónicas “Frutos extraños. Crónicas reunidas 2001-2008”, hace un trabajo una acerca de la vida de Ale, el dueño del supermercado chino que ella tiene en la esquina de su casa. En estos dos fragmentos lo que intentamos mostrar es la mirada: del otro hacia nosotros y cómo nos imaginan desde afuera. En el relato de Ale, “Acá” será Argentina y “Allá”, China.
‘Latua Guenaieno
se minicomponente, la juguera, la cafetera el
. la cafetera el
soc en en ti Yc
‘Panta del ate ibe 3 Punta del Bate, no lo podige
nde nie BANE este aill de oro, y este die
El amigo chino
Lateral, Espaia
julio-agosto de 2005
___ Entonces Mary
justo encima del at.
de san Benito. El cartel flota en la noche de Buenos Aires como el ala de
una mariposa seca: Supermercado Express, letras rojas sobre
fondo verde. En la vereda, una pizarra anuncia que se aceptan
tarjetas de crédito y débito. Tomates y naranjas brillan ustrosos
frente a los carritos de metal que se usan para llevar pedidos
a domicilio. Desde adentro, detris de su pequefio moscrador,
Ale, el duefio del supermercado, me ve y me saluda con un
gesto. Nolo dice, pero es como silo dijera. Durante dos meses,
‘en cada uno de nuestros encuentros, cada vez que lo llamaba
por su nombre, Ale se daba vuelta y decta, decepcionado: “Ah,
Leila”.
Ale es chino, y sabe muchas cosas de mi, Cusindo estoy
en cass, eusndo saigo de viaje, cuindo se termina mi dinero y
cuando no hay mas comida en mi heladera. Técnicamente,
y desde hace cinco afios, Ale es el hombre que me alimenta.
Lovveo més quea cualquiera de mis amigos, hablo con él dos 0
tres veces por semana, sabe que me gusta el queso estacionado
Yy que no como nada que tenga ajo. Cuando hago un pedido por
teléfono y olvido algo —pan, leche—me lo recuerdaz
—ZHloy no pan, hoy no leche?
Sile pido cuatrocientos gramos de jamén eruclo se alarma:
—Muy caro. {Tanto quiere?
Conoce mi nombre, mi néimero de documento, mi profe-
sin, el nombre del periédico donde trabajo, la direccién exacta
Nota: en ef momento de esri
rnento de esribinse este art :
eso equivalia aun délay, | ttle, em la Argentina un
148. : 19Latta Guennteno
de mi casa y la cantidad de gaseosa y pasta dental que consumo
or semana.
En cambio yo (después de entrevistarlo una docena de
voces: de citarlo en bares y hablar a hurtadillas en su lugar
de trabajo para responder uire pregunta simple: por que vine ie
su China milenaria a estas j6venes pampas del sur) todavis ne
sé —nunea sabré— nada de él
La primera vez que lo vi fuera del supermercado fue en una
confitert, luces dicroicas, plantas colgantes. El mozo t13jo un
jugo de naranja y nos miré con sorna, pero Ale, que desconoee
elidioma mudo del desprecio, agradecié
—Mucha gracia
Después, dibujé la China sobre una servilleta de papel,
= Acé provincia Guandong. Acf provineia Fujian, mi pro-
vincia, Antes viene més gente de Guandong. Ahora viene mds
gente de Fujian, paisano mio,
Hace cinco afios, Ale no se llamaba Ale sino Huang, pe-
Ta deis ese nombre con todas las cosas que dejé en la Reps.
blica Popular ‘China, en su aldea de Fujian, ciento veinte mil
kilémetros cuadrados —Ia mitad de la superficie de la provincia
de Buenos Aires— donde se agolpan treinta y cinco millones
de habitantes —el equivalente alos de toda la Argentina
Ale nacié muy budista en aquel pais donde se festejan el
Festival de la Primavera y la Fiesta de las Lintet ‘nas, donde la
edad da prestigio y el tiempo se cuenta por ciclos lunares re,
gulados por la naturaleza, y se mudé en el afto 2000 2 Buenos
Altes, Argentina, donde los viejos son resaca, el tiempo se paga
caro y la mayor fiesta del afio es el nacimiento de un dios ira.
Probable en el que él no cree. A cambio, es el joven dueno de
8 supermercado que permanece abierto de lunes a sdbado de
9.2.22, domingos de 9 a 13 y de 17 a 22, sin feriados nacionales
ni dias de guardar.
—~ePor qué viniste, Ale?
—Parm conocer mundo —dijo Ale, cuando le pregunté
150
autos exraatos
—:Conoeés otras partes de China?
TAR au Pah con sto, Vipalaco,y eo de paredes
Jargas... c6mo dice...
—La muralla china. :
Mir yi Macho aio, mily pico, ea de ry is =
c. dad, chica, entre c
kin, pero ciudad grande. Mi ciudad, pee Eampoy
vadadl/A yees mejor vive campo, ota faejor ive cluded. De
ardcter,
pende c ; oo
—w cuando vivias en China qué hacias?
“Princo, secundaria: Despucs aprende ees aos como
steno, y después aprende dibyar dijo. ¥ cosinero, Des-
és, mi paisano esté acd y yo viene. Pero dos afios antes
Tregar a Argentina, mi marné fue Bolivia, a trabajar en negocio
de venta de pollo parrlla. Yo tiene 18 afio cuando mama fue
Bolivia :
—gPor qué se fue tu mamé a Bolivia? ~ toca
—Tiene paren allt Ali iene macho paisano que dicen
ue afera demi pal 3 indo, tene muche cose, y yo dif wy
{sale para ver, yo también quiere salir de pals para conoe
ahf me fui, salf a mundo.
Sasi eek ne de Ae
sn chino. Después pregunta: : :
ered sr bac por hoy? Llama mami, dice que vino
—a )
sefior que debe plata :
sana menos, queen a China lshijsabedecen ass padres y
Jos padres alos abuelos y todos obedecen al que tenga mas eda
Y que tiene un hijo de dos meses que se llama Sergio.
—No tiene nombre chino, toravia :
Yo ni siquiera sabfa que Ale tuviera una mujer
is smesurado.
1La China es un pais desmesurado, vadon
Nocve millones y medio de klémetrosevadrados, mil
trescientos millones de habitants, desiocho mil llémetros
de costa, cinco mil cuatrocientas islas y cuatro milenios
1512 y cinco kil6metros— en siete min,
n Buenos Aires
mayor ntimero hace diez aiios, muchos
para abrir supermercados alrededor de los que se tejieron Jas
beores famas: competencia desleal, explotreién de los em-
pleados, suciedad
El supermercado de Ale es luminoso, tiene unos seis metros
de ancho por catorce de fondo con los habivecles sectores de
LEY fideos, aceites y conservas, vinos, licteos Sambreria, car
pagan Productos de limpieza yuna verdulertaal renee Ee este
jnb2cio, que era de una desus primas, Ale empezs atendiendo
las cajas registradoras, tomo Pedidos por teléfono, acomodé
free etasy finalmence lo compr6. Ahora se proper para un
facuro de esplendor: sabe que es buen negociante.
martes, casi de noche, yest hijo de la China estéen su
neBocio floreciente, escribiendo earteles que ofertan galletas a
tes por uno,
—Hola, Ale.
‘Ah, Leila —se decepciona—, Diculpa, ahora no puede
habla, tiene mucho trabajo,
—g¥ no querés que hablemos acé, mientras trabajés?
Bueno, no hay probrema
Su tnica hermana —
azul dibujada en cada uiia—
na muchacha con una margarita
mira con sore desde la caja te-
gistradora. En la otra caja hay un primo recige Megado: Xin,
Un chico frégil que casino habla espaol, om ef aspecto de un
Pilar latimado el pelo como una luvia de pessdhatoc Pa-
Fece inanimado, recién salido de una baitera He agua tibia, Le
recuerdo a Ale la primera vez que me habl6. fue hace cuatro
‘os. Ale atendia la caja, me estaba dando el ‘vuelto, y de pronto
dijo en un espatiol de manual
=¢Ushté toma-ri vi-c-14-ci6-nés?
En aquel momento Ie dije que si, que en abril, pero él no
entendié. Sélo le habjan ensefiado a preguntar,
12
Favros nxrmafos
—Ah, ssf. Yo tomabs clase con profesora cateyano. Ahora
1 puede, no tiene tiempo, erabaj, pro train
: —{No extrafids la China: . :
Cuando primero venie Argento, eto Chive. Aho-
extrafio meno. Pero extrafio mi abela, mi al se :
enact, No pone triste que China lejos. Pone mist a eces
for pelear con pariente, pelea con paps, mami, este cosa mei
ae Otro no. Problema de u JO, Pero eso No pK aa
Ahora, hace do mes, vino paps. Téenieo elérico pap,
no trabaj abe idioma,
no wa porgue no sabe oma,
~ Ao bias done miso safemo, Ao psad slo
—No, porque tiene mi abelo ent ado abelo
a oo Sele volver. Eso feo, Mi abela vive aby “Or
mur
uno otro tio. _
—2¥ vos vasa volver a China? ae
Alain di ielvo por mi pais. Ahora no.
sa hed pesona muy amable Ms elerdos gu ergo.
Yoen China, vivo en campo. Aet ciudad, gente mas educada.
ere gente die cosas homibles dels chino ae
No sé. Puede ser porque antes vino chino rio de dad
grade, chin cg aba my fete ya gene bl
y suave, habla muy chiquito. Y alguno pa
thal gehts nl psa gus ein ee nok ote
ch
lar. Acd gente cree que
Iealguere cos, Un wets ne dee “Sellen dav que
cualquiera cose. Un v
chino come gts
= qué hicisee? ce
De
gente epeshial”,
~ Ae Bschuly andj ven ack imagina que Argen-
aes ane ana ae a co
tina era... asi, como cabal
inando
lama este... caballo cami segue rom peso
Se pone palido, aprieta la boca en un eoagulo rosa, p
en swidioma, yo enel mio. :
nS M Pe imaginabes que act habia call? sae
No, no. Como caballo, como caminando ca
153Lerea Gusnateno
Gaucho?
No, no,
Dibuja una linea ondulada,
Este, caming aria
*Montatias? —Ie pregunto, modulando cada si
: ‘ , modullando cada sflaba
si Ale en vez de un hombre que cruzé el océano, que ‘ane
un comercio y es padre de una persona pequefi
os persona pequefia, fuera sordo,
Alfin, él dice: “Verde”
Al fin, de" y yo grito: *:Pasto!”. Al i
ta pals cubierto de pesto: lo que pisan los caballos
—Esto es mis famoso de Argentina: pao. Perdona mi cate-
yano. Hay cosa que yo sé, 4
della eos coreg 2? Peto 0 sabe cémo se habla Climo
No, coje,
ith cot iVe Sino habs, olvida,
inalmente Ale dice que ese fin de sem:
: ; ice gu semana no podrem
s ; Clarita, De modo que hag :
a sualdea, Pekin y Buenos Aires hay que summar Resarie tic
que se fue de China para
Sundaes del ior P&P Coneeer el mundo, conoee evatre
No entiendo,
Entonces llamo al sefior Han,
En una de las zonas ca
ei ras del barrio de Belgrano esté
siden dl Géncul chine Al funciona la cfcina del ou
-ultural, el sefior Han Mengtang, un homby ‘d
Galera ls M un hombre que hace diez
aos vive en distintos patses de Sudamérica como funcionaria
coma out, 80 $8 entiende porguees diferent, usted love
Como occidental —me habia explicado por telefono ~. En Oo.
{idente, aunque no tenga dinero, a gente viaje. En Oriente
Bente primero echa una buena base econdmics, y entonces
154
a
|
'
|
Pauros exreatos
viaje. A los cincuenta, cuando ya los hijos estén grandes, dejan
Japermercados y se van de viaje.
En el consulado no hay banderas ni escudos, pero los ni-
sneros del portero eléctrico estén en chino, sin traduccién. Toco
‘ino cualquiera y alguien dice algo y suena una chicharra. La
erta se abre, Tres segundos —literales— después el sefior Han
fale del ascensor trajeado, sonriente, y me invita a sentarme en
ese hall desangelado.
—Oriente es muy distinto de Oceidente. El budismo chino
piensa que la vida es un circulo, viene aqui y luego en el futuro
tiene otra vida. El occidental piensa en el presente, no en el fu-
euro, Para el chino, en el presente tiene que hacer bien, porque
sino hace maldades en esta vida, en el futuro tiene que pagar.
Pasar bien el presente ¢s importante, pero el objetivo es tener
mejor vida en el futuro. En Occidente, lo més importante es
el individuo. En China el confucionismo dice: primero Cielo,
sigue Tierra, después el Rey, después los padres y los maestros,
yel individuo al final. Individuo es lo dltimo,
‘Transcurrida una exacta media hora, y varias explicaciones
después, el sefior Han echa una mirada a su reloj, me regala un
libro —China 2004—y se despide, todo sonrisas, no sin antes
recomendarme que vaya a la China cuanto antes.
Fs sibado por la tarde y Ale trabaja. El supermercado esti
vacio y suena mtisica china tradicional. Las latas de porotos y el
papel higiénico flotan en ese lamento melifluo y sopranisimo.
Cuando hay clientes, le pone cumbia
—Gente no gusta mtisica china. Asusta. Si pone fuerte,
entra poco gente.
Se ha despertado de la siesta hace una hora. Hay pocas cosas
que le gusten tanto como dormir: se acuesta a las diez y media
de la noche y se despierta a las nueve y media de la mafiana,
pero no sale de su cama hasta mediodia: desde alli atiende a los
proveedores por teléfono.
—Aci aire mejor. Porque se lama Buenos Aire. En mi pats,
155Len Guenstexo
no tan bueno el aire, mucho auto. Antes no, antes meno auto,
Antes, cuando yo chico, dormifa al aire en una silla, y puedo veg
estrella a la noche, muy claro, Ahora no. Y Argentina, cuandy
vino, veia bien estrella. Ahora, poco poco. Cielo me parece mig
sucio que ante,
Una puerta comunica el supermercado con la vivienda,
que esté en el primer piso. En esa casa viven él, su mujer y su
hijo, ou hernana menor, su madre, su padre y tres primos, Ser
muchos bajo un mismo techo es gran orgullo para las familias
chinas, signo de prosperidad. En China hay calles que se llamen
ask: Cinco generaciones bajo un mismo techo.
—En China todo mundo vivir junto. Viven paps, mam,
hijos, primos. Acé no, aci parece que si tiene 18 afios ya salié
de la casa
—2¥ a vos cémo te gusta mas?
—Vivir todo junto, Porque tiene més tiempo para hacer
otra cosa. Yo, después de trabajo, muy cansado, Y volver a casa y
si mama hace cocina, no es tan cansado para vos. A mi me gusta
esto. Porque mi sefiora lava, mi mamé cocina, yo trabajo. Pero
aed en Argentina todo mundo vive con su sefiora, su sefior,
—2Y vos no te irfas a vivir solo, con tumujer y tu hijo?
—No, no. Mejor todo mundo junto. Igual en China dife-
rente ahora. En ciudad grande, Shanghii, gente més libre, igual
que acé: quiere salir de casa y vivir junto con novia, novio. Pero
para mi mejor este mejor
Entonces la madre de Ale, 2 quien llaman Marta, aparece
desde alguna parte, chasquea la lengua, eambia la musica y gri-
ta: “Juazanshhhiiicooo!”, llamando a uno de los tres empleados
peruanos que trabajan aqui desde hace afios y que se refieren
a la sefiora Marea y su familia como “los chinos”. Juan (cito)
aparece sin aputo y escucha lo que la sefiora tiene para decir,
ue es més bien poco: apenas unos gestos que indican que lim.
pie el piso donde se ha voleado algo. Ale me mira y sonrie. Me
explica que ella no grita porque esté enojada sino porque viene
de una provineia china donde todo el mundo grita, pero los
gritos de la sefiora Marta son espeluznantes y por primera vez,
me pregunto si Ale no me est mintiendo.
156
Bavros ecenanos
Ni Ale, nila familia de Ale —ni sus primos ni su hermana,
nisu madre— se dejan ver por el barrio. Trabajan casi = =
Ufa y sas salidas son pueblerinas: visitan a otros parientes,
4 restaurantes chinos de la zona, ;
Lida de Ale no tiene sobresaltos, aunque ene invierno
‘de 2003 estuvieron a punto de matarlo. Era noche de a
y estaba con su madre cuando escucharon ruidos en Ia escale-
fa. Antes de poder asustarse, dos tipos se le tiraron encima,
Les pegaron, Jos amordazaron, los amenazaron con armas y
les robaron todo: televisor, plats, ropa. Lo hicieron con sae
rompieron uns mesa. a goipes,mataron el gato al grito de Sch
no comegato”, Al dia siguiente, ni Ale ni su madre aparecie
ron, pro el supermercado abri6 en tempo y forma. Después
de ese episodio sellaron 7 casa por el frente con una plan
ie color morado.
Jas estanterfas tomando notas de los productos que faltan—. Yo
no tiene miedo, Mamé tiene. ‘Tiempo tiene que pasar. Hasta
jue md olvida.
oe De pronto su Derman see lg, lane
mira rida y vuelve a Ja caja.
eis vice Ale— ase cambia horario, ahora mu-
bajo. :
oo ire sirededor el sepermezcade est vata |
Entiendo que, cuando esto termine, Ale volverd aser el
hombre que me vende la comida. Que esté esperando con an-
sias el momento en que eso suceda.
—Dame mi bola, chino de mierda, dame mi bols, la puta
2 {Bl ipo esté borracho y muy explicito. Son les tres de la
tarde, y bajo esa camisa floreada puede haber cualquier cose: un
fama, o nada, Estoy acurrucada entre los canastos de plistico
157Lenta Gusnntero
rojo con el logo de Coca-Cola. Mi grabador
al flano, impasble, | BPNMOFmeday Ale mira
—Te dejé acd una bolsa con mercaderia
met leria antes de rar a
te supermercedo, chino de mierds, damela bola,
tipo tiene olor agrio. Cebolla, sudor, cigartos. G
No hay bolsa. El tipo lo sabe, yo lo sé, hasta los guurdiae ie
seguridad del supermercado dos rusos que no hablan a
palabra de espatol—lo sahen. Pero nadie hace neds. El ipo
ele como huelen las peores cosas. Al ra de hab
visto esto muchas veces nn Nene cara de haber
—:Qué borsa, amigo? Ie pregunta
—La bolss, hijo de puta, la bolsa que te dejé acé llena de
mercaderfa, no me vas a estafar, chino de mierda,
=piNe dg ors igo,
‘odo el supermercado esté quieto, mirando al
8% , mitando al tip
ie gu lo mira impivido, No a interrumpido lo que estaba
aciendo: pasando la tarjeta de débito de una clichts pant
enéquin correspondents she (Gna Tena por
—La bolsa que te dejé antes de entrar, len caderi
oe j€ antes de entrar, llena de mescaderfa,
—Qué borsa, amigo. No dejé borse.
El ruso de seguridad se acerca por detrfs y el hombre se
harta. Se va. La cl uarda $1
are Se. Ta cienta guarda su eet y sle del sapermer-
No te da mied
aN jedo que pueda pasar algo?
—No. No hay problema, Tiene
a. Tiene policfa, tiene guardia,
—e¥ tu mujer qué dice? io
—Mi mujer no tiene miedo, pero
no tiene tiempo para ella, hn N™UGHO. Porgue yo
Me pregunto qué seré de mi —de
g le mi —de nosotras— después de
esto: después de esta intromisié br
Eko despues de esta intromision en la vida del hombre que
ne conpPetiodista argentino que vive en Brasil y estudia chino
7 euvfa un mail con curiosidades varias: “Algunas monedas
Chinas son redondas por fuera y tienen un cuadrado hueco por
158
Fruros exreasos
dentro. Esto es un principio taoista: ser rigido en lo moral,
y flexible, redondo —sin puntas— para recibir lo que viene
de afuera”, En e] mismo mail me explica cémo decir “amigo
chino”. Repito la frase hasta aprenderla. Es fin de semana y
corto al supermercado. Veo a Ale lidiando con unas cajas. Lo
llamo. Se da vuelta y dice, hastiado: “Ah, Leila”. Yo digo algo
que suena ast:
—Chiinguo pang
‘Me mira desconcertado. Probablemente, he dicho una bar-
baridad. Hay idiomas asi, en los que la entonacién transforma
un saludo en insulto, y por lo que sé el chino es uno de ellos:
el sonido i, por ejemplo, quiere decir uno o varios cientos, de-
pendiendo del tono y la intencién.
—,Cémo? —ice Ale, acercéndose, y me apuro a explicarle
que quise decir “amigo chino” en chino. Se diga como se diga.
Ale toma un papel, un lépiz, y dice: “no, no chiinguo”.
—Escribe asf: Zhong Guo Peng You.
Nos reimos. Después, porque le toca apilar cajas, le pre-
sgunto sino se aburre.
— Te aburris?
—2Qué é eso?
Intento explicarle, pero lo hago mal, y destle aquel dia Ale
ctee que aburrirse es estar apurado. Ahora, cada vez que lo
llamo por teléfono y tiene mucho trabajo, me dice: “Ahora no,
diculpa, aburido, aburido”,
Clarita es dos afios mayor que Ale.
Se casaron hace un aiio, y ella lo cela con ahfnco, con
dedicacién. Desaprueba hondamente nuestros encuentros,
aunque saceden a la vista de todos, entre desodorantes, pasta
dental y cebollas. Clarita es china y vivia en Rosario hasta que
conocié a Ale y se casaron en una ceremonia rara: Ale dice que
fue en un restaurante. A fines de 2004 Clarita parié a Sergio,
el primogénito y, como después del parto las mujeres chinas
permanecen un mes en cama recuperando energias, ella era,
159Letts Guennieno
ara mf, una incdgnita. Hasta que un dia la puerta que comu-
nica el supermercado con la casa se abrié, y un aroma a ments
¥ leche cuajada expuls6 a una mujer suave como un fantasma
fon un bebs en los brazos. Usaba un pijama: un eonjunto de
blusa cerrada hasta el cuello y babuchas atadas debajo de it
rodilla: ropa de nena. No me mir6; fue directo hasta donde
estaba su cufiada. El bebé, en sus brazos, crujia como una tana,
ge chocolate pétido, com el pelo disparedo hacia el eho cen ke
ferocidad involuntaria de las ramas de los arboles. Se dijeron
algo al ofdo, Clarita se volvi6, me mir6, después atravesé I
Puerta que Ileva hasta su casa y se desvaneci6, Escuché el Be
tnido del bebé —el hijo del hombre chino—y el olor a menta
y leche desaparecié con él,
Supe que tenia que irme. Supe, también, que a Ale y a mi
nos quedaba poco tiempo.
~Pase, pase, asienta toma por favor.
El seftor Xu Ao Feng, de 55 aos, es chino, vino de Shanghii
a los 34 y es presidente de la Fundacion de Ciencias y Cultura
China, donde desde 1991 se enseiia feng sh, Tai Chi Chuan,
acupuntura, medicina china e idioma chino, El sefior Feng tiene
una forma de hablar admirable para un profesor de idiomas,
cenredada,
— Oriente y Occidente son cultura muy diferentes que van
Por caminar muy diferentes, y muy dificil de integlar. Entonces
‘con tanto mil afto de historia cada Occidente, cada Oriente,
‘odo con su camina caminando, todo tiene resultado. Su amigo
chino tiene una mente difelente. Por ejemplo, la légicamente
fleum chino muy difelente. Occidente le gusta ciencia Siempre
Jas cosas tiene niimeros: usted va a médico, manda examen,
¥ dice cuinto tiene de esto, cuénto tiene de otro. Chino no”
Chino trabaja energia, meridiano de cuerpo. Occidental pre-
gunta: “Energia? Eso no existe”. Jajaja. Jajaja. Pero eso existe,
Su amigo chino viene de plovincia que hay mucha gente y ese
Plovincia tiene histolia que le gusta vivir afuera. No sdb en
160
Pruros exrnatos
Argentina, en todo mundo hay gente de Fujian. Es gente que
trabaja en mar, en barco, entonces més posibilidad para irse a
eorter el mundo. —
— Pero, ser Feng erro planeta en avon yesable
: 0 lugar no es conocer mundo. i
aie ie Jaja. Cierto. No conoce. Jajaja. Jajaja. Pero si
usted va afuera y ve algo mejor que su tierra, se queda afuera,
ot Suamig viene pores, porge a! mejor qe u era
Sviste? Y ese provincia Fujian son muy trabajadores, son de
eampo, entonces trabaja mucho. Eso por un lado buen, y por
oro Ido no tanto, Porque nae puede compet, lis son
iy fore ynadie puede compe, Negocio de loss en
mis horas abiezto, Por cuatro botellas de agua ya van y lleva
adomicio,