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EL CORAZON PENSANTE DE LOS BARRACONES. CARTAS Etty Hillesum EL CORAZON PENSANTE DE LOS BARRACONES. CARTAS Traeluccion de Natalia Fernandez Diaz 38 La presente oa a sido etd com le aca de siete la Mor {Ministero cde Trabajo Asnts Socks) MEMORIA ROTA Al ANTHROPOS Exilios y Heterodoxias corsa pense de os barracos Carat / Ey Hillesum ;duecon | do Naan Femi Dine — [tension — Robi (Borecana)-Anthpos ‘Edodal, 2008 X= 165 p.;2em. — (Memoria Rota sos y Hotere 38) | “Tonge dened art von de bak elon a Ey los | uneven Lieoeamte 2 Bogalin 3. Woverbork (Campo de conse) 4 Cts) dillour, #1 Ferander De, Nala IL Tlo I Cece 1 MSsIasaz ‘Titulo original: Her dened hart vn de bara. Dvbrieven van Eiy Hilson Dimera ediidn en Anthtopes Editorial 2001 Primera reimpresidn: 2008, (© Uitgevei Balan, Amsterdam, el 1994, Bist published in Holland in 1982 © Anthropos Editorial, 2001 uta: Anthropos Editorial, Rubt (Baresdona) ISBN: 84.7658-609-4 Depésito legal B, 40,633-2001 Disco, walizacidn y coordinae{n: Phra, Servicios Editoriales (Narino, ), Rubi Tel y fax 93 697 22 96 Impresion: Edit, SCC, Badajoe, 147, Baoclona, Impreso en Espa - Prine ie Spain “Todos os dacs eros aa pbc mo dese repo ental en ‘er, aera ota fora ne de upon ear ‘in oman pr vein malian mice fogmca aninraaicy, ‘odie, por iocopa.ocaaiguc oe sna pamieapuee porcelain NOTA PRELIMINAR «LL ¥ emper6 ce nuevo el peregrinaje entre los barraco- rss y el Jodo.» Esta nota aparece en una de las muchas eartas que Etty Hillesum escribié a sus amigos entre 1942 y 1943, Barraco- nes y lodo, miseria, enfermedad, falta de espacio, miedo y ruido son los elementos constitttivos del campo de concen toacién de Westerbork, erigido en plena campiiia de la re~ 6n holandesa de Drenthe. Westerbork fue un campamento de paso para més cle 100,000 judios holandeses, enviados a Jos campos ce exterminio de Polonia y de Alemania. Etty Hillesum pas6 los tiltimos meses de su vida en Wes- terbork. Trabajé en el hospital de ese lugar, y asistia a las cientos —cuando no eran miles— de personas que cada se- ‘mana subfan a los trenes que los conducian al holocausto. ¥ en medio de todo ello, tty se las arregl6 pata ir escribiendo notas en su diario y varias cartas, Esas misivas pueden ser consideradas como tun monumento a la vida que se desarro- aba en Westerbork, En lo literario, st valor es altisimo; en ‘cuanto al contenido, de gran profundidad. ‘Nacida el 15 de enero de 1914 en Middelburgo y educada ‘en Deventer, Elly comenz6 a escribir su diario a la edad de 27 afios, en marzo de 1941. Vivia en Amsterdam, en el ni- mero 6 de la calle Gabriel Metsu, y en la habitacién que ella ccupaba y que daba a Ia Plaza de los Museos, escribié dia- ramente esa . Su diatio abarea un periods que va de marzo de 1941, vin sis de ato y medio en y donde la guerra tga primordial identificaci6n de los trativo en el Consejo J a acuertos con los alemanes sobre iembro del Consejo Te permitfa| jar a esa cindad e1 de Kormann, Gerd, rescaté en 1982 las cartas que y versién mpreso en los Escritos péstuumas de Etty. guerva— Ety lentoso y Jaap era méd campamento si . de amistades es el « mente en las cartas que Etty envia a Am: clos largas estadias en Amster! vuelve a Wester mn y con Christine van Nooten mpos en que Bity ya estaba en Westerbork y ellas le enviabay ente paquetes con provision nes. La correspondenci estuvo a buen recaudo y Desde 1985 no se han publicado més esas cartas. El he- cho de haber hallado nuevas cartas sin traducit ha sido el motivo fundamental de su actual reedicién. He decidido mantener el titulo original. Me he visto obligado a modificar algunos aspectas ortogrificos, y he excluido pasajes que puiedan justificarse en otro tipo de edicién, pero que en ésta no tenfan cabida, Para notas aclaratorias ms detalladas me remito diectamente a Esertos pdstumos (3.*ed., 1991) 1G. Gaarcanor Abril, 1994 (Sin fecha) Dos de la tarde, miéreoles ‘Mi corazén se ha muerto hoy varias veces, y otras tantas ha resucitado. De minuto en minuto me despido y me despren- do de las cosas que me atan con el exterior. Suelto las ama- ras que me mantienen sujeta y me llevo conmigo todo aquello que creo poder necesitar durante mi viaje. Estoy sentada junto a un canal apacible, mis piemnas cuelgan a lo largo del muro de piedra y me pregunto si mi corazén no estard ya tan cansado y gastado que no pueda ir nunca més, ‘como tn pajaro libre, donde quiera. Carta a Julius Spier:! Amsterdam. Sin fecha. Probablemente escrita el martes 5 de agosto de 1941 Martes por la noche Y ya hace medio afio que te conozco. Ti, gracioso, atento, maravillosamente humano, que has introducido muestro pe- quefio pais en la historia universal, que vives en una tranqui- Ja callecita, en dos habitaciones que son agradables y he ‘masas solamente porque tt las habitas, Has irrumpido vie Jentamente en Ja vida dle diversas mujeres holandesas. Nos ‘ensefias que el amor hacia todo lo presente es mas hermoso ‘que el amor hacia cada ser individual. Y es bueno que nos ‘ediiques en ese sentido, Las mujeres siempre se empecinan precisamente en legar a Jo particular y no a Ta humanidad: Ja verdadera emancipacién de las mujeres est, por lo tanto, ‘po: empezar. Tal vez. la mujer en tanto que ser humano atin nohaya nacido en absoluto. ¢Sabes? Tei me has dado mucha ‘energfa, pero también me has costado mucha energia. Inte- riomtente estoy llena de ti, como ser humano y como hom- bre, y sal fin me resulta una relactén verdaderamente pura contigo, entonces, al mismo tiempo, se aclarar mi relacién |, Julia Spee Frankfurt del Main, 1857» Amstenlam, 192), aque Etty mene «ina como S Slr ert da una exo cavtera coma hambre de nace para ‘adiearea ds Teno a Ta quote, el redo ler as anes Two de moet de f= ua al psguata CG. Jungy sees cn Benen 1980 como picosulog, En 959 migra Holm yon Amsterdam consiule run un eteul de semuldares ‘en om0 5 Ea 194 Ey ras eae qielgico (persona que sa de modelo o ‘genplo para fst is lns do la mano durant un sein fsa). Ey estab iimpresionada po a psonaltd de Sper y decks alia wis trp. ‘Prono se conven su secrttiay amiga peso, Spier fale al isn di en ‘quela Gasapo tbe buscalo para letstoa Weserbork con otros hombres y con la humanidad toda. Crezco y ma- duro con este mundo interior leno de ti, pero a veces es una cuestién complicada... Ti dijiste en cierta ocasién que yo era para ti un desaffo, pero eso eres tt para mf también. Es bueno que estés aht, Hasta la vista, A Julius Spier. Fragmento, Amsterdam. Sin fecha; presuntamente escrita a comienzos de agosto de 1941 [..] Oh, tengo que aprender TANTO, tengo que crecer tanto avin, tengo que madurar tanto, mi querido sefior Spier, mi mejor profesor y maestro. Es todo tan penoso hoy, con lo que a mf me gustarfa aclararme... y me he tomado dos aspi- rinas, y me siento igual que un purno bien apretado, El trece de matzo, por la noche, a las nueve, me he sentido de una forma diferente. Presta atencion: «Cielos, hasta hace poco he sido un ser profundamente infeltz, comparado con ahora, Me voy haciendo a la idea, porque en breve ée seré mi estado an{mico normal (qué dice usted de mi iluminado optimismo?). Acabo de dar la vuelta al club de patinaje,* ligera y feliz, sin efusividad, casi objetivamente feliz, Es como si dentro de mf, en una ineon- mensurable llanura, hordas feroces estuvieran ahuyentadas y ahora aparecieran ordenadas por una mano poderosa, Y én este momento emana una energia, segura y fuerte, armo- nica, orgénica, dadora de autoconfianza... Todo viene stil tamente de adentro. El dolor de cabeza y el cansancio han desaparecido, pero todavia estoy lejos de ser lo que ti deno- minas un "portento de salud", Antes siempre sentia miedo de que mis fuerzas me abandonaran y de quedarme en el abismo, ahora no pienso mas en ello y las fuerzas se renue- vvan gracias a cada pequeiia tarea que realizo. Es una especie de milagro lo que me esta ocurriendo. ¥ pienso en el sefior S., con un amor sosegado y profundo, que no es enamora- ‘miento ni erotismo.» * Literalmente, sub dei» (N dele 7) Estave, sin embargo, otra tarde en tu curso en calidad de «cchjeto quirol6gico» (véase nota 1), y me senti francamente estiipida. Fue en el momento en que tt constantemente me ‘amenazabas con tu rosiro, tu cuerpo, y Yo tenfa que apartar- teuna y otra vez, con violencia, de mis pensamientos y fan- tasias, ya que de otra forma no hubiera podido trabajar. En- tonces, tras mi pupitre, ora Pushkin, ora Lermontov, o cual ‘quiera de los autores rusos y tt mismo, han librado desespe- radas batallas. Me queria concentrar en un escritor ruso, pero hi ventas siempre a entrometerte, tipo atrevido (pido de inmediato mil excusas). En buenas cuentas, el lunes por la tarde estuve en tu curso y el martes por la mafiana dejé de repente de trabajar y eseribt: «Nada se obtiene porque si. Fuerte tensi6n interna. Difi- cultades. Después de Lermontov me zambullo sin cesar en la gris y surcada cabeza de S., tal como lo vi ayer en su ‘mesa, agazapado en s{ mismo, fuerza concentrada, con sus ojos inteligentes mirando hacia afuera desde su eélida fuer 2, destle el mundo cerrado y fascinante que 1 mismo es. Bueno, bueno... qué hermosamente expresado, pero la ver- dad es que lo garabateo como si viniera espontiineamente de mi pluma... Me parece lo mejor. ¥ eso seria todo...» A Julius Spier. Fragmento, Amsterdam, Sin fech principios de agosto de 1941 [..] Esta mafiana he retirado mi_camé de identidad, En él Agura una jota maytiscula, una forma refinada de la men- cha amarilla con que, en otros tiempos, debfamos evidenciar nuestra condicién de judos. Pero bueno, dnimo. Ya es suliciente por ahora. No obstante, tengo que agregar una cosa mas: tengo la impresin de que en el itimo medio afio hemos hecho mu- chisimo juntos... No le parece a usted también? Hasta otro momento, A Aimé van Santen? Amsterdam, 25 de enero de 1942 Amsterdam, 25 de enero de 1942 Domingo, ocho dela mafiana ;Buenos dias, Aimé! Esto tan desordenado y que yo quise que fuera un este- ‘nograma, ya esta coneluido, Se irata de un valioso testimo- nio. Saca provecho de ello. Por lo que respecta a lo que ese hombre dice, tras una experiencia de 30 afios, por mi le pue- des decir que se borre para siempre (perdona la forma tan poco delicada de expresarme). Es bueno que hayas estado allé. Con tu mochila, las des- trozadas suelas de tus zapatos y tu carpeta lena de poemas. Conservo un grato recuerdo tuyo de ese tiltimo encuentro, Es como si la nerviosa e intranquila mascara de las veces anteriores se hubiera removido y apareciera en su lugar un rostro més calmo y maduro. Asimismo, siento como si tam- bign hubieran desaparecido un montén de nifierias tuyas. En los tiltimos encuentros, en Leiden, luchabas contra el destino, a veces de una forma divertida, infantil, Hactas hubiese muerto, s6lo para molestarte a ti mismo. ¥ te sentfas muy maltratado y herido por In vida, hhasta el punto de plantearte en serio romper con todo. ¥ asf, varias cosas. ¥ ahora todo esto ya ha pasado. Por lo que respecta a tus poemas: por la noche, haciendo tun inventario de lo sucedido durante el dia, tuve la impre- sin de haber experimentado algo especial y positivo. Varias Iineas bullian dentro de mi, , —El ser humano ha de custodiar su alma, ha de cuidarla bien (ver: Cotintios, 5:5). El ser humano ha de vivir de la fuerza de su alma, estar inspirado, —lnvitarse y sentirse insatisfecho es improductivo, Pero el sulrimiento real por algo es productivo y bueno, porque en Ia insatisfaccién, en la irritacién, se oculta una pasividad activa, y en el sultimiento cierto, una actividad pasiva. La pasividad activa de Ia insatisfaccién esconde una resistencia, abastece de una rebeldfa contra algo irrevocable que entre mece Jas fuerzas restantes, La actividad pasiva del sulti milento verdadero consiste en que algo irrevocable se eleva y seacepia, Jo cual libera nuevas fuerzas, Y yo aiiadi antes todo esto me habria parceido tal vez una hermosa historia que leer. Pero lo notable e importante ocu- re ahora, que esias palabras Ilegan de Ia cabeza al corazén, a la conciencia 9 Dios sabe dénde; en todo caso allé donde respiran conmigo y se convierten en una parte de mi misma. Es casi abrumador y una continua fuente de sorprendente ‘éxtasis la cantidad de fuerzas que he podido y que atin pue- do liberar. El proceso que he vivido este tiltimo aio es en verdad muy sencillo, pero pienso que también es decisive pata mi vida futura. El Cosmos se ha mudado de mi eabeza a mi coraz6n ©, como quiera que sea, de mi cabeza a otra zona diferente, 'Y una vez que Dios se hubo instalado en mi y hubo ocupado el espacio que todavia hoy habita, sf, entonces me desapare- ieron de repente todos los dotores dle cabeza y todas la mo- lestias gistricas. Y ahora retomo las palabras de otro, en 10 i CG, Jung: «{...] También Dios en esta frase cept humano ha creado para expresarsexpesencia im pronunciable, inconcebible. Esa experiencia es lo nico real, Jo indiscutible, Las imagenes, no obstante, pueden manchar- seo desgarrarse [..b. Y ahora ya no puedo seguir escribiendo a maquina porque ;olos dedos helados. ‘eran mafana de domingo, ocho de Ia mafiana, no me Jevanto por culpa del efecto literario, pero me desperté con Ta sensacién de eahora 0 nunca»: si no escribja a ese sefior de Leiden, no lo hara en el resto de la semana. ¢Fstds en un lugar bien caldeado? gno estariis como siempre en una habi- taci6r: fria? Espero que no hablemos mas de un tiempo in- conmensurable, tenemos mucho que aprender de nosotros, me parece, Lamentablemente la hospitalidad en este casa se presenta deplorable, por lo que, muy a pesar mfo, no puedo invilarte, Es que no es mi propla cast. Después, ya en mi verdadera casa, habré siempre un lugar reservado para ti, pero, de momento, eso no es més que es un tenue consuelo. Estimado Aimé, que te vaya bien y hasta pronto. AGera Bongers? Amsterdam, viernes 6 de febrero de 1942 Amsterdam, 6 de febrero de 1942 Viernes, 9.30 de la mafiana Por fin, Gerita, me hallo detras de mi maquina de escribir, y tendrian que suceder cosas estremecedoras que me arranca~ ssen de aqui antes de que esta carta para ti esté escrita final- mente. Si hay una persona ante la cual siento mala concien- cia, 6sa eres ti. Pero ya sabes cémo era la leyenda entorno a tu enfermedad: tt yacias en medio de una habitaci6n hela- ro Bogs ageing, 1910 ps dd pei ea lee Bourn a de Sapc som i cial de bene ye tere oes medaor iminoe: daca dS. n da, aplastada por los abscesos, de modo que apenas podias moverte, y ademas estabas casi inaccesible, por culpa de la nieve. Muchas veces tuve la intencién de acudir a ti, pero siempre surgia algo que me lo impedtfa, No obstante, gracias 12 Loes tenemos una imagen més clara de tu estado. Ahora sabemos que tienes vecinos atentos que te llevan carbén y que una enfermera del bacrio te asiste, y que puedes mover el brazo de nuevo y que Bloemendaal esta repleto de conoci- dos tuyos. ¢Qué te ha pasado de repente? En cuanto todas estas estepas aparezcan transitables y mi cabeza esté mas despejada, ten la seguridad de que iré a verte. Si, qué te voy a contr... Sabes que el martes 3 de febre- ro celebré mi primer cumpleafios? Es decir, hace exacta- mente un afio, el 3 de febrero de 1941, me trajo al mundo un monstruo con bombachos verdes y antena en la cabeza, acompafiado de una chica con aspecto anifiado y pelo rizo- so, que luego resulté llamarse Adri Holm. El martes, por lo tanto, cumpli un aio y soy, como yo misma digo, un bebé feliz que ya puede caminar solo. En otto orelen de cosas —te ccontaré después— también destaco que puedo comer sal- mén. En realidad, celebramos el cumpleafios fasttosamen- te, mi padre espiritual, st entusiasta alumna y yo; intentaré hracerte un breve informe de lo acontecido. ‘Alas ocho y media de la maiiana iba en bicicleta, por los trazos de la nieve ya transitada y el firfo (13 grados), hacia aquella calle agradable y archiconecida, armada con un ramo de tulipanes rojos y amarillos, y con un gran sobre también amarillo que contenfa mi «confesin del aston," ea- igrafiada a fuerza de sangre y lagrimas en 15 hojas de bloc. Con ello amenicé la mesa del desayuno y desaparect luego subrepticiamente, abandonindome tranquila a la medita- cién matutina, ‘Alas once he vuelto, en esa ocasiOn para hacer de objeto guivolégico, y he llamado hacia arriba con la misma vocecita timida de hace justo un afio atris: «Aqui est el objeto del sefior Spiers, Y Adri tronaba desde arriba con st vozarrén "+ nslemn en onsale) (de aT.) 12 masculino: «Suber. Y una vez arriba era todo muy formal; no raise ln costumbre de que una se presente a s{ misma. Enton- ee entré en las pequefias habitaciones, conventuales y agra- Gables a la vez, y lo hice tan desconcertada como el fio pass- fo, cen el mismo vestido de lana. ¥, de pronto, aparecié el Gquizslogo, con el mismo bombacho verde, con el cual ya ine Aigo al afo pasado se me habfa antojado enigmitico, aunque Sco ser enigmatico no era sélo por el pantalén. ¥ otra vez el ceremonial de tinta negra y papel de envolver boeadillos, ante fos que de nuevo me mostré incémoda y sorprendida. Y la ase: «Alloja las manos y maniénlas asf," a Ia que siguié un jnteresantisimo anélisis de hora y media, al cabo de la cual el propio Spier realiz6 dos nuevos descubrimientos y formula. Clones... pero todo eso es muy complicaco como para escri= bittela, prefiero contfrtelo cara a cara cuando sea oportuno. Un par de cosas curiosas: mi pulgar izquierdo ya puede mo- verse, la linea del destino se ha fortalecido y comienza gra- ‘dualmente a ceder ante la linea del trabajo, y todo el entrama- do de mi «espacio quirol6gico central»** ha desapuevido. ‘Hemos colocado la impresi6n de mi mano junto a la del aiio ‘pasado y fue realmente emocionante observar los cambios de paisoje. Fue una sesién placentera, oscilante entre la eéndida ceuforia y la seriedad cientifica. {Al principio haefamos como si nos viéramos por primera vez y a conlinuacién evocdbamos recuerdos comunes del afio anterior. Es todo tan extrafto... Yo le escribf aquel mis- ‘mo dia a Adsi mais o menos lo que sigue: «Fui el afio pasado alla, por casualidad, expectante, a penetrar en las dos peque- jias babitaciones, donde transcurrié una hora; fue la prime- ra de mis visitas en un afio entero, y que después habria de comvertisse en lo mas rico y fructifero que yo he vivid hasta ahora, Olvidé mandar flores a Bernard aguel dia (fue él quien, sin saberlo, establecié este vinculo)». ¥ mas cosas. quel dia no s6lo habfamos revivido los recuerdos sino {que ademas se sumaron otras delicias mas substanciales. + En lenin ene eign Hal Sidi ee jt a anzloker(N. dea) ‘Baska cel erin (ie (8- dele) Nuestro hombre habfa abierto su titima lata de salmén y su ultimo tarro de auténtica mayonesa, y Adi lleg6 con una fiambrera de muesli, y la sefiora Nethe con un bote de 16 puro... ¥ todo ello sabia tan bien, que cualquier persona ha- bria crefdo en Dios aunque no fuera creyente... ¥ Adri vino volando a apoyar su cabecita de piel de oveja contra mi hombro de lana azul, y compartimos como hermanas los bacilos de su resfriado'y el cubil de color terracota del Tio (Por cierto que aquel resfriado suyo fue la razén de que yo no te haya ido a ver). Entonces llegé el tiempo de que el Tio echara una siestecita, y Adri y yo también, en la habitacién de Dicky. Y, como si el destino se percatara de lo especial que era ese dia, casi todos los estudiantes y pacientes llama- ron para caneelar su cita con él. Adri salié a las tres y media de la tarde cantando con su voz acatarrada y yo me quedé haciendo de simple secretaria. A las seis me fui a un afama- do restaurante, donde todo era tan bueno que el alma se resentiria mucho si todos los dias se tuviese que comer de sa forma; me sentia asf tan unida a lo terreno que le dije a Spier que afiadirfa tun suplemento en mi diario en el que registraria para la posteridad todo lo que nosotros comimos aquel dia, Oh, qué tiempos! Y justo a las ocho menos veinte salf por tercera y tiltima vvez dela calle Courbet, Y me fui vadeanclo un paisaje nevado, fantastico e inolvidable, y tatdé en llegar cinco minutos menos el horario establecido (ya sabes, éramos lo suificientemente \raviesos como para que a las ocho nos impusieran estar do ‘welta, Y, para ser honesta, eso tenfa sus lados buenos). Como ves, pequefia, se acabé el relato, Espero haberte presentado intacta aquella tarde de una visita aplazada. Tan pronto como tu situacién lo permita, hazme saber de ti A Julius Spier. Amsterdam, jueves 16 de abril de 1942 16 de abril de 1942 ‘Se me ocurre por castalidad lo siguiente sobre una conver- sacién con Mischa derivada de una carta que usted escribi6. “4 «Por Jo general los psicdlogos conocen mall a las perso- as esaollan una teorfa yen sogua tan de aplicala jumano.» arse ones que expicarl a Spier el triunfo personal quest ‘puso para m{ aquella tarde.” El se siente absolutamente devo- ado por la enfermedad y piensa también que las muchas in- ‘yeeciones que le ponen le estén devastando las fuerzas. Tiene Ja sensacién de haber perdido afios de su vida y se plantea seriamente recuperarlos, se siente privado de aos preciosos... La enfermedad no tiene cabida en su existencia, Le encantaria escuchar por voz de tin especialista qué es lo que tiene real- ‘mente, si esté tan “normal” como antes de enfermarse. Sf, le gusiarfa saber emo se originé la enfermedad y por qué le tocé justamente a él. Yo le digo que los médicos tampoco saben y que, en tiltima instancia, debe aceptar la vida como es, con las enfermedades y con todo lo que entrafia, y que, pese a todo, hay que agradecerte a Dios por esta vida tan her- mos.» ¥ entonces Mischa me miraba sorprendido y asom- brado por esas realidades tal vez. nuevas para él. ¥ atin afar Gi: «Si supiera cémo es esta enfermedad y por qué me enfer- :mé me sentiria suficientemente ayudado». Le comenté que no se trataba de saber, sino de tener fe en la vida. En ese instante dijo algo bastante cinico que, no obstante, no tenfa nada que ver con el contexto de nuestra conversacién. Algo ast: «Si, en- tones surge Ia idea de cuin maravillosamente lejos hemos sido capaces de legar los humanos». «No, atajé, esta idea se conzibe cuando se tiene una excesiva consideracién al saber. Deste luego no es tan halagador cuando a uno se le da de alta ‘en un psiquistrico con palabras tales como ahora dlebes insta late en ef futuro, si no vas a enfermar de nuevo.» Le repliqué indignada que como es posible que alguien despida de este modo a una persona joven, sin ayuda, sin amor. Me miré con intensa emocién y dijo: «Sf... Y no sabe ya mas si estoy sano, si estoy enfermo, o si puedo estar tranquilo, 0 si quiz voy a enfermar de ntievo: no existen Jas aclaraciones», ‘Se ha enemistado con su propia enfermedad y quisiera escus char de un profesional lo que le ocurre. «Siv, dijo, cuando le 15 hablé de usted: «Spier trata a gente sana, pero yo padezco una enfermedad con determinados sintomas y me gustaria saber mas sobre ella». YY se deprimié profundamente con la imagen de esas per= sonas jnfelices que habitan los atestados psiquiditricos, Me agreg6 que aquella idea lo asaltaba con frecuencia, Est vacio, totalmente vacio, y expectante: tal ver la prima: vera cambic la situacién, Tiene sus esperanzas puestas en el exterior, Cuando le volvé a hablar de usted, me comenté; «un ser humano no debe contar mas que consigo mismo>, ¥ otta vez: «Nadie mas puede comprender lo que he su- frido, he sulrido por cien vidas al mismo tiempos. Se ve muy aislado de todo y de todos. Tiene miedo de ser etiqueta- doy no de veras comprendicio, Finalmente, arguyé: «Por eso no fui donde Spier, porque temo que tenga una coleccién de etiquetas en la cabeza y se limite a decit Oh, si, Mischa, este es un caso de tales o ewales caractertsticas, 0 esto lo he visto alguna vez en mi consulta, y etc, etc.». Pero lo que me ha alegrado enormemente es que huibo contacto taumible entre Ly usted. ¥, al termino de nuestra conversacién, enuneié de modo enfético: «Puedes contarle a Spier lo que yo dije y saludarle». La carta de Mischa me ha revuelto mucho mi interior y esto es quizd positive. Pero no puedo reaccionar Muy rapido. Tengo que procesarlo todo; me hace mucho bien que él me escriba, Nunca antes se habia expresado de un modo tan preciso, Un detalle mas: encima de mi esctito- rio tengo una foto de usted, a la que él no dejé de mirar en el transcutso de nuestro encuentro, Y otro mis, Dijo: «Como me siento tan vacto, soy un virtuoso musicals. En contraste con lo siguiente: le comenté que todavia podta ver su enfermedad como algo positivo, aunque s6lo [uera como fuente de su arte tan especial, que o era en vano que los demas le fueran detris, como si se tratara del flautisia de Mamelin, eSi —dijo él—, esto me par rece terrible.» ¥ con ello insinuaba que los otros se deleita. ban a costa de su propio sultimiento, Y afiadié: «Me he vuelto juicioso en los titimos tiempos, ero no es agradable en absoluto, Cuando algo me produce 16 alegria, una voz interna me advierte de inmediato: eniidado, que puedes enfermarte de nuevo». Y siguié relatando: «Vivo sin un esquema preestablecido, {ntento ser mas sensato atin, mas ello me priva de Ia fantasia de aque sent mi artes. Es, Una ae ving, Una pe desgraciada, siempre expectante, incapaz de asumir sut enfermedad y se no sabe donde buscar. Neves ae y ‘creo que usted es la persona en el camino de poder conse- guisla, Hay que levar a cabo un auténtico trabajo de rescate Mischa es en todo un ser afectuoso y eilido, con unas di- measiones humenas que slo los rusos poseen, Pero tam- bign es un caos, ante el cual el profano o el médico mediocre se sentirfan totalmente impotentes. Netty van der Hof; fragmento (2), Amsterdam, jueves 25 de junio de 1942 Amsterdam, 25 de junio de 1942 Estas son las sorpresas agradables de la vida, Annette. Mas cle una vez hemos escuchado miisica juntas; nuestros cami- nos se envzaron en aquellas dos habitacioncillas de la calle Courbet; hemos caminado juntas por el bosque, en Zeist, cte acuerdas?; y hemos sabido, de manera fragmentaria, la ina de Ia otta, gracias a terceros y a una incompleta y casual impresiGn de nosotras mismas, Pero atin no legamos a un verdadero conocimiento mutuo. Y ahora, de repente, en tn par de hojas de papel, en escritura resuelia y abierta, un ser Jhumano en toda su integridad se ha deslizado en mi buzén, Eneantada de conocerte finalmente, Annette van der Hof. 2Qué (e podria contar? Tengo muchas ganas y tiempo (y cade vez, mis ganas que tiempo) de balbucearte algo. En las, liltimas semanas he acabado con mala concieneia respecto a 4, porque no encontraba el momento para conversar conti- £0, pero en ello ha tenido mucho que ver mi dbilidad cor- 4, Naty van der Hof (La tay, 1913), despds de cosa su apelidoera Peii- ts Ho Tents amit com afl Bongo a trams ll cones as Sir por media del eu entre en eonteto con Ely. Fac may era co lot ‘tds detebaj de Spice 7 poral. Hace ya un tiempo que es como si Ja carcoma, o la polilla, 0 vete ti a saber qué, se alojara en mi diafragma, sin embargo, gracias a las gotas magicas de tin médico homes pata, he podido desalojar de mi organismo a una buena par te de esos bichos, y poco a poco empiezo a ser duefia de toda mi energia. ¥ con este relato fascinante sobre mi envol- torio corporal intentaré dar respuesta lo mejor que pueda a tu carta, tan amable y severa. Y sin mucho impulso salto a la linea siguiente, que me mira tentadora, pues en ella explicaré Jo més notable del método de trabajo de Spier (antes debo decirte entre parén- tesis algo —con toda sinceridad. Me pregunto en qué mo- mento inspirado de tu vida has dado con el poético término «.. {10sa5 resumir Io inconsciente en una linea vinculéndolo a lo

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