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318 Histor musica vecidental, 1 les desarrollaron cierto ntimero de habitos diferentes. En las iglesias grandes que tenian coros adiestrados, generalmente se conservé gran parte de la litur- gia y de la mtsica polifénica latinas; para las congregaciones menores, o para Su uso optativo, Lutero publicé en fecha tan temprana como la de 1526 una ‘Misa alemana (Deudsche Messe) que seguia las lineas generales de la misa ro- mana, pero con muchos cambios de detalle: se omitia el Gloria; se emplea~ ban nuevos tonos de recitacién adaptados a la cadencia natural de la lengua alemana; se dejaban a un lado o se condensaban varias partes del propio y el resto, asi como la mayor parte del ordinario, se sustituyé por himnos alema- nes. Pero jamds fue intencién de Lutero que esta formula o cualquier otra hubiese de prevalecer uniformemente en las iglesias luteranas; asi fue posible encontrar casi cualquier combinacién imaginable 0 compromiso entre los uusos romanos y las nuevas ideas en algin momento y en algdn lugar de ‘Alemania durante el siglo XVL. Las misas y motetes latinos siguieron cantén- dose y el latin se mantuvo en la liturgia, en algunos lugares, hasta entrado el siglo xvitl: por ejemplo en Leipzig, en tiempos de Bach, grandes secciones de los oficios religiosos se cantaban ain en latin. El coral luterano La contribucién musical mas caracteristica ¢ importante de Ja Iglesia luterana fue el himno estréfico congregacional llamado en aleman Choral 0 Kirchen- lied (cancién eclesiéstica) y coral en castellano. Puesto que la mayor parte de las gentes conoce actualmente estos himnos en armonizaciones a cuatro vo- ces, es menester sefialar que el coral, como el canto Hlano, consta esen- cialmente de sdlo dos elementos, texto y melodia; sin embargo —también a semejanza del canto llano— el coral se presta a un enriquecimiento pot me- dio de la armonia y el contrapunto y puede ampliarse y dar pie a grandes for- mas musicales. Asi como la mayor parte de la musica eclesidstica catdlica del siglo XVI fue una derivacién del canto Ilano, de la misma manera gran parte de la luterana de los siglos xvi! y xviii fue una derivacién del coral. En 1524 se publicaron cuatro antologias de corales, seguidas por otras a intervalos frecuentes. Desde el principio, estas canciones estuvieron destina- das a que las cantase la asamblea al unisono, sin armonizacién ni acompafia- miento. Es probable que los corales se cantasen con notas de duracién bas- tante uniforme, acaso con modificaciones sugeridas por el flujo natural de las palabras y con una pausa de extensidn indefinida tras la nota final de cada frase. Durante mucho tiempo la demanda de canciones adecuadas para la Igle- sia luterana superé ampliamente a la oferta. El propio Lutero escribié mu-

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