330 Historia de la musica vecidental |
cjemplos son When David Heard *, de Tomkins, y el enérgico € intenso Sing
joyfully unto God (NAWM 52), de Byrd. El verse anthem estaba pensado
para una o més voces solistas con acompafiamiento de drgano o viola y bre-
ves pasajes alternativos para coro. Este tipo, que seguramente surgié de la can-
cidn para consort (conjunto), gozé de muchisima popularidad en Inglaterra
durante el siglo XVII.
La Contrarr
La Iglesia catdlica se enfrent6 a la desercién de sus hermanos del norte me-
diane el comienzo de un programa de reforma interno conocido como Con-
trarreforma, La pérdida o la amenaza de pérdida de Inglaterra, los Pafses Ba-
jos, Alemania, Austria, Bohemia, Polonia y Hungria, hizo més urgente la
labor de la Contrarreforma. La toma y saqueo de Roma por parte de merce-
narios espafoles y alemanes de Carlos V en 1527 asesté el golpe de gracia a
la vida profana de los prelados de esta ciudad. Los partidarios reformistas, Ii
derados por el papa Pablo III (Alejandro Farnesio, 1534-49) asumieron el
poder en asuntos eclesiésticos.
El Concilio de Trento
Entre 1545 y 1563, con numerosos intervalos e interrupciones, se celebré el
Concilio en Trento, ciudad situada en el norte de Italia, para formular y dar
sancién oficial a diversas medidas destinadas a purgar a la Iglesia de abusos y
relajamientos.
Con respecto a la misica religiosa (que s6lo constitufa una pequefia parte
de las tareas del concilio), las principales quejas que se escucharon en Trento
se referian a su espiritu frecuentemente profano, tal como lo evidenciaban las
misas basadas en cantus fitmi populares o en imitacién de chansons y la
compleja polifonia que imposibilitaba la comprensién de los textos, incluso
si se pronunciaban correctamente, cosa que no ocurria a menudo. Ademés,
se expresaron criticas sobre el uso excesivo de instrumentos ruidosos en la
iglesia, el descuido y la actitud generalmente irreverente de los misicos; en
1555, el papa hizo objeto de una amonestacién memorable al coro de San
Pedro relativa a estos temas. Sin embargo, la declaracién final del Concilio
de Trento acerca de estos asuntos tuvo cardcter extremadamente general; en
tlla se manifestaba simplemente que debfa evitarse todo lo «impuro y lasci-
2 Editado en HAM 169.