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DE LA INSTRUCCION PUBLICA MEXICANA. 631 mite In expresién, que Ia més leve, influen- cia In destruye. Liegada ta juventud, ef hombre se pre- gunta: <¢Por qué?» Es que ya ias faculty des tienen aptitad para investigar, busean- do In causa de todo cuanto comprenden, es que comienzan 4 preidominar las fuerzas ra- cionales y A hacer sentir en todo trabajo sus decisiones: es precisamente entonces, cuando se adquiere 1a mayor cultura y enan- do In edueacién de los afos anteriores pro- duce sus efectos. Pero, cn cualquicra de estas tres faces del desenvolvimiento, 1a actividad indivi- dual es In expresién mas evidente del tra- bajo de 1a naturaleza, Hsta actividad se manifiesta de dos ma- neras principales: como adyuisitiva y ree :p- diva, nutriendo las facultades con las nocio- nes tomadas al exterior, como suvede en In, primera infancia; ya en Ja segunda, en los Ultimos altos, comicnzn A iniciarse et esfuer- zo propio, aunque predominando siempre aquélla, y en In juventud las en indi. viduales dan principio & 1a elaboracion; eb este momento se manifiesta con toda nitides, Ja otra forma de Ia actividad: és entonces creaiora y expresiva. La Enseflanza debe excitar simuitinea- mente esas dos actividades: es decir, avivar la peimera y despertar Ia segunda; por lo cual no ¢s In eduencién mejor la que sumi- nistra mas conogimientos, sino Ia que pro- poreiona mayor eultur La naturaleza fisica sigue también, en su desarrollo, un orden progresivo y en armo- nia (exceptuando las anormalidades hered tarias 6 morbosas) con ¢l desenvolvimiento mental. Por lo mismo, no debe mirarse con indiferencia el éreeimiento del cuerpo; el vi- gor fisico sostione para cl trabajo intele tual y ahuyenta In fatiga, el desaliento y Ia pena, En cl transeurso de un dis, todas Ins encr- gins deben desplegarse: el movimiento de Ta fibra museutar debe alternar con la acti- vidad de Ia eélula nerviosa, Si se dicra cumplimiento 4 esta sabia dis- posieién de Ja natui jenanto mis feliz se deslizaria ia existencin del hombre que, después de largas horas de ocupacién men- tal, pudiera disfrutar de algin esparcimien- to del animo y saludable ¢jercivio al aire li- dre! ;¥ eudinto mas serenny apacible la vi- da del ebrero que, con menos trabajo obli- gado, tuvicra libertad de cultivar su mente; y cuanto mis inteligentes y provechosos ‘se- rian sus esfaerzos! No caignmos nosotros on la erecneia har- to generalizada, por desgracia, de que ol jornalero educado se avergitenza de las ocu- paciones ordinarias y tiende & In holganza; si este heeho alguna vex so produce, es, pre- amente, debido A un desequilibrio: falta cultura moral. Cunno se penetre bien el pueblo en ma- si), qué ta enseflanza habilita para aleanzar In taydr suma posible de beneficios eon ct menor gusto de fuerzas y medios; cuando se hayaConvencido que la educacién es una Mmultiplicncién de energias tan ben: davino en particular como itil 4 t-dos en. Bencral, sc desvanceera por completo error an grande; y con él la ereeneia, muy divul- gadn también, que ta ocupacion mental sos- tonida, mata, EV exeeso, ei uno y otro exso, In violucion de Ia ley 4 que aludo, es Ia s0- la y tmica causa de Jos resultados que se de- ploran, Pero el Maestro no debelimitar su traba- jo, si quiere frvorcecr en In medida de sus fuerzas el desarrollo fisieode sus alumnos, 4 proporcionar esa alternaneia; hnde apro- veehar todas las oportunidales, leeciones de anatomia y fisiologia, higiene, moral, ete., para inculearles reglas preeisas, de conoci- miento indispensable al acreeentamniento de las fuerzas y conservacién de In salud. El vigor mental no se concibe, porque no puede ser duradcro, sin a consiguiente ro- bustes fisien: ambos se ausilian, se comple mentan y marchan st Ia conquista del bien por ef perfeccionamiento. La Ensefianza, pues, part ser buena, cum-

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