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6 __ TEOLOGIA INVERSA: SALVACION Y PROHIBICION DE IMAGENES «No queda otra trascendencia més que el anhelo.» (Th. W. Adorno) pastarfa hacer referencia a la significacién de ciertos theologoumena como la «prohibicién de imagenes», la «idea de reconciliacidn», el spanto de vista de la salvacidn>, la «situacién mesiénica», para po- wer de relieve la importancia de la herencia teolégica en la filosofia de Th. W. Adorno. En esta cuestién parece existir un amplio consen- so!. El mismo considera la vinculacién de la filosofia con la teologia una-evidencia hist6rica dificilmente negable, que s6lo se convierte en una vinculacién inaceptable para la primera cuando permanece in- consciente o cuando es afirmada por mor de-si misma.En sus clases del semestre de verano de 1962 Adorno exponia: Soy totalmente consciente de lo que por otra parte también ha ma- nifestado el Anti-Cristo Nietzsche, que no existe nada en el reino del espiritu que no tenga su origen en el ambito teolégico y que en de- finitiva no remita nuevamente a él. No le corresponde a la filosofia fingir que lo puede sacar todo limpiamente de sf misma. Muy al con- trario, esto forma parte de las ilusiones de la filosoffa que ella ha de destruir?, Esta actitud frente a los temas teoldgicos se remonta a la fase més temprana de su pensamiento, Su primera fuente importante de inspiraci6n filoséfica fue sin duda el libro de W. Benjamin sobre el drama barroco, en el que los motivos tematicos de cardcter teoldgi- co poseen una importancia fundamental’. Pronto pasaria Adorno a asumir el papel de abogado de las «intenciones teolégicas» de Ben- jamin contra el influjo de lo que él consideraba el marxismo escolar 279 THEODOR W. ADORNO. PENSAR CONTRA LA BaRagg, e de B. Brecht, Adorno habla en esa primera fase de sa pensany; de una teologia «inversa» directamente emparentada con Ja tt ra kafkiana, es decir, con la percepcién de la vida ti fierno 0, lo que es lo mismo, como. imagen invertida dena yea dimida’. La defensa a ultranza de esta teologta tiene su orige 2 convencimiento de que sélo una_polaridad mantenj Snel tegorias sociales y_las.teolégicas permite penetrar la di lo moderno y lo arcaico, tan esencial para una protohis glo xix, es decir, de la sociedad capitalista y burguesa, tal y com tendia realizarla Benjamin en su obra sobre los Pasajes, Con Pe conseguir, segiin Adorno, un acceso a las cuestionessociatesqust asuncidn abstracta de categorias marxistas no harfa sino imped No es que Adorno pretenda sin més una restauracion de ln cegorias teolbgicas en la filosofia. Su punto de partida, como afi tantos otros pensadores cuyo horizonte esti marcado por lx rope ra con la tradicién religiosa que representa la Modernidad, ee {, ~f constatacién de una disolucién de la trascendencia frute del ine so.de emancipacién social y de desmitologizacién ilustrada. El tring fo de la imagen racional del mundo y del sistema capitalista de pro. duccién comporta un derrumbe de las pretensiones racionales de fy fe revelada. Aunque Adorno no excluya la posibilidad de una expe. riencia religiosa individual madura®, considera que la religién posi. tiva ha perdido en el plano general su cardcter de validez objetiva, omnicomprensiva, incuestionable y apri6rica, por lo que hay que desenmascarar los intentos de rehabilitar socialmente la revelacién que buscan convertirla en alternativa a las aporfas de a raz6n ilus trada como una proyeccion de los sentimientos de impotencia gene- -tados por esas mismas aporfas’. El hecho de que el proceso supues- tamente emancipador se manifieste como entronizacién de un poder A desbocado sobre la naturaleza y de un dominio social destructor de YG ) los individuos, no quiere decir que la alternativa sea un retorno ala religién positiva, entre otras cosas, porque dicha religién también ha sido cémplice de la «dialéctica de la Tlustracién» (cf, DA, 239 ss. y 253 ss.). Adorno observa ademas cémo se impone en el.contexto moder- \ sno.una tendencia a la pragmatizacion de la religion, que 1a funciona: aléctica dg toria del gj. ¢° liza al servicio de la higiene psfquica o la integraci6n del individuo en_ re: 2 el conjunto social y que no hace sino reforzar la incapacit: € we Y ciente de la conciencia para pensar lo incondicionado e ilimitado, es Y “S decir, para pensar Ja trascendencia, en una sociedad que se presenta 280 qeoLoGiA INVERSA: SALVACION Y PRoMRicion DE IMAGE NES miembros como. un | istema _aparenteme: _Fl recorte instrumental de la razén ha afe astm, ave No ve Ota posbilidad para asegurarse na gen ala rel que ofrecerse como medio para asegurar el equilib ons” ~ocial. Los contenidos religiosos sustanciales quedan a een [seefralizados y 1a tensiGn entre la realidad existente y legen | mexrenderla se desvanece. y el anhelo de L- Pero gee de su Hires a una restauracién, ya sea sustantiv: 9 pragmatico-funcional, de la religion, Adorno considera I ‘ © Facion negadora y a la ver conservadora de la religion, caya inn: Petiisica ilustrada encontramos en la dialéctica hegelians, wane tparezca en muchas otras figuras filos6ficas o sociologicas di nes spanidad, es en realidad una produccién autodesttuctora de ls to se por ello, intenta desencantar nuevamente e ilustrar sobre s mi xy el proceso autopoiético del género humano y el movimiento Mpuestamente desencantador de dicha superacién negadora de la satigiGn, ya que ésta s6lo ha sido realizada irGnicamente: el conten {lo racional no ha sido transportado a un medio més libre cuando se destruy6 la idea anterior. Los resultados histéricosdel_proceso- cmancipador modern muestran, pues, los limites de la seculariza- ton ilustrada de la tradicién teoldgica, cuyos.contenidas de razén Spizds puedan ser movilizados nuevamente contra la marcha eatas- ‘r6fica de dicho proceso. Esta es la raz6n de que, sin desconocer_ni_ a sus dejar de criticar la funcién legitimadora de la religidn, su interés se aw centre mas bien en la dimensién de verdad de los potenciales criti- cos dela misma. Lo que habria que heredar serfan, por tanto, sus momentos de protesta y resistencia frente a una inmanencia acaba- da que cierra toda posible salida y excluye toda alternativa a la rea~ lidad constituida e injusta. L. TEOLOGIA «INVERSA» ¥ ESPERANZA DE JUSTICIA En un didlogo mantenido a lo largo de los afios treinta no exer de tomiotea y zalentendidos, Benjasin y Adorno faeces perfilando una serie de categorias —imagen dialéctica, fantasmagoria, Pro historia, ete y aquilatando el papel del pensamiento alegorice ¢ Safeonree cate ceaternencoh pts] elfen a ele dialectizactén de los elementos que componen las constelacione® : : i ‘no, entre dichos montajes, de la relacién entre lo arcaico ¥ lo mode! 281 oN THEODOR W. ADORNO. PENSAR CONTRA La BARBARIE historia y naturaleza, etc., de cara a descifrar el Presente catastrae. co que les tocé vivir. El resultado fue lo epist ab ginal que intentaba escapar por igual a las potentes ras del id lismo y a aquellos teor i i est directamen cerorura kafkiana, En una carta a Rea temije 1934, en la que comenta el articulo de aquel s de dsiem- Per eno compara la obra de este dilkimo con «una fotogra Kafka, Adorerrena desde la perspectiva dela vida redimida, dela qu sa wmente aparece Ia punta del pafio negro, no siendo la horcble a descentrada de la imagen sino la 6ptica d ta horrible ép- ica i ptica de la propia cdmara obli- gyamente situada>®. i La teologla inversa.no proporciona ninguna mitada a un mis alld, sea éste del tipo que sea, sino que en cierto sentido adoptauna +, Johor perspectiva que vuelve la espalda a la trascendencia. py ba Pane —- cia_para_atrapar y gy prismaticamente la luz que procede de ella y hacerla utilizable para“ re fotografia del mundo como infietno, que proporciona la sacudi- Oe “in a que no hay verdadero conocimiento. La teologia es la «cé- Mata situada oblicuamente>. Y «la horrible 6ptica descentrada>, en rare e dptica capaz de revelar la verdad, no tiene otra garantia que la verdad de Ia salvacin, que sin embargo no aparece sino como una «punta del pafio negro». El parentesco de este pasaje con el conocido aforismo con que acaba In Minima Moralia salta a la vista'®, Adorno en él exige de la flosofia que contemple todas las cosas desde el punto de vista de -+ la salvacién. Pero paradéjicamente, bajo su luz esas.cosas.no-apare= cen salvadas, sino indigentes y desfiguradas. No son_el resplandor proléptico del absoluto a través de su participacién en) tal como habia pretendido la metafisica tradicional. Al contrario, bajo-esta vy mucha mds claridad el abismo.que.separa su e lerencia real del estado de salvaciGn'’. La utopia de la eliminacién ry etrimiento histGrico tiene su origen en Ia desesperanzay més ain, en la desesperacién por la situacién en que se encueti el mundo, una situacign en la que el sufrimiento determina la vida de tantos seres humanos'?. b Asi pues, slo. Sana _contemplacién-del mundo sub-specie-te Vb ae demptionis se le reve la verdadera magn aid de ladeformacion yap! eldeterioro de Ja existencia, que toda ideologia encubre negandola, as ayudando cfnicamente.a subestimarla.o. ‘simplemente distrayendo.de 283 perspectiva aparece co} ” aa gn ¢ Ae ® wy THEODOR W ADORNO PENSAR CONTRA Ln ang, ia. Pero. no menos se revela también a dicha co ‘cién el deseo inscrito en la existencia dafiada de una trang P > ‘OFMaciGn radical de la situacin constituida ¢ injusta, Adoptar el punto de vista de la salvacién no significa pore ser ducio de él, sino ganar la tinica perspectiva que puede hoe 2M ticia a los objetos, es decir, que puede dar expresién a su dave cién bajo Ia negatividad acabada y a la necesatia eliminacign misma. Esa perspectiva desenmascara lo-que-existe como lovee’ 2 debe-existir, y presenta la salvacién como el Gnico estado que he” justicia a lo desfigurado y dafado en la historia, si es que un ding gara a realizarse"”. f le- Pero aunque ésta sea la perspectiva mas evidente cuando se con-—— templa la negatividad de la historia detenidamente, es al man” tiempo una perspectiva totalmente imposible. Ninguna ftom? puede adoptar de modo real el punto de vista de la salvacién, oh guna ha escapado al ambito de la existencia. La filosofia no ow” punto de vista que necesita para contemplar el mundo desde a vacién, Ms bien se encuentra marcada con la misma indigencia que Cer jy alimenta las exigencias de salvacién que ella ha de articular. Es nts la misma razén subjetiva esta involucrada en la Idgica de domia.” cién que subyace a la negatividad social ¢ hist6rica y que en Ausch, witz presenta sus rasgos mas terribles'*, : Por eso, para que ella sea posible, la filosoffa tiene que inten; — comprender y articular su propia imposibilidad. El ejercicio imposi- ble.del pensamiento de adoptar el punto de vista de la salvacién, sin poder hacerlo realmente, es la tarea de toda filosofia empe da en. la_yerdad.. El nico camino que le queda al pensamiento, segin Adorno, es el de la-critica de la negatividad existente. Aunque tam- bién parece atisbarse otro camino, que ciertamente no puede reco- rrerse sin esa critica, en. una empatia con los objetos libre de violen- cia y.arbitrariedad, pues ésta tendria que percibir en su indigencia y desfiguracién el_anhielo infinito, cuyo cumplimiento no puede ser pensado ni afirmado con sentido desde la perspectiva de la finitud de la existencia y de su capacidad de conocer tomada radicalmente en serio, pero a la que el pensamiento no puede renunciar sin con- vertirse en una simple reproduccién de lo que hay, en su confirma- cién ideolégica. _ — ee Este camino permite a Adorno traspasar los limites que él mis- mo ha puesto al pensamiento, para conjeturar, no sin una pizca de ironia, sobre el estado de reconciliacién: 284 | TEOLOGIA INVERSA: SALVACION ¥ Prone) SION De iMAGenes. Siestuviera permitido especular sobre la situacig no cabria representarse en ella ni la unidad sono Feel y objeto ni su antitesis hostil; mas bi indiferenciada de 5 mas bien, la comunicacign 4? gente, S6lo entonces encontrarfa su lugar icacion de. comunicaci6n, en cuanto concepto objetiv. porque traiciona lo mejor, el potencial de wi bres y las cosas, en favor de una comunicati¢n ee smte as hom ; paper tke sujeto lasxgencias dea taz6n subjetiva, La relacion de age ogee también desde el punto de vista de la teoria del comune), iets ria en su justo lugar en la paz realiza eee como entre ellos y su otro._La paz es la ida tanto entre los hombres Sisco delader gasente_de_dominacién, en la que lo. dite feats Xe -diferente_participa unoen Lejos de definir la reconciliacién, tal como pretende Habermas, «en conceptos de una intersubjetividad sin menoscabo, que se cons- tituye y mantiene en la reciprocidad del entendimiento basado en el libre reconocimiento mutuo»"’, Adorno establece_como_condicién de‘una subjetividad y, cémo no, también de una intersubjetividad sin menoscabo, el acuerdo entre los hombres y-las cosas asi como «a rememoracion de la naturaleza en el sujeto» (DA, 58), es decir, una relacién sin menoscabo con la naturaleza interna y externa. Lo que Adorno se plantea no son pues las determinaciones formales de \wr la infraestructura comunicativa"”, sino la dimensiGn. material dela Qi emancipaci6n, la felicidad y Ja plenitud de vida, que se resiste.a.una- reconstrucciGn_cientifico-discursiva. La idea de reconciliacién uni- versal no queda cumplida en el discurso libre de dominio entre per nde ayudar a Ja naturaleza a alcanzar bras de arte le ayudan a realizar: sonas emancipadas. Ella prete lo que en vano desea y sélo las o} cabrir los ojos» (ATh, 104)". 2. Verdad, justicia, esperanza i c¢ vo en un PrO- ; iento constelativo ; Eso converte al programa de pemamiene OS dead id grama de critica y salvacién de | Ea AdOTNO an léctica es la conexién entre verdad yjusiee sible pe Dave en su Minima Moralia que si eae on Nietzsche, a¥e © a a idea de verdad. Aunque Adorno coine! dad —desde Ia ba la teologia por confundir la esperanza co Py dae on, desde imposibilidad de vivir sin el absoltso, TT existencia (ce ae el deseo de Dios, la teologia past ty & a 285 “ THEODOR W. ADORNO. PENSAR CONTRA LA BARBARIE 107)—. En esta critica coincide todo el pensamiento ilustrado, que se ha opuesto por medio de la critica de la religiOn y de las ideolo. fas a la tendencia tan generalizada en la historia a inferir la existencia > de algo partiendo de la necesidad que se siente de ello. Sin embargo, ww «si ya no_pensamos desde la necesidad, si pensamos, por tanto, de y's tal manera que en nuestros pensamientas ha sido totalmente repri. ta mido el seit thinking, el deseo como padre del pensamiento, en- _tonces -mos pensar yerdaderamente nada_en absoluto. Por- qui ‘© podrfamos ir mas all de lo que hay, porque ya no ‘serfamos capaces de trascender lo puramente existente»', Por eso, habria que considerar que el concepto nietzscheano de amor fati representa un planteamiento tan cuestionable como la afirmaci6n especulativa de la existencia de Dios de la vieja metafisi- ca, aunque de sentido contrario, a saber, la afirmacién de lo que hay, sélo porque aquello que seria radicalmente distinto, tinicamente puede ser esperado y deseado. Afirmar de principio. la imposibilidad de realizar la utopia no es una violacién menor de la prohibicién de imagenes, que el intento de dibujarla en todos sus detalles, Ni se le puede atribuir realidad al deseo, ni tampoco sentido.a la marcha ab-_ Surda de las cosas,, Al fetiche del es-asi-y-no-de-otra-manera se oj “ne la mirada detenida sobre el caracter devenido de lo exist —sobre las posibilidades no realizadas de aquello que existe: «Con lo que la dialéctica negativa penetra sus objetos petrificados es lap } bilidad sobre la que su realidad les ha engafado y que a_pesar de todo asoma en cada uno de ellos» (ND, 62). ~~ Adorno opta, pues, por un pensamiento que asume en sf la es peranza como una dimensién esencial que le acompafia y, al mismo suww4 tiempo, le muestra sus limites, ya que el pensamiento s6lo va més gedua? allé de s{ mismo por medio de la esperanza, sin que ello suponga po- wu der atribuir realidad a lo esperado: yu ALfinal, es la esperanza, tal como ésta es arrancada a la realidad al negarla, Ja tinica figura en la que aparece la verdad. Sin esperanza se- tia casi imposible pensar la idea de verdad, y es la falsedad més car- dinal hacer pasar_por la verdad la existencia reconocida como mala, -s6lo porque fue conocida una vez (MM, 108). Consecuentemente, s6lo el pensamiento que niega la injusticia es expresion de la verdad (cf. DA, 248). Esta no es posible para > Adorno més que en la esperanza de que la opresién y la ausencia de libertad no tengan la ultima palabra?. El absoluto se convierte de 286 TEOLOGIA INVERSA: SALVACION Y PROHIBICION DE IMAGENES esta manera.en el indice de una posibilidad de salvacién, de la que ¢: responsabilizado el pensamiento, a pesar de sus posibilidades incluso contra ellas, por la negatividad de lo existente y por la deses- id -provoca. Aunque, naturalmente, la desesperacion no garantiza «la existencia de lo desesperadamente ausente» (ND, 363). Por eso la esperanza dista 4 is de_lo esperado, Es mas, en cuanto tal se impermeabilizaria frente al sufrimiento, que obliga mas bien a la desesperacién, y obrarfa asi contra él, que es el tinico motivo por el que se debe seguir teniendo esperar Esta vinculaci6n dd verdad, justicia y esperanza|no pretende una restauracién de la dialéctica idealista. Mas bien descansa en la impo- sibilidad radical de pensar que la muerte sea lo absolutamente iilti- mo. Si la metafisica idealista intentaba transfigurar ilusoriamente la muerte, consolar engafiosamente sobre su inconmensurabilidad con la vida o introducirla en la inmanencia del espiritu, que en realidad debia ser su adversario, la metafisica transformada de modo mate- rialista desea mas bien movilizar toda fuerza de resistencia contra Ja integracién civilizadora de la muerte y contra la cosificacién que se manifiesta en dicha integraci6n, fuerza de resistencia que nose ex- presa en los altos vuclos especulativos, sino que se anuncia en la per- cepcidn somatica de su inconmensurabilidad. Para la metafisica «negativa», la muerte no es una magnitud in- variante, sino que est determinada hist6ricamente hasta en su di- mensién bioldgica, tal como Auschwitz nos ha puesto ante los ojos: ‘Al no concebirse la muerte mas que como la separacién de un ser na- tural del consorcio de la sociedad, éste ha terminado domesticando- la: el morir s6lo confirma la irrelevancia absoluta del ser vivo natu: ‘sal_frente_al_absoluto social. [..] Lo que los nacionalsocialistas, hicieron con millones de hombres, la catalogacién de los vivos como si se tratara de muertos, y con posterioridad la produccién en masa ¥ el abaratamiento de la muerte, ya se anunciaba premonitoriamen- Xe sobre aquellos que se dejan mover a la risa por los cadadveres. Lo determinante es la asunci6n de la destruccién biolégica en la volun- fad social consciente. S6lo una humanidad para la que la muerte se havuelto tan indiferente como. ‘sus.miembros, s6lo una humanidad_ gue ha muerto para si misma, puede condenar_a muerte por via ad- _ministrativa a tantos seres (MM, 263 s.). Por esta raz6n, la imposibilidad de pensar la muerte hasta el final, que no se impone menos enérgicamente al espfritu que Ia imposibili- 287 ay (dee aust Oy t wt” THEODOR W. ADORNO. PENSAR CONTRA Ln gang, ARIE dad de pensar la inmortalidad, no sélo es expresién una subjetividad juramentada con el interés por la sino también el punto de partida de la resistencia contra | a, social de la que depende la figura histérica concreta de la pucit'%i6n La Critica de la raz6n practica de Kant deja entrever al Werte, contenido objetivo del postulado de la inmortalidad, conte fe cs no se agota en pura construccién subjetiva. ido que det autoengatis ge autoconservacig Que ninguna mejora intramundana alcanzarfa a hacer just muertos; que ninguna afectaria a la injusticia de la muerens 2 los ala raz6n kantiana a esperar contra la raz6n. El secteto de ay fhe > fia es la imposibilidad de pensar hasta el final la muerte (pus re (ND, 379), Kant articula en su filosofia de modo incomparable la aporé, de la esperanza, abriendo el espacio en que ella ha de existe y tst una teoria meliorista de la accién colectiva reduce alo factibley ne ducible. Sin embargo, no cae en la tentacién de querer fijar su obi to, la trascendencia, pues esto significaria en realidad traicige El cardcter de postulado no asegurable protege a esa esperanrs dy confundirse con un argumento cognitivamente concluyente. De og, modo, la doctrina de los postulados de la raz6n practica respeta los limites puestos por la raz6n teérica y se resiste a dar el salto a une afirmacién especulativa del absoluto. Sin embargo, afiade Adorno, la frontera que Kant traza entre las ideas de la raz6n y la experiencia objetiva, que preserva a su afin de salvacin de degenerar en afit. macién, le impide por otra parte penetrar hasta la esfera de la expe- riencia viva que se resiste a la prohibicién de pensar el absoluto: di- cha experiencia quiere escapar hacia espacios abiertos*!. Asf pues, si bien los postulados de la raz6n_practica no son ju clos. de existencia, sf que exigen la salvaci6n de su objetividad pasan- narlo, Qa+ do a través del sujeto. Esto no se consigue rehabilitando la metafi \. ca falsamente afirmativa, sino haciendo valer un concepto enfético ot de experiencia, es decir, a través de una rehabilitacién de Ja digni- Wn ut “ “dad de lo corporal_en.la experiencia. El estrato de lo somatico, qui- «tI® zs el més lejano a toda forma de sentido, pero respecto a cuya ex- presién ha de medirse el pensamiento, es precisamente_el «escenario. del sufrimiento». Todo lo que no sea el intento de darle expresién, «resulta ser de antemano de la misma especie que la miisica de \e acompafiamiento, con la que las SS gustaban de cubrir los gritos de sus victimas» (ND, 358). Para Adorno, «la necesidad de hacer-elo- nte el sufrimiente ¢ ad» (ND, 29)- Ja condicién de toda 288 peoLoGiA INVERSA: SALVACION Y PROHIBICIO. NDE IMAGENE $ pero para Ilegar a entender la verdad como expresi 9, el pensamiento tiene que percibir en sf mismo dl woe ee mient ismo el insti é : sti meesidad y el deseo. Sélo entonces se convierte la duracis into, la ma necesaria, es decir, la rémemoragién, el impulso a i en i gz var lo for a sado como viviente. La trascendeneia‘a la que el i el espiritu se refiere y hasta la que una eee peoeeaar del pire llegar, es la de wna salvacidn que penetre hasta ee cana, to de lo somatico, del sufrimiento experimentado corporal estra- 4 teyatse encuentra anclada la necesidad de que la experiencia ton ga que alcanzar-la esfera de lo inteligible (cf. ND, 377), Esta no es. ese ™ ja pura negaci6n abstracta de a esfera de lo existente. Su concepto - \ seria «el de algo, que no es y sin embargo_no simplemente no es» cates ND,385}- Querer ir més alla de Kant, no significa entregarse en manos de Hegel. La pretensin de alcanzar lo inteligible no entrega al pensa- mignto en manos de la dialéctica idealista, que tenia en la identidad de pensamiento y objeto su presupuesto. Refiriéndose a esa dialécti- ca dice Adorno: niegto ticito del primado de lo universal frente a lo singular, en lo {que consiste no solamente el engaio idealista que reifica los concep- fos, sino también su inhumanidad, que degrada lo singular, apenas rs captado, a estacién de paso, para finalmente pactar demasiado répi- ws Gamente con el dolor y la muerte, en aras de una reconciliacién que ew sneramente existe en la reflexidn, Se trata, en altima instancia, de la frialdad burguesa, que con excesiva complacencia suscribe lo inevi- table. El-conocimiento slo consigue ampliarse alli donde se aferra de tal modo a lo individual, que-a través de Ja insistencia deshace su 4 | islamisnio MM. 81 [ Es precisamente ese avanzar y no poder detenerse, ese reconoci- ‘| p Para distinguirla de la dialéctica idealista, Adorno se refiere a esta otra dialéctica que insiste en lo individual calificandola de dia- Delete léctica intermitente, «cuyo instante _verdadero-no_es el_progresat, jaf yale sino el detenerse, no ¢s el proceso sino la sLisbes (KKA, 143). Es una dialéctica que no se manifiesta en el todo, sino en las grietas. Es la critica de la continuidad idealista. Las imagenes dialécticas que agrupan constelativamente los fragmentos y las ruinas portadoras del estigma de la desfiguracion revelan el caracter coactivo de la mediaci6n social por la totalidad antagonista. No toman, pues, como punto de partida una totalidad realizada sino lo conereto, bien entendido que como mediado por la 289 THEODOR W ADORNO FENSAR CONTRA LA Baneag, " totalidad negativa: por eso, las imagenes dialécticas no ti yr acter ilustrador o ejemplificador. Mas bien intentan deem un ca. Jg singular fragmentario cl todo hermético como eatratiar en Pero la temporalidad del objeto, su concrecién, su singul etc., no sélo son traicionadas y desfiguradas por la tigider de a finiciones conceptuales y su complicidad con la totalidad con sino también por el supuesto de una identidad del objeto activa, + mismo mis alla del pensamiento, La deformaci6n, el dafio y la nsigo conciliacién de lo real, que van tan unidas a la concrecién me de los fenémenos como sus potenciales no realizados, sus posible des y sus pretensiones de justicia todavia no cumplidas, sole: sen y° _conocibles desde una idea enfatica de verdad, pues su desfiguracrg, SX esta producida por el universal social y, por tanto, s6lo puede sacae ES,8 sea la luz en relaci6n al universal conceptual, a acar- vy Al mismo tiempo, esa desfiguracién s6lo es perceptible y criticg ble desde la pretensién de verdad enfatica propia de Jo uni } pues sdlo la idea de absoluto inherente isha arene exceso Que permite pensar la posibilidad de que lo existente sea algo “prro-de lo que ¢: ‘Asi pues, el pensamiento no puede prescindir de la idea de ver- dad sin disolverse a sf mismo, sin asimilarse a la realidad constitui- Y da, sin someterse a ella y convertirse en su pura reproduccién. Pero la desfiguracién y las posibilidades incumplidas de lo existente ha plana su vez contra toda identificacién entre absaluta _y ser, incluso obligan a Ia filosofia a prohibirse la idea de absolute, para no trai- cionarla. La contradiccién entre esa prohibicién y la insisteniyia en un concepto enfatico de verdad constituye, segtin Adorno, el ele- mento en que se mueve la filosoffa y que la determina como negati- va. El micleo temporal de la verdad obliga, por tanta, auna nueva figura de salvacién_ de lo singular en lo universal — I, DIALECTICA DE LA DESMITOLOGIZACION Y LA SECULARIZACION DE LA TEOLOGIA éQué relaci6n tiene esta pretensién de salvar criticamente la inten- cién metafisica en el instante de su descomposicién con la religion tal como se ha configurado histéricamente? éSupone dicha preten- sién una revalorizacién de la misma? ¢Ha perdido su validez la er tica ilustrada de la religion? ¢De qué manera est imbricada la reli gidn con la dialéctica de la Iustracién? 290 EEE EES EN OER NMAGENES eOCOr 1. La ambigiiedad de la religion y de su desmitologizacion Del mismo modo que la naturaleza segunda responde al esfuerzo de los seres humanos por escapar al horror de la violencia de la natu- raleza primera, y esto significa que no existe salvacin por medio de un retorno al estado natural, también el mito y la religion son ya Iustracién, son formulacién lingitistica, y como tal instauran la di- ferencia que les permite ser mds que mera tautologia del horror. El mito contiene la esperanza de que el espfritu, en la conciencia de su contraste, podria quebrar la tautologia de la representacién ciega de lo existente. La religidn seria pues la fetichizacién de una naturale- zay una sociedad como poderes opacos, impenetrables y prepoten- tes, eco del miedo que ellos producen, pero también trascendimien- to de la tautologia de una inmanencia sin salida. La sociedad absolutamente socializada se presenta como «una densa trama de inmanencia sin salida» (ND, 362), es decir, con la apariencia mitica de una naturaleza dominada por la repeticién hermética. Al transformarse en un sistema que se reproduce y crece bajo condiciones establecidas por ella misma y de modo autorregu- lado, la sociedad ensancha sus dimensiones convirtiéndose en un a Ss cosmos del que no existe escape, obstruyendo asf la posibilidad de cuestionar sus presupuestos e imperativos supuestamente objetivos. Pero un mundo que se hace absoluto se vuelve un infierno. Adorno no puede afirmar lo absoluto porque en él se encierra el poder mi- tico del todo social opaco e impenetrable del que aquél es reflejo, pero necesita de él, es decir, de la valentfa y la capacidad para su con- Cepto, si quiere socavar «la pretensién absoluta de aquello que es asi sin més ni mas»? —La dialéctica bistérico-natural de la religi6n es la dialéctica en-_ tre la reproduccién y la superacin de Ja tautologia (del horror). La dialéctica de la Ilustracion, en cuanto dialéctica de la desmitologiza- ci6n, es la dialéctica de una negacién abstracta del mito que sacrifi- ca sus posibilidades de trascendencia instaurando la inmanencia ce- rrada del dato o de la conciencia y, por ello, que termina dando un vuelco en mitologia, esta vez como mera tautologia. La naturaleza ¢s limpiada de todo aquello que es m4s que lo meramente existente o de aguello que no es reducible a la conciencia. Pero, asi como la desmitologizacion ciega reproduce el mito que quiere eliminar, la verdadera desmitologizacién desencanta la des- mitologizacién ciega y sigue siendo fiel a su concepto al purificar lo 291 ne) of gem 4d | _ . BE eis WS THEODOR W. ADORNO. PENSAR CONTRA ty BAR BARE desconocido y trascendente del horror del miedo, my ificacidn no tiene lugar, todo lo desi signers an ~K rewiste_del terror sagrado, dando como resultado uns osizado seascendente de lo finito. En tanto haya dominacién habra ws2&ion la religion sera tambien eco del horror. Pero silo secularingyri®*® ¥ craliza lo finito, sino que lo cuestiona y contribuye a su come gn “to, entonces es garantia de salvacion de la teologia e ay } bf NSU Secularizg. OS ye ibn radical, oo ow No hay verdadera desmitologizacion sin critica det mitomey-ae- ¥ cir, sin ertiea de lo que hay en él de eco de aquello que aterrorin | 3. | hombre, pero tampoco hay verdadera desmitologizacin sin savac, COMO sufri- miento por la negatividad, el deseo y el anhelo de su eliminacién, que ia A Malan ho tienen otra forma de expresién que la que apunta a la trascenden- cia. Como escribe Adorno: La conciencia no podria desesperar ante el gris Itigubre, sino alber- gara el concepto de un color distinto, cuyas huellas dispersas no fal. tan en la totalidad negativa, Dichas huellas provienen siempre del -pasado, la esperanza de su contrario, de lo que tuvo que irse abajo gest condenado (ND, 370). En cierto modo s6lo manteniendo una secularizacin de la teo- logia que no sea pura desmitologizacién abstracta, puede proteger- seal conocimiento frente a la tautologia de lo factico. iPero la secu- larizaci6n es necesaria! Lo absoluto, como indice de los anhelos de las criaturas de escapar a la inmanencia de sufrimiento, no puede ser afirmado como existente, sino como algo todavia pendiente, como algo que todavia hay que realizar, pero cuya realizacién esta obstrui- da por las condiciones sociales actuales. Donde sin remover estos obsticulos se afitme positivamente lo absoluto, la divinidad actuard <6mo mera tautologia del horror. 2. La reconciliacién bajo prohibicion de imagenes , Por ello, segtin Adorno, el motivo temstico de Ia salvacidh solo se wr” Puede expresar en la critica radical de lo existente negativo y esta Ry. sometido por lo demas ala «prohibicién de imagenes», es decir, a la sitiva. Como en la nto de determinacién p 292 TEOLOGIA INVERSA: SALVACION Y PRowinic, HON Dey IMAGENES, religion judia, Adorno liga la esperanza de mod. i hibicién de «invocar como Dios a lo fal 0 exclusive a la como verdad a la mentira» (DA, 41 0) we Como infinito a lo aad Craicionaria la idea enfatiea de selvarron a oeecrminacién posta Sxistente y con ello traicionaria tambien [eee anal & Ia realidad mas de la historia, por mor de las i 'as esperanzas de las victi- tener esperanza. tinicamente nos esta dato. ‘Asi pues, «noes posible otra gue.en virtud de la caducidads la eteridad cae acne 0 tal, sino precariamente a través 4 . Este es el programa de una somal oro REND, 353). que daria cumplimiento a la idea de teologia ing st oleate, Jos aftos treinta. logia inversa formulade en La filosofia que se hace cargo Pea aeael eS IeeGEAYA ea fe eee ronamiento, en lo oscuro de la naturaleza, en Tas fu 0 en ot desma intrealidaa Wlestinuradietress lendecetelliciaetiasicaraiee son pe reicWecinenvel qucichisneantSibicaments is hes areas os 9, gst Jada pot el reino del discurso argumentativo, es decir, ae resista de modo irreconciliable «a su afirmacién en el conceproy (ND, 163), 20 ©) hace sino mostrar el cardcter aporético pero irrenunciable de wn pen samiento que quiera ser mas que pura Pconstruccién de lo que hay. El hecho de que esta idea d 3. El arte como completa profanizacion de Ia religion santo dl arte consist, a 1s jos.de Adorn, so. SETS ese desiderdrum. El se ati reologmeno judio, ce atiene al teologimen Mera a lo aie la simacién jana todo seria sciuimame” 295 THEODOR W. ADORNO. PENSAR CONTRA LA BARBARIE Ll r hay. Las. — z uentran congregados en la realidad; sdlo necesitan elementos se enc! ordenados minimamente para encontrar su lugar auténtico en ser se roueva constelacion. De esta manera indican «que lo no existen. + fa ser» (ATh, 200). inn a ee catérica se diferencia de la totalidad funcional y su elevaci6n idealista a identidad porque ella no elimina ni subsume lo tos singulares y los detalles. Ella es una dimen. ~+ sién y no la totalidad de la obra de arte (cf. ATh, 450, 263). En las bras del arte moderno que conservan un cardcter fragmentario, en In configuracién paratéctica de sus elementos, lo individual y con. qreto no queda sometido a una totalidad establecida. Dichas obra singular, los momen de arte apuntan de esa manera a.una convivencia de i bre de dominio. Por ello, pueden ser vistas como modelos de lo no- ‘idéntico. La experiencia de lo no-idéntico en el arte expresa una relacién de aproximacién paradéjica, una distancia que, siendo insuperable, ose acorta hasta la cercania mas proxima. Precisamente aqui se ve que yoy" Te no-idéntico no es la pura facticidad, sino la utopia de una relacién sin dominio con la naturaleza externa ¢ interna..Pero ¢sa utopia no elo completamente otro de lo factico, Mas bien se alimenta de la indigencia de todo lo existente, que se manifiesta en la rememora- cién de su génesis y de la historia de sufrimiento vinculada a ella, Lo que es «més» de lo que es, se da en aquello que existe como pasado +{ no liquidado, que insta a hacer efectivas sus pretensiones y expecta- tivas, sin que se pueda decir si esto se va cumplir. Pero las obras de arte no tienen que expresar abstractamente la luz de la reconciliacién y mucho menos representar la realidad como si estuviera reconciliada. Mas bien tienen que permitir a los elemen- tos de Ja realidad falsa e injusta constituirse en nuevas constelacio- nes_de tal manera que dicha realidad aparezca bajo la luz de conciliacién, La intencién de una vida verdaderamente humana se articula en el arte s6lo de un modo negative, como expresi6n de la experiencia de sufrimiento. Por eso, el arte ha de «testimoniarla => irrece _y.al_mismo_tiempo teconciliarlo tendencialmente» (Th, 251). Lo cualitativamente nuevo y distinto slo aparece en el arte en portadenas con el pasado a través de su negacién-determinada, que se articula como dialéctica entre la en “ | ssn en ere atone oa ae ae g 4. ws . 296 \o TEOLOGIA INVERSA: SALVACION Y PRont CION DE IMAGENES dio de su dimensi6n expresiva. Pero . racjonal,. auc también le es propia, intenta resiwit ge mantener abierto el sufrimi -horizonte utspico de su superncién, Deesta nc MY" nera el arte se convierte en recuerdo de una promesa: de et 2 m1 rrade felicidad, que es quebrantada» (ATh, Joy nn Prome- Td. Elizecuerdo de lalfelicidad|en eames felicheet wesc Ron el arte el mismo valor critico que el recuerdo del apne eee em ms flejo de la esperanza pasada», de posibilidades perdidan cnn, acogidas por el présente como un futuro meaeraa fe las, que son we se transforma dentro del recuerdo en anhelo yuna eet, dirigidos al presente. Pera-aun logrando realizar esta par a plenitud sultado del arte seguird siendo apariencia y no recente eso yet No obstante, porque el arte no enmascara esa antnenie eee Oe ver apariciOn de la reconeiliacién y al mismo tempo se arageree jlusoria, porque no encubre su cardcter irreal y aparente, por ella promete en la apariencia lo que no ¢s tal: la reconeiliacion real. Se puede interpretar el intento de Adorno de salvar de mado “materialista la idea de salvaciGn como un intento de despatenciar 2 Dios convirtiéndolo de una realidad, por la que lo tenia la metafisi- ca tradicional, en una posibilidad, esto es, en una denominacién de os anhelos de salvacién del hombre sufriente, anhelos por la cons- titucién de una identidad lograda y de una reconciliacién social. Pero también seria legitimo interpretar dicho intento como la nega-_ tiva todavia actual a reducir el pensamiento y la accién humanos a swinmanencia, sin por ello elevarlos pretenciosamente a una espe- Cie de poder con capacidad de disposicién sobre la trascendencia. Para Adorno, las débiles huellas del absoluto sdlo son perceptibles si = se escucha el grito por su ausencia en la historia de sufrimiento ha- mano: «Aquello que trasciende la sociedad dominante no es solo la potencialidad por ella desplegada, sino también aquello que no ter- pend de ajustarse a las leyes de su movimiento histérico (MM, 170) NOTAS mente por cierta Hinea de eriticas a Adorno es ‘0 de teologia con otros medios. ‘bsoluten Geist als theologisch- jvirat bei Adorno», en 1. Un recurso usado repetida precisamente calificar su filosofia de criptoteologs Is Lehre vom al Cf. entre otros M. Theunissen, Hegel: politischer Traktat, de Gruyter, Berlin, 1970, p- 33; fd., «Negati 297 THEODOR W. ADORNO. PENSAR CONTRA LA BARBARIE L. v. Friedeburg y J. Habermas (eds.), Adorno-Konferenz 1983, Suhrkamp, Frankfurt aM., 1983, p. 60; T. Koch y K. M. Kodalle, «Negativitat und Versshnung, Die New gative Dialektik Th. W. Adornos und das Dilemma einer Theorie der Gegenwart», en, H. Schweppenhiuser, Negative Dialektik und die Idee der Versohnung. Eine Konto. verse iiber Theodor W. Adorno, Kohlhammer, Stuttgart, 1973, p. 23. 2. Th. W. Adorno, Philosophische Terminologie I, ed. de R. zur Lippe, Suhr- kamp, Frankfurt a.M., 1982, p. 127. 3. Sobre la importancia de la relacién con W. Benjamin en el origen del pen- samiento de Adorno, cf. $. Buck-Morss, The Origin of Negative Dialectics. Th. W Adorno, Walter Benjamin, and the Frankfurt Institute, The Harvester Press, Has- socks/Sussex, 1977. 4. Cf. Theodor W. Adorno — Walter Benjamin. Briefwechsel 1928-1940, ed. de H. Lonitz, Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1994, pp. 72 ss. a ibid., p. 90. 6. Cf. Th. W. Adorno, «Theses Upon Art and Religion Today», en GS 11, p. 647. Adorno llega incluso a constatar en sus Estudios sobre el cardcter autoritario que i i convierten en_una fuente de das convicciones religiosas seriamente internalizadas se_com tesistencia frente los prejuicios étnicos (cf. {d., Studies in the Authoritarian Persona- lity, en GS 9, p. 437). uh Th. W. Adorno: «Vernunft und Offenbarung», en GS 10, pp. 608-616. La formulacién teolégica més atrevida de Adorno se encuentra en una carta del 25 de febrero de 1935 a M. Horkheimer: «... es sorprendente —escribe Adorno— de qué manera tan plena coinciden las consecuencias de su ‘atefsmo’ (en el.que yo tan- to. menos creo cuanto mas_es explicitado, pues.con cada explicacién aumenta_su_im- petu metafisico).con las de mis inrenciones teolégicas, pot mucho que. éstas le desa- zonen, pero cuyas consecuencias.en. cualquier caso. ciertamente no se diferencian en nada de las suyas —yo podria establecer como el intento central de todos mis esfuer- z9s el tema de la salvaci6n de Jo que.carece de esperanza, sin que me quedara nada més que decir; a no ser que, ademds del registro histérico del suftimiento y de.lo.que ng ha llegado a ser, yo piense.en-el lector sobre el que usted calla y que.no-obstante_ seria el tinico lector al que esa historia del sufrimiento de las criaturas podria ser_di- tigida, Y por lo demas creo que asi como ninguno de mis pensamientos tendria dere- sho a existir si, confrontado con su atefsmo, no se mostrara como sincero y verdade= to, tampoco se podria pensar ninguna de sus ideas sin-ese ‘hacia qué’ en cuanto fuente de energia a través de la muerte, que tanto mds acttia en su pensamicnto cuanto més. intenta usted impermeabilizarlo contra él; como una especie de rayos que no s6lo.no son detenidos por ningin muro, sino que ademés poscen la fuerza de iluminar lo mas -fntimo del muro mismo» (M.-Horkheimer, Gesammelte Schriften 15, Fischer, Frank- furt a.M., 1995, p. 382). Sin embargo, esta forma de hablar de un «lector» o una «fuente de energfa» de un modo tan personalizado no se encuentra en Adorno en nin- gtin otro lugar, Es més, parece que el problema del sufrimiento que transita por estas lineas y exige un destinatario al que presentarlo o al que reclamarle, se convertiria en Ja mayor dificultad para aceptar la idea del Dios revelado. «El sentimiento que, des- pués de Auschwitz, se opone a.cualquier afirmacién de positividad de la existencia en cuanto charlatanerfa e injusticia contra las victimas, que se opone a que se arranque de- sudestino un sentido, por-muy-depurado-que sea, tiene su-razén de ser objetiva en los -avontecimientos que. condenan al ridiculo la construccin denn sentido de la inma. nencia itradiado por una trascendencia establecida afirmativamente» (ND, 354). ney Adorno, «Aktualitit der Philosophie», en GS 1, p. 325, 9. _ Theodor W. Adorno ~ Walter Benjamin, Briefwech , Lonitz, Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1994, A 90. ceiartmmedct cece 298 | TEOLOGIA INVERSA: SALVACION y pq Ontaey ON ey o 10. ce Lea a rece analisis detenidg de ae rmiento esté eodor W. A) do de este afor Pe. CE. Th. W. Adorno: “Chak mo, Catedras Mare nM cf. V. 12, Paécilmente puede reconocena stk Walter Benjany/99% Bp: 19 cin de lo que carece de esperanza, que segs idea de W. Ben” GS 10, p. 259 ‘Adorno. En esa idea se unen de forma comprinnids © 1e™PP los esfucrny I ssalvar intramundano como un anhelo de salvacién sin eqn n° 84 Vinculacig, Jogie und Messianismus im Denken Adornos», a. S!ReS. CE. M. Ban rabel. Ende der Geschichte. Abschied von de cts 9° htt y S, Garin Theo Liberacién, Minster, 1986, p. 36, Sobre el eae Ct bién H. Schweppenhiuser, «Die Religion in dee 0 Ado 9 Erzieher 23 (1971), pp. 173-181; T. Koch, KeM. Renecte®. Theories: Byatt gative Dialektik und die Idee der Versihmung f op. cit.; H. Hrachovec, «Was ligt sich von Ents se ib Th. W. Adornos Philosophie»: eee en Ries, «'Die Rettung des Hoffnungslosen’. Zur phie Horkheimers und Adornos»: Zenschrit he pp. 69-81; P. Steinacker, . («Etwas fehl edie Wide uutopischen Sehnsucht. Ein Gesprich BA nee wies Ca Ernst Bloch, ed, de R. Traub y H. Wieser, Subrkamp, Frankfurt aM., 1975, p70) 14. La critica del pensamiento identificador realizada por Adorno no puede entenderse si no se ve su conexi6n con la organizacién social y los procesos hist6ri- cos que lo han generado y que él, en cuanto su expresi6n, refuerza y sostiene (cf. ND, 355). 15. Th.W. Adorno, «Zu Subjekt und Objekt», en GS 10, p. 743 (la cursiva es nuestra). 16. J. Habermas, Theorie des kommunikativen Handelns, 4° ed. rev. Suhrkamp, Frankfurt a.M., 1988, t. I, p. 523. 17. Cf. J. Habermas, Vorstudien und Ergdnzungen zur Theorie: des kommunika- tiven Handelns, Subrkamp, Frankfurt a.M., 1984, p. 489. . 18. Habermas contempla este planteamiento con gran escepticismo. La idea de tuna «naturaleza que abre los ojos» 0 la de una «resurrecci6n de a naturateza» 90500 para él mas que residuos romdnticos de una fantasia utopica, no somedbies 8 omer tizacién conceptual. Respecto a la critica de la idea de una resurreeci i he A TEN leza cf. J. Habermas, Theorie und Praxis. Sozialphilosopbischs St oe Q siteelish Frankfurt a.M. 1978, pp. 348 ss. Id., Philosophisch-politische Prof. ' da, Frankfurt a.M., 1991, pp. 163 ss Ni 6 lacexploracidn.necesaia dea nasualeza dencién definitiva de los fendmenos (cf. R. Buchholz, Zwischen Mythos und Bilder- verbot. Die Philosophie Adornos als Ansto zu einer kritischen Fundamentaltheologie im Kontext der spaten Modeme, P. Lang, Frankfurt a.M., 1991, p. 126). 21. Kant parte en su tcoria de los postulados de la raz6n prictica de la insufic ciencia de la praxis humana para realizar una justicia completa, aquella que alcanza- ta también a los muertos. Es esa incapacidad la que justifica el postulado de la idea de trascendencia, idea que carece por su parte de significado cognitivo. Adorno, por glcontario, dea abiera la cuestién de It posilidad de ona realizacion hiwSrea de. lusticia y reclama el significado de la idea de trascendencia para el conocimiento. -de la negaividad histGrieaen la que se encuentra enredacla la praxis humana. Solo en Bina soe iberada sera posible decide si dcha ides ex mi que el reflejo de tra esperanza (cf. HE. Schiller, «Zergehende Transzendens. Theologie und Gesell. aes , zendenz. Theologie und Gesell- schaftskritik bei Adorno», en M. Lute-Bachmann [ed.], Kritische Theorie und Rel 5, Si Feber, Warburg, 1997, p. 78). Adorno guiere salvar en la apaiencial Tusién Imetafsica de trascendencia algo més que una idea regulativa di . quiere salvar la posibilidad real de trascender eeu an cre salvar ap | real de tascendencia en lo existent Pero dicha posibil. slo se manifieta en cl instante mismo del destumbamiento de la metafisien, =I impulso trascendedor no busca un més alla del mundo ha aeaeE cién distinta del mundo» (A. Wellmen, SE escite nd bigest (eco tuna constitu- D. Henrich y H.-P. Horstmann [eds.), Metaphyctk nach Keeg> earn eres 22 eB areB 1987, Klet-Cona, Stuttgart, 1988, pe 971), NOM? Stuttgarter Hegel-Kon- 22, "Th. W. Adorno, Versuch, dae Endeyiel Piel 2u verstehen», en GS 11, p. 319, 300

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