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MUSICA EN LA PREHISTORIA

CARATOBA 05-04-2010-006

La música prehistórica es la música que se creaba


y se tocaba en la Prehistoria, es decir, en culturas
anteriores a la invención de la escritura. En ocasiones
se la denomina música primitiva, con un término que
puede incluir la expresión musical de las culturas
primitivas actuales.

El tema de la música en la Prehistoria es complicado,


ya que no quedan restos materiales, con la excepción
de algunos instrumentos musicales encontrados en
yacimientos arqueológicos, o de objetos que pudieron
ser utilizados como instrumentos. Por lo tanto es un
campo muy teórico, y tiene en la Etnología musical o
Musicología comparada, es decir, la comparación de la
música de pueblos primitivos actuales con la que
pudieron realizar en las culturas prehistóricas, una de
sus principales fuentes de estudio, junto con análisis
cognitivos y de comportamiento, estudios anatómicos
y del registro arqueológico.

Contenido
• 1 El origen de la música
• 2 Evidencias arqueológicas
o 2.1 Paleolítico
o 2.2 Neolítico
o 2.3 Edad de los Metales

• 3 Referencias

El origen de la música
Los orígenes de la música se desconocen, ya que en
su origen no se utilizaban instrumentos musicales para
interpretarla, sino la voz humana, o la percusión
corporal, que no dejan huella en el registro
arqueológico. Pero es lógico pensar que la música se
descubrió en un momento similar a la aparición del
lenguaje. El cambio de altura musical en el lenguaje
produce un canto, de manera que es probable que en
los orígenes apareciera de esta manera. Además, la
distinta emotividad a la hora de expresarse, o una
expresión rítmica constituye otra forma de, si no
música, sí elementos musicales, como son la
interpretación o el ritmo. Es decir, la música nació al
prolongar y elevar los sonidos del lenguaje. Esta teoría
científica lleva siendo sostenida desde hace mucho
tiempo, y filósofos y sociólogos como Jean Jacques
Rousseau,1 Johann Gottfried Herder o Herbert Spencer
fueron algunos de sus mayores defensores.

En casi todas las culturas se considera a la música


como un regalo de los dioses. En la Antigua Grecia se
consideraba a Hermes como el transmisor de la
música a los humanos, y primer creador de un
instrumento musical, el arpa, al tender cuerdas sobre
el caparazón de una tortuga. Hace unos cinco mil
años, un emperador en China, Hoang-Ti, ordenó crear
la música a sus súbditos, y les dijo que para ello
debían de basarse en los sonidos de la naturaleza.
Entre la mitología germánica se cree que Heimdall,
tenía un cuerno gigantesco que debía tocar cuando
comenzara el crepúsculo de los dioses. Las leyendas
son similares para el resto de culturas primitivas,
tanto perdidas como modernas. Al provenir la música,
en general, de entidades superiores, habría que
comunicarse con estas entidades también mediante
esta música. Muchos pueblos primitivos actuales
utilizan la música para defenderse de los espíritus,
para alejar a la enfermedad, para conseguir lluvia, o
para cualquier otro aspecto de la vida religiosa y
espiritual. De esta manera, la magia que concebían
que tenía la música hizo que solamente pudieran
exteriorizarla chamanes, sacerdotes, u otros líderes
espirituales.

Además, en la propia naturaleza o en las actividades


cotidianas se podía encontrar la música. Al golpear
dos piedras, o al cortar un árbol, se producía un sonido
rítmico, y que el mantenimiento de algo rítmico
ayudaba a la realización de esa actividad,
facilitándola. Pudo haber un primer grito o palabra que
servía como ánimo, apoyo, y para elaborar más
eficazmente una determinada actividad. Irían
evolucionando a pequeñas frases, versos, hasta
terminar ligándolos en una canción. El economista y
sociólogo Karl Bücher fue su máximo defensor.2

Charles Darwin desarrolló una teoría en la que


explicaba el origen de la música como una solicitación
amorosa, como hacen los pájaros u otros animales.3 La
relación entre amor y música es conocida, en todos los
periodos históricos (tanto en la Historia Antigua como
en la Edad Media, o incluso en la música popular
moderna).

La antropología ha demostrado la íntima relación entre


la especie humana y la música, y mientras que algunas
interpretaciones tradicionales vinculaban su
surgimiento a actividades intelectuales vinculadas al
concepto de lo sobrenatural (haciéndola cumplir una
función de finalidad supersticiosa, mágica o religiosa),
actualmente se la relaciona con los rituales de
apareamiento y con el trabajo colectivo.4

Evidencias arqueológicas
Se desconoce cómo pudo ser la música en la
Prehistoria, ya que no queda ningún registro sonoro ni
escrito de la misma. Pero sí que han ido apareciendo
pequeños instrumentos, o la evidencia de cierta
tecnología gracias al arte mueble y al arte parietal que
permite pensar el que pudieran haber realizado
instrumentos o que tuvieran el desarrollo suficiente
para crear música. A medida que vamos avanzando en
el tiempo, vamos encontrando elementos cada vez
más complejos y que no establecen duda alguna de la
presencia de instrumentos en las sociedades
prehistóricas y protohistóricas.

Los instrumentos musicales que se encuentran en la


Prehistoria se pueden dividir en varios grupos: los
aerófonos, los idiófonos, los membranófonos y los
cordófonos.

Paleolítico]
Muchos arqueólogos identifican el cuerno que sostiene
en su mano derecha la Venus de Laussel como un
instrumento idiófono.

En el Paleolítico superior y más raramente en el


Paleolítico Medio es donde encontramos evidencias o
indicios de la existencia tanto de primitivos
instrumentos musicales como de representaciones
artísticas de los mismos. Desde finales del siglo XIX se
viene publicando la presencia de pitos o flautas
encontradas en diversos yacimientos, pero solamente
han empezado a ser tomadas en serio y estudiadas en
profundidad desde los años 60 del siglo XX. En la
actualidad, este sigue siendo un campo bastante
polémico. Por un lado, hay discusiones abiertas sobre
si ciertos instrumentos estaban hechos para producir
sonido, y por otro lado si en realidad tienen un origen
antrópico o son por el contrario el resultado de
depredadores y la erosión.

Entre los instrumentos aerófonos, uno de los que se


tiene evidencias que había en este periodo es la
bramadera, que consiste en una placa de madera u
otro material, con un pequeño orificio en un extremo
para atar una cuerda, y que se hace sonar girándolo a
gran velocidad. Es un instrumento que hoy en día se
sigue utilizando entre los aborígenes australianos,
entre los indios de Norteamérica, o entre los maoríes
de Nueva Zelanda. Se han encontrado bastantes trozos
de huesos con incisiones en contextos del
Auriñaciense y Gravetiense, pero prácticamente todos
han sido calificados como restos no antrópicos.5 Sin
embargo, hay otros que no ofrecen duda de su origen
antrópico, encontrados la mayoría de ellos en un
contexto Magdaleniense o Solutrense, ya que
aparecen con decoraciones incisas o policromados. Es
posible que no se utilizaran como bramaderas, podían
ser desde pesas para redes hasta cualquier otro
elemento de adorno, pero se ha experimentado con
algunos de los mejores conservados, los de la cueva
de La Roche, en la Dordoña, Francia, y se ha
demostrado que usándolos como instrumentos pueden
alcanzar frecuencias de hasta 170 Hz.6

Se han encontrado flautas de falange, realizadas con


este hueso de animales grandes, como el reno en
muchos casos. Algunas de ellas no tienen agujeros,
son simplemente la caña del hueso hueca, pero en
otros casos sí que tienen agujeros colocados de tal
manera que no han podido ser realizados por
mordeduras de depredadores. La flauta más antigua
aceptada como tal por toda la comunidad científica,
son un par de flautas realizadas con cúbito de cisne,
encontradas en Geissenklösterle, en Alemania. Están
datadas en el 36.000 B.P. (Before Present, tomando
como presente 1950), encontradas en un contexto
Auriñaciense. Una de las flautas tiene 3 agujeros, y al
menos dos de ellos tienen marcas de haber sido
realizados con una herramienta. La longitud original
fue de unos 17 centímetros, aunque solo se conservan
12.7 También en Isturitz, en Francia, en un contexto
Magdaleniense, se encontraron toda una serie de
huesos, muy fragmentados, con agujeros, y que tras
muchas investigaciones se ha concluido que fueron
trabajadas y que servían para emitir sonidos.8

Flauta auriñaciense elaborada sobre hueso de animal,


yacimiento de Geissenklösterle (Suavia, Alemania).
En el año 1995 se encontró, en la cueva de Divje Babe,
en Eslovenia, una flauta9 con una antigüedad de entre
45.000 y 80.000 años, la más antigua encontrada hasta
ahora, asociada a los neanderthales, a instrumentos
líticos Musterienses,10 mientras que el resto de flautas
encontradas hasta entonces estaban asociadas al
homo sapiens. En su tamaño original mediría unos 37
centímetros y está realizada en un fémur de un oso de
las cavernas joven. El Dr. Ivan Turk, el responsable del
hallazgo, defiende esta flauta ante un sector de la
comunidad científica que está en desacuerdo con esta
visión. Según este sector, los agujeros de la flauta
están en realidad realizados por las incisiones de
depredadores, ya que los Neanderthales no tendrían la
capacidad simbólica, artística o tecnológica en hueso
para realizar instrumentos musicales. El Dr. Turk
argumenta que es imposible que los agujeros fueran
hechos por un animal, ya que la distancia entre ellos
es bastante proporcional. Esta proporcionalidad,
además, tendría implicaciones musicales
importantes,11 ya que establecería relaciones
diatónicas entre los sonidos, creando distancias de
tonos y semitonos.12 Al no tener una proporcionalidad
exacta, no sonaría como una escala diatónica emitida
por un instrumento moderno, pero si tuviera la longitud
suficiente, el sonido sería similar a una flauta dulce
actual.

Según Ian Morley, en un artículo publicado en


noviembre de 2006 en el Oxford Journal of
Archaeology,13 esta flauta no sería tal. Según él,
ninguno de los dos grupos en los que se ha dividido el
debate que ha existido sobre el tema, por un lado el
grupo que piensa que es una flauta del musteriense, y
el que piensa que está producido por la actividad de
los carnívoros. Ian Morley afirma que es poco probable
que el instrumento pudiera haber sido creado con las
herramientas líticas disponibles, y que los agujeros no
parecen ser contemporáneos. Al mismo tiempo, no
encuentra ningún animal que pueda haber realizado
semejantes agujeros, así que su conclusión es que fue
la consecuencia de distintos estadios de actividad
carnívora. Sea como fuera, el debate sobre esta
cuestión sigue abierto.

Aunque es mucho más complicado demostrar la


evidencia de instrumentos de percusión, ya que las
pieles o madera son materiales perecederos que no
resisten demasiado bien el paso del tiempo, han
llegado hasta nosotros evidencias de este tipo de
instrumentos. En el yacimiento de Mezin, en Ucrania,
se encontró una serie de seis huesos de mamut,
datados en hace 20.000 años, que habían sido
golpeados, y hallados en un contexto en donde había
diversas piezas de marfil decoradas con ocre, mazos y
otros elementos similares. Mientras que algunos
arqueólogos no dudan sobre la utilización de estos
elementos como instrumentos de percusión,14 otros,
más recientemente, no dudan de la facturación
antrópica de los mismos, pero alegan que pudieron ser
usados para otras actividades, no necesariamente
música.15
Escena de caza, en el Barranco de la Valltorta. Se
aprecian los arcos y las cuerdas.

Neolítico
Tenemos muchos ejemplos en la pintura rupestre del
periodo Neolítico de la existencia de arcos. Aunque la
mayoría se encuentran en contextos de caza, la
realidad es que si conocían la manera de construir un
arco también sabían que una cuerda tensada a
distintas longitudes produce sonidos distintos.

Edad de los Metales


Los descubrimientos arqueológicos desde 1960 han
hecho dar un vuelco a las teorías tradicionales
relativas al origen de la tecnología del bronce. Se
había pensado que el uso del bronce había tenido su
origen en el Próximo Oriente, pero descubrimientos
cercanos a Bang Chieng (Tailandia) muestran que la
tecnología de dicho metal era conocida allí hacia el
4500 a.C., unos centenares de años antes del empleo
del bronce en el Próximo Oriente. Se han encontrado
objetos de bronce en Asia Menor que se fechan antes
del 3000 a.C. Al principio esta aleación fue usada de
forma limitada, principalmente para objetos
decorativos. El estaño necesario para su fabricación
no era abundante en la región, pero la importación
regular de este material desde Cornualles en Inglaterra
durante el II milenio a.C., hizo posible un uso más
amplio del bronce en el Oriente Próximo y finalmente
fue utilizado para utillaje y armamento.

El cobre natural se empleaba ya en útiles diversos y


ornamentos en fecha tan temprana como el 10000 a.C.
Posteriores descubrimientos en Rudna Glavna, en la
actual Serbia, han mostrado que el cobre se usaba allí
desde el 4000 a.C., aunque el bronce no era conocido
todavía en esa época. Hacia el 3000 a.C. se comenzó a
utilizar el bronce en Grecia. En China, la edad del
bronce no comenzó hasta el 1800 a.C. Las culturas
precolombinas de América no conocieron la tecnología
del bronce hasta el 1000 d.C. aproximadamente. Las
principales culturas de la península Ibérica del cobre y
del bronce, respectivamente, fueron la de Los Millares
y la de El Argar.

La edad del bronce en el Oriente Próximo y en el


Mediterráneo oriental ha sido dividida en tres etapas:
inicial, media y última. La inicial está caracterizada
por el incremento del uso del metal, que pasa de ser
esporádico a común. Fue el periodo de la civilización
sumeria y el encumbramiento de Acad hasta su
predominio en Mesopotamia; también generó los
espectaculares tesoros de Troya. Babilonia alcanzó su
cumbre durante el bronce medio. La Creta minoica y la
Grecia micénica fueron las grandes civilizaciones del
bronce último. La edad del bronce acabó en esa zona
hacia el 1200 a.C., fecha tras la cual se generalizó la
tecnología del hierro.

Referencias
1. ↑ Jean Jacques Rousseau. Ensayo sobre el origen
de las lenguas. Ed. Akal. ISBN 84-7339-478-X.
2. ↑ Karl Bücher. Trabajo y ritmo. Biblioteca
Científico-Filosófica, Madrid.
3. ↑ Charles Darwin. El origen del hombre. Edimat
Libros, S. A. ISBN 84-8403-034-2.
4. ↑ Marvin Harris Nuestra Especie; Juan Luis
Arsuaga. El collar del Neanderthal, El enigma de
la esfinge.
5. ↑ D'Errico y Villa. "Holes and grooves: the
contribution of microscopy and taphonomy to the
problem of art origins". 1997, Journal of Human
Evolution.
6. ↑ M. Dauvois. «Son et Musique Paléolithiques»,
Les Dossiers D'Archéologie. 1989.
7. ↑ Münzel, S. C., Seeberger, F. y W. Hein. "The
Geissenklösterle-Flute. Discovery, Experiments,
Reconstruction". 2002.
8. ↑ Lawson y D'Errico. "Microscopic, experimental
and theoretical reassesment of Upper Palaeolithic
bird-bone pipes from Isturitz, France: ergonomics
of design, systems of notation and the origins of
musical traditions." 2002.
9. ↑ "Neanderthal flute". Artículo del Dr. Ivan Turk
presentando el descubrimiento en la página de
relaciones públicas del gobierno esloveno.
10. ↑ Ivan Turk y Janez Dirjec. "The oldest musical
instrument in Europe discovered in Slovenia?".
11. ↑ Bob Fink. Neanderthal Flute: Oldest known
musical instrument. ISBN 0-912424-12-5
12. ↑ Fragmento de "Neanderthal Flute: Oldest known
musical instrument", de Bob Fink.
13. ↑ Ian Morley. "Mousterian musicianship? The case
of the Divje Babe bone". Oxford Journal of
Archaeology. Artículo en formato pdf.
14. ↑ Sergei N. Bibikov. "Ancient Musical Ensemble of
Mammoth Bones". 1978

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