Bajo la PROVIDENCIA de Dios, DANIEL y sus compaeros
fueron tomados cautivos PARA llevar el conocimiento del VERDADERO Dios a Babilonia. As ellos, lejos de su hogar, fueron FIELES y grandes MISIONEROS en tierras paganas. Is.39:5-7; Dan.1:8; 5:12; 6:4
II. TESTIGOS EN BABILONIA Y PERSIA
(Lunes y Martes)
De esta manera y como CONSECUENCIA de la
TESTIFICACIN de la grandeza, el poder, y el dominio de Dios por sobre todo el mundo, Daniel y sus compaeros ALCANZARON los siguientes resultados: En Daniel 2:47, Nabucodonosor reconoci a Dios como Dios de dioses y Seor de los reyes. En Daniel 3:28, Nabucodonosor bendijo y engrandeci a Dios ante todos sus sbditos. En Daniel 4:37, Nabucodonosor alab, engrandeci y glorific a Dios. En Daniel 5:29-30, Belsasar qued impresionado de Dios, pero demasiado tarde, porque tristemente su suerte ya haba sido sellada.
En Daniel 6:25-27, el rey Persa Daro, despus
de que Daniel fuera librado del foso de los leones,
increblemente EMITI un decreto para que todo su imperio adore y honre al Dios vivo de Daniel.
III. DANIEL Y EL ETERNO REINO DE DIOS (Mircoles)
Segn Daniel 7 al 12, Dios us a Daniel para REVELAR el futuro del mundo y dejar bien claro que, a pesar de los PLANES y las MAQUINACIONES de los gobernantes, L tiene el CONTROL de las naciones y que AL FINAL, cuando Jess regrese por segunda vez, su Reino eterno ser establecido para SIEMPRE. Dan.2:44; 7:13-14; Mat.24:14-16 Sin embargo, hay un FACTOR muy IMPORTANTE para el regreso de Jess: El evangelio debe ser predicado en todo el mundo. Mat.24:14
IV. MS EXILIADOS COMO MISIONEROS (Jueves)
Pero as como Daniel, hubieron OTROS grandes MISIONEROS que en circunstancias casi similares, tambin testificaron en lugares ELEVADOS para SALVAR vidas:
JOS y MOISS en Egipto.
NEHEMAS en Babilonia, Y ESTER en Persia, que ayud a establecer la
libertad religiosa y el derecho a la defensa propia
de una minora religiosa.
CONCLUSIN
LA LECCIN EN 18 PALABRAS
NO importa dnde vivamos o los desafos que
afrontemos, TODOS tenemos la OPORTUNIDAD de ser REPRESENTANTES de DIOS.