Sei sulla pagina 1di 109
Figura 65: Artemis (escultura de bronce, Clisico, Grecia, ot, 330-320 2.C.) Capitulo V Diosas y dioses del panteén griego! El nimero de las diosas Los dioses son metaforas evidentes de la trascendencia, Y, segiin mi comprensién del mundo mitolégico, las divi- hhidades ¢ incluso las personas han de entenderse en este ntido como metéforas. Se trata de una comprensién po- Gtica, al modo de las palabras de Goethe al final del Faust «Alles Vergiingliche ist nur ein Gleichnis»* [Todo lo tran- sitorio no es més que un simbolo]. El simbolo es aquello que trasciende toda palabra, todo vocabulario y toda imagen. Pienso en el estilo, mas prosaico, de considerar estas referencias como teoldgicas en lugar de cémo mito- logicas. En la teologia, el dios se toma como término final, una especie de hecho sobrenatural. Cuando la deidad no es transparente, cuando no se abre ast a lo trascendente, tam- poco se abre al misterio que es el propio misterio de nues- tras vidas. En los sistemas mitolégicos poéticos, el poder al que uno se dirige es una imagen magnificada del que opera en uno mismo, La deidad de uno es una funcién de la propia habilidad para experimentar y concebir lo divino, Se trata del reflejo de nuestra propia posicién en Ia jerar- 169 quia espiritual. En la India, hacia el afio 900 ac, la) WM ugui, esta fuera de aqui, y uno no se identifica con él, dogya Upanisad lo expresa asi: « Tat ram asis (Ta velaciona con él. Por eso establezco una distincién entre eso). El misterio de tu ser es ese misterio que no we sistema y el otro, que propone una identidad con esos coneebir, que subyace mas al del aleance del lenguaj Yosderes 0 con las operaciones de esos poderes misterio- ue se refieren de manera metaférica las imagenes on dentro de la vida de uno mismo, a través de sus propios Panteén. Hay otro dicho en la Brbadaranyaka Upan Srganos, que se manifiesta en su visién sofiada. Cuando «La gente afirma: “;Adorad a este dios!”, “;Adorad a Jos grandes yoguis de la India que veneran a Siva como su otro dios!”, y asi un dios tras otro. jEl universo entel ilios reparan en ello, se visten como Siva y dicen: «Sivo Su creaci6n! Y él mismo es todos los dioses...».) Los ‘ham» (Yo soy Siva). Ahora bien, en vida uno puede vivir buscan el motivo de su adoraci6n en el exterior no han somo si fuese esta manifestacién de Siva, y si vive asi el tendido nada. Vuelve la vista a tu interior, y allé encont tiempo suficiente, de acuerdo con esta fe y esta creencia, al ras las trazas del misterio del ser. final llegar a darse cuenta de que lo es -en el budismo, a Se trata de una idea que ya hemos visto en el Libro 910 se le llama shinto, — y Jos Muertos egipcio, en el que la persona muerta es llam, entonces uno sabe que nadie puede apartarle de esa vida Osiris N («Osiris Jones»). Esta emprende su camino, interna de consciencia y energia que sostiene las estrellas, Viaje al Mas Alls, hacia el inframundo, hasta llegar alt y las galaxias, y los pajaros en el bosque y en los Arboles, de Osiris, el dios que muri 6 y resucit6 y que est sem porque también lo sostiene a él, pues participa asimismo como juez de los muertos, precisamente el modelo dle este misterio eterno. Cristo. El individuo que emprende su camino hacia Por tanto, desde una perspectiva teolégica, segiin la ris es el propio Osiris: Ti eres eso. Por el camino, Os ual la deidad que nos ha creado es un hecho externo, la Jones se percara de que todas las divinidades a las que blasfemia suprema es afirmar: «Yo soy divino». Cristo fue venerado son simplemente funciones de su propio mis crucificado por decirlo, de modo que es una mentira. Las rio. Atraviesa un dea gris en el inframundo y dice: « religiones del Libro (judaismo, cristianismo e islam) son pelo es el pelo de Nu, mi cara es la cara de Ra, mis oj religiones de relacién mas que de identidad, y estan insti- son los ojos de Hathor»; cada parte de su cuerpo es pi tucionalizadas. ;Cémo se relaciona uno con Dios? Uno se de algiin dios.« Y continda: «Soy ayer, hoy y mafiana, relaciona con El sélo si es miembro de una comunidad tengo el poder de nacer por segunda vez. Soy ese misteri conereta, y existen dos tipos de comunidades. Una es la del que nacen los dioses».’ El hecho de que tii mismo s comunidad biolégica: se trata de religiones étnicas en las lo que ves reflejado fuera, en tu panteén, y llegues asf que uno nace en el seno de la comunidad de ese dios. A la comprender que ello se encuentra en tu interior: ésa es la otra me gusta llamarla religin universal: uno es bautizado inalidad de la iniciacién en la mitologia. Sin embargo, en la mitologia prosaica, que yo denos mino teologia, el dios es considerado un término final: no para poder entrar en la comunidad, y ésa es la nica co- munidad que lo pone en relacién con Dios. Existen tres grandes religiones en el mundo: el budismo 170 171 (Que en realidad os uns religién mitologica més que cional), el cistianismo y el islam, Ahora bien esti relacionado con el hinduismo del mismo mode cristianismo y el islam estan relacionados con el oda Elhinduismo y el judafsmo son religiones étnicass uno s6lo nace hindi, sino que nace hindii en esta o aaa ¢asta, del mismo modo que uno nace judo. Este pull Poner una dificultad para aquellos judios modernos se han desengafiado de los aspectos teoldgicos de Bi6n, Puesto que pueden perder su religién y aun ast siendo judios, la complicacién es doble : El judaismo, el crstanismo y el islam se difereneh bastante de las religiones de la India, en el sentido de son mis prosaicos que posticos, mientras que el hind mo y el budismo resultan fundamentalmente metaféri . Al estudiar las mitologias de la Diosa en la Europa tigua y clisica, mancjamos un corpus de materiales soe Femontan a los origenes de la agricultura y la domecch cidn de los animales, Los Primeros pucblos cazadores recolectores némadas tenian un problema psicolégice g falmente diferente al de las comunidades posteriones asentadas, en las que se empiezan a ver soviedadee dn renciadas, En las primeras formas de nomadismo, cual quier adulto de cualquier comunidad poseia un conn absoluto de la herencia cultural. Aun asi, en esas sociedl des también habia distinciones, La primera diferencia si nificatva se daba entre los papeles del hombre y la mayt la segunda, entre los grupos de edad -nifos, jovenes onal madura y ancianos-;y la tercera, entre la comunidad ng general yel chamén, aquel hombre o mujer que habis frido una profunda erisis psicoldgica al experimentar a ‘Bias dindmicas simboliza mitos de la sociedad. on 12 Sin embargo, cuando en torno al afio 3500 a.C. surgen primeras ciudades en Oriente Préximo, se desarrolla wna sociedad verdaderamente diferenciada y especializada. tuentan con familias gobernantes profesionales, sacerdo- {es profesionales, comerciantes profesionales, agricultores profesionales y, mas tarde, artesanos profesionales: alfare- 105, carpinteros, etcétera. En esa época se desarrollé una mnitologia sociolégica muy potente, que daba a entender que a pesar de las diferencias todos somos uno. Esta vi- jin queda bien patente en el sistema de castas hindi: todos juntos somos un cuerpo, y cada individuo es una cé- lula de uno de los grandes drganos de ese cuerpo. Los brahmanes, 0 sacerdotes, son la cabeza del cuerpo social; los ksatriya, 0 casta gobernante, son los brazos y las ma- nos; los vaisya, © comerciantes, los que ejecutan la ley otorgada por los brahmanes, son el cuerpo, el torso. Estas tres divisiones constituyen lo que conocemos como cas- tas de los nacidos dos veces, cuyos miembros son forma- dos y reciben preparacién intelectual. Queda la cuarta casta, que guarda bastante distancia con las demas: los sudra, que son las piernas y los pies y soportan el cuerpo social. En Oriente Préximo, en torno al afio 3500 a.C. (el co- nocido como Periodo de Uruk) los sacerdotes empezaron ahacer observaciones sistemsticas de los cielos y se desa- rrollaron la escritura y el céleulo del tiempo y del espacio cen base tanto decimal como sexagesimal, cuya unidad es el ntimero 60 y que todavia hoy seguimos utilizando para los horarios regulares, ya se trate de segmentos de tiempo © espaciales. Gracias a los sistemas de escritura y anotacién se hizo posible seguir con precisién los movimientos de los pla- netas a través de las constelaciones fijas. Los planetas visi- 173 bles son la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Jupit Saturno, y los sacerdotes no tardaron en darse cuenta que se movian a un ritmo mateméticamente determing a través de las estrellas fijas. La mitologia del ciclo tiempo mateméticamente determinado, de un orden mico, tiene ahi su origen. Las primeras mitologias pri tivas estaban interesadas en lo excepcional, en un arbol particular, en una piedra interesante, en las formas ext jas, en un animal que se comportara de una manera pe liar. En esta nueva mitologia césmica, el interés se cent en los érdenes mayores, de modo que la matemitica tica surge en esa época. Dado que el orden cdsmico es: matriz. envolvente en el seno de la cual existe todo cua tiene vida, se identifica con el poder femenino, la Diosay Madre Universal. E] universo posee unas matematicas innatas, y el ‘mero 9 se convirtié en el gran nimero de la Diosa, Nui el ntimero de las Musas, tres veces tres, la triada de Gracias. Las tres Gracias son (como veremos més lante) los tres aspectos de Afrodita, y el ritmo de su ei gia que se adentra en el mundo, que regresa; después, misma envuelve ambos movimientos. Otro numero interesante es el 432: si sumamos las fras que lo componen obtenemos 9. En la India los ranas nos dicen que 43.200 es el niimero de aftos del Yuga, el actual, iltimo y mas breve de los ciclos que forman el ciclo superior, 0 mabayuga, de 4.320.000 Un dia estaba leyendo la Edda Postica de Islandia =u de las grandes sagas nérdicas- y vi que alli se explica qi en el Valhalla, o «salon de los guerreros caidos», hay 5. puertas y que al final del ciclo del tiempo, cuando mundo est4 a punto de acabar para volver a empezar nuevo, 800 guerreros atraviesan cada una de esas puet 174 para presentar batalla a los antidioses en la mutua des- truccidn del universo. Curioso: 800 x 540 = 432.000. Enel siglo 11a.C., un sacerdote babilénico llamado Be- roso describi6, en griego, la mitologia caldea de Babilo- ia, y sefialé que entre el perfodo que va desde el surgimiento de la primera ciudad (que en esa tradicién es Ja ciudad de Kish) hasta la Ilegada del diluvio mitolégico que sirve de modelo de Noé transcurrieron 432.090 afios. Aqui tenemos de nuevo el ntimero tres, en el siglo 11 a.C. en Mesopotamia. Durante ese perfodo de 432.000 afios s6lo reinaron diez reyes. ¢En qué otro lugar podemos encontrar unas vidas tan Jongevas? Si nos centramos en la Biblia, gcudntos patriar- cas contamos desde Adan hasta Nog, incluyendo a Adan? Diez. ¢Cuantos afios pasaron entre Adan y el diluvio de No? 1656 afios a repartir entre esos grandes patriarcas tan longevos. Pasé como tres dias obsesionado en hallar el fac- tor entre 1656 y 43.200, pero como no soy ningiin mate- matico no lo consegui. Asi que pensé: «Alguien debe de haberlo resuelto». En efecto, un asiriélogo judio llamado Julius Oppert, lo resolvié en 1872. Busqué su articulo «Las fechas del Gé- nesis» y alli estaba la solucién. Los afios totales de reinado de los reyes antediluvianos de Beroso y de los patriarcas antediluvianos del Génesis contienen en ambos casos 72 como factor, donde 72 es el niimero de afios requeridos en la precesién de los equinoccios para que se produzea un desplazamiento angular de un grado a lo largo del zodi- aco: 432.000 dividido entre 72 es igual a 6000, mientras que 1656 dividido entre 72 es igual a 23, de modo que la relacién es de 6000 a 23 En el calendario judio se calcula que un aio tiene 365 dias; en 23 afios (si sumamos los cinco dias bisiestos de ese 175 perfodo) tenemos 8400 dias o 1200 semanas de siete di Si multiplicamos 1200 por 72 para encontrar el niimer semanas de siete dias que hay en 1656 afios (23 x 72), da 1200 x 72 = 86.400, que es dos veces 43.206. Todo esto resulta muy sorprendente. Ahi lo tene oculto en la Biblia y expuesto en Beroso. Asi que nos topamos con el mismo nimero en Isl dia, en la India, en Babilonia y en la Biblia. {De dénde todo esto? Entonces empecé a plantearme otra cuesti6n: debit la precesién de los equinoccios, vamos a entrar en la de Acuario, Ahora estamos en la era de Piscis, y anteri mente estuvimos en la de Aries, la de Tauro, etcét ¢Cusntos afios tarda en completarse un ciclo del zodi equinoccial? 25.920 afios. Si dividimos este mimero cl sexagesimal 60 obtenemos 432. Una vez un amigo me envié un libro titulado Aer para ayudarme a entender cuanto ejercicio tenia que Para mantenerme sano. Mientras lo le‘a, me detuve en nota a pie de pagina que decfa que un hombre en perfe forma fisica tiene en estado de reposo un ritmo cardiaco aproximadamente un latido por segundo, o sea 60 lati Por minuto. Que son 43.200 cada 12 horas. De modo el mimero del ritmo del universo es también el nimero ritmo de nuestro propio corazén; el microcosmos y el crocosmos de un tinico orden césmico. Asi pues, cu: estamos sanos nuestro ritmo se encuentra en sintonia el del universo. Y cuando uno pierde la salud, pierde ritmo. Toda esta mitologia se basa en el ritmo; el aio rit ¢8 el afio ritmico, de modo que uno mantiene el ritmo universo y entonces se detiene. La enfermedad supy perder el ritmo, y el ritmo del mito es lo que ayuda a cuperarlo, por eso tenemos esas mitologfas curativa 176 ito y los rituales que los indios navajo solfan utilizar para los cazadores se emplean hoy en dia para curar a la gente poniéndola de nuevo en sintonia; es decir, para ayudarla a volverse transparente a lo trascendente. El gran ntimero ritmico es el 9. Sumemos las cifras de 4p2r 4 +3+2=9,y éste es el mimero de la Diosa. En la India, la Diosa tiene 108 nombres y en los grandes tem- plos de las diosas el sacerdote echa en el yoni, que es el altar, un polvo rojo que las mujeres acostumbran a ponerse cena frente, mientras cuenta y recita los 108 nombres de la Diosa, Si multiplicamos 108 por 4 nos sale 432. En el pen- samiento budista existen 108 deseos terrenales que nos ligan a este triste mundo de ilusién, de maya. 108 es el nti- mero de la Diosa en este momento, en aquel momento, en la estacién del equinoccio, en la estacién del solsticio y al amanecer, por la mafiana, a mediodia, a medianoche, etcé- tera. Ella es la que abarca y otorga coherencia a la vida. Por supuesto, si sumamos 1 +0 + 8 obtenemos 9. En os pafses europeos, la campana que anuncia el Angelus suena tres veces al dia, y se oye su tafido una, dos, tres; una, dos, tres; una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve veces. La oracién del Angelus esta dedicada a la Anuneiacién, cuando el angel del Sefior le dice a Maria que ha concebido un hijo por obra del Espiritu Santo, lo que indica que la energfa divina se ha vertido en el mundo Esta es la mitologia de la que las diosas griegas consti- tuyen manifestaciones locales. Ya hemos visto las profundas rafces arqueolégicas de la Diosa en la Vieja Europa, donde desde el principio de los tiempos es la figura dominante en las comunidades agri- colas, en cuanto que centro de energia cdsmica y protec- tora envolvente, Los pueblos guerreros indocuropeos fueron Ilegando en oleadas invasoras en el 1V, 11 y 11 mile- 7 nio a.C., lo que provocé la colisién de dos mitok ‘opuestas, una con un sistema matrilineal, en el que el dividuo se relaciona principalmente con la madre, y con un sistema patrilineal, en el que uno afirma su i dad a través del padre. En la tradici6n griega, esta colisién aleanza su climé la historia de la Orestea, coneretamente en Las euméni cuando Apolo y Atenea, que representan la linea lina, absuelven a Orestes de la culpa de su matricidio, En la Odisea, asistiremos al regreso del poder f nino, con poder y gloria incrementados. Al observ pantesn griego clésico y su evolucién, veremos emo divinidades cambian, se metamorfosean y asumen nuk aspectos al compas de la transformacién de la propia ciedad. Un panteén mitolégico es flexible, y a medida las necesidades y los logros de la sociedad van cambi también lo hacen las relaciones y los dioses. En reali las divinidades estan condicionadas por el tiempo y- espacio: adquieren su forma a partir de ideas recibids partir del imaginario tradicional heredado, pero son. deladas por el contexto local de tiempo y espacio. Una de las grandes desventajas de una tradici6n lit ria o escrita como la biblica es que una divinidad, o el junto de divinidades, queda cristalizada, petrificada en, espacio y tiempo determinados. La deidad no sigue ciendo ni extendiéndose, ni tiene en cuenta las nue fuerzas culturales y los nuevos logros en las cienciasy y resultado es este conflicto ficticio entre ciencia y religis que encontramos en nuestra cultura. Una de las funcios de la mitologia estriba en presentar una imagen del ei mos como vehiculo de esta realizacién mistica, y asi, al servarla como si se tratara de un icono, de una pint completa, los muros del espacio y el tiempo se abren 178 |a profunda dimensién del misterio, que se halla en nues- tro interior y al mismo tiempo fuera de nosotros. Esta dimensién puede ser detectada mediante la ciencia de hoy en dia mucho mejor que mediante la ciencia del tt milenio a.C. No existe conflicto alguno entre la ciencia y cl estado de animo religioso o la experiencia mitolégica; por el contrario, si existe conflicto entre la ciencia del siglo xx d.C. y la del siglo xx a.C. Esto es lo que percibimos en nuestra religion, porque todo quedé petrificado en el siglo rv, en la época de Teodosio, cuando se desmorons la autoridad de Bizancio, con san Agustin encargado de es- tablecer las ereencias ortodoxas. De ahi deriva la petrifi- cacién en nuestra tradici6n y la consiguiente ruptura entre la visién cientifica y la religiosa. No ocurre lo mismo en el mundo griego. Una de las ventajas de Grecia es que alli nunca hubo nada parecido a la escritura sagrada. En su lugar, los griegos tenfan el jovial mundo de Homero y los Himnos Homéricos, los relatos de Hesiodo, eteétera. Existen versiones de la historia en las que Eros es el mas joven de los dioses, y otras (como la del Banquete de Platén) en las que es el primero y mas an- tiguo. Los griegos tenian rituales, pero no habfa ninguna autoridad religiosa con el poder de decir: «Esto es asi». En cierto modo, lo anterior también es vilido para la India, donde nunca ha existido un inico culto ortodoxo, una autoridad que se hallara en posicién de afirmar que «todo debe ereerse de esta tinica manera». De ahi la proli- feracién de cultos, a través de la cual el individuo puede encontrar su propio camino hacia la divinidad. Tanto en cl mundo griego como en los primeros siglos del cristia- nismo, la variedad de simbolos con que se presentaba el misterio dio lugar a una enorme explosién de maneras de interpretarlo, 179 Veamos c6mo la Gran Diosa aparece en los mitos gi gos bajo muy diversos aspectos. Artemis ‘Tomemos por ejemplo a una gloriosa deidad como temis. Resulta sorprendente el sinfin de formas con 4) Artemis se manifiesta en los diferentes cultos del mur griego. Martin P. Nilsson, la gran autoridad en la reli ica griega, afirma que era la diosa principal. En la dicién clasica mas familiar, a Artemis se la conocia co} la diosa virgen, pero esto sdlo es una definicién de su ricter y del papel que desempefia.’ Al igual que todas I diosas, se trata de una diosa total. Y con ella quiero qi ahondemos en una serie de cuestiones. Figura 66: Leto, Artemis y Apolo (crévera de figuras rojas, » Grecia, ca, 450 a.C.)- 180 Asi la presentan los Himnos Homéricos: Canto a la tumultuosa Artemis, lade las dureas saetas, Ja virgen venerable, cazadora de venados, discminadora de dardos, la hermana carn; el del arma de oro, a que por los montes umbrios y los picachos batidos por los vi del -nsa su arco todo indose con la caz: de oro, azando dardos que arra can gemidas. Ri de y retumba terriblemente blan las cumbres s elevados tes osque umbrio por el rugido as. Se estremece también la tierra y el mar prdigo en peces. . que tiene un ardido corazén, Pero el se dirige de un lado a otro, arruinando la raza de las fieras. Y cuando se ha 3s fieras, inadora de dardos, ido la diosa que ojea la disei se dirige a la espaciosa morada de su hermano, Febo Apolo, clespléndido pueblo de Delfos, disponiendo alli 181 y las Gracias. su elistico arco y las saetas, dirige los coros, con encantador aderezo sobre su cuerpo. sd Yel celebran a Leto, de het cémo par con mucho los mejores de los inmortales por su vol y sus hazaiias. ‘Salve, {que yo me acordaré de vosotros y de otro ca Artemis fue origin: las Musas jios de Zeus y Leto, de hermosa cab canto nperecedera, jatad mente una diosa asociada con eh 080. Es probable que éste haya sido el primer animal ve= nerado en el mundo, pues esta diosa es muy antigua. En Braurdn, un santuario muy importante al este de Atenas se celebraba u festival en el que nifias pequefias bailaban en honor de Artemis y eran llamadas las «pequefias osas», El nombre de Artemis esté relacionado en Europa con Ar turo, una de las estrellas més brillantes del firmamento, y con el oso, Artemis y Apolo son divinidades con dos origenes to- talmente distintos, y sin embargo en la tradicién clisica griega se les considera hermano y hermana, nacidos de 182 Leto en Ia isla de Delos. Leto era ja de los titanes Ceo y iebe, y de acuerdo con Hesiodo fue esposa de Zeus antes que Hera. Cuando Leto estaba embarazada de Artemis y Apolo, Hera se dedics a perseguirla sin tregua hasta que finalmente lleg6 a la isla de Delos. Artemis fue la primera nacer y ayudé a su madre en el parto de Apolo, de ahi uno de los titulos de Artemis sea Ilitia (se cree que éste era uno de los nombres de la diosa en Ia cultura minoi «Artemis Ilitfa, venerable Protirea, con tu intervencién, las molestias de los nacimientos quedan resueltas».? Se trata de una asociaci6n tardia de ideas antiguas, en la que los gemelos representan dos poderes: Apolo el poder del protector y ordenador, y Artemis el poder de la natu- raleza. En naturaleza que c la se hallan personificados los poderes de la jorman todo el mundo natural. Arte- is esta asociada con el arco y, por tanto, también con la caza, y bajo este rol la muerte que da es dulee y répida. » Grecia, . V aC.) Los musulmanes tienen un maravilloso dicho a propési del angel de la muerte: mientras se acerca parece terri pero cuando ya ha Ilegado resulta dulce. La propia An mis era originariamente un ciervo, y ella es la diosa qj mata ciervos; ambos son aspectos duales del mismo set. vida no se entiende sin muerte, de modo que la diosa da muerte a si misma en el sacrificio de su propio anime Cada vida es su propia muerte, y aquel que te da muerte en cierto sentido el mensajero del destino que te pertent cfa desde un principio. Asi ocurre con el animal y la divi nidad. Tanto si el animal da muerte a Ia deidad (pe ejemplo, el jabali que maté a Adonis) como si la deida mata al animal (por ejemplo, Artemis caza ciervos), s trata de aspectos complementarios del misterio de la vid Acteén fue a cazar ciervos acompafiado por sus perre y remont6 un arroyo hasta su fuente. En el estanque de la Figura 68: Artemis y Acteén (critera de figuras rojas, Clisico, Grecia, 470 a.C.). ente se hallaba la diosa Artemis, bafiéndose desnuda con Ws ninfas. Actedn, pobre diablo, vio su glorioso cuerpo desnudo y la miré con ojos no de veneracién sino de lu- Jura. Una actitud impropia con una diosa. Al ver tal mi- fada en sus ojos, Artemis simplemente le arrojé un poco de agua y lo convirtié en ciervo para que fuese devorado por sus propios perros. Los perros, al igual que los mari- ineros de los barcos de Odiseo, representaban los apetitos nis bajos, mientras que el ciervo representa la naturaleza inferior, meramente animal. Eso fue lo que de hecho con- ‘sumié a Acteén cuando estuvo en presencia de la diosa. Esa es la dificultad que entrafia encontrarse con una \leidad: si uno no esté preparado, cometerd un error y vo- lard en pedazos. La divinidad representa un cierto foco y concentracién de poder. En los mitos, el cardcter indivi- dual humano representa un foco menos poderoso de poder espiritual que la deidad, ast que el mortal deberd prepararse para afrontar este desequilibrio de campos de poder por medio de la meditaci6n, a fin de que su mente aleance el estado adecuado para admirar a la deidad-como- deidad, es decir, desnuda. Como ocurre en un circuito \éctrico con un fusible que no puede soportar la carga, si poder es demasiado fuerte para la capacidad del indivi- duo, éste explota. Existen maneras de prepararse, 0 mas bien de protegerse, antes de acercarse a una diosa o a un dios, para encontrar, recibir y atenuar el poder de la dei- dad. La variedad de imagenes y asociaciones de Artemis nos indica la variedad de poderes que retine esta diosa. La hemos visto como ciervo y también bafiéndose en el agua como si fuese una ninfa acuatica, lo que nos retrotrae a la ntigua diosa europea con forma de pez. del 6000 a.C. (fi- gura 19). 185 Figura 69: Areemis como seftora de las besias (vaso de figuras negras, Arcaico, Grecia, ct. $70 a.C.). En Sumer vimos a la Diosa en su papel de Sefiora de las Criaturas Salvajes (figura 40). Bajo este aspecto, es lay Madre del mundo; es deci, el mundo entero le pertenece, todos son sus hijos. También en los mitos griegos la Se« fiora de los Animales aparece como avatar de Artemis, Como sefialan Baring y Cashford, «Artemis se convirtid en la diosa de los animales sal daen ulo que s 186 |n Iliada: potnia therén. Hereda esta funcién de la diosa leolitica de los animales salvajes de la caza» Todos los animales del bosque se h cién de Artemis, y en la tradicién erto sentido mas sentiment. in bajo la protee~ iteraria posterior, en se la representa como ca~ zadora. Es su representacién més edsmica; los lobos y las grullas se asocian con la diosa-como-iniciadora, y la es- istica representa el ciclo del tiempo. Esa es la imagen im- ta en mi ntimero 432.000, el lo de las esferas que Todo esto se ha reunido en esa gran diosa, todo esto es Artemis. Las palomas en el tocado de esta figurilla (figura 70) ican que la diosa a quien sirve la sacerdotisa es la pot- nia therOn, la Sefiora de los Animales Salvajes. Los cuernos Figura 70: Sacerdotisa de la Diosa (terracota, Minoico, Creta, 1509-1309 a.C.) 187 de toro en el centro sugieren los ritos sacrificiales del que formaban parte del culto y veneracién de la di como hemos visto en la imaginerfa simbélica de Hiiyiik y Cnossos. Las palomas y los cuernos de toro bolizan el poder de la Diosa en ambos reinos, el de la y el de la muerte. El centro del culto de Artemis se hallaba en la ciud: Efeso, en la costa egea de Asia Menor. En esta estatua, cedente de su templo (figura 71), la corona de Arte Figura 71: Artemis Ffesia (méemol tllado, Helenistico, Turquia,s.14.C.) 188 Efesia est rodeada por un halo de figuras de animales con cuernos y con las patas levantadas. En su grueso collar estén representados los signos del zodfaco. En sus brazos hay Jo que parece ser un conjunto de leones, y su cuerpo tubular est cubierto por prétomos de animales, entre los que se incluyen leones, toros y carneros. En la base de la estatua quedan restos de las pezufias de los ciervos que la flanqueaban originalmente. Ensu libro The Eternal Present: The Beginnings of Art, Sigfried Giedion afirma a propésito de esta estatua: «De todos sus rasgos probablemente el més relevante sean las pezuias de ciervo que hay en su pedestal, que es todo lo que queda del par de ciervos a tamaiio real que la flan- queaban. Pues son precisamente esas huellas las que nos proporcionan la clave de los origenes de esta divinidad, que ha sufrido tantas transformaciones. [...] Los origenes de este culto al idolo se remontan a la prehistoria. (...] Ar- temis Efesia es el resultado de un largo proceso de antro- pomorfismo que comenz6 cuando la dominacién y veneracién por los animales se vio reemplazada por el poder de divinidades con forma humana». Artemis, junto con Selene y Hécate, constitufa una de las triadas griegas que representaban el aspecto de la Tri- ple Diosa en la Vieja Europa. Podemos verlo representado en esta figurilla (figura 72) de Artemis formando parte de una Hécate triple. En primer lugar esté el pilar: la Diosa Madre es el eje del universo. A su alrededor estan las tres representaciones de la Diosa, que incluyen a Artemis ya Hecate, que representa el inframundo ct6nico (el aspecto magico de la Diosa). También vemos representadas a las Tres Gracias bailando de manera alegre y relajada. Artemis otorga abundancia: Nuestra Seiiora de las Criaturas Salvajes y la Madre de los Muchos Senos, la que 189 ac, Grecia, 64.5.1 soporta la totalidad de las entidades del mundo naturaly Esto se aleja mucho de la imagen de osa virgen y simple cazadora con la que normalmente se la asocia, Apolo iFebo! Ati ine el cisne te canta melodiosamente 190 de sus alas, go del ve rio Peneo. Atitambién, n la melodiosa fe tea a siempre cl acdo de dulce verbo el primero y el tiltimo. Asi que te saludo 1 Soberano, que yo te propici era de figuras rojas, 475-425 .C)), 191 Figura 75: Apolo Belvedere (copia romana en mérmol cde una escultura griega de bronee, 350-325 a.C, mbélico que representa la vitalidad de lo vivo. Es un alegoria de la higiene, o de la mesura y disciplina que re quiere la buena salu icbemos proporcionar vida, comi y sustento a a serpiente que se encuentra en nuestro pro: pio cuerpo, pues mantiene la salud y aparta la sombra Ja enfermedad. Ena figura 76 vemos a Asclepio con su Sakti, Hygician Asclepio esta apoyado en una maza que podria haber per= tenecido a Heracles, pero tiene una serpiente enroscada, simbolo de su culto. El brazo de Hygieia descansa sobre 194 ode que conecta con el templo de Apolo en Delfos Eyando comenté esta pieza en mi libro Imagen del mito, Jeflalé que «los utensilios rituales sugieren el simbolismo le los cultos mistéricos: a la derecha un céntaro de vino lel que sale una serpiente, a la izquierda una cesta (cista ‘jpstica) que contiene a un nifio dios y a otra serpiente. El illo vuelve a aparecer abajo, cerca de la diosa>.’s Asclepio, dios de la medicina, simplemente asumié un fol que habia pertenecido antes a Apolo, y que éste habia mmido a su vez de una divinidad anterior que nos es des- vonocida. Como sefiala Nilsson, siempre que encontramos Figura 76: y (relieve de marfil, Romano, Italia, finales del s. 1 d.C.). 195 un altar consagrado a Apolo, en realidad éste ha llega con posterioridad y ha arrebatado el santuario a un di mas antiguo que, de una manera u otra, desempefiaba papel de protector. El gran templo de Asclepio en Epidauro era un sanat rio al que la gente acudia para seguir tratamientos de salu El lugar era un gran santuario henchido de armonia y bi lleza, que inclu‘a dormitorios, templos y parques. El i dividuo podia meditar y orar bajo la direccién de w sacerdote, pero después tenia que ir a dormir y sonar santuario del dios, pues el poder curativo se manifestal durante el suefio. Karl Kerényi, en su hermoso aunque complejo vol men Asklepios, pone el acento en los diversos niveles d expresin del suefio y en el lenguaje de la medicina clisic Kerényi escribe que, en los santuarios de curaci6n d Asclepio, se ofrecia al paciente la posibilidad de obtener su cura cién a partir de los elementos que él mismo posefa. A tal fi se creaba un ambiente que, como en los modernos balnea ros y centros de salud, estaba lo mas apartado posible de ele mentos perturbadores provenientes del mundo exterior. L atmésfera religiosa contribuia también a la curaci6n, es mulando las potencialidades internas del individuo."* Una reveladora ofrenda votiva (figura 77) nos muestra aun hombre joven softando en el dormitorio, Suefia que el dios, que le toca un hombro, lo esté curando, pero al mismo tiempo suefta con el poder de la serpiente, que emerge de su cuerpo y le toca el hombro. Se trata del mismo acto en dos facetas. ;Acaso no habia acudido para eso? La funcién iltima de la experiencia de Epidauro es~ 196 Figura 77: El dios serpiente Anfiarao (relieve, Clisico, Grecia, sv aC.) iviba en despertar el poder curative que hay en nosotros y provocar una curacién psicosomitica. Es lo que muestra sta imagen: el joven suefia que el poder de la serpiente einerge de su cuerpo y al mismo tiempo suefa que el dios Jo cura. Los suefios dicen dos o tres cosas simulténea- mente, y aqui él tiene dos maneras de entenderlos. En Delfos resulta sobrecogedora la singularidad del mundo clisico. EI Snfalo es el ombligo del mundo, el axis ‘mundi, custodiado por Apolo. En las primitivas diosas de |n'Tierra se destacaba el ombligo, y el énfalo es el ombligo, de la Diosa en Delfos. En a figura 79 tenemos una de esas figuras de la diosa. Data del v1 milenio aC. y muestra el ombligo, el centro del cuadréngulo césmico. Ella es el centro del mundo, ella 5 la que abarca el mundo entero. ‘97 sura 78: Onfalo de Del (marmol tallado, Clisico, Grec s.vac), Delfos era la sede del oréculo, de la sacerdotisa que et trance respondia a las preguntas que se le planteaban, ys fueran asuntos de Estado o problemas personales. Pods recurrir a ella tanto las personas humildes como las d rango superior, para todos tenia respuesta. ‘Cuando Atenas se vio a nazada por la invasi6n persay los atenienses acudieron al oréculo de Delfos para pre- guntar: «{Qué hacemos ahora?», El ordculo les contesté: «Resguardaos tras los muros de! madera. Ellos lo interpretaron como: «Subid a los barcos. Abandonad la ciudad. Dejad que los persas la tomen».!? Asilo hicieron, y de esa manera lograron hundir la enorme y pavorosa flota de Jerjes. 198 Figura (terracota, Neol Cualquier persona podia ir a Delfos y plantear sus pre- ntas, y una mujer sentada en un tripode mientras in- aba algiin tipo de humo o de vapor, en un estado indis- cutible de trance, le daba su respuesta, siempre de una nanera bastante enigmitica, Recibia el nombre de

Potrebbero piacerti anche