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Parto de ésta frase por considerarla punto central en el artículo de Milda Rivarola
DzIndependencia y Nación en nuestra historiadz, donde aborda aspectos que tienen que ver
con soberanía en tiempos en que lo trasnacional y globalizado lleva a la anomia, a una
ausencia de normas y valores colectivos. Los sistemas económico, político, cultural de
nuestras sociedades occidentales conllevan un trasfondo ideológico fuertemente
sustentado por estructuras de poder y opresión a los más desfavorecidos, de monopolio
de las tierras, de los recursos económicos, en síntesis, del poder.

¿Cómo hablar de soberanía en una realidad presente en que predomina una


globalización y trasnacionalización de las economías y de las mentes, impregnada de los
principios de la libre empresa, y un pasado en que, el uno de los pocos momentos en que
nos pensamos como colectivo fue en 1811? Los paraguayos tenemos una historia
salpicada por la venta de la soberanía al mejor postor, de un callar ante ésta situación, de
un sentirnos menos, de un Paraguay agachado, sumiso, y de una marcada falta de
identidad nacional.

Para hablar de soberanía e identidad quizás sea necesario el paso previo de


repensarnos como colectivo. ¿Quiénes somos? ¿Qué tenemos en común entre éste
Dznosotrosdz? ¿Somos paraguayos? ¿Somos latinoamericanos? ¿Somos oprimidos, somos
libres? ¿Qué tan libres somos? O más bien: ¿Es libre el que posee todos los recursos, el
que los explota, el que los vende, el que lucra con ellos? Son preguntas dignas de
realizarse, especialmente basados en el hecho de que la ideología imperante en nuestros
países es la neoliberal, sustentada por una libertad en que cada uno es libre de pisar la
cabeza a quien quiera.

Un repensarnos como colectivo. ¿Tenemos un enemigo común? O, más bien:


¿Podemos unirnos, pensar realmente en lo que podemos olvidar, y también en lo que
construir, repensar, reinventar, olvidarnos un poco de ese egoísmo de siempre, de lo
Dzmíodz de lo de Dzmi familiadz y pensarnos dentro de un contexto más amplio?. ¿Cómo
ejercitarnos en este cambio de manera de ver las cosas? ¿Cómo escapar de la sombra de
años de dictadura que ponía mordazas en nuestras bocas y en nuestras mentes?.

Quizás el bicentenario sea una llamada de atención para recordar que hay un
Dznosotrosdz, que lucha por cobrar forma dentro del caos, de la marginalidad, de la pobreza,
de la ignorancia y la anomia. No Dzcreardz un nosotros. Simplemente sacarle la polvareda, el
humo, el velo de encima y recordarlo.

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