Sei sulla pagina 1di 3
ter 0 de la pluridisciplinariedad (recuérdese el Jema la literatura comparada, disci- encrucijada...), a construcciones teéricas globalmente aplicables a la literate ] Sobre la noci6n de imaginario. Elementos doen cl formalism) estructualismo ola semicloga. Quiza hallgado el momen- i : Se or atne si el comparatsia no podria ser capa de formulas, a partir de su 0 Para una teoria en literatura comparada* A SS CC rs—i‘“i‘ wrt DANEEL HENRY PAGEAUK Fe a ae a an iS eee a a der Nlo cabe concer, mi ju No abe concer am julio, una perspec teria en eratra compara si rd on nia dpe. Pure qo hy nec de deg rt es a esta clenla Murano aula ot mat : erry compara por rte vo, font vale de un pi og we gus aug rac a etn congo algun tetra aeatd| ova als lteratirascextranjers» en relacion con ting ; tex, metodo en el que se disngutan tes niveles de andisisdeéta, desde el mens pepe aber tere? eat sl dctniionInprscdiey anes | non at conse ab compre Seana as se ate doadecl nde presi hsiael menor cones. om eee ] um conjnt domes etn igre mas bien sg! propoten ea ee re ry eke sie eere eet caer i ee eat Sek decomp seman (2 ‘Seria posible, por ejemplo, intentar defin pace oul por cemrl,ineotar defn In erature compara spovSndse en {opias). Las palabras que sirven para «escribir el otro», esas expresiones o concreciones osedo como decilina, sn su desarollo on los domincs qu hao explora, rminimas de sentido, tienen también su historia, ampliamente cultral la de su utiliza- > téeaind qos tom arcu ol hcbecada Gee tera ‘én y su desaparicion). Su empleo implica elecciones lingiisticas que superan el falso tera ome resin al hstorador Emmanuel LeRoy adr | roblema dela verdad y de la falsedad de la imagen, pues nos vemos confrontados ahi adnan ce costs erencis, delimit desde el momento en Son un hecho que depende a la vez de a ideologta (Se usan palabras que pueden desem- re deteiinde Teo ea cea ae cee de textos o de una Iteratura (en un | __pefiarel papel de estereotipos: el Ingles pérlido o comerciante, el Alemsin disciplinado, el icho tempo esta pica pareaat se tee te catcio prilegado, Durante Espatol orglloso..) y del imaginario (Se captan, comprenden y explican tales palabras incluso de fucose trmdujo en términos de winfluenciaw y de wforu- [4m _ mediante cierta ica poten que preside su cleocion ys expotacién en un eto), Esa intuieion era original y eco hee ee cimgenes de lo extranje- : 2) Andlisis de los principios antropolégicos, jerarquicamente estructuaclos, que fe general de erelacionesliterarias internacionales» (eel han reagrupado bajo el aparecen implicados en los textos de imagologia (fase de inspiracién francamente es- TOM. Roussoan, 1967). Desputs oe soreetenee” GF gl manual de Cl Pchols y | thotualisia —C- Lév-Straus—), Sa imagenes la eseritura de una distaneiadiferen- comparada, sobre motivos temas y tates Horanes a ee rropios de una pod ial entre dos culturas (en lineas generales, la cultura escrutadora y la escrutada), dicha sede ates ot aslo Heras favor dels euaes Eemble Gistancia se percibe en particular en las transeripciones del espacio y del tiempo y del efron ca ease (Comparaison nest pas ison, 1963) sibienlo aan oes coanguiyculturtesElteto se oma volmntariamente agen su dimen cd ren excese con fos preedentes, Fue enfonees cand se hio sentir sién informativa: proporeiona datos sobre el otro (0 hace enjuiciamientos, o desvela bra stern apenas eas cee ei a errs compara, La | gnorancias, lvidos o desprecies), sobre los distintos componentes de inna cultura (ves- Francia, En cambio tafe it donee ati Dor a Tieratura comparida esrita | —-_atGhun allonentacion religion ates, etc), cuya logic ain est por comprender, Ten- um generale se han bosquejado famos presente, no obstante, que todo hecho de observacién del otro 0 de lo otro, en a = sarin sino complementary, el ato deer cone he Per is ee meet en), pe omits snacionles:2)lnde la confronacion de eae oe es Se nals pios antropologieos Jerarguizados en los textos imagol6gios), mis bien analitcas y blemticas culturales (literatura y atte, literati ¢ tras préetieas 0 q Geseriptivas, El texto se lee ahora como un guién o argumento cuya logica representati- Hert ca ert yes ot party, cc) por tr eee he opmsciones de enon binaro nie v= mee, propio Sena seed prop ric, que gta en om ala cuestion evdene ein Foes eeiuom mds empl derlaioncs ene as dos clr, sean Fel Ahora bien, esta tltima apertura hacia la teoria ha solido apelar, ‘iones unilaterales (no reciprocidad), sean bilaterales (reciprocidad). Me contentaré con aha sldo sparen nombre de a caer ere ello clesgucma deny cuatro attudes fecal fundamen eae ee coree Cintas loins pre no reposting, li prs reso. a ieee ses Se Rat SSbc'sw nulaion toa). He dononsnade este esqucrna Ju modelo sentido comparatist, implica relaciones de fuerza, como veremos enseguida, 3) Interpretacion de las dos fases precedentes (andlisis de a palabra y de los princi- * Tiadueln de Manuel Gone de Ai 10 svesricacion Y ani | nbélico, ya imaginario social imagologico, en la medida en que esas cuatro actitudes 1a Ja vez principios surgidos de una aproximaci6n teérica a la relacién entre culturas jechos que se estudiaran en contextos historicas y culturales precisos, Tales niveles de andlisis sostienen vinculos millples y fecundos con otros progra- 1s de investigacién y con otras disciplinas (poética, estética, antropologia, historia, ngraffa). Asi, el examen dela palabra imagol6gica confirma los trabajos de Bachelard | método organizado por Jean Rousset en torno a la nacién de «serie verbal, la cual sen a sut vez la eserie Sonoran de Boris de Schloezer, que sirve de base para el andlisis, a interpretacién de la eseritura musical, Y eoineide también con otras aventuras éticas, por ejemplo, con la del Barthes que opone el cratilismo de la palabra poética al no saussuriano (Critique et vérité, 1966). La pesquisa de las relaciones jersrquicas re culturas abre por st parte espacios de reflexion a la alianza delicada, pero necesa- , de la literatura con la historia cultural, con la historia de las mentalidades y con la shistoria, por emplear ol neologismo de Fernand Braudel. La imagen como guidn © jumento obliga en fin a replantear, sobre bases historicas y culturales, el concepto de aginario (que es un imaginario social, y también un imaginario bajo control, en la ida en que no puede decirse, en un momento histérico determinado y en una jura dada, cualquier cosa sobre el otto); y las actitudes fundamentales discernidas niten extrafamente a las tres modalidadles de ertica literaria propuestas por Jean robinski: asf, por no poner sino un ejemplo, la actitud del intérpreteliterario es de jo punto comparable con la «fia» intercultural Hasta aht, importa (importaba) meditar sobre las consecuencias de esas primeras esligaciones imagotégicas para el orden teérico (para el concepto del imaginario en scepcién «comparatista»), y también para el orden de la creacion literaria y postica general. Repiese, sin embargo, en que tales investigaciones se levaron a cabo en un mento (al comienzo de los afios ochenta) en el que las relaciones entre literatura & coria (ineluso en sentido lato), y @ fortiori entre literatura y ciencias hamanas, eran s bien de ignorancia mulua, pese a ciertas declaraciones generosas y generates en or de la inter o de la plurdisciplinariedad, ¢Hars falta recordar, en especial, que el nparatisino norteamericano vivia todavia sobre todo de la explotacién de la herencia Wellek-y Warren, es decir, de la hipétesis de una amplia autonomia de la literatura y ja interpretacidn estética de ésta fundada sobre los valores —vales? Hacia Ia misma época, ciertos trabajos en el seno de la comunidad comparatista straban cémo era indi! y hasta estéril enfrentar la aproximacién basicamente for- lista o estructuralista y ia histérica a la literatura, La dos se complementaban, 0 fan debido complementarse. Tal era la posicion metodologica de los defensores de teorfa» del epolsistema» (Escuela de Tel Aviv, de la revista Poetics today, agrapada forno a amar Even Zohar y promovida en Europa por el belga Tose Lambert). servems dle paso que cluranté los tiempos de mayor virulencia de la polémica entre Escuela americana y la asf llamada Escuela francesa de literatura comparada, es i, entre la orientacién estética ya historica, incluso historicista, una sola voz se hizo Para apelar a stw complementariedad y no a sn oposicién: la voz del hispanista reel Bataillon en el II Congreso de la Asociaci6n internacional de literatura compara 1958), quien af defendi6 «una historia exigente de las formase. La teoria del polisistema partfa de la idea simple de que la literatura era, en tna Iquiera de sus etapas histéricas, un sistema, una jerarquia de géneros. El estudio de teratura traducida conducia a rellexionar sobre la funcién de la traduccion en un mento preciso del desarrollo ce wna literatura, considerado sinnulténeamente desde unto de vista dela proeiuecién y de la tradicién literarias autéctonas y de In importa 1 de literatura, y también segin otras perspectivas que enfrentaban la literatura 141 primaria 0 innovadora con la literatura secundaria 0 convencional y epigonal, la alta fon la baja literatura, la literatura del centro con la de la periferia ‘Me pareefa, sin embargo, que esta aproximacion estimulante mezclaba problemas o planteamientos a la vez histéricos y estéticos, y que no tomaba demasiado en cuenta el Aspecto imaginatio dela literatura, que entra en la composicién de un ssistema» y que en ‘easiones puiede oponerse a la adopcisn de ciertos modelos estticos. Era, por ejemplo, el ‘caso dela llamada tragedia neoelisica en Espafia, que yo habia tenido ocasion de estudiar muy pronto y que revelaba al investigador la existencia de una tensién fundadora entre modelos importados, normas estéticas confrontadas a las de la comedia y un imaginatio histérico nacional, hasta monsirquico (por ejemplo, en el tema de la resistencia asturiana). Asi pues, resultaba conveniente discriminar con mayor detalle tres planos de observaciGn: ‘el del scampo literario», designacién tomada en préstamo a la Escuela de P. Bourdieu, y ‘con ella la idea exacta y olvidada por todos, salvo por los sociélogos de la literatura, de que Inliteratura es tambien (y de entrada) una winstituciéa» ala vez realy simbdlica; el plano del sistema lterario 0 dela jerarquia de los géneros y de las formas, plano en el que se ob- setva la existencia de modelos (concepto capital en literatura comparada, en la que se en- trecruzan las investigaciones sobre la recepci6n y sobre el «canon», como se dice en la ac- ‘ualidad); por timo el plano en el que la literatura se percibe como un «sistema simbéli- co», por retomar Ia bela f6rmula que emplea el brasilerio AntOnio Candido (Formagno da literatura brasileira, 1975) cuando quiere dar cuenta de la manera en la que la literatura co- ‘unica y es reeibida. Al campo y al sistema habia que afadir, por tanto, el plano simbéli- 0, el dela literatura como espacio imaginario. Pero utilizar esta nocién exigta intentar re- definirla literatura, st naturalezay, sobre todo, su funecion, ‘Al mismo tiempo, el éxito patente de la teoria dela rocepeién (que culminé en 1979 en. el Congreso de ln AILC de Innsbrtck) empujaba a la investigacion literaria a conceder el privilegio al «receptor, y también a mezclar las consideraciones hist6ricas y las estéticas {(estélica o sociologia de la recepcién?), tanto més fcilmente cuanto que se identificaba al tiisor con el escritor de carne y hueso y st estudio con el blograflsmo y con la historia Titeraria en la ms estricta acepeién del término, abandonndose, adems, el mensaje ‘exchisivamente a los andlisiscalficados de estructuralistas. Pero la comunicacion Iiteraria no puede reducirseal esquema ternario emisor-mensaje-receptor surgido de la lingiistica, Lo que define ala literatura (y ésta es una propuesta verdaderamente minimalista) es que es un mensaje modelizado: hay que pensar inmediatamente en el género. Ahora bien, los tres planos antes distinguidos permitian precisar el amplio concepto de modelo y asignarle tres formas de intervencign en el mensaje literario: primera la de las normias procedentes de la sociedad, del momento histrico y social, de la ideologta a la cual un texto se encuen- tra siempre mas o menos directamente subordinado; después la intervencién de los cons- trefhimientos no sélo sociales, sino tambicn estéticos, que cabe denominar latamente «gé- netor y, por itimo (el easo del texto en imagologia era, al menos en este aspecio, harto Austfo) I interencin del melo smb a modizaion ible, raimpres: cindible, por consigiente, asignar al imaginario no tanto un contenido (una materia, tunos temas) como ciertos mecanismos de actuacién y ciertas funciones: habia que elaborat la idea de la medincién simbélica. Facil de definir en el plano de la imagologia (escribir sobre In alteridad es una manera oblicua de escribir sobre si mismo, sobre la propia cultura, sobre el propio espacio social y moral), la mediacién simbélica obligaba a concebir Ia literatura desde tna perspectiva més vasia (Ia de a creacién en general), ya recordar, por ‘ejemplo, la sencilla definicion que Northrop Frye dio dela literatura (The educated innagi- niation, 1984; la literatura desempera hoy la misma funci6n que antaiio desempetiara el mito, puesto qu ella pertenece al mundo que el hombre construye y no al mundo que ve. |Afiadamos que tampoco pertenece al mundo en el que vive. Sin embargo, del mismo modo 42 wesiancon y ands | cel arte en general, la literatura edota de autenticidad nuestra estancia en el mundo y nstituye la nica tarea espirituals (tales... la definicin de la poesfa segtin Mallarmé). La idea de la mediacin simbélica no s6lo hace posible vincular el plano 3 (imagi- rio) con el 1 (social) y acreditar atin més la tesis de un imaginario social, evitando al smo tiempo la confusién entre la ideologta y el imaginario y asignando a éste una nein de cuestionamiento de lo real y de lo social, sino que permite igualmente consi- rar la mediacion en el plano 1 (la mediacion de Ia literatura de los sintermediariosn, mo decfan los comparatistas) y en el plano 2 (la mediacién estética, esto es la forma, e se interpone entre lo que se denomina real y lo imaginario, entre lo vivido y lo aginado). Al hacerlo asf, los tres planos discernicos facilitan también retomar y reuth- ar algunas investigaciones capitales: las de Ernst Robert Curtius sobre la vida de los ot en el seno de los confuntos culturales, las de Luigi Pareyson a propésito de la ma formadora 0 formativitd, o las de Hans Blumenberg relativas al papel que debe mnocérsele a la metaforologfa en la cultura, Hemos llegado asf al umbral de una teorfa o de una lectura tebrica de la literatura, In obra literaria en general. Esta, cualquiera de sea, abre un espacio propio en un mpo social y cultural dado; insituye también una forma en el interior de un repertorio formas, de géneros, ce modelos (0 a veces incluso contra dicho repertorio), se inscribe Ia jerarquia de los géneros en un momento postico y cultural determinado; por aura un orden de significacién y de comunicacién distinto, que depende de lo ». Podriamos citar aquf Ia caracterizacién del hombre hecha por Ernst Cassirer como imal simbélico, ese animal que crea un mundo de seatido que da sentido al mundo ido. Un sentido que no procede ni de la abstraccién ni de To vivido, sino que es creado "el simbolo que libera al hombre (al contrario que el mito, al que Cassiter somete a ica porque To contempla en su dimension politica y no en la postica) En este estadio, el de la mediacién simbélica, interviene la presencia activa de la a, literaria 0 aristica, una presencia en el seno mismo del eampo social que confun- las époxats (las obits del pasado permanecen) y los ordenes culturales (suele haber ponibles referencias y modelos extranjeros). Presencia: dicha palabra debe tomarse, r asf decirlo, en sentido heideggeriano o en el que le atribuye Steiner (Réelles presen ). Toda creacién nos informa, nos empuja a devenir, nos cambia. No se trata en. in modo de una perspectiva idealista o mistica. La obra nos devuelve a nuestra idicin, a nuestra verdad (como en el caso de la fabulacién o de la forma inventada “el escritor o el artista), nos hace evaluar nuestro hic et nuine, pero de una manera tnta a aquella en la que la politica la moral (la ideologia) nos obligan a hacerlo. La a nos permite apropiarnos el mundo, evidentemente de modo simbélico; ciertos ores, siguiendo.a Heidegger, dirdn que ella desvela Ia verdad. Comoquiera que sea, la a creada es apertura a la vida, a una vida diferente, paralela respecto de la wwerdade- “Tan paralela que para algunos las dos no se encontraran jams. Es ahora cuando podemos volver hacia la teorfa para hacer algunas proposiciones jeas (es decir, téenicas) simples. Expondré brevemente aquello que he denominado, sando en la moral proyectada por Descartes para poder progresar, una poética «por vision». Esta postica se fundamenta sobre una reevaluaci6n de la palabra, y recupe- 208 aq de nuevo el primer punto de una reflexién anterior. La palabra concernida a es la palabra poética, la cual procede, sino de un yo ereador (ef. Y. Bonnefoy), al nos de un principio organizador que cierta critica (a Ja que llamaremos justamente dora) se empefia en encontrar. La poética a que aludimos reposa, en fin, sobre damentos metatisicos o filosdficos. Pero estos fundamentos no ponen en tela de io ni el logocentrismo occidental ojudeocristiano ni la desontologizacién del lengua- ila muerte del sujeto y no dependen de ninguna perspectiva de «deconstruccién, Al suis Tewkrco 143 | ontario, spran a mostrar cémota Iiteratura yla reac dependen en buena medida Sele mein sino, do ee deonsnad por Maa ean, dl pio de la superacion iempresimbolia) def condicién mortal por et ato crea Jor Eso es lo que hace que la iteratura sea, como ha escrito soberblamente Paul Serichou, a la woe scireunstaneialsy sjemplar, sdependiatesy «eoberanan «A I tern. esta eapresion maven distancins con otras positions Gress que tender & Drciicarel sfsrnivy a encera les dos elementon deta earacerzacon enna perpe Ein anttesis, en un apacamieno inden de todo sentico Las palabras, a esc, {Thecho creado sinven para comaniary jercen, como evalgsier obra en genera, pores deexpresiony de afrmacion, Tosa dora de cession posee asi tna fancies this ene una uldad: en itimafnstancia, a de desaiar (smbolicaments) a mae teeta realidad que define yniegs la vera hombre ‘Voivamos hacia perspetivse mis pedagogies Si reexaminamos Ia dscrpcion de Ia literatura comparada gue ha sevido de punto de pari, podremos matizara o Cnviquecerla ahora dstnguiendoen la investgacion compara res tipos de actvid- des te privticas el estudio dela dimension eran, Is comparacin de textos {Cobre la ual no aba extenderse aga) y la eaboracion de movelos ms © menos tconcos. Lo que equal en efecto ascreditar res tiempos mayores del comparatismes tino que presenta una dominante historia eltral (ene que encajn clertos progr tae lamados de cuca seus, To qe msesten basa gue punto se ha pasado del {studio entetico de In Ieratura a una istnomentaizaion, a tina socaizacion de esa frisin teratra) el earcter del segundo es ms bien postin, pes ples los para: Iaismos ols series de texto elterceo, yim, eabora modelos tedrcos 0 semi-tecri Gm plenso aaut tanto en los modelos por sapesposicon de textos que propone Jean Rosset (Lente de Do ua Leurs yor se recone) come en laste eyes de hecho comparatisasacadas lah por Pere Brune, o en los procedimientos que Yo nism he podido discerir para dat cuenta de la eseritara exdtea (por ejemplo, In FRagmentactn. a tenacin yo sanz xt), Sr tuviers que precisa, para concur, aquclio sue anda ala ver Ia especifiidad comparatsia yn vllesion trea que la consiee, no dudaris en identifienro con el festo de recover a linea dvsoria (anti se deta ia fronter) entre dos cultura, con Elesableimiznto por el hombre de un dislogo cone otro al qe descubrey con- Sige mismo, con unt actividad ue relative la diferencias en ugar de absolutiaras 0 Tatlcalizaras,prtcas que son, po supuet, las dela autargta ols defn xenofobia) [stsceseribenyse viven momentos en os quela consciencia des seve obliga a eap- then un mimo inal, lo que arecena el conorimiento lo que prosedea sured tibvcion inmediata Momentos en los que se comprenden, en sua, las dos palabras flav de laliteratura compara encuentro y diferencia Bibliog 1a ite bce compart Ps, A. Cl, 194 esas das mot oe treet poqude ttn, Par Laman, 1994, “Rechercher ur images dee cll a poet, Revi della Fra SE cima 80 ee eres apn there Histo tq tho iri, Ps, Carson, “Tittturecompardeecorparasony Roe eter compmd isepee950, sms cannes Ente ae Dot Pa ste Ph Couey, © Habe er Le Gal Pai Masons, 199,

Potrebbero piacerti anche