Aos atrs me encontr en la calle con un seor amargado, que luego de destratarme cobard
emente y de despreciar y tratar de intil a la persona que me acompaaba, me dijo qu
e el amor no exista. Afirmacin que me hizo pensar que este seor era un pobre seor: o no conoca el amor, o si lo conoca lo haba dejado escapar. Existe el amor y tambin la felicidad si uno es valiente como para dejar las mochil as y jugarse por lo que uno quiere. Encontr un hombre con un corazn enorme, sencillo, humilde, una persona que sigue s iendo positiva a pesar de que ha perdido demasiado en la vida: no slo el destino le ha arrebatado cosas muy importantes desde la niez, sino que ha tenido la mala suerte de toparse con estafadores envidiosos y vividores frustrados que se han i ntentado aprovechar de l. Una pareja increble, un amigo incondicional, un to capaz de hacer brillar los ojos de quienes lo miran, un hijo que por su honestidad, respeto y sentido de justic ia hara sentir orgulloso a cualquier padre, un nieto irremplazable cuya ausencia se siente a pesar de estar rodeado de otras personas, un hermano de fierro, de e sos que vale la pena cuidar si se ha tenido la suerte de que haya tocado en el r eparto. En fin, por suerte, aquel seor estaba equivocado: el amor existe