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El documento argumenta que las Iglesias apostólicas, como la Iglesia de Roma, son los criterios de la fe verdadera porque en ellas todavía se enseña la doctrina de los apóstoles. Sostiene que las herejías surgieron en oposición a esta doctrina apostólica y que los herejes no tienen derecho a apelar a las Escrituras cristianas porque no son cristianos.
Descrizione originale:
Esta posesión es mía; posesión antigua y anterior a vosotros. Tengo unos orígenes firmes, desde los mismos fundadores de la doctrina
El documento argumenta que las Iglesias apostólicas, como la Iglesia de Roma, son los criterios de la fe verdadera porque en ellas todavía se enseña la doctrina de los apóstoles. Sostiene que las herejías surgieron en oposición a esta doctrina apostólica y que los herejes no tienen derecho a apelar a las Escrituras cristianas porque no son cristianos.
El documento argumenta que las Iglesias apostólicas, como la Iglesia de Roma, son los criterios de la fe verdadera porque en ellas todavía se enseña la doctrina de los apóstoles. Sostiene que las herejías surgieron en oposición a esta doctrina apostólica y que los herejes no tienen derecho a apelar a las Escrituras cristianas porque no son cristianos.
La antigedad y la apostolicidad corno criterios de la fe:
As pues, si quieres ejercitar mejor tu curiosidad en lo que toca a tu salvacin, recorre las Iglesias apostlicas en las que todava en los mismos lugares tienen autoridad las mismas ctedras de los apstoles. En ellas se leen todava las cartas autnticas de ellos, y en ellas resuena su voz y se conserva el recuerdo de su figura. Si vives en las cercanas de Acaya, tienes Corinto. Si no ests lejos de Macedonia, tienes Filipos. Si puedes acercarte al Asia, tienes feso. Si ests en los confines de Italia, tienes Roma, cuya autoridad tambin a nosotros nos apoya. Cun dichosa es esta Iglesia, en la que los apstoles derramaron toda su doctrina juntamente con su sangre, donde Pedro sufri una pasin semejante a la del Seor, donde Pablo fue coronado con un martirio semejante al de Juan (Bautista), donde el apstol Juan fue sumergido en aceite ardiente sin sufrir dao alguno, para ser luego relegado a una isla. Veamos lo que esta Iglesia aprendi; veamos lo que ense. Y con ella las Iglesias de frica que le estn vinculadas (ecclesiis contesseratis). Ella reconoce a un solo Dios y Seor, creador de todo, y a Cristo Jess, nacido de la virgen Mara, hijo del Dios creador: reconoce la resurreccin de la carne, asocia la ley y los profetas con los escritos evanglicos y apostlicos: aqu es donde va a beber su fe: la fe que sella con el agua, que viste con el Espritu Santo, que alimenta con la Eucarista. Ella exhorta al martirio, y no admite a nadie contrario a esta doctrina. Tal es la doctrina, no digo que ya prenunciaba las herejas futuras, pero s de la que nacieron las herejas. stas no forman parte de ella, puesto que surgieron en oposicin a ella. Tambin de un hueso de oliva suave, rica y comestible, nace un acebuche. Tambin de las pepitas de higos deliciosos y dulcsimos nace el vaco e intil cabrahgo. As las herejas han nacido de nuestro tronco, pero no son de nuestra raza; han nacido de la semilla de de la verdad, pero con la bastarda de la mentira. Siendo as que la verdad ha de declararse a nuestro favor, a saber, de todos los que profesamos aquella regla que la Iglesia
recibi de los apstoles, stos de Cristo, y Cristo de Dios, es
evidente que nuestro intento es razonable cuando proponemos que no se ha de permitir a los herejes que apelen a las Escrituras, ya que probamos sin recurrir a las Escrituras que ellos no tienen nada que ver con las Escrituras. Si son herejes, no pueden ser cristianos, ya que no han recibido de Cristo lo que ellos se han escogido por propia eleccin al admitir el nombre de herejes. No siendo cristianos, no tienen derecho alguno sobre los escritos cristianos. Con razn se les ha de decir: Quines sois? Cundo llegasteis, y de dnde? Qu hacis en mi terreno, no siendo de los mos? Con qu derecho, Marcin, cortas lea en mi bosque? Con qu permiso, Valentn, desvas el agua de mis fuentes? Con qu poderes, Apeles, mueves mis mojones? (...) Esta posesin es ma; posesin antigua y anterior a vosotros. Tengo unos orgenes firmes, desde los mismos fundadores de la doctrina. (36-37; Vives 338)