ESTADO DE CONSERVACION DE LAS CORZUELAS (MAZAMA SPP.)
EN EL NOROESTE ARGENTINO
Juan Pablo Julia & Enrique Richard
RESUMEN, Se presenta un diagnéstico del estado de conservacién de las corzuelas en el noroeste argentino (NOA). A
nuestro juicio, la eaza desmedida y la destrucein del habitat son los factores que en estos momentos estiin afectando mas
fuertemente alas corzuclas en la region. En la caza de corzuela se distinguen la de subsistencia y la deportiva. La caza de
subsistencia es practicada principalmente por aborigenes y no se considera hasta ahora de alto impacto en las poblaciones
de corzelas. En constraste, la caza deportiva y especialmente la caza pseudodeportiva, practicada principalmente por
habitantes urbanos, son las que mayor impacto negativo estn causando a las poblaciones de cormuelas. En el NOA la caza
de cor
elas ocurre durante todo el afio, aunque afecta mas a la coraucla parda en la época de cosecha de la soja en el rea
chaquefia. Para la regién yhasta tanto no se confirmen las apreciaciones sobre las poblaciones de eorzucla expuestas aqui,
ambas especies deberian incluirse en al categoria de Datos Insuficientes (DI).
Introduceién
Lascorzuelas parda (Mazamagouazoubira)ycolorada
(famericana), sonrepresentantesrelativamente comunes
dela fauna de cérvidos del Noroeste Argentino (NOA), que
comprende las provincias de Catamarea, Jujuy, Salta,
Santiago del Estero y Tucumén, Aunque ampliamente
distribuidasenelNcotropicosetratadeespeciesescasamente
estudiadas (Chébez & Johnson 1984; Redford & Eisenberg,
1992; Richard et al, 1995b), Mientras la corzucla parda
‘ocupa en la regién distintos habitats de las provincias
fitogeogrificas chaquefiay el pisobasal de las Yungas(senst
Cabrera, 1976), la corzuela colorada parece restringirsea las,
Yungas (Richard et al, 1995b). Ambas tienen habitos
principalmente frugivoros (Branan et al., 1985; Bodmer
1991; Richard et al., 1995a) y al menos en la corzucla parda
esta preferencia alimenticia esta directamente relacionadaa
ladisponibilidad de frutos; cuandolosmismos escasean ésta
centra su dieta en brotes y hojas tiernas (Richard et al.,
1995a). La scleccién de porciones vegetales altamente
nutritivas eomo las mencionadas, es earacteristica de los
selectores concentrados (sensu Hoffman 1973) e implica
requerimientos de habitats més 0 menos estrictos.
La aparente capacidad de la corzuela parda para
aprovechar reas secundarias (muchas veces cereanas a
niicleoshumanos) como lugares de orrajeo, hacede ellauna
especie muy conspicua en tales freas, lo que podria generar
tuna sobreestimacién de las poblaciones de esta especie
(Richard et al., 1995b). En este sentido y en virtud de las,
preferencias tréficas observadas en esta especie, el clarco de
reas para el cultivo no afectaria mayormente ala corzucla
parday posiblementerequiera solo dela cercanfadebosques,
para proveerse de cobertura y resguardo (Richard et al.,
1995a y 1995b). La situacién de la corzuela colorada es atin
mis dificil de evaluar, dada la eseasez de estudios sobre la
misma en la regi6n. Sin embargo esta aparenta ser menos
freeuente que la corzuela parda y de distribucion mas
restringida, No conocemos registros de corzuclas coloradas
en laregién chaquefia del NOA, aunque sabemos que habit
Jas zonas més hiimedas de la misma en el Noreste del pais
(Chébez& Johnson 1984; Moreno1993).Lacorzuclacolorada
parece encontrarse en ¢l NOA tinicamente en las Yungas,
notindose una sucesién altitudinal entre esta especie y la
cora.ela parda, ocupando la primera el piso superior hasta
ellimite del bosque y la segunda el érea basal de esta region
fitogeogrifica (Richard etal, 1995).
Como otros aspectos de su historia natural, el estatus
deestas especies no ha sido evaluado en profundidad yno se
conoce adecuadamente, al menos en Argentina, su densidad
abundancia. Ambasespeciessonconsideradas, pordistintos,
autores, como fuera de peligro en todoel pais (Moreno 1993)
en la categoria Riesgo Bajo (RB) (Garcia Ferndndez etal,
1997). Sin embargo, Richard et al. (1995b) recalcaron la
necesidad de realizar estudios mas amplios sobrea biologia
y situacién poblacional de las coratelas, a fin de evaluar
correctamentesusituacién. Cabedestacarquerecientemente
en Bolivia, acoraela pardahasido colocadaenlascategorias
de Insuficientemente Conocida y Comercialmente
Amenazada segin IUCN 1990 de Datos Insuficientes segin
TUCN de 1994; mientras que a la corzuela colorada se le
asignaron las eategorias de Comercialmente Amenazada,
segiin IUCN de 1990y de Datos Insuficientessegiin IUCN de
1994 (Ergueta & Morales 1996).
Diagnéstico de la situacion
Son distintos los factores que afectarian a los ciervos
autéctonos en nuestro pais, entre ellos la introduccién de
exdticos,cl ganado, la destruceiéndel habitat, la caza, ete. En
eleaso de las cormuclas en el NOA a falta de ciervos exéticos
en su drea de distribuci6n aleja, de momento, el peligro que
Ja competencia de estas especies parecen haber Ilevado a
otrosciervos autéctonos. Sin embargo, existen antecedentes
preocupantes de introduccién de exéticos en el NOA, como
los realizados en Tafi del Valle (provincia de Tucumén) por
clelub decaza Yastay (Grau et al.,1995) ylarecientecreacién
delcotoprivado decaza deexéticos “Afiuritay” (a laalturade
Pinto, Dpto. Aguirre), en la provincia de Santiagodel Estero.
No tenemos conocimiento de que se vean gravemente
afectadas por el ganado, incluso en ocasiones es posible ver
pastandocormelaspardasconelganadovacuno (L.Bianeueci
com. pers.).
Entre las especies domésticas s6lo los perros parecen
ser un problema en areas periurbanas, por lo que en estos,
momentos el factor que, a nuestro juicio, més fuertemente
estaafectandoalas coraclasenla region sla cazadesmedida
aque son sometidasy la destruceién de su habitat. Dadoque
se trata del factor de amenaza menos estudiado en el rea,
447J.P. JULTA RE RrchARD
centraremos nuestro andlisis en la influencia della caza en las
poblaciones de corzuelas.
EnelNOA surelativo gran tamafiolastransformaen las
Ainicas piezas de caza mayor fécilmente accesibles en la
regi6n, dada la escasez o la distribucién en éreas de dificil
acceso de lasrestantes especies de caza mayor. Ental sentido,
sus estrategias alimenticias, que implican su exposicién en
claros y zonas de desmonte (cultivos, bordes de eaminos,
quemados, ete.), las convierten en la presa predilecta de
quienes practican la caza mayor, deportivao de subsistencia,
enla region.
Mitemtm ore aie
variantes distinguibles fundamentalmente por la finalidad
que el eazador le otorga. Estas son, la caza de subsistencia
(Con ines alimenticios) yla deportiva (con fines recreativos).
Respecto a la primera las corzuelas, en Argentina,
tradicionalmente han sido (y son) integralmente
aprovechadas con fines de subsistencia por aborigenes de
istintas familias lingiisticas (Canals Frau, 1986), entreellos
los Mataco-Mataguayo, Caingang, Guaycuries (Abipones,
Mbyaes, Payaguaes, Mocovies, Tobas y Pilagées), Tupi
Guaranf y Chiriguano Chané, Comechingones, Lule Vilelas y
‘Tonocotés (Richard et al., 1995b).
Enzonasrurales delas provineiasdeSantiago del Estero
y Salta (ambientes chaqueiios), la corauela parda constituye
tun importante recurso para las economfas de subsistencia
principalmente como fuente de proteinas y como en el caso
anterior, su aprovechamiento es integro (cuero, carne,
tendones, ete.) (Richard etal.,1996).Esimportanteremarcar
elquelos pobladores primarios de estas éreasson, en gencral,
‘grandes conocedores del ecosistema donde se desenvuelven
y en funcién de ello organizan y respetan (por motivos de
tradicién, religi6n, etc.) calendarios, cupos de caza, tamaiios
de presa, ete., por lo que en el uso de ésta y otras especies se
auna explotacién racionaly sustentable (Richard 1993;
rd et al, 1996).
Deacuerdocon Robinson & Redford (1991), ladensidad
promediodecorauclasen dreasdebosquesneotropicalescon
poca o nula presién decaza, rondarfa los diez ejemplares por
km’, Laproduccién deanimales, parael céleulodesucosecha
potencial, se estima entre 1.67 corzuelas porkm*/afo para.
americana a 3.07 corzuelas por km2/aiio para If.
_gouazoubira, con una cosecha sostenida potencial de 0.67 y
1.23 ejemplares por km®/afio respectivamente. Sobre esta
base y teniendo en cuenta un peso promedio de
aproximadamente 26.100 kg. y 17.350 kg. respectivamente
(siempre siguiendo las estimaciones de estos autores), las
coraelas rendirfan a las economias de subsistencia unos
17.49 Kg. por km: /afio para el caso de la corzuela colorada y
21.34 kg, por km*/afio para la parda, uno de los valores més
altosentrelosmamiferosneotropicales usadosporel hombre
(Robinson & Redford 1991).
Estos datos dan una idea de la importancia, real 0
potencial, de estas especies para aquellas poblaciones que
practican la caza de subsistencia. Dado que en algunas
localidades del NOA el hombre rural actéia como un eslabén
mas del ecosistema del cual forma parte (Richard 1993;
Richard et al., 1996), es que consideramos que el efecto de
este tipodecazasobrelas poblaciones de corzuelasesminimo
y/o que las posibilidades de inculcar politicas de manejo
sustentable son méximas.
Sila caza de subsistencia es asumida a priori como de
bajo impacto, no ocurre lo mismo con la eaza deportiva en
Argentina, fundamentalmente por el comportamiento
depredatorio que caracteriza a la mayoria de los cazadores
del NOA. En esta regién la caza de cormelas s6lo esti
permitida en la provincia de Jujuy (Garay 1994). A pesar de
cello la misma ha sido verificada en toda el érea de estudio,
especialmente en la regién chaquefia. Dentro de Ia cara
deportiva es posible diferenciar dos variantes, en funcién
del comportamiento conservacionista del cazador; la caza
deportiva propiamente dicha y la seudodeportiva (Richard
etal, 1995b). Estas dos modalidadesdecaza son practicadas
gencralmenteporel pobladorurbanoquien freeuentemente
acttia con total ignorancia y desinterés respecto a las,
implicaciones de su accionar. Ambas, especialmente la
‘iltima, constituyen una amenaza atin no evaluada para
estas especies, situacion que se agrava por lafaltadecontrol
oficial
Lacazadeportiva propiamente dicha implica porparte
del eazador el apego a un conjuntode normas (reconocidas
como vilidas por los propios cazadores) que van desde el
respetoallasreglamentaciones vigentes (cupos, vedas,ctc.),
hasta una minuciosa selecci6n de a pieza acobrar, elevitar
cazar hembras prefiadas yerias, ete. (Richard et al, 1995b)..
tin cuando muchos cazadores dicen encuadrarse dentro
cesta modalidad, el hecho de que la caza de corzuelas esté
prohibida en las provincias de Catamarca, Tucumén, Salta
y Santiago del Estero, hace que al menos en las mismas, tal
‘modalidad no exista (Richard et al., 1995b). Este tipo de
cazador (desgraciadamenteatodaslucesminoritario), puede
constituirse en un elemento itil para los objetivos
conservacionistas siempre que puedanestablecersecanales
de comunicacién adecuados y comunidad de intereses.
La modalidad de caza seudodeportiva es la que més
negativamente incide en las poblaciones de cormuclas y
Iamentablemente la més practicada (Richard et al., 1995b)..
El cazador seudodeportivo caza todos los animales que
puede, algunosdeloscualesson entregadosalos pobladores
locales en una suerte de trueque por permitirie la caza y/o
ssusservicioscomogulasexperimentados. En otrasocasiones,
lascarcazassonabandonadasen el campo, especialmentesi
la caza es abundante o existen controles camineros en el
‘rea, La costumbre, en dreas chaquefias, decazar corzuelas
con reflectores durante la noche en zonas de cultivo recién
cosechadas (generalmente de soja), quemados y claros,
facilita la caza de los animales que han salido a los claros a
‘comer (Richard et al.,1995b).
Esto permiti6, hasta hace algunos afios atrés, obtener
de4.a6ejemplares decorzuela parda (en ocasioneshasta9)
en una noche, muchas veces hembras prefiadas (Richard et
al, 1995b). Esta modalidades especialmenteimportanteen
zonas rurales con poblaciones primarias del area chaqueia
(Provincias de Salta, Santiago del Estero y Tucumén). La
aparentemenor densidad delacorauclacoloradaotalvezsu
cardcter mas criptico y las caracteristicas geograficas de su
habitat CYungas), contribuyen a que su caza sea menos
frecuente y numerosa.
Lacazaseudodeportivaesllevada a cabo por cazadores
foraneos, principalmente de las ciudades de San Miguel de
Tucuman, Concepcion (provincia de Tucuman), Salta,
Giiemes, Rosariodela Frontera (provinciadeSalta), Santiago
448ESTADO DE CONSERVACTSN DE LAS CORZUELAS (MAZAMA SPP) EN EL NOROESTE ARGENTINO
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Fig. 1: Cielo reproductivo estimado de la corzuela parda,
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ALTA: Epoca de mayor intensidad de eaceria
MODERADA: Caza moderada
Intensidad dela caza
Fig. 2: Intensidad de la caza deportiva de ta corzuela parada a lo | argo del afio.
del Esteroy La Banda (provincia de Santiago del Estero). La
necesidad de los lugarefios de proteger sus “territorios de
caza” y por tanto de subsistencia, ha generado en ocasiones
conflictos armados con este tipo de cazadores (Richard
1993). Enotroseasos los cazadores “compra” losfavores de
poblacién local por medio de mercaderias y la entrega de
;nimales eazados para el consumo de los lugareiios. Esta
actitud vaa contramano del manejo sustentable del recurso
fauna que realizan algunas comunidades primarias como la
de Algarrobal Viejo en la provincia de Santiago del Estero
(ver Richard 1993; Richard et al., 1996), sin embargo la
escasez debienes deconsumode la Ciudad”, hace que estos
se constituyan muchas veces en una tentacion irresistible
En el NOA y acorde a lo que encontramos, la eaza de
coratelas se lleva a cabo durante todo el afio, aunque afecta
especialmente ala corzuela parda en la época de cosecha de
Ja soja en el area chaquefia (abril - junio) (Fig. 1). En la
provincia deTucumn se observaron cambios anualesen las
localidades de mayor intensidad de.aza decorzuelas, locual
estaria motivado por la disminucién de las poblaciones en
Jas éreas anteriormente explotadas (Richard et al., 1993b).
Enla provincia de Santiagodel Estero acazadeportivailegal
dela corauela parda aleanzatia al menos.a2,000 ejemplares,
por mes (Hector R. Abategada, com. pers., 1997).
“Tanto estas estimaciones como los datos preliminares
obtenidos para el resto de la region indican que entre el 75%.
449J.P. JULEA BE RICHARD
y 80% de las corzuelas pardas cazadas son hembras. Esta
Aistorsion en la cosecha de ejemplares, sila comparamos con
proporcién sexual teérica de 1:1 entre machos y hembras,
constituye un factor tan grave 0 mas que el ntimero de
animales cazados, considerando que la caza de los machos
afecta mucho menos 2 las poblaciones de la mayoria de las
especies que la caza de las hembras (Bodmer ct al.,1993). En
el caso de la cormiela parda, la mayoria de los partos se
verificaa finales dela primaveray durante el verano (Richard
et al, 1996), dado que su periodo de gestaci6n es de unos 7
meses y medio (Richard et al., 1996) y quela época de mayor
intensidad de caza va de abril a junio, es probable que la
‘mayoria de las hembras muertas en esa 6poca estén en celoo
gestando (Fig. 2)
Datos preliminares de cazadores locales entrevistados
permiten encuadrarlos, en general, dentro de la categoria
seudodeportiva manifestando una falta absoluta de“cultura
cinegética”, puesta de manifiesto en los siguientes aspectos:
1no eonocen 0 poco les importa la legislacién de caza, eazan
cuanto animal se cruza en su camino sin importar tamaiio,
sexo 0 estado reproductivo, en muchos casos abandonan las
presas y/o las dejan heridas en el campo, la mayoria no
respeta cupos de caza ni perfodos de veda.
La situacién deserita, se ve amparada y en cierta forma
favorecida, por entes reguladores con una carencia crénica
de recursos para hacer efectivas las leyes (debe recordarse
que la caza de corzuelas esté prohibida en la mayor parte de!
NOA).Araizdela faltadecontro},la mayoriadeloseazadores
ha dejado incluso de pagar los permisos de caza. Como
consecuencia, las recientes evaluaciones entre cazadores de
‘Tucumén dan cuenta en forma casi undnime de una merma
en los avistamientos de corzuclas.
Enel NOA, atincuandocl cuero decorzuelasesutilizado
conrclativa frecuencia en localesdettalabarteria, el mismono
tiene una demanda comercial importante (Richard et al.,
1995b). Sin embargo, en la provincia de Salta entre 1975 y
1976, se comercializaron en total unos 10,000 cueros de
‘corauela parda (Barbardn 1997). Deambas especies, el euero
de corzuela colorada tiene mayor demanda en el mercado
internacional (Ojasti 1984; Redford & Robinson 1991), porlo
que esta especie tendria mayor posibilidad de ser perseguida
con fines comerciales. La posibilidad de intentar un
aprovechamiento cinegético o comercial (cuero, carne) delas
coraielas en la regién choca con la ausencia de un control
efectivo sobre su caza, cuya regulacién se basa en
consideraciones “intuitivas” delos administradores de fauna
y no en datos coneretos que avalen dichas politicas
Conclusiones y recomendaciones
La situacién actual y el estatus poblacional de las
coraelas en el NOA sélo puede sostenerse en base a un
criterio intuitivo o perceptivo, dado la ausencia de estudios
tanto de distribucién puntual, como de densidad y grado de
coaccién humana sobre estas especies. Siempre dentro de
esta tonica nuestros registros indican que M. gouazoubira
cesta distribuida en forma més amplia, es mas abundante y
menos ensiblealaalteraciondesuhabitat queM. americana.
E] tipo de habitats ocupados por la corzuela parda
(principalmente chaquefios), tradicionalmente utilizadosen
el NOA como Areas de caza, la expone sin embargo a una
450
mucho mayor presién decazaseudodeportiva. Actualmente
son coincidentes las apreciaciones, incluso de los propios,
cazadores, que dan cuenta de un retroceso numérico en
ambas especies, aunque mejor documentado en el caso de
la corzucla parda por las razones antes expuestas.
Dado que la corzuela parda es frecuentemente
observada consumiendo brotesy renuevos de vegetaciénen
reas alteradas como quemados, cultivos y desmontes,
podria tolerar un cierto grado de alteracién antrépica del,
‘medio. Esta costumbre favorece asimismo su caza y podria,
brindar una falsa impresin de abundancia dada la
concentracién de ejemplares en puntos de alta oferta de
recursos. Por otro lado, la corzuela colorada parece tener
requerimientos de habitat mas estrictos; esto sumado a su
distribucién mAs restringida y su aparente menor,
abundancia, la harian mas sensible alas alteraciones de st.
‘medio ambiente.
Elactual gradodealteraciéndelas Yungasy lcontinuo
proceso de degradacién de las mismas, como consecuencia
de la expansién de la frontera agricola-ganadera y la,
explotacion maderera (Brown & Murillo 1991; Ojeda &
Mares 1984; Vervoorst 1979 y 1981; Vides Almonacid 1992),
constituyen tal vez el riesgo més serio para la corauela
colorada. Sin embargo el cardcter abrupto y de més dificil,
acceso delas Yungas, hacen lacaza deportiva (encualquiera,
de sus modalidades) menos frecuente y buscada.
Una mayor independencia del recurso fauna, como
fuente de proteinas en areas rurales, ha desvalorizado este
recurso en algunas poblaciones. Los cazadores
seudodeportivos obtienen a cambio de mercaderias acceso
a la caza y los servicios de guia de la gente del lugar. Sin
‘embargo, tal vez poruna cuestién deidiosinerasia,e!“pago”
para acceder a cazar es generalmente minimo y
desproporcionado en relacién al niimero de piezascazadas..
Dadoelusoquelospobladoresruraleshacen de lascorzuelas
esnecesarioconsiderar sus necesidadessise quieren aplicar
politicas realistas de conservacién de estas especies. Es
necesario evaluar las posibilidades reales de
aprovechamiento cinegético y/o turistico de las corzuelasy
‘otras especies de fauna por lo que son necesarios estudios,
desusestructurasy dinamicaspoblacionalesenlosdistintos,
ambientes, asi como su distribucién y preferencias de
habitats.
‘Cualquicr politica a aplicar debe contar con clapoyode
la poblacién rural, la cual debe ser beneficiaria de la
explotacién del recurso y debe consentir las pricticas de
subsistencia, Estas politicas deberan ser necesariamente
encaradas, dadas las caracteristicas de los cazadores del
NOA, a través de una fuerte campafia educativa y de
coneientizacién que involucre a los organismos oficiales,
‘ONGs y clubes de eaza y pesca. En el NOA existen dos,
instituciones universitarias, la Reserva Experimental Horco
Molle (REHM) y el Parque Biolégico San Javier
(pertenecientes la Universidad Nacional deTucumén),en
donde se realizan importantes tareas de extensién
universitariay educacién ambiental, contribuyendoen gran
medida @ aumentar el grado de conciencia ecolégica en la
regién.
La aplicacién de medidas de proteccion deberé estar
avalada por estudios queconsideren las condiciones locales
de las poblaciones de fauna. Para su implementaci6n lossano be consenvactn DE LAS CORZUELAS (MAZAMA SPP.) EN EL NOROESTE ARGENTINO
‘gobiernos deberian aumentar los eontroles a los eazadores,
queen laprécticasonactualmenteinexistentes. Unaumento
enclriesgodeser sancionado, productode un mayor control,
ha tenido éxito en areas puntuales (A. Canedi com. pers.)..
‘Si nuestras apreciaciones sobre la disminucién en las,
poblacionesdeM. gouazoubirase confirman,corresponderia,
asignar a ésta el estatus de Vulnerable (VU) (sensu IUCN
1994, en Ergueta & Morales 1996), siguiendo el criterio que
estipula asignar este estatus a aquellas especies que hayan
suftido una reduccion de sus poblaciones en al menos un
20% en los iiltimas 10 afios o tres generaciones. Para la
reginy hasta tantoseconfirmen dichas suposiciones,ambas
especies deberian incluirse en la categoria de Datos
Insaficientes (DD).
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