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86 ser un tema clave. El abajo que hay que hacer y1os temas sin fin este trabajo representa refleja a omnipresencia de nvestra opresi Las cuestiones y proyectos que las paticipantes de colec han trabajado realmente sone abuso que cnllea la estrilizaci derecho al abort, las mujeres maltatads, la viola y laa sanitaria, También hemos hecho muchos tlleresy formacién Feminismo Negro en campus universitarios, conferencias de mj 1y mas recentemente para meres en Ios inslituos. ‘Una cvestn de gran importancia para nostra y que se a pezadoa abordar publicamente ese racismo en el movimiento de {Jews blanco. Como feministas Negras somos conscienes de este ‘cho constantement,y con dolor vemos qué pacos esfuerzos hacen ‘mujeres blancis para entender y combatir su propio racismo, to require eire otras cosas que tengan algo més que una comprensi superficial dela historia y eultura sabe la aza, negra y de coor. minar el racismo en el movimiento de mujeres Blancas es por det in un trabajo que han de hacer las mujeres blanca, pero seg hablando y demandando su responsabilidad sobre esta cuestin. ‘En la prctica de nuestraspoiteas no creemos que el in sem Justiique los medios. Se han cometido muchos actos reaccionarios ;que empodere completamente alas mujeres de color. ticas, agendas que a menudo son opuesas, e produce un desempose> ‘ ramiento interseccional al que los hombres de color y tas mujeres luizacidn de la violencia doméstica fen conereto como las experieneias de género, aungue sean intersee Cionales, las que @ menudo definen y limitan los intereses de un aru po entero, Por ejemplo, el racismo tay como lo experimenta a pnts ‘de color de un género particular —digamos, los varones— tienden & determina ls parimetros de las estrategias antracistas, de la mi ‘ma manera que el sevismo que experimentan las mujeres de un pa ticular tendencia racial —digamos las blancas— tende a constr ‘com la base de fos movimientos de mujeres. El problema noes sim plemente que ambos diseusos obvian de algin modo a ls mujeres fe color, al no reconocer la carga «adicional» de patriareado o de ra ‘smo, sino que normalmente ests dscursos pueden ser nadecuoy para tateas como es la de poder artieular en qué conssten ests di mnensiones de racismo y sexismo, Las mujeres de color experiment fl racismo de maneras que a0 son siempre las mismas que ls que ‘experimentan los hombres de color, y et Sexismo se manifesta formas que no siempre son paralelas a las experimentadas por lat mujeres blancas; de esta manera, las concepeiones dominantes sob el antracismo el feminism son limitadas, incluso en sus propi \érminos. Entre las consecuencias polticas mas problemsticas que se det ‘van de que tanto los discursos antrracitas como feminists no fen cuenta la interseecin del racismo y patiarcado esti el hecho. ‘saber hasta qué punto persiguen ls intereses de las personas de el 1 las «mujeres» respectivament, de modo que a menudo uno de We Ia recogida de la informacién necesaria para realizar este en- 3¢ hizo manifesto que adoptaretatepias que silencien y supri- ycuestones interseccionals, llevan a ocular ls itereses polti- las mujeres de coor, e incluso, ponea estos mismos inereses gr. Intent revisar las estadistcas que tenfa el Departamento fa de Los Angeles que mostraban el indice de intervenciones| ales en casos de violencia doméstica desagregadas por distrito, que tales datos pod ofrecer un panorama, evando menos mado, dls arestos por grupos raciales, dado el prado de se dn racial exitente en Los Angeles" Sin embargo, el departa- ‘de Policfa de los Angeles (LAPD), no pudo darme esta infor- Fl representante del LAPD me expies que una dela rezanes no darme esta informacign era que los activists en violencia do- ea, tanto de deniro como de fuera del departamento temfan que sadticas efejran la volume dela violencia doméstica en as nidades minortaras,y estaban preacupados por las interreta- que podria haber si estos datos se publicaran de forma sesgad lficultaria a largo plazo el poder trata la violencia domestica tun problema lo suficentemente serio, Aparentemente, los ae- Jes preocupaba que estos datos se pudieran usar para tilda la cia domestica de se un prablema propio de las minoria,y at, stmara tomar aceiones contundents, FE informante tambien alegaba que los representantes de varias idades minortarias se oponfan aque estes datos se hicieran ps ‘pregunta por as implicacionesraciles, yest implica que las esta 5 Aparentemente es preacupabs que ests datos represenasen tia de resistencia que adopa el feminismo pueden reproduc y ret zara subordinacion de a gente de color y el aniracismo no se igunta por las implicaciones del pariareado y frecuentemente e “amirracismo redunda en que se reprodizea ta subordinacién de mujeres, Estas exclusiones mutuas nos llevan a un dilema sobre | ‘mujeres de color, pricularmeatedificll. Adoptaralguno de ests andlisi constiuye un ejrcicio de negacin de una dimensiGn desu yor part de senate aioe Yor sex00 ip ings damresas or se) rz, Con bro eager dos vis bm jer os ao sre ar fev pd oes de iain «mujeres cpa Sido conietes eet hecho ea sa ato sb Is ies eb soa ance ise Hay alguns eta. ais, er dren sis Naas ie Incrscincs: cups veroaaes nae nd on dea ae ‘este deseo por controlar es devastadra, no slo po vetimizar a af Shujeres Negras, sino por su efecto sabre toda la comunidad Af ‘Rrvericana, Recust la violencia para resolver coiictos estab tir ptrény un entorno peligrso donde educa a nfancia, conti eno a Eenerar tos problemas. Por ejemplo, sexta que cerca de Aeru0 por 100 de mujeres y nos sn techo de Los Angeles han huida ‘ela violencia de sus hogares, y aproximadamente un 63 por 100 6 fos hombres jvenes, de edades comprendidas entre 11 20 aos ‘Shin encareslados por homicidio han matado asus maces «alt Gants cWomen and Violence Hearings, 1991, pt 2p. 142). Aun fas paicas Afro-Americanas han abordado de forma cresiente ‘lemas como la violencia de la bandas, el homicido y ors form de cimen ene Negros, todavia surgen ideas patriarcaes sobre el eso el poder que excluyen el reconocimiento de que ia violend doméstica es ota forma de violencia entre Negros. Hay posturas extremas, como ln de Ali, que ustiican ue dd la violencia contra las mujeres en nombre de a fiberacion Ne Sin embargo, lo mis comin que se interprete que los ntereses Iitioe ycultarales de la comunidad han de imped el completo tposimieato pablico del problema de Ia violencia domésti. Set reanen afar que serevonode o que hay acuerdo sobre la existe {ela violencia entre Tos americans Blancos, pero a mismo lem ftmponantereconocer que la aza wade otra dimensisn a por qué ‘nsiiiza el problema dela violencia domésticaen las comunidad ‘de personas que no son blancas, A menudo, la gente de color d Sopesar sus intereses y evita temas que pueda reforzt 1832 dis ‘onan percepcin paiblica de sus comunidades, que se enfrentan hocesidades de reconocimieato y que pueden generar problems oc en fa comunidad Raramente se reconose el cost de esta inva Tac, en parte, pore no abd esta cuestion conte iii la impostancia de este problema, Tea controvesia sobre In novela de Alice Walker, Ecol pi ra, se puede entender como un dete inferno en la comunidad cose pico que implica scr aun de ne txiseen a comunidad Nep,Algunss yes res saan 3 terpore ea qu ac dee hones Nee por repeat oro tts intr ery, 198 9 Pca. 1987, 17, etsran Walker prc! eo qu ce de Celi prego aque se aus emo ieee y ue ll seit eer bare Ca er Ng impose de maar ue rs pense como mujer te verdad, que no potas un econ nua comunidad tars, 1989139 Telanar que gin do Cte neu persons eto, Ter coms un onecvaca dl sleniaent de la visen. Font Seno da omni Coe podria ser ieee a clgier Nr uc psamos Cones, por uel ror el experiment ane por las mujer minors cel anne pasando de ver ronment ang se com ie} qe sede a sexs acl, Por specs Ke ls retentions dof ona Negea tates tas como onl fin nome etn carta Jnto text neal de naacons ue seman mics comunidad Ao-Amerca que cpaildecamene Veen. Sin eve pelea ost esto de ssa vile io ea Gas maravs ongenes que mieten et petro to delnexprencia Net, La siren de ano Ge ens fer rombre de ania on costs eles. Sn hay flo ison sbe la wseni en comuigns minis 0s Sei ona posure pole que census etapa en ua i rac mpi pono ston qian as m= olor Por mpl, sists us han netado rece so apoyo a mutes say AlrAmerangs, Jeeta fs rsitencas por parte algunos os ders de as ratuo- ius mises comunidades" En ts onions, los factors “Gal Negn io forza enero erat aire cl a ern ida Ne Ameren, et rae ORT del EH cs meee Neg be 2) * " rd este rec interes tes oun ‘utes americas a oni Al-Ameran an sma einer protractor te panos es At-Abonc ue presnan com Pro (ot termes: cry sie eel anoles OS culturales sociales contribuyen a suprimir este ems Nida Rion Ceara dela Casa de Acogida Everywoman de Los Angeles, sata argu en a comunidad asia s una priridad salvar el honor dep recta de ta vergeenza poblica (Rimonte, 1991; Rimonte, 19895 Jr's, Desafonunadamente, eta provid ene a er inerinsal nr ine norma que oblige & las mujeres a no alr a vor, €n BAH ‘Se obligar los hombres a no agri. earn» la cultura contribuyen a suprimir el debate sobre violencia doméstica por ols vas, Freeventement, as mujeres d rasren reais a Hamar a la pica, debido aque i gente de cl srrgeneal se tesiste a poner sus vidas privadas joe esruiio or erat de una fuerza poicalfrecuentement hos. Ademés Nay Sts comuniaria general en contra de la intervencion publics aan cae un deseo de eear un mundo privado libre de fs intrusion sae ret dela vida pablica de aquelas persons raialmente su ‘Tinadas. En exte sentido, el hogar no solo es el castillo del hombve ‘dninosparacales, sino que estambign un refugio seguo cot t Tramifacones de una sociedad racist, En muchos caso, el desco teger el hogar, como relugio seguro contains agresiones del ey vr pusde estar haciendo mis dificil qe las mujeres de coor pu ace protocion conta las aresiones que suceden en el og. recurs antracistas fenen también una tendenci rel rise 4s problemas de violencia contra las mujeres de calor ent {Jue manifestciones de racismo. En este sentido, aro de cue ae genera en el seno de [a comunidad se esiznifea para convert onsevenia dea sarin rail soto vnc. lemon sen ero quel ra cnbyeal ick dea vi dao el ests gu os hombres de oor expeimenan ont aclu dominant. As es mis querzoni exlort eines ete lac ya violencia dora No bane, eo dea vilencie cho mas compe va mas all J en casa ice Cando se arguments eta viens Somes Tas comunidad de clorpone de manifest is rrcones os del ace al padermsclina cn ote exes se ende& tambo racvertelpoblen cans seradien as cis de poder ent Ios tomes or To homes ln nie cn navi eo contaprecent primero, oie ls Rombre con paler pe sin en mee eo mit Imporane a oe se vuelve sar igncr my datas gu som props de Bs dns pr masa, Un seat mls vo auc benicar is mrs yon ion coma hombres = consi en eine at slits mgencs a or aii mc ee oe ona med gta de a ngenca masala Se pode cvesto- Tell de ne ereanva pode, mentads mn Jonas qe iia tanto comuniadcoma wis encontrar no nila dete un parte potas de ea fetes de nervenio ambien st caro qe as mee de tm pusen evr espera uc sc consign el fn dl camo, nu nccsdad de vv ss vid ies de ile “Ga posure de algmacomuies Asin mea i et: es aa nes con ils Ros Deco em ee Aree Caena Abt 9,18 0.07.8 ene Sem eh tne ae eo ee nee de 101, a eon era eg sa cao ques erent rae 15,1004 Cok oe yn mene tas prea ae Sg ‘SEEM Seer dete on Mees co I ey ops oor hale qe aposaha a aba 2 et a a Sta iin conse sg eV nee man naman eaten 3 2 La 4 ect ac eon deo cil dln Dl | sn eraser enclose. 19-124 Cone Bus, by sobre la racy la violencia doméstica laceoos os 106 —nersciones: cue y etait en coral sind fos mares. 107 mosle familias pobres y pertenecientes a minoras—. La estate centonces Se centra en «buscar a quiéaculpar», haciendo hincapi ¢ ‘que abuso conyugal también ocure en las comunidades de él blancas. Algunos experts hacen explicit su rehazo a Tos ace mit estereotipicos sobre las mujeres maliratadas (Women and Violen Hearings, 199, p 2 . 139). Algunos expertosinlusotransforman mensaje y afrman que el maltrato no es un problema exclusive ‘comunidades pobres 0 de personas pertenecientes a minorias, ya ‘man que el maltrato afects por igual a todas las raza y clases (Bo ‘mann 1990), Parece coma si siempre hubera estado presente en | campafas conta ia violencia doméstca el decir que el maltrato osu en familias de cualquier raza o clase (Women and Violence Heating 1991 pt. 1, p- 101: pt 2, pp. 89, 139). Los testimonios y estudics primera persona, por ejemplo, sistemsticamenteaseveran que el mi rato atraviesa ls Frontera raciles tnicas,econémicas,educativay relighosas (Walker, 1989, pp. 10 1-2; Str, Gelles and Steinme 1980, p. 31; Clack, 1987, p. 182 n. 74) Existen incontables histo rarmadas en primera persona que comienzan on una afirmacin tipo: «No se suponia que yo Tuera a ser una mujer maltrataday conclusén es, desde luego, que existe una mujer maltratada tpi una euyo hagaje de raza o case contrasia con la identidad del que bla y que de ahi es de donde surge el comentario irinico, Se jue conirasar los mitos con las realidades Sobre la violenea, lo eval cfectivoa a hora de desmontar las ereeacias sobre la incidencia de violencia domestica en la sociedad americana. Sin embargo esta tética es problemtica, por una parte pu tener un doble efecto de enraizary a a vez erradicar la wotredady las mujeres como victims de la violencia de género. Est claro, ‘otra pare, que el feminismo y el antiracismo han de usar esta ‘que ataguen los esteretipos subyacentes en las concepciones antes sobre la violencia doméstica. Al sefilar que la violencia es problema universal, hacemos que las élits se veanprivadas de su seguridad, tempo que las familias que no son de élite tengan zones para no estar demasiado a la defensva. Ademds, es posit ara todas las mujeres maltratadas saber que no estin Solas. Pero e e, sin embargo, una deleada linea entre desarediar las creencias ‘ereotipada por las cuales slo las mujeres pobres o pertenecient rminorias reciben malos trates, y apararias para cetrase en ls ‘quienes las polticas mayoritariasy los medios de com estin més predispuestos a presar anid, Es poso probable que aliados jueguen con tales sensiilidades —y est ain menos ue una respuesta de apoyo incluya esta sensibilidad—, por eso upan la retrieay las represenaciones que producen las éli- Una forma de ilustrar estas posibles preacupaciones la podemos rar en los comentarios hechos por el Senador David Cohen, a Ley contra la Vilencia hacia las mujeres de 1991.” E 1 Cohen dijo que: Ia agresionsy volaciones en el smite domo no slo suceden {nel sano de uestas cud, no slo oct eh 0s casos alos gue se es da tanta publicidad y que lemos cn los peiicos o vem ea vision durant as noticias dela noche... sti arediendo mac. tras madres, espous, is, Hemant, aigas, veins, compara mador Cohen y sus colegas que apoyan la ley de 1991 ereen sin que se refieren y deca toda su atenciginy recursos a todas las 5 que son victimas de la violencia doméstica. Sin embargo. 1 su retrica universalizante al reertsea «todas» las mujeres, »puieron empatizar con las mujeres vitimas de violencia domés- lua vez habian pasado la situaiones que afghan & las «otras» asi poder ver en ella caras conosids similares alas suyas ra que emana de reclamar proteccid para nuestas «madres, hijas y hermanas» tiene que ser una protesta que se fije en zy clase social concreta A fin de evenas, sempre se trata de 114. Faeo de 190, Senor Seep Bide (D-DeD nado ney 15d Ly soi Vino mae 1 a pan a lt Sen (99) Lay naar me de pre cl see qu eam asf ue Ne ican TL day proponent vpn sieves qe pr aes ea vision 13230), Ete lo lang so ue appa ey Ls deltas mova pel cro ee visa coman segs Fo ea vicacin el decode cin nor diinah Yor tte 3 a nl es nem deo ce io: pra esac cds cn ar allen ent hogs 8 Rep. Ne be Sen 3 (191, a I Cong Re. 6 T(ly 4d neo de 199), tia de Sen. Co, 108 ______tnenseines:cuerpsy sexitaes eo era sind los een. 109 1a madre, espos, hija © hermana de alguien a quien han malady, incluso evando quienes nos imaginamos sean Negras, latinas 0 pk bres. Lo que importa aguf no es que la Ley contra la Vielencia hac Jas mujeres de 1991 incluyatérminos que atienden a particularidade, sino si ls senadores y otros legsladoresrepararin conscientemenit fen por qué se ignora la violencia. Mientras fa violencia sea concebid ‘como un problema ligado a las minorias, seré poco probable que trate con igualdad alas mujeres de color en a distibucin de re y de atencin asus necesidades. An menos probable, sin embargo ‘que se pueda forzat a aquellos con poder a abordar esta cuesti Mientras los intentos de politizar la violencia doméstia se centren ‘convencer las lites de que este no es un problema de «minors sino también un problema que les ineumb, se seguir considers peligrosa cualquier atencin eal ycuidadosa para ls mujeres de gn os minovitaros ‘La declaracién del senador Cohen reflja una postura pot ‘consciente sobre la violencia doméstca, y podemos encontrar la mi ima perspectva en el programa de televisin emitdo por la cadet (CBS, llamado «48 Horas,” que aparentemente muestra un pats recido de wtredad> de las mujeres no blancas en las noticias dep sa sobre la violencia domestica. nel programa aparecan sete mul res victnas de violencia. Inclufan seis entrevista en profundid {donde as mujeres aparecfan con su familia, amistades y apoyos, il ‘luso junto a personas con quienes discrepaan. EI espectador pu ‘conocer algo dela vide de estas mujeres, con una naracin humai da sobre ss vids. La séptima mujer ea la nica que no era banca fo Fue nunca el centro de atencicn durant este programa La ma fe la que apareca alo largo de todo el programa era iteralmente i conocibe; primero se la mostra en fotos en Tas que tenfa lac ‘eformada por los goles, y més tade, con su imagen distorsin ‘leciinicamente, en un video en el que se fa obligaba a tesifiar tun jicio, En otras fotos, esta mujer aparecia en una habitacién mi cada de sangre y una almohada también empapada en sangre. Su vio aparecin espesado, mientras la cara hacia un primer plano apatllastlenas de sangre. De todas las mujeres que aparccian en rama, su aparicidn fue la mas grificae impersonal. La idea de esta parte del programa en la que aparece Ia mujer en cues- {era que el maltrato no legaria a convertirse en homicidio si as maltratads colaborasen con los fiscales,Siguiendo su propio el programa no abordé por qué Ia mujer no colaboraba eon lia y en Iugar de eso, et programa marginé la historia de esta yo que es per, transmit sutilmente Ia idea de que ella mis- Ia responsable desu propia situacién, ‘A diferencia de otras mujeres, todas blancas, ella no tenia. ni ne, ni familia, ni eontexto. BI espectadors6lo lave como una ima que no colabora, Aparece lorando ante ls fotos. Se ve como no tener que verimigenes de Ia habitacin lena de sangra y st desfigurade. El programa no ayuda a comprender por qué n0 ‘demostrar miedo, amor o amas cosas. Y lo més desafortunado reno se le brinda la positilidad de mostrar su propa historia. AL ie programa el resto de las mujeres apor su testimonio, mien= {que de ella no sabemos nada. Este programa muestra la visi {e patologizacisn de soto: los telespectadores se aman a 8 de su Vida. Ven Ia violencia a la que se enfrent, pero no ni entenden por qué permanece en esta violencia, ‘La comunicacin —por sf misma racional— parece sor virtual imposible. La vida de los sotros» es como un guiGn predecible dale que sirve asi como un en simbtico ene que sparecen mas accesiles y conocidas. Uso esta deseripcisn pura sugerir que incur simbdlicamente a yjres de color, a modo de objetos, es desempeerante y es una clara de exclusién, Tratar de politizar Ia violencia conta las $ no nos ayuda a fijarnos en las mujeres Negras y perenecien- minors, sobre todo, si nos quedamos con esas imagenes para far los problemas en lugar de servi para humstnizarios. De Jorma, la agenda de demands antiracistas no va a avancar sig jvamente a cambio de eliminar ala fuerza la realidad existente el maltrato en grupos minoritarios. El programa «8 horas» a claramente que las imégenes y estereotipos que tenemos y 08 comtinmente no sirven para generar una comprensin sensible raleza propia de a violencia doméstica que Viven las mujeres rienecen a grupos minocitrios 19,48 Hora Hosa que fs moe on ear (pram de levis dea (ter de 13 112 meres: ees seve enn nui pan ot rpms 13 sms, admis que ya habiantenido situaciones parcidas en el pasado, ‘con mujeres que no habaan inglés, yfinalmente dejaron la casa por {que no $e podkan comuicar con nadie. Le mostré mi preocupacica extrema por st seguridad y reiteré que podsfamos ayudar ofrecfendo Jos servicios necesaris hasta que pudigramos conseguir otra plaza ea ‘otra casa que tuviera personal bilingue. Finalmente y después de algunas Ilamadas més, ka casa de aco da accedi6 a dale plaza la mujer. La mujer Hamé una ver ms ds rante cl proceso de la negociaién; sin embargo, después de habet consensuado est pla, 1a mujer nunca volvi6 a lamar. Campos dij, “Después de tanta Hamadas, me pregunto si esti viva ya salvo, iM proxima vez que estéen una situacién de crisis tendrd fe en mvcsi ‘apacidad para ayudar, 'A pesar de la desesperaa situacin en la que ve encontrab cs mujer, no se le ofrecis la ayuda disponible para las mujeres que hablan inglés todo debi a as egidasroglas de a casa de acoy ‘Quizas més problemen atin qu la falta de recursos bilingies fue recharo a que una amiga © un familiar radujeran para la mujer ‘cuesti, Esta historia muestra lo absurdo de esta perspectiva fein ta en concreto, donde era mis signiicativo y prioritario asst ‘grupo de apoyo sin traduetor que el esgo a su inlepridad sca en tealle, Nose tata tanta de seal que el ideal de empoderamiento cesta casa de acogida fuera totalmente vac, sino que se impon unas normas sn importa las consecuencias desempoderanes, ys tas mujeres que nose ajutaban ala clase de usuaria que se imag las administradoras dela casa de acogda. ¥ asf, no cumplen el ‘vo bsico del movimiento de casas de acogida, que es sacar del roa estas mujeres. Esta mujer enstuaciGn de crisis vo que pagar a acttud ‘asa de acogida, que se negaba aatender las necesidades de Las m res que no hablakan inl6s. Campos dij: «es injusoestresar mis més. estas mujeres, obligindolas a demostrar que hablan inglés petentemente, como requisito para recibir una ayuda que sf rel ftras mujeres, No podemos tilda este problema de ignoranca bi iencionada, De hecho, en Nueva York no es nuevo cl escenario {de se impone el monolingismo y la mirada homogeneizante sobre texperencias de ls mujeres, Ast varias mujeres de color infor ‘que repetidamente se encontraron con la exclusion, preseate en el je uilizado y otras pricticas que marginaban los intereses de las yjeres de color.” Adm a pesar del trabajo repetido de lobby, la Coa- dn no hizo nada por incorporr@ la vsin principal de su organi in las necesidads de las mujeres que no eran Blancas. ‘Algunas voces eriticasafirmaban que cuando la Celicin no se frente a estas euestones demostaba una vsiéa muy estecha, ba- en su nleraccin con las mujeres de color. ‘Tratar de inclu las mujeres de color es algo que se pens6 mas 2. Solo cuando la Coalciénrecibié una gran subvencién esata contrat a mujeres de cor, se invts a estas mujeres partici- f Sin embargo, como afirma tna acontratad, «no estan eal- preparados para enrentarsea nosras © nuestros temas, Pensa ue simplemente podian incorporarnos a sus organizacioes sin 3 ninguna de sus eeeneia y que estarfamos contentas ncl- Jos gestos més formales de inelusi6n no se podan dar por hechos. jun ocasim en la que habia varias mujeres de color en una reunign Aiscuir si rear un grupo de abajo sobre mujeres de color, el estuvo debatiendo todo el dia sobre si se habia de incuir este en la agenda Desde el principio, la relacién entre las mujeres blancas y tas 2 de color en el comité fue complicada, También surgieron conficios ligados a ls diferentes definiciones de! femiaismo, ejemplo, el comité decidis contratar una persona latina para ges los programas dirigidos a la comunidad latina, pero los mem lancos del comité de contatacién reckazaron a las candidatas sno tenfan eredencials feminists reconocidas, aunque tuvieran de los miembros latinos del comits. Como seal Campos, al Reon soe os monies conte Raa a Vilna Dan de Ati de 1952 trancricon et ohio de Sard La Review Lo pr dct urn Dam Campo, Dest liga teh ret ii cont a Violesct Doss el Eat de Nor Yes Ee’ el Pryeclo de tent oa Vita an poses com de Hale, Nueva Vek gue acl Instat as a ees Ma. Hyde Rear, rs so eos Rca el Ee ta persona ln del Pyerta de neni on Vitus hose ences sore arr cata ens nto conto cm x Caion fla Violets Damen stad de Nove Yorn ro eal dst succinic Se cya ala ro dl eindoy pence pe. ens nels queen te de coin, 114 tne tery sues en ent yan fosideeas. us revise la biogria dels caidas latinas, los miembros de comity {que eran blancos, no eran eapaces de reconocer las distintas circus fancias en las que se gener a conciencia feminist, y se maniiesta cl seno de los grupos minoritarios. Muchas de as mujeres entevis- ‘das para este puesto eran activists consolidadas y lideres en sit ‘comunidades, lo cual sugiere que conocfan las dindmicas de pene txistentes en sus comunidades, y que eran Iss candidatas mejor cual Ficadas para gestonar el contacto con la comunidad, mucho més q ‘otras candiatas con credencilesfeminstas mis convencionales, {La Coalcién tering unos meses més tard, cuando se mare rom las mujeres de color. Muchas de estas mujeres valvieron a sus of ‘gaizaciones comtunitarss, prefiiendo luchar por las cuestiones de mujeres en el seno de sus comunidades, en lugar de enfrentarse ism y clasismo de las mujeres blaneasy de clase media. Ast, co fe ilustra en el easo de I latina que no pudo encontrar una cast scogida, cuando se impone ura perspectva particular, a forma de o unit las prioridades en las catas de acogida seguir marginando las mujeres de color y sus necesidaes. ara las mujeres, la cha Sobre qué diferencias importan y cu les no, noes un debate abstrctoo insignificant. De hecho, estos eo flitos van més all de la diferencla; generan un debate clave sobre poder. EI problema no e simplemente que ls mujeres que dominan movimiento conte fa violencia sean diferentes las mujeres de cl sino que & menudo tienen el poder para determinar bien través recursos materiales o retricos, si as diferencias interseeconales de ‘mujeres de color se incorporan ono en la formulacign de una polit

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