que la vida sin música es un error. Un estudio de la Universidad Northwestern demostró que las personas con estudios musicales están mejor preparadas para entender el habla de sus interlocutores en un ambiente ruidoso, por ejemplo, en un restaurante, salón de clases o avión.
Esto confirma que la formación musical puede compensar los
efectos nocivos del ruido de fondo y sus implicaciones. “La prueba apunta a un aspecto pragmático de la magia de la música”, comenta Nina Kraus, profesora de neurobiología y directora del Laboratorio de Neurociencias de dicha universidad. La audición del habla en un ambiente ruidoso es difícil, pero la dificultad es en especial compleja para los adultos mayores, quienes pueden tener cierto nivel de sordera y pérdida de memoria.
De acuerdo con el estudio, este segmento social podría beneficiarse
de la reordenación del sistema nervioso que ocurre durante la formación o entrenamiento del oído. Los resultados apoyan el potencial terapéutico de la enseñanza musical para la rehabilitación y su uso como parte de la educación básica, lo cual contribuiría a acabar con los problemas fundamentales de comunicación.