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Dulce batalla nocturna

Hctor Maestro
La vida me sonre como la excitante curva que una seductora y desinhibida dama
de anchas caderas con cuarenta otoos sobre sus algodonadas alas, delgada y de
piernas torneadas que se clavan en el suelo como navajas en madera mojada,
pinta sobre sus experimentados labios sabor a miel y caf, combinndolos
astutamente con un radiante vestido color carmes, y que a pesar del crepsculo
de su juventud, luce orgullosa las montaas y valles de su an despampanante
cuerpo, coronada por una envidiable cabellera oscura como mis noches.
Haciendo un gesto, coloca sobre ellos unos dedos acabados en elegantes uas
pintadas con los que me llama; comienza a susurrarme cosas con su voz
aterciopelada, y sensual, me espera sobre sus altos tacones negros en el umbral
de una hmeda habitacin a sus espaldas. Me invita a volar sobre la verja de mis
miedos que me separan de su tentadora silueta-, dispuesta a correr las cortinas
de mi timidez, cerrar por dentro las puertas de mi desvaro, apagar las luces de mi
derrota, dejando entrar solamente la luz de la luna a nuestros jardines, y en la
ansiedad de su deseada entrega, fundirse conmigo ensendome el arte de amar
y vivir para despus de una vspera de plata, dar a luz a un nuevo ser despus
de esa dulce batalla nocturna
Comprendo su insinuacin y cruzo rpidamente el breve y claroscuro pasillo
desenfundando la espada de mi valenta para entregarme a los ansiosos brazos
de su apasionada espera.

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