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[42 El siglo xxi, un punto de vista para la literatura comparada* JEAN-CLAUDE POLET ‘Una ojeada retrospectva, desde el umbral del siglo xx, lo que los historiadores, falta de mejor nombre, denominan el Perfodo contemporsneo (desde 1789 hasta nuce- {ros dias) se impone para caracterizar una época en la que la humanidlad ha conocido, en su totalidad, decisivas mutaciones de civilizacién. Examinar esas mutaciones a parte de Ia cultura europea resulta muy significativo puesto que ha sido manifiestamente el ideal de los valores europeos el que ha empujado al sentido de la historia a sacar de su rine6n, como cantaba Paul Fort, a todas las gentes del mundo para que, cogidas de las ‘manos, bailen tna ronda. Apoyarse sobre las obras de arte de las lenguas con el fin de caracterizar la cultura parece particularmente apropiado: si la lengua es, en efecto, um ‘material moldeable, es también, y atin més, un prineipio de identidad individual y colectiva, y la evidencia misma de la paradoja del hombre, universal singular. Para ‘ratar con validez de literatura en historia, desde el momento en que se pretende sobre- pasar las fronteras de las distintas lengua, slo eabe Ia literatura comparada, En la era de la rmundializacion, la defensa de la universalidad de las especificidades, clave de la dignidad individual y colectiva, y la promocién de las dialécticas fundadas sobre las sinfonfas de la unidad y de la diversidad, clave de la Paz, no disponen de mejor modelo ‘que la disciplina comparatistay el espiritu que la anima. Historia, cultura, literatura ‘Todo esti ligado en la historia. Sobre todo, la cultura no es el arte de Ilenar el ocio, ni de vivir segiin la moda, ni de disponer de un certificado de buena conducta y costumbres expedido en los aseados barrios residenciales de la inteligencia. Si la cultura esté rela- ‘cionadla con la economia y si es una riqueza, no es, en principio, porque ella misma sea también un sector de produccion y de intercambio: es porque refleja la verdad de los recursos de que disponen los hombres. Y podtfa decirse lo mismo, en términos de poder, de deber y de saber, a propésito de Ia significacion social de la cultura. Si todos los aspectos de la expresion de la consciencia, del saber y de Ia sensibilidad estan unidos eny porla cultura, y si cada uno de ellos sélo representa tna parte dela verlad, se debe que la cultura da cuenta, al mismo tiempo, de todas las situaciones y de toda la situaci6n de Ja condicién humana en el mundo, Si es verdad que todos los aspectos de la cultura expresan Ia condicién humana, la literatura parece hacerlo con una muy especial precisién. En primer lugar porque sit tinico modo de expresion, el lenguaje verbal, es, de entre todos los lenguajes, el mis explicit; después, porque el testimonio verbal de la experiencia humana redine mis + Teaduecin de Manel Gane de vis amente que ninguna otra expresién lo universal y fo singular. En efct, si es So enguas sont prion, rmundos constuides para afontar To posible, es a eal indivi, con autaletos yen st medida prop, encuene en elas 2t6 es su manera de hablar, de decirse, y de decir ol mundo. Un lugar, una “una experiencia, una visién del mundo por definicién tnicas, inéditas, singula- 0 ‘a través del ejercicio controlado de Ia lengua en la cual se viven, se saben, repcnment, ala pa sngularesy en a letra dretao por medio de la taduc FB iversalmente comunicables Fo cats nid en la historia, se entende fciimentecémo y por qué la iterate gpisco asticamente controlado dela lengua, dice la historia al mismo empo que Fs en lla, pues la lengua no sostene con la historia menos velaciones que la istorin con la lengua. He gun cuanco na obra trata sea un mundo en sfqe inital etorahundi- Mi ycada auto, través Ge 5 obra, pueda representa como hombre universal, Gloves menos cierto que cada ait y cada letor estan situados individual ¢ Cimon, es decir, en un marco de miles rlavidades en cuyo seno se mpo- ‘erty evdencias yrasgos dorivantes, De abla lida, a pesar de stab fete lig, de qe ovine Gea erat pun ple a sopesr fr rtvoes propontento pespestivas de ecapitlacion y panoramas sincrénicos ‘Einan alos srtores ae, nis alt del éxito inmediatoy de las modes, han uid neon, en su empo propio, leva sts espeiciades hasta la universalidad, jevolucién informatica y mundializaci6n cultural "Hoy, sin embargo, las condiciones de In informacin y de a commicacin han mexifca- {Bo pofunsamete las esionescaletieas ente lo io yo divers, ents unsvesal ad ys copiicidad bien pareve toda neceerio leetimo sitar en la coberencia {ptera de tn agar un tompo yuna lengua ello paradjico de universalided ysngul- Fed quela obra de arte amc entra exteioridad del mundo yl intrioridad humana, ceca vez in immposibe contenarse con ello. Pues resulta urgnte tomar en ontderacin la consecuentn mayor de lnseienteacleracton ela modemidad, Impl Sida por el are dea eon nostic verdad tne ene Gano para haber provcada, puesto que yt ha sued, una ruptra de época hist Coos ea contcutncla marco sivota yarginalzatn sl menor abortion, " Ginchsolemplaamiento en posciones defenses, delay nstantas caltraesnaciona io locales inser de a Eda de Clr, Aedes te) a dejan “els grandes lengune por parte de os Extados-Naciones'Antaonormativas, hace poco __nunreguladoras de connivenias de todo gener deolgico, plc, rico, scilég- fo, pacologco, eteico, cio, Ingtatco), percbidas como autoriades,o al memes onsderadas como puntos de eferenca para chceri lo petinente, he aq que dichss stan intermedtarae on somidas fa competencia no slo dela prensa o de fos _ debates organizados por las radios 0 las televisiones, sino también, a través de Internet, a 1, Giro tusloos de a mundo ae compen en pede essen ut ands ngs del ‘mundo leer mono renconands cling css ccna ya que seme Poker da SIMS spent oa ess ngs so an sve amin neh proc pore so ice ‘ical de queso be, yl tno temp stds de eins omnpesacl, epederada en deren sca eens gmc on ein de oe Pn ore een de es ane su uentalaion {Mclain princi au aan, au gcc tron, Pes wn eng sn erat in a jaa snvesri@acion vanAtisie Ia de toda clase de foros de discusion o de lugares de difusion dle opiniones capaces de ‘erearse una auidiencia tan amplia como la suya. Esta deslocalizaci6n a la vez. simbeliea inmediatamente real de los puntos de referencia culturales se eva a cabo ademas en un jubiloso desorden en el que se despliegan ad libitum dinamismos empresarialese inventis Widades calles Ai estinactuando ls valores tradicionales del en europe, Tents palancas del dovenir de las scctedades dela esperanza dc los Inds tumento lab delaigueza disponible, ideal dun alo alo ana, iberation da los constrefimientos fisicos del trabajo, la alegrfa de las renovaciones, el gusto por el Hesgo In aventura, In impaciencia del porveniry, por encima de odo, la insente txgencia de una immediate entre lo individaal lo versal, Al mexicarconcretay ‘niversaente para cada on, nternanta poten, los parsmettos de defniton de Sst nang ele sg arin nama deci gue hace posible amplisconnivencn inmediaas, weve po gal unente una com "biidad temedint, que als instance olla ley cues organiza de la elerencaa de cada cal eon el conto deas ue cortitayen I Humanad,clesaura ue sea €l tempo y el espacio (Pesto gue tao oes mis pertnente que io lean, nla especial menos siniiaivo que fo general) de dicts referencia, la feng en que ryan sido expresadas todas se variants dialects), Ta munlalzacién ealtral, proceso de expansin universal del acceso alas real dades, estaba Intent, y ya en cutto dseetoen Europa, desde Cristal Coan y Maga lines’ Hoy, cuando I tecnologia In pone de modo abiracto pero también concet a disposicion de todos, aquella se ha convertido en un hecho universalmente individual, irreversiblemente consumado. Este hecho es todavia explosive y conflictivo, no sélo porque toda una parte de la huranidad se vea excluida de la nuieva creatividad y de la nueva consciencia que con ésta se desarrolls, sino también porque la consciencia uni- versal dominante se preocupa, simbdlica y realmente, por el debiitamiento, por la casi tulna de las instancias y de los principios de identidad intermediasios (principalmente, el Estado-NaciGn)? claves de la consciencia y de la seguridad colectiva, Esta relativiza cidn de las instancias mediadoras entre el individuo y la Humanidad corre el riesgo, en efecto —se constata en todas partes—, de suscitar, hasta com In violencia de la desespe- racién, poderosas inclinaciones hacia el repliegue y hacia la reivindicacién de identidad, local, regional, nacional, linguistica y, globalmente, cultural o religiosa. Tal es el sinto- ‘ma de angustia provocado por esa relativizacién del mundo intermediario —y la reac ciGn conservadra frente a ella— que, cuando se la considera al contrario con optimis- ‘mo, estima positivamente la mirada de quien puede en lo sucesivo comunicarse direc ta individualmente con el mundo y se sabe, real y simbdlieamente, espejo activo en el caleidoscopio de la Humanidad. Se sienta 0 no inquietud, no cabe duda de que esta creatividad y esta consciencia inéditas tienen que hacer frente 2 la ambigtiedad de las nuevas ilusfones, ni de que la educaciOn, para seguir siendo humanista, lo que debe ser hoy mas que nuinca, ha de aceptar nuevos desaffos: en efecto, en el poderoso espejo de Internet, ciego a fuerza de ser Ia posible medida integral de todas las diferencias, lo virtual, a despecho de st 2. oes responsable do que jo con la mundane 0 cont, yeas dos eta m9 se encenan ene miso plo spp prt dso 3X hopes, en Esopay en eshte, fssralo de incase puns de ida de uparveciny otoemnietos lives de codec Teeupraia ode nsturacin, de ena Se tae eri, gms vce sobre nal ede lings as que nats ena por cae deter, Dich nis rspond ela nye dean (sors mca, cada Ye ms aeetu,de abrecnenpenar of seni de tes en Ie aps numa demas genial todas Jas lenguas, en todos sus estadios cronoleégices y en 45 tiende a desempenar el papel de lo ritual, pero con vistas a una comunién ida, abierta a todas las posibilidades, efectivas,licticias o mentirosas, segtin un ide consistencia, de consenso o de autorizacién que corre el riesgo del aislamiento 116 del orgullo absoluto —a fin de cuentas, frente a su ordenador el internauta sconstituye en director tinico, yen ocasiones extremadamente poderoso, de una inves- gacién que tiene acceso a Jas respuestas registradas por toda la humanidad a todas las tas que ésta ha juzgado conveniente poner a la disposieién de su saber, ce su -y desu poder. alidades de la edad roméntica y competencia, por la ciencia, un clasicismo triunfante ia evolucién se ha hecho patente progresivamente a Jo largo de todo el siglo xx. El si- 136 el de las més profundas mutaciones conocidas por la historia de la hurmanidad, y {que asste conscientemente, en la literatura como en todos los campos, a la mezeolanza Ja clversidad universal, Siglo mcelstrom donde naulragan cada vez mas deprisa, en sus stradas por Ja aceleracién constante del progreso de las ciencias y de las técnicas, y ‘por el desarrollo econsmico y social impulsado por Europa occidental y exponencial- " Fnente demultiplicado por el extremo Occidente americano. Siglo de fin de milenio que ‘parece dda entre sus rafces pasadas y la busqueda de una nueva universalidad. © Origen de los valores dominantes en el mundo contemporsineo (los derechos del hombre, la democracia politica y social, la economfa liberal, la ideologia del progreso, ttc), Europa ha cesado paulatinamente de ser su principal guardiin, pero conserva aun “Gerla autoridad de arbitraje en cuanto zahort de la modernidad, y la independencia de | quien puede facilitar el advenimiento del niicvo humanismo esperado. ‘A principios del siglo Xx, a literatura Hega derecha, en Europa, al final del largo _ impulso que le dio la gran corriente del Romanticismo, cuyos origenes se remontan a | os tltimas juegos de sombras del Siglo de las Laces. | Nacido en las culturas germénicas poco después de la muerte de los principales | aflésofos» del siglo xvmt (Voltaire y Rousseau, en 1778), faz ideologica y estética de lo _ gue explotaria politica y socialmente a partir de 1789 en Francia, el Romanticismo se propuso en literatura devolver st legitimidad intelectual, vital y estética a todo aquello, ‘que, desde el final del Barraco, habia sido desterrado por la estética dominante, esen- cialmente clisiea (segunda mitad del siglo xvn). Asf fueron rehabilitados y promovicos Jos resortes del conocimiento que permiten al hombre experimentar esponténeamente su propia condicién en contacto con la realidad del mundo, al margen de las reglas fstrictas de la racionalidad: en la paradoja, Ia contradicci6n, Ia antitesis, la ironia, lo indefinido, lo inacabado, lo fragmentario, lo inextricable, Io analégico, lo simbélico. Paralelamente, a causa de su naturaleza lingiistica y, por ende, de su adaptacién a todo tipo de realidad, la literatura se vio resurgir en dominios en los que el clasicismo le hhabia negado su reconacimiento, en especial en la polfica, en la vida ordinaria y, muy >prolundamente, en las ra(ees psicolégicas y lingiisticas en las que se constituyen los Jazos de identidad y de diferencia entre el sujeto humano, el mundo y Dios. Abandonan- do Ia gratuidad esictica en Ia que se complacia y se agotaba, la literatura fue instituida por la religion laica del Romanticismo como sacramento de humanidad y fermento de comunién en un culto del que el escritor se convirtié en ministro. Y todas las artes se _alinearon tras ella. [46 vesTaacion y ANAS | Es cierto que a esta emengencia del Romanticismo y de la subsiguiente religion del Ante le correspondié un movimiento no menos poderoso y durable, del que la historia del siglo Xx es por igual tributaria, el triunfo, en la continuidad estética del casicismo, dela racionalidad cientifica y de a prucba tecnol6gica que sostuvo cada vez més eficaz~ mente su dominio. ‘La necesidad légica del decir verificable, en el fondo como en la forma, por todos y para todos, y todas las coherencias que son Sus variaciones expresivas, encontraron en fas ciencias de los espacios infinitos donde asegurar definitivamente el reino de la estéti- | ca clisiea. La matemtica del tridngulo equilétero de lo bello, de lo bueno y de lo ver- adero se hallé completamente comprometida con la conquista, decisiva en lo sucesivo, de territorios atin inexplorados del vasto mundo y de las realidades que constituyen la ‘condicién humana: tervitorios fuera del alcance de las prcticas individuales de la pala- bra y de sus competencias, territorios vedados, por legitima sospecha, al ejercicio no ‘strictamente racional del lenguaje. Refugio inconquistable del saber puro, puramente tlicaz, de belleza de todo punto abstracia y de efectos admirablemente concretos y Seguros, emplazado lejos de las preguntas sobre Dios y sobre la sutil franja del alma _ donde parece ser que, segtin algunos, la divinidad se asient. Solicitadas por entero por el reino, cada vez més totalitario, de las ciencias y de las ‘éenieas In racionalidad y la estética clsica se consagrardn a las grandes prefiguraciones ya las audaces estructuraeiones del progreso. El éxito inmenso de una estética aplicada rho yaa las palabras y a las formas, sino a las cosas, alas substancias y a sus componen= tes instrumentalmente utilizables parece imponerse con toda clatidad sobre el atract vo, definitivamente «roméntico» a los ojos de los espritus pragmaticos, de las realidades imaginarias —itracionales—, de los usos subjetivos —narcisistas—, 0 de las funciones derivadas —de ocio— del lenguaje, a Jos que la literatura permanece manifiestamente Tigada. El orden de las evidencias cientifcas, de estética clisica, no conoce réplica y convence tanto mejor cuanto que se apoya sobre los incesantes progresos materiales procutads a los consumidores, a traves de la industria, por los avances o as etepercusio hes» de la inventiva tecnolégica, en una medida que no parece al cabo sino una cuestién, dedinero, 4 Para satisfacer las exigencias de la evolucién de la humanidad, la estética elisa de las ciencias y de las tecnicas le parece, asf pues, a la consciencia dominante del siglo %% tuna referencia mucho mas segura y una visién del mundo mucho més sdlida que Io producido por Ia evolucién roméntica desde los comienzos de la revolucién francesa, pitesto que en todos los aspectos —econémicos, sociales y, por tltimo, polticos— aqué- lla ha propulsado a la humanidad, en apenas algo mas de un siglo, desde los constreni- iientos de la paciencia hasta el libre gozo de lo inmediato. Semejante evidencia han provocado adhesiones universales, que poco a poco han puesto en cuestién ala cultura, DSbligando a la literatura a retroceder hacia el campo del acio o de la interioridad, hacia tuna esfera, la de la vida privada, en la que la consciencia puede atin rebelarse o, al "menos, esquivar las certidumbres racionales y la resignacién de la lgiea. ‘Sin embargo, de tomarse s6lo en consideraci6n este triunfo aparente de la estética clasica de las ciencias y de las téenicas, se ignoraria un hecho absolutamente decisivo, a Saber, que es Ia cultura de la libertad, de Ia igualdad y de la fraternidad, fundamento del orden pablico y privado de los estados democriticos y de los derechos moderns del hombre, la que ha permitido establecer, y continiia manteniendo, la civilizacién del pro= reso compattido, La propagacién de tales valores, cultivados naturalmente por quienes son conscientes de los limites intrinsecos, especialmente de los existenciales y a la postre ccausales, de la rcionalidad, se ha llevado ha cabo, sefaladamente, por obra de numero~ Sos artistas y escrtores, mas preocupaclos de mostrar y de dar testimonio que de demos tear, mis vaceralmente sensibes ante ls situaciones singular y mas espontneamente "fines con ellis y con la problemdtica universal del condilGn humana que con ls me- © Gas generals ysbstacias aplicablesa esta. Ahora ben, x el Romanticismo europea el | uc a impuesto poco a poco, aolargo de los des tims spo, esatenacidad generosa, | Garey can esperanza en una conformacion deo real que sobrepase, en sos mesos yen Shs fines los limits deo rtonatiable. Por ncaa romantic In basqoeds de macs frmoniss digns de expresat los lars autemicos que I conscenca contemporsnea _ Sime ce linn y ann ee ale ago eI ps, fo, esta vera escala label, alo large de todo el sigoxx.¥concluye, o4l menos lega a Be inns asso inpeacobesencumivaldlttar lento [ _ EI siglo xx i rario en Europa “Se dita que el siglo xx Itrnrio en Europa asiste, en efecto, al despliegue final y la dseminacion de a Edad romantica, Sin nega las coherenciasnacionles ni grat las ‘especificidades locales y sus earacteres propios, que por ofr parte el espirtu romantic siempre favorecis, esta iltima expansion del Romanticismo europeo parece mas en | Sintonfa con la evolucién de la historia general que ese movimiento, en su esencia, " aspira a conjuntar, tan orgdnicamente como sca posible y sin redueirjamas las diferen: is, el sentido del hombre y el sentido del mundo, pues suefia con el deal de la compa | tbildad de todo, de las ideas y de las pulsiones, de las formas y de las energias, de la slencia objetiva y dela sinceridad. I primer corte eronoldgicamente coherente que cabe hacer en el silo 2% acaba "con el fin de la guerra de 1914-1918 y la fundacion de la Union Sovigtica en 1922, Al “Megar ese momento a literatura europea cierra una etapa: aunque Io sea todavia en lo “fundamental, y aungue permanczca siéndolo hasta el umbral del tercer milenio, va no | uiere lamarse eroméntica»y se prepara para otorgar a su «modernidad,aqut yall y ae ver en cuando —habto programtic que perdurard hasta nuestos dla, nuevas ‘Una segunda etapa puede delimitarse gualmente a partir de las consecuencias de Se tepoe 198 48 ESTIGACION Y ANALISS | Ja segunda guerra mundial: el principio del finde los imperios europeos (1947, indepen- | dencia de la Tada) y el comienzo de las reivindicaciones de autonomia de todas las naciones, por muy pequefias que sean, empezanclo por el Estado de Israel (1948). La palabravclave de Ia estética general de esas dos primeras etapas del siglo es smodernismno», tina palabra que tiene acepciones y variantes méliples, pero cua esen- cia parece resumirse en la voluntad de originalidad, de innovacion y, més atin, en la adecuacién de la estética a las mmutaciones, cada vez mas sensibles, del mundo contem- porineo. En el conjunto europeo, Ia literatura de la primera mitad del siglo Xx, all cextenderse como una ola, se desplegars en la diversidad, pues sus cambios son miilti- pies, suscitados por las revoluciones y las novedades en las ciencias y en las ciencias |umanas, origen constante de desafios que las técnicas de la expresion lteraria preten- eran aceptar. Para permanecer fel a s{ misma, la literatura debe dar cuenta, en efecto, de las preguntas, nuevas y a veces radicales, que formulan las transformaciones del ‘mundo. Influida en parte por las diferencias nacionales o las tradiciones literarias pro- pias de cada espacio cultural y por las distinciones que de ello se siguen, la literatura de Ja primera mitad del siglo xx vers brillar nuevas constelaciones estéticas, algunas de las, ‘cuales romperan o acelerarin las lineas de fuga de las vanguardias precedentes, y otras ssentarain las nuevas medidas del orden establecido por el siglo xix ‘Aun cuando quiza sea demasiado pronto para pronunciarse sobre ello, cabria sefia- Jar una tercera etapa a pattir de la cafda del Muro de Berlin (1989), que, sin embargo, hhabria que entenderla menos como el principio del fin del imperio sovietico, lo que eon toda evidencia es, que como el cumplimiento por fin histéricamente posible de la idea romantica, difundida desde el principio por el empuje de In Revolucién francesa y el Imperio de Napoleén, de una integracién de todas las autonomfas en una unidad orga nica ala medicla dela eivilizacién y dea diversidad eultural en Europa, La construccion de la Unién europea —teoremitica en gestacién de las variables de la Unién, del Esta- do, dela Nacion, de la RegiGn, de las Lenguas, etc — deberta, entonces, considerarse como ‘una respuesta universalmente paradigmstica a los desafios que iy revolucion inform ca Janza a la adaptabildad del hombre respecto de la Humanidad y del mundo, es deci de la Historia en la Geogratia, Lallteratura comparada, respuesta adecuada a la mundializacién dela cultura En Ja medida en que la presion de la crisis de época, que atraviesa la historia de la >humanidad en el umbral del tercer milenio grava ante todo las funciones reales y simbd- licas de los instancias intermediarias entre la conseiencia individual y la consciencia universal, se dirfa que la cultura en general, ysingularmente la literatura, puede y debe asumir las responsabilidades que se les escapan progresivamente alas instancias politi- ‘cas y nacionales tradicionalmente garantes de las soberanias, de las independencias, de Jas autonomfas, de las especificidades y de las demas irreductibilidades consttutivas de las colectividades wde dimensién humana», cuyo equilibrio habia sido definido por la Edad roméntica segiin el patrén del Estado-Nacién, La literatura es, en efecto, el princi piio de mediacién existencial que, alternativa, respectiva o conjuntamente, atestigua, ccelebra o subraya no sélo las pertenencias colectivas de tiempo, de espacio, de pueblo, de lengua o de religién, sino también las unicidades, las especiicidades, las irreductibil- ddades de los destinos individuales y, por iltimo, los grandes acuerdas de comunidad, las cconstantes, las invariantes y las necesidades de la naturaleza humana, Ejercicio artisti- 49 rente controlado de las lenguas, que conserva la memoria de los pueblos y de las ‘gncalogias, que da testimonio de Ia experiencia existencial de las diversas condiciones anas organizadas por Ia geografia, la historia y, en su seno, por las religiones, las elzaclonesy sus diversas espeificidades la Meratia, através de todos sus gSneos y ‘gn sus grandes obras maestras, es sin ninguna duda el lugar por excelencia de una Jhumanizacion que preserva las necesidades de la mediaci6n y, sin embargo, estructura, Jaslibertades de la consciencia individual y las necesidades de la consciencia universal Por las lenguas, que son su substancia propia, y por la universal reversibilidad del "sentido que atestiguan las traducciones, la literatura es, adem, el lugar de las eviden- ‘gias y de las experiencias universalmente compartibles, mis allé de las diferencias, | sobre la base de la similitud "Es ast, bajo este doble aspecto de mediacion y de universalizacién, en este estado de sbleintegracién potencial, individual y universal, como la ciencia y los métodos de la Uiteratura comparada aprehenden las obras literarias y se proponen tratar las tradicio- _ pes culturales de la hurmanidad. Por ello, la Iteratura comparada es la tinica medida de ‘a historia literaria que puede dar respuesta metodolégica, y respuesta metédica, alas turgencias de In mundializacién. Preocupada, en efecto, por ver y por preservar lo que, ‘en ls obras, constituyen sus especificidades absolutas ¢ irreductibles, la literatura com- ‘parada anhela ponerlas en evidencia ante todas las consciencias irreductibles, como {estimonio de In universalidad de In irreductibilidad. Conoeedora, del mismo modo, del “manifesto poderio de universalidad de otras obras y de todas en potencia, no pretende | menos asegurar su transmisibilidad en la medida én que los universales de la estética | antropoldgica —el triingulo equilitero de la belleza, el bien y la verdad— garantizan la " evidencia objetiva de la fraternidad humana universal, fundan las invariantes del desti- no, por elo, a hipstesis reconfortante de una naturaleza humana en la que se subst | nirinn, si no unas idéntieas referencias de comportamiento, sf al menos unas mismas | connivencias de experiencia Principio constitutivo de una historia y de una consideracién de la literatura a | medio camino entre a historia universal de la literatura y Ia historia de Ia literatura ‘universal, la literatura comparada puede y debe fijarse actualmente, para salvaguardar _ eldelicado equilibrio de la consciencia (individual, colectiva, universal) hoy en crisis _ Gsirctrada, era y didactic, de un pattimnono teraio universal, reserva para la | vecionyla clara dla humsinidad. lo no puede hacer en una nca nga: hay F fue hacerlo cn ras Tl progreso informatio proporciona los mediostenoldgicos para. E Teveio a cabo y para poner ls diversdad unireral a dispsicion de cada individu en | cada lengua, 3 decir, segtin el principio de mediaion mayor de fodas ls instanciag fntermediovias dela comseencia de la identi colectiva, con el fin de que Internet sina para compensa el vertigo de desapropiaion y de desaraigo creado por mismo, que la evolucion informatica perma, gracias a Su poder de inmesacén, I penetra: tian de toros en Ia interioridad de la ultra de eaa cul; en una palabra, que In | Ghleacon del ordenador dewuehafo que, a primera vist, ell misma enajena. | |

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