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El documento resume una novela de Arthur Machen que narra la lucha de un joven para trasladar su visión de un campamento romano en Gales al papel a pesar de la pobreza y la falta de comprensión. Describe los obstáculos que enfrentó Machen como la necesidad, la incomprensión crítica y el entorno urbano, y cómo logró perseverar y ser fiel a su visión a través de su aguda sensibilidad, imaginación y trabajo constante.
El documento resume una novela de Arthur Machen que narra la lucha de un joven para trasladar su visión de un campamento romano en Gales al papel a pesar de la pobreza y la falta de comprensión. Describe los obstáculos que enfrentó Machen como la necesidad, la incomprensión crítica y el entorno urbano, y cómo logró perseverar y ser fiel a su visión a través de su aguda sensibilidad, imaginación y trabajo constante.
El documento resume una novela de Arthur Machen que narra la lucha de un joven para trasladar su visión de un campamento romano en Gales al papel a pesar de la pobreza y la falta de comprensión. Describe los obstáculos que enfrentó Machen como la necesidad, la incomprensión crítica y el entorno urbano, y cómo logró perseverar y ser fiel a su visión a través de su aguda sensibilidad, imaginación y trabajo constante.
personalmente, y cuando le este libro, hace ms de cuarenta aos no haba ledo muchos libros por entonces, ciertos detalles insignificantes me disuadieron de leer ms cosas suyas. Creo que lo que me desanim fue la prctica del hroe de esta historia de lacerarse a s mismo con espinas, hbito que me pareci malsano. Pero, aunque sigue sin gustarme, lo considero, a una edad ms tolerante, simplemente una de esas extravagancias para m incomprensibles, como la de cortarle el rabo a los perros. Ahora comprendo que no haba nada malsano en Machen, y que este libro consigna la tremenda lucha que l sostuvo con la pobreza y el materialismo para conservar la visin de su intelecto, y para trasladarla al papel a fin de que otros pudiesen contemplarla. Porque quiz todos los libros que se han escrito contienen elementos autobiogrficos, y resulta un ejercicio interesante seguirles la pista, con tal de que no estropeemos el juego mirando la solucin, como he hecho yo al hojear la ltima autobiografa del
propio Machen. Hay algo ms, en literatura,
aparte del ver uno su propia visin, y serle fiel y trasladarla al papel de manera clara y bella? La visin de Machen consista sobre todo en un campamento romano, cuya leyenda y viejos montculos evocan an a los romanos entre los montes de Gales. Junto a su visin de la tierra est el amor de un joven por la hija de un granjero; y cuando sta se casa con otro, su amor se orienta en cierto modo hacia los sueos, por lo que no se pierde; y el campamento romano se vuelve para l ms real que nunca. A continuacin viene la lucha angustiosa por trasladar su sueo al papel, sin alientos, sin dinero suficiente para comer, y hasta sin talento para escribir. Gran parte de este libro est dedicada a contarnos cmo la visin se abre paso entre todos estos obstculos; porque en las visiones hay una fuerza capaz de vencer las cosas materiales. Machen no dice cmo llega la visin, porque no se sabe; pero sin duda consolar a muchos saber que, cuando llega, es ms poderosa que los obstculos que intentan detenerla, y se abre paso incluso frente a la incapacidad de escribir, y se viste con palabras
apropiadas. Es la lucha sin desmayo por revelar
una visin lo que nos narra este libro, y son muchos los que renuncian donde Machen persevera. Pero para los que perseveran, es posible conseguirlo. En cuanto a los obstculos que vence el hroe de Machen, y con los cuales debi de enfrentarse l mismo, estn vivamente expuestos: son la necesidad, la incomprensin, la crtica acerba, y un entorno de calles srdidas muy distinto de la ciudad romana con la que soaba, o las colinas de su tierra natal donde haba tenido ese sueo. La escasez de alimento es un obstculo demasiado grave y dramtico para que haga falta comentarlo, sobre todo en estos tiempos agitados en que, en uno u otro momento, la mayora de nosotros hemos visto drsticamente reducidos nuestros vveres. La incomprensin es el segundo obstculo en importancia; pero ningn escritor encontrar jams a otro que capte su visin con el mismo esplendor con que l la ve; as que ha de estar preparado para una empresa solitaria. En cuanto a la crtica acerba, debe esperarla si escribe mal; y si escribe bien, debe prepararse para hacer
frente a las envidias. El srdido entorno
generado por la creencia de que la belleza y la utilidad tienen que ser enemigas, y de que el cliente es una pieza de caza que hay que cobrar, es algo que los espritus sensibles sentirn siempre, como siente los mosquitos la piel suave de los recin llegados al trpico. Pero, muy probablemente, si se hubiese quedado Machen entre las hermosas colinas cuyos vestigios romanos alimentaron su visin, habra conocido el contento, y no habra hecho el desesperado esfuerzo de trasladar al papel sus sueos; de modo que cabe pensar que quiz no haba tanta fealdad en las calles que le opriman. Es lo que a veces se llama evasin. Pero no creo que el trmino tenga mucho sentido. La Venus de Praxteles no fue una evasin de la fealdad de las mujeres griegas, sino que debi de inspirarse en su belleza, en un entorno hermoso que nada saba de fbricas. La fuente de inspiracin de Machen es siempre muy clara: procede de las profundidades del campo. Hay quien dice que un tugurio o una fbrica son tan buena fuente de inspiracin como un cerro o un valle, y quien afirma que son mejores. No se puede dogmatizar
en arte, ni excluir materia ni parte alguna de la
tierra como posible asunto de una obra literaria, pero no creo que ninguno de nosotros sea capaz de superar a la Creacin; y dado que lo producido en la ciudad se aleja un tanto de la Creacin, considero el campo fuente ms pura para las artes. Aunque, evidentemente, en una ciudad hecha por hombres inspirados en la Creacin, y adornada por artistas guiados por inspiraciones parecidas, uno no se siente lejos de la fuente original. En un entorno as, ganndose el pan con apuros, Machen no tuvo bastante suerte para vivir con desahogo; pero su sueo sobrevivi al sinfn de obstculos materiales, l se mantuvo fiel a su sueo, y finalmente consigui llevarlo al papel, ordenado en palabras adecuadas que fluan con el ritmo justo. No s qu es el ritmo exacto; ritmo y metro son cosas mgicas como viejos sortilegios que hay que intuir; porque, que yo sepa, no hay medio de aprenderlos. Pero Machen lo intuy y, habindolo intuido, fue fiel a l, de forma que su sueo desfila ante nosotros con cierta cadencia. No nos dice qu es el ritmo ni lo puedo decir yo; pero admite, y
explica en este libro, que haba cierta magia en
Milton, adems de su pensamiento, que transmutaba las ideas en oro, aun cuando algunas de ellas fuesen sombras. Es muy curioso cmo este sentido del ritmo parece acompaar siempre a todo cuanto es digno de ser dicho, de manera que todo pensamiento hermoso se sita ante nosotros con la gracia y la dignidad que merece. Una corroboracin negativa de esto es que cuando surgi la moda, desconocida durante la juventud de Machen, de escribir versos sin sentido, tambin desaparecieron el ritmo y el metro. Sentido de lo prodigioso, aguda sensibilidad para la belleza, perseverancia y trabajo tenaz, son las cuatro cosas que, al asomarse uno a la ventana de este libro, se descubren claramente en Machen. En un breve paseo por el campo cuenta cmo su casi autobiogrfico hroe se estremeci con la sensacin de haber viajado muy lejos, de haber hecho todo el camino de lo conocido a lo desconocido. Y ms adelante, se haba extraviado en un paraje inslito y oculto. Y cae la noche y percibe su belleza y misterio, y la belleza y el misterio del antiguo paisaje, y llega
a la colina del antiguo campamento romano. Y
poco a poco estas cosas, intensamente observadas, le van excitando la imaginacin, hasta que sta rebasa el borde de las colinas, mira ms all de los siglos del tiempo, y comienza a ver romanos en sus viedos y en una de las ciudades britnicas que, inspirndose quiz en Avaln, llama Avallaunius. Al hablar del campo, lo hace con el amor que senta por l Richard Jeffries, algo ms al este, o Turgeniev y otros grandes rusos de su tiempo. A veces parece traslucirse cierta influencia de De Quincey, como cuando el joven del que trata la novela dice que haba pecado contra la tierra, y la tierra haba temblado y se haba estremecido clamando venganza, tremenda hiprbole que recuerda de algn modo la del infortunado De Quincey cuando piensa que Brahma le persegua por todas las selvas de Asia, y dice: Visn me odiaba; Siva me acechaba. Sbitamente, top con Isis y Osiris: haba cometido una accin, dijeron, ante la cual se estremecan la ibis y el cocodrilo. Quiz no haya demasiado parecido entre los dos pasajes, pero existe en ambos una melanclica
pesadilla, plasmada con ritmo e imaginacin. No
es en las selvas de Asia donde sufre el hroe de Machen, sino en una barriada del oeste de Londres, donde le anonada la angustia de la nostalgia, no porque las calles sean muy distintas de las colinas y bosques de su tierra natal, sino porque su fina sensibilidad percibe claramente una disposicin muy poco acogedora y amistosa en los rostros de los transentes; pero a los habitantes de una ciudad de cinco millones les es muy difcil mostrarse acogedores con todo forastero. Por otra parte, los ciudadanos poseen tambin cierta sensibilidad y normalmente descubren al campesino, y saben muy bien que los intereses de los ciudadanos y los de los campesinos estn separados por distancias mucho mayores que las que podran sumar varias fronteras. Y un espritu sensible percibe esto en los ojos del que pasa. Hacia el final del libro, el joven regresa a su paisaje y su sueo, que no siempre se distingue claramente de la pesadilla, y acaba muriendo desesperado sobre un manuscrito que nadie puede leer. Pero el libro no es producto de la desesperacin, sino ms bien un triunfo sobre
ella. Porque aunque el contraste entre su
personalidad imaginativa y sus prcticos vecinos y parientes gener en Machen mucha amargura, y aunque su espritu formado en el campo encontr opresivas las calles del oeste de Londres, sigui escribiendo este y otros libros, con sus ritmos delicados y una belleza extrada de las colinas y los valles que l conoca; y tanto si es un sueo o una pesadilla lo que persegua, nos proporciona quiz una leccin de incansable trabajo y propsito decidido, a una edad en que muchos escritores y pintores propenden a desechar con demasiada facilidad cualquier idea que les viene a la cabeza, sin haberle dedicado una pizca del trabajo o la resolucin que a l le llev a escribir ste es, pues, un triunfo de la imaginacin sobre la prosaica realidad, de una imaginacin que construy una ciudad sin mrmoles, y la plant de viedos y encinas, y devolvi a Avallaunius una antigua poblacin romana sacada de las tinieblas del pasado con muchachas que haban danzado con stiros. Un arquitecto tiene tambin sueos as; y, cuando lo viste de mrmol, su sueo es aceptado en seguida. Para Machen, la