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Me hiri que a pesar de que poda sentir la verdad en mi cuerpo y hasta en el fro que
senta en los huesos nunca fuiste capaz de decrmelo. Con nosotros no hubo
despedidas ni palabras desgarradoras, t simplemente te desvaneciste, como si
repentinamente hubieses tenido la habilidad de hacerte uno con el aire que respiraba.
Nunca admitiste la real razn y es por eso que muchas noches sigo especulando si es
que la culpa habr sido ma. Hoy, y mientras escribo esto, he decidido que si
alguien ser culpable ese sers t con tu falta de madurez y tu incapacidad de
decir las cosas por su nombre. Tu silencio fue una constante casi desde el principio
y las nicas veces en las que nos conectbamos era cuando decidas que tenas,
finalmente, ganas de besarme.
Nunca llegu a ver ms de ti que eso. Creo que estaba siempre a la espera de ese
momento en el que finalmente te quitaras la mscara y me revelaras a tu
verdadero yo. Imaginaba que ese sera el momento en el que nos daramos cuenta
que ramos el uno para el otro porque yo sera la nica capaz de comprenderte y
ayudarte. Fui ilusa e ingenua.