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~~‘ JEREMIAS: ~ como el barro del alfarero La forma en que tiemamente el Senor dio forma a la vida del profeta 7 Jeremfas nos recuerda que también puede dar forma a la nuestra. ley por el der Jean A. Tefan llamé a ser Su profera: *..a todo lo que te envie irds wl, y Seterta Autonded de Area dirds todo lo que te mande" (Jeremfas 1:7). Al principio ‘Su nombre significa “Jehova exaltara” se resistid ala confianza que el Senor haba depositado en y fue intrépido en su servicio al Senor; él: *..no sé hablar, porque soy nino” (Jeremfas 1:6), pero 4 pesar de ello, en su alma el profeta el Seftor era consciente de su potencial: “Antes que te Jeremfas padecié mucha angustia formase en el vienete te conoct... te di por profees a las En algtin momento de la primera _naciones" (Jeremfas 1:5). pane del ministerio de mas de cuarenta aftos de Jeremias De igual modo, el Seftor nos conoce a cada uno y nos cn Jerusalén, el Senor le mands visitar la casa de un alfa- ha escogido para venir a la vida terrenal en el tiempo y el rero (véase Jeremfas 18:1-2). Alf observ6 cémo éste trae lugar mas adecuado para nosotros, y nos moldea a través bajaba, haciendo girar una rueda con el pie mientras con de los llamamientos para servir en el hogar on la Iglesia, Jas manos daba forma a un pedazo de barto himado siwa- Mi esposa y yo aumentamos nuestro aprecio por este do en una rueda elevada. La alfareria es una de las activi- principio cuando se nos llamé a presidir la Mision Fidji dades mas antiguas de la civilizacion, Joremias observaha Suva. No hablabamos inglés con fluidez y mi esposa esta- mientras el afarero descubrié una imperfeccin en la vasi- ba particularmente desanimada. Al ser aparada, ella re- jaque estaba haciendo, Le Hlamé la atencion que el alfare-cibié una bendicién especial referemte a este don; 1o deshiciera la vasija y volviera a empezar a darle forma _estudiaba mucho y practicaba inglés en casa y con los mi (véase Jeremfas 18:3-4). Entonces, el Senor hizo una pre- _sionetos. Pronto pudo dirigirse en inglés a los misioneros guna retorica: “/No podré yo hacer de vosorros comoeste en las conferencias de zona en Fidji, Vanuatu y Kiribati = alfarero, oh casa de Israel?” (Jereméas 18:6). La pregunta por otro lado, ensen francés a los misioneros que serve también podrfa haber ido dirigida al profeea. an en Nueva Caledonia, Ella tenfa la impresion de que el El fue el profeta que presencié algunos de los dias ms Seftor Ia habia llamado a servir a la gente de ambas len- tenebrosos de la iniquidad de Israel, pero a pesar de ello guas, asf que necesitaba hablarlas. Esa experiencia la ha reconoci6 las manos babilidosas del Maestro alfarero, moldeado y bendecido a ella, a nuestra familia y a la que moldes su cardcter y lo convireié en una hermosa gente a la que ha tenido la oportunidad de enseniar, aun obra de arte. Las hechos de su vida nos recuerdan lane- cuando su inglés tenga un ligero acento frances. cesidad de deposiear toda nuestra vida, sin imporear lo di- ffeil que pueda ser, en las manos amorosas del Senior. SU MOLDEAMIENTO Un factor principal del moldeado de la vida de SU LLAMAMIENTO A SERVIR Jeremias fue su fleibilidad, es decir, su disposicton para Jeremas naci en la ciudad de Anatot, aunos cinco ki-someterse a los mandamientos de Dios, para ser flexible Jometros al nordeste de Jerusalén. Su padre, Hilcfas, era al escoger libre y repetidamente hacer la voluntad de “de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Dios en ver de la suya. La humildad, la obediencia, la fe Benjamf” (Jeremfas 1:1). Siendo joven, el Senior lo _y el ser libres del orgullo son cualidades del caricter que is fomentan la cualidad de ser moldeable. El Maestro alfa la disposicion que Jeremtas En una ocasion, el Senior ke mands a Jeremfas que com- pprara una vasia de barto, que la rompiera delance de los I rs del pucbl a0 profeticara con audacia:*..Ast hha dicho Jehows de los ejércitos: Ast quebrancaré ae pueblo y2 esta ciudad, como quien quizbra una vasija de barre, que n le restaurar més” (Jeremias Para cumplir con denun- a valentfa y poner a cualquier interés en su propia seguridad, bra del Jeremlas para con. mismo en tna ccidn, Se le mand6 que tomara mY unas correas para Ihaceme un yugo y ponérselo al cuello en presencia del r ¥ del cuerpo: di Jerusalén, ue especrdculb tan extra so debi haber sido Jeremt Jeremtas les El profeta Jeremias presencié algunos de los dias mas tenobroses dela iniquidad de Israol, per a pesar de ello reconodé las manos habilidosas del Maestro aifarere, {nclinaban y servian voluntariamente al rey de Babilonia, como bueyes con un yugo, el Senior los desenuirta (véase Jeremtas 27:1-11). En 6stas y otras muchas circunstancias, Jeremfas fue lo suficientemente moldeable para hacer lo que el Seftor le mandaba, sin imporear lo peculiat, lo ampopular 0 lo ab- surdo que hubiera podido parecerle a la gente ‘Durante mi servicio como prest- dente de misi6n conoef a muchos j6- venes que también demoseraron ese tipo de moldeamiento. De visita en ‘Nueva Caledonia, conoct por primera ver a Olivier Pecqueux. Tenia veinti- cuatro aos y prestaba servicio en el ¢ejército, No era activo ena Iglesia y levaba un estilo de vida mundano, pero el Senor tenfa otros planes para 61. pecicion suya nos reunimos y co- mentamos su. bencicion patriarcal; decidis humillarse, arrepentirse y dejar que el Seftor moldeara Su vida. Jos sacerdotes, y la gente en general, lucharfan en su con+ tra, El Senor le promerid: “Y pelearén contra ti, pero no te vencerdn; porque yo estoy contigo... para librarte” {Jeremfas 1:19). A continuacién se encuentran slo dos de las muchas circunstancias dificiles que Jeremlas mv que soporrar. Cuando Pasur, el sacerdote encargaddo de mantener el orden en el recinto del templo, oy6 el eseruendo que caus6 Jeremtas al rom. per la vasija de barro y proferizar anve el pueblo, mandé que loarrestaran, lo azoraran y lo pusieran en el cepo. Al dia siguiente mando que le trajeran a Jeremiss, pero éste repiti6 sin temor las palabras del Seftor sobre la inmi- nente deseruccién, afadiendo: "Y i, Pasur, y todos los moradores de tu casa inéis Cautivas” (Jeremtas 20:6), ‘Cuando el ejército babiléntco sitié Jerusalén, Jeremfas eransmivis al rey Sedequias y a su pueblo la pa- Al poco tiempo se le Hams a una mi- sion regular y lleg6 a set uno de mis misioneros mas capaces. Hoy da asis- tea la universidad y recientemente se cas6 en el Templo de Tahiel Jeremias fve le bastante meldea- ble para hacer lo que el Seftor le mandaba, sin importar lo peculiar, Jo Impepular o le absurde que hu- blera podide parecerle ala gente. labra del Senor de que debian ren- dirse, lo cual molest6 a ciertos oficiales, quienes utilizaron el in- tento de Jeremfas de abandonar la ciudad como pretexto para arrestar- Nuestras decisiones deben, de ‘gual modo, efemplificar la cualidad moldeable y la espe- ranza en Cristo tal y como express el élder Hugh W. Pinnock (1934-2001), de los Setenta: “Cuando comete- ‘mos ertares, como los que cometfa el antiguo Israel, po- demos tomar lo que hemos estropeado y empezar de nuevo, El alfarero-no se dio por vencido y tird ! barr. nosotros no debemos perder la esperanza ni menospre- clamos; sf, nuestra tarea es superar nuestros problemas, aceptar lo que tenemos y somos y empezar de nuevo”. LAS COSAS QUE PADECIO. Jeremtas fue un hombre que vio muchas alflicciones (véase Lamentaciones 3:1). De hecho, el Seftor le advirtio ‘en el momento de lamarlo que los reyes, los principes y lo y encarcelarlo acusado de trai- idm (véase Jeremifas 37:6-15), Jeremifas fe artojado a una cisterna que hacta las veces de marmorra, para que murtese de hambre. Las cisterns son cavidades en forma de pera excavadas en la roca, ‘cuyo objeto es recoger y almacenar el agua. Con el correr de los arios, los sedimentos se hablan ido acumulando en el fondo de la cisterna, hasta que era tal la cantidad, que “se hundi Jeremias en el cieno” (Jeremias 38:6). De no set por el valor y el servicio cristiano de Ebed-melec, un cetfope siervo del rey, Jeremfas habria muereo sin remedio (véase Jeremfas 38:7-13; véase también I Nefi 7:14). Cuando el rey babilonio invadio Jerusalén, Jeremfas ‘escogid permanecer con su pueblo en la ciudad, para ast continuar proclamando la palabra del Senor a pesar del rechazo constants del pueblo a seguir su consejo. Se cree ue Jeremias fallecié en Egipto no mucho después de una ultima apelacion a su pueblo para que se volviese al Senior (véase Jeremfas 44). Las cosas que padecid Jeremfas fueron algunos de los inserumentos més poderosos. del Seftor para mokdear y purificar su vida. Igualmente, aquello que padecemos y soporamas con Paciencia nos servira de experiencia y puede ser para nuestro bien {véase D. y C. 122:7-8). El élder John B. Dickson, de los Setenta, ha dicho: "Nunca se nos dijo que la vida seria facil, pero a los que trabajen flelmente... en- frentando toda dificulead con determinaci6n y en la forma apropiada... les prometo que serén bendecidos con sentimientos de felicidad... que [les moldearan y enno- Blecerén] y que nunca se [les] quiearin”. YASOS DE HONOR E19 de diciembre de 1841, el Quorum de los Doce Apéstoles se reumio en la casa del profeca "Wy José Smith, De acuerdo con las minutas tomadas por ‘Wilford Woodruff “el der Heber C. Kimball predi- 66.. sobre el barro en las manos del alfarero, en cuanto a que cuando se estropea, es redirado de la mueda y echado de nuevo al molina para ir en la proima tarda, y que era un ‘vaso de deshonra; pero que todo barro bien formado en las manos del alfarero...era un vaso de honor”. Jeremias fue un profera que en verdad testified de Cristo (vase Helamén 8:20). El Salvador mismo empleo sus palabras para ensefiar y profetizar durante Su minis- terio terrenal. Su vida fue un vaso de honor, un ejemplo El Seftor mandé a Jeremias que quebrara ‘una vasija de barre delante de les lideres ‘ubernamentales y que luege profetizara sobre sv destrucclén. Para cumplir Jeremias con esa asignacién, se requiris, una obediencia vallente. de servicio, moldeamieneo y longanimidad para los san- tos de hoy dia, “También nuestra vida puede ser un vaso de honor, una cobra de hermosura en las manos del Maestro alfarero si res+ pondemos.a Su llamado, somos moldeables en Sus manos y aprendemes de las cosas que padecemos.] er Jean A. Tefen es Setrua Axara de Area (ue sive en el Ave Islas del cfc, NOTAS 1 Vésse “Volver a empezar”, Lishona, julio de 1982, ra, 23. 2, "Nadie nos dijo que sere fied”, Lishoma, enero de 1993, pag, 52. 3. Hisoey of the Church, tomo IV, pp. 478.

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