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LA ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA Y OBJETIVOS MaRIA DE LA OLIVA RODRIGUEZ-ARIZA CENTRO ANDALUZ DE ARQUEOLOGIA IBERICA UNIVERSIDAD DE JAEN I La Antrocologia: definicién, objetivos ¢ historia de la disciplina La Antracologta (de la rafz griega anthrax, -akos, carbén ardiente) tiene de material de estudio los carbones vegetales encontrados bien sea en contextos arquealdgicos, bien en sedimentos naturales. BE) antracoandlisis es la determinacién boranica de los carbones ye- getales, En efecto, la estructura de la madera es caracteristica de las especies. Pero la identificacién de los taxones no es un fin en sf mismo. La Antracologfa arqueo- Idgica tiene como objetivo el estudio de los usos de la madera, asi como de la vegetacion desaparecida y su evolucién a lo largo del tiempo. Estos dos aspectos son complementa- rios y se interrelacionan. Los usos de la madera conciernen directamente a las actividades, las tecnologias, la economia, pero no nos definen la vegetacién pasada. Los carbones vegetales utilizados como lefia, especialmente como combustibles domésticos, son a me- nudo un excelente registro de la composicién precisa de los bosques, punto de partida para comprender las causas de su transformacién en el tiempo. Mediante una adecuada eleccién de los depésitos estudiados, una recogida rigurosa del material y un andlisis co- rrecto de la significacién de las mucatras, la Antracalogia realiza hipdtesis en el dominio de la historia del medio natural (Biogeografla, Ecologia, Paleoclimatologia) y en el de la economia de las sociedades, desde la gestién de los recursos hasta la de sus territorios. Desde los cazadores-recolectores del Paleolitico hasta las sociedades agricolas-ganaderas y proroinduscriales, el estudio de la vegeracién y de los factores naturales del medio esté asociado a la comprensién de las interrelaciones entre la sociedad y el bosque. La Antracologia interesa por tanto al arquedlogo y al historiador como al bidlogo yal ecélogo. Otra aplicacién de la Antracologta es el estudio del carbdn vegetal fuera de un contex- to arqueoldgico. Este es el objeto de la Pedoantracologfa. Los carbones vegetales se inte- gran en capas superficiales 0 profundas del suelo gracias a los incendios naturales de la vegetacién, 0 por aportes aluviales 0 coluyiales de madera carbonizada desplazada. Las preguntas, los métodos de recogida ¢ interpretacién son especificos, puesto que hay que comprender las causas de la carhonizacién de la madera, el modo de aporte de los carbo- nes, los procesos de dispersién y enterramiento, etc. Esta aproximacién no concierne directamente al arquedlogo, pero aporta datos complementarios sobre la historia del me- dio y los hombres. La identificacién de restos botdnicos en contextos arqueoldgicos data de mediados del siglo XIX. En el sureste de la Peninsula Ibética las primeras referencias sabre restas vege- tales son de la Cueva de los Murciélagos (GONGORA, 1868). Estos consisten en diversos materiales de esparto, entre los que destacan las cestas y las sandalias, tejidos, semillas de 195 LA ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA ¥ OBJETIVOS amapola (Papaver somniferum) y vatios objetos de madera de roble, Posteriormente, los hermanos Siret en sus excavaciones de yacimientos de las Edades del Cobre y del Bronce (Cultura del Argat) descubrieron una gran cantidad de semillas, fibras vegetales (como esparto y lino), junto a restos de madera y de carbén (SIRET, SIRET, 1890). Ya en este siglo, la recuperacién de restos vegetales de las excavaciones arqueoldgicas dela Peninsula Ibérica sigue siendo muy escasa y sin ningiin valor de tipo paleoccolégico. En Espafia la identificacién de madera y carbén vegetal no comienza hasta los afios 80, aunque en Europa yaa finales del siglo pasado y principios de este se realizan los primeros andlisis, especialmente en Suiza, Alemania, Hungria y Francia. Estos primeros estudios sélo consisten en listas de especies vegetales, sin ningtin valor de tipo paleoecoldgico. No seré hasta los afios 50-60, que el interés por el carbén vegetal cobre importancia debido a la utilizacién del método de datacidn del C 14 yal desarrollo de nuevos métodos de excayacién. Posteriormente con el desarrollo de nuevas técnicas de observacién del carbén (WESTERN, 1963; STIEBER, 1967; WESTERN, 1971; VERNET, 1973), con el abandono de las Idminas delgadas y la utilizacién del microscopio de teflexién, permiten una mayor fiabilidad, rapidez y eficacia en el estudio de numerosas muestras y la prolife- racién de los estudios antracolégicos. Asi, Vernet, en 1973, realiza la primera sintesis dela vegetacién cuaternaria del sur de Francia confirmando a la Antracologia como disciplina paleoecolégica. Desde entonces numerosos trabajos se han realizado sobre la regi me- diterrdnea, al igual que sobre otras regiones como los Estados Unidos, Préximo Oriente, el norte de Portugal y Espana. I Btapas de la investigacién antracolégica El camino que ha seguido un arbusto 0 arbol desde su habitat pasado hasta la actuali- dad, en que, los restos de éstos, son interpretados en rérminos paleoecoldgicos, es largo y estd jalonado de etapas que modifican la correlacién simple entre flora determinada y vegetacién pasada, Todo espectro antracolégico es una informacién muy resumida de la vegetacién de origen. Fl no nos habla directamente sobre la masa total de madera quema- da, el drea de aprovisionamiento, el grado de degradacién y la estructura de la vegetacién, aunque podamos inferit estas datos con la ayuda de la Paleoboténica y técnicas estadisti- cas. En la Fig, 1 se representa esqueméticamente este proceso de transformacién de infor- macién en Antracologia, en el que se pasa de la vegetacién pasada a la interpretacién paleoecolégica, y que basicamente se puede resumir en cuatro grandes etapas: 1. Erapa de utilizacién de la vegetacién, ligada a las pricticas humanas de recogida de lefia en el medioambiente entorno al sitio y su utilizacidn en el espacio doméstico, 2. Etapa de deformacién del espectro antracolégico donde intetvienen Factores de diversa indole: quimicos, donde existe una reduccién de masa.a través de la carbonizacién, fisicos y medioambientales, donde el carbén depositado en los sedimentos arqueolégicos estd sujeto a procesos postdeposicionales que distorsionan y/o filtran la informacién. 196 MARIA DE LA OLIVA RODRIGUEZ-ARIZA 3, Etapa de recuperacién de! material antracolégico, ligada a la recuperacidn global del registro arqueolégico, aunque pata la recuperacién del carbon vegetal, en algunas ocasiones, pot su naturaleza, sea necesario la utilizacion de técnicas especificas como lade flotacién. 4, Etapade estudio 0 método de trabajo en Antracologia, en que una vez obtenida la muestra de carbén del yacimiento ésta ¢s analizada, medida y contada, obteniendo la muestra antracoldgica sobre la que se realiza la interpretacidn palececoldgica. Esta fase es la que catacteriza a la antracologta, confiriéndole una personalidad propia dentro de las ciencias paleobocinicas. Cada una de las etapas de este proceso es relevente y significativa y condicionard a la siguiente. A nivel metodolégico hemos investigado algunas de ellas con los trabajos que veniinos desarrollando en yacimientos del sur de la Peninsula Ibérica, Una reflexién teé- rica y metodolégica sobre los usos de la vegetacién y de como ésta entra en el registro atqueoldgico y cémo se ve sometida a procesos postdeposicionales, la realizamos en el Ambito del Congreso sobre Procesos Postdeposicioneles realizado en Teruel (RODRIGUEZ- AnIzA, 1993). En el articulo presente desarrollamos més extensamente los aspectos rela- cionados con la tercera y cuarta etapa, es decir, cmo tecuperamos los carhonesy maderas de los sedimentos arqueoldgicos y de qué manera los heros estudiado. IL] Etapa de recuperacién del material antracolégico Lacetapa de recuperacién del material antracolégico y, por extensién, del arqueobotdnico es una de las que tltimamente esté recibiendo mayor atencién (BUXO, PIQUE, 2003) por el desconocimiento de los métodos y técnicas a emplear por parte de los arquedlogos y, en otros, por las dificultades econémicas, de espacio o tiempo que muchas excavaciones tienen. El conocer éstas y sus posibilidades de uso, en cada caso, nos ayudard a realizar una recogida de muestras y, por tanto, poder recuperar una valiosa informacién arqueobotdnica que, en muchos casos, se perderta, La recuperacién sistemstica y cientifica de los carbones, semillas, frutos y otras mate- rias vegetales que se conservan en los niveles arqueoldgicos es, sin duda, uno de los prin- cipales problemas a resolver por el antracdlogo, aunque no el tinico. La coordinacién entre el arquedlogo y el antracdlogo se hace imprescindible durante el desarrollo de la excavacién, ya que son muchas las cuestiones en las que esta colaboracién es importante, como por ejemplo: — La determinacidn de las coordenadas posicionales del carbén y madera nos permi- tirdn una valoracién de los procesos deposicionales y postdeposicionales de los distintos niveles arqueolégicos. Igualmente, este estudio nos ayuda en la identificacién funcional de los restos de carbén, pues la procedencia del carbén (titles, materiales de construccién, hogares, etc.), determina un comportamiento a priori de éstos, 197 ‘La ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA Y OBIETIVOS — La diferenciacién entre los carbones procedentes de los diferentes niveles arqueolé- gicos (habitacién, derrumbe, arrastre, etc.) y la determinacién del carbon procedente de ciertas estructuras, como techos, postes, etc., ha de hacerse en e] mismo yacimiento y no a posteriori. Por ello es imprescindible la experiencia del antracélogo, que en funcién de las caracteristicas morfolégicas del carbsn (longitud, grosor, tamafio, forma, etc.) y de las especies presentes, puede ayudar en la interpretacin de dichos materiales. Dentro de esta problemética, queremos hacer hincapié en el escaso néimero de herramientas y utiles de madera recuperados en las excavaciones arqueolégicas, en relacién a la gran cantidad de éstos que las sociedades prehistéricas debfan de utilizar, como se ha demostrado en algu- nos asentamientos lacustres de Suiza (PETREQUIN, 1984). Esta ausencia que se puede achacar a la naturaleza perecedera de la madera, no es vélida para los yacimientos con grandes niveles de incendio, donde fos titiles y hecramientas de madera estan quemados y mezclados con los carbones procedentes de la construccién. Es por ello que se hace nece- saria la utilizacién de una tnetodologia de excavacién que resuelva estos problemas, don- de la colaboracién del antracdlogo es fundamental, — La eleceién del método de recuperacién del catbén de los sedimentos arqueolégi- cos dependeré, en primer Ingar, de las caracteristicas de los carbones, puestas de manifies- to anteriormente, y de la naturaleza de los sedimentos en los que est4n inmersos. Es importante contar con un programa flexible, previo a Ja excavacién, que garantice la cjecucién correcta del muestreo del area excavada. Una serie de contextos atqueolégicos son susceptibles de ofrecer restos de madera y carbdn: agujeros de poste, hogates, silos, etc., ofteciendo cada uno de ellos una problemética distinta para su recuperacién. En gencral, en estas reas se deberd efectuar una recogida puntual de todo el sedimento, para su posterior clasificacidn en el laboratorio. Mientras, en los niveles dispersos es necesario, siempre que no haya incendios o estructuras, establecer un programa de recuperacién, que consistird bésicamente en recoger el catbén directamente de la excavacién, 0 proce- der al tratamiento y manipulacién de los sedimentos recogidos en e] curso de ésta. Este programa ha de ser adoptado en cada yacimiento de mutuo acuerdo entre el arquedlogo y antracélogo, atendiendo al fin perseguido y a las catactetisticas de los sedimentos, es por ello que en cada caso la recogida de este necesita un tratamiento especifico. ILL.1 Métodos de recuperacién de las muestras antracolégicas La recogida de muestras arqueobotdnicas, y en especial de las antracolégicas, se puede realizat de diversas formas (Fig, 2): Directa o manual: cuando se recogen los carbones, semillas, etc,, sin tener que proce- sarlos posteriormente. Indirecta: cuando junto con los restos atqueobotinicos se recoge el sedimento en el que estén inmersos, por lo que tendrén que ser posteriormente tratados. Para el trata- miento de estos sedimentos Buxé (BUXO, 1997, pp. 30-32) cita, siguiendo a otros auto- fs, varios sistemas: 198 Marta DELA OLIVA RODRIGUEZ-ARIZA — Muestra puntual: estructuras 0 depésitos concretos, como son los agujeros de pos- te, hogares, silos, etc., ofreciendo cada uno de ellos una problemdtica distinta para su recuperacién, En general, en estas dreas se deberd efectuar una recogida puntual de todo el sedimento, para su posterior clasificacién en el laboratorio. — Totalidad del sedimento: se recoge la cotalidad del sedimento de un nivel 0 estrato arqueolégico, como pueden ser los niveles de habitacién. — Muestteo en columna estratigréfica: se utiliza sobre una secuencia estratigedfica 0 en conjuntos arqueolégicos definidos, como pueden ser un depésito de desechos, una fosa, etc. Es el método més utilizado por la Palinologfa. — Muestreo probabilistico: parte del supuesto de que cada muestra refleja correcta: mente la poblacién de restos orgdnicos, por cuanto el efectivo toval puede ser calculado estadisticamente. Por ejemplo se recoge el 10 0 20% del total del sedimento de cada Unidad Sedimentaria. — Muestra de volumen constante por Unidad Sedimentaria: recordemos que esta metodologia no tiene en cuenta el volumen total, ni tampoco Ja naturaleza o riqueza en restos. Se recogen 50-100 littos sistemdticamente. — Muestra en intervalos: la muestra se recoge en intervalos de volumen de sedimento excavado, por ejemplo, el muestreo de diez litros de cada cien excavados. — Muestra estimativa: se recoge un yolumen constante de todas las Unidades Sedimentarias para estimar o calibrar la riqueza de informacién, La eleccién de uno u otro metodo estar en funcidn de las caracteristicas fisicas de la excavacidn, del tipo de excavacién y las posibilidades técnicas y econdmicas de la excava- Gién. También podremos realizar una combinacién de métodos. Siempre es mejor reali- zar algin tipo de muestreo a no realizarlo. Ih1.2. Técnicas de recuperacin Las técnicas de recuperacién de los carbones dependerdn principalmente de las posibi- lidades técnicas (existencia 0 no de agua) y econdmicas (disponibilidad de personal) de cada excavacién. Algunos investigadores han verificado la fiabilidad de diversas técnicas adaptadas a cada yacimiento, por nuestra parte hemos compatado la especifidad y la cali- dad de cada técnica en el marco de la excavacién realizada en el Cerro de la Virgen en Orce, provincia de Granada (RODRIGUEZ-ARIZA, 1992), cuyos resultados nos definen las técnicas mds apropiadas para separar los restos vegetales de! sedimento arqueolégico. Varlas son las técnicas que podemos utilizar (Fig, 3): En seco: cribado de los sedimentos, la tierra o ganga sedimentaria recuperada en el proceso de la excavacidn es cribada en tamices con una abertura de malla variable en funcién del sedimento y los materiales a recuperar. 199 LA ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA ¥ OBJETIVOS Con agua: existen varias técnicas: Flotacién: ésta se basa en el principio de densidad diferencial. La carbonizacién de la materia orgénica provoca la disminucién de la densidad de los cuerpos, lo que favorece su. flotacién, a diferencia del resto de materiales y sedimentos que, por su mayor densidad y peso, se hunden dentro de un recipiente con agua. Flotacién con maquina: existen numerosas mdquinas de flotacién, disefiadas se- ptin las necesidades a las que hay que hacer frente. El sistema utilizado por nosotros deriva de una maquina de flotacién utilizada en Saint Denis (Seine-Saint-Denis, Fran- cia, GAILLAND er alii, 1972), a la que hemos realizado una serie de modificaciones que facilitan el tratamiento de un gran volumen de sedimentos. La maquina consta de una cuba de un volumen determinado segitin las necesidades (30, 50 0 200 litros; Fig. 4). Dispone de varias entradas de agua en la base (1), con lo cual se crea una turbulencia de agua, que mueve los sedimentos cuando éstos son depositados en su interior, facilitando que los materiales menos densos se desprendan de los sedimen- tos y floren en la superficie, La salida del agua se realiza a través de un pitorto, en la parte superior (2), que conduce el agua con los materiales flotantes a una columna de tamices con mallas de 2, 0.5 y 0.2 mm de abertura (3). Una criba interior a media altura (4), de 5 mm de abertura de malla, recupera algunos de los materiales que no flotan. El fondo, disefiado de forma cénica, dispone de una Ilave de paso (5) que facilita la limpieza de la cuba después del tratamiento de cada muestra, y al estar clevada del terreno permite recuperar los sedimentos restantes, para verificar si que- dan restos materiales. Flotacién manual: uvilizada si no se dispone de una maquina de flotacién © no se cuenta con un caudal abundante de agua. Este sistema consiste en verter el sedimento en medio cubo, el cual seré completado con agua. El sedimento se mueve y se deja que repose un momento para que las fracciones pesadas se depositen en el fondo y los materia- les ligeros (carbén, semillas, etc.), se vayan a la superficie. Seguidamente el agua se vierte sobre tamices con una abertura de malla lo suficientemente pequefia para que recupere Jos ecofactos. Columna de tamices: esta vécnica se tealiza disponiendo los tamices en orden de ma- yor abercura a menor sobre los que se vierte el sedimento que es separado por el chotto de una manguera de agua. La abertura de las mallas puede ir desde 5 mm, la mayor a2 mm, 1 mm y 0,5 mm 0 2 mm la menor, aunque las finas podrdn abandonarse si no hay resultados significativos, IL2 Etapa de estudio 0 mésodos de trabajo en antracologla Lametodologia especifica desarrollada por la Antracologia es la que confiere a ésta una personalidad propia dentro de las disciplinas arqueobovénicas. Desarrollamos aqui breve- mente la metodologfa y algunos de los problemas interpretativos y metodolégicos con los 200 Manfa DE LA Ouiva RODRIGUEZ-ARIZA que se enfienta la Antracologla para la consecucién de sus objetivos principales: el cono- cimiento del uso de la madera y de la vegetaciOn pasada. IL2.1 Técnicas de observaci6n La més utilizada es la que utiliza un microscopio de luz reflejada y el microscopio electrénico de barrido (SEM) para la visualizacién de los carbones fracturados con la mano (VERNET, 1973), pero también son utilizados otros métodos como; el de laminas delgadas de carbén previamente imbuidas de parafina (LIPHSHITZ, WAISEL, 1973) 0 resina (COUVERT, 1970) y la impresién sobre papel de acetato (PLU, 1979). Reciente- mente el desarrollo del microscopio interferencial (THINON, 1988) y el uso de programas informaticos de identificacién (ESPINOZA, MILLER, 1991; PIQUE, PIQUE, 1992) han abierro nuevas perspectivas para la investigacién antracoldgica, aunque en todo caso éstos sélo puedan ser utilizados cuando se tienen escasas muestras de catbén. EI microscopio éptico a reflexién que dispone de un juego de objetivos intercambia- bles entre 100 y 500 aumentos y de un micrémetro para efectuar las medidas biométricas, es el que se utiliza para el grueso de la identificacién taxonémica, mientras el microscopio electrdnico de bartido se utiliza para la realizacién de las fotograflas o la identificacién de muestras dudosas. 11.2.2 La determinacién de los taxones El estudio de un fragmento de carbén vegetal necesita previamente, la realizacién de tres planos orientados: transversal, longitudinal-tangencial y longitudinal-radial (Fig. 5). Cada uno permite la identificacién de elementos de la estructura interna de la madera, donde la forma, talla y disposicién varfa segtin la especie ala que pertenece el carbén. La identificacién de los carbones se realiza normalmente a través de la comparacién con varios atlas de anatom{a de la madera (HUBER y ROUSCHAL, 1954; JACQUIOT, 1955; GREGUSS, 1959; JACQUIOT et alii, 1973; SCHWEINGRUBER, 1978; SCHWEINGRUBER, 1990; etc.) y también con la coleccién de maderas actuales carbo- nizadas. La identificacién de maderas meditertdneas puede llegar al nivel de la especie, aunque en determinados casos sélo se llegue a la determinacién del género, como ocurre con Juniperus, Erica, Cistusy Acer (HEINZ. ct alii, 1988). IL2.3 Determinacidn de las unidades de andlisis Hay dos unidades basicas de andlisis que han de ser determinadas en colaboracién con el arquedlogo, siempre dependiendo de la cantidad de carbn disponible, de la nacuraleza de la excavacién, etc. — Determinacidn de la escala espacial: las implicaciones de tipo etnolégice y ecolégico, que se pueden inferir del andlisis antracolégico varfan segiin la escala utilizada en el estu- 201 LA ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA ¥ OBIETIVOS dio. Los estudios pueden ser: micros, es decir, comparando distintas zonas dentro del yacimiento; semimicros, cuando la comparacién se realiza con los resultados de los yaci- mientos de una misma comatca y macros, si se estudian y telacionan regiones o dreas. — Dererminacién de una unidad de comparacién temporal: por lo general, ésta varia en funcién de la problematica de cada asentamiento. No existe una unidad minima tem- poral definida que nos permita hacer correlaciones simples entre los yacimientos. Estos Itmites, no muy claros en muchas ocasiones, pueden ser definidos por la cronologta abso- luca, especialmente para la Prehistoria Reciente con las fechas de C14, lo cual facilita las correlaciones entre las distintas secuencias regionales. En algunos trabajos se utiliza la unidad estratigréfica o estrato, mientras que en otros es la fase o periodo cultural la prin- cipal unidad de medida temporal. 1.2.4 Determinacidn de las unidades de medida La Antracologia ha utilizado el recuento de los fragmentos de carbén, como la base del estudio cuantitativo, a partir del cual se pueden inferir los datos paleoecolégicos. Aunque esta unidad de medida (el fragmento) ha sido puesta en entredicho por algunos autores que piensan que la biomasa vegetal es la mas representativa de la importancia relativa de las distintas especies en un mismo nivel (CASTELLETTL 1975; THINON, 1979; KRAUSS- MARGUET, 1981). Asi, el estudio de los factores fisicos de deformacién del espectro antracolégico: la fragmentacién (KRAUSS-MARGUET, 1981; ZALUCHA, 1982; ZALUCHA, 1983) y la reduccién de masa se ha convertido en una de las més importantes cuestiones a nivel metodolégico que tiene planteada la Antracologia (CHABAL, 1992). El tema de la unidad de medida también ¢s tratado por otros autores (THINON, 1979; SMART, HOFFMAN, 1988), en los que su eleccién a veces no se efecttia, realizando sdlo el estudio de los distintos yacimientos en base a la presencia/ausencia de los taxones en los diversos niveles (SMART, HOFFMAN, 1988). La realizacién de experiencias que tratan el tema de la fragmentacién Ilegan a la con- clusién de que las causas de ésta varlan segiin las especies y dependiendo del grado de calor, el tiempo de combustién y la temperatura final de la madera (ZALUCHA, 1982; ZULACHA, 1983). Este mismo autor pone en relacién la fragmentacién con el estudio de los carbones por tamajios. En resumen, la ftagmentacién del carbén depende de multiples Factores que hacen que su representatividad en una muestra antracolégica esté sujeta a una variabilidad de naturaleza aleatoria y no explicable. Mientras, que la comparaci6n entre la representatividad de Jos diversos taxones ya sca por el ntimero de fragmentos 0 pot el porcentaje de masa, no ofrece una variacién significativa, Nosotros, atendiendo principalmente a aspectos de comodidad y tiempo, utilizamos el fragmento como la unidad de medida, o unidad de comparacién, siguiendo la denomi- nacién adoptada por Chabal (CHABAL, 1991, p. 47). 202 Maala DB LA OLIVA RODRIGUEZ-ARIZA 11.2.5 Determinacién del muestreo La existencia de un gran ntimero de carbones, en algunos yacimientos, hace necesario la realizacién de una seleccién de la muestra total, que se recoge siguiendo alguno de los siguientes métodos: — Divisidn aleatoria de la muestra: se selecciona generalmente una muestra al azar, en un segundo momento o se divide en cuatro partes (WILLCOX, 1974) 0 se coge un pufiado de carbones, donde se encuentren representados una gama de tamaiios y formas (MILLER, 1985), — Estudio sistematico de los primeros lotes o muestras; éste nos permitird realizar: la curva taxonémica 0 segiin la denominacién de Chabal (CHABAL, 1991, p. 103) cutvas esfuerzo-rendimiento, en las que el punto de inflexién de Ja curva indica el numero de identificaciones necesarias para encontrar todos los taxones de una muestra. Si las curvas de diferentes muestras son semejantes, el nuimero de fragmentos identificados en el punto de inflexién determina el ntimero a estudiar en las restantes muestras. La curva de porcen- tajes se utiliza con Ia finalidad de-ver cudndo una poblacién se estabiliza cuantitativamente. 11.2.6 Cuantificacion y expresin de resultados Elespectro antracolégico es la lista de taxones determinados, expresados en frecuen- cias relativas, Dentro de la hipétesis antracolégica la lista y la proporcién entre taxones de un espectro antracolégico estén en funcidn del érea de recogida de madera, a condicién de que los carbones provengan de hogares domésticos con una duracién importante, y se realice un muestreo (a definit) en cada nivel arqueoldgico. El diagrama antracolégico es una sucesién de espectros, ordenados segiin la crono- estratigraffa de cada yacimiento. Por tanto, el diagrama es la representacién de una evolu- cién dinémica, funcionalmente, de la vegetacién pasada. El diagrama es prictico para visualizara la ver las proporciones de aparicién de cada taxon y su variaciones diacrénicas, base de Ja interpretacién. A fin de estudiar la variabilidad de las muestras antracolégicas al interior de un asenta- miento o de comparar asentamientos, el empleo de otros desctiptores, adaptados a los resultados, es recomendable. De hecho la utilizacién de andlisis multivariantes se ha reve- lado como un instrumento muy titil para definir areas especificas de utilizacién de vegeta- cién (RODRIGUEZ-ARIZA, ESQUIVEL, 1989-90), sectores biogeograficos y cambios de vegetacion (RODRIGUEZ-ARIZA et alii, 1996). 1L2.7 La interpretacién — Principios de interpretacién de diagramas La interpretaci6n antracolégica permite realizar hipétesis precisas porque los espectros floristicos reflejan la ecologia de la vegetacién, en concordancia con la localizacién del 203 La ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA ¥ OBJETIVOS asentamiento en el medio topogréfico, hidroldgico y geoldgico, y con su estructura (rela- cién compleja de especies y de individuos). No podemos decir nada sobre el porcentaje de una sola especie, pero sf sobre la relacidn entre especies y, sobre todo, la evolucién diacrénica de espectros, que reflejan las transformaciones significativas de bosques reales. Para interpretar los espectros y los diagramas antracoldgicos, las proporciones entre taxones son un indice preciso de la ecologia. Sobre la base de Ja interpretacién de una tendencia globalmente progresiva o regresiva de la vegetacién, el antracélogo propone interpretaciones precisas. Sdlo las desforestaciones son directamente registradas por el antracélogo, pero los espacios abiertos pueden ser indirectamente interpretados a través de las transformaciones de la vegetacién existente. Los diagramas tienen la ventaja de dar una visién global de las variaciones relativas regiscradas y de ser un soporte de reflexién, Aunque cada diagrama demanda un andlisis propio para la formulacién de hipétesis, todos responden a los mismos principios de interpretacidn, El problema principal consiste en interpretar las cantidades relativas como absolutas o las variaciones relativas como absolutas (CHABAL er alii, 1999). La interpretacién en Antracologia es una prictica rigurosa. A medida que los estudios se multiplican en el espacio y en el tiempo, el método se afina, las contradicciones se superan y las hipétesis se reajustan. El andlisis estadistico de! material de estudio y de los medios de depésito, la confrontacién con otras disciplinas, las informaciones arqueolégi- cas 0 histéricas complementarias, la experimentacidn, las construccin de modelos, ete., se insertan en una misma voluntad hipotética-deductiva. — La ecologia, una base para la comprensién de resultados. El paisaje actual, asf como el primitivo, consta de un mosaico de comunidades vegeta- les diferentes, instaladas en diversos habitats acordes con sus apetencias ecolégicas 0 con su poder de competencia frente a otras comunidades. El antracdlogo para describir las variaciones de la vegetacién pasada y comprender los factores naturales o antrdpicos que son la causa, utiliza los conocimientos de la ecologia actual. Entre estos conocimientos destaca la Geobotinica, que es en concreto la ciencia que pone en relacién la vida vegetal y el medio vegetal. Entre las ciencias geobotanicas parti- culares que tienen una entidad propia se pueden, sin duda, destacar: la Fitosociologta, la Biogeografia y Bioclimarologta, Tl _ Las informaciones contenidas en los carbones Esindudable que segtin la escala que apliquemos al estudio de los carbones la informa- cién que nos proposcionara sera diferente, As{ la estructura de la madera podemos obset- varla a distintas escalas (podemos estudiar los anillos de crecimiento anuales, la anatomfa al interior del anillo, etc.), las cuales nos aportan ensefianzas distintas. La Antracologia es susceptible de datnos informacién sobre los usos de la madeta, las deforestaciones, el 204 Marta DE LA OLIVA RODRIGUEZ-ARIZA impacto de las actividades agropastorales, las condiciones de crecimiento de los arboles, las técnicas de construccién, etc. En general, la Antracologia tiene una doble vertiente que nos permite obtener informacién de tipo palcoambiental y econémico y/o de gestion de recursos. En algunos estudios, por la procedencia de sus materiales (hornos, estructu- ras domésticas, etc.) la informacién es de uno u otro tipo, mientras que en a mayorfa hay una multiplicidad de informaciones. Seguidamente ponemos dos ejemplos de estudios antracol6gicos realizados sobre materiales medievales procedentes de dos yacimientos: los hornos cerdmicos de la Casa de los Tiros en Granada y El Castillejo en Los Gudjares (Granada). W.1 Economia agraria y gestion forestal Las muestras antracoldgicas de El Castillejo proceden de la recuperacién visual durante el transcurso de la excavacion (CRESSIER er alii, 1997; MALPICA et alli, 1986; BERNARD et alli, 1990) por lo cual, al no haberse utilizado la flotacién, la recuperacién de fragmentos de pequefio tamaiio no se ha realizado. Este hecho actia como factor limitante para una valo- racién cuantitativa de los resultados, es decir, la representacidn porcentual de cada taxon no se convierte en determinante en la valoracidn paleaecoldgica de los resultados. En este caso, la presencia de un taxon, 0 de especies bioindicadoras, nos pueden dar la clave para la determinacién de la formacién vegetal dominante. El escaso ntimero de carbén recogido ha impedido realizar una diferenciacion espacial de los resultados entre los distintos ambitos (0 habitaciones) de cada una de las casas (salvo el caso de la casa 10), al igual que la contrastacién de resultados entre las distintas casas no se ha podido hacer (Tabla n° 1), Ahora bien, como lacantidad de carbén recuperado a nivel global es importante, la contrastacion de resultados entre niveles o zonas y la misma presencia de los taxones nos estard indicando no sélo, los usos que de la vegeracidn hizo la poblacién de El Castillejo, sino tambien la disponibilidad que de las distintas especies hubiera en el entorno. Por tanto, y a pesar de las limitaciones expuestas, creemos que se puede realizar, en primer lugar, una valoracién paleoetnoldgica de los resultados obtenidos y, en segundo, una valoracién paleoecoldgica que es contrastada con el resto de los datos obtenidos del registro arqueolégico y del estudio de la vegetacién actual y potencial de la zona. A nivel cualitativo el antracoanilisis de El Castillejo ha proporcionado una lista floral de 23 taxones (Tabla n° 1), ptesentando un grado de determinacidn variada: en 9 ocasio- nes se ha Ilegado a la identificaci6n de la especie (Pinus halepensis, Arbutus unedo, Daphne gnidium, Juglans regia, Olea europaea, Pistacia lentiscus, Pistacia terebinthus, Prunus amygdalusy Rosmarinus officinalis), en 8 al géncro (Juniperus, Cistus, Fraxinus, Phillyrea, Pistacia, Populus, Revama y Tamarix) y en dos a la familia (Labiacae y Leguminosae). Mientras que 4 taxones engloban bajo su denominacién a 2 0 més especies: Quercus caducifolios: los fragmentos incluidos presentan zona porosa pero con vasos con didmetros no muy grandes, Pueden representar tanto a los robles melojos (desarrolla- dos sobre sustratos siliceos) como al quejigo. LA ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA ¥ OBJETIVOS Quercus ilex-coccifera: la distincién entre la encinay la coscoja por su estructura ana- témica no siempre es posible realizarla, sdlo si se dispone de fragmentos suficientemente grandes y se realizan medidas biométricas muy precisas. Quercus perennifolios bajo esta denominacién englobamos aquellos fragmentos que presentan unas caracterfsticas anatémicas que se encuentran entre la encina y el alcorno- que (con una gran abundancia de vasos repartidos por todo el anillo, aunque con un didmetro inferior a 120 m). Estas muestras podrfan pertenecer a ejemplares hibrides, que pueden ser muy frecuentes en lugares en los que las dos especies se ponen en contacto. Salix/Populus: la distincién entre estos dos géneros s6lo es posible realizarla en base a los radios: heterogéneos para los primeros y homoggneos pata los segundos. En conse- cuencia, cuando el fragmento se encuentra de tamafio pequefio o en mal estado la deter- minacién especifica es imposible. Por tanto, salvo el caso de la Pistacia sp. que puede corresponderse con el lentisco o la comnicabra, el ntimero total de taxones originales se eleva a 22, proporcionando una im- portante lista floral que hemos agrupado en tres grupos principales (Fig. 6): — Vegetacién climacica: es aquella vegetacién que crece de forma natural y que sélo depende de las condiciones bioclimdticas imperantes en la zona, aunque el hombre de forma directa (tala, roturacidn, ete.) o indirecta (pastoreo) pueda influir en su desarrollo progresiyo o regresivo. Este grupo se ha subdividido segin su porte en: Matorral: jaras, corvisco, labiadas, leguminosas arbustivas, rerama y romero. Arbustos: enebros/sabinas, madrofio, labiérnagos, lentisco y cornicabra. Arboles: pino carrasco, robles, encina/coscoja y encina/alcornoque. — Ripisilva o vegetacién de ribera: es aquella que crece cerca de los cursos de agua, por tanto no esta sujeta a las condiciones medioambientales generales, En El Castillejo est4 representada por fresnos, dlamos, sauces y tarayes. — Cultivos arbéreos: de las tres especies que hemos determinado (nogal, olive y al mendro) las dos primetas no presentan diferencias anarémicas con las variedades silves- tres, aunque al tratarse de muestras de época medieval podemos considerarlas cultivadas al existir una base documental empirica que no oftece dudas. ‘Asi, la vegetaci6n lefiosa determinada por el antracoandlisis expresa una divisién entre la vegetacién natural y la cultivada. Para calibrar la importancia de una u otra, nos puede ayudar el estudio de los datos cuantitativos. En la Fig. 7 se ha representado en un grafico de porciones las frecuencias telativas de cada uno de los grupos de vegetacidn, destacando la vegetacién climécica con més de las 3/4 partes de los fragmentos determinados, que junto con el 8,89% de la tipisilva representa cerca del 90% de vegetacién natural de la muestra analizada, Ahora bien, para traducir las proporciones entre especies dentro del espectro antracolégico a proporciones en el drea de explotacién de madera, no se dispone de modelos actuales transportables al pasado. Fl porcentaje de una especie en los andlisis 206 Marta DE LA OLiva RODRIGUEZ-ARIZA antracoldgicos es una unidad compleja, sintética ¢ irreductible a las cantidades simples como la biomasa relativa o el recubrimiento relative (CHABAL, 1992), Ademads, si tene- mos en cuenta que no conocemos los procesos de formacién y transformacién de las muestras antracolégicas, fundamentales para realizar una correcta interpretacién paleoeco- Iégica e inferir datos de utilizacién de la vegetacién (RODRIGUEZ-ARIZA, 1993), pode- mos pensar que la vegetacién natural esta sobrerrepresentada. Ast, de las cuatro muestras que pueden pertenecer a postes, en algtin caso con sefiales evidentes de estar escuadradas, 3 son de pino carrasco y 1 de alamo, por lo cual el pino carrasco parece ser la principal especie utilizada en la construccién de las casas, por lo que su aparicién en todas las casas y dmbitos documentados estarfa en relacién con esta actividad. Aunque, también puede haber sido utilizado como lefia como parece atestiguarlo la detetminacién de varias rami- tas encontradas junto a un anafe. Dentro del grupo de los drboles climécicos destaca la encina/coscoja que con un por- centaje del 16,56% se constituye en el segundo taxon mayor (Fig, 6), habiendo aparecido en 6 de las 9 casas con restos de carbén. Este taxon en ninguna muestra ha apatecido sélo, siempre en asociacién con el resto de especies de rboles y principalmente de los matorra- les y arbustos, lo que unido al, por lo general, pequefio tamafio de los carbones de estas muestras puede sefalar que estas especies han sido utilizadas basicamente como lefia para alimento de los hogares. El grupo de los matorrales estd bien representado con un 16,27% y 6 taxones entre los que destaca la presencia de la rerama con més del 6% y del romero con el 5%. Sin embar- go, el grupo de arbustos con igual nimero de taxones sdlo representa el 9,47% de la muestra con el lentisco como principal especie. Igualmente, la ripisilva con cuatro taxones tiene una reptesentaci6n discreta (8,89%), con los tarayes como los més representados, lo cual puede indicar el cardcter estacional de los cursos de agua, al aguantar bien esta espe- cic la salinidad de los suclos provocada por la falta de agua. Los drboles cultivados s6lo estén tepresentados por tres especies y un bajo porcentaje: el nogal con el 2,07%, el olivo con el 2,94% y el almendro con el 177%. Lo cual en cierta forma es Iégico, ya que para lefia sélo se utilizarian los testos de las podas y en algunos casos su madera servirla para realizar algin dil, herramienta o mueble, como asi parece atestiguarlo un fragmento de nogal con signos de estar trabajado. 1.2 Utilizacién de la madera ‘Una actividad de produccién: los hornos cerdmicos de la Casa de los Tiros. El andlisis antracoldgico de la Casa de los Tiros fue publicado junto con los de la necrépolis de Sahl b. Maliley los del mercado de San Agustin (RODR{GUEZ-ARIZA, 1993). todos ellos de la ciudad de Granada, reflejando una distinta composicién vegetal en fun- cidn de la localizacién, pero sobre todo de la distinta funcionalidad de los espacios de donde provenfa el carbén. En esta ocasidn presentamos tinicamente el antracoandlisis de 207 LA ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA ¥ OBJETIVOS los hornos cerémicos, por cuanto es un ejemplo clato de la utilizacién de la vegetacién como combustible de una actividad de produccién. La obseryacién macroscépica de los carbones puso en evidencia que una gran parte de la muestra estaba formada por ramitas de pequefio tamaiio, junto con una cantidad mu- cho menor de fragmentos pertenecientes a troncos mayores. Esta composicién de ramas y troncos se corresponde con los resultados del andlisis antracolégico (Tabla n° 2) que evidencian que el 70,85% de las muestras pertenecen a especies que forman los matorra- les fruticosos (Fig, 8) formados por jaras, romeros, retamas y leguminosas arbustivas, posiblemente espinescentes, Los arbustos sdlo estin representados por el madrofio y los enebros con un 2,31%; mientras, que las especies arbdreas como los quejigos, alcomno- ques, robles y sauces sélo estén representadas por uno o dos fragmentos, y la encina/ coscoja con un 19,15% se sivda en el tercer puesto con mayor presencia detrds de retamas y leguminosas arbustivas. Esta composicién del antracoandlisis sefiala como las especies de matorral que, una vez secas, prenden répido y proporcionan un fuego vivo que hacen subir la temperatura del horno répidamente, eran muy utilizadas junto a maderas duras como la de la enci- na, quejigo, roble o alcornoque que mantienen una temperatura més estable. Estas lefias son todavia utilizadas en los hornos tradicionales cerdmicos en distintas fases de la combustién, Los resultados cualitatives indican que los taxones determinados, salvo un fragmen- to de cerezo, pertenecen a la vegetacién natural de tipo mesomediterrdneo asentada, posiblemente en los alrededores y sierras cercanas a Granada, Los resultados cuantitati- vos, con la distribucién porcentual ya resefiada, sefialan que las lefias utilizadas para las cocciones eran, més 0 menos, siempre las mismas, pues el conocimiento de las propie- dades calorificas y de combustién de las distintas especies era csencial para controlar el fuego y la temperatura del horno, efectuado de una forma empirica, sin el auxilio de los actuales pirémetros. BIBLIOGRAFIA BERNARD, M., CRESSIER, P., MALPICA CUELLO, A. y ROSSELLO BORDOY, G. (1990): «La vivienda rural medieval de «El Castillejo» (Los Gudjares, Granada)», La casa hispano-musulmana. Aportaciones de la Arqueologta. 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(labiéznago) = SS a Pinus halepensis(pino catrasco) 1 9 [2 [13 [a0 [2 [35 | 9 | 28 [rae [aa Piscacia Fentiseis (lentisco) = ae =e |e See Ss 53 Pistacia terebinthus (cornicabra) Sa a ae ea a Pistacia sp. —{-|]7 |-j/=-|-|/-j|-—/—|-/| 1 [33 Populus sp, (élaraos) = Je l=—l-}]—]—] 171 [=] 4] 6 faz Prunus amygdalus (almendro) SS i | ai a ef aI Quercus caducifolios (robles) =j=-l[=—/=]2 ]-]—/ 21 J— [|] 2 | os ‘Quercus ilex-coceifera (encinaleoseoja) |— |—| 6 |—fis| 3 |—[se[ i [ia | 56 fie: Quercus perennitolios encinalalcornoque | — | — | — | —|—|—|—}—|—]a | 3 [as Retama sp. (rerama) SSS aa al i ae Rosmarinus officinalis (romero) —{[=|4}-|-|2 |-] « |—| 1 | 13 [sss Salix-populus (sauce/4lamo) ee Se SS ee ee ea Tamarix sp. (tarayes) = [=/=—J= [os [2 [= [= |= [= 77 [5.00] Indetetminadas —{[-|- 1{—!-—|[—]| 1 [03 Indeterminables Fa ai a ea el “TOTAL CARRONES 1 {2 | 33] 2 | 7] 2 | 6 | 120] 16 | 66 | 338 | 100 [Ne TaKones, if 4 [ia [a 4 az[ 4 fifa 212 Maria DE LA OLIVA RODRIGUEZ-ARIZA TABLA NO 2 Frecuencias absolutas y rclativas de los taxones determinados en los hornos cerdmicos de Ja Casa de Jos Tiros en Granada “Hornos de la Casa de los Tiros (siglos XI-XII) TAXONES 6 % Arbustus unedo (madrofio) 1 0339 Cistus sp. (jaras) 8 3,06 Cistus albidus Gara blanca) 6 I 2,29 Juniperus sp. (enebros) 5 | 1,92 Leguminosas 37 14,17 Prunus avium (cerezo) 1 0,39 Quercus ilex-coccifera (encinalcoscoja) 30 19,15 Quercus faginea (quejiga) 3 114 Quereus suber (alcornoque) 1 | 0.39) Quercus caducifolios (robles) 1 0,39 Retama sp. (rerama) 114 43,67 ‘Rosmarinus officinalis (romero) 20 7,66 Salix sp. (sauce) Indererminadas Indeverminables TOTAL CARBONES 261 100 No DE TAXONES 13 213 LA ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA ¥ OBJETIVOS nanaen Fig. 1. Etapas de la la investigacién antracolégica de muestras antracologicas. Pita ee) Deu Laer ct Be Cee en columna estratigratica probabilistico volumen constante por US enintervalos constantes ~ estimativo Fig, 2. Esquema de métodos de recuperacién en Antracologia 214 MARIA DE LA OLIVA RODRIGUEZ-ARIZA Fig, 3. Esquema de técnicas de recuperacién indirecta de muestras ancracolégicas Fig. 4. Esquema de la maquina de flotacién utilizada por nosotros para la recogida de muestras antracoldgicas La ANTRACOLOGIA: METODOLOGIA ¥ OBIETIVOS Fig. 5. Esquema de los tres planos anatémicos de una dicotiledéniea y foros realizadas con el SEM Juglans regia tea europaea Prams aryedatas Pémas halepensis Pistacia lontisous Fig. 6. Representacién gréfica del andlisis antracoldgico de El Castillejo en Los Guéjares (Granada) 216 Maria DELA OLIVA RODRIGUEZ-ARIZA Cultivos 8 4 Ly = bie ema Ee “Vogotacion climacica 75.89 Fig, 7. Grupos de -vegetacién detcrminados en el antracoanilisis de El Castillejo en Los Gudjares (Granada) pePPEP Preys? e aFebe pag’ | pe] i i Taxones Big. 8. Representacién gréfica del andlisis antracolégico de los Hornos cerémicos de la Casa de los Tiros en Granada 217

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