LA PUERTA DEL CIELO
Aguf en San Juan existe ta dica puerts det
cielo.
No hay otra ni adelante ni alos lados. Yo, que
conozco mi pattia, que he caminado sus caminos, que
he subido sus montes, que he hajado a sus costas, que
he puesto mi pie en sus ciudades, quc he vivido en sus
aldeas y caserfos, que la conozco entera entera como
a mi mujer, doy fe. Que esta lengua se ta coman las
hormigas antes. que muera si miento. Pero tampoco
hay otra en toda la naranja del mundo. Yo no he salido
imés alld de los ixcas de Guatemala, pero a todos
aquellos que iraen en sus pestaias prendido el color
de otras tierras, que traen su corazén bailando con
otras maisicas distintas de 1a musica de 1a marimba,
que tracn en sus zapatos miles de capas de polvo de
o1r0s caminos —tanto que ya nos parecen mas altos—
1 les he preguntado si en alguna otra parte donde no
LA PUERTA DELCIFLO. ”
hay guardabarrancas ni cenzontles ni quelzales ni
ras ni chipes, sino otra clases de péjaras. hay alguna
puerta del ciclo, Me han dicho que no.
‘Asi pus, Ie nica s6lo existe aqui en San
Juan,
No cs una gran puerta. No Gene arriba ona
cruz que anuncie que Dios se encuentra adentro. No
hay a Sus lados éngeles o santos de piedra ode mezcla.
No.es la entrada de la iglesia. Si s6to tiene en cada
costado agujeros donde Jas lagartijas se asoman para
ver el mundo desde sus dos gotas de racio prendidas
en su cabecita verde, telas de arata donde el sol cs
devuelto convertido en barriicte, piedras como costras
de llagas, plantas de chocén que alumbran, con sus
grandes hojas verdes, con sus blancas espinas y con
sus flores moradas, como st fueran limparas. Si esti
deurds de la iglesia, por donde a veces a uno se le
‘curre hacer sus necesidades. $i no es siquicrs como
todas,las puerlas. Si no es una puerta, St apenas se
mira Su marco. Si es un hoyo abierto en una paré que
se quedé solitaria después de los terremotos de Santa
Maria, cuando la tierra cembié como embla de vieja
la sefiora Valeriana Chajén, y cayeron pedazos de
Antigua, pedazos de San Juan y San Bartolo, el iro
pueblo de este puchlo, que desaparccié para sicmpre.
Mirala, es ésa. Solo que ahora esté cerrada. Y
5 por gusto que tratemos de abritla, Porque eso que se
mira es pintura. Y detrds, debajo de la pintura no hay
adabe de lodo, sino hierro, piedra y cemento. Y si
tratamos de boiarla caeré con todo y paré y entonces
no nos quedard ni cl recuerdo. Que si damos la vuelta,
por gusto. Es como si quisiéramos ver lo que hay
dewés de um espejo. Para mirar es necesario entrar por
aquf. al frente. Pero ya ves, fa puerta esti cerrada. Y
para siempre.
Nosotros no nos hablamos dado cuenta.
Pastbamos y pasdbamos frente a ella sin micarla, En
ese tiempo, todos los que ahora somos ya grandes,
casadas, cargados de hijos y penas, éramos una plebe
de patojos tiaudos, piojentos, media Castilla, que de
lunes a sébado thamos la mit det dfa a ta escuela y la
ira mité a trabajar duro en el monte y casi todo el
domningo to ocupahamos en ayudar en otras cositas a
nuestros tatas. por ejemplo, barter el patio, acarriar
agua. it a conseguir feta por si no habia en Ia casa,
ccortar fratas para que nuestra nang las vendiera en el
mercado, y 610 en la tarde, en la mera tarde de este
dia, cuando et sol se vuelve el pan de que se alimenta |
el volcén de Fuego, nos juntsbamos un raio en cl
quiosco que estd enfrente de la igtesia a jugar
desconecta o en ct pedrero donde ahora esi la cscucla
‘nueva a jugar futbol con una pelota de trapa para
después terminar petiando, sacdndonos sangre por
tuna nada, por no tener que hacer otra cosa
Pagina 2
Pero habfa entre todos nosotros uno, Chahetto,
que tenfa mucho de poeta porque miraba cosas donde
nosotros no veiamos nada, Lal vex porque era choco de
yno)0, ¥ una tarde, una de tas muchas tardes de hace
aos, algin domingo de los muchos domingos que
tuvo el tiempo pasado, cuando estbamos en la mera
nora del partido de fut, 61 fue 2 hacer una su necesidd
ycuando regress venfa con cl ojo bueno més brillanic
que de costumbre y con el otro, ef apace, como si
quisiera encendérsele.
—iMuché, vengan a vers, ;vengan a ver!
nos grid con su vor gangasa porque nunca sc
Timpiaba la nasiz.
{Qué vos? —le preguntamas sin hacerle
mucho caso, porque cstabamos preacupades en
desempatar el partido.
—iVengan, hombre, vengan a ver! —casi nos
suplicd con su voz y con sus manos.
Paramos ¢1 partido. Cuando ét nos Namaba
era porque de seguro habfa algo bueno y ahora pior,
esto que nos neciaba. Dejamos tirada la pelos 3
medio pedrero y bebiéndonos cl sudor, lo seguimos.
Bajamos por alld por donde se ve aquella pila vieja, de
un brinco pasamos sobre esa grada que esté ames de
esos cipresalitos, dejamos atras el palo de mora, ése
del que ahora s6lo quedan sus huesas, saltamos sobre
estas grandes piedras y llegamos hasta aqui, enfrente,
"LUIS DE LION
donde ahora estamos ponicndo nuestros pies
Y entramos.
Y vimos.
—iLes gusta, muché? —nos pregumeé|
Chabetlo, mirandonos, un poco afligide de que le
dijéramos no,
—Si, vos. | Qué chulo! te contestamos casi
todos en coro,
Porque era 1.a Puerta del Cielo. No pada sex
ova,
Ya no pensamos més en la pelata y nos
estuvimos aqui el resto de la tarde y parte de la noche.
Cuando regresamos a nuestros ranchos a saber qué
cara Hevabamos porque a ninguno de nosotros nos
pegaron por andar trasnochando.
Y desde exe domingo, todas las tardes de|
todos tos domingos, después de jugar y en lugar de
Peliar, nos veniamos a meter aquf. Callados, abrazados,
Como st fugramos un solo patoja, Chabelio en medio,
nosotros a Jos iados, nas sentébamos a mirar hasta que
la noche sacaha sus grillos y sus tecolotes y se ponts|
a soplarlos
Entonces nos Ievantébamos y saliamos en
direccitn a nuestras casas. Nuestros tatas que eran
Uuistes y bravos, como la primera ve7 s6lo nos miraban,
sonreian y no nos decfan nada. Después trajimos |
uesttos fiermanitos y después después invitamos 2
hhoca, fe hervia primera en cf pecho.
Cuando nosotros lo vimos por primers vez
salimos corriendo, Nos dio miedo. El estaba parado en|
tu orilla del campo, mirandonos sin que nos diéramoy|
cuenta, cuando en eso, Chabello nos dijo: —| Much
miren a ese hombre! —y fue el primero en salir pur
bala, Nosotros todavia nos detuvimos un rato para
examinarlo, pero de repente sentimos su mirada corvg
sinos esiuviera quemando y scguimos a Chabello qua|
ya se habla venido a refugias aqui. s La Puerta del
Ciclo.
—1Puches, yo pensé que no se ibana yeni! ~
nos dijo éste, miréndonos con su ojo vive que le dabs|
vucltas y vucltas de la pena, como si fuera centavo, 5
casi miréndonos con su ojo muesto que cada dia ic ibe
resucitando,
—Ja, como para que no, También # nosotros
nos dio miedo —le contestd Etigio.
iY quign seri, muchs?
nes pregunt|
Natio.
iA saber, vos! Yo no lo habia visto antes
—tijo Guicho.
—Ni yo —dijo Juan,
~-Ni yo dijo Trapo.
Los demfs también dijeron: » Ni yo.
=-Ha de ser fuerana porque, ya vieron: no se
parece a nuestros tatas ni se viste igual que clas nos
dijo Chabelto.
LA PUERTA DEL. CIELO a
olros patojos que no cran de nuestra pandilla para que
‘rinieran a ver. Pero fuera de ellos nunca seo contamos,
nadie. Ni aun de grandes. Vos tenés suerte de que te
To cuemc. .
Pero una vez vino un hombre. Vino porque no
era de aqui. Todos fos que mo son de aqui viencn
siempre estaran viniendo aunque se queden, Compré
fn sitio alld arriba, levanté ung casa que es aquélla
‘que todavia se ve atrds de aquel pato de gravilea y se
puso a vivir en el pueblo
Era un hombre ... Si, to recuerdo, Dcjame que
me eecuerde porque no se me borra de la cabera
aunque yo siempre trato de que se me borre. Si, su cara
era colorada y Wena de sayitas de lo chupada; tenta
unas cejas grandes, comu si fucran de paja, que Le
ceubrian pean parte de La frente y de color entre negrs
y veniz0 y unos ojos que padian ser nepros, azules,
verdes, morados, de todos 1os colores, seguin la hora
ef dia;yunos jos que miraban, que buscaban a saber
qué; su'nariz cra larga, pnbaguda, afilads como
machete. de gruesos pelos cn las ventanas, y debajo de
a nari le nacian unos bigotes que se alargaban y
luego se enrullabun coma patas de mesa colonial. Era
alto y seco y sobre su cuerpo Hevaba siempre un teaje
de pure lulo'y sobre su cabeza Hevaba también un
sombrero del mismo color, Tenia una vox vieja.
reguardada, podrida, que. antes de que le salicra por ka
—Si —dijimos todos
—1¥ qué hizo cuando vio que ustedes satian
corriendo? —nos pregunté Chabclio bastante
preocupado, :
Nada, S610 le dio risa, Yo me di cuenta que
Iedio risa porque antes de venirme aqui, con ustedes,
mc paré lodavia otro ratito para ver qué hacia —te dijo
china.
Nos reimos de ta risa de él, Pero nos reimos
con miedo,
Después, evando de repente aparecia en et
campo 0 en el quiosco y antes de que nos
desparpajramos nos decia gue no le huyéramos y nos
tirabe pisto y cuando, ya cansados, dejabamos 3 un
tude la petors.o sompiamos la desconceta para venirnos
para acd, entonces él nos decia adiés y se iha. Todos
pensdbamos que, a pesar de dar miedo, tenia en medio
de st cuerpo un corazdn pure pan y nos hicimos sus
amigos, Entonces, él dispuso, primero, participar en
nuestros juegos, después ensetamos oiros, unos
extratos, desconocidos, hasta que una tarde, despues
‘de que teeminamos de juger, nos hizo que forméramos
una rueda alrededor de él y sentado encima de 1a
ricdra que ests debajo de ese gran pajaro verde que cs
palo de jocote pinto, nos empezd a ensenar bien la
Castilla y a meternos en la cabeza 1a docteina
¥ exe fue todas los domingos. Pero nosotros,
Pagina
3 23pe weispetion
\ tientras él nos corregia cada ver que docfamos una
Malabra ma dicha, mientras él nos decta cosas bonitas
soorea de Dios y ei ciel0 0cosa8 feas acerca del Diablo
J el inferno, segafamos penaando en La Puerta det
Gieto y repetiamos todo To que nos decta como
fepetiamos 1a tabla de moltiphicar en ta escuela y,
euando se descuidaba, de uno en uno, de dos en dos, de
{tes en tres, no8 Tbgmos retirando, arrastténdoncs,
brineandg “de repente de un lugar a ol70,
escondiéndonos detras de las picdras, hasta que
Tegabamos hasta aqut
Pero una vez, él se descuid6 a propésivo y nos
siguid. Nosotros no nos dimos cuenta y entramos en el
hoyo uno por uno como 10 haclamos siempre,
cecemioniosos, lentos,callados, patojos, indios,y luege
nos sentamos y miramos. En eso estAbamos cuando de
cepente wimos que su sombra tapaba la entrada. luego,
que su cuerpo se agachaba y se acurrucaba junto 4
osoteas
~ Aver, .por quése vinieron? —nos pregunts
—Porgue si —le contests Chabello
Esa no es respuesta —dijo él, pero como si
yale laters, nos pregunts: 2¥ Siempre s¢ vienen para
acd?
Si —te comiesis Suan.
ZY a qué viencn? —nos pregunts otra ver.
‘s mirar —e respondis China
LAPUERTA DEL CIELO 3s
—JA mirar? _nos dijo con su voz y con sus
ojos, arrugando mas la cara,
—Si, a mirar. Si es La Puerta del Cielo —le
dijo Chabello*
iLa Puerta del
10? —nos pregunté
imeigado,
Entonces nosotros le dijimos que mirara y él
agrandé todo 10 que pudo sus ojos, los achiquit6,
después sali6, dio la vuelta por donde vos pensabas
farla, 86 pard enfvente de nosotros, se regress por
donde mismo, dio la vuelta por el otto tado, volvié a
represarse,ents6 otra ver flor donde ora la cntrada y no
miré nada
a de haber sentido envidia posque, aungue
sigui6 regalindonos pisto, ensenéndonos otras juegos
mas extrafios todavia, aunque siguis corrigiéndonos
nuestro modo de hablar y déndonos mas duro con el
martiNo dct Credo, ensantandonos hasta muy adentro
1 t6tnillo del Yo Pecador y dejando que nos
escapliramos, una tarde que Chabetto, que, como yale
latfa, y que cada ver iba mas bueno del ojo apagado,
eg & buscarnos a nucstras casas con este ojo ya
totalmente muerto y con elotr0, cI bueno.en caming de
oscurecerse, Hlorando, s6lo Horando sin hablar:
pensamos que algo mato habia sucedido y corrimos
inmediatamente para acé y encontramos La Puerta del
Cielo cerrada con piedra, con hierr0, con cemento con
odio, con rabia, con envidia, con tiempo.
"También rogresamos mudos de la lengua pero
hablando con nuesiras légrimas. Y sin decirnoslo,
agarramos para la casa del hombre dispuestos a
reclamarle, porque estibamos seguros de que habia
sido 61 ef que nos habia cerrado La Puerta. Pero
cuando Ilegamos ya no estaba, se habia ido ese mismo
dia en ta manana, Y se habla ido aunque sin irse
porque se habia muerto, Allf estaba su cuerpo ticso,
solo, fallecido de alguna enfermedd natural, en media
de la sala, en su cama, rodiado de 1a gente del pucblo
que le iba a hacer ta carida de entesrarto.
Cuando lo vimos, ya no loramos pero tampoco
nos alegramos. Lo que hicimos fue venitnos para acé
y tratamos de abrir la Puerta, de botaria si cra posible,
y atin hoy de vez.en cuando nos entra esa idea y estoy
seguro que Ilegaremos a viejos y seguiremos con la
misma mania. Pero luego nos dimos cuenta que
‘entonces caeria la paré entera. Por eso, en recuerdo,
‘cuando crecimosy ya trabajamos, yo les di parte de las
ganancias de mis limosnas a los demas para que
compraran cal y la repellaran; luego le dijimos a
Chabello, es decir, me dijeron a mi, porque yo soy
Chabello, el ahora ya choca de Ios dos ojos aunque
parezcan buenos, que pintara encima del repello una
puerta, no asf coloniat.como se acostumbra, sino
‘coma vos ta ves, uta puerta salida a saber de dénde, de
qué otra muestra,
zw
Pagina 4
iQue qué mirébamos? Tu pregunta esta de
nis, De veras, No es por ofenderte. S610 pens en to
que mirarfas si ésta que es La Pucrta del Ciclo se
abiera
Ah sf, Yo quisicra que entraras, que miraras
Pero ya ves, La Pucrta del Ciclo esté cerrada. Y para
sempre,
ee