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2B (COMO RECONOCER EL ESTRUCTURALISMO* Hace poco nos preguntabamos: Que es el existencialismo®. Ahora: brjo, el juego, no las considera como dimensiones de la exisencia humana empirica, sino ante todo como la cualifiacion de lugares © posiciones que huacen de quienes vengan a ocuparlas morals, deseantes,trabajadores © |U+ sadores, pero que s6lo ocuparin esas posiciones secundariamente, oble- Bend sss oles de un orlen de veindad qe penencce ala misma exrUcUr fste es ef motivo de que pueda Foucault proponer un nuevo reparo de lo empirico y Io tascendental en donde este titimo término se define mediante un orden de hugnres independiente de aquellos que empicamente los ocu- pan? El esrucuralismo es inseparable de una nueva filosofia trascendeneal fn la que los lugares priman sobre quien los ocupa. El pace, la madre, e- ‘étera, son ante todo lugares de una estructura; somos mortaes al ocupar nuestro puesto, allegra tal ligar marcado en la estructura por ese orden topologico de vecindades (incluso cuando nos adelantamos a nuestro tur- 10). “No es solamente el sujeto, sino los sujetos, tomados en su intersubjetvi dad, quienes ocupan sus puestos[.y modelan st propio sera partir del ‘momento de ln cadena significante que les corre [..) El desplazamiento Gel significante determina a los sujetos en sus actos, en su destino, en sus rechazos, en sus cegueras, en sus Exits y en sus slbures, ean cuales sean sus dotes innatas y sus conquistas sociales, su caricter 0 su sexo [..}¥ NO se puede expresar mejor el hecho de que la psicologia empirca se encuen- tra, no solamente fundada en, sino determinada por una topologia trascendental De este crierio local o posicional se derivan varias consecuencias. En pri- mer lugar, si los elementos simbolicos no tienen designacin extinseca ni slgnifcacin inrineca, sino ncamente un sentido de posicion, ha de plan- tearse por principio que ol sentido resulta siempre de la combinacion de ele- rontos que no son en si mismos significantes” Como dice Lévi Strauss en st iscusion con Paul Ricoeur, el sentido es siempre un resultado, un efecto ST Als, te cpt, 2 vols, Pas, Nae, 965, Capt, So 3, Meio, 9741 7 SC Fea, tm er cnn a, Glia, 1965, p39 ra ct, Lax pala {as cosas, Siglo XXI, México, 1968, WN. det TD. men *Yitacan fos, Cer pt oem de 195 157 (rad. cast. Parlor no solamente un efecto en el sentido de un producto, sino también un efec- to dptico, un efecto de lenguaje, un efecto de posicién. Hay un profundo sinsentido del sentido, del cual procede el sentido mismo. ¥ no porque, de sie modo, retornemos @ lo que se llam6 filosofia del absurdo. Para la filo- sofia del absurdo el sentido est esencialmente ausente. Para el estructura- lismo, al contratio, siempre hay demasiado sentido, una superproduecion 0 sobredeterminaci6n del sentido, siempre excesivamente producido por la combinacion de lugares de la estructura. (De ahf la importancia que, por ‘ejemplo para Althusser, tiene el concepto de sobredeterminacion.) El sin- sentido no es en absolute lo absurdo 0 lo contrario del sentido, sino aque- lo que le confiere valor y lo produce, haciéndole circular a través de la estructura, El estructuralismo no le debe nada a Albert Camus, pero le debe mucho a Lewis Carrol ‘a segunda consecuencia és la preferencia del estructuralismo por ciertos juegos y cierto teatro, por ciertos espacios de juego y de escena. No es ca- ual que Lévi-Strauss se tefiera a menudo a la teoria de juegos y confiera tanta importancia a los juegos de cartas, O Lacan a las metéforas del juego, {que son algo més que metdforas: no solamente el anillo que recorre la e5- tructura, sino el lugar del muerto que circula en el bridge. Los juegos mis robles, como el ajedrez, son los que organizan una combinatoria de lagi es en un puro spatium infinitamente mis profundo que la extensi6n real del tablero y que la extensién imaginaria de cada figura. Althusser interrum- pe su comentario de Marx para hablar de teatro, pero de un teatro que no s de realidades ni de ideas, un puro teatro de posiciones o de lugares que tencuentra en Brecht su principio, y que acaso tendria hoy su expresién mis levada en Armand Gatti. En suma, el manifiesto del estructuralismo ha de buscarse en la oélebre formula, eminentemente poética y teatral: pensar €> arrojar los dados. 1a tercera consecuencia es que el estructuralismo es inseparable de un nuevo materialismo, un nuevo atefsmo o un nuevo anti-humanismo. Pues Sel lugar es anterior a quien lo ocupa, no basta con poner al hombre en. el lugar de Dios para cambiar de estructura. Y si este lugar es el lugar del ‘uerto, la muerte de Dios significa también la del hombre, en beneficio ~asi lo esperamos~ de algo futuro que s6lo puede advenir en la estructura y mediante su mutaci6n, Asi es como se nos revelan el cardcter imaginario del hombre (Foucauld el caricter ideol6gico del humanismo (Althusser). Tercer eriterto: lo diferencial y lo singular En qué consisten estos elementos simbélicos o unidades de posicién? Vol- vamos al modelo lingiistico. Lo que se distingue tanto de las particulas so- 29 noras como de las imagenes y conceptos a ellas asociados se llama fone- ma, El fonema es la unidad lingiistica minima capaz de diferenciar dos pa- labras de diferente significado: por ejemplo, bllad filly pillard tbandiol. Es obvio que el fonema se encarna en letras, silabas y sonidos, pero que no se reduce a ellos. Mas bien las letras, las slabas y los sonidos le otorgan luna independencia, pues es en si mismo inseparable de la relacion fonol6- gica que le une a otros fonemas: b/p. Los fonemas no existen indepen- dientemente de las relaciones que mantienen y mediante las cuales se determinan reciprocamente. Podemos distinguir tes tipos de relaciones. Un primer tipo son las que se establecen entre elementos que gozan de independencia o autonomia: por ejemplo, 342, 0 incluso 2/3. Los elementos son reales, y sus relaciones tam- bién han de denominarse reales, Un segundo tipo de relaciones, por ejem- plo 2° + y'~ R=, se establece entre términos cuyo valor no esté especificado, pero que sin embargo han de tener un valor determinado en cada caso, Es- tas relaciones se pueden llamar imaginarias, El tercer tipo de relaciones ¢€5 el que se establece entre elementos que carecen en si mismos de todo valor determinado, y que no obstante se determinan reciprocamente en la relacion, como yedy + xdx = 0, 0 dy/dx = xy, Estas relaciones son simb6li- «as, y los elementos correspondientes mantienen una relacion diferencial. Dyes completamente indeterminado con respecto a y, aves completamente indeterminado respecto a 2, ninguno de ellos tiene existencia, valor 0 sig- nificacion. Pero, a pesar de ello, la relacién dyyds esta perfectamente de- terminada, ambos elementos se determinan reciprocamente en su relacién, Este proceso de determinaci6n reciproca en el interior de una relacién es lo que permite definir la naturaleza de lo simb6lico. A veces se busca el o ‘gen del estructuralismo en la axiomatica. ¥ es cierto que Bourbaki, por ejem- plo, emplea la palabra estructura. Pero lo hace, a nuestro modo de ver, en un sentido muy diferente al del estructuralismo, puesto que para Bourbal se trata de relaciones entre elementos no especificados, ni siquiera cualita- tivamente, y no entre elementos que se especifican mutuamente en sus re- Jaciones. La axiomatica, en esta acepci6n, seria atin imaginaria, y no simbylica en sentido estricto, El origen matemético del estructuralismo ha de buscar- se mis bien en el célculo diferencial, y més concretamente en la interpre- tacion que de él hicieron Weierstrass y Russell, una interpretacion estdtica ordinal, que libera definitivamente al cilculo de toda referencia alo infi- nitamente pequefio y que lo integra en una pura l6gica de relaciones. ‘A las determinaciones de las relaciones diferenciales corresponden si gularidades, distrbuciones de puntos singulares que caracterizan a las cur- vas © a las figuras (un triingulo, por ejemplo, tiene tres puntos singulares). Asi, la determinacién de las relaciones fonologicas propias de una lengua 20 dada sefala las singularidades en cuyas inmediaciones se constituyen las Sonoridades y signficaciones de esa lengua. La determinacion recfproca de Ie elelentos snbolcos se prolongs en a determinacién completa de os tos singulares que consttuyen el espacio correspondiente a estos Pron La noc capial de singlaid,tomada al pe de a lta {Ge pertenecer a todos los dominios en donde hay una estructura La formula {general -pensar es arroja los dados- remite por sf misma a las singularida- ‘des representadas por los puntos inscitos en los dados. Toda estructura pre Senta estos dos aspectos: ln sistema de relaciones diferenciales a partir del Goal os elements simbGlcos se determinanreiprocimente, un sistema de singularidades que corresponden a esas relaciones y que trazan el es- eco tn enuctr, Toca esta es una mulpliiad, La preg: Thay estructura en cualquier dominio? debe, por tanto, matizarse de este ‘node: yes posible, ental 0 cual dominio, determinar elementos simbélics, re- Inciones diferenciales y puntos singulares que le sean propios? Los elementos simbolicos se encarnan en los entes y objetos reales del dominio conside- mado, as relaciones diferenciales se actualizan en relaciones reales entre esos ‘entes; las singularidades forman los lugares de la estructura y distribuyen fos roles o las actitudes imaginarias de los entes objetos que los ocupan. No se tata de metiforas mateméticas. En cada dominio hay que encontrar Jos elementos, as relaciones y los puntos. Lévi-Strauss emprende el estudio de las estructuras elementales del parentesco sin considerar Gnicamente a Jos padres reales de una sociedad o las imagenes del padre que recorren los mnitos de esa sociedad; pretende descubrir auténticos fonemas del parentes- co, es deci, parentemas, unidades de posicion que no existen indepen “emtemente de las relaciones diferencales que mantienen y que se determinan reciprocamente. Asi, las cuatro relaciones forman la estructura ms simple. ‘Ya esta combinatoria de las ), y sirviendo de soporte a las relaciones estructurales: os verdaderos sujetos no son estos ocupantes ‘o estos funcionarios [..] sino la“Gefinici6n y la distribucién de tales lugares § funciones. El verdadero sujeto es la estructura misma: lo diferencia y lo Zingular, las relaciones diferenciales y los puntos singulares, la determina tion reciproca y la determinacién completa. bi, pp. 348 5. oat, Compter ave a pyctanalyse, en Cables pour témabse 18 wf Aituser, Lire be Capt, pp. 15257 ft ambien. Babas, pp. 20558) om Cuarto eriterio: lo diferenciante, la diferenctacién ‘aslestructuras son necesariamente inconscientes, en virud de los ele- momtca relaciones ¥ puntos que las componen, Toda estructura es una ity Ferns cura, una miero-estructura, En cierto modo, no son actuales. LO gal es aquello en lo que se encarna la estructura 0, mejor dicho, lo que as eonsttuye al encarharse. Pero, en si misma, no es ni actual nt fice, Sitcal ni posible Jakobson plantea el problema del estauto del fonems aaiee onfande con una letra, slaba 0 sonido actual, pero no es tampaco ro ficeton o una imagen asociads.”” Quizis el término wviualidad: sir se pata designarexacamente el modo dela estructara o el objeto ce 1 60 Tera scion de desprenderio de toda su vaguedad: 10 virtual posee una veldad que le es propia, y que no se confunde con ninguna realidad af aa each Tunguna actalidad presente 0 pasada; iene una idealidad que le ae cropla, pero que no se confunde con ninguna imagen posible nk con nt san fea abswacta. Dela estructura podsamos decir eso: rea sin sr aint (deal sin sor absiracta, Por ello, Lévi-Strauss presenta habivalmente Mt aan eee como una especie de depésito 0 de repertorio ideal en el cual care pexiste virwalmente, pero cuya actualizaciOn tiene lugar necesaria- wreece siguiendo direcciones excluyentes, que implican sempre combine, ciones parciales y opciones inconscientes, Hallar la estructura de un dominio ese dererminar toda una virwalidad de coexistencias que preexiste 2 tee toa los objetosy a las obras de tal dominio. Toda estructura es una res fupicidad de coexistencia visual. L, Althusser, por ejemplo, ha most seen este sentido, que la originalidad de Marx (su ant-hegelianismo) re oe eo manera en que define el sistema social por ura coexistencia de Se tes y de relaciones econémicas que no se pueden engendrar suce- ‘Sivamente a parti de la isi6n de una falsa dialéctica.” vue es lo que coeriste en la estructura? Todos los elementos, las rte- ces Flores de estas relaciones, todas las singulardades propia de} do- Son cn euestion, Esta coexistencia no implica confusion oindeterminacion Miguna: se tnta de celaciones y elementos diferenciales que coexsten 9 0 er perfect y completamente determinado. Caro que este todo no $= °° cee eh cuanto ta Lo que se actualiz son tales 0 cuales relaciones, tales antes valores de esas relaciones, tal o cual reparto de singularidades; 0 Saale ualizan en owo lugar 0 en oto tempo. No hay una lengua tot gue encarne todos los Fonemas y Relaciones fonologics posbes, pero la Tra eketeon, Bate neusou nda vol 1 Ls asons de Mus, Pars, 963 CaP MT cade tye ington genera See Bara, Barina, 197, el 7D. Athan, ie Ze Capa, 1, p82 6 1 ps A totlidad viral det lenguaje se actaliza en dnecciones exctuyentes en len- fuas diversas, de las cuales cada una encarna clenasrelaciones, clos Vi- fores de esas felacionesy cies singularidades, No hay sociedad tora, st aque cada forma social encarna ciertos elementos, cienas relaciones y valo- tes de produccién (por ejemplo, el -capitalismo), asf pues, hemos de dis- Cinguir b esructra total de un dominio dado, como conjunto de comxstencia virtual, y las subvestructura que corresponden a las diversas actualizacio- hes en ese dominio, De a estructura como virualidad hemos de decir que ts ain indferenciada Gndiferenciso), aunque sea absoltay totalmente dis- tia (diferentigo.* De las estructuras que se encaman en tal o cual forma actual (presente 0 pasada), hemos de decir que se diferencia (diffren- Ciend, y que actualizarse consist para ellas solamente en diferenciarse (se ‘iforencie 1a estroctura es inseparable de este dable aspecto 0 de este complejo que puede designarse con el nombre de diférent/iation, en donde la rlacion -t/e-constituye la relacin fonolégica universalmente determinada. “Toda diferenciacion, toda actualizcion se lleva a cabo a través de dos vias expects partes, La relaionesdiferenciales se encaman en especies Cualiaivamente dstinas, nientns que ls singularidades correspondientes Se encarman en las partes figuras extensas que caractrizan a cada espe- the. Ast sucede con las especies de lenguas y con las panes de cada una de éllas en las inmediaciones de las singularidades de la estructura lingUisica; Sx tambien los modos sociales y las partes organizadas que cortesponden cada uno de estos modos,etcétera Es digno de nota que el proceso de {cualzacion impli Sempre una temporalidad interna, variable segin aque- lo que se actualza ‘No solamente cada tipo de produce socal iene una temporaidad global interna, sino que sus partes organizadas enen ros puiculares. La posicion del estacturasmo con respecto al lempo es, PU, Clara: el tempo es siempre un tempo de actualizacién de acuerdo con el tual seefectan, a ritmos divesos, los elementos en coexistencia vitual. EL tempo va de lo vital alo actual, es decir dela esiuctura asus acaliza- Cones, y no de una forma acl a or. Dicho de otro modo, el tempo con- ebido como relacion de sucesion de dos formas actuales se contenta con Expres abstactamente los tiempos internos de la estructura 0 las estrc- forms que se efectian en profundidad en ambas formas y las relaciones ci Ferenciales entre esos tiempos. Y justamente porque la estructura no Se fctualza sin difeeneisse en el espacio y en el empo, sin diferenciar en xe miamo proceso las especies la partes que laefectéan, hemos de de- va la primera Nota del Traducor del eto a 14 (N. de Ee i i cir que, en este sentido, la estructura produce estas especies y partes en. cuanto tales. Las produce como especies y partes diferenciadas. Lo genéti- co no se opone a lo estructural, como el tiempo no se opone a la estructu ra. La génesis, como el tiempo, va de lo virtual a lo actual, de la estructura a su actualizaci6n; las dos nociones ~temporalidad miltiple interna y gé- nesis orcinal estitica- son, a este respecto, inseparables del juego de la estructura." Hay que insistir en esta funci6n diferenciadora, La estructura es en si mis- ‘ma un sistema de elementos y relaciones diferenciales, pero también dife- rencia las especies y las partes, los entes y las funciones en las que se actualiza, Es diferencial en si misma, y diferenciadora por sus efectos. Co- mentando a Lévi-Strauss, Jean Pouillon definia el problema del estructara- lismo del siguiente modo: ;se puede elaborar «un sistema de las diferencias que no conduzca ni a su simple yuxtaposicién ni a su desvanecimiento ar- tificial2" A este respecto, la obra de Georges Dumézil es ejemplar, desde el propio punto de vista del estructuralismo: nadie ha analizado mejor que 1 las diferencias genéricas y especificas entre las religiones, y también las di- Ferencias de las partes y las funciones de los dioses de una misma religién. Los dioses de una religion, por ejemplo Jupiter, Marte, Quirino, encarman ‘elementos y relaciones diferenciales a la vez que derivan sus actitudes y fFunciones de los confines de las singularidades del sistema o de las -partes de la sociedad- considerada: estén, pues, esencialmente diferenciados en. vvirtud de la estructura que se actualiza 0 efectaa en ellos, y que los produ ce al actualizarse. Es cierto que cada uno de ellos, considerado en su mera ‘actualidad, implica y replica la accién de los dems, pero quedndonos en cella nos arriesgamos a perder esa diferenciacién originaria que los produce ‘en el paco de Io virtual a lo actual. ¥ justamente por ese punto pasa la fron- tera entre lo imaginatio y lo simb6lico: lo imaginario tiende a reflejar y reu- nir en cada término el efecto total de un mecanismo de conjunto, mientras que la estructura simbélica garantiza la distinci6n (différentiation) de los, términos y la diferenciacion (différenciation) de los efectos. De ahf la hos- tilidad del estructuralismo hacia los métodos de lo imaginario: la critica la caniana de Jung, la critica de Bachelard por parte de la snouvelle critique» [a imaginacion desdobla y refleja, proyecta e identifica, se pierde en juegos “Tel io de Jules Vilemin Pldosphie de Hage (PLE, 960) propane una detersnacon de tas exuctse en matemndtics, nite en fa impoanc, desde este punto de vst, de una te ‘So iee problemas (Se sewerdo on el satemdico Abe) y de oe prinipos de determinacion (de- ‘exminacin recprocs completa y progress, ein Galo) Muesra qe ls esac, en ee Sen ‘So, ofecen el Gnico medio capa de rela as ambicones de un verdadero mitodo genéco. (Gr a Tempe Moderns, lo de 1956 25 de espejas, pero las distinciones que realiza, asi como las asimilaciones que cumple, son efectos de superficie que ocultan los mecanismos diferencia- les, sutiles y diversos, dle un pensamiento simbélico. En sus comentarios de ‘Dumézil, Fedmond Ontigues dice acertadamente: «Cuanto mis nos acerca mos ala imaginacién material, mds disminuye la funcion diferencial, vende- ‘mos a las equivalencias; cuando nos acercamos a los elementos constitu vos de la sociedad, la funcién diferencial aumenta, se tiende a valencias dlistintvas." las estnicturas son inconscientes, estin necesariamente encubiertas por sus productos o efectos. Una estructura econdmica no existe jamais en es- tado puro, sino recubierta por las relaciones juridicas, politicas 0 ideologi- ‘eas en las cuales se encama. No se puede leer, descubrir o halla las estructura ims que a pautir de estos efectos. Los términos y las retaciones que las ac twalizan, las especies y partes que las efectiian son a la vez interferencias y cexpresiones, Por ello, un discipulo de Lacan, JA. Miller, ha formado el con- ccepto de scausalidad metonimica., © bien Althusser el de una causalidad es- pecificamente estructural, para dar cuenta de la peculiar presencia de la estructura en sus efectos y de Ja manera en que ella diferencia sus efectos || mismo tiempo que ellos la asimilan e integran.” El inconsciente de la ‘estructura es un inconsclente diferencial. Podria parecer, por ello, que el es- tnucturalismo se queda en una concepcién prefreudiana: zno concebia Freud cl inconsciente al modo de un conflicto de fuerzas 0 de una oposicién de deseos, mientras que la metafisica leibniziana propuso ya la idea de un in- cconsciente diferencial de las micro-percepciones? Pero en el mismo Freud ‘esti todo el problema del origen del inconsciente, de su constitucién como slenguaje, que supera el nivel del desco, de las imagenes asociadas y de las relaciones de oposicién. Y, a la inversa, el inconsciente diferencial no es el inconsciente dle las micro-percepciones de lo real y del paso al limite, sino de las variaciones de las relaciones diferenciales de un sistema simbdlico en funcién del reparto de las singularidades. Lévi-Strauss tiene razén al de~ cir que el inconsciente no contiene deseos ni representaciones, que esta siempre vacfo- y que s6lo consiste en las leyes estructurales que impone tanto 2 los deseos como a las representaciones." El inconsciente siempre es un problema, pero no en el sentido de que su cexistencia sea dudosa, sino porque forma él mismo los problemas las pre- , Ortiqus, Le dicount symbole Pas, Aube, 1962, p. 197. Onigues sea igualmente la segunda diferencia ene lo inaginario lo smboleo el earkcer dul specuan del ge asin, por opeslon a un ercero al tecertemino que caracteriza al sistema sible, "'L Athsie, Live Capa. Il, pp. 169 26. Leste, Arubrpolegie uctrae, 224 236 juntas que s6lo se resuelven en la medida en que se efecta In estractora Senreopondiente,y que se resuelven siempre en la manera en que ella se tfectae Pues un problema tiene siempre la solucion que se merece en fun- Sin de la maneta en que se ha planteado y el campo simbélico del que “spone part plantearla. Althusser puede presentar la estructura econém ade una sociedad como el campo de problemas que ésta se plane, que até determinada a plantearse, y que resvelve por sus propios medis, es ecis segon las kinens de diferenciacion de acuerdo con las cuales se a¢- {uallza ls estructura, incuidos todos los absurdos, ignominias y crueldades {que estas soluciones en mizon de fa estructura comportan. Asimismo, Ser fe Leche, sguiendo a Lacan, ha podido distinguir las psiosis ls new fosis, unas neurosis de otras, no tanto por los tipos de conflieto como por qos mados de las preguntas, que hallan siempre la respuesta que se mere= Cen en funcién del eampo simbolico en el cual se plantean: por ejemplo, la pregunta histérica, que no es Ia misma que la del obses0.” En todos estos Elsos, problemas y preguntas no designan un momento provisional y sub- jetivo de la elaboracion de nuestro saber sino, alcontraio, una extegoria verfectamente objtiva, las -objetividades:plenas y completas de la estruc- fim. Bl inconsciente estructural esa la vez diferencial y problematizador, tuestionador Es, en suma, como veremos enseguld, serial Quinto criterio: serial Pero aun todo lo anterior podria parecernos insuficiente, ineapaz, de fun- cionar, Puede que s6lo hayamos definido una mitad de la estructura. Una ‘estructura no se pone en marcha, no se anima mas que si le restituimos stt ita mitad. En efecto, los elementos simbélicos que acabamos de definir, tomados en sus telaciones cliferenciales, se organizan necesariamente en se- tie, Peto, en cuanto tales, se relacionan con otra serie, constituida por otros ‘clementos simbélicos y otras relaciones. Esta referencia a una segunda se- tie se explica facilmente si tenemos en cuenta que las singularidades deti- yan de los términas y relaciones de la primera, pero no se limitan a reproducilos O rellejarlos. Se organizan ellas mismas en otra serie susceptible de un de- Sarrollo auténomo, o al menos relacionan la primera serie con esta segun- a. Asi sucede en el caso de los fonemas y los morfemas. O.con la serie ‘econémica y las demds series sociales. F incluso con la triple serie de Fou ‘cault: lingdistica, econémica y biol6gica, etcetera La cuestion de saber sila primera serie constituye la base y en que sentido, siellaes el significante y 75 leche, ta muere en vida del abseso, en Ja Pychenabee 2, 1956, a las otras solamente significados, es una cuestién compleja cuya naturaleza no podemos atin precisar. Limitémonos solamente a constatar que toda ‘estructura es serial, multi-serial, y que no funcionaria si no fuera bajo esta condicién. Cuando Lévi-Strauss renueva el estudio del totemismo, muestra hasta qué unto comprendemos mal este fenémeno cuando lo interpretamos en los ‘érminos de la imaginacién. Porque fmaginariamente, segtin las leyes de la imaginaci6n, el totemismo se concibe necesariamente como la operacién ‘mediante la cual un hombre o un grupo se identifican con un animal. Pero Simbdlicamente se trata de olra cosa: no ya la identificacién imaginaria de un término con otto, sino la homologia estructural entre dos series de tér- ‘minos. Por una parte, una serie de especies animales tomadas como ele- ‘mentos de relaciones diferenciales; por otra parte, una serie de posiciones sociales consideradas ellas mismas simbélicamente, en sus propias relacio- nes: la confrontaciGn tiene lugar «entre estos dos sistemas de diferencias., contre estas dos series de elementos y de relaciones.® El inconsciente, segGn Lacan, no es individual ni colectivo, sino intersub- jetivo. Es decir, que implica un desarrollo en series: no solamente el signi- ficante y el significado, sino que las dos series minimas se organizan de formas variables sein el dominio considerado. Uno de los textos mis co- nocidos de Lacan comenta La carta robada de Edgar Poe, mostrando cémo Ja estructura: pone en escena clos series cuyos lugares van siendo ocupa- dos por sujetos variables: el rey que no ve la carta, la reina que se deleita por haberla escondidlo tan bien al haberla dejado a la vista, el ministro que lo ve todo y que encuentra la carta (primera serie); la policia que no en- ‘cuentra nada en el gabinete del ministro, el ministro que se complace por haber ocultado la carta a la perfecci6n al dejaria al descubierto, y Dupin que lo ve todo y que recobra la carta (segunda serie).* Ya en un texto pre- cedente habia comentado Lacan el caso de El hombre de las ratas sobre la base de una doble serie, paternal y filial, cada una de las cuales pone en juego cuatro términos relacionados segin un orden de lugares: deuda-ami- go, mujer rica-mujer pobre.” Es evidente que la organizaci6n de las series constitutivas de una estruc- tura supone una verdadera puesta en escena y exige en cada caso valora- clones e interpretaciones precisas. No hay en absoluto una regla general, Este es el punto en el cual el estructuralismo implica una auténtica creacién, 6, Lévi-srmss, Le sromisme aujourd bys, PUR, Pr, 1962, p. 112 rad, cs. totemismo en te actaldad, FC, Mexico, 1965 1N. tT, i tacan, Bei p15. =]. Lacan, Le mjtbeindieduel du névrosé, CDU, 1953, Recogdo y modieado en Orman, 11718, 197. 238 una iniciativa y un descubrimiento no exentos de riesgo. La determinaci6n de una estructura no se lleva a cabo solamente a través de una eleccién de los elementos simbélicos de base y las relaciones diferenciales que mantie- ren; no implica solamente una distribucion de los puntos singulares co- srespondientes; comporta la constitucién de al menos una segunda serie {que mantiene complejas relaciones con la primera, La estructura define un campo problematico, un campo de problemas, en el sentido de que la na- turaleza del problema revela su objetividad propia en esta constitucién se- rial que hace que el estructuralismo se haya sentido a veces cercano a la imiisica. Philippe Sollers escribié una novela, Drame, sitmada por las ex- presiones -Problema: y -Fallido., en el curso de la cual se elaboran series tentativas (cuna cadena de recuerdos maritimos recorre su brazo derecho (1a pierna izquierda, al contrario, parecia ocupada por formaciones mi nerales#), La tentativa de Jean-Pierre Faye en Analogues concierne también una coexistencia serial entre dos modos de relato" Qué impide-que las dos series se reflejen simplemente una en otra, iden- tificindose sus términos uno a uno? Si ast fuera, el conjunto de la estructu- ri retomaria al estado de una figura de la imaginacién. La razon que conjura este riesgo es aparentemente extrafa. En efecto, Ios términos de cada serie son inseparables en si mismos de los deslizamientos 0 desplazamientos que sufien relativamente a los términos de la otra serie; son, por tanto, insepa~ ables de la variacion de las relaciones diferenciales. En el caso de La car- ‘a robada, el ministro adopta, en la segunda serie, la posicin que la reina tenia en la primera, En la serie filial de I bombre de las ratas, la mujer po- bre ocupa el lugar del amigo en relaciOn con la deuda. En la doble serie de los pajaros y los gemelos que cita Lévi-Strauss, los gemelos, que son las personas de arribas con respecto a las de abajo, se desplazan necesariamente al lugar de -los pajaros de abajo-, no de los de arriba.” Este desplazamien- to relativo de las dos series no es en absoluto secundario; no afecta a cada término secundariamente 0 desde fuera, como para dotarle de un revesti- :miento imaginario. Al contrario, el desplazamiento es estrictamente estruc- tural o simbélico: es inhereate los lugares en el espacio de la estructura, y gobierna también todas las deformaciones imaginarias de los entes y ob- jetos que, secundariamente, llegan a ocupar esos lugares. Este es ¢! motivo de que el estructuralismo preste tanta atenci6n a la metonimia y a la meta- fora, pero no como figuras de la imaginacion, sino como factores estructu- rh, Salles, Dame, Seul, Pai 1965. 2. Pay, Analogues Sei, Pas, 1964 Freud, Ceuore complies, vo IX, Par, PUR, 1998 (ead. cast. Obras compra, Bbsicca Nees, Madi, 1922 UN de TD. "Las Stas, Lettie aout, p 108. 239 rales, Se trata incluso de /os factores de Ia estructura, en el sentido de que expresan dos grados de libertad de desplazamiento, de una serie a Ia otrs yen el interior de la misma serie. Lejos de ser imaginarios, son quienes it~ iden que las series que habitan se confundan 0 que sus términos se du- pliquen imaginariamente, Pero, ga qué vienen estos desplazamientos relati- vyos, puesto que forman parte en términos absolutos de los lugares de la estructura? Sexto eriterio: la casilla vacia Se diria que la estructura implica un objeto o un elemento totalmente paradjico, Consideremos el caso de la carta, en la historia de Poe que co- ‘menta Lacan; 0 el caso de Ia deuda en El hombre de las ratas, es eviden- le que este objeto es eminentemente simb6lico, y decimos -eminentemente- porque no pertenece a ninguna serie en concreto: Ia carta esti, no obs- tante, presente en las dos series de Poe, como la deuda también 1o esti cn las dos series de EI hombre de las ratas. Este objeto esta siempre pre- sente en las series correspondientes, las recorre y se cuela en ellas, no deja de circular por ellas, de una a otra, con una extraordinaria agilidad. Pare- ceria ser su su propla metifora y su propia metonimia. Las series, en cada caso, estdn constituidas por términos simbélicos y relaciones diferenciales, pero el objeto parece ser de naturaleza distinta. En efecto, tanto la varie~ ddad de los términos como la variaci6n de las relaciones se determinan en ‘cada momento con relacién a este objeto. Las dos series de una estructura siempre son divergentes (en virtud de las leyes de Ia diferenciaci6n), pero este objeto singular es el punto de convergencia de las series diver zgentes en cuanto tales. Es -eminentemente- simbélico, pero justamente porque es inmanente a las dos series a la vez. sC6mo llamarlo si no Ob- jeto = 4, Objeto de adivinanza 0 gran Mévil’ Podemos preguntarnos: aque- Ho que Lacan nos invita a descubrir en ambos casos, el papel peculiar que desempenan una carta © una deuda, zes un artificio estrictamente restrin- ido a estos casos, 0 se trata de un método verdaderamente general, vi- lido para todos los dominios estructurables, criterio de toda estructura, como si toda estructura se definiese por la asignacién de un objeto = x {que no deja de recorrer las series? Es como si la obra literaria, o la obra de arte, pero también otro tipo de obras, las de la sociedad, la enfer- ‘medad o la vida en general, implicasen este tipo peculiar de objeto que ‘gobierna su estructura, Como si se tratase siempre de averiguar quién es H, o de descubrir una x implicada en la obra. Sucede asi con las cancio- nes: el estribillo remite a un objeto = x, mientras que las estrofas forman 20 las series divergentes por las que circula, y éste es el motivo de que las ‘canciones revelen una estructura elemental, Un discipulo de Lican, André Green, ha sefialado ta existencia del pa- favelo que circula por todo Otelo, ecortiendo todas las series de la obra.® -emos hablado también de las dos series del Principe de Gales y Falstaf 0 1 padre-bufon, Enrique IV o el padre real, las dos imagenes del padre. La Corona es el objeto ~ x que recorre las dos series, en términos y relaciones diferentes; el momento en que el Principe se prueba la corona, antes de Imorir su padre, sefiaa el paso de una serie ala otra, el cambio de los tér- ‘minos simbolicos y la variacin de las selaciones diferenciales. El viejo rey agonizante se enfada, cree que su hijo quiere identficarse con él precipita- amente, pero el Principe le responde adecuadamente, haciéndole ver, en ‘un espléndido discurso, que la corona no es un objeto de identificacién ima- ginaria sino, al contrario, el érmino eminentemente simbélico que recorre todas las series, la infame de Falstaff y la gran serie real, permitiendo el ppaso de una a otra en el seno de la misma estructura. Como hemos visto, hay una primera diferencia entre lo imaginatio y lo simbélico: Ia funci6n di- erenciadora de lo simbélico, por oposicién ala funcién asimiladora,reflexi- vva, duplicacora y replicante de lo imaginario. Pero la segunda diferencia se vve aqui con mayor claridac: contra el caricter dual de la imaginaci6n, el TTercero que interviene esencialmente en el sistema simbélico, que disti- buye las series, las desplaza relativamente, las comunica, impidiendo en cada caso que ninguna se pliegue imaginariamente sobre la otra Deuda, carta, panielo o corona, Lacan precisa la naturaleza de este obje~ to; esta siempre desplazado respecto de si mismo. Tiene como propiedad el no estar alli donde se le busca, pero también ser hallado alli donde no esti, Se diria que -no esta en su sitio- (y por ello no es en absoluto real), pero también que no esta en su reflejo (y por ello no es en absoluto una jmagen) ni en su identidad (por lo cual no es en absoluto un concepio). Lo escondido no es nunca mas que aquello que falta en su lugar, como dice la ficha de bsqueda de un volumen cuando se pierce en una biblioteca. ¥ estara escondido seguramente en el estante o en la casilla de al lado, por Imuy visible que parezca. No se puede decir iteralmente que no esti en su sitio més que de aquello que puede cambiar de lugar, es decir, de lo sim- bbolico. Porque lo real, por muchos desplazamientos que pueda realizarse ccon ello, ¢s siempre real en toda circunstancia, leva su suelo adherido sobre si, sin que nada pueda sacarle de él. Las series que recorte el obje- ‘A. Green, Lob (a) de aca, Cabs pour Panay 3, 32 2 J Lacan, Bens. 25. to = xpresentan necesariamente desplazamientos relatives una respecto de la tra porque los lugares relativos de sus términos en la estructura dependen del lugar absoluto de cada uno de ellos, en cada momento, en relacién al objeto = x que siempre esté circulando y siempre esti desplazado con res- ecto a si mismo, En este sentido, el desplazamiento, ast como todas las for- mas de intercambio, no constituyen un caricter ailadido desde fuera sino la propiedad fundamental que permite definir la estructura como orden de lu- ares sometido a la variaci6n de las relaciones. Este Tercero originario es quien mueve toda la estructura, pero también es quien falta a su propio ori- gen. Al distribuir las diferencias por toda la estructura, al hacer variar las re- laciones diferenciales con sus desplazamientos, el objeto = x constituye lo diferenciante de la propia diferencia, Lo juegos necesitan una casilla vacia, sin la cual nada funcionaria. El ob- jeto = xno se distingue de su lugar, pero es propio de este lugar el des- plazarse todo el tiempo, asf como de la casilla vacia lo es el saltar sin descanso, En las admirables paginas que abren Las palabras y las cosas, en donde des- cribe un cuadro de Velézquez, Foucault invoca ef lugar del rey en relacion, con el cual todo -Dios, el hombre- se desplaza y se desliza, sin llegar ja mis a estar ocupado.* No hay estructuralismo sin grado cero. A Philippe Sollers y Jean-Pierre Faye les gusta evocar una mancha ciega que designa ‘este punto siempre m6vil que comporta la ceguera, pero a partir del cual se hace posible la escritura, porque en él se organizan las series como au ténticos slteratemas.. JA. Miller, en su esfuerzo de elaboracién de un con- cepto de causalidad estructural o metonimica, toma prestada de Frege la posicion del cero, definido como lo que carece de identidad propia pero ‘que condiciona la constitucion serial de los nimeros.”E incluso Lévi-Strauss, que fen cierto modo es el mas positivista de los estructuralistas, el menos ro- ‘mintico 0 el menos inclinado a aceptar un elemento en fuga, reconoce en ‘el ‘mana: en sus equivalentes la existencia de un -significante flotantes, de un valor simb6lico cero que circula por la estructura." Reencuentra de ‘este modo el fonema cero de Jakobson, que no comporta en st mismo nin- ‘gin caricter diferencial ni ningin valor fonético, pero en relaci6n al cual todos los fonemas se sitdan en sus propias relaciones diferencias. E] objeto de la critica estructural ¢s la determinacién, en el lenguaje, de las -virtualidades- que preexisten a la obra, pero la obra es en si misma Foucault, Las palabras y las cosas, ca. Juke, La suture, Cabsrs pour Fagabsen® 1 (wad as. La stura, en WAA, Sinican- ey suaura on pscoands, ilo X90, Buenos Aires, 1973, pp 9-25, N, de TD. C Lewstrauss, traduction aware de Marcel Mauss, pp. 49.95 (en Marcel Maus, Socolo- a ot antbropologe, PUR, Pars, 1950 (vad. cast Iniaducclem ala obra de Marcel Maus, en M Mauss, Socolgiayantopolgi, Tecnos, Madrid 1971, pp. 13-42, (N. el 7D, 2 estructural cuando se propone expresar sus propias virtualidades. Lewis Ca- froll o Joyce inventaron -palabras-comodin, y ms en general términos e30- téricos que garantizan la coincidencia de series verbales sonoras y la ‘simultaneidad de sus series de historias asociadas. En Finnegans Wake, una ‘carta es el Cosmos que retine todas las series del mundo. En Lewis Carrol, la -palabra-comodin- connota al menos dos series de base (hablar y comer, serie verbal y serie alimentaria) que pueden ramificarse: es el caso del Snark, Seria un etror decir que se trata de una palabra con dos sentidos; de hecho, es de un orden distinto al de las palabras que tienen un sentido. Es el Sinsentido que anima al menos las dos series, pero que las dota de sentido” al circular a través de ellas. Es él, en su ubicuidad, en su desplazamiento perpetuo, quien produce el sentido en cada serie y de una serie a otra, ¥ quien no cesa de desfasarlas. Es la palabra = xen la medida en que desig ra el objeto = 2, el objeto problemdrico. En cuanto palabra = x5 recorre una serie determinada como serie del significante; pero, al mismo tiempo, en ‘cuanto objeto =, recorre la otra serie, determinada como la del significa~ do. No cesa de colar y al mismo tiempo de aumentar el intervalo entre las dos series: asi lo muestra Lévi-Strauss a propésito del «mana, que asimila a palabras como -chisme- 0 -fulano». De este modo, como hemos visto, el sinsentido no es ausencia de significacién sino, al contrario, exceso de sen- {ido, aquello que dota de sentido al significado y al significante. El sentido ‘aparece aqui como efecto de funcionamiento de la estructura, como lo que ‘anima las series que la componen. Y claro esti que las -palabras-comodin» rho son mas que un procedimiento entre otros para asegurar esta circula- cién. Las técnicas de Raymond Roussel, tal y como Foucault las analiza, son. dde otra naturaleza: se basan en relaciones diferenciales fonol6gicas, o in- ‘cluso en relaciones mas complejas.” Encontramos en Mallarmé sistemas de qelaciones entre series, asi como los méviles que las impulsan, de un tipo completamente distinto. No nos proponemos analizar el conjunto de los, procedimientos que han forjado y que hoy siguen forjando la literatura mo- Gerna, y que constituyen toda una topografia, una tipografia del -libro del porvenir, sino Gnicamente sefialar en cada caso la eficacia de esa casi ‘vacia de doble rostro, al mismo tiempo palabra y objeto. “En qué consiste este objeto = 2? ;Debe permanecer perpetuamente como objeto de adivinanza, perpetuum mobile Seria una manera de reparar en la cconsistencia objetiva que adquiere la categoria de lo problematico en el se- hho de las estructuras, Es curioso que la pregunta «Como se reconoce el es- tructuralismo? conduzca finalmente a la posicién de algo no reconocible ni identifiable. Consideremos la respuesta psicoanalitica de Lacan: el GoM. Foucal, Raymond Rous 2% objeto = x se determina como falo. Pero este falo no es el érgano real, ni tampoco la serie de imagenes asociadas 0 asociables a él, es el falo simbo- lico. Sin embargo, se trata de sexualidad y no de otra cosa, en contra de las piadosas tentativas, siempre renovadas en el psicoanilisis, de abjurar de las referencias sexuales o de minimizatlas. Pero el falo no aparece como un dato sexual, 0 como la determinaci6n empirica de uno de los sexos, sino como cl drgano simbélico que funda la sexualidad entera como sistema estruc- tra, yen relaci6n al cual se distribuyen los lugares que ocupan variable- ‘mente varones y mujeres, asi como las series de imagenes y de realidades. 1a designaci6n del objeto = x como falo no pretende conferir a este objeto una identidad que repugnaria a su naturaleza, ya que, al contrario, el falo simbélico es lo que carece de identidad, lo que se encuentra alli en donde no esta ni se le busca, lo que siempre esti desplazado respecto de si mis- mo, del lado de la madre. En este sentido, es cabalmente la carta 0 la deu- da, el pafiuelo o la corona, el Snarky el «mana». Padre, madre, etcétera, son ‘elementos simblicos tomados en relaciones diferenciales, pero el falo es algo distinto, es el objeto = x que determina el lugar relativo de los ele- mentos y el valor variable de las relaciones, lo que hace de Ia sexualidad. fentera una estructura, Las relaciones, como relaciones entre las »pulsiones pparciales: consttutivas de la sexualidad, varian en funcién de los desplaza- Iientos del objeto = x. El falo, evidentemente, no es la Gltima respuesta. Es mas bien el lugar de una pregunta, de una «demanda- que caracteriza a la casilla vacia de la es- ‘tructura sexual. Las preguntas y las respuestas varian segdn la estructura consicerada pero nunca dependen de nuestras preferencias ni de un orden abstracto de causalidades, Es evidente que la casilla vacia de una estructu- +a econGmica, como intercambio de mercancias, debe determinarse de un ‘modo enteramente distinto: consiste en -algo que no se reduce ni a los {érminos intercambiados ni a la propia relaci6n de intercambio sino que for- ‘ma un tercero eminentemente simbélico en desplazamiento perpetuo, en funcién del cual se definirin las variaciones de las relaciones. Tal es el ua- for eomo expreson de un srabajo on genoa més alls de toda cused em piricamente observable, lugar de-la pregunta que atraviesa y recorre la Seon con emia ° Se sigue de ello una consecuencia més general, que concieme a los dife- rentes -6rdenes., Desde el punto de vista del estructuralismo, nada convie- rhe menos que resucitar el problema de si hay una estructura que determina 1 todas las demas en titima instancia: ¢qué es primero, el valor o el falo, el Gf lire te Capital. 1, pp, 242s lands que Pee Macherey hace de la noc de v= lor mosrando que ese ex seme deefasado con respeco al intereambio en el que aparece ea fetiche econémico o el fetiche sexual? Por muchas razones, estas preguntas carecen de sentido, Todas las estructuras son infraestructuras. Los Grdenes dd estructuras, linguisticos, familiares, econ6micos, sexuales, etostera, se ca racterizan por la forma de sus elementos simbélicos, por la variedad de sus relaciones diferenciales, por la cualidad de sus singularidades y sobre todo por la naturaleza del objeto = x que preside su funcionamiento. Pero no €s posible establecer un orden de causalidad lineal de una estructura a otra més ue confiriendo al objeto = x, en cada caso, la clase de identidad que esen- cialmente le repugna. La causalidad entre estructuras no puede ser mas que tuna especie de causalidad estructural. En verdad, en cada orden de estruc- tura, el objeto = «no es una inc6gnita, algo puramente indeterminado; es perfectamente determinable, incluyendo sus desplazamientos, por el modo de desplazamiento que le caracteriza, Pero no es asignable en absoluto: es de- cir, no se le puede otorgar un lugar identificable en un género o en una especie, porque constituye en cuanto tal el género general de la estructura (0 su lugar total: s6lo tiene la identidad de faltar a su identidad, s6lo tiene el, lugar de lo que se desplaza con respecto a cualquier lugar. Por ello, el ob- jeto = xs, para cadh orden de estructura, lugar vacio 0 perforado que ‘comporta tantas direcciones como 6rdenes diferentes. Los Ordenes de €5- tructura no se comunican a través de un mismo lugar sino mediante su I~ ‘gar vacio u objeto = x respectivo. Por ello, y a pesar de ciertas paginas prematuras de Lévi-Strauss, no ¢s cierto que las estructuras sociales etno- ‘grificas tengan privilegio alguno, mientras que las estructuras sexuales del psicoandlisis remitirian a la determinaci6n empirica de un individuo més 0 ‘menos des-socializado. Tampoco las estructuras de la lingtistca pueden com- prenderse como elementos simbélicos o significantes tltimos: las otras ¢5- tructuras no se limitan a aplicar por analogia unos métodos tomados de la lingQistica, sino que descubren por su cuenta verdaderos lenguajes, aunque se trate de lenguajes no-verbales que comportan siempre sus propios signi ficantes, sus elementos simbélicos y sus relaciones diferenciales. Tiene ra- z6n Foucault, en este sentido, cuando, al plantear el problema de las relaciones entre etnografia y psicoandlisis, dice: Se cortan en fingulo recto, puesto que la cadena significante mediante la que se constituye la experiencia tinica del individuo es perpendicular al sistema formal a partir del cual se constituyen. las significaciones de una cultura, En cada instante, la estructura propia de Ja experiencia individual encuentra en los sistemas de la sociedad cierto nt ‘mero de opciones posibles (y de posibilidades excluidas);y, ala inversa, las cstructuras sociales encuentran en cada uno de sus puntos de bifurcaci6n un cierto némero de individuos posibles (y otros que no lo son). M Feeal, Lar mot tes chases, p39 25 En cada estructura, el objeto = x debe ser susceptible de dar cuenta 1®) de la manera en que los demas érdenes estructurales ~que no intervie- nen ms que como dimensiones de actualizacion- estin subordinados a sv orden; 29) de la manera en que él mismo esta subordinado a los demas Grdenes en el suyo propio Cinterviniendo en la actualizacién de aquellos); 39) de la manera en que todos los objets = xy todos los érdenes dela es- ‘tructura se comunican entre si, definiendo cada orden una dimensién del espacio en la cual es absolutamente primero; 4 de las condiciones en las aque, en este o aquel caso o momento histérco, tal dimensin, correspon- diente a un orden de la estructura, no se despliega por si misma, sino que «queda sometida a la actualizacion de otro orden (el concepto lacaniano de -forclusion tende'a aqui, también, una importancia decisva). timos criterios: del sujeto a la préctica En cierto sentido, los lugares no son ocupados o lenados por seres rea- les mas que en la medida en que la estructura se -actualizay. Pero, en otro sentido, podemos decir que los lugares estén ya ocupados © llenados por los elementos simbélicos, al nivel de la propia estructura, y que las rela- clones diferenciales de estos elementos determinan el orden de los lugares fen general, Hay, por tanto, una ocupacién simbélica primar, anterior a toda ocupacién secundaria por parte de entes reales. Aqui volvemnos a encontrar la paradoja de la casilla vacia: éste es el nico lugar que no puede ni debe ‘ser ocupado, ni siquiera por un elemento simbélico. Debe resguardar a la perfeccién su vacio para desplazarse con respecto a si mismo y para circu- lar a través de los elementos y las variedades de las relaciones. En cuanto simbélico, debe ser al mismo tiempo su propio simbolo y carecer eterna- ‘mente de la otra mitad que seria capaz de venir a completarle (sin embar- 0, este vacio no es un no-ser, 0 al menos no es el no-ser de lo negativo, sino el ser positivo de lo -problematicor, el ser objetivo de un problema 0 ‘una pregunta). Por ello puede decir Foucault: ~S6lo se puede pensar en el vacio del hombre desaparecido. Pues este vacto no expresa una falta ni pres- cribe una laguna que habria quedfenar. No es nada mAs y nada menos que el despliegue de un espacio en donde es posible al fin pensar de nuevo..* ‘Aunque la casilla vacia no la ocupe término alguno, la acompafa una ins- tancia eminentemente simbélica que sigue todos sus desplazamientos: la acompafia, pero no la lena ni la ecupa. Ambos, instancia simbélica y casi- Ila vacia, no dejan de faltar Ia una a la otra ni de acompafarse de este M,Foucsul, et mos ets choses, p35, 6 modo. El sujet es exactamente la instancia que persigue Ia casila vacia: co- ‘mo dice Lacan, no es tanto sujeto como sujetado, sujetado a Ia casilla vacia, atado al falo y'a sus desplazamientos. Su agilidad es, o deberia ser, incom- parable. Por eso, el sugto es esencialmente intersubjetivo. Anunciar a muer- te de Dios, 0 incluso la’ muerte del hombre, no significa nada. Lo que cuenta tes el cimo. Niezsche ya most que Dios muere de muchas maners, ¥ que los dioses han muento, pero de risa, al escuchar decir a un dios que él era el Unico. El estructuralismo no es un pensamiento que suprima el sujeto, sino que lo desmentiza y distribuye sisteméticamente, que cuestiona la iden- tidad del sujeto, que la disipa y la desplaza de los lugares sucesivos, un su- jeto siempre némada, hecho de individuaciones, pero impersonales, 0 de ‘ingularidades, pero pre-individuales. Este es el sentido en el que Foucault habla de «dispersion: y en el que Lévi-Strauss s6lo puede definir una ins- tancia subjetiva como dependiente de las condiciones del Objeto en las que Jos sistemas de verdad se tornan convertibles y, por tanto, simultineamente aaceptables para varios sujetos.” ‘Asi pueden definire dos grandes accidentes de la estructura: la casilla va~ cia y movil deja de estar acompafada por un sujeto n6mada que subraya ‘su recortido, y su vacio se convierte en una auténtica carencia, en una la~ fguna; o bien, al contrario, es ocupada, llenada por quien la acompatia, y pierde su movilidad como efecto de una plenitud sedentaria 0 petificada. Podriamos decir, en términos linglisticos, que el -significantes desaparece, aque la marea de significado no encuentra un elemento significante a su me- ida, o bien que el significado: se desvanece, que la cadena del significant rho encuentra ya ningtn significado que la recorra: los dos aspectos pato- Togicos de la psicosis. También podriamos decir, en términos teol6gico-an- tropol6gicos, que Dios hace crecer el desierto y abre en la tierra una laguna, ‘0 que el hombre la lena, ocupa su lugar, y en esta vana permutacién nos have ir de un accidente al our: ésta es la raz6n de que el hombre y Dios sean las dos enfermedades de la tierra, es decir, de la estructura Lo importante es saber qué factores ~y en qué momentos~ determinan estos accidentes en las estructuras de tal 0 cual orden. Consideremos de nuevo los andlisis de Althusser y sus colaboradores: por una parte, nos muestran ‘al modo en que, en el orden econémico, las aventuras de la casilla vacia (el Valor como objeto = a) estén determinadas por la mercancia, el dinero, cl fetiche, el capital, etcétera, que caracterizan la estructura capitalista; por Te Levitra, Lent tect, Pon, Pai, 1964, p19 (rad. cas. Lo endo fo code Mito- logis, FEE Mexico, 1968, LN del 1. BG eeaquema propuest por Serge Lelie, sguiendo a Lacan, en Al recherche des pei cies dune paychothusaple des poyehases, en Ltuolon poeblariue, 1958. Po tra parte, nos ensefian las contradicciones que nacen al mismo tiempo de la propia estructura. Finalmente, vemos cémo lo real y lo imaginario, es decir, los entes reales que vienen a ocupar los lugares y las ideologias que expresan la imagen que se hacen de ellos, estin estrictamente determina dos por el juego de aquellas aventuras estructurales y de las contradiccio- nes que derivan de ellas. No es que las contradicciones sean imaginarias: son propiamente estructurales y cualifican los efectos de la estructura en la temporalidad interna que la caracteriza. La contradicci6n no puede deno- ‘minarse aparente, sino derivada: derivada del lugar vacio y de su devenir cen la estructura, Como regla general, o real, lo imaginario y sus relaciones son engendrados, siempre secundariamente, por el funcionamiento de la es- tructura, cuyos efectos primarios la afectan en principio a ella misma, Pot ello, los -accidentes- de los que acabamos de hablar no afectan a la estruc- tura desde fuera. Al contratio, se trata de una «tendencias inmanente.” Se trata de acontecimientos ideales que forman parte de la propia estructura, ¥y que afectan simbélicamente a la casilla vacia 0 al sujeto. Los llamamos ac- ‘cidentes s6lo para mejor subrayar, no su carécter contingente 0 exterior, sino este tipo especial de acontecimiento interior a una estructura que nun- cca se reduce a una esencia simple. Por tanto, al estructuralismo se le plantean un conjunto de problemas com- plejos que conciernen a las smutaciones: estructurales (Foucault) 0 a las -for- mas de transicion+ de una estructura a otra (Althusser), Las relaciones dliferenciales son susceptibles de nuevos valores o variaciones, y las singu- laridades capaces de nuevas distribuciones, constitutivas de otra estructura, siempre en funcién de la casilla vacia. Y hace falta ademas que las contra dicciones se -resuelvam, es decir, que el lugar vacio se libere de los acon- tecimientos simbélicos que lo ocultan o fo ocupan, que le sea devuelto al eujeto que debe acompafarlo por nuevos caminas, sin acuparia ni ahan- donarlo. Hay, por tanto, un béroe estructuralista, que no es ni Dios ni el hombre, ai personal ni universal, que no tiene identidad, que esta hecho de individuaciones no-personales y de singularidades pre-individuales. Es quien garantiza el estallido de una estructura afectada por un exceso 0 un defecto y contrapone su propio acontecimiento ideal a los acontecimientos ideales que acabamos de definiz Es propio de la nueva estructura el no repetir aventuras andlogas a las de la anterior, no resucitar las contradic- Sobre as nocianes mansas de contains y de endencia oft los ands de , Bala, ire te Captal Nh pp. 298 . ™ fr Michel Foucault, Ls mot a les css, p. 280+ ln mutacin estructura debe ser minvcio- samenteanalizda, pero no puede explicre l eesumise en un ico dscuso es un acontecl- Imleno radial que se repae por fos a superici ible del saber cuyos signs, conmoctones Y elecoe peden seguir pao a paso 248 ciones letales, pero esto depend de la fuerza creadora y de resistencia de teste héroe, de su agilidad a la hora de seguir y salvaguardar los desplaza- ‘mientos, de su potencia para hacer variar las relaciones y redistibuir ls sin igulatidades, lanzando los dados otra vez. Este punto de mutacién define ‘Cabalmente una praxis, o mas bien el lugar mismo en el que ha de insta larse la praxis. Pues el estructuralismo no es dinicamente inseparable de las obras que crea, sino también de una prictica relativa a los productos que interpreta. Esta practica puede ser politica o terapéutica, pero designa ten cualquier caso un punto de revolucién permanente o de permanente transferencia. Estos ditimos crterios, del sujeto a la praxis, son los mas oscuros ~Ios cri- terios del porvenir-. A través de los seis caracteres precedentes, hemos que~ rido Gnicamerte resumir un sistema de ecos entre autores independientes unos de otros y que exploran dominios muy diversos. En los diferentes ni- vveles de la estructura, lo real y Io imaginario, los seres reales y las ideolo~ pas, el sentido y fa contradicci6n, son efectos: que deben comprenderse fen el desenlace de un -proceso-, dle una produccién diferenciada y propia~ mente estructural: extraiia genesis estitica de los -efectos:fisicos (pticos, s0n0f0s, etcétera). Los libros contra el estructuralismo (0 contra el oveats oman) no tienen en rigor ninguna importancia; no pueden impedir que el Cstructuralismo tenga una productividad que es la de nuestra época, Nin- ‘gin libro conira algo ha tenido jamais importancia alguna; los tinicos libros que cuentan son los libros a favor de algo nuevo, los que consiguen producirlo. Eo Fy "TRES PROBLEMAS DE GRUPO* ‘A.veces, el militaste politico y el psicoanalista se dan en la misma perso- na y, en lugar de permanecer estancos, no dejan de mezclarse, de interfe~ risse, de comunicarse e intercambiarse. Es un acontecimiento bastante infrecuente desde Reich. Pierre-Félix Guattari no se ha preocupado apenas por los problemas de Ia unidad del Yo. El Yo forma parte, més bien, de quello que es preciso disolver, bajo el asedio concestado de las fuerzas po- liticas y de las analiicas. La frase de Guattari todos somos grupisculos+ nos indica a la perfeccién su bsqueda de una nueva subjetividad, una subjet ‘vidad de grupo, que no puede encerrarse en un todo forzado a reconstr cuanto antes un Yo o, lo que atin seria peor, un Super-yo, sino que se ex- tiende a varios grupos al mismo tiempo, grupos divisibles, multiplicables, ‘comunicados y siempre revocables. El criterio de un buen grupo €s que no Guede eer el Gnico, inmortal y significante, como una asociacién de defen- sa 0 de seguridad, como un ministerio de excombatientes, sino que se ra- Preicio a Felix Gata, Ppchanabe et ransverait, Fangs Maspero, Pas 1972 pp. txt iad eat Paicoandlssyransercaldad, Siglo XX, Buenos Aires, 1976, pp. 9-21 N. de. De- Hee FS conoceron en el verano de 1969 ene Lema, y enseguid concbieron el pro- eco Ue bajar juntos 1972, -dntbdipo setalé el principio de un abso entre dos que "Soanosca durante veins afos. Le seguan, en 1975, Kafba, Por wna ieratura manor en 1980. Stamaaten y cn 1991 tute laos? ease, en DRL, la cara 2 Uno Smo hemos tabaado 2A tee deo. Mant en principio pronimo al oukismo Co que le ces la expulsion del PO), ‘Contact forme pace despues de vais grupos (ia Vole communist, a Oppastion de Gauche, Centon del 22 de maro,sucestvamete)y letras tno, era lem, desde su creacion en Tek nr br Jean Our, del equipo que animaba a clinica de ta Borde. Bn et clinica psiquit- Tre Pee cntacon de os tabajos del Dr. Toes, se definieron pricy tetrcaente re accrde la psiccterapiainstocoral Oa cosidracén del cura pecoteapéuica como ite Publ dl ans dea instciones). Miembro del GEE eto de estudio, nvesigain for ear gextucona), Custar fu alumno de can desde ls crigenes del Semlasoy pscoaalita rac i EaculaFreuiaea de Pars, Loe tertos de Pscoandliss y mansversalidad bua creo toric ypricico al ver, el conn de este econo, a

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