Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
comprendido
entre
Diocleciano
Constantino,
ilustra
los
Dentro de esta perspectiva hay tres agentes cuya mutua relacin condiciona el
carcter general de cada poca: el Estado, la Iglesia y la cultura. Los dos
primeros son estables. El Estado implica la organizacin de la fuerza que
asegura el orden, mientras que la religin satisface las necesidades metafsicas
del hombre. Estos agentes luchan por imponerse sobre los otros pero nunca lo
logran, tan slo alcanzan momentos favorables de fijacin. Frente al Estado y
la Iglesia, la cultura es el movimiento del espritu en libertad, la respuesta del
hombre a las necesidades terrestres e intelectuales. Para Burckhardt la cultura
es [] el mundo de lo mvil, de lo libre, de lo necesariamente universal, de lo
que no reclama para s una vigencia coactiva o llamamos cultura a toda la
suma de evoluciones del espritu que se producen espontneamente y sin la
pretensin de tener una validez universal o coactiva.
La mutabilidad de la historia exige la presencia de un actor. Segn Burckhardt
este actor no es otro que el hombre en general y, en particular, el Gran
Hombre que focaliza la fuerza colectiva y emerge en el seno del pueblo, por su
propia necesidad, para ejecutar su voluntad dispersa. Esta concepcin del
individuo como motor de la cultura y de la voluntad conjunta se observa con
claridad en La cultura del Renacimiento en Italia donde destaca el papel
desempeado por algunos lderes que sobresalen en todos los mbitos, ya
sean artsticos, polticos o filosficos.
Burckhardt rompe con el historicismo y el positivismo al afirmar que la historia
es la menos cientfica de todas las ciencias, al dar cabida en su estudio a
todas las disciplinas posibles y al fomentar el subjetivismo del historiador, que
debe seleccionar, valorar e interpretar a su antojo los hechos del pasado.
Su obra ha sido muy criticada, especialmente por los historicistas, por
incorporar errores de bulto, no aplicar un sesgo crtico a las fuentes y
equivocarse en algunas de las conclusiones que vierte. Sin embargo, tampoco
era el objetivo del historiador suizo elaborar un producto rigurosamente
cientfico: su concepcin de la historiografa se acerca ms a la poesa o, como
se le ha querido denominar, al historicismo esttico. A travs de un lenguaje
elegante, sencillo y bello trata de transformar la historia en una forma artstica,